Tecnológico de la Argentina
Contenido
1. Introducción ..................................................................... 1
2. Los temas sectoriales ......................................................... 5
3. Desarrollo industrial e integración regional. ........................... 9
4. Opciones de desarrollo tecnológico. .................................... 10
5. Ciencia, Tecnología y Producción ........................................ 11
6. El rol del estado .............................................................. 17
7. Entre la coyuntura y el largo plazo ..................................... 18
1. Introducción
Un desarrollo de las fuerzas productivas en nuestro país que se
inscriba en un proyecto de país de profundo contenido nacional y
popular, debe permitir alcanzar, simultáneamente, los siguientes
objetivos:
• aumentar la productividad y el valor agregado de nuestra
producción;
• distribuir en la sociedad argentina, con niveles crecientes de
equidad, los beneficios de este desarrollo productivo;
empezando por el incremento de la participación del sector
asalariado en la distribución de las rentas y ganancias
• concentrar en el país el poder de decisión sobre nuestras
políticas productivas;
• lograr una creciente transferencia de conocimientos científicos
localmente generados al sector productivo;
• aumentar crecientemente la calidad / complejidad de los
puestos de trabajo en el país.
¿Es factible hoy en nuestro país un desarrollo de las fuerzas
productivas de este tipo?
¿Es posible y necesario, desde la situación actual planificar las
políticas para este desarrollo?
Un análisis de la actual situación argentina y de su potencialidad para
constituir la base de un desarrollo con los requisitos aquí enunciados
muestra un mapa de claros y oscuros.
Por el lado de los aspectos favorables podemos listar:
• el intento de afianzamiento de la seguridad jurídica en el país,
que se inició con la construcción de un poder judicial
independiente a partir de los cambios en la suprema corte y de
la derogación de las leyes de la impunidad, pero que,
necesariamente, debe continuar hacia abajo en la pirámide
judicial;
• el incipiente proceso de reindustrialización que permitió
disminuir el desempleo del aprox. 25% en el 2002 al aprox. 7%
actual;
• la solidez fiscal lograda merced al incremento de la actividad
económica;
• la limitación de la injerencia en nuestras políticas de los
organismos internacionales de crédito normalmente opuestos a
las estrategias de desarrollo con redistribución;
• el aumento significativo de las jubilaciones y pensiones
mínimas;
• la renacionalización del sistema previsional eliminando a las
nefastas AFJPs;
• el discurso referente a la reinstalación en la sociedad argentina
de la necesidad de un proyecto estratégico y su conducción por
el Estado;
• la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología, apuntando -
entre otros objetivos- precisamente, a estimular una creciente
transferencia al sector productivo de conocimientos científicos
localmente generados.
Entre los aspectos negativos debemos listar:
• la fuerte dependencia de nuestra economía respecto de
commodities primarias como la soja que hasta el comienzo de
la actual crisis, con el aumento de su precio en los mercados
internacionales, han tenido un impacto beneficioso sobre
nuestra balanza de pagos y han contribuido en forma
importante al superávit público pero sin generar puestos de
trabajo de calidad, a la par que pone en riesgo la
sustentabilidad social, económica y ambiental, de nuestro
modelo de producción agropecuaria. Hoy, con los precios de la
soja en franco retroceso en los mercados internacionales se ve
más claramente el peligro de depender de los commodities
agropecuarios para desarrollar el país.
• la baja calidad / remuneración de la mayoría de los puestos de
trabajo creados durante la recuperación 2003-2008;
• una desfavorable alianza de clases que el gobierno no supo
evitar, que ha enajenado temporalmente a la clase media,
potencial protagonista y también beneficiaria de este desarrollo
con fuerte identidad social.
• falta de acciones para recuperar la propiedad nacional sobre los
hidrocarburos y demás recursos naturales;
• la no reconstrucción del expertise del aparato estatal,
fuertemente dañado por años de bajos salarios y deliberada
inducción al desprestigio.
Es necesario también entender la importancia crucial de la
conformación de un empresariado nacional capaz de tomar iniciativas
para la innovación en el desarrollo de los negocios, sin pretender
escapar de los riesgos implícitos de su actividad. La conformación de
un empresariado no prebendario, debería ser acompañado de un
estado fuertemente decidido a combatir toda forma de monopolio y
regular los límites de los mercados oligopólicos.
Un déficit fundamental es la total reticencia del estado a planificar
políticas de desarrollo para el mediano y largo plazo, centrando la
acción gubernamental en el corto plazo y muchas veces confundiendo
políticas coyunturales con políticas de desarrollo.
La IV Carta Abierta lo dice con total claridad:
No creemos equivocarnos si decimos que falta la elaboración, explicitación y
proyección de algo previo a ciertas medidas importantes. Lo es la estatización de
Aerolíneas, pero lo previo hubiese sido crear certezas mayores sobre su destino de
empresa pública antes de enviar el proyecto de ley al parlamento; lo es el pago de
la deuda al Club de París, pero lo previo hubiera exigido mostrar esa medida en
conexión a mejores argumentos sobre la economía pública y las deudas sociales
internas; lo es el proyecto de ley de jubilaciones, pero hubiera sido conveniente
que se dijera previamente que se evitarían alquimias matemáticas sobre esta vital
cuestión.
En cuanto a los incidentes ferroviarios en el Ferrocarril Sarmiento, ahí lo
previo hubiera sido reconocer de inmediato las condiciones inaceptables en que
viajan millones de personas que son víctimas así de una grave injusticia social. Y al
par de repudiar la destrucción de los bienes públicos, examinar los graves sucesos
a la luz de criterios más amplios, en el sentido de las orientaciones hacia el cambio
general de las pésimas condiciones de vida en vastas zonas del conurbano. Todo
ello, antes de incurrir en un lenguaje de imputaciones que recuerdan tramos
oscuros de la historia inmediata, cualquiera sea la explicación ulterior de los
condenables acontecimientos de violencia contra el equipamiento ferroviario.
Falta algo previo, decimos. Es la elaboración de bases más permanentes de acción
y lenguaje en cuanto a las transformaciones que se le adeudan al pueblo argentino
y a las acechanzas que se ciernen.
.
Usando la terminología de nuestra tradición política: falta desarrollar
y explicitar un modelo de país que sirva a la vez de guía y de núcleo
convocante para acumular voluntades transformadoras.
Hablar de políticas de desarrollo es hablar de políticas que estén al
servicio del interés nacional en áreas tan decisivas como la energía,
el sector agropecuario, la industria, los transportes, etc.
Hablar de políticas de desarrollo nacional con fuerte contenido
popular es también hablar del actual desarrollo y enfoque de la
educación pública y del que sería necesario en el modelo de país que
impulsamos.
Hablar de tal tipo de políticas de desarrollo es considerar la función
que hoy cumplen y la que debieran cumplir las universidades
nacionales en el modelo de país que impulsamos.
Sabemos que hay muchos problemas técnicos que plantear y
resolver; pero las respuestas correctas solo se darán si estos
problemas técnicos son encarados en un marco de políticas que
incluyan los contenidos nacionales, populares y democráticos a que
hemos aludido antes. Las respuestas de tecnócratas “apolíticos” solo
reproducen lo existente: más concentración en la producción de
commodities exportables, más dependencia de la tecnología de
empresas multinacionales y consecuentemente más concentración de
la riqueza y en ese sentido la “apoliticidad” tiene un sentido político
concreto.
Sabemos también que las respuestas solo políticas, sin los
conocimientos que las respalden son respuestas solamente retóricas
y por lo tanto impotentes para desarrollar un nuevo modelo de país.
Tecnólogos, economistas, abogados, empresarios nacionales,
expertos en organización gubernamental, reunidos alrededor de un
eje político nacional y popular, son la fuerza que puede desarrollar la
propuesta estratégica necesaria.
2. Los temas sectoriales
Sin pretender agotar el tema surgen en un primer planteo los
siguientes interrogantes a ser debatidos:
2.1. Energía
¿Tiene sentido y es posible constituir ENARSA en la empresa estatal
de gas y petróleo que recupere las ganancias petroleras para el
desarrollo del país?
¿Cómo se recuperan, desde lo legal, desde lo económico y desde el
conocimiento tecnológico imprescindible, las concesiones del período
menemista?
¿Cuál es el horizonte de producción de gas y petróleo? ¿Se puede
impulsar desde una empresa estatal un ambicioso programa de
exploración en el continente y off-shore que los concesionarios
privados no han querido desarrollar?
¿Es necesario potenciar la CNEA para impulsar un programa de
construcción de centrales nucleares? ¿Con que tecnología? ¿Cuál es el
rol que jugará en este tema una empresa de excelencia y nacional
como INVAP?
¿Existen nuevos roles para la energía hidráulica?
¿En lo que hace a energías alternativas como la eólica, la mareo-
motriz, la oleaje-motriz, la solar, etc., estamos haciendo, como país,
lo suficiente?
¿Cómo planificar la ampliación de los sistemas de distribución de gas
y electricidad? ¿Cómo ajustar las tarifas para que cumplan un rol
social redistributivo sin subvencionar consumos despilfarradores de
las clases media y alta?
¿Cómo desarrollar un programa sensato y sostenible de ahorro
energético?
2.4. Transportes
¿Cómo reconstruir los ferrocarriles para que cumplan un rol central
en el transporte de mercaderías y personas?
¿Cómo ligar la reconstrucción ferroviaria con la creación de industrias
de fabricación de insumos ferroviarios?
¿El sistema de rutas nacionales es suficiente y está correctamente
dimensionado para servir al desarrollo industrial?
¿Qué hacemos con las concesiones de ferrocarriles y rutas teniendo
en cuenta los aspectos legales, económicos y técnicos? Obviamente
ninguna solución que solo garantice las ganancias de los
concesionarios debe ser adoptada, como así tampoco ninguna
solución irresponsable que signifique un riesgo para el funcionamiento
de la infraestructura de transportes.
¿Cómo modificar el transporte aéreo de cabotaje para que cumpla un
rol de facilitador de la industria del turismo y del movimiento ágil de
personas que requiere el desarrollo industrial?
¿Tiene el estado que gerenciar una línea aérea internacional de
bandera?
2.5. Minería
¿Es factible potenciar la minería, asegurando que los beneficios de la
explotación de recursos no renovables queden en el país y utilizando
tecnologías que la hagan sustentable desde el punto de vista de la
polución que produce?
2.6. Construcción
La industria de la construcción es una industria que multiplica la
actividad industrial.
¿Cómo orientarla hacia la satisfacción de necesidades sociales de
viviendas y obras de infraestructura, en lugar de su actual orientación
hacia la especulación inmobiliaria?
2.7. Tecnologías de última generación
La bio-tecnología ligada a la producción de semillas y a la industria
farmacéutica, los nuevos materiales, la nanotecnología, el modelado
computacional como soporte del desarrollo y optimización de
procesos y del desarrollo y optimización de productos, la micro-
electrónica, la industria del software son áreas en los que el país
tiene una oportunidad única de ligar los desarrollos científicos a la
producción.
¿Cómo desarrollar esta oportunidad sin perjudicar la libre
investigación científica, que finalmente constituye el sustento de la
investigación aplicada al desarrollo de tecnología y de la formación
de profesionales de alto nivel?
2.8. Medicamentos
¿Es posible desarrollar un vínculo más eficiente, razonable y justo
entre los investigadores del sector y la industria farmacéutica?
3. Desarrollo industrial e integración regional.
En las condiciones actuales es necesario agregar la variable
integración a las políticas de desarrollo y de modernización
productiva. El mundo se va organizando en torno a bloques
económicos y comerciales y en el Cono Sur de América ya tenemos
una valiosa experiencia de integración que debe ser perfeccionada
para alcanzar un nivel superior.
En consecuencia ¿no es ya el momento de analizar la posibilidad de
integrar las cadenas de valor de los respectivos aparatos productivos,
para sustituir en la medida de lo posible los equipos y componentes
importados desde otras zonas del mundo? Esto, que es válido para el
conjunto de la región, es todavía más importante en el caso de Brasil,
nuestro socio estratégico.
Del mismo modo, ¿no es imperativo considerar ya la construcción de
grandes obras públicas como un instrumento decisivo para la
integración y al mismo tiempo como un factor dinamizador de las
economías, precisamente cuando la amenaza de la recesión
económica se extiende por todo el mundo?
La región ya ha acumulado una virtuosa experiencia de integración
energética y esa práctica es un buen punto de partida para
extenderlo a otras áreas de los servicios.
4. Opciones de desarrollo tecnológico.
¿Qué nos conviene como país, importar trenes de última generación
ya sea el tren bala u otros menos veloces, ó diseñar / construir trenes
en el país?
Claramente importando el tren tendremos acceso a una tecnología
más evolucionada: trenes más veloces, más confortables con menor
costo de mantenimiento y además los tendremos ya.
Importando el tren no hay riesgos. Pagamos y obtenemos un tren
funcionando; no corremos riesgos de desarrollos que se retrasan ni
de fracasos intermedios. (En este planteo ideal hagamos abstracción
de la posible existencia de funcionarios infieles que ganancia personal
mediante – coima- pueden llegar a comprar basura a precios de oro)
Estableciendo un programa nacional de diseño / fabricación local de
vagones, locomotoras, rieles, controladores, etc. correríamos con
todos los riesgos inherentes a un desarrollo, nos subiríamos a la
escala tecnológica no necesariamente en su punto más avanzado, y
deberíamos esperar más tiempo más para solucionar el tema del
transporte ferroviario de personas y cargas. En el pensamiento neo-
liberal estaríamos reinventando la rueda y pagando altos costos por
ese capricho.
En nuestra visión, estableciendo el programa de desarrollo ferroviario
autónomo, estaríamos desarrollando una industria poderosa, con
generación de trabajos de alta sofisticación, con generación de
industrias proveedoras, etc. Obviamente además de solucionar el
tema del transporte ferroviario de personas y cargas.
¿Qué nos conviene como país para aprovechar las amplias
posibilidades de energías como la eólica ó la solar u otras energías
alternativas, enviar una misión que salga de shopping por el mundo y
garantice que en un tiempo razonable tendremos instalados la
generación de energías alternativas que necesitamos para modificar
urgentemente nuestra matriz energética ó promover un programa
local de diseño / fabricación de generadores eólicos, solares, etc.?
En nuestra visión, estableciendo un programa de desarrollo
energético autónomo, estaríamos desarrollando industrias poderosas,
con generación de trabajos de alta sofisticación, con generación de
industrias proveedoras, etc. En este caso el riesgo de fracasos
parciales es, por la sofisticación del tema, decididamente superior al
riesgo de fracasos en el tema ferroviario. Pero aún así un riesgo
tomable.
¿Un proyecto nacional se debe proponer solo generar trabajo y
resolver problemas acuciantes como el ferroviario ó el energético ó
generar puestos de trabajo de creciente complejidad?
Los puestos de trabajo de complejidad creciente empujan la
necesidad de educación y por lo tanto tienen como consecuencia un
perfeccionamiento de la democracia.
Un proyecto nacional debe impulsar la participación de investigadores
científicos en sus planes de desarrollo (lo que no significa tratar de
convertir a todos los científicos en tecnólogos)
El neoliberalismo hoy en decadencia en el primer mundo, nos
pretende vender la idea de que debemos insertarnos en el mundo no
en base a nuestras potencialidades sino en base a nuestras
posibilidades actuales con lo que los planteos de opciones de
desarrollo nacional representarían pérdidas inaceptables de recursos
y tiempo.
En nuestra visión solo podremos construir una sociedad en la que la
educación sea prioritaria y la democracia sea más que una formalidad
construyendo internamente cadenas de valor basadas en el uso del
saber nacional.
5. Ciencia, Tecnología y Producción
5.1. Ciencia y Tecnología
Es importante resaltar algunas diferencias notables entre ciencia y
tecnología. :
a. El fin último: la ciencia trabaja sin necesidad de imponerse un
objetivo final, en tanto que la tecnología es dependiente de dicho
objetivo final (por ej., se desarrolla tecnología para fabricar tal
producto en tales condiciones y con tales medios, pero se
estudian científicamente las propiedades de un material
independientemente de la posibilidad o aún de la necesidad de
producirlo).
b. La propiedad del resultado: en ciencia la propiedad es social, los
resultados se publican y se difunden. En tecnología el resultado
es decididamente una propiedad particular (y no nos referimos a
ningún sistema económico en especial, puede ser propiedad de
una empresa, de un estado o de una sociedad).
6. El rol del estado
“Para impulsar un modelo económico de desarrollo con equidad es indispensable la
reconstrucción de un imaginario social que recupere la relevancia de lo político y la
intervención del Estado como requisito para promover el crecimiento de la Nación” 2
2
“Sin Estado no hay Nación” – Documento de la Comisión de Economía de Carta
Abierta
Durante el retroceso que impone el triunfo del neoliberalismo, que
comienza en el ’55 y se fortalece con los golpes del ’66 y ’76 para
pasar a ser hegemónico durante los gobiernos constitucionales de
Menem y de la Rúa, el estado se contrae y se pauperiza
intelectualmente. La desmotivación constante que imponían los bajos
sueldos y órganos de comunicación que impúdicamente asociaban el
empleo público con la sátira de Gasalla, descalificando ad initio el
antecedente de la función pública, producen como consecuencia un
estado débil en lo científico- tecnológico: un estado que no solo
abandona su rol pionero en el desarrollo tecnológico sino que además
renuncia implícitamente a sus funciones de regulación y control.
Hoy no se perciben en el sector privado, más allá de experiencias
notables pero de envergadura reducida, ni vocación ni potencialidad
para reconstruir la cadena científico-tecnológico-productiva.
Será solo reconstituyendo el sector público será posible dar el salto.
Un sector público fuerte que regule y que en sectores estratégicos
(energías convencionales y alternativas, ferrocarriles, aviación, etc.)
no solo regule sino que sea el ejecutor de los desarrollos necesarios.
7. Entre la coyuntura y el largo plazo
La magnitud de la crisis económica mundial impone a todos los
gobiernos la adopción de medidas extraordinarias para preservar el
empleo y evitar que el nivel de actividad disminuya abruptamente. En
ese contexto es explicable que los programas de ayuda a las
empresas, mediante asistencia crediticia, defensa del mercado
interno y estímulos a la exportación, se orienten hacia aquellas ramas
de la producción que son intensivas en la utilización de mano de obra
o cuyos encadenamientos industriales hacia atrás o hacia delante
involucren una masa significativa de unidades productivas.
Terminales automotrices y la construcción, especialmente de
viviendas, se convierten rápidamente en las receptoras de una buena
parte de los paquetes de ayuda, esperando que influyan
positivamente sobre gran parte de las industrias que forman parte de
esas cadenas de valor.
Esas decisiones son inevitables y sería necio criticarlas cuando
el país se ve afectado por una crisis monumental que no ha
provocado, pero cuyos efectos se proyectan inexorablemente sobre
nuestro devenir económico y social.
Con todo, ello no impide poner también una mirada estratégica
sobre el desarrollo industrial, buscando al mismo tiempo caminos que
le den más densidad productiva y mejor orientación a la
reconstrucción del tejido industrial, incorporando nuevas ramas que
hagan sustentable ese desarrollo y que incorporen aportes
sustantivos de ciencia y tecnología, con el fin de crear puestos de
trabajo con cada vez mejores remuneraciones.
La exhortación, en todo caso, se refiere a la necesidad de no
dejarse atrapar por la crisis y actuar sólo reactivamente. Debe haber
un espacio, primero para la reflexión imprescindible que facilite la
búsqueda de caminos complementarios y de largo aliento. Luego es
necesario incluir la variable integración y explorar junto a Brasil,
nuestro socio estratégico, la posibilidad de encarar emprendimientos
conjuntos que afirmen una estrategia regional integradora. Por último
debe buscarse la participación activa de la comunidad científica y
tecnológica, cuyos aportes son imprescindibles para esta clase de
emprendimientos.