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52 LA CASUALIDAD COMO ORIGEN DE LA CREACIÓN ------ por Martín Soria

Para empezar, es preciso definir el significado de esta palabra casualidad. Un acto casual es
aquél del que se ignoran sus razones. ¿Qué ocurre después de comprenderse sus razones?
El acto casual desaparece. Por lo tanto casualidad es un estado inserto en el proceso de
raciocinio. En ese estado de ignorancia, se acepta la casualidad. Pero la casualidad no es
operativa, no crea, sólo se evalúa. Casualidad entonces no es más que una justificación
intelectual de un acto cuyas razones se ignoran.
No es posible afirmar que la casualidad creó un acto (x) sencillamente, porque para crear,
es indispensable de intencionalidad, selectividad y poder. La casualidad no contiene
selectividad, ni intencionalidad, ni poder. La casualidad intencional, deja de ser casualidad
y se transforma en origen diligentemente propositivo. Propósito implica un proceso y una
estructura ordenada, de acuerdo con esto, la casualidad no puede connotarse de estructurada
en una dirección sistemática o procesada.
¿Puede crear la casualidad o no puede crear la casualidad? Para crear se necesitan de
elementos intencionales. Intencionalidad no basta para crear, sólo con intención no se crea,
para crear es preciso de selectividad. Es preciso de seleccionar de entre las opciones
alternativas, la que se considera válida para crear, por lo tanto además de intencionalidad y
de selectividad es preciso contener nociones de valor, para determinar si es o no válido lo
que se intenta crear. Además de esto es preciso del poder crear, pero no sólo del poder, sino
también del dominio del poder a voluntad, es decir se necesita de responsabilidad. Sin
poder no es posible crear, y para ejercer el poder en una determinada dirección se necesita
del dominio. Pero no sólo con el poder, con la selectividad y con la intencionalidad se crea,
para crear es preciso de libertad para poder optar por lo que se considera válido ¿Contiene
la casualidad alguno de estos atributos? Si no los encontramos en la casualidad. ¿Cómo
podríamos afirmar que el universo es fruto de una casualidad? Es, sin duda alguna muy
fácil afirmar que el universo es fruto de una casualidad, pero no por ser fácil, popular o
generalizado, va a ser cierto. Fue muy popular el lema de seamos todos iguales y no por eso
es cierto, o fue también popular el dicho de que todo es relativo y no por eso es cierto. Si
todo es siempre relativo se transforma en absoluto porque es siempre y para todos válido.
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No seamos ingenuos, la casualidad no contiene los atributos necesarios para crear. La


casualidad no crea, la casualidad se crea intelectualmente cuando se ignoran sus razones.
Si la casualidad no puede crear ¿qué es lo que origina las cosas? Todo acto contiene
intencionalidad y selectividad. A pesar de que se entienda o no la intención de las cosas,
todo obedece a una intención originaria. Podría decirse que me cayó la hoja del árbol en la
cabeza por casualidad, pero no es correcto porque la hoja se desprendió del árbol por la
intención motivadora de las leyes de la creación que determinan que en otoño se han de
caer las hojas de ese árbol, y por la coincidencia en el momento y en el lugar, determinada
por la intención que me motivó a pasar por ese determinado lugar. ¿Dónde se fue entonces
la casualidad? Todo acto obedece a una intención originaria. La intención es una necesidad,
la necesidad de realizar algo, y esta necesidad por realizar, existe para satisfacer a la
realización de ese algo. La capacidad satisfecha por la intencionalidad es una capacidad
emocional. Sin esa capacidad emocional, no se puede crear nada. El origen causal de
cualquier acto, es por lo tanto un origen emocional.
Para crear un acto es necesario seleccionar de entre las alternativas, la opción que se
considere válida. Lo que nos indica que la realización de cualquier acto, ha de contener
capacidad selectiva, en función de un determinado estándar de validez. Esto implica que el
creador ha de tener la capacidad de reconocer aquello que es válido, y a la capacidad de
reconocer conocimiento se le denomina intelecto. Luego, todo acto es producto de una
selección en función de lo que se reconoce como válido. Todo acto obedece a una decisión
selectiva o intencionalmente intelectual.
Al crear, se necesita, además de intención y selectividad, se precisa de poder. Pero el poder
ha de ser dirigido o conducido hacia el propósito de la realización de algo, por lo tanto, el
poder ha de ser dominado en la dirección que debe, hasta completar lo que se debe hacer.
Lo que se debe hacer, es fruto de la selección intencional, dirigida hacia la realización de lo
que se consideró valido. Por lo tanto, del acto creado, se desprende capacidad de dominio.
Ya tenemos, que para crear, se precisan de capacidades emocionales, intelectuales y de
dominio, Estas capacidades existen sólo en el ser persona. Por lo mismo, podemos afirmar
que el creador de un acto creativo, ha de ser persona. Persona es aquél ser con la capacidad
de ser libre, seguro y responsable. Y estas son las cualidades necesarias par poder crear.
Las máquinas no crean, los animales no crean, las plantas no crean, los minerales no crean,
únicamente las personas crean, porque están dotadas con libertad, selectividad y dominio.
El ser humano contiene las capacidades emocionales, intelectuales y de dominio necesarias
para crear, estas capacidades, pretenden la plenitud emocional, el conocimiento que es
siempre y para todo válido y la completación de su responsabilidad. Estos atributos y
necesidades no son casuales. Existen para ser satisfechas y esto se hace posible para
satisfacer a su origen creador, quien también contiene las capacidades emocionales,
intelectuales y de dominio, y que espera el encuentro con la plenitud, con la autonomía de
toda su creación y con la responsabilidad completa de todo lo creado por El. Hasta el
momento, todo lo creado cumple completamente con su propósito, pero al ser humano le
falta madurar hasta cumplir completamente su porción de responsabilidad, le falta descubrir
y comprender los principios de la creación que son siempre y para todo válidos y le falta
alcanzar el estado de plenitud para con el todo y siempre válido.
La casualidad como originaria de algo, es solo un justificante fatuo.

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