Almacal
Monográfico nº 6
LA BARRIADA DE
CANELA
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En las siguientes páginas vamos a dar otros ejemplos más (y ya son muchos los
comentados), sobre el incumplimiento por parte del Ayuntamiento del citado Artículo 4 de
la Ley de Patrimonio Histórico Andaluz.
Lo terrible del párrafo anterior es comprobar como en el año 2000 aún estaban
dichos patios sin destruir, cosa que se ha producido entre el período 2002-2003.
IMAGENES: Escaneadas del referido libro, nos ilustran del aspecto que tenía hasta antes de ser
derribado. A la izquierda, bomba de agua en el desaparecido patio.
Vamos a reproducir un extracto del libro que da nombre a este capítulo, para
apreciar desde el mismo, el gran interés etnológico de este tipo de edificaciones que se
vienen destruyendo:
Respecto al “Patio del España”, apuntar que también ha sido mutilado al derribarse
su almacén, según nos han contado “por razones de salubridad” (?).
6-4. LAS CALDERAS Y POZOS.
Esta fotografía de la izquierda (arriba) fue tomada a finales del año 2003. Si la comparamos
con la de la derecha, que aparece en el libro citado inicialmente, y que data de 1998,
veremos la degradación que ha sufrido este bien etnológico en tan solo cinco años.
Tomada desde la Caldera próxima, las paredes del Cuartel resisten al abandono y el paso
del tiempo
Mientras que los restos de “La Carbonera” (imagen en mitad de la página) duermen
placidamente al otro lado del estero, solitaria, al otro extremo sur la Ermita de Ntra. Sra.
del Carmen (tercera fotografía de la página) que para guinda del desastre total, puede ser
convertida en la poco espiritual función de ser centro de una rotonda. A fecha de hoy, la
transformación que han sufrido los arenales que la circundaban es brutal…
19-11-06. Manifestación de vecinos de la Barriada a las puertas de la Ermita del Carmen,
en señal de protesta por la brutal especulación urbanística que sufre este para muchos
sagrado lugar y su entorno.
Desde aquí, también queremos hacer una mención al Campo de Canela, cuya
tradición rural ha venido siendo castigada por diversos motivos. Primero fueron las
reivindicaciones de “LUZ PA CANELA”, cuando las viviendas rurales carecían de este
servicio fundamental. Después llegó el desarrollo urbanístico y turístico de Isla Canela, que
acosa despiadadamente unos derechos históricos sobre usos tradicionales y patrimonio
rural, de una gente que ha sabido a través de varias generaciones extraer a duras penas
frutos a la tierra, ataviados con mucho de ingenio y resignación, y con poca ayuda oficial.
De Punta del Moral, sólo esperamos que la explosión turística que experimenta, no
disuelva su singularidad marinera y se conserven los escasos bienes culturales identitarios
que les quedan.