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w anafrica / mayo de 2007
MES DE ÁFRICA
La huella de África en el mundo
África es un continente de grandes tradiciones y leyendas, pero también
tierra de una gran riqueza cultural y artística y cuna de grandes personalidades
en el mundo de la política o el deporte. En este mes dedicado a África, hacemos un
pequeño repaso del legado de un pueblo desconocido, para unos,
extraordinariamente apasionante, para otros.
Los portugueses fueron los primeros
en encargar a los yoruba de Nigeria
las primeras tallas de marfil que lle-
garon a Europa. Tiempo más tarde,
entre los siglos XVIII y XIX, otros
expedicionarios y comerciantes del
viejo continente importaron algunos
otros objetos del África Subsahariana
que veían como curiosidades y rare-
zas. La mayoría de las piezas acaba-
ron en colecciones privadas de perso-
nas consideradas en la época como
excéntricos, y en los fondos de los
museos de etnología de Europa.
Durante todo este tiempo, sin embar-
go, pocos europeos se interesaron por
las culturas africanas y por su arte.
No fue hasta finales del siglo XIX,
cuando la próspera burguesía europea
y americana consumidora de arte,
cansada de la corriente impresionista,
empezó a buscar nuevas fuentes de
inspiración.
Muchos artistas europeos como
Picasso, Cezanne o Matisse quedaron
cautivados por el arte africano y por
la simplicidad geométrica de sus figu-
ras. Picasso, por ejemplo, supo aprove-
char mejor que nadie toda la carga
emocional que las tallas y máscaras
africanas ofrecían representando la
figura humana por medio de atrevidos
planos y ángulos. Todo ello demuestra
que los africanos dominaban el arte
abstracto mucho antes de que los
europeos hubieran podido imaginarlo.
Este hecho, además, provocó que una
gran parte de los museos en Europa
comenzaran a mostrar al público teso-
ros exóticos que no habían sido valo-
rados anteriormente.
Cultura musical
Pero el arte africano no sólo se expre-
sa en sus esculturas sino también en
su música.
La música africana es sinónimo de
poesía, o más propiamente dicho, de la
palabra. Los africanos en general,
atribuyen a la palabra significados
mágicos y trascendentales pues, en
muchos pueblos existe la creencia de
que Dios hizo el mundo por medio de
la palabra, y fue la música el instru-
mento divino que dio alma a las cosas
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La herencia africana:
Por Montse Alcarria / Ilustración de El Tomi
y a los seres.
Por este motivo, la vida cotidiana
del África negra (bodas, funerales,
ceremonias de iniciación y de entroni-
zación de los jefes tribales) está mar-
cada por la música. Durante las fies-
tas y celebraciones en la plaza del
pueblo o en las ciudades, todo el
mundo interviene cantando, aplau-
diendo o tocando un instrumento. En
Mali, por ejemplo, los rituales tera-
péuticos de Ghimbala se realizan al
ritmo de los estruendos del tambor de
agua confeccionado con media calaba-
za ahuecada volcada en un barreño
lleno de agua.
En los sonidos del África negra pue-
den distinguirse aproximadamente
cuatro áreas culturales: África del
Oeste, África Central, África del Este
y África Austral. También se puede
considerar una quinta región, que
incluye Madagascar y el Océano Índi-
co. En el África central, por ejemplo,
los tambores han sido el alma de la
creación musical. En la antigüedad,
sin embargo, fueron "esparcidores" de
noticias, pues eran "tambores parlan-
tes" que comunicaban en la distancia
verdaderos mensajes cifrados a los
miembros de una misma tribu. Y es
que el continente también se distin-
gue por la gran variedad de instru-
mentos de percusión que posee (sobre
todo tambores y xilófonos). Entre ellos
destaca el mbira, único instrumento
de origen netamente africano e inexis-
tente en otros puntos del mundo.
Entre los occidentales, han tomado
relativa fama instrumentos como el
djembé o el Tam Tam que han sido
introducidos en piezas de experimen-
tación y de fusión musical.
Nombres destacados
África es una tierra de civilizaciones
antiguas abierta al extranjero desde
hace milenios. Sus pueblos han conse-
guido influir en las culturas musicales
del resto de continentes del planeta,
especialmente en América. Pero tam-
bién ha integrado en sus propias
corrientes ciertos aportes europeos,
asiáticos y árabes.
En la historia más reciente, existen
diversos artistas africanos que han
destacado en el mundo de la música.
Los primos mauritanos Daby y Omar
Touré se convirtieron en toda una
revelación en el panorama de la nueva
música africana en los años 90.
Apodados por algunos como "los
Beatles africanos", el dúo demostró
con su primer trabajo la estima que
sentían por su patria y por su familia
homenajeando a África y a toda su
historia con sonidos propios y otros
pop tomados de la Europa que actual-
mente les cobija.
Pero, sin duda, uno de los músicos
más reconocidos es el argelino
Khaled. Con 16 años publicó su pri-
mer disco titulado "Trig Lycée", un
canto provocativo que hablaba sobre
fogosas relaciones pasajeras. Entre
otras razones, resultaba polémico por-
que en los bares de Orán cualquier
sonido nuevo o subversivo se relacio-
naba rápidamente con conceptos como
el libertinaje, el alcohol o las drogas.
Khaled ha desafiado todos los tabúes
para convertirse en el auténtico porta-
voz de la música rai dentro y fuera de
las fronteras de su país.
Luchando por la paz
Muchos han luchado por romper las
barreras que crean desigualdades y
conflictos en el continente africano.
De entre todos, sobresale el papel de
Nelson Mandela, todo un estandarte
de la libertad que pasó 27 años de su
vida en prisión por cuestiones políti-
cas. Su trabajo le hizo merecedor del
Premio Nobel de la Paz en 1993 por
inspirar al mundo con su lucha por la
democracia en África del Sur. Un año
más tarde, se convirtió en el primer
presidente negro de África del Sur y
durante los cinco años que ocupó el
cargo sustituyó al régimen del apar-
theid por una democracia multirra-
cial.
Al abandonar la presidencia,
Mandela pasó a desempeñar un papel
clave en las negociaciones de paz en la
República Democrática del Congo,
Burundi y otros países africanos. Un
año antes, al cumplir los 80, Mandela
se casó con Graça Machel, viuda del
ex presidente de Mozambique,
Samora Machel. La esposa de
Mandela también formó parte del
movimiento de liberación nacional de
Mozambique, fue ministra de
Educación de su país y en los últimos
años ha participado en importantes
proyectos y estudios relacionados con
el impacto de los conflictos armados
sobre los niños.
Otro estandarte de la libertad fue
Abib Bourguiba, luchador incesante
por la independencia de Túnez, su
fidelidad a la nación lo llevó a la cár-
cel en varias ocasiones y terminó por
refugiarse en El Cairo en 1946 y des-
pués en Estados Unidos. Sus activida-
des no cesaron y en 1957 estableció la
república tunecina, siendo su primer
Presidente tras destronar al Rey
Muhammad VIII al-Amin.
La ventana al mundo
Por otro lado, la cultura africana
posee características que le son pro-
pias y que la hacen única, diferente y
especial. No obstante, la falta de
medios, han convertido la literatura o
el cine en algo desconocido o poco
avanzado respecto a Europa. Los índi-
ces de analfabetización son hoy en día
realmente preocupantes: En el África
Subsahariana más del 50% de las
mujeres son analfabetas,125 millones
de niños y niñas no van a la escuela, y
150 millones más la abandonan antes
de haber aprendido a leer y escribir.
Hace siglos, en los pueblos africanos
raramente alguien conocía la escritu-
ra, por ello se transmitía el conoci-
miento y las tradiciones de forma
oral. En la antigüedad, los Griots fue-
ron el equivalente a los juglares euro-
peos, hombres que cantaban, recita-
ban junto con algún instrumento, las
noticias de la tribu y del reino, los
mitos y los hechos heroicos de algunos
hombres. Actualmente, la literatura
africana se expresa mayoritariamente
en francés y la representan pioneros
como Abdourahman Waberi, Kossi
Effoui, Alain Mabanckou o Jean-Luc
Raharimanana. No obstante, África
también ha conseguido prestigiosos
reconocimientos internacionales en el