CLIMÁTICO
¿QUÉ ES EL CC?
CAUSAS DEL CC
Amenaza generalizada
Pruebas del CC
La lluvia acida
La lluvia ácida es la precipitación al suelo de contaminantes
atmosféricos en forma líquida o sólida. Este fenómeno se
inicio con la Revolución Industrial.
Capa de ozono
Se denomina capa de ozono a la zona de la estratosfera
terrestre que contiene una concentración alta de ozono.
Esta capa, que se extiende aproximadamente de los 15 km
a los 40 km de altitud, reúne el 90% del ozono presente en
la atmósfera y absorbe del 97% al 99% de la radiación
ultravioleta de alta frecuencia.
La capa de ozono fue descubierta en 1913 por los físicos
franceses Charles Fabry y Henri Buisson.
Agujero de ozono
La zona de la atmósfera terrestre es donde se producen
reducciones inusuales de la capa de ozono, fenómeno anual
observado durante la primavera en las regiones polares y
que es seguido de una recuperación durante el verano.
Sobre la Antártida la pérdida de ozono llega al 70%,
mientras que sobre el Ártico llega al 30%. Este fenómeno
fue descubierto y demostrado por Sir Gordon Dobson
(G.M.B. Dobson) en 1960, que atribuyó a las condiciones
meteorológicas extremas que sufre el continente Antártico.
Sin embargo, un amplio sector científico achacó este
fenómeno al aumento de la concentración de cloro y de
bromo en la estratosfera debido tanto a las emisiones
antropogénicas de compuestos clorofluorocarbonados (CFC)
como del desinfectante de almácigos bromuro de metilo.
En septiembre de 1987 varios países firmaron el Protocolo
de Montreal, en el que se comprometían a reducir a la
mitad la producción de CFCs en un periodo de 10 años. A
pesar de estas medidas, el agujero de ozono continúa con
su ciclo de aparición-desaparición, según la teoría inicial de
Dobson.
NOTICIA
Cumbre del cambio climático: ¿Y las soluciones para
cuando?
Viernes, 19 de diciembre de 2008
Por: Gerardo Honty, ALAI
ALAI AMLATINA, 15/12/2008, Montevideo.- La conferencia
gubernamental sobre cambio climático, celebrada en
Poznan (Polonia) no pretendía llegar a acuerdos de fondo.
Pero era un paso más en un camino de dos años trazado en
el anterior encuentro y que pretende concluir con un gran
acuerdo sobre cambio climático, reformando el Protocolo de
Kioto. Pero lo más probable que pase es que se logre un
acuerdo magro e inútil que le de continuidad al magro e
inútil Protocolo de Kioto.
Desde que se firmó en 1997 el Protocolo de Kioto, sobre el
cambio climático, se sabía que era absolutamente
insuficiente para resolver los problemas del clima pero tenía
la virtud de iniciar un camino. Existía la esperanza de que
los acuerdos futuros fueran encontrando los mecanismos
para alcanzar las soluciones efectivas. Sin embargo, lo
único que se ha aprendido en estos años es cómo el arte de
la negociación política puede ser tan eficiente para obtener
resultados tan infructuosos.
Muchos temas están en discusión en este acuerdo, varios
de ellos de difícil dilucidación como la inclusión de la
energía nuclear, la captura y almacenamiento de carbono o
la conservación de bosques como actividades para reducir
emisiones. Sin embargo el eje central de la discusión es la
misma desde que se firmó la Convención sobre el Cambio
Climático en el año 1992: ¿quién paga?
Evitar el cambio climático y mitigar sus impactos requiere
de cambios profundos en la estructura de producción,
consumo y distribución de la riqueza (al interior y entre los
países). No se arregla con eficiencia energética, avances
tecnológicos y educación ambiental. Implica dejar de
consumir carbón, petróleo y gas natural (que representan el
80% de la energía que hoy se engulle en el planeta), acabar
con la deforestación (la mayor causa de emisiones en
países como Brasil e Indonesia) y con las formas
convencionales de la agricultura (la más importante fuente
de emisiones en América Latina).
Desde hace diez años asistimos a la misma discusión: los
países desarrollados no van a asumir mayores compromisos
de reducción de emisiones ni aportar los fondos necesarios
para adaptación, si los países en vías de desarrollo (al
menos los de mayor PBI) no asumen sus propios
compromisos. A su vez, estos últimos sostienen que no son
responsables del cambio climático y si no les transfieren
recursos y tecnologías no están en capacidad de afrontar
planes de reducción de emisiones. ¿Quién paga? Este y
ningún otro fue el asunto central en Poznan, como lo fue en
Kioto, en los anteriores encuentros de los gobiernos, y lo
será en los futuros. Y como siempre será el motivo del
nuevo fracaso.
Las insuficientes esperanzas
Tres novedades ocurridas en Poznan han renovado las
esperanzas de muchos actores y analistas. Estas son, el
nuevo compromiso de la Unión Europea (UE), la llegada de
Barack Obama a la Casa Blanca y los compromisos
voluntarios de algunas economías emergentes: Brasil,
China India y México.
Mientras estaba finalizando la reunión de Poznan, otra
cumbre en Bruselas cerraba un largo proceso de
negociación interna en la Unión Europea con el acuerdo “20
+ 20 +20”: 20% de reducción de emisiones y 20% de
energías renovables para el 2020. Por su parte el electo
presidente Obama, a través de su enviado a Poznan, John
Kerry (la delegación oficial aún está bajo las órdenes de
Bush), mandaba señales de cambio en su política climática
internacional y existe una enorme expectativa en el papel
que Estados Unidos va a jugar en las negociaciones que
ocurrirán a lo largo de 2009.
La Unión Europea ha sostenido un liderazgo evidente en
todos estos años en lo que hace a sus políticas para
enfrentar el cambio climático. Y quizá sea la única
esperanza verdaderamente fundamentada que se puede
tener de cara a Copenhague. Pero resulta muy difícil
aceptar que un país como Estados Unidos, que se ha
dedicado sistemáticamente durante una década a minar
todos los acuerdos sobre clima vaya a tener un giro de 180
grados en su política exterior sobre el tema, simplemente
porque cambie su presidente. Máxime en un año en el que
la crisis económica le va a exigir a Obama recursos y
compromisos con el sector empresarial estadounidense que
difícilmente puedan contemplar los costos de la reducción
de emisiones.
Desde los países en vías de desarrollo se enviaron algunos
mensajes de cambio. Brasil, el mismo día que comenzaba la
conferencia en Poznan presentaba en Brasilia su “Plan
Nacional de Cambio Climático”. Sin embargo, el documento
(de 156 páginas) no establece cronograma, ni metas, ni
instrumentos, ni responsables de las acciones que promete.
Por su parte México, que anunció una reducción de 50% en
sus emisiones para el 2050, dejó en claro hasta dónde
llegará su compromiso: "Queremos reducir emisiones
incluso si hay inacción de otros. Para eso necesitamos
ayuda financiera y tecnología. Pero tenemos prioridades
como la pobreza y sólo aceptaremos objetivos voluntarios,
porque otros ya se desarrollaron emitiendo CO2", afirmó en
En Poznan se avanzó poco. Pero sobre todo quedó claro que
los ejes centrales que traban los avances se mantienen
incambiados. El sentido de la urgencia y profundidad de los
cambios necesarios reclamado por el Panel
Intergubernamental de Cambio Climático y repetido por
todos los medios a lo largo y ancho del planeta, no llegó
aún a la mesa de negociaciones. Si se analiza
objetivamente la historia de la Convención sobre Cambio
Climático no queda otra previsión posible para el próximo
encuentro, en Copenhague, más que el fracaso. No tanto el
fracaso de la falta de un acuerdo. Sino el fracaso de un
acuerdo insípido, ineficaz, improductivo e inútil.
Poznan el secretario de Medio Ambiente mexicano, Juan
Rafael Elvira.
- G. Honty es analista en temas de energía y cambio
climático en CLAES (Centro Latino Americano de Ecología
Social) – www.EnergíaSur.com –
ALGUNAS SOLUCIONES PARA FRENAR EL CAMBIO
CLIMÁTICO
El protocolo de Kioto:
El protocolo de Kioto compromete a los países
industrializados entre ellos a reducir o limitar sus emisiones
de gases de efecto invernadero y a alcanzar ciertos
objetivos en materia de emisiones para 2012.El Protocolo
de Kioto se centra en los países industrializados porque
ellos son los responsables de la mayor parte de las
emisiones de gases de efecto invernadero pasadas y
presentes, además de poseer los conocimientos y los
medios económicos necesarios para reducirlas. El Protocolo
de Kioto entre vigor el 16 de febrero de 2005. Hasta la
fecha, 150 gobiernos, incluidos los 25 de la UE, lo han
aprobado oficialmente. Treinta y seis de ellos son países
industrializados que tienen fijados objetivos para 2012, la
mayor parte de los cuales exigen una reducción de los
gases de efecto invernadero comprendida entre el 5 y el 8
% con respecto a los niveles de 1990. Solo Estados Unidos y
Australia han decidido no participar en el Protocolo de
Kioto, aunque inicialmente tuvieran previsto hacerlo.
Noticia
Barack Obama
BIBLIOGRAFIA
- http://europa.eu.int/comm/environment/pubs/home.ht
m
- http://www.eitb.com/infografia-multimedia/cambio-
climatico.html
- http://es.wikipedia.org/wiki/Capa_de_ozono
- http://www.alertatierra.com/CambC_efectos.htm
Megy Baston:
- Nuestro planeta
- Noticia
- Powerpoint
Andra Gheorghe:
- Capa de Ozono
Andreea Matyas:
- Noticia