Extrado de ://www.ilmanifesto.it/Quotidiano-archivio/09-Dicembre-
En realidad la Declaracin de 1948 ha ejercido y ejerce an una influencia mnima en las relaciones internacionales. La formul un organismo como la Asamblea General, carente de poder normativo efectivo. De hecho, el texto de la Declaracin est estructurado como una proclamacin tico-filosfica que carece de sanciones e instrumentos ejecutivos capaces de llevarla a cabo. Para probar la ineficacia dramtica basta con consultar los informes de Amnista Internacional: ms de dos mil millones de personas sufren actualmente la violacin sistemtica de sus derechos. La magnitud del fenmeno es creciente y afecta a un nmero altsimo de estados: ms de 150 de 200, incluidos los estados occidentales. Las violaciones incluyen una larga serie de atrocidades; entre otras, el genocidio, la tortura, la pena de muerte, las ejecuciones sumarias, las desapariciones, los homicidios polticos, la violencia contra las mujeres, la esclavitud, la violencia contra los nios, las ejecuciones capitales de nios y discapacitados, el trato inhumano y degradante de los detenidos. Pero las tragedias del mundo son sobre todo las guerras de agresin, el hambre y la pobreza absoluta, cuyos responsables son mayormente los pases occidentales, empezando por los Estados Unidos y la OTAN. Pensemos en Guantnamo, Abu Ghraib, Bagram, en las masacres en Iraq y Afganistn. Recordemos, como acaba de hacer Luciano Gallino, que en la India, de 1996 a 2007 se han suicidado 250.000 campesinos por culpa del hambre y las deudas. La razn de su miseria se halla en los monocultivos impuestos por las corporaciones europeas y estadounidenses. No habamos quedado en que todos los hombres nacen iguales?