Gerencia de Regionalización
PEDAGOGÍA Y LÚDICA.
MARCO CONCEPTUAL.
Dentro de las diferentes estrategias para está nueva propuesta, está la promoción de
la Recreación, Deporte y Utilización del Tiempo Libre, al interior de los contenidos
temáticos en los diferentes núcleos de conocimiento.
En este sentido apunta nuestra propuesta, la cual busca aportar elementos teóricos y
prácticos a los docentes, para que estos implementen actividades lúdicas recreativas
que ayuden al desarrollo integral de los niños y niñas en su período escolar.
ANTECEDENTES
Cerremos esta conceptualización diciendo que el proceso evolutivo del juego y del
movimiento se ven decisivamente promovido en el hombre por las influencias que
recibe de las formas más diversas a través de la sociedad humana, y que el hombre
necesita jugar para su bien propio, para su desarrollo, para su relación, para su propio
bien y por eso debemos mirarlo como un importante medio en la formación integral del
individuo.
PRESENTACIÓN
JUSTIFICACIÓN
Planteamos este contenido por el convencimiento por parte de LA CAJA que el Juego,
la Recreación y el Deporte, se pueden combinar con las actividades educativas de
carácter integral, propendiendo con ello por la recuperación de elementos importantes
como el reconocimiento corporal, la sensibilidad, comunicación, formación de hábitos
higiénicos y posturales, las relaciones interpersonales, confianza en sí mismo y el
respeto por el otro. De esta forma empezaremos a gestar cambios en el aspecto
sicológico, físico, social y cognoscitivo en todos los alumnos que redunden en una
mejor formación integral, además de facilitar a los docentes un medio ágil y positivo
en la proyección y alcance de sus objetivos.
Además, concebimos la tarea del docente mucho más allá de “una simple selección de
juegos basados en la intuición y la experiencia”. Por el contrario, es algo complejo que
exige reflexión previa sobre la naturaleza del juego, sus acciones y posibilidades, y
también sobre la naturaleza de la educación y la recreación, lo cual permite un
conocimiento profundo de las capacidades lúdicas y de la evolución de sus intereses y
actitudes.
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Aclaramos, que no significa que en el juego radiquen las soluciones a todos los
problemas que aparecen en el proceso educativo, se pretende que el alumno juegue
para alcanzar los mismos propósitos de la educación, utilizando simplemente medios
diferentes.
CONTENIDO TEMÁTICO
¿Por qué juega el hombre?, por qué le atraen los juegos? Los niños juegan, juegan los
adultos, juegan los animales, todos juegan sin ninguna inquietud hacia por qué están
jugando.
Se ha pensado que el juego es una parte del desarrollo del hombre, así que no
necesita investigación. Josehp Lee dijo “si una persona quería saber lo que es un niño,
tendría que estudiar los juegos del niño, si desea conocer lo que un niño será, deben
ser controlados los juegos de este niño”, lo cual deja entrever una gran complejidad
del hombre con el juego.
Dice que el hombre posee más energía de la que necesita para el trabajo y la
existencia, por lo tanto, el juego es el vehículo para descargar la sobrante. Como la era
tecnológica se ha hecho cargo de las tareas que requieren energía, quizá exista la
necesidad de emplear esta energía no utilizada por otros caminos.
El juego prepara tanto a los animales como a las personas para las situaciones de la
vida real. El papel para la vida es incorporado instintivamente en los patrones de
juego, tanto en los animales jóvenes como en los niños.
El juego puede servir como una válvula de escape para la agresión que algunos creen
forma parte de la naturaleza humana.. La participación en una actividad física puede
proporcionar una liberación catártica de la conducta agresiva, así como educar al
hombre hacia un control consciente de estas agresiones y la conducta luchadora.
El juego proporciona una oportunidad para escapar del tedio del trabajo y aplicar los
esfuerzos y energías de un modo que complemente las demandas creadas por la
existencia. Proporciona pues un cambio de ritmo y añade otra dimensión a la vida.
Teoría de la sublimación
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Teoría de la imitación
La vida no es todo lo que se supone tendría que ser, así que el juego y la actividad
física sirven para realzar y proporcionar una nueva dimensión de ella. La experiencia
en estas actividades da una mayor profundidad y aliento a la vida y puede
proporcionar una vía para la búsqueda de un ideal personal, reforzar positivamente el
concepto del valor y utilidad personal y brindar bienestar a cada individuo.
El medio ambiente del hombre determina sus elecciones de los patrones de juego, y
puede ser tan importante como el papel cultural en los análisis finales de por qué el
hombre elige jugar del modo que lo hace.
Esta teoría ofrece una explicación aceptable para la variación geográfica de los muchos
patrones de juego entre las culturas.
Los sueños son la sustancia de lo que la vida está hecha, y la participación en las
actividades del juego proporciona un pequeño mundo, todo de su propiedad, para la
satisfacción de estos sueños. En el juego nada es para siempre, si el sueño no se
convierte realidad hoy, mañana será otro día.
1. Técnicas
1. Fisiológicas
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1. Psicológicos
Además, para que se presente un buen rendimiento deportivo, una vez el atleta haya
adquirido y perfeccionado todas las acciones motrices propias del deporte, es
importante aplicar los principios del entrenamiento deportivo con miras a obtener un
mayor rendimiento.
EL JUEGO
La importancia del juego en la vida del niño es análoga a la que tiene la actividad, el
trabajo o el empleo para el adulto. La actuación del hombre en sus distintas
actividades refleja mucho de la manera en que se ha comportado en los juegos
durante la infancia. De ahí que la educación del futuro ciudadano se desarrolle ante
todo en el juego. Toda la historia de un hombre en las diversas manifestaciones de su
acción puede ser representada por el desarrollo del juego en la infancia y en su
tránsito gradual hacia el trabajo. Esa transición es muy lenta.
En la más tierna edad la actividad fundamental del niño consiste en jugar, sus
posibilidades de trabajo son insignificantes y no rebasan los límites del más simple
autoservicio; aprende a comer solo, a taparse con la frazada, a ponerse los
pantaloncitos. Pero incluso eso lo hace jugando. En una familia bien organizada estas
tareas se vuelven gradualmente más complejas, se le encargan al niño trabajos cada
vez más difíciles, empezando por los que atañen a su autoservicio, para seguir más
tarde con las tareas familiares; pero, con todo, en este período el juego constituye la
principal actividad del niño, lo que más le atrae y absorbe su interés.
Esto ocurre generalmente cuando se han cometido errores en la educación del niño en
lo relativo al juego y al trabajo.
De ahí se hace evidente la gran importancia de dirigir con acierto el juego infantil. En
la vida real encontramos muchos adultos que terminaron la escuela hace mucho y en
los que la pasión del juego predomina sobre el amor al trabajo. En esta categoría
debemos clasificar a los que anteponen el placer a su ocupación y que olvidan sus
obligaciones por una alegre compañía. La misma clasificación corresponde a los que
hacen de todo una farsa, adoptan poses importantes, encaran cosas con frivolidad y
mienten sin ningún objeto. Trasladan a la vida del adulto la estructura de los juegos
infantiles a causa de que las condiciones del juego durante su infancia no fueron
transformadoras en condiciones de trabajo. Evidentemente hubo mala educación a
consecuencia de una organización deficiente del juego.
Desde luego que todo lo dicho no significa que sea necesario desvincular cuanto antes
al niño del juego para pasarlo a los esfuerzos y la preocupación del trabajo. Un tránsito
brusco o prematuro no es provechoso, ocasiona violencia al niño y provoca más bien la
repulsión al trabajo y la intensificación del deseo de jugar.
Para educar al futuro hombre de acción no se debe eliminar el juego, sino organizarlo
en tal forma que, sin desvirtuar su carácter, contribuya a educar las cualidades del
futuro trabajador y ciudadano.
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Para que el juego resulte educativo es necesario que los padres conozcan bien en que
consiste y en qué se diferencia del trabajo. Si no se tiene un concepto claro sobre este
punto y no se analiza suficientemente no se podrá dirigir al niño con acierto y se
incurrirá en errores, con los consiguientes efectos negativos desde el punto de vista
educativo.
En primer término debemos decir que la diferencia entre el juego y trabajo no es tan
grande como muchos piensan. Un buen juego se parece a un buen trabajo, y
viceversa. Esa semejanza es muy grande al punto que podemos afirmar que un mal
trabajo se parece más a un mal juego que a un buen trabajo.
En todo buen juego existen esfuerzos físicos y mentales. Si se obsequia a un niño con
un ratón mecánico y se limita a observarlo pasivamente todo el día divirtiéndose
porque el padre le da cuerda para hacerlo funcionar, no habrá allí nada constructivo.
El niño permanece inactivo, pues su participación se reduce a mirar. Si todos sus
juegos son de esa índole se convertirá en un hombre pasivo, habituado a mirar el
trabajo ajeno, carente de iniciativa, falto de la costumbre de crear, de vencer
dificultades.
El juego proporciona al niño alegría, la alegría de la creación, del triunfo, o del placer
estético, de la calidad. Una alegría análoga brinda también un buen trabajo. En eso
consiste la similitud entre el juego y el trabajo.
¿En qué se distingue, pues, el juego del trabajo? La principal diferencia estriba en que
mientras el trabajo traduce la participación del hombre en la producción social, en la
creación de valores materiales o culturales- vale decir, sociales- el juego no persigue
fines de esta índole, no tiene relación directa con objetivos sociales, pero se vincula
con ellos en forma indirecta al habituar al hombre a los esfuerzos físicos y psíquicos
necesarios para el trabajo.
Ahora se hace evidente qué debemos exigir de los padres en materia de dirección del
juego infantil. Primero, cuidar de que no se convierta en la única aspiración del niño,
que no lo desvincule totalmente de los fines sociales. Segundo, que se formen los
hábitos físicos y psíquicos requeridos por el trabajo.
Los errores en que comúnmente incurren los padres en materia de dirección del juego
infantil suelen adoptar tres formas.
Algunos simplemente se despreocupan del asunto porque piensan que sus hijos saben
desempeñarse solos. Los niños juegan cuando y como quieren, eligen solos sus
juguetes y organizan por sí mismos sus juegos. Otros padres en cambio les dedican
una atención excesiva, se entrometen siempre en el juego, explican, muestran,
plantean problemas y se anticipan a resolverlos sin dar intervención al niño, al que
olvidan, divirtiéndose ellos mismos. Al niño no le queda otra cosa que escucharlos e
imitarlos, así en realidad juegan más los padres que los niños. Cuando este último
tropieza con alguna dificultad para hacer algo, el padre o la madre se sientan con él,
diciéndole: Tu no lo sabes hacer, mira cómo debe hacerse.
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El niño mira y observa que, en efecto, el padre lo hizo mejor. Le alcanza otra hoja,
pidiéndole que le recorte alguna otra cosa, y el padre lo hace gustoso, satisfecho de su
éxito. En estos casos, los niños se limitan a imitar lo que hacen los padres sin adquirir
el hábito de superar dificultades ni de mejorar por el propio esfuerzo la calidad de su
trabajo, y se acostumbran desde temprano a la idea de que sólo los adultos son
capaces de hacer todo bien. En esos niños se desarrolla la falta de confianza en sus
propios medios y el temor al fracaso.
Otros padres consideran esencial que haya muchos juguetes y abarrotan a los niños
en tal forma con ellos que el rincón infantil parece una juguetería. Comúnmente estos
padres gustan mucho de los juguetes mecánicos ingeniosos y atiborran con ellos la
vida de sus hijos. En esta forma - en el mejor de los casos- lo convierten en un
coleccionista de juguetes, y en el peor que es el más frecuente- el niño pasa sin ningún
interés de un juguete a otro, los estropea y rompe y exige otros sin sentir la menor
atracción por ninguno.
Para que el juego sea educativo es menester que los padres los dirijan en forma
cuidadosa y meditada.
El desarrollo del juego infantil atraviesa varios estadios, cada uno de ellos exige un
método distinto. El primero es el del juego en la habitación, la etapa del juguete, y
dura hasta los cinco o seis años. Su característica consiste en que el niño prefiere jugar
solo y raras veces admite la participación de compañeros, se encariña con sus juguetes
y juega a desgana con juguetes ajenos. Esta tendencia a jugar solo no implica riesgo
alguno de que se convierta en un egoísta. Es la etapa de la ejercitación sensorial y del
desarrollo de las aptitudes personales. De suerte que es necesario brindarle la
posibilidad de que lo haga, cuidando al mismo tiempo que esa etapa no se prolongue
en exceso y que a su debido tiempo pase a la segunda.
El segundo estadio es de dirección más difícil, por cuanto los niños actúan en un
ambiente social más amplio, donde los padres no los ven. Se prolonga hasta los once
o doce años, abarcando parte de la escolaridad. En la primera parte de esa etapa el
niño actúa ya como miembro de una sociedad, pero de una sociedad infantil, que
carece de una disciplina severa y de control social.
Más adelante la escuela brinda una mayor compañía, un círculo de intereses más
amplio y un escenario de acción más difícil, en particular para la actividad lúcida pero,
en cambio, aporta una organización ya preparada y un régimen más definido y - lo
que es más importante- la existencia de profesionales especializados. Existe en ella
una disciplina severamente configurada y control social, y es donde se opera el
tránsito al tercer estadio.
En el primero, el centro material del juego lo constituye los juguetes, que pueden ser
de distintos tipos, como el juguete terminado, mecánico o simple: automóviles, barcos,
caballitos, muñecas, ratones, etcétera.
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El juguete no terminado exige del niño una tarea: estampas con preguntas,
rompecabezas, cubitos, cajas de construcción, modelos de desarme.
Juguete material: arcilla, arena, cartón, madera, papel, plantas, alambre, clavos.
Cada uno de estos tipos tiene sus ventajas e inconvenientes. El juguete terminado es
provechoso porque relaciona al niño con ideas y cosas compuestas, lo coloca frente a
problemas de técnica y de economía y provoca una amplia actividad de la imaginación.
El barco lo incita hacia un determinado medio de transporte, el caballo sugiere ideas
sobre la vida del animal y la preocupación por su alimentación y usos. Hay que cuidar
de que el niño repare en los aspectos sugestivos del juguete y que no se distraiga
solamente con uno de ellos, por ejemplo, con su carácter mecánico y su facilidad para
el juego.
Los juguetes mecánicos son útiles sólo cuando el niño juega realmente con ellos y no
se limita a mirar simplemente sus movimientos. Sus beneficios están en relación
directa con la inventiva que pone en acción el niño al organizar entretenimientos cada
vez más complicados. Los automóviles deben transportar alguna carga; el polichinela
debe viajar y hacer algo; las muñecas deben dormir y despertarse, vestirse y
desvestirse, hacer visitas y realizar algún trabajo útil en el mundo del juego. Estos
juguetes brindan un amplio campo para la fantasía infantil, y cuando más amplia y
seriamente se desenvuelve esta facultad mental, tanto mejor. Si se traslada al osito de
un lugar a otro sin ninguna finalidad, no es un juego útil. Pero si vive en un lugar
determinado, arreglado especialmente para él; si infunde temor a alguien o mantiene
amistad con otro, será un juego provechoso.
El segundo tipo de juguete es útil porque plantea al niño un problema cuya solución
requiere cierto esfuerzo, sin el cual aquél no se le plantearía. En este caso ya se
requiere cierta disciplina mental, lógica; un concepto sobre la realización entre las
partes y no una simple fantasía libre. El inconveniente de estos juguetes consiste en
que los problemas que plantean son siempre los mismos, monótonos, cuya repetición
es fastidiosa.
Los juguetes de la tercera clase - diversos materiales- son los más baratos y útiles. El
juego con ellos se asemeja más a la actividad humana normal; el hombre crea valores
y cultura con materiales. Si el niño sabe valerse de ellos, revela que ya posee una
capacidad de juego elevado y que esta engendrando una gran capacidad de trabajo.
Al mismo tiempo de poseer mucho realismo el juguete- material- brinda un amplio
campo para la imaginación creadora, que es justamente la que impulsa el trabajo
creador, a diferencia de la simple fantasía, que se limita a reproducir modelos.
Con un pedazo de vidrio o mica se puede hacer una ventana, pero para ello se necesita
un marco; de ahí surge el problema de la construcción de una casa. Si se tiene arcilla y
tallos de planta, se plantea el problema de un jardín. ¿Cuál es el mejor tipo de
juguete? Consideramos que lo más apropiado es combinar los tres, evitando siempre
que la cantidad sea excesiva. Con uno o dos mecánicos es suficiente. Agrégueseles un
juguete desarmado y toda clase de materiales y el reino del juego queda organizado.
La súper abundancia es perjudicial porque dispersa la atención del niño que se pierde
en maremágnum de juguetes. Hay que proporcionarle más bien pocos y procurar que
organice con esos elementos sus juegos. Luego conviene observarlo y hacer lo
necesario para que perciba por si mismo los defectos y sienta el deseo de subsanarlos.
Pero si necesita varios carritos y no alcanzan los que haya armado, no conviene
constreñirlo a que los haga y es necesario proporcionárselos.
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Los padres deben dedicar una atención especial a la actitud del niño hacia el juguete;
hay que inculcarle cariño por él, pero sin que sufra interminablemente si se produce
un desperfecto o se rompe. Esta reacción se logra cuando el niño adquiere cierta
suficiencia y se acostumbra a considerarse como un buen ecónomo. Entonces no teme
los deterioros y se siente capaz de repararlos.
Los padres deben acudir en su ayuda en caso de necesidad para evitar que se
desesperen y demostrarle que el trabajo y el ingenio humano son capaces de romper
cualquier situación.
De ahí que le recomendemos que adopten siempre las medidas para la reparación del
juguete roto y que no lo tiren antes de tiempo.
Durante el proceso del juego, el niño debe gozar de plena libertad de acción mientras
las cosas se desenvuelven normalmente. Cuando aparece alguna dificultad o el juego
se desarrolla sin interés la colaboración puede traducirse ya en una sugerencia, o en el
planteo de algún problema interesante, ya agregando un elemento nuevo o también, si
cuadra, participando en el juego.
En tal caso conviene ponerse en contacto con los otros padres para hacer una pista y
ayudar a los muchachos a que la hagan.
En esta etapa es muy importante y útil que los padres se relacionen entre sí, cosa que,
desgraciadamente, es poco frecuente.
Hay padres que están descontentos con la actuación de sus hijos fuera de la casa, pero
no se toman el trabajo de conversar con los de sus compañeros para programar juntos
algo para mejorar las cosas, cuando en realidad ello no es difícil. Como a esa altura de
su crecimiento los niños se organizan en una especie de colectividad, será muy útil
que sus padres los orienten en forma también organizada.
Suele ocurrir con frecuencia en ese estadio que los niños discutan, riñan y se quejen
unos de otros. En tal caso el padre que se pone de parte de su hijo y disputa con los
padres de otro comete un error. Si el niño vino llorando, se siente ofendido, o sufre, y
está irritado, el padre no debe excitarse con el presunto ofensor y con sus padres.
Ante todo debe interrogar tranquilamente a su hijo y tratar de reconstruir el cuadro
exacto de lo sucedido. Es raro que sea culpable sólo una parte. Lo más probable es
que el ofendido también haya apasionado, es entonces el momento oportuno para
explicarle que en el juego hay que ser tolerante y que se debe buscar en lo posible
soluciones pacíficas a los conflictos. Procúrese entonces reconciliarlo con su rival, al
que se invitará a la casa, trabando luego relación con sus padres para aclarar la
situación. En este asunto lo más importante es que se tenga en cuenta
exclusivamente al propio hijo, sino a todo el grupo y educarlo conjuntamente y
solidariamente con los demás padres. Este será el proceder más fecundo desde el
punto de vista educativo. El niño advertirá que el padre no se deja influir por la
parcialidad familiar, que actúa con criterio social, y verá en ello un ejemplo para su
propia conducta.
No hay nada más dañino que la agresividad de los padres hacia los vecinos, es un
factor que forma en el niño un carácter hosco, desconfiado, un egoísmo familiar
salvaje y ciego.
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Durante las tres etapas es fundamental que el juego no absorba toda la vida espiritual
del niño y que se desarrollen paralelamente sus hábitos de trabajo.
La educación del juego exige siempre que se inculque al niño la aspiración a un placer
más integral que el de la simple contemplación, que le infunda el coraje necesario para
superar dificultades y eduque la imaginación y el impulso intelectual. En el segundo y
tercer estadios debe recordarse siempre que el niño ingresó a una sociedad y que su
aprendizaje no se limita al juego, sino también a actuar como miembro de una
colectividad, con un desempeño correcto en sus relaciones con los demás.
El juego tiene gran importancia educativa, por cuanto prepara al hombre para el
trabajo, que va sustituyendo a aquél en forma gradual.
Muchos padres no dedican suficiente atención a este problema y dejan al niño librado a
su propia suerte, o lo rodean de excesivos juguetes y cuidados.
Los métodos son distintos en las diversas etapas, pero siempre se debe dar al niño la
posibilidad de un desarrollo correcto y espontáneo de sus capacidades, sin negarle
ayuda en los casos difíciles.
Durante el segundo y tercer estadios, más que el juego, se deben dirigir las relaciones
del niño con los demás y con la colectividad.
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Quiere decir como influir en los participantes y guiar su actividad de modo tal, que
adquiera el conocimiento de sus capacidades y limitaciones, para reconocer a que
objetivos corresponde su actividad y así contribuir a su planificación y estructuración
con mayor grado de independencia para tomar correctas decisiones, lo cual no
implica que no se deje de planear conjuntamente entre orientador y alumno.
2. PRINCIPIO DE INDIVIDUALIZACIÓN
3. PRINCIPIO DE TRANSFERENCIA
6. PRINCIPIO DE PROGRESIÓN
2. PRICIPIO DE MOTIVACIÓN
Aprestamiento sicológico, estímulos, incentivos, motivar a la persona. De lo
exterior a lo interior.
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3. PRINCIPIO DE VOLUNTARIEDAD
Las propias ganas, es la orden neurológica que le doy al cerebro para realizar un
determinado trabajo. De lo interior a lo exterior.
Demanda que cuando se aplica una carga grande, después es necesario aplicar y
bajar el nivel de la carga, así se obtiene un mayor tiempo de recuperación de la
capacidad de trabajo y de adaptación a dicha carga.
5. PRICIPIO DE CONTINUIDAD
Los niños son la base del futuro. Los niños han jugado siempre a través de la historia y
en todas las culturas.
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Plan de acción:
Salud:
Establecer programas para profesionales y padres sobre los beneficios que el juego
brinda.
Promover el juego como parte integral de cada plan terapéutico para los niños en
hospitales y otros marcos institucionales
Educación:
Tiempo libre:
Proveer tiempo, espacios y recursos adecuados para que el niño elija y desarrolle
intereses individuales y grupales.
Bienestar:
Promover medidas que fortalezcan la estrecha relación entre los padres y los hijos.
Garantizar que el juego se acepte como parte integral del desarrollo y protección
social.
Planeación:
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Corresponde entonces a los diferentes organismos, entender que las personas y más
específicamente los niños son seres en desarrollo, un ser que evoluciona, se
relaciona, se inquieta, interactúa con su medio ambiente circundante para poder
expresar sus sentimientos, emociones y creatividad.
Entendemos que el juego al igual que el lenguaje es una constante antropológica que
encontramos en todas las civilizaciones, y por estos medios las personas se han
comunicado y expresado, elementos decisivos en el desarrollo y el aprendizaje.
Jean Piaget, consideró el juego como parte esencial del desarrollo de la inteligencia, en
donde el niño por tendencia natural al cambio realiza experiencias y resuelve
problemas concretos para luego llegar a la abstracción.
Para este autor, el desarrollo intelectual se debe a una interacción entre asimilación y
acomodación., y lo divide en cuatro etapas:
1. Etapa sensorio- motriz: 0- 2 años
2. Etapa preoperacional: 2- 8 años
3. Etapa de operaciones concretas 8- 14 años
4. Etapa de las operaciones formales: 14 años en adelante
Freud, el padre del sicoanálisis, considera que a través del juego, el niño conoce sobre
sus deseos y fantasías. Así mismo el juego se constituye en el medio liberador de
cantidades grandes de excitaciones, con lo cual representa su pasado o puede anticipar
lo que espera que suceda en el futuro.
Entendemos entonces que el juego tiene una gran riqueza educativa cuando se
practica con la intensión correspondiente y cuando se entiende como un medio eficaz
para desarrollar la inteligencia.
A través del juego se puede vivir toda clase de experiencias que satisfacen sus
necesidades de desarrollo personal e integral, lo que significa que el maestro puede
despertar la parte intelectual, socio-afectiva, el lenguaje, su creatividad, su libertad, su
interiorización de normas y reglas.
Es importante dentro del que hacer recreativo y deportivo tener en cuenta la forma de
enseñar y orientar a los grupos o personas hacia el objetivo o meta que nos hemos
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propuesto, asumiendo una aptitud y actitud frente a los participantes, que les permita
una mayor comprensión y asimilación de los conocimientos e instrucciones que se
quieran dar.
Para ello es necesario conocer diferentes estrategias de trabajo que ayude a que una
actividad recreativa y deportiva sea exitosa, apoyados en materiales, ayudas
audiovisuales y formas pedagógica que prevalezcan en los participantes y fortalezcan
su conocimiento.
Al trabajar con la comunidad se debe llegar a las personas en forma directa con un
lenguaje sencillo y comprensivo que pueda llegar a todas las personas.
Interrogantes como estos y muchos más deben ser resueltos por el facilitador, quien
basándose en diferentes métodos y procedimientos selecciona el más adecuado, según
las necesidades de los alumnos.
A continuación sugerimos una secuencia lógica que consideramos debe aplicarse en el
proceso de enseñanza de una actividad:
Lúdica - juego acción libre que se desarrolla dentro de unos limites temporales y
espaciales determinados según reglas libremente aceptadas pero absolutamente
obligatorias, puede estar acompañada de sentimientos de alegrías o tensión o tiene su
fin en sí mismo. Relacionamos todas estas áreas cuando asumimos que el deporte el
ocio el juego y la recreación esta encaminada hacia el desarrollo integral del ser
humano y proyectada al crecimiento social.
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Cutrera 1984.
La recreación es una acción lúdica pedagógica que involucra la participación autónoma
y espontánea del ser, contribuyendo a su bienestar individual y colectivo.
La lúdica está relacionada con el desarrollo del ser humano, pudiendo afirmarse que a
mayores posibilidades de expresiones y satisfacciones lúdicas corresponden mejores
posibilidades de salud y bienestar.
Podemos deducir que todo juego es lúdico, pero no todo lo lúdico es juego. La lúdica
trasciende más, es más general, el juego es más particular.
El juego es un espacio donde todo ser humano desde niño a geronte construye
seriamente bajo ciertas condiciones y reglas y sin un fin utilitario un proceso de
saberes y comportamientos dentro de la propia vida y su cultura. El juego es lúdico y
es parte de la recreación y se enmarca en cualquier tiempo.
DEPORTE:
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Es una conducta humana caracterizada por una actitud lúdica y de competencia que se
expresa mediante el ejercicio corporal y mental dentro de disciplinas y normas
preestablecidas orientadas a generar valores morales.
RESUMEN DE DEPORTE:
El deporte es básicamente la actividad física regulada por normas rígidas que requiere
para su práctica de habilidades y destrezas especialmente entrenar y cuyo fin
primordial es obtener la victoria sobre otros deportistas. En el deporte la competencia
y el resultado son súper valorados aún sobre los valores humanos.
Esto es en esencia el deporte, si las normas se modifican por parte de los deportistas,
si ellos mismos no poseen las habilidades o destrezas requeridas, si el triunfo no
importa más que la condición humana, esto ya no es deporte, ni es bien visto, podrá
llamarse juego a una actividad física cualquiera, en consecuencia es un error expresar
HAGO DEPORTE cuando salgo a trotar, a patear un balón o a nadar en un río.
Las normas de cada deporte no fueron hechas ni pueden ser modificadas por los
deportistas, una enseñanza clave del deporte es justamente el respeto y la
observación de sus normas. El deporte genera una estratificación entre vencedores y
vencidos enseñando a aceptar que siempre habrá un grupo de hombre perdedores y
que solo muy pocos pueden llegar al éxito supremo de la estrella famosa y adinerada
enseñando tal vez además, que hay predestinados al tiempo y estratificación cuando
prepondera él mas alto, al más fuerte, al más veloz, al más ágil, enseña también el
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deporte que para ganar una confrontación, la salud, la integridad física, debe ser
arriesgada o lesionada en pos del gol del cronómetro del puntaje, etc.
REFERENCIA BIBLIOGRAFÍA