Literaturas clásicas.
Son las literaturas que han marcado la pauta en la que se escribirán las
otras literaturas del mundo. Forman la base cultural y social de las
civilizaciones actuales. Las más conocidas y estudiadas, aunque no las
únicas, son la latina y la griega.
Así, hablamos de español clásico para referimos a la lengua española tal como
fue escrita por los grandes literatos de los siglos XVI y XVII (F. Lázaro
Carreter). Pero, y es el sentido que nos interesa aquí, también designa el
estudio de las lenguas y literaturas griega y latina, tal como lo recoge la
filología clásica.
Este momento original, como todo origen, es mítico -como se verá, Homero,
el padre mítico fundador, es en muchos sentidos una incógnita-, pero señala
un comienzo en este diálogo -"todo es discurso contra discurso", dirá
Hölderlin- que es la literatura.
Literatura griega
Aunque extensa, como veremos más adelante, la literatura griega tiene un
marcado carácter social, ya que sus diferentes manifestaciones dependen
absolutamente de los diferentes periodos políticos y están, además, claramente
diferenciados.
La época arcaica
Homero
Desde la más remota Antigüedad se han atribuido a Homero las dos epopeyas
tituladas Ilíada y Odisea (alrededor de 28.000 versos) y que, efectivamente, se
remontan al siglo IX-VIII a. de J.C., así como diversos himnos dedicados a los
dioses (llamados himnos homéricos; se trata de textos claramente posteriores,
compuestos por autores diversos y en fechas diferentes), y un poema burlesco,
compuesto en realidad entre los siglos VI y IV a. de J.C. por un autor
anónimo: La batracomiomaquia.
La cuestión homérica
Se originó en el siglo XVII, con las conjeturas del abate D'Aubignac, escritas
en 1674 y publicadas en 1715: este autor llega a la conclusión de que Homero
no existió y de que los poemas homéricos (en particular, la Ilíada) no serian
más que colecciones, obras colectivas, realizadas en varias etapas.
- En este caso, Homero sería, según unos, el creador del núcleo original; según
otros, el poeta-rapsoda únicamente habría reagrupado y unificado el conjunto
núcleo + adiciones.
Hay que destacar que durante siglos estos dos poemas constituyeron la base de
la educación griega, pues Homero atesoraba toda la sabiduría y todo el
conocimiento.
La Ilíada
El término epoyeya procede del griego epos, que significa "el verso por
excelencia". La Ilíada y la Odisea están escritas en hexámetros dactílicos.
Esta peculiaridad, que deja de lado las vicisitudes de la larga Guerra de Troya
sin siquiera llegar a la toma de Troya, limitándose sólo a una fase de ella,
deriva de la estructura más profunda y característica del arte homérico: no se
trata de escribir sobre la guerra sino sobre el asunto que se expone en los
primeros versos, es decir, la concepción trágica de que una pelea entre dos
hombres, el enfrentamiento de la "perversa arrogancia" de Agamenón y la
"funesta ira"de Aquiles, acarreará dolor, muerte y deshonor a muchos otros.
Así "cumplíase el plan de Zeus".
Sin embargo, no ha de concluirse de ello que todo estaba dispuesto por los
designios de Zeus. Por el contrario, a pesar de que los dioses participan en los
asuntos humanos, la Ilíada es fundamentalmente un poema sobre los hombres,
y el suceso narrado por Homero lo que hace es mostrar algo que proviene de
la verdadera índole de las cosas.
La Odisea
Su obra principal está constituida por Los trabajos y los días, poema realista y
rural, que opone la vida de los campesinos a la de los guerreros, y que habría
escrito para su hermano Perses. Es la primera obra "didáctica" de la historia de
la literatura griega.
También se le atribuye la Teogonía, que describe por primera vez a los dioses
de la mitología griega en cuadros genealógicos que interesan principalmente a
los historiadores de las religiones.
La poesía elegíaca
La lírica monódica era cantada por una sola persona. El género nació en Eolia,
región de la Turquía Egea situada en torno a la actual Izmir (Esmirna) y de la
cual dependían diferentes islas egeas, entre las cuales se contaba Lesbos.
Sólo conocemos algunos fragmentos de los dos primeros líricos eolios: Alceo
(alrededor de 620-580 a. de J.C.), nacido en Mitilene, en la isla de Lesbos,
inventor de la estrofa llamada alcaica; la poetisa Safo, casi de la misma época
que Alceo que vivió en Mitilene, donde dirigía una escuela de poesía y de
música para muchachas.
De Safo nos quedan dos odas íntegras y algunos fragmentos del resto de su
obra, que debió de ser muy importante; las canciones dedicadas por Safo a sus
alumnas en un tono pasional y sensual. Safo inventó nuevos metros, entre
ellos el verso sáfico, que empleó con una flexibilidad asombrosa para expresar
tanto la pasión como la melancolía o la malicia.
Quedan sus Odas triunfales (Epinicios), en las cuales los vencedores que se
celebran son casi todos altos personajes (se trata, por lo general, de los que
vencían en las carreras de carros, y sólo podían participar en este género de
competiciones los príncipes o los próceres muy acaudalados).
Según la tradición, la tragedia griega fue creada en Ática por Tespis (siglo VI
a. de J.C.). En sus orígenes, parece ser que participaron varios elementos.
La parte estrictamente funeraria de los ritos fue aplicada al héroe tebano (ya
no argivo) Melanipo (tebano vencido por los argivos cuando su expedición
contra Tebas, pero que antes había dado muerte al hermano de Adrasto).
La otra parte de estos ritos, relativa a los cantos, las danzas y lo que podría
llamarse el "espectáculo", fue transferida a Dionisos, el dios del vino y del
delirio místico.
Se dice que escribió 90 tragedias, pero sólo siete han llegado hasta nosotros:
Los persas (472), Los Siete contra Tebas (467), Las suplicantes (463 a. de
J.C., según los datos actuales, y no en 490, como se creía antaño), Prometeo
encadenado (fecha desconocida; quizás apócrifa) y las tres que constituyen la
Orestíada (458): Agamenón, Las Coéforas y Las Euménides.
Pero, sobre todo, fue el primero en hacer de la tragedia una verdadera obra de
arte teatral y no una reflexión metafísica dialogada.
La gran moral que puede extraerse de las tragedias de Sófocles quizás está
contenida en la máxima délfica que Sócrates pondría de nuevo en vigor:
"Conócete a ti mismo."
Eurípides
Por tanto, es contemporáneo de Sófocles, unos diez años más joven que él.
Por la época en que Eurípides escribe sus tragedias, los sofistas (profesores de
filosofía) y Sócrates enseñan en Atenas, donde reina cierto escepticismo
intelectual (Sócrates tomará partido contra este escepticismo). La obediencia a
los dioses o a las leyes se convierte en fuente de problemas, y las tragedias de
Eurípides reflejan estas preocupaciones y estos conflictos.
La comedia
Las primeras tentativas de este género parecen haber sido dóricas: un dorio
originario de Megara, Susarión, presenta hacia 750 a. de J.C. las primeras
obras "cómicas": Las farsas de Megara.
Aristófanes
La historia
Heródoto de Halicarnaso
Las Historias de Heródoto relatan las guerras médicas y van precedidas de una
exposición de las indagaciones emprendidas por el autor para comprender el
origen y el desarrollo de estas guerras. El cúmulo de documentos, de datos y
de informaciones que aporta es impresionante.
Tucídides
Jenofonte
Entre otras obras, se le debe un libro que termina el relato de la guerra del
Peloponeso de Tucídides, Las Helénicas; así como la Anábasis (relato de la
retirada de los Diez Mil) y Memorables (recuerdos sobre Sócrates).
La filosofía griega
Platón (c. 428-c. 347 a. C.) fue uno de los filósofos griegos más creativos e
influyentes de la filosofía occidental.
Su padre murió cuando aún era un niño y su madre se volvió a casar con
Pirilampes, colaborador del estadista Pericles.
Obra de Platón
Primeros diálogos
Los diálogos se pueden dividir en tres etapas de composición. La primera
representa el intento que hizo Platón de comunicar la filosofía y el estilo
dialéctico de Sócrates.
Los escritos del periodo intermedio abarcan los de Gorgias (una reflexión
sobre distintas cuestiones éticas), Menón (una discusión sobre la naturaleza
del conocimiento), Apología (la defensa que hizo Sócrates de sí mismo
durante el juicio en el que fue acusado de ateísmo y corrupción de la juventud
ateniense), Crátilo (la defensa de Sócrates de la obediencia a las leyes del
Estado), Fedro (escena de la muerte de Sócrates, en la que discute sobre la
teoría de las ideas, la naturaleza del alma y la cuestión de la inmortalidad), El
Banquete (destacada realización dramática de Platón que contiene varios
discursos sobre la belleza y el amor) y la República (máxima obra filosófica
de Platón, que es una detallada discusión sobre la naturaleza de la justicia).
Entre los trabajos del último periodo se encuentran Teeteto (una negación de
que el conocimiento tiene que ser identificado con el sentido de percepción),
Parménides (una evaluación crítica de la teoría de las ideas), Sofista (una
reflexión posterior sobre las ideas o las formas), Filebo (discusión sobre la
relación entre el placer y el bien), Timeo (ideas de Platón sobre las ciencias
naturales y la cosmología), y Leyes (un análisis más práctico de las cuestiones
políticas y sociales).
Uno de los individuos huye y sale a luz del día. Con la ayuda del sol, esta
persona ve por primera vez el mundo real y regresa a la caverna diciendo que
las únicas cosas que han visto hasta ese momento son sombras y apariencias y
que el mundo real les espera en el exterior si quieren liberarse de sus ataduras.
Teoría política
Platón asocia las virtudes tradicionales griegas con la estructura de clase del
Estado ideal. La templanza es la única virtud de la clase artesana, el valor es la
virtud de la clase militar y la sabiduría caracteriza a los gobernantes. La
justicia, la cuarta virtud, caracteriza a la sociedad en su conjunto. El Estado
justo es aquel en el que cada clase debe llevar a cabo su propia función sin
entrar en las actividades de las demás clases.
Su Academia existió hasta el año 529 d. de J.C., en que fue cerrada por orden
del emperador bizantino Justiniano I, que se oponía a la difusión de sus
enseñanzas paganas.
La poesía
La poesía
Las obras de Plutarco comprenden, por una parte, una serie de biografías de
hombres ilustres, denominadas Vidas paralelas (el título procede de que los
biografiados son estudiados por pares, estableciendo un paralelo entre la vida
de un griego y la de un romano: por ejemplo, Demóstenes y Cicerón, Licurgo
y Numa Pompilio, Alejandro Magno y Julio César, Agesilao y Pompeyo,
Arístides y Catón el Censor, y otros), y, por otra parte, una serie de tratados de
importancia variable sobre los temas más diversos (morales, filosóficos,
religiosos, cotidianos, etc.) y que han sido agrupados bajo el titulo tradicional
de Obras morales (algunos de estos tratados son apócrifos).
Literatura latina
La poesía latina
Los orígenes
La poesía épica
La poesía moral
Apio Claudio dejó unas Sentencias, de las que sólo poseemos algunos
fragmentos redactados en versos rimados análogos a los versos saturnianos.
Catulo tuvo por amante a Clodia, esposa del procónsul de la Cisalpina Quinto
Metelo Celer, y hermana de Clodio, el enemigo de Cicerón.
Catulo cantó su amor desdichado por esta mujer ligera, a la que inmortalizó
con el nombre de Lesbia (vinculada así a Safo, la poetisa griega de Lesbos).
Las 116 piezas que constituyen la obra de Catulo, por lo general muy cortas, a
la manera alejandrina, y de variado ritmo, son testimonio de un arte muy sutil.
No se trata aún de elegías propiamente dichas, pero sí de una poesía flexible,
sabia, musical y refinada. La manera con que combina la imitación, el arte y la
sinceridad hace de él un verdadero clásico.
Lucrecio
No se sabe nada de este poeta, que, sin duda, vivió entre 98 y 55 a. de J.C.
Ignoramos las fuentes de los seis libros de su poema titulado De la naturaleza
(el cual, por otra parte, quedó inconcluso) y que Cicerón editó.
De rerum natura quizás es, con la Eneida, la obra poética más notable de la
historia de la literatura latina.
La edad clásica
Los grandes poetas de la época de Augusto se formaron antes del reinado de
éste, durante la guerra civil.
Virgilio
Pero, en Roma, Virgilio prefirió frecuentar más a los poetas que el foro.
Participó, pues, en el movimiento de los nuevos poetas, el más ilustre de los
cuales era Catulo, y compuso entonces algunas pequeñas piezas a la manera
alejandrina.
Las Bucólicas.
Las Geórgicas
La Eneida
De este modo enlaza con la tradición establecida por Nevio y Ennio; pero, en
lugar de orientar su obra hacia la victoria de Roma sobre Cartago (como en el
caso de Nevio), Virgilio tiene por objetivo cantar la victoria de Octavio
Augusto. La historia que cuenta la Eneida, en 12 cantos, es a la vez una
epopeya, una novela de aventuras, una obra política, una historia amorosa y
un relato simbólico.
Horacio
Sátiras y Epístolas
Odas
Las Odas inauguran un género poético nuevo (en la lengua latina), a imitación
de los poetas eolios.
Si los ritmos son inéditos, también lo son los temas: Horacio, siempre
epicúreo, canta la ataraxia, la paz interior (proporcionada por el "ocio", que en
latín se denomina otium), el placer de vivir la vida día a día, no con
indiferencia, sino con cierto entusiasmo cotidiano (éste es el sentido del
término carpe diem, que significa "aprovecha el día presente").
Con las Odas, Horacio adoptó (con extraordinario acierto) la lírica de los
poetas sáficos y la de Alceo, cuyos metros eran más adecuados que los de la
lírica de Píndaro para el carácter de la lengua latina.
Los amores
Los amores (en tres libros) tienen como "leit motiv" la pasión que Ovidio
parece que experimentó por una mujer a la que en sus páginas da el nombre de
Corina (cosa que nos recuerda, una vez más, a las poetisas sáficas: Corina, o
Corinna, es el nombre de una poetisa griega).
Las Metamorfosis
Las Metamorfosis (quince libros) son una epopeya cosmogónica. Ovidio, sin
duda influido por el neopitagorismo, refiere, en términos simbólicos, la
historia del mundo, desde el caos originario hasta Octavio Augusto,
reasumiendo -bajo el denominador común de las metamorfosis de un ser en
otro- la mayor parte de las leyendas mitológicas .
Los elegíacos
Los dos elegíacos latinos más importantes, y cuyas obras han llegado hasta
nosotros, son Tibulo (50-19 a. de J.C.) y Propercio (47-15 a. de J.C.)
Persio (34-62 d. de J.C.) es, como Lucano, un poeta precoz. Dejó una
colección de Sátiras.
Los realistas
Juvenal (60?- 130? d. de J.C.) es un autor más vigoroso, más vehemente que
Marcial. Sus dieciséis Sátiras llevan el sello de la época (la grandilocuencia),
pero resuenan ,con nuevo sonido. Si hasta entonces los satíricos, desde Ennio
hasta Marcial, describieron y criticaron con una sonrisa los defectos y las taras
de sus contemporáneos, Juvenal adopta aires de predicador.
El teatro latino
La comedia fue la aportación romana más firme para el desarrollo del drama;
las obras vivas y ágiles, sirvieron de modelo a la comedia europea posterior y
han sido representadas e imitadas hasta hoy.
Los orígenes
La influencia griega
Asimismo, cuando en 240 a. de J.C. el rey Hierón II (de Siracusa) realizó una
visita oficial a Roma, con ocasión de los juegos romanos, los magistrados
decidieron ofrecerle una pieza teatral al estilo de los griegos. Esta obra (sin
duda, una comedia) fue escrita por Livio Andrónico.
Livio Andrónico escribió por lo menos nueve tragedias, que tienen como tema
leyendas griegas. He aquí los títulos: Aquiles, Ayax, Egisto, Hermione,
Andrómeda, Dánae, Tereo, Ino, El caballo de Troya.
Plauto y Terencio
Plauto (c. 254-184 a. de J.C.), fue un dramaturgo cómico romano que alcanzó
una enorme popularidad entre sus contemporáneos y ejerció una gran
influencia en la literatura dramática europea posrenacentista.
Las comedias que hoy conocemos son obras con vestuario, personajes, tramas
y escenarios inspirados en las comedias originales de Menandro, Filemón,
Dífilo y otros autores de la nueva comedia griega. Plauto introdujo en ellas
numerosas alusiones locales, además de elementos nuevos, como la canción y
la danza (los diálogos ocupaban aproximadamente una tercera parte de la
obra).
A diferencia de Plauto, Terencio, que, sin embargo, imita los mismos modelos
griegos, no se preocupa de ridiculizar a los personajes helenísticos. Lleva
problemas al teatro (por lo general, de carácter educativo). La contrapartida de
este teatro de tesis (aunque el término quizá sea un poco exagerado) es que las
obras de Terencio son menos vivas, menos rápidas, menos "arrebatadas" que
las de Plauto. También tuvieron menos éxito en su época.
La prosa latina
Los primeros textos en prosa son tratados legales o escritos religiosos; más
adelante aparecieron los grandes tratados de filosofía e historia que han
servido de cuna para la mayoría de las obras posteriores.
Origen y caracteres
Los primeros textos establecidos así fueron: la Ley de las XII tablas (hacia
450 a. de J.C.), las Actas de los magistrados y los Anales, en los cuales
consignaban los pontífices los acontecimientos de la historia de Roma (estos
documentos no han llegado hasta nosotros, pero los conocemos,
especialmente, por la utilización que hace de ellos Tito Livio). Estos textos,
medio sagrados, medio utilitarios, constituyen el preludio de la historiografía
romana.
El siglo II a. de J.C.
Cicerón
Más adelante, mientras César fue dictador de Roma, Cicerón vivió apartado
de la vida política y se dedicó a escribir. Después del asesinato de César, en el
44 a. de J.C., Cicerón retornó a la política. Esperando ver la restauración de la
República, Cicerón fue ejecutado, como enemigo del Estado, después de verse
implicado en algunos escándalos políticos, el 7 de diciembre del 43 a. de J.C.
Los escritos de Cicerón tratan sobre muchos temas. Sus obras filosóficas
revelan su creencia en Dios y en el libre albedrío. Casi todos sus trabajos
filosóficos se basan en fuentes griegas y, por lo tanto, aparte de su valor
intrínseco, tienen uno añadido: el de haber divulgado y preservado la filosofía
griega, que, de no haber sido por él, tal vez se hubiera perdido.
César
Salustio
Varrón
La prosa augústea
Varrón
Tito Livio
Ya hemos dicho que fue una época cosmopolita; los dos escritores más
importantes de la época fueron "provincianos": Séneca, español, y Tácito,
probablemente originario de la Galia.
Séneca
Su principal preocupación era la ética, pero sus creencias eran más espirituales
que las de los primero filósofos estoicos. Sus tragedias en verso ejercieron una
influencia notable en la posterior evolución del teatro clásico en Italia. Otras
dramaturgos de épocas posteriores también se sintieron atraídos por el estilo
retórico y florido de Séneca, su coherencia formal, su capacidad analítica e
introspectiva, el fatalismo estoico de sus personajes y la fuerza de los temas
que abordaba: el asesinato, el horror y la venganza.
En el año 49 d.C. Séneca se convirtió en pretor y fue nombrado tutor de
Nerón, hijo adoptivo del emperador Claudio. A la muerte de Claudio, en el 54,
Nerón se convirtió en emperador. Retirado de la vida pública, al perder la
confianza de Nerón, Séneca se dedicó plenamente a escribir y a estudiar
filosofía.
Petronio
Esta novela de costumbres, que relata los azares de dos jóvenes descarriados
perseguidos por la maldición del dios Príapo, a quien han ofendido, es una
obra compleja en la cual se mezclan los versos y la prosa (por consiguiente, y
según el sentido original del término, es una satura).
Plinio el Viejo
Tácito
Esto explica que se iniciara en la carrera de las letras con el Diálogo de los
oradores, en el cual exalta la elocuencia ciceroniana (como Quintiliano), pero
donde también señala -cosa que Quintiliano no supo o no osó señalar- que su
decadencia está ligada a la desaparición de la libertad de expresión: "La
elocuencia ama las revoluciones -escribe- y no sobrevive en un Estado
organizado".
El mismo año, Tácito publicó Germania, pequeña obra de etnografía sobre los
"bárbaros" de allende el Rin en la que analiza la amenaza que representa para
Roma el pueblo de los germanos.
Pero la obra maestra de Tácito está constituida por los Anales, que reseñan la
historia de Roma bajo los emperadores Julio-Claudios (Augusto, Tiberio,
Calígula, Claudio, Nerón).
La patrística latina
A partir de entonces, será cada vez más abundante, con los escritos monásticos
(san Bernardo) y la teología escolástica de la Edad Media (santo Tomás), y
proseguirá en Occidente hasta el Renacimiento; e incluso hasta nuestros días,
puesto que los textos pontificios siguen redactándose en latín.