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Smoke art

Se trata de fotografías de hurmo normal que han sido coloreadas

mediante ordenador. El humo suele proceder de barritas de
incienso que han sido fotografiadas en estudio usando una cámara
con flash off

Clase sobre humo coloreado

Esta es la última versión (actualizada en Agosto de 2007) de mis

notas sobre cómo crear fotos de humo coloreado. Desde luego
que no hay un único modo correcto de fotografiar el humo, sino
que más bien se trata de una cuestión de experimentar la forma
que mejor nos resulte. Así que estas notas son en parte
instrucciones, y en parte una descripción de mi propia técnica, con
aspectos que yo he ido descubriendo por mí mismo. Deseo que
que puedan resultar útiles.

Lo que yo busco en mi propio trabajo es una buena composición,

con líneas claramente definidas y sombras con transiciones suaves
entre las densidades del humo a lo largo de la fotografía. No
intento crear fotos de humo; intento crear fotos usando humo.

En mi opinión el factor técnico clave consiste en proporcionar la

luz adecuada; pero antes de describir mi método preferido para la
iluminación artificial quiero dar una breve descripción general de
la fotografia con humo.

Imagina una habitación oscura cerrada sin ninguna superficie que

permita reflejos. Está iluminada por una ventana pequeña y alta,
con una única hoja de cristal, orientada hacia el sol. Si el aire de la
habitación está lleno de polvo o de humo podremos ver los rayos
de sol reflejándose desde la ventana hasta el suelo. SI el aire de la
habitación está limpio los rayos serán invisibles y sólo se percibirá
la luz del sol en el suelo.

En la habitación limpia se prepara una columna de humo que

atraviese la luz del sol y se fotografía el humo contra las paredes
oscuras de la habitación. Con cualquier cámara, sin recurrir a
ningún truco, se pueden tomar buenas fotos de humo listas ara
ser procesadas más tarde. Aunque nunca he encontrado una
habitación perfecta para esto, sé de gente que si la tiene, y eso les
ahorra muchos problemas después.

Texto traducido a partir de orientaciones de Graham Jeffery

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El humo

La fuente de humo que yo utilizo son varillas de incienso.

Proporcionan el mismo volumen de humo que un cigarrillo pero
son más baratas, al ser más largas, y huelen mejor.

La ventilación es importante. Es verdad que sin ventilación una

habitación con mucho humo se convierte enseguida en un lugar
poco agradable para trabajar, pero aún más importante para la
fotografía es que con todo el ambiente cargado de humo las
fotografías tienen menos luz, contraste y definición.

Es necesario tener algún control sobre la columna de humo, que

en espacios abiertos o con corrientes de aire no siempre es
satisfactorio. El truco consiste en trabajar con el humo durante
breves períodos de tiempo, y luego refrescar el aire de la
habitación y empezar de nuevo.

En un ambiente de aire adecuado el humo ascenderá en una

columna desde la fuente incandescente, y tras alcanzar una cierta
altura el humo se acumulará en una nube. Hay que evitar tomar la
nube en la fotografía, porque restará foco y contraste a la imagen
final.

Lo más probable es que se produzca movimiento en el aire y que

obtengamos sombras en el humo. Para variar los patrones que se
van formando podemos soplar cerca del humo. Otra alternativa
puede consistir en introducir una pequeña abertura en el camino
que sigue el humo. He usado cucharas, un rallador de queso, y
otros artículos diversos, cada uno de los cuales afecta de un modo
particular el trazado del humo.

La velocidad que alcanzan las volutas del humo también

condiciona a las formas que se producen, y está relacionada con la
temperatura de la fuente de calor. Para ralentizar el humo
podemos introducir una obstrucción como un embudo en ángulo,
que moverá la columna de humo de modo que no proceda
directamente de la fuente de calor. Para acelerar la columna de
humo (e incrementar la nube que mencionaba antes) se añade más
calor. Esto se puede hacer colocando 3 o 4 velas encendidas
alrededor de la fuente del humo a una distancia de unos centímetros.
as pulgadas.

Texto traducido a partir de orientaciones de Graham Jeffery

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El fondo

El fondo debe ser negro, o al menos tan negro como podamos

conseguir. He comprobado que el terciopelo de algodón negro
proporciona una buena densidad de negro y refleja muy bien la
luz. Un buen fondo marca la diferencia en el resultado final del
trabajo. La iluminación debería disponerse de modo que
teóricamente ninguna, o en la práctica la mínima luz posible,
recaiga sobre ese fondo.

Iluminando el humo

Vamos a necesitar mucha luz, y ahora explico por qué.

Necesitamos una velocidad de obturación muy rápida porque el se

está movimiento y es preciso congelarlo en su recorrido. La luz del
fash se encargará de eso, y tenemos que sincronizar a la máxima
velocidad que la cámara permita para reducir cualquier posibilidad
de luz ambiental que pueda reducir el contraste.

Vamos a necesitar tanta produndidad de campo como sea posible,

porque no sabemos dónde estará el humo cuando apretemos el
disparador. El autofocus no es útil con el humo, asi que es
necesario un preenfoque manual.

Tras establecer el escenario suelo contemplar el humo durante un

minuto o dos, a veces lo agito un poco y observo cómo se
comporta y hacia dónde se desplaza. Después coloco algo sólido
donde creo que se va a desplazar el centro de la actividad del
humo y preenfoco con la cámara.

Necesitaremos también configurar una ISO baja. El humo está

hecho de partículas, y puesto que ya está granulado añadiendo
más ruido con una ISO alta sólo conseguiremos peores resultados.

Con la cámara con velocidad alta, pequeña apertura y baja ISO la

cámara la escena estará bien iluminada.

Generalmente sitúo la luz principal del flash en algún sitio entre el

lateral y la parte de detrás del humo. La luz necesita cubrir el área
donde puede situarse el humo, pero no debe estar tan cerca como
para que el humo quede iluminado de forma desigual. Podemos
considerar la posibilidad de utilizar un pequeño reflector para

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arrojar alguna luz hacia el lado opuesto del flash, o recurrir a una
segunda unidad de flash si comprobamos que el flash no se
ilumina de forma homogénea.

Sitúo pantallas entre el flash y el fondo para evitar que cualquier

luz alcance el terciopelo. Si insisto tanto en el asunto de la luz
reflejada es porque tanto las paredes como el techo de mi estudio
son blancas y la luz rebota por todas las superficies. Si entonces
hubiera sabido lo que sé ahora las habría pintado de negro o de
gris oscuro.

Definir el disparo

Cuando la luz está en su lugar, el humo frente al fondo negro, y la

cámara pre-enfocada en un trípode podemos realizar los primeros
disparos.

Dispararé a 0.5-1.5 m del humo, incluyendo entre 25-50 cm de la

columna de humo. Utilizo un disparador remoto y no presto
atención al visor, porque resulta más fácil reaccionar ante la
evolución de las formas del humo si podemos ver la escena
completa; si queremos ver la forma perfecta del humo en el visto,
seguro que llegaremos demasiado tarde.

Comprobar la exposición

Tomaremos algunos disparos para empezar, y eso nos servirá par

ajustar la exposición. Comprobar el histograma en este punto no
ayudará de mucho, a menos que tengamos experiencia en trabajar
con humo. No hay ninguna curva apropiada con la fotografía del
humo; no estamos haciendo fotos en el parque, sino en la
oscuridad. Yo recomiendo que efectuemos varios disparos en esta
fase para asegurarnos que todos los ajustes son adecuados.

Ajustaremos la exposición para que la parte más brillante del

humo está casi blanca. La sobreexposición nos hará perder
algunos detalles y el humo parecerá poco fluido y atractivo. Una
exposición demasiado baja se traducirá en una pérdida de
contraste y el humo parecerá mezclarse con el fondo. En definitiva,
se necesitarán muchos intentos de ensayo y error antes de dar con
los ajustes de exposición adecuados.

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Postprocesado

Con la fase de disparo ya completada todo el proceso se hace más

sencillo. Cuando nos encontramos con cantidad (cientos?) de
imágenes de humo bien expuestas tenemos que realizar alguna
criba. Se trata de seleccionar aquellas que contengan formas en el
humo que sean realmente sugerentes.

El recorte para obtener buenas composiciones será necesario en

casi la mayoria de los casos, puesto que no llevamos ninguna
composición en la cámara, sino que simplemente apuntamos en la
dirección apropiada.

Pero antes de intentar darle color al humo hay un par de pasos

previos que debemos realizar.

En primer lugar el color deberia resultar negro, pero no solo muy

oscuro, sino científicamente negro, RGB (0,0,0). Yo suelo utilizar
un pincel grande desplazándolo sobre el fondo y tomando
cualquier rastro de humo que no pertenezca a la imagen principal.
Pinto cerca del humo, pero no dentro de él. Si al echar un vistazo a
la imagen completa vemos dónde se ha usado el pincel entonces
significa que nuestra exposición no ha sido la apropiada desde el
principio. Si no hemos ido demasiado lejos un pequeño ajuste a
los niveles puede resolver el problema.

Puede que haya manchas o polvo en la foto, o restos de particulas

procedentes de la combustión, que podremos limpiar con el
tampón de clonar o la herramienta pincel corrector puntual de
Photoshop. Cuando creas que tienes todas las manchas
corregidas, invierte la imagen y localiza aquellas que se hayan
pasado por alto.

Cuando hayamos visto el humo tanto en fondo blanco como negro

sabremos cuál resultará más sugerente.

Aplicar color

Hay cantidad de formas de aplicar colo al humo. Te sugiero que lo

intentes por ti mismo, y experimentes. Yo he intentado muchos
métodos, desde selecciones suaves con tono/saturación a capas
de gradientes con el modo mezcla establecido en color. No existe
límite, ni un único modo de correcto de aplicar el color.

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Perfilar o no

Yo recomendaría que cualquier perfilado que se aplique se haga

con moderación, porque no resulta atractivo ver artefactos en los
bordes de la imagen. En algunas imágenes he utilizado una
pequeña cantidad de perfilado de bordes combinado con un
desenfoque de superficie para suavizar los bordes de las áreas de
humo. Intenta alguna otra cosa.

Texto traducido a partir de orientaciones de Graham Jeffery

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