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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE YUCATÁN

FACULTAD DE EDUCACIÓN

Recursos humanos: responsabilidad social y ética empresarial

Sergei Gennady Domínguez Chim


2009

Recursos humanos: responsabilidad social y ética empresarial


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El siglo XXI ha sido una gran era de diversos cambios, no sólo políticos, sociales,

culturales sino también económicos, transformaciones que empezaron desde el

siglo pasado y que en este siglo han terminado de surgir o consolidarse.

Uno de esos fenómenos es la globalización, proceso por el cual varios

sectores de las sociedades se vieron obligados de cierta forma, a transformarse

para no quedarse arraigadas, ejemplo de ello son las empresas, cuyo papel social,

económico y político han ido aumentando, por tanto, su responsabilidad.

Tal y como lo señala García (2006), “el escenario en el que se mueve la

empresa se ha transformado en los últimos años y es precisamente este cambio el

que impide “mirar hacia otro lado” cuando se plantea hoy la cuestión de la

responsabilidad social de la empresa”.

La concepción de qué es una empresa, ha ido evolucionando a lo largo de

los años, donde una de las ideas es aquella en la que es vista como una

organización cuyo objetivo es la satisfacción de demandas y servicios que una

sociedad requiere, sin embargo, ésta concepción dista más allá de lo que en

realidad es la empresa actualmente.

Argandoña (2005), es un autor que señala que las empresas hoy son

organizaciones complejas. Son equipos físicos y humanos en que muchas

personas están aportando capacidades, conocimientos y valores variados,

siempre sobre la base de la confianza. Es por ello, que no debemos de ver a

todas las empresas como benefactoras de nuestras necesidades, sino como un

conjunto de fuerzas, capacidades y valores humanos que se encaminan hacia el

fin último de la empresa.


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No debemos de olvidar que las empresas son organizaciones creadas por

personas para determinados fines o bienes, que siempre son sociales; donde las

decisiones mayormente son colectivas, originadas de procesos, políticas y

divisiones de los trabajos, es por eso que Rodríguez et al, (2007) citando a

Wulfson (2001) comentan que las corporaciones deben ser responsables por

cualquiera de sus acciones que afecten a las personas, a las comunidades o a su

entorno.

Para algunos autores (García, 2006) la responsabilidad social responde a

una concepción de la empresa como institución social que tiene un objetivo,

satisfacer necesidades humanas y un medio concreto para hacerlo: el beneficio

económico. Hablar de responsabilidad social es cuando las decisiones, las

acciones y las políticas se convierten en una respuesta hacia la demandas y

exigencias de ciertos grupos de intereses que la organización tiene para con ellas;

tal como menciona, Martínez (2005), la empresa tiene obligaciones con respecto a

la sociedad y tiene que elaborar su política sabiendo que tendrá que dar cuentas

ante la sociedad.

Por tanto, “una institución es responsable cuando las decisiones, acciones y

políticas que adopta, así como las consecuencias y efectos de las mismas

respecto a los intereses en juego, pudieran ser aceptadas por todos los implicados

y/o afectados presentes y futuros en un diálogo abierto en condiciones simétricas

de participación.”(García, 2006)

Cada empresa tiene su propia dinámica de trabajo y su propio ambiente

donde emergen diversos conflictos personales, sociales, económicos y políticos,

ya sean positivos o negativos, que se dan entre los trabajadores, jefes,


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trabajadores-jefes; es por ello, que en las organizaciones debe de haber una

normatividad que regule estos trances de forma equilibrada, como repuesta a lo

anterior, autores como Argandoña (2005), señala que “la ética en la empresa nos

dice cómo debemos comportarnos para no deteriorarnos como personas, para

contribuir a los fines de la empresa y a las necesidades de los que giran alrededor

de ella, y para hacer una sociedad más humana”.

Sin embargo, la ética por sí sola no es la respuesta, necesita de disciplinas

no solo científicas sino también de disciplinas humanista para el estudio y la

comprensión de fenómenos, relaciones y transformaciones que se dan fuera y

dentro de las organizaciones que de una forma u otra puedan influir en el

comportamiento de los actores de las mismas. Al comienzo del siglo XXI, la ética

empresarial exige una metodología interdisciplinar en el estudio de las situaciones

concretas que reclaman una conducta ética. Esta interdisciplinariedad articula

áreas particulares para estudiar problemas complejos. (Martínez, 2005)

La ética empresarial, según Cortina citada por Crespo (2003), es pues, “el

descubrimiento y la aplicación de valores y normas compartidos por una sociedad

pluralista –valores que componen la ética cívica- al ámbito particular de la

empresa, lo cual requiere entenderla según un modelo comunitario, pero siempre

empapado de postconvencionalismo”, es decir, primero como empresa tenemos

que identificar aquellos valores que están inmersos en la sociedad en la que

vivimos, una vez que tengamos identificados aquellos valores, es necesario

“aplicarlos” en nuestra organización, invitando a cada miembro que la conforma a

que los asuma como valores propios de la empresa, pero no hay que olvidar que
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estos valores, deben de estar fundamentados en principios universales y derechos

humanos.

Según Lozano y Siurana (2000), la ética empresarial pragmática empieza

allí donde los valores y los ideales ético racionales se transforman en acciones

concretas (Wittmann, 1995); a la vez que la institucionalización de la ética implica

el reconocimiento de que, en nuestro mundo, la empresa ha llegado a ser un lugar

social donde se producen y comparten valores (Lozano, 1997).

Uno de los departamentos dentro de la empresa, donde es importante la

ética es el de recursos humanos, puesto que es la encargada de la selección y la

contratación del personal, asimismo, es la encomendada de fomentar una cultura

ética, por lo menos dentro de la organización; esto es a través del trato con el

personal, la introducción de prácticas éticas en la cultura corporativa y sin olvidar,

el código ético, por el cual se rigen todos los miembros de la empresa, es decir,

desde los altos ejecutivos hasta el personal más bajo de la jerarquía.

En conclusión, la ética y la responsabilidad social deben de empezar por el

nivel más alto de la empresa, sin embargo, todos los miembros sin importar el

nivel en que se encuentre debe ser parte de ello y fomentarlos entre ellos mismos,

puesto que son piezas fundamentales de una organización donde se comparten

capacidades, conocimientos y valores. Como profesional y futuro miembro de una

empresa, primero colaboraría conmigo mismo, siendo ético y responsable de las

decisiones y acciones que emprenda, segundo, poniendo el ejemplo, esto a través

del fomento y la concientización de las formas en que se deben de manejar las

situaciones que se dan dentro y fuera de las organizaciones.

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