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Estudio N° 3 de la Primera Epístola de Pedro

La Herencia – Una esperanza viva


(1ª Pedro 1.3-12)

Por: J. Fernando Latorre

Para una mejor comprensión de este tema, lo vamos a dividir en tres partes:

A. El cristiano es dichoso por tener una herencia maravillosa; 1 P. 1.3-5 “3Bendito sea el Dios y Padre de nuestro
Señor Jesucristo, quien según su grande misericordia nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva
por medio de la resurrección de Jesucristo de entre los muertos; 4para una herencia incorruptible, incontami-
nable e inmarchitable, reservada en los cielos para vosotros 5que sois guardados por el poder de Dios median-
te la fe, para la salvación preparada para ser revelada en el tiempo final.”
1. Estas grandes bendiciones lo tenemos gracias al sacrificio de nuestro Señor Jesús, quien dio su vida en
rescate por toda la humanidad, 1 Tim. 2.5-6 “5Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los
hombres, Jesucristo hombre, 6quien se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a
su debido tiempo”; Hebreos 12.2
2. La herencia que tendrá todo cristiano es:
a. Incorruptible, quiere decir que no se podrá viciar o alterar.
b. Incontaminable, quiere decir que no se podrá alterar la pureza o sus condiciones normales.
c. Inmarchitable o inmarcesible (duradero, eterno), significa que no podrá perder su hermosura o su
vigor.
d. El cristiano es coheredero con Jesús, Romanos 8.17 “Y si somos hijos, también somos herederos:
herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que junta-
mente con él seamos glorificados”
e. Cuando nosotros aceptamos a Jesús como nuestro Salvador, Dios nos otorga el arrabon (arras, pren-
da, anticipo). Efesios 1:13-14 “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evange-
lio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su
gloria”; 2 Co. 1:22; 5:5.
3. La única manera de acceder a esa herencia es por medio de la FE; esto lo veremos más claramente en 1 P.
1.9.

B. Las pruebas o dificultades, nos ayudan a perfeccionar nuestra fe; 1 P. 1.6-9 “6En esto os alegráis, a pesar de
que por ahora, si es necesario, estéis afligidos momentáneamente por diversas pruebas, 7para que la prueba
de vuestra fe -más preciosa que el oro que perece, aunque sea probado con fuego- sea hallada digna de ala-
banza, gloria y honra en la revelación de Jesucristo. 8A él le amáis, sin haberle visto. En él creéis; y aunque no
lo veáis ahora, creyendo en él os alegráis con gozo inefable y glorioso, 9obteniendo así el fin de vuestra fe, la
salvación de vuestras almas.”
1. La fe se prueba ( ) en medio de las dificultades (6-7). Pedro pone el ejemplo del oro que se
prueba mediante el fuego, de la misma manera también nuestra fe será probada, pero debemos recordar
lo que Pablo dice en 1 Corintios 10.13 “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero
fiel es Dios, quien no os dejará ser tentados más de lo que podéis soportar, sino que juntamente con la
tentación dará la salida, para que la podáis resistir.” Santiago 1.2-8.
2. Amor a Dios sin haberlo visto, (8), Eso mismo nos enseña nuestro Señor en Juan 20.29 “Jesús de dijo: -
Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron y creyeron.” Una manera de de-
mostrar el amor a Dios en por medio del cuidado que mostramos a la iglesia; Juan 21.17 “Le dijo la terce-
ra vez: -Simón hijo de Jonás, ¿me quieres? Pedro se entristeció de que le dijera por tercera vez: ¿me quie-
res?, y le respondió: -Señor, tú lo sabes todo: tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: -Apacienta mis ove-
jas.”; Juan 13.35 “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros.”
Es preciso, pues, demostrar amor por los hermanos sin acepción de personas.
3. El fin de nuestra fe será la salvación, (9). Como vimos en los versículos 3-5, se trata de una herencia in-
comparable.

C. Estas bendiciones fueron anheladas por los profetas y los ángeles; 1 P. 1.10-12 “10Acerca de esta salvación
han inquirido e investigado diligentemente los profetas que profetizaron de la gracia que fue destinada para
vosotros. 11Ellos escudriñaban para ver qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en
ellos, quien predijo las aflicciones que habían de venir a Cristo y las glorias después de ellas. 12A ellos les fue
revelado que, no para sí mismos sino para vosotros, administraban las cosas que ahora os han sido anunciadas
por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas que hasta los ángeles
anhelan contemplar.”
1. La vida cristiana había sido profetizada por los profetas
2. Los profetas quisieron ver las maravillas de esta era cristiana
3. Incluso los ángeles anhelan siquiera contemplar.
D. Conclusión
Cuando hablamos de herencia, se nos viene a la mente, la herencia que los padres podemos dejar a nuestros
hijos, pero, recordemos lo que paso con el hijo pródigo, fue y derrochó toda su herencia, lo mismo nos podría
suceder. Lo que no se puede perder es, el amor a Dios, una buena educación, las buenas enseñanzas, el amor
y respeto al prójimo, son esas las cosas que debemos procurar heredarles a nuestros hijos y no necesariamen-
te cosas materiales que perecen. Proverbios 22.6. “Instruye al niño en su camino, y ni aun de viejo se apartará
de él”.

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