1 Según la forma
2 Según el contenido
3 Según el uso
Desarrollo o barras
Números: las ideas principales están marcadas con números arábigos o romanos (1, 2, 3...
o I, II, III, IV…). Los subapartados constan de un segundo número y llevan sangría a la
derecha. Así dentro de apartado 3, tendremos los subapartados 3.1, 3.2, 3.3, 3.4...
Nota: Los números romanos no suelen utilizarse cuando hay subapartados. Es útil para
trabajos científicos, tablas de contenidos o índices.
Letras: las ideas principales están marcadas con letras mayúsculas o minúsculas (A, B,
C... o a, b, c…). Los subapartados constan de una segunda letra y van sangrados a la
derecha. Así dentro de apartado B, tendremos los subapartados B.A, B.B, B.C, B.D,...
Símbolos discrecionales: las ideas principales están marcadas con un mismo símbolo
elegido arbitrariamente por el autor, por ejemplo *. Los subapartados constan de un
segundo símbolo (también arbitrario), por ejemplo #, y van sangrados a la derecha. El
autor del esquema es totalmente libre de elegir los símbolos que prefiera. Sin embargo, es
importante mantener el mismo símbolo para todos los apartados que están al mismo nivel.
Nota: Este tipo de esquema puede resultar embrolloso si existen muchos niveles. En
cualquier caso, es muy importante respetar bien el sangrado y, si hubiera muchos niveles,
puede ser necesario incluir una leyenda.
Mixto: intercala números, letras y/o símbolos discrecionales en los distintos niveles. Así, las
ideas principales están marcadas con uno de esos tres elementos y los subapartados con
un elemento adicional distinto del anterior y sangrados a la derecha. Por ejemplo: ideas
principales 1, 2, 3… y subapartados 2.a, 2.b, 2.c…
Nota: Este tipo de esquema puede resultar embrolloso si existen muchos niveles. En
cualquier caso, es muy importante respetar bien el sangrado y, si hubiera muchos niveles,
puede ser necesario incluir una leyenda.
Barras: es muy similar al esquema mixto, pero incluye líneas verticales a la izquierda que
engloban todos los puntos de un mismo nivel.
Nota: Este tipo de esquema puede resultar embrolloso si el esquema es muy extenso y/o si
existen muchos niveles. Es muy importante respetar bien el sangrado y, si hubiera muchos
niveles con símbolos diferentes, puede ser necesario incluir una leyenda.
Gráficos
Llaves / árbol: de cada idea o apartado se abre una llave que abarca los subapartados
correspondientes.
Nota: también se pueden llamar cuadros sinópticos.
De cajas: las ideas están encerradas en rectángulos que suelen estar unidos por líneas
horizontales y verticales, siguiendo una estructura vertical más o menos homogénea y
cuadriculada.
Nota: se suele utilizar para representar estructuras jerárquicas y organizaciones. También
llamado organigrama.
De flujos: las ideas están encerradas en figuras geométricas de diferentes formas y están
unidas por flechas y líneas en diferentes direcciones y sentidos (ascendente y
descendente, de izquierda a derecha y viceversa...).
Nota: se suele para representar concatenaciones de hechos, dependencias y causas,
procesos o actividades que se realiza por pasos o ciclos.
Híbridos
No son muy ortodoxos, pero son aceptables siempre que cumplan el objetivo previsto por el
autor a la hora de realizarlos.
Cuándo se realizan:
Para qué se utilizan: los tres tipos son complementarios y en ningún caso excluyentes.
Resumen / síntesis: para resumir los contenidos y, si fuera necesario, para mejorar la
comprensión de los contenidos desarrollados previamente y/o la memorización de los
mismos. Nota: según el caso, se utilizan los esquemas de desarrollo o los gráficos.