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REALIDADES JUVENILES

Por: Luz Adriana Guerrero Guevara


Magister en Estudios de Familia y Desarrollo. Psicóloga,
Fundación FESCO.

Cuando se desea abordar el tema de los jóvenes se abre un abanico de


posibilidades que contemplan desde los aspectos biológicos y psicológicos
hasta los familiares y socio-culturales.

CONSTRUCCIÓN SOCIAL DE LA CONDICIÓN DE JUVENTUD

Uno de los primeros asuntos que es preciso tocar es el surgimiento de la


condición de juventud, ya que al hacer una revisión se encuentra que la
juventud como etapa de la vida aparece entre los siglos XVIII y XIX. Antes de
esta época, las personas de la niñez pasaban a la adultez sin que existiera la
juventud como etapa de transición y preparatoria. Es así como con la
determinación de la etapa de la juventud, el ritmo de vida, los roles y
funciones de las personas que están en esa edad cambian. Empieza a darse un
fenómeno conocido con el nombre de MORATORIA SOCIAL, la cual según
Margulis y Urressti (1998,5).

Alude a que, con la modernidad, grupos crecientes, que pertenecen por lo


común a sectores sociales medios y altos, postergan la edad de matrimonio y
de procreación y durante un período cada vez más prolongado, tienen la
oportunidad de estudiar y de avanzar en su capacitación en instituciones de
enseñanza que, simultáneamente se expanden en la sociedad.

Esta moratoria social crea un imaginario en el cual se espera que quienes


están atravesando esta etapa se tomen este tiempo para autoafirmarse,
centrarse en sí mismos y prepararse para asumir la vida adulta con sus
responsabilidades. Según la moratoria social, la juventud podría definirse como
un período de permisividad que media entre la madurez biológica y la madurez
social.

En este sentido, la juventud se una etapa que es vivida de manera diferente


por las personas, según el estrato socio-económico, pues en los sectores
populares no se cuentan con los recursos que permita a los jóvenes acceder al
estudio en sus niveles medios ni superiores y postergar su vinculación al
mundo laboral.

Por tanto, esta moratoria concebida para que los-as jóvenes posterguen la
asunción de responsabilidades económicas y familiares, hoy obliga el
enfrentamiento de nuevos desafíos.

Entre estos desafíos está el hecho que muchos jóvenes de las clases populares
tienen mucho tiempo libre por la imposibilidad de acceder tanto a las
instituciones educativas como al mundo laboral, por tanto este tiempo no es el
del goce y ligereza como lo plantea la moratoria social, sino que es un tiempo
vivido con angustia por la sensación de desocupación y la impotencia para
cubrir las necesidades básicas, lo cual se convierte en una circunstancia que
potencia la desesperación, la delincuencia y la marginalidad. En segundo lugar,
los-as jóvenes que pueden estudiar, observan como esta formación se
prolonga cada vez más, ello aunado al hecho de que estar preparado no
garantiza el ingreso al trabajo provoca una sensación de incertidumbre en el
futuro.

Otro aspecto que influye en la vivencia de la juventud es lo referente al


GENERO, ya que desde la cultura se determinan los roles y funciones de cada
sexo, lo cual se materializa en los comportamientos y en los espacios de
actuación de cada uno. De otra parte , Margulis y Urresti (1998,11) afirma
que: “ la biología determina tiempos y ritmos que inciden en cada género en lo
que atañe a su maduración, posibilidades, disposiciones y deseos, y ello es
procesado por la cultura que interactúa con la biología y va condicionando los
ámbitos y modalidades de acción y de expresión”. De acuerdo a lo anterior, se
puede decir que las mujeres tienen un tiempo más restringido para vivir su
juventud a razón de su aptitud para la maternidad.

La manera como hombres y mujeres viven la juventud está en estrecha


relación con el nivel socio-económico, pues éste garantiza o dificulta la
realización de la mujer en ámbitos diferentes a la maternidad como es su
ingreso a los estudios superiores que le abre puertas en el mundo empresarial,
político o artístico.

La juventud también hace referencia a la generación que define características


comunes para las personas de edades similares, es así como la generación
determina afinidades en cuanto a la música, la ropa, los ideales sociales, el
modo de habitar el mundo, en palabras de Margulis y Urresti (1998,7) “ se
incorporan los mismo códigos culturales que imperan en una época dada y con
ellos el plano político, tecnológico, artístico, etc.”.

Entre una generación y otra existen diferencias en los códigos culturales y en


las formas de vivir y percibir la realidad; fenómeno que en la actualidad sucede
con mayor velocidad, ya que la rapidez de los avances tecnológicos y el
transcurrir de la vida misma, ha llevado que entre un grupo de una edad que
tienen una diferencia de 5 años con respecto a otro, las diferencias culturales
son grandes, en tanto que en décadas anteriores para determinar estas
diferencias se requería un transcurso de tiempo mayor.

De acuerdo a la generación, ser joven implica tener toda una vida por delante
para conquistar y descubrir el mundo. La generación determina para los
jóvenes un imaginario de salud e invulnerabilidad que hace del riesgo una
experiencia extrema que permite desafiar la vida y la muerte.

Por tanto, la juventud no sólo se expresa en el cuerpo, sino en el imaginario de


los posibles pasando así del aspecto físico a la facticidad, entendida ésta como
un abanico abierto de las posibilidades de realización personal y de
performances vitales”. Este abanico de posibilidades abiertas en la juventud es
más amplio, lo cual implica una manera diferente de estar en el mundo, con
percepciones y apreciaciones distintas, nuevas, descubiertas en la exploración
y experimentación de los sentidos, as cogniciones y las realidades.

ACERCA DE LAS TRIBUS URBANAS

Teniendo en cuenta que las tribus urbanas son un fenómeno actual de


respuesta al hiperindividualismo, es necesario precisar que en este momento
hay una hibridación entre el individualismo y el tribalismo.

Para acercarnos al tema, es preciso partir de la pregunta ¿qué se entiende por


tribus urbanas? El fenómeno de las tribus urbanas o neotribalismo alude a
grupos de jóvenes que construyen un conjunto de reglas que les son propias y
que a la vez, permite diferenciarlos de otros grupos de jóvenes. Grupos a los
cuales cada joven decide confiar su imagen y establecer relaciones con
diferentes niveles de implicación personal.

Una tribu funciona como una mitología donde “ cada miembro puede construir
una imagen, un esquema de actitudes y/o comportamientos gracias a los
cuales salir del anonimato con un sentido de identidad reafirmado y reforzado.
(Pérez, Tornero y otros 1997,91).

Las tribus urbanas ponen de manifiesto las contradicciones que viven sus
miembros que quieren ser distintos a los demás, sentirse únicos al tiempo que
visten “ uniformes” y asumen maneras de comportarse y de verse que son
comunes con los de su grupo.

En el neotribalismo, el look extremo y menos convencional cumple un papel


fundamental en la identificación personal y social de quienes pertenecen a él,
se convierte en la bandera que dice a qué tribu pertenece.

Si bien es cierto que existen muchos jóvenes que no pertenecen a una tribu,
su pertenencia a ella e hace llamativa porque es literalmente excesiva y
promueve superar las limitaciones y reglas de la sociedad dominante.

De lo anterior surge la pregunta ¿existen jóvenes que no pertenecen a una


tribu? La respuesta a este interrogante es afirmativa, ya que muchos jóvenes
no comparten todos los sentidos de una tribu y ante la exaltación de lo
individual, las tribus se convierten en diversas opciones de ser joven, por los
cual el individuo puede elegir y hacer combinaciones, por ejemplo, puede usar
prendas características de una u otra agrupación y, escuchar diferente música,
según el espacio donde se encuentre en un momento dado.

CARACTERISTICAS DEL NEOTRIBALISMO

El neotribalismo tiene los siguientes rasgos característicos:

Comunidad emocional: las emociones y¬ sentimientos que se viven en el


grupo son intensas aunque a la vez son efímeras puesto que están sujetas a la
moda, pero dan un sentido gregario, en palabras de Pérez Tornero y otros, las
nuevas tribus
Estan formadas por individuos que se reúnen y se atavían de forma parecida
para compartir una actividad y una actitud que generan sensaciones fuertes y
confieren sentido a una existencia donde en el fondo, hay falta de contacto y
contagio emocional, sea a causa del desmoronamiento de los valores
tradicionales, sea, sobre todo por los excesos de contaactualidad e
instrumentalidad de las relaciones sociales. (1997,54)
¬ Energía subterránea: anteriormente, los jóvenes eran más pasivos y
receptivos a las normas y reglas establecidas por la sociedad, ante ello se
opone una resistencia a la sumisión haciendo vívido una energía que exige
canales de expresión, de manifestación y que lleva a que los jóvenes se
adueñen de las ocasiones que lo propician como son la práctica y asistencia a
algunos deportes, conciertos musicales y, en ocasiones manifestaciones
políticas. Es una energía que estalla en expresiones a veces extremas, donde
no hay términos medios, sino que es una energía vivida a toda.
Sociabilidad dispersa: hace referencia a¬ que debido a los diversos papeles y
espacios de actuación, el joven tiene diferentes facetas de comportamiento y,
esta misma complejización le demanda movilidad. En este sentido, Maffesoli,
citado por Pérez Tornero afirma que, “ en la sociabilidad, la persona incluso en
el sentido etimológico, es decir, máscara- juega papeles tanto dentro de su
actividad profesional como en el seno de las distintas tribus en las que
participa. A la autenticidad dramática de lo social responde la trágica
superficialidad de la sociabilidad”.
Fisicidad¬ de la experiencia: hace alusión a que cada día se observa una
explosión de eventos que tienen un fuerte componente físico como bailar,
codearse con otros, beber en locales repletos de gente, incluso pelearse, como
una exacerbación de los sentidos y de la adrenalina pura.

DE LA MANERA COMO HABITAN LOS JOVENES EL ESPACIO

La urbe pone límites a la posibilidad de habitar de manera estable los espacios


físicos como la calle, el parque, las esquinas y, aunque en algún momento una
tribu o parche se “apodere” de un sitio, con frecuencia es obligado a moverse
de allí.

Por esta razón, se hace más fuerte la toma de espacios simbólicos que se
dotan con las siguientes funciones expresivas: a) pertenencia: estos son
puntos de referencia territorial para los miembros de la tribu y a los cuales se
tiene un sentimiento de posesión como por ejemplo, un bar Punk o una parte
de un estadio pertenece a los hooligans. B) de representación: son aquellos
lugares en los que “ me represento” como miembro de una tribu es el lugar
donde se exhibe el aspecto más superficial de la identidad, es aquel en el que
se luce el uniforme más completo y por ello más representativo, ejemplo, una
fiesta trance, es el espacio donde los “maquineros” lucen su atuendo y, c)
espacio de actuación: son los lugares donde se persiguen los objetivos lúdicos
y existenciales del grupo, el espacio de actuación privilegiados por las tribus
son los conciertos, pero son vividos de manera diferente por cada una. Cada
tribu llena de un sentido propio el concierto, por ejemplo para un skin es sobre
todo energía corporal, bailes, movimiento, queman energía, en tanto que para
un maquinero es un espacio hipnótico donde busca los efectos especiales de
los ritmos y los colores, de igual manera, para un alternativo un concierto es
posibilidad de conectarse con el cosmos, con su propia energía.

CONSTRUCCION DE IDENTIDAD

Una manera de mirar la construcción de la identidad es analizarla teniendo en


cuenta el desarrollo de dos planos:

a)EL PLANO DE LAS RELACIONES: en el cual se tiene en cuenta la influencia de


los pares, es decir del grupo de personas de la misma generación con quienes
se tiene la posibilidad de crear nuevos imaginarios y construir nuevos
referentes simbólicos, en segundo lugar se encuentran los adultos
significativos quienes se convierten en modelos de los cuales los jóvenes
retoman aquellos aspectos que valoran y, en tercer lugar está la familia hace
posible el reconocimiento de raíces que le dan piso psico-emocional al joven, a
partir de la familia se puede dar respuesta a una pregunta básica ¿ a quién me
parezco?.

b) EL PLANO DE LA CONCIENCIA SUBJETIVA: aquí entran en interacción dos


aspectos: a) el ideal del yo que es lo que los otros esperan que yo sea y, b) el
yo ideal que es lo que yo deseo ser y hacer.

A partir de la conjugación de estos aspectos se define o reestructura la


personalidad, se asumen los modelos de lo masculino y de lo femenino.

RELACIONES INTERGENERACIONALES.
Las relaciones intergeneracionales, es decir las relaciones entre adultos y
jóvenes, están mediadas por los estereotipos que se tienen. Hablar de
estereotipos es reconocer las imágenes sociales, generalmente prejuiciadas y
predispuestas que se tienen frente a los otros, en este caso se refiere a la
manera como los adultos perciben y reproducen las imágenes de los jóvenes,
cómo los definen y, por tanto, como se relacionan con ellos.

Miriam J. Lee afirma que algunos de los estereotipos que tienen los adultos
frente a los jóvenes se pueden resumir en las siguientes frases:

Individuos más aprovechables en el futuro que en el¬ presente


Sujetos sin capacidades intelectuales, emocionales ni morales¬ productivas
Entes que carecen de juicio propio, que no disciernen ni¬ razonan.
Seres para formar y moldear acerca de la vida¬
Especímenes¬ inexpertos (sin experiencia), inmaduros, dependientes e
incapaces.

Estos estereotipos surgen de la concepción de que el joven es una persona


inacabada y sin identidad en comparación con los adultos, ello obliga a dar una
mirada a la juventud desde su propio proceso, características, condiciones y
necesidades, reconociendo su identidad y no desprovistos de ella.
Estas percepciones acerca de la juventud, hace que los adultos asuman
posiciones y comportamientos como:

Pensar y decidir por ellos¬


Contar con ellos sólo como¬ pasivos espectadores
Considerar que ellos son una carga.¬

Así como se tiene estas percepciones y actuaciones frente a los jóvenes en


general, de igual manera se encuentran otros estereotipos frente a los jóvenes
de las poblaciones menos favorecidas, estos estereotipos consideran que los
jóvenes son:

¬ Altamente propensos al conflicto y susceptibles de él


Viole¬ntos por naturaleza
Individuos que no valoran la vida¬
Perezosos, con¬ inclinación a la vagancia
Propensos a todo tipo de trivialidad y¬ consumismo
Extraviados, anormales, extravagantes¬
Peligrosos,¬ predelincuentes... enemigos

Ante estas percepciones, las reacciones de los adultos son:

Limitar sus actuaciones¬


Mantenerlos bajo¬ control
Observarlos con desconfianza¬
Mantenerlos aislados o¬ alejados

También se encuentran otros estereotipos como por ejemplo cuando se los ve


en relación con su sexualidad, cuando se los ve como objetos perdidos, cuando
se considera peligrosos o que están en peligro, cuando se los ve como objeto
de envidia, cuando se los ve como individuos inadaptados.

Reconocer que se tienen imágenes estereotipadas de los jóvenes es un paso


para preguntarse frente a las actitudes y comportamientos que se asumen con
ellos, a la vez, debe llevar a generar la reflexión y el esfuerzo de reconocer sus
propias habilidades, capacidades, necesidades, características e identidad.

BIBLIOGRAFIA

PEREZ TORNERO. Tribus Urbanas. Barcelona: Paidos, l997

CORPORACION REGION. Umbrales: Cambios Culturales, Desafíos Nacionales y


Juventud. Medellín: Corporación Región, 2000

McCANN-ERICSON COLOMBIA. Los Rostros del Futuro, l990

LEE, Myriam. Políticas Públicas de Juventud desde una Perspectiva de Derechos


Humanos. Documento sin editar.

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