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OPINIÓN

Rev Med Uruguay 1999; 15: 5-I 2

La responsabilidad médica
y el consentimiento informado

Dr. Julio César Galán Cortés’

Resumen
El consentimiento informado es un presupuesto de la lex artis y, por lo tanto, un acto clínico,
cuyo incumplimiento puede generar responsabilidad. Es una de las máximas aportaciones que
el derecho ha realizado a la medicina. Es un derecho humano primario y a la vez una
exigencia ética y legal para el médico. Su desarrollo conoció distintas etapas:
“consentimiento voluntario “, “consentimiento informado “, “consentimiento válido “;
actualmente, el “consentimiento auténtico” se caracteriza por adecuarse plenamente al
sistema de valores del paciente. Salvo las circunstancias excepcionales que se analizan, sólo
el paciente es el titular de este personalísimo derecho. Debe prestarse antes del acto médico y
es revocable sin formalidad alguna. Si bien en la mayor parte de los casos el consentimiento
es oral, existe una tendencia a documentarlo por escrito. Estos protocolos deben ser de base
genérica y completarse en función de las características de cada caso. La validez del
consentimiento se extenderá hasta donde haya llegado la informacidn. El deber de informar
alcanza a las consecuencias y riesgos que razonablemente se puedan prever, pero no sobre
los excepcionales.
Palabras clave: Consentimiento consciente
Derechos humanos
Legislación médica
Responsabilidad profesional
Malpraxis

Introducción nocido a lo largo de su historia, si bien en la actualidad


El consentimiento informado es un presupuesto y ele- constituye un presupuesto esencial de la relación médi-
mento integrante de la lex artis. Constituye, por consi- co-paciente, lo que redundará en una significativa mejo-
guiente, una exigencia de la lex artis para llevar a efecto ra de la calidad asistencial.
la actividad médico-quirúrgica curativa(‘). Estamos, por El consentimiento informado ha llegado a la medicina
tanto, ante un acto clínico, cuyo incumplimiento puede desde el derecho y debe ser considerado como una de las
generar responsabilidad. máximas aportaciones que el derecho ha realizado a la
El principio del respeto de la persona (principio kantia- medicina por lo menos en los últimos siglos. Estamos
no) pertenece a una concepción moral, en la que se dice ante un “derecho humano primario y fundamental”, esto
que la dignidad del ser humano reside en su autonomía es, ante una de las últimas aportaciones realizada a la teo-
moral, y, por tanto, en su libertad (principio de autono- ría de los derechos humanos.
mía). Lejos queda aquella medicina paternalista, basada
Es un hecho incontrovertible que el consentimiento in- esencialmente en el principio de beneficencia, donde el
formado es ajeno a la tradición médica, que lo ha desco- médico decidía aisladamente (“autoridad de Esculapio”),
en la mayoría de los casos, la actitud terapéutica adecua-
1. Doctor en Medicina. Abogado. Universidad de Oviedo. España. da a cada paciente (“todo para el enfermo, pero sin el en-
Correspondencia: Dr. Julio César Galán Cortés. Plaza del Sei- de fermo”). Había, entonces, la errónea tendencia a pensar
Agosto, 9-5X. 33206 Gijón, España.
e-mail: galan@airastur.es que un ser en estado de sufrimiento no era capaz de tomar
Presentado: 15/10/98 una decisión libre y clara, por cuanto la enfermedad no
Aceptado: 20/1 V98 sólo afectaba a su cuerpo, sinstambién a su alma.

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Dr. Julio César Galán Cortés

Antaño, la relación médic+paciente era de tipo verti- la necesidad de obtener el consentimiento previo para los
cal, de forma que el medico desempeñaba el papel de tu- actos de experimentación científica, fue el promulgado en
tor y el enfermo, el de desvalido (la palabra enfermo pro- Alemania en 193 1, bajo el título “Directivas concernien-
viene del término latino infirmus, es decir, débil, sin fir- tes a las terapéuticas nuevas y a la experimentación cien-
meza, pero no sólo física, sino también moral; de ahí que tífica en el hombre”, en cuyo artículo 12 se prohibía la ex-
histórica y tradicionalmente se haya prescindido de su perimentación en los casosen los que no se había obtenido
parecer y consentimiento). el consentimiento; este mismo texto excluía de la experi-
Este sustancial cambio de la relación entre el profesio- mentación a los menores de 18 años y a los moribundos.
nal medico y el paciente, transformando el tradicional es- En la década de los setenta se estudió esta cuestión en
quema autoritario y vertical en otro tipo de relación de- Alemania, encontrándose que generaba una importante
mocrática y horizontal, en el que se pasa de un modelo de actividad contenciosa, ya que dos terceras partes de los
moral de código único aun modelo pluralista, que respeta procedimientos seguidos por responsabilidad médica con-
los diferentes códigos morales de cada persona, ha sido templaban supuestos de ausencia o insuficiencia de infor-
motivado por muy diversos factores: por una parte, la mación. Similar atención presta al deber de información
perdida de esa atmósfera de confianza que, en épocas la jurisprudencia francesa y norteamericana. En esta últi-
pretéritas, presidía indefectiblemente las relaciones mé- ma, en la que se elaboró un importante cuerpo jurispru-
dico-paciente, y, por otra parte, la complejidad creciente dencial, una de las primeras resoluciones data del año
y correlativa especialización del ejercicio de la medicina, 1906, en la que el Tribunal Supremo de Illinois, en el caso
determinante, en último término, de una sensible deshu- Pratt versus Davis, limitó la aceptación del consentimien-
manización de su ejercicio. to implícito a los supuestos de urgencia vital y a aquellos
Culturas medicas de tradición tan marcadamente pa- en que el paciente, en uso de sus facultades intelectivas y
ternalista como la japonesa, van evolucionando, inexora- volitivas, libre y conscientemente, deje en manos del fa-
blemente, hacia estos criterios de autonomía. Así, la fa- cultativo la toma de decisiones médicas que pudieran
mosa sentencia de la Corte Suprema de Japón, de 19 de afectarle. En 1914, el Tribunal de Nueva York dicta una
junio de 1981, reconoció y elaboró, por primera vez, el de las resoluciones más emblemáticas e influyentes, con
deber de explicación que correspondía al médico en su ocasión del caso SchloendorfSversus Society of New York
relación con el paciente, como parte integrante de su co- Hospital, al examinar un interesante supuesto, consistente
metido profesional. En todo caso, la comisión para el es- en la extirpación de un tumor fíbroide del abdomen de un
tudio del consentimiento informado de Japón, en su in- paciente durante una intervención que se proyectaba
forme de 1995, abogó porque este principio del consenti- como meramente diagnóstica (se trataba de una laparoto-
miento informado se difunda a través de su cultura y no mía exploradora) y en la que el paciente, de forma espe-
de sus tribunales y leyes. cífica, había dejado expresado que no quería ser operado;
En la actualidad, el derecho del paciente a la autodeter- en el fallo, el juez Benjamín Cardozo consideró que “todo
minación y el respeto a la libertad del paciente son factores ser humano de edad adulta y juicio sano tiene el derecho
preponderantes a considerar en la relación médico-pa- a determinar lo que se debe hacer con su propio cuerpo;
ciente, en tal forma que el derecho a la información es una por lo que un cirujano que lleva a cabo una intervención
manifestación concreta del derecho de la protección a la sin el consentimiento de supaciente, comete una agresión,
salud y, a su vez, uno de los derechos de la personalidad. por la que se pueden reclamar legalmente daños”. NO
Como en todo contrato, y el contrato de servicios mé- obstante el enunciado del principio general del consenti-
dicos u hospitalarios no es ninguna excepción, el primer miento, la sentencia fue absolutoriaparael médico que ha-
elemento esencial para su válida constitución es el con- bía realizado una operación con la oposición expresa del
sentimiento de los contratantes, de conformidad con el paciente, aunque la razón, de tipo más procedimental que
artículo 1.261.1” del Código Civil español (2). sustantivo, fue que la demanda sehabía centrado en la res-
Del deber de información del médico secomenzó a ha- ponsabilidad del hospital por daños causados por ciruja-
blar a finales del siglo XIX por parte de la doctrina alema- nos que utilizaban sus instalaciones.
na, alcanzando esta problemática un notorio desarrollo en A raíz de esta resolución, se formó en los Estados Uni-
la jurisprudencia de este país, así como en Francia y en dos de América un importante y copioso cuerpo jurispru-
los Estados Unidos de América. dencial, precursor en gran parte del alcance de estaproble-
La primera sentencia acerca del consentimiento infor- mática, que marcó las diversas etapas que han presidido
mado tuvo lugar en las Islas Británicas en 1767, con oca- el desarrollo del consentimiento informado, hasta adquirir
sión del caso Slater ver-sus Baker & Stapleton. las actuales características,y que podemos sintetizar en las
Uno de los primeros textos que imponía a los médicos cuatro siguientes: 1) la primera etapa, denominada “con-

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La responsabilidad médica y el consentimiento informado

sentimiento voluntario” (1947), surge como consecuencia acompañarla con el calor debido a algo tan trascendente
de los crímenes del Instituto de Frankfurt para la Higiene como son las decisiones en las que puede estar afectada la
Racial y de los campos de concentración de la Alemania vida, la integridad corporal o la salud física o psíquica.
nazi (el código de investigación de Nuremberg, estableci- Es unánime en la doctrina y la jurisprudencia actual la
do a raíz del proceso contra los criminales nazis, procla- consideración de que la información del paciente integra
ma, en su párrafo inicial, que “el consentimiento volunta- una de las obligaciones asumidas por el equipo médico, y
rio del sujeto humano es absolutamente esencial”); 2) la es requisito previo a todo consentimiento, al objeto de
segunda etapa, denominada propiamente del “consenti- que el paciente pueda emitir su conformidad al plan tera-
miento informado”, surge con el famoso caso Salgo, a fi- péutico de forma efectiva, y no viciada por una informa-
nales de los años 50; 3) la tercera etapa del consentimiento ción sesgada o inexacta, puesto que el tenor de la obliga-
informado se conoce como “consentimiento válido”, se ción médica comprende no sólo la aplicación de las técni-
basa en el caso Culver (1982) (3! “la obtención del con- cas o intervenciones adecuadas en el estado actual de la
sentimiento informado puede ser formalmente correcta y ciencia médica (núcleo principal de su deber prestacio-
ademas se puede valorar adecuadamente la capacidad del nal), sino también el deber de dar al paciente la informa-
paciente, pero el consentimiento otorgado puede no ser ción adecuada en cada caso, muy a pesar de que no haya
válido porque interfieran en la decisión diversos mecanis- sido expresamente pactada.
mos psíquicos de defensa”, y 4) la cuarta etapa, conocida
La información resulta exigible de toda actuación tera-
como la del “consentimiento auténtico”, secaracteriza por
péutica, incluso en aquellos supuestos extremos y excep-
la decisión auténtica del paciente, entendiendo como tal la
cionales de tratamientos sanitarios obligatorios por razo-
que se encuentra plenamente de acuerdo con el sistema de
nes de salud pública, en los que no se requiere el consen-
valores del individuo.
timiento.
Al finalizar la década de los setenta, el informe de la
comisión presidida por Hugez Mac Aleese concluye afir- El derecho a la información del paciente puede hallar-
mando que la primera causade procesos judiciales contra se desvinculado de cualquier acto de voluntad por su par-
los médicos es la falta de información a los enfermos y a te, en tal forma que la información a que alude la Ley Ge-
14!1986, de 25 de abril)
susfamiliares.
no siempre ha de concebirse como una condición previa a
El juez Laskin, de la Corte Suprema de Canadá, señaló
la libre opción terapéutica del paciente, sino que implica,
en 1981, con ocasión de la sentencia dictada en el caso
asimismo, el derecho a conocer su estado de salud y su
Reibl versus Hughes, que “los defectos relativos al con- proceso en todo momento; de ahí su derecho a recibir el
sentimiento informado del paciente cuando se trata de su informe de alta al finalizar su estancia en una institución
elección libre e informada sobre el sometimiento o el re- hospitalaria o su disposición sobre la historia clínica (ar-
chazo a un adecuado y recomendable tratamiento médi-
títulos 10.11 y 61, respectivamente, de la meritada Ley
co, constituyen infracciones del deber de cuidado exigi- General de Sanidad) (4).
ble al médico”.
El derecho a la información sanitaria suficiente corres-
El derecho español, sin alcanzar aún tales cotas de liti-
ponde, obvio es decirlo, no sólo a la persona enferma sino
giosidad, se ha incorporado rápidamente al conjunto de
también a la persona sana, y ello como corolario lógico
problemas que plantea el deber de información de los
de su derecho a la protección de la salud, lo que le permi-
profesionales sanitarios.
tirá adoptar medidas de carácter preventivo o actitudes de
Dentro del marco de la autodeterminación y libre desa- vida que redunden en un mejor estado de salud, así como
rrollo de la personalidad, el consentimiento informado es acciones dirigidas a la consecución o ablación de deter-
el proceso gradual que tiene lugar en el seno de la rela- minadas funciones biológicas.
ción sanitaric+usuario, en virtud del cual el sujeto com-
El consentimiento informado es, por consiguiente, no
petente o capaz recibe del sanitario bastante información,
sólo un derecho fundamental del paciente, sino también
en términos comprensibles, que le capacita para partici-
una exigencia ética y legal para el médico.
par voluntaria, consciente y activamente en la adopción
de decisiones respecto al diagnóstico y tratamiento de su
Presupuestos del consentimiento informado
enfermedad (‘).
Lo importante es hacer del consentimiento informado Titular
un instrumento para la realización de un principio esen- Dada la naturaleza personalísima del bien jurídico en jue-
cialísimo: que la persona sea dueña efectiva de su desti- go, del que sólo el paciente es su titular, resulta evidente
no, como corresponde a su infinita dignidad, y que esta que es el propio paciente o usuario de los servicios sani-
información sea auténtica, humana, en el sentido de tarios quien ostenta el derecho y quien debe consentir la

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actuación o intervención médica, siempre y cuando su ca- ciente para consentir el acto médico y para conocer su al-
pacidad natural de juicio y discernimiento se lo permita. cance, deberán ser sus padres o representantes legales
Cuando se trate de menores que reúnan condiciones de quienes otorguen el preceptivo consentimiento, de con-
madurez suficiente y en los que, por tanto, su capacidad formidad con los artículos 154 y 2 16 del Código Civil es-
de juicio y entendimiento les permita conocer el alcance pañol (*).
del acto médico para su propio bien jurídico, deben ser Cuando el paciente se encuentra inconsciente y se ha-
ellos mismos quienes autoricen la intervención médica, llase su vida en peligro, en tal forma que no fuere posible
por virtud de 10 normado en el artículo 162.1 del Código demorar la actuación médica ante el riesgo patente de que
Civil español (*). se produjere su muerte o lesiones irreversibles, y no fuere
El tema de la madurez o capacidad de entendimiento posible localizar con la urgencia del caso a sus repre-
necesario ha de acogerse al margen de la edad, debiendo sentantes legales o a sus familiares, el médico puede ac-
tenerse en cuenta al respecto la Ley Orgánica 1/1996, de tuar lícitamente amparado por el estado de necesidad.
15 de enero, de Protección Jurídica del Menor, de modifi- En suma, resulta necesario limitar las facultades de in-
cación parcial del Código Civil y de la Ley de Enjuicia- tervención ajenas, para obviar que un tercero, contra la
miento Civil, que reconoce, en su artículo 5, el derecho voluntad del titular, decida por éste qué riesgos ha de asu-
del menor a recibir información en general, por lo que mir o a qué bienes ha de renunciar.
con mayor razón la habrá de recibir cuando afecte a su Tiempo
persona, siempre que sus condiciones de madurez lo per-
mitan (5). Además, el artículo 9 del citado cuerpo legal, El consentimiento del paciente debe prestarse antes del
atribuye al menor el derecho a ser oído en ciertos asuntos, acto médico que se pretende llevar a efecto, y ha de sub-
a los que no debería ser ajeno el que nos ocupa, dado que sistir a lo largo de todo el tratamiento del mismo, en tal
incide directamente en un bien personalísimo (5). forma que el consentimiento sea modulado a lo largo de
todo el proceso terapéutico en el caso de enfermedades
En caso de conflicto entre la voluntad del menor con
crónicas que precisan tratamiento en distintas fases, con
suficiente capacidad de juicio y discernimiento y la de
lo que se protege el derecho a Ia libertad del paciente. Se
sus padres o representantes legales, debe prevalecer la
trata, por consiguiente, de una información de tracto su-
voluntad del menor, por cuanto estamos ante un acto que
cesivo o de ejecución continuada y no de tracto único.
afecta a bienes como la libertad, la salud y la vida del pa-
El consentimiento del paciente es temporal y revoca-
ciente, y, por consiguiente, ante derechos de la personali-
ble sin sujeción a formalidad alguna.
dad. En caso de discrepancia entre el menor y su tutor o
representante, existiendo dudas sobre sus condiciones de Forma
madurez, parece razonable que decida el juez, pudiendo En principio no se requiere ningún requisito especial de
el menor acudir al Ministerio Fiscal; pues si la disposi- índole forma1 para la validez del consentimiento, si bien
ción fina1 duodécima de la antedicha ley, da nueva redac- la Ley General de Sanidad española exige en el artículo
ción al párrafo primero del artículo 211 del Código Civil, 10.6 la forma escrita del consentimiento para la realiza-
exigiendo la autorización judicial para el internamiento ción de cualquier intervención, salvo en supuestos de ur-
por razón de trastorno psíquico de un menor, no parece gencia, incapacidad del enfermo o de riesgo para la salud
extraño que, en casos de discrepancia del padre y del me- pública (4) Sobre esta cuestión, entendemos que se pro-
nor con madurez suficiente discutible, decida el juez duce en la redacción de la ley española una cierta arritmia
cuando se trata de intervenciones que entrañen riesgo no- o desconexión con la realidad práctica, pues estamos ante
torio o previsible(*). uno de los pocos casos en los que el derecho va por de-
La intervención de los representantes legales ha de ir lante de los hechos, desconociendo la práctica usual de
encaminada a favorecer la salud del representado, en tal la medicina, por cuanto en la mayoría de las ocasiones el
forma que en aquellos casos en los que el padre o tutor consentimiento se presta de forma oral, si bien es cierto
del menor no consiente una actuación médica, en base, que cada vez existe una conciencia más extendida entre
por ejemplo, a susconvicciones religiosas (como sucede, la clase médica de solicitar el consentimiento escrito para
con cierta frecuencia, con los Testigos de Jehová), muy a salvaguardarse de las posibles reclamaciones que por esta
pesar de que la misma resulta necesaria y urgente para causa pudieren formularse, especialmente tras las diver-
preservar la salud del menor, el juez podrá suplir tal auto- sas resoluciones judiciales que ponen el acento en esta
rización, por cuanto actuará en beneficio del menor, con circunstancia, al cargar sobre el médico la prueba de ha-
lo que se corregirá el abuso de derecho del padre o repre- ber obtenido el preceptivo consentimiento informado.
sentante del menor. Es innegable que el consentimiento informado es un
Si el paciente no posee condiciones de madurez su% procedimiento gradual y básicamente verbal, aun cuando

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La responsabilidad médica y el consentimiento informado

la Ley General de Sanidad española exija su forma escrita médica por dejar documentado el consentimiento de todo
para cualquier intervención, y ello quizá con la finalidad paciente que va a ser sometido a una intervención quirúr-
de garantizar su obtención f4). En cualquier caso, este do- gica, por lo que desde ciertos sectores se preconiza el uso
cumento, que deberá presentarseal enfermo con suficien- de protocolos específicos de información y consenti-
te antelación, al objeto de que pueda reflexionar tranqui- miento, estimando que les protegerán, a modo de “para-
lamente al respecto, no puede ni debe sustituir a la infor- guas”, contra futuras reclamaciones.
mación verbal que es, sin duda alguna, la más relevante Consideramos que los protocolos de información de-
para el paciente. ben ser muy genéricos y complementarse específicamen-
Insistimos, no obstante, en la validez de la forma oral, te para cada caso, en base a las circunstancias concurren-
salvo en supuestos muy concretos, como en los casos de tes en cada supuesto concreto, de acuerdo con las caracte-
donación y trasplante de órganos o en los casos de ensa- rísticas propias e individuales de cada paciente, así como
yos clínicos sin interés terapéutico particular para el suje- las del médico actuante y las del centro hospitalario en
to de la experimentación, en los que se exige la forma es- que se lleve a cabo su intervención, pues serán factores
crita del consentimiento para su validez, ya que se trata que harán modificar, ponderar o matizar esa información,
de actos médicos en los que quien se somete a ellos de base genérica inicialmente, En este sentido, entende-
arriesga su salud sin recibir beneficio alguno a cambio, mos que debe darse un “consentimiento informado ad
por lo que la libertad y la conciencia del consentimiento hoc”, esto es, que debe ser adecuado a la realidad precisa
de quienes se someten a tales procederes ha de quedar en cada caso y en cada momento.
plenamente garantizada. De ahí, que tales protocolos de consentimiento infor-
En nuestro criterio, la forma escrita exigida por la Ley mado, aunque de base genérica, deben completarse en
General de Sanidad española es una forma ad probatio- función de las circunstancias propias de cada caso, al ob-
nem y no ad solemnitatem. Sobre este particular, hemos jeto de lograr esa especificidad necesaria y deseable,
de manifestar que la carga de la prueba corresponde al apartándose, palmariamente, de esa especie de “contratos
médico, y ello de acuerdo con el criterio establecido en de adhesión” tan al uso, hasta fechas recientes, en mu-
materia de información, en el sentido de que pesa sobre chos hospitales de nuestra red sanitaria, en los que se fir-
quien lo afirma la carga de la prueba de la prestación, por maban incluso en blanco los referidos documentos, sin
cuanto de invertir tal carga y desplazarla sobre el pacien- mediar, en algunas ocasiones, la necesaria información
te, se le impondría a éste una prueba diabólica (probar un previa, por lo que se trataba, en puridad, de un verdadero
hecho negativo, esto es, que no se le dio la necesaria in- formulismo y formalismo.
formación, ni otorgó el preceptivo consentimiento infor-
mado), mientras que para el médico se trata de probar un Objeto
hecho positivo, del que podría dejar buena constancia en El objeto del consentimiento informado lo constituye el
la historia clínica del paciente, a tenor de lo normado en tratamiento médico-quirúrgico ajustado a la lex artis ad
el artículo 10.6 de la Ley General de Sanidad española(4).
hoc y con los riesgos que le son inherentes, pero no com-
Toda la argumentación doctrinal tiende a exonerar al prende el resultado que es aleatorio, dada la incidencia
enfermo de tal prueba, que, en principio, según las reglas en el mismo de múltiples factores endógenos y exógenos,
generales le correspondería en cuanto demandante. El ajenos al actuar del facultativo interviniente y que pueden
onus probandi del consentimiento informado recae sobre truncar el fin perseguido, dada la obligación de medios
el médico por su situación de primacía, dado que para él o actividad que preside su actuación, aunque la diligencia
resultará más fácil dejar exacta constancia de los térmi- exigible sea la propia de las obligaciones del mayor es-
nos del mismo y, por ende, su acreditación. No obstante, fuerzo, ante la trascendencia vital que, en muchas oca-
sin tal exigencia formal, el médico puede probar que siones, reviste para el paciente el proceder del médico.
cumplió con su deber de información por otros medios de Si el paciente desconoce ex ante los riesgos y posibles
prueba admitidos en derecho (testigos sin tacha, cinta complicaciones de la intervención a que va a ser someti-
magnetofónica que lo acredite, historia clínica, etcétera). do, parece evidente que no los puede asumir, siendo el
Parece necesario, en cualquier supuesto, atender a las cir- médico, al transgredir esa obligación de información,
cunstancias del caso concreto y a la mayor o menor facili- quien asumirá por sí solo los riesgos del acto quirúrgico.
dad de las partes para la aportación del material probato- El consentimiento se concreta a la específica interven-
rio adecuado, teniendo siempre presente el lógico equili- ción de que se trate, sin que, salvo caso de urgencia inter-
brio inter partes y la necesariaconfianza que prima en la currente y de actuación necesariamente inaplazable, pue-
relación médico-paciente. da extenderse la actividad del facultativo a otras actua-
En la actualidad existe una cierta psicosis en la clase ciones ajenas a la inicialmente autorizada y que determi-

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nen la extracción, cercenamiento 0 lesión de cualquier tes términos: “derecho a que se le dé, en términos com-
otro órgano. prensibles, a él y. en su defecto, a sus familiares, siempre
que no exista prohibición expresa del interesado, infor-
Contenido y límites del consentimiento informado mación razonable {suficiente) y continuada.. .“, con 10
El médico debe informar al paciente de todas aquellas que se ajustaría su redacción a la realidad, evitando ex-
circunstancias que puedan incidir de forma razonable en presiones incompatibles con la práctica médica diariac4).
la decisión a adoptar por el mismo, por lo que deberá El consentimiento tiene que producirse necesariamen-
informarle sobre la forma (medios) y el fin del tratamien- te tan sólo después de conocer el enfermo el alcance de la
to médico, señalándole el diagnóstico de su proceso, su intervención, las posibilidades de resultados desgracia-
pronóstico y las alternativas terapéuticas que existan, con dos, la probabilidad de peligro y la posibilidad de que el
sus riesgos y beneficios, así como la posibilidad, caso de resultado operatorio sea también parcialmente diferente
ser conveniente, de llevar a efecto el tratamiento en otro de lo proyectado.
centro sanitario más adecuado.
El facultativo debe poner en conocimiento del paciente
El consentimiento del paciente se extenderá, en cuanto
la técnica o procedimiento curativo que es utilizado por
a su validez y eficacia, hasta donde haya sido informado. la ciencia médica dominante. Cuando el paciente se en-
El enfermo debe recibir del médico la información ne- cuentra en una situación en la que existen varios métodos
cesaria para estar en condiciones de adoptar la decisión o técnicas de tratamiento, el médico debe informar sobre
que juzgue más oportuna, con un conocimiento exacto de tales posibilidades o alternativas al enfermo. Si el médico
la situación en que seencuentra, sin que baste la autoriza- se decidiera a poner en práctica un método nuevo o un
ción formal para una determinada intervención si no va tratamiento diferente al empleado habitualmente por la
precedida de la cumplida y adecuada información. ciencia médica dominante, la información sobre sus posi-
El paciente tiene que saber lo que consiente (nihil voli- bilidades, ventajas e inconvenientes debe ser mucho más
tum quem praecognitum, nada es querido si antes no es detallada e inequívoca.
conocido), esto es, el motivo, la urgencia, el alcance, la
Cuando existen distintas alternativas terapéuticas, el
gravedad, los riesgos, las consecuencias, asícomo los po-
médico no siempre determinará cuál es la mejor para un
sibles efectos secundarios de la actuación proyectada y
determinado paciente, por cuanto las personas poseen va-
las eventuales alternativas de tratamiento, lo que en
lores y objetivos que no siempre son coincidentes, en el
modo alguno significa que el médico desarrolle una lec-
sentido de que la elección no será indefectiblemente
ción magistral, para la que obviamente el enfermo no se
aquella que maximice la salud, sino la que promueva el
encuentra, a priori, preparado.
máximo bienestar dentro de la escala de valores indivi-
La desafortunada redacción del artículo 10.5 de la Ley
dual de cada persona, en tal forma que habrá casosen los
General de Sanidad española ha generado múltiples dis-
que tratamiento y no tratamiento podrán considerarse al-
cusiones y discrepancias en la clase médica sobre el al-
ternativas aceptables y válidas, en función del proyecto
cance de la información que el facultativo debe suminis-
vital de cada persona.
trar al enfermo (4).
La doctrina penal considera que el grado de precisión
En primer lugar, el precepto señala que la información
con el que debe ser informado el paciente ha de estar en
debe facilitarse al paciente y a sus familiares o allegados,
relación inversa a la urgencia con la que la intervención
lo que es un error, ya que sólo el paciente es titular del de-
ha sido médicamente indicada, lo que equivale a la apli-
recho, existiendo por parte del médico una obligación de
cación del estado de necesidad en situaciones de urgencia
confidencialidad de toda la información relacionada con
vital, sin que ello suponga la eliminación del deber médi-
su proceso y con su estancia en instituciones sanitarias
co de informar, sino tan sólo el retraso en su exigibilidad
(artículo 10.3 de la Ley General de Sanidad), por lo que
al momento inmediato posterior a la de la intervención.
sólo en caso de incapacidad del paciente habrá lugar a tal
información a sus familiares o allegados (término este úl- Hay distintos factores o criterios que deben ser consi-
timo de enorme imprecisión y que, al no ser determina- derados a la hora de determinar el contenido del deber de
bles, puede ser fuente de conflictos), y ello siempre que el informacion del médico: unos de carácter subjetivo y
paciente no lo haya prohibido expresamente con anterio- otros objetivos.
ridad (4). En el primer grupo deben ponderarse, entre otros, el
En segundo lugar, el mentado artículo 10.5 de la Ley nivel cultural, la edad y la situación personal, familiar,
General de Sanidad habla de información “completa” y social y profesional del paciente.
continuada, lo que resulta inviable en la práctica habitual. Dentro de los factores de carácter objetivo, deben eva-
A la vista de estas objeciones, consideramos que el men- luarse los siguientes: la urgencia del caso, la necesidad
cionado precepto debería ser modificado en los siguien- del tratamiento, la peligrosidad de la intervención, la no-

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La responsabilidad médica y el consentimiento informado

vedad del tratamiento, la gravedad de la enfermedad y la sexo deben señalarsecon absoluto rigor todos los riesgos,
posible renuncia del paciente a recibir información. En pero no será lo mismo cuando se trate de un paciente con
este sentido, cuanto más urgente es una intervención mé- un carcinoma laríngeo avanzado, sin que ello implique
dica, menor precisión es exigible en la información médi- negar información a este paciente, que, insistimos, debe
ca a suministrar al paciente. Otro tanto es predicable de la decidir el quantum de la información que desea), buscan-
necesidad de tratamiento, de forma que cuanto menos ne- do siempre lo más aconsejable para el mismo, y analizan-
cesario sea un tratamiento, mas rigurosa ha de ser la in- do con suma cautela cada caso, lo que en modo alguno
formación, debiendo ser extrema en las intervenciones equivale a regresar al paternalismo y al principio de be-
estéticas y, en general, en la denominada cirugía volunta- neficencia de nuestra tradición médica. No puede olvi-
ria o satisfactiva (vasectomías, ligaduras de trompas, ri- darse que una información excesivamente exhaustiva,
noplastias, mamoplastias, dermolipectomías), a diferen- puede, en su posible “brutalidad”, dañar más al enfermo
cia de la cirugía curativa o asistencial en la que la infor- que beneficiarle.
mación puede sermenos rigurosa. El paciente deberá disponer, en suma, de un balance
Por otra parte, cuanto más peligrosa y novedosa sea equilibrado de riesgos y beneficios de las terapias exis-
una intervención, más amplia debe ser la información tentes, para poder tomar su decisión personal al respecto;
que se facilite al paciente. y ello, en modo alguno, puede conducir a una informa-
En lo que respecta a la gravedad de la enfermedad, se ción disuasoria (“consentimiento asustado”).
discute mucho sobre el alcance de la información que Otra cuestión harto debatida es la concerniente a la ne-
debe darse al paciente, pues desde algún sector se estima cesidad de informar al paciente cuando ha sido o va a ser
necesario silenciar la gravedad del cuadro, mientras que tratado por personal sanitario portador del VIH. El tema
otros autores consideran que al paciente terminal hay que surgió con fuerza en los Estado s Unidos de América, a
decirle la verdad. En nuestro criterio, al paciente terminal raíz del caso “Kimberly Bergalis”, cuando este paciente
debe decírsele la “verdad soportable”, para evitar una declaró haber contraído el Sida en la consulta de su den-
crueldad innecesaria y perniciosa para el propio paciente. tista, creándose una enorme alarma social entre los pacien-
Se habla, en estos casos, del “privilegio terapéutico del tes de este profesional, como consecuencia de una carta
médico”, lo que provoca un conflicto entre el derecho de póstuma que dejó, publicada en la prensa, en la que reco-
autodeterminación del paciente y el principio de asisten- mendaba a sus clientes que se hicieran la prueba del Sida.
cia, por lo que deben primar factores psicológicos y hu- Las investigaciones epidemiológicas llevadas a efecto en
manos por parte del médico a la hora de abordar esta este caso,concluyeron estimando como válida la hipótesis
cuestión, teniendo siempre presente que debe ser el inte- de la transmisión directa del virus del dentista al paciente,
resado quien decida si desea o no conocer su propia situa- en lugar de la transmisión paciente a paciente, quizá a tra-
ción, y para ello la psicología del facultativo resultará vés de heridas que el dentista se produjo durante la reali-
esencial; en todo caso, el médico que se valga de este pri- zación de distintos tratamientos dentales, con lo que hubo
vilegio para minorar la información facilitada a su pa- una exposición directa de los pacientes a su sangre.
ciente, deberá poseer convincentes razones para justificar Cuando se trata de procedimientos exploratorios o te-
que una actitud contraria causaría un daño grave al pa- rapéuticos no invasores, sin riesgo de contagio, no consi-
ciente, ya que este privilegio terapéutico del médico debe deramos necesaria tal comunicación, pues con ella lo úni-
ser la excepción y no la regla. co que se conseguiría sería un perjuicio tanto para el per-
Las explicaciones impartidas a los pacientes para obte- sonal sanitario como para el paciente, al que se inquieta-
ner su consentimiento deben hallarse, por tanto, adapta- ría y angustiaría de forma innecesaria, generando una
das a su capacidad de comprensión y a los distintos facto- desproporcionada alarma social, ante la ausencia de ries-
res subjetivos y objetivos ya mencionados, por lo que se- go de infección en tales casos.
rán muy variables en función de cada supuesto, aunque El riesgo de transmisión del VIH desde el profesional
parece conveniente que, en todo caso, la información no sanitario al paciente sólo es concebible mediante técnicas
genere en el paciente un aumento desproporcionado de su invasoras específicas que provocan un riesgo de autole-
angustia e inquietud, en consonancia con lo expuesto, en sión con sangrado, por lo que los profesionales sanitarios
tal forma que la psicología del médico debe representar infectados con el VIH no deberían realizar tales técnicas
un elemento decisivo sobre este aspecto. invasoras, por constituir una fuente potencial de infec-
Resulta evidente que no todo se puede decir a todos los ción, y en caso de haberlas realizado debería comunicarse
pacientes, dependerá de a quién y de cuándo, así como de tal circunstancia al paciente, respetando en lo posible la
la enfermedad que le afecta (resulta obvio que en una ri- confidencialidad del profesional sanitario. Sin embargo,
noplastia o en una intervención para la modificación del las restantes técnicas exploratorias o terapéuticas pueden

Val. 15 NoI Abril 1999 II


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Dr. Julio César Galán Cortés

ser realizadas sin reservas, y no precisarían, en nuestro responsibility. It is one of the most important contribu-
criterio, su comunicación al paciente, para evitar alarmas tions to medical jurisprudence. It is a primary human right
injustificadas. as well as an ethical and legal requirement for physicians.
En cualquier caso, no debemos olvidar que estamos Different stages of this concept can be pointed out: “vo-
hablando de un riesgo que, aunque sea remoto, es grave, luntary consent”, “informed consent”, “valid consent”;
previsible y evitable, e incluso podría considerarse, hasta nowadays “authentic consent” fully bits patients’ values.
cierto punto, típico, en cuanto su transmisión lo sería por Solely the patient is entitled to this right, except for excep-
personal sanitario infectado por el VIH y que realizaría tional circumstances analysed in the present report. Infor-
tal proceder invasor, de ahí que consideremos la necesi- med consent must be asked for before the medical inter-
dad de su información al paciente ex ante, en los supues- vention is due, and may be withdrawn at any time. Despite
tos antes meritados en los que existe este riesgo de trans- the fact that in many cases“Verbal consent” suffices, there
. .,
mision. is an upward tendency to written consents. Protocols must
En cuanto a los límites del deber de información del be generic as well as being filled in according to each par-
médico, estimamos que debe informarse sobre las conse- ticular case. Consents would be valid up to the amount of
cuencias y riesgos que razonablemente se puedan prever, information provided. The obligation of providing infor-
es decir, los riesgos “típicos”, pero no sobre los excepcio- mation goes up to predictable outcomes and risks but does
nales o “atípicos”, esto es, aquellos que de acuerdo con la not apply for exceptions.
ciencia y experiencia médica no son previsibles en el acto
Résumé
médico concreto a efectuar. No puede, por consiguiente,
omitirse información sobre las consecuencias seguras y Le consentement informé est un budget de la lex artis, il
relevantes, ni sobre las posibles y previsibles, y ello con s’agit donc d’une action clinique dont la mégarde peut
absoluta independencia de su verificación y cuantifica- originer de la responsabilité. Il est question de I’un des
ción estadística. El criterio puramente estadístico o por- plus importants apports que le droit a fait en médecine.
centual no es suficiente a la hora de decidir la informa- Il s’agit d’un droit humain primaire, ainsi que d’une exi-
ción a facilitar al paciente, siendo preciso contemplar otra gence étique et légale pour le médecin. Son développe-
serie de importantes variables, como pueden ser el estado ment a connu de différentes étapes: “consentement vo-
del paciente, la competencia del cirujano, la calidad del lontaire”, “consentement informé”, “consentement vali-
centro hospitalario y la especificidad del acto en sí. Así, de”; actuellement, le “consentement authentique” s’a-
por ejemplo, en una vasectomía debe informarse del ries- dapte complètement au système de valeurs du patient. A
go de recanalización de los conductos deferentes, o en l’exception de circonstances exceptionnelles qu’on
una tiroidectomía del riesgo de lesión del nervio recu- analyse, seul le patient est titulaire de ce droit essentie-
rrente, y ello con independencia de que tales eventos su- Ilement personnel. Il doit s’offrir avant l’action médicale
cedan en menos de 1% de los casos, ya que se trata de et il est révocable sans aucune formalité. Quoique dans
riesgos típicos y específicos de las intervenciones referi- la plupart des cas le consentement est oral,il existe une
das. Lo que resulta indiscutible es que el médico ha de in- tendance à le documenter par écrit. Ces protocoles doi-
formar, en todo caso, de las consecuencias seguras y rele- vent être de base générique et se compléter en fonction
vantes que se producirán a raíz de su actuación. des caractéristiques de chaque cas. La validité du consen-
De esta forma, en aquellas intervenciones quirúrgicas tement s’étendra là où I’information est arrivée. Le de-
en que existe un determinado porcentaje de posibilidades voir d’informer comprend les conséquenceset les risques
de producirse un resultado lesivo, el médico tiene la obli- qu’on puisse prévoir raisonnablement, mais pas les ex-
gación de informar de tales eventualidades al enfermo, y ceptionnels.
la inobservancia de esta obligación implica una actuación
Bibliografía
incorrecta, que conllevará su obligación de indemnizar
1. Galán Cortés JC. EI consentimiento informado del usuario de
por el resultado dañoso producido, caso de generarse, y los servicios sanitario. Madrid: Colex, 1997: 162.
ello con independencia de que su actuación técnicamente 2. Código Civil Español (24 de julio de 1889).
sea correcta, pues la cumplida información de dichos 3. Intemational Encyclopedia of Laws. Medical Law. Kluver Law
riesgos integra una de las obligaciones asumidas por el Intemational. Amsterdam, 1993 (val. 1).
4. Ley General de Sanidad. Ley 14/1986 2.5 de abril. Boletín Oficial
médico o equipo médico actuante.
del Estado Español 29 de abril de 1986, N” 102.
5. Ley Orgánica de Protección Jurídica del Menor (Ley Orgánica
Summaty 111996, de Protección Jurídica del Menor, de moditicación parcial
del Código Civil y de la Ley de Enjuiciamiento civil (15 de enero,
Informed consent is an argument per se of the lex artis and 1996). Boletín Oficial del Estado Español, 17 de enero de 1996
therefore a clinical act, whose nonperformance may cause (N” 15).

12 Revista Médica del Uruguay

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