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La fotografía en México

La primera cámara de daguerrotipia llega a México a finales de 1839. Fue traída por unos viajeros franceses que
buscaban explotar el invento en estas tierras. Los primeros trabajos se llevaron a cabo en el puerto de Veracruz. A
partir de 1865, el album de familia se torna en un objeto imprescindible en los hogares mexicanos. La práctica social
del retrato también indica una imperiosa necesidad, y casi desesperada búsqueda de inmortalidad, producto de una
angustia existencial. No surge entonces como un actitud en relación con los otros, sino como manera de verse a sí
mismo en el tiempo y a través de éste. La fotografía canalizó la esperanza escatológica del siglo: sobrevivir como
imágenes de papel sensible, vencer el horror de la desintegración, afirmar una felicidad irreal o irrealizable.
(Debroise, 1998: 56, 57)

Una serie de figuras públicas pasan a formar parte del mundo privado familiar y sitúan al grupo ideológicamente. En
1874, la firma Cruces y Campa lanzó al mercado una célebre galería de gobernantes con los retratos de los
personajes que han ejercido el poder en México, desde la época de la independencia. Esta iniciativa fue imitada por
varios fotógrafos; además, los álbumes de edificios notables y paisajes, como el Album fotográfico de Desiré
Charnay y el Album Orizabeño de Manuel Castillo (1872).

Además, la afirmación de sí mismo pasa por el reconocimiento de las imágenes, la localización de aquellos que no
forman parte de la buena sociedad. Desde fechas muy tempranas, la fotografía sirvió a intereses de clase y llenó
ciertos huecos. En 1855 se reglamentó el uso de la foto aplicada a la identificación de los reos,... aunque superficial,
esta medida pretendía cubrir las carencias del sistema carcelario mexicano.
(Debroise, 1998: 60)

La "notable mejora" había sido instaurada un año antes por decreto presidencial del general Santa Anna, a
sugerencia del inspector de cárceles del ayuntamiento... Del conocido Chucho el Roto, Jesús Arriaga, fueron
impresos 300 ejemplares de su retrato a raíz de su fuga en 1882. En las fotografías, los presos se caracterizaban
por su apariencia andrajosa. La mayoría de ellos provenía de las clases bajas.

La fotografía sirvió muy pronto para clasificar, situar, definir y controlar a otros sectores de la sociedad. Además,
durante el II Imperio se intentó controlar de esta manera el ejercicio de la prostitución, y particularmente, limitar los
estragos de las enfermedades venéreas... dicho trabajo fue encargado por Maximiliano de Hadsburgo en 1865. En
él, se apuntaban los datos clínicos de las mujeres galantes de la ciudad de México.

A partir de 1872 se registró de modo similar a los vagos e indigentes... a finales del porfiriato esta medida se
extendió a los enfermos mentales, a los maestros y, en vísperas de las fiestas del Centenario de 1910, a todos los
periodistas, a quienes se les entregó un carnet que les daba acceso a las ceremonias conmemorativas. De esta
manera se fueron consignando en un registro los rostros de los ciudadanos que por su labor o características,
debían ser identificados, conocidos, o mejor dicho, reconocidos por la clase en el poder.

En las últimas décadas del siglo XIX una intensa competencia, y la aparición de la fotografía de prensa obliga al
fotógrafo a distinguirse: cada quien adopta un estilo que lo caracteriza... Los temas, las poses, son los mismos, pero
la mirada del fotógrafo ha cambiado... sin embargo, en las ciudades de provincia y en ciertos barrios periféricos de la
capital, se instalan estudios improvisados y cada vez más, numerosos fotógrafos ambulantes en busca de clientela
de modestos recursos.

La profesión de fotógrafo retratista entró en crisis a finales de los años veinte... Esto se debió, probablemente, a la
difusión entre las clases acomodadas de las cámaras portátiles, evidenciada por el espacio que ocupaba en la
prensa la publicidad de los productos Kodak, introducidos en 1901 por la American Photo Supply Company. Algunos
requerimientos oficiales permitieron sobrevivir a los estudios: como las fotos para credenciales y sus diversos
formatos. A partir de 1910 el fotógrafo de retratos se convierte en un personaje de los barrios excéntricos, y se
multiplican de vuelta los fotógrafos ambulantes o transhumantes que atienden a los sectores campesinos, a los
peregrinos en Chalma, la Villa de Guadalupe, Chapultepec, etc...

La fotografía de paisaje

Hacia 1860 diversas agencias del gobierno estadounidense, notablemente el Departamento de Guerra, museos e
instituciones científicas, encargaron a los más prestigiados fotógrafos de su época, reportajes sobre los territorios
apenas conocidos entonces... Se trataba de misiones de reconocimiento, cuyos obvios propósitos eran, por un lado,
obtener un registro de los territorios para estudiar posibilidades de integración económica... por otro, fomentar las
migración y colonización de estas regiones. Los fotógrafos sobrepasaron las expectativas y crearon una mitología y
una estética. (Debroise, : 81)

Los fotógrafos construyeron, junto con las representaciones pictóricas, una conciencia territorial, un orgullo nacional.
En el siglo XX, esta sublimación del paisaje se convirtió en los Estados Unidos en una verdadera escuela de
fotografía, cuyos jefes de fila fueron Edward Weston, Ansel Adams, Eliot Porter y Paul Strand, entre otros. Adams
llevó notablemente esta sensibilidad a sus últimas consecuencias. Tomó el partido de evidenciar no tantos los
aspectos monumentales, como la poesía de las limpias planicies... inventó un sistema de zonas que consiste en
bloquear partes del negativo al imprimir...

La historia del paisaje mexicano también puede leerse como construcción nacionalista...La escuela pictórica del
paisaje se inicia con algunos viajeros románticos y se afirma con José María Velasco y varios de sus discípulos, para
culminar con el Dr. Atl, quien llevó el culto del paisaje mexicano a sus últimas consecuencias... nos movemos aquí
en el terreno de lo puramente estético, de su idealismo y de sus implicaciones ideológicas implícitas. Un sector de la
foto mexicana adoptó el paisaje como el género natural que les solicitaba la naturaleza del país... y una forma de
nacionalismo que se entrelaza y confunde con la promoción turística del territorio... pasando por Hugo Brehme, José
Ma. Lupercio y en cierta medida Edward Weston. Se puede definir, quizas, este aliento mexicanista en la elección de
ciertos escenarios.

Hugo Brehme nació en Turingia en 1882 y murió en la ciudad de México en 1954. Fotógrafo desde temprana edad,
un viaje lo llevó a las costas mexicanas. Se instaló en Veracruz algunos meses y tomó numerosas vistas de la
ciudad, el puerto y poblados aledaños. Abrió su primer estudio fotográfico en la ciudad de México en 1910... El
estallido de la Revolución no perturbó el desarrolló de Brehme, que muy pronto se volvió uno de los más solicitados
de la capital mexicana. En 1911 formó parte del equipo de la Agencia Fotográfica Mexicana fundada por Casasola...
Brehme entró en contacto directo con el caudillo del sur Emiliano Zapata y realizó los ahora célebres retratos de éste
mítico personaje... que desde que fueron reproducidos por la prensa inspiraron a varias generaciones de artistas,
como Diego Rivera.

En 1923 reunió 197 de entre sus mejores fotografías y compuso con ellas un álbum, que fue impreso en Alemania...
Quizás el primero de una larga serie de libros ilustrados. México Pintoresco de Hugo Brehme se caracteriza por la
deliberada visión idílica propia de los libros artísticos dirigidos a un público que prefiere la evasión al enfrentamiento
con crudas imágenes realistas. La mirada romántica y bucólica de Brehme anula de hecho las tolvaneras polvo en
las calles de los pueblos, los charcos de agua lodosa que aparecen tantas veces en las vistas de Charles Waite o de
Abel Briquet... lo que interesa es lo sublime, y por supuesto, lo sublime que puede ofrecer este país tan rico en
hermosos paisajes, son sus montañas cubiertas de nieve... todo lo demás es secundario.

Brehme fue además el introductor de las modernas técnicas pictorialistas y los virados con ácidos, filtros y demás,
que enseñó a su amigo el ingeniero Fernando Ferrari Pérez y a un joven discípulo que tomó la costumbre de
acompañarlos en sus excursiones fotográficas domingueras hacia 1920-1921: Manuel Alvarez Bravo. Brehme puede
ser considerado como el primer fotógrafo moderno de México, y el último representante de una vieja guardia, de una
mirada decimonónica.

El culto por el paisaje también fue promovido por el el fotógrafo aficionado Luis Requena, quien en 1904 creó la
Asociación Fotográfica de Profesionales y Aficionados, cuya vocación principal era desarrollar el gusto por la
fotografía, organizando excursiones para fotografiar paisajes, edificios y ruinas, primer antecedente del Club
Fotográfico, fundado durante la II Guerra y convertido en institución formal en 1949. Además, la revista Foto preparó
el terreno para un estilo de fotografía que se podría calificar de virtuosismo en el sentido de que pone el acento en el
alarde técnico, la perfecta exposición, los precisos juegos de luz y sombra, descuidando el motivo. La naturaleza
muerta o la composición objetual realizadas en estudio y en el paisaje eran prácticamente los únicos temas
aceptados.

Los fotógrafos viajeros

El francés Abel Briquet llegó por primera vez a México en 1883... dos años más tarde, quien había sido maestro de
fotografía en la academia militar en Francia y fotógrafo de estudio en París, abrió un gabinete en la ciudad de
México...realizó una serie de álbumes conmemorativos por encargo del gobierno de Díaz. Podemos considerar a
Briquet como el primer fotógrafo comercial en sentido moderno. Una serie de imágenes de tamaño 8 x 10
debidamente numeradas y fechadas, se escalonan entre 1890 y 1910, y abarcan una variedad de temas, desde
vistas de paisajes, flora y fauna, escenas típicas, monumentos y edificios prehispánicos... A diferencia de fotógrafos
anteriores realizó, además de las vistas típicas de paisajes mexicanos, numerosas imágenes de fábricas e
instalaciones modernas que presentan aspectos novedosos del país...

En 1909, en vísperas de la Revolución, realizó uno de sus álbumes más interesantes en la medida en que presentó
una serie de vistas lujosas del México moderno; una serie de lujosas residencias de ladrillo y cantera "estilo francés",
de la nueva colonia Juárez, que indican qué aspectos del país pretendía difundir el gobierno de Díaz (Debroise: 112)

Charles B. Waite, fotógrafo californiano, viajó a México en 1896 y se instaló en San Cosme, en la ciudad de México,
donde permaneció hasta 1913; fue sin duda el más prolífico de los fotógrafos comerciales de este periodo. Aunque
de calidad irregular, su increible producción de vistas abarca los mismos temas que Briquet, aun cuando no parece
abocarse mucho más a temas tradicionales, vistas de la fauna, la flora, paisajes monumentales, panorámicas de
ciudades y lugares típicos... Uno de los reportajes más conocidos de Waite fue realizado en los primeros años del
siglo XX, para la compañía estadounidense Chiapas Rubber Company... Waite muestra el arduo trabajo de los
recolectores en la densa selva tropical, subraya las modernas máquinas que transforman la materia prima en el
preciado hule.
Réquiem: la fotografía arqueológica y las ciudades perdidas

Unos meses después de su divulgación, la daguerrotipia fue utilizada en la reproducción de monumentos antiguos
poco conocidos o aislados, o a punto de desaparecer. Inspirado por su amigo, el diplomático estadounidense John
Lloyd Stephens, el barón VanFriedristahl, jefe de la delegación austriaca en México, y gran aficionado a la
arqueología, se sirvió de una cámara daguerriana en su viaje de exploración a Yucatán, en 1841. Poco después, el
propio Lloyd Stephens y su compañero, el dibujante inglés, Frederick Catherwood, intentaran también reproducir
mediante el daguerrotipo los edificios sagrados de la llamada región Puuc: Uxmal, Kabah y Labná.

Catherwood, Stephen y Désire Charnay inauguran un género específico de la fotografía mexicana... las ruinas
americanas inspiran a estas almas románticas. Estos fotógrafos no buscaban tanto la precisión como el efecto, la
espectacularidad... si bien abren el camino de la fotografía arqueológica, a la postre resultan más bien forjadores de
una visión específica de México.(Debroise: 118)

Désire Charnay, enviado del gobierno francés en misión artística, es quizá el más talentoso de una serie de viajeros
aficionados a la arqueología que recorrieron México entre 1860 y 1900. Su idea era realizar una vuelta científica y
fotográfica al mundo, conforme una moda lanzada por el editor Francois Lerebours, con sus exitosas excursions
daguerriennes. A fines de 1857, Charnay llega a México, en los albores de la Guerra de Tres Años. A fines de 1858 o
principios de 1859, inicia finalmente su atropellado viaje de exploraciones arqueológicas... relató sus aventuras en
los estados de Oaxaca, Chiapas, Yucatán y Campeche, en un libro publicado en 1862 cuando el gobierno de
Napoleón III iniciaba la intervención militar a México.

Mezcla de diario de viaje, reflexiones etnológicas, descripciones de costumbre y anecdotario personal, el libro de
Charnay debe mucho a la obra de Stephens y conforma un género literario particular del siglo XIX... Paralela a esta
publicación, Charnay publicó un álbum de 49 fotografías de monumentos prehispánicos, con aspectos de Mitla,
Chichen Itzá y Palenque... La publicación de Cités et Ruines Americaines fue probablemente la primera introducción
del pueblo francés a la arqueología mexicana y gozó de éxito inmediato. Charnay volvió en tres ocasiones a México
con recursos mucho más ámplios debido a sus éxitos literario-científicos. La obra de Charnay revela un cambio de
mentalidad. Las imágenes fueron impresas por el propio autor...

Armando Salas Portugal es considerado como el último aventurero. Le corresponde, en la década de los años
treinta, abrir un nuevo camino: como los aventureros del siglo pasado, Salas Portugal se adentra en la jungla
cargando su equipo fotográfico, recorre las sierras de Tabasco y Chiapas en busca de monumentos poco conocidos,
algunos incluso aún no descubiertos oficialmente... Asi es como nos revela Uxmal, Chichen, Palenque, Bonampak o
Yaxchilan...

Wilheim Kahlo cambió su nombre por el de Guillermo al instalarse en México. Llegó a nuestro país en 1891... tuvo
contactos tempranos con la fotografía, pues su padre, joyero húngaro había emigrado a Alemania, vendía también
cámaras y materiales fotográficos... Con la ayuda de su suegro instaló un estudio de retratos y consiguió en 1904 el
contrato oficial que permitiría salir de la pobreza a su cada vez más numerosa familia, y construir la famosa casa
azul de Coyoacán, que la más célebre de sus hijas, Frida, convertiría en centro de atracción mundial. De 1904 a
1908 recorrió México para realizar álbumes fotográficos que Limantour pensaba publicar en 1910 para la
conmemoración del centenario de la independencia, pero vieron la luz hasta 1923 por iniciativa del Dr. Atl.

Las fotos de Kahlo pecan de una frialdad, de una distancia objetiva y científica, hasta cierto punto excesiva.

El Album de Tipos Mexicanos, fotografía etnológica

En 1865 o 1866, Francois Aubert realizó en su estudio una serie de retratos de tipos populares, principalmente de
personajes del mercado, que posan junto a sus productos... Para la Exposición Internacional de Filadelfia, de 1896,
Antioco Cruces y Luis Campa realizaron una serie de tarjetas de visita con algunas selectas figuras de tipos
mexicanos, que fue recibida con gran entusiasmo, y les valió premios y honores... La serie de Cruces y Campa sólo
proporcionaba retratos de los habitantes de la capital y sus alrededores.

Pero México es más amplio, complejo y contrastado, y su comprensión no sólo requería de una visión como la de
Cruces y Campa, sino que necesitaba una revisión, una explicación más detallada de las variantes sociales y
étnicas. A ello se abocaron numerosos científicos, cuya visión progresista va a ser determinante en las definiciones
del siglo XX. Los etnólogos de los últimos años del siglo XIX utilizaron la fotografía para complementar la
documentación, en algunos casos en extremo incompleta, de los usos y costumbres, ritos y leyendas de algunos
grupos indígenas.

Por ejemplo, el francés Leon Diguet viajó a México en 1889, como químico titular de una empresa minera que
explotaba hierro en el sur del país. En 1890 el Museum presentó una exposición de sus hallazgos. A raíz de esto, el
Ministerio Francés de Instrucción Pública le encomendó seis misiones científicas entre 1893 y 1913. Recorrió Baja
California, Jalisco, Tepic, San Luis Potosí, Colima y el norte de Jalisco, Puebla, Oaxaca, etc. Analizó a los insectos y
las orquídeas, los minerales y los crustáceos, los indígenas y las cactáceas, la arqueología, el idioma huichol y
mucho más... Sus libros están ilustrados con imágenes relacionadas con los temas que estudió... Su trabajo más
interesante es sin duda el amplio estudio sobre los huicholes de la sierra de Nayarit, que realizó en 1896.

Carl Lumholtz, el trabajo fotográfico de este naturalista y antropólogo danés es más conocido por el éxito de su libro
México Desconocido, constantemente reeditado desde 1902... Lumholtz vivió 12 años en México... La American
Geographical Society financió sus trabajos. Permaneció largas temporadas, años a veces, entre los indígenas de
México, compartiendo sus modos de vida, aprendiendo su idioma... supo ganarse la confianza de los hiucholes.
Pocos etnólogos del siglo XIX se entregaron de tal manera a sus investigaciones, y con tal simpatía para con los
objetos de su estudio. Mostró con detalles aspectos de la vida cotidiana de los indígenas, además de fiestas, danzas
en honor de jícuri, del maíz y del venado.

La intimidad lograda por Lumholtz le permitió adentrarse en el espacio sagrado, retratar muy de cerca y sin prejuicio
alguno a sus amigos indígenas.

Los fotógrafos, forjadores de patria

Desde Cruces y Campá... Hugo Brehme, José Ma. Lupercio y muchos de los fotógrafos anteriormente mencionados,
pasando también por Weston y Tina Modotti, la fotografía en México ha tenido un aspecto indigenista, y se ocupa, a
la sombra de la antropología, de capturar el "alma nacional", algo tan inconsistente y volátil, efímero y variable como
las modas intelectuales e ideológicas que la sustentan. Como contraste, las fotografías sostienen dichas teorías y el
"alma nacional" parece haber dejado sus rastros en los objetos y en los rostros, impregnando las actitudes y la vida
cotidiana en sus aspectos más variados.

Lo indígena, una acumulación de ritos, mitos, leyendas, tradiciones, cantos, bailes se incorpora al proyecto nacional.
La foto se convierte ahora en un instrumento privilegiado y participa asimismo de esta construcción ideal llamada
México: así como los pintores, escultores, escritores y filósofos, ciertos fotógrafos se convierten al mexicanismo, y
algunos mexicanistas a la fotografía. Entre fotografía y antropología existió una íntima relación, de los años veinte a
los cincuenta... fueron fotógrafos y antropólogos: Doris Heyden, la segunda esposa de Alvarez Bravo, y también
Henri Cartier Bresson. La curiosidad del antropólogo marcó también a Mariana Yampolsky, Graciela Iturbide, Flor
Garduño, etc.

Cartier Bresson comparte con Alvarez Bravo un interés por el paisaje urbano que destaca en conjunto con la
producción fotográfica de los años treinta. Durante el años y cuarto de su residencia en México, se instaló en una
vecindad de la Candelaria de los Patos, a un paso de la Merced. Sus famosas imágenes de las prostitutas de la calle
Cuauhtemotzin, de pordioseros y modestos vendedores de mercado han marcado a la más reciente generación de
fotógrafos mexicanos, e influyeron quizás en Héctor García y Nacho López, quienes a finales de los cuarenta
abordan personajes de la ciudad... Esta tendencia a una antropología estética de la foto mexicana... se ha desviado
en México hacia la "exploración contemplativa".

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