HISTORIA NAVAL
“El Cid” fue patroneado con suma destreza por el Capitán Villalonga durante numerosas singladuras ILUSTRACIÓN: RAMÓN SAMPOL ISERN
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hacían las guardias y en su tiem- bían agua de un botijo que se ba penosamente entre grandes babor y 6 brazas de cadena en
po libre descansaban o se entre- pasaban unos a otros. En cuanto cabezadas, capeando, tratando fondo fangoso.
tenían, bien charlando, tallando Tan larga travesía era al menú, consistía en carne sala- de alejarse del huracán. Mar y La llegada a puerto produjo
madera o confeccionando artí- da cocida con algunas legum- viento eran ensordecedores. Es- gran alegría a la tripulación y no
culos de cabo trenzado. Los pa- propicia para entreetenerse bres, arroz o fideos, también te último producía un fuerte sil- digamos nada a los pasajeros,
sajeros ocupaban su tiempo en pescado seco y la típica galleta bido en las jarcias y los cabos desembarcando varios tripulan-
juegos de salón y en leer. Las con los juegos de salón y marinera. rotos se agitaban dando secos tes, así como el pasaje. El negro
comidas eran el principal acto A bordo se llevaban animales latigazos. Los tripulantes se Jeromo cargó con presteza los
social a bordo. Se hacían en la largas charlas vivos, que eran sacrificados pa- mantenían en pie como mejor equipajes en un carruaje que
antecámara del capitán, que pre- ra el menú de los días festivos, podían, procurando manejar la acababa de llegar, al cual subie-
sidía la mesa, acompañado por siendo muy celebrados los pla- vela trinquete y la cangreja, úni- ron los viajeros partiendo hacia
los dos oficiales y los pasajeros. la desembocadura del río Gam- tos a base de pescado fresco. La cas que quedaban largadas, tra- la ciudad.
Las charlas de sobremesa versa- bia, el momento para poder for- pesca se realizaba, bien al ar- tando de mantener el gobierno y El Capitán Villalonga, junto
ban sobre acontecimientos ocu- zar el bloqueo inglés, que perse- pón, en un alarde de equilibrio evitando atravesarse a la mar, con el primer oficial, el contra-
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rridos durante la navegación y a guía tan ilícito comercio. Los desde el moco del bauprés, o a maestre y el carpintero, trataban
menudo sobre el tráfico escla- armadores negreros, no repara- la manera tradicional cebando de evaluar los daños que había
vista. Recordemos que en Espa- ban en el precio a la hora de ad- los anzuelos. En la época, los barcos sufrido el buque, para proceder
ña, había sido abolida la esclavi- quirir una embarcación. Solían Después de muchos días de a su reparación, ya que debía re-
tud, por Dña. Isabel II, en 1837, pedir a sus apoderados un buque navegar y próximo ya "El Cid" negreros seguían con su gresar a Mallorca cuanto antes.
un año antes del viaje que nos rápido de seiscientos, o una ve- al Mar de las Antillas, el Capi- Mientras tanto, los estibadores
tán Villalonga, observaba la sa- lucrativo a la vez que procedían a descargar el carga-
lida del sol apoyado en la rega- mento del bergantín, y colocarlo
la. Veía el astro difuminado, en infame negocio en carros. Casi toda la cacharre-
un cielo gris. El aire tenía algo ría de barro se encontraba hecha
especial y la mar, ya crecida no añicos por los fuertes zarandeos
coincidía con la dirección del pues de hacerlo los enormes del huracán, por lo que se arrojó
viento reinante. Marino viejo y bandazos podrían poner al bu- al agua, para servir de relleno a
experimentado, corrió el capitán que con “la quilla al sol”. Méto- la prolongación del muelle que
a observar el barómetro, y com- dos, como la ciclónica de Four- se estaba construyendo.
probó, nervioso, que había baja- nier, para conocer el rumbo del
do desde la última lectura, de ciclón o las reglas de Buys Ba- MANOLO RIVES
manera significativa. De nuevo llot, para determinar la ubica- Director Escuela Náutica Palma