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Integrando el Darma a nuestra vida

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Alexander Berzin
Bok, Polonia, diciembre 13, 2002
Traducido por Fabiola Larios Togo

Contenido
• El Darma es para lidiar con los problemas de la vida {1}
• Confusión {2}
• Entender el Darma antes de llevarlo a la práctica {3}
• Convicción en el Darma {4}
• La práctica del Darma requiere introspección {5}
• Flexibilidad {6}
• Evitando los extremos {7}
• Inspiración {8}
• Progreso en el camino. {9}

El Darma es para lidiar con los problemas de la vida


Esta noche me gustaría hablar sobre la práctica del Darma en la vida cotidiana. La palabra
Darma significa "una medida preventiva". Es algo que hacemos para evitar problemas. Lo
primero que necesitamos hacer para involucrarnos en la práctica del Darma es reconocer los
diferentes tipos de problemas o dificultades que tenemos en la vida. Lo siguiente es darnos
cuenta de que la práctica del Darma busca ayudarnos a liberarnos de tales problemas.

La práctica del Darma no es solamente para sentirnos bien, o para tener un lindo pasatiempo,
o para estar a la moda, ni nada parecido. La práctica del Darma pretende ayudarnos a
liberarnos de nuestros problemas. Esto significa que para practicar el Darma en forma realista
tenemos que darnos cuenta de que no será un proceso placentero. Se trata de encarar los
aspectos no placenteros de nuestra vida, las dificultades que se nos presentan. Se trata de
enfrentarlas con la actitud de que trataremos de lidiar con ellas, en lugar de huir.

Nuestros problemas pueden tomar diversas formas. Todos estamos familiarizados con la
mayoría de ellos: somos inseguros, tenemos problemas en nuestras relaciones con otros: nos
sentimos aislados, tenemos dificultades con nuestras emociones y sentimientos; estos son el
tipo de problemas que todos tenemos. Tenemos dificultades para lidiar con nuestra familia y
nuestros padres; ellos enferman y envejecen. Tenemos dificultades para lidiar con nuestra
propia enfermedad y envejecimiento. Y si somos jóvenes, tenemos dificultades para decidir
qué hacer de nuestra vida, cómo ganarnos el sustento, en qué dirección ir, y ese tipo de cosas.
Necesitamos observar todos estos aspectos.

Confusión
Uno de los puntos más importantes en el budismo es el darnos cuenta de que todos estos
problemas que experimentamos surgen de causas. No es que surjan de la nada. La fuente de

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estos problemas está dentro de nosotros mismos. Este es un gran entendimiento profundo y no
es fácil para muchas personas aceptarlo, ya que la mayoría de nosotros tendemos a culpar de
nuestros problemas a los demás o a causas externas. Sentimos: "Soy infeliz por lo que hiciste,
no me llamaste, me abandonaste, no me amas. Todo es tu culpa". O culpamos a nuestros
padres, por lo que hicieron o dejaron de hacer cuando éramos niños. O culpamos a la situación
económica, política o social en la que nos encontramos. Por supuesto que todos estos factores
juegan un rol en nuestra experiencia de vida. El budismo no niega esto. Pero la causa
principal, la causa más profunda de nuestros problemas está dentro de nosotros mismos: son
nuestras propias actitudes, especialmente nuestra confusión.

Si queremos encontrar un factor que defina claramente la actitud budista respecto a qué
significa practicar el budismo en la vida diaria, yo diría que es éste. Cuando tenemos
dificultades, buscamos dentro de nosotros para tratar de encontrar el origen y, una vez que lo
identificamos, tratamos de cambiar la situación desde adentro. Cuando hablamos de buscar
dentro de nosotros y encontrar la fuente de nuestros problemas, no nos referimos a hacer un
juicio moral y pensar que soy malo y que tengo que cambiar y ser bueno. El budismo no emite
juicios morales. Tratamos de localizar adentro de nosotros la fuente de nuestros problemas
simplemente porque nos hace sufrir y porque queremos liberarnos de ellos y de nuestra
infelicidad, y la fuente principal de ambos está en nuestras actitudes. Específicamente, el Buda
dijo que la causa más profunda de nuestros problemas y de nuestro sufrimiento es nuestra
confusión. Así que lo que tenemos que hacer es descubrir en qué radica nuestra confusión y
cómo podemos corregirla a través de adquirir un entendimiento correcto.

¿Acerca de qué estamos confundidos? Acerca de varias cosas. Una de ellas tiene que ver con
las causas y los efectos de nuestro comportamiento. Creemos que si actuamos de cierta
manera, esto no tendrá ningún efecto. Por ejemplo, pensamos: "Puedo llegar tarde, ignorarte, y
eso no importa". Eso es incorrecto; es un estado de confusión. O pensamos que algo que
hacemos o que la forma en la que nos comportamos tendrá un efecto que es absurdo e
imposible. Por ejemplo, "Fui bueno contigo así que debes amarme. Te compré este lindo
regalo, ¿porqué no me amas ahora?". Con pensamientos como estos nos imaginamos que
nuestras acciones tendrán efectos imposibles, o pensamos que esos efectos serán mayores de
lo que en realidad pueden ser. También podemos pensar que ciertas acciones nos traerán cierto
tipo de efecto, pero en realidad nos traen el efecto totalmente opuesto. Por ejemplo, queremos
ser felices y pensamos que para lograrlo hay que estar borrachos todo el tiempo. Pero esto
produce más problemas que felicidad.

El otro aspecto en el que estamos confundidos es en la forma en la que existimos, la forma en


la que los otros existen y la forma en la que el mundo existe. Por ejemplo, sufrimos y somos
infelices por envejecer y por enfermarnos. ¿Pero qué otra cosa podríamos esperar como seres
humanos? Los seres humanos enfermamos y envejecemos (a menos que muramos jóvenes),
esto no es una gran novedad. Cuando nos entristecemos y nos sorprendemos porque aparecen
canas en nuestro cabello estamos siendo irreales y confusos acerca de cómo es que el mundo
existe, cómo es que existimos nosotros.

Digamos que tenemos problemas con el envejecimiento. Debido a nuestra confusión al


respecto (no aceptar la realidad de envejecer) actuamos en formas destructivas bajo la
influencia de emociones y actitudes perturbadas. Por ejemplo, al tratar compulsivamente de
lucir jóvenes y atractivos, nos mostramos deseosos de adquirir cosas que esperamos nos hagan
sentir seguros (como la atención y el amor de otros, especialmente de gente más joven que nos
parece atractiva). Detrás de este síndrome generalmente se encuentra la confusión de creernos
la persona más importante del mundo, el centro del universo. Por ello pensamos "todos

Confusión 2
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deberían ponerme atención a mí. Sin importar cómo luzca, todos deberían pensar que soy
atractivo y agradable". Nos volvemos locos si alguien no piensa que somos atractivos o si no
le gustamos. Nos vuelve aún más locos que alguien nos ignore (que no nos preste atención
cuando nosotros quisiéramos que nos considerara atractivos, si no físicamente, al menos de
alguna otra manera). Pero no a todo el mundo le gustaba el Buda Shakyamuni; ¡qué esperanza
podemos tener nosotros de gustarle a todo el mundo!

Nuestro deseo de gustarle a todo el mundo es una expectativa irreal. No corresponde a la


realidad. Está basado en la confusión, en el deseo añorante y en el apego a que todos nos
encuentren atractivos y que todos nos pongan atención. Subyacente está la actitud perturbada
de la ingenuidad. Pensamos que somos tan importantes y adorables que deberíamos gustarle a
todos, y si no le gustamos a alguien pensamos que algo está mal con esa persona. O pero aún,
empezamos a dudar de nosotros mismos: "Debe haber algo malo en mí porque no le gusto a
esa persona", y entonces nos sentimos mal o culpables. Esto es ingenuidad pura.

El punto principal es trabajar con nosotros mismos. Esto es a lo que se refiere la práctica del
Darma. No importa lo que pase, si tenemos dificultades, si nos sentimos inseguros, o lo que
sea, necesitamos mirar adentro de nosotros y ver qué es lo que está pasando. ¿Dónde está la
confusión detrás de la emoción perturbada que siento? Sin embargo, si analizamos una
relación problemática en la que estamos involucrados, es preciso darnos cuenta de que no
somos los únicos confundidos. Obviamente la otra persona también tiene confusión. El punto
es que no decimos simplemente: "Tú tienes que cambiar; todo lo que yo hago está bien, tú eres
el que tiene que cambiar". Por otro lado, necesitamos tener cuidado en no pensar: "Sólo soy
yo quien tiene que cambiar", porque entonces esto puede degenerar en un complejo de mártir.
De lo que se trata es de discutir las cosas abiertamente con la otra persona aunque, claro, la
otra persona necesita también ser receptiva. Necesitamos aceptar que ambos estamos
confundidos. Ambos tenemos el problema de la confusión en términos de cómo entendemos
lo que pasa en nuestra relación, así que es preciso que ambos aclaremos esa confusión. Esa es
la forma más realista y acorde con el Darma en la que podemos proceder.

Entender el Darma antes de llevarlo a la práctica


Hay muchos tipos diferentes de práctica budista. No es suficiente sólo recibir instrucciones de
cómo llevarlas a cabo, como si aprendiéramos a realizar una especie de truco. Con cualquier
práctica que realicemos es muy importante entender cómo es que nos ayudará a superar
nuestras dificultades. Necesitamos aprender, no sólo cómo y cuándo aplicar la práctica, sino
también cuáles son los razonamientos que están detrás de ella. Esto significa que no
empezamos con prácticas avanzadas. Comenzamos por el principio y construimos una base,
de tal forma que, a partir de la secuencia de las enseñanzas del Darma, sepamos de qué se trata
cada práctica.

Ahora bien, es cierto que algunas veces leemos enseñanzas que dicen: "Si alguien te da una
medicina, no preguntes cómo funciona, ¡sólo tómala!". Aunque este es un buen consejo,
necesitamos entender que nos está previniendo de caer en un extremo. El extremo del que nos
habla, es el de solamente estudiar y tratar de entender las enseñanzas pero nunca llevar nada a
la práctica. Queremos evitar ese extremo. Existe también el otro extremo que igualmente
necesitamos evitar. Se refiere a cuando escuchamos instrucciones de Darma relativas a alguna
práctica y las llevamos a cabo con fe ciega, sin ningún entendimiento de qué o por qué
estamos haciendo tal cosa. El principal problema de este extremo es que, en realidad, nunca
entendemos cómo aplicar tal práctica en nuestra vida diaria. Si entendemos el sentido detrás
de cada práctica (si entendemos cómo funciona y cuál es su intención) no necesitaremos que

Entender el Darma antes de llevarlo a la práctica 3


Integrando el Darma a nuestra vida

alguien más nos diga cómo aplicarla en nuestra vida cotidiana. Entenderemos y sabremos
cómo hacerlo por nosotros mismos.

Cuando hablamos de eliminar nuestros problemas, no estamos hablando solamente de


eliminar nuestros problemas personales, también nos referimos a deshacernos de las
dificultades que tenemos para ayudar a otros. "Tengo problemas para ayudar a otros por
flojera o egoísmo, o por estar muy ocupado". O "simplemente no entiendo cuál es tu problema
y no tengo idea de qué hacer para ayudarte". Este es el gran problema que tenemos, ¿no es
así? Todas estas dificultades para ayudar a otros se originan también en nuestra confusión. Por
ejemplo, la confusión de pensar que yo debería ser como Dios todopoderoso y tener el poder
para resolver todos tus problemas con sólo hacer una simple cosa; y si no resuelvo todos tus
problemas es porque algo está mal contigo. No lo hiciste bien, entonces eres culpable. O yo
soy el culpable porque debería ser capaz de ayudarte a resolver tus problemas y no lo hice, así
que no soy bueno. De nuevo, es confusión relativa a la causa y al efecto.

Convicción en el Darma
Otro punto es que, para ser capaces de aplicar efectivamente el Darma en la vida cotidiana de
una manera no neurótica, necesitamos tener la convicción de que en verdad es posible
deshacernos de nuestros problemas. Necesitamos estar convencidos de que es posible
deshacernos de nuestra confusión siguiendo la aproximación budista básica: para deshacernos
de algo necesitamos eliminar las causas que lo provocan. Por supuesto, es muy difícil obtener
una profunda y firme convicción de que es posible eliminar toda nuestra confusión al grado de
que nunca más se presente, así como es difícil también tener una convicción firme respecto a
que es posible alcanzar la liberación y la iluminación. Esto es especialmente difícil cuando ni
siquiera entendemos qué son en realidad la liberación y la iluminación. ¿Cómo podemos
considerar seriamente si es posible alcanzarlas o no, si ni siquiera las entendemos? ¿No es un
poco hipócrita desear alcanzar algo si ni siquiera creemos que esto exista? De ser así, esto se
vuelve una suerte de juego desquiciado; nuestra práctica del Darma no es algo real.

Necesitamos estar realmente convencidos, y esto requiere mucho estudio y entendimiento, así
como profunda reflexión y meditación. Necesitamos estar convencidos de que, no sólo la
liberación y la iluminación son posibles, sino que también están a nuestro alcance. No pensar
que sólo fue posible para Shakyamuni, y que no es algo para mí, sino que es posible que yo
alcance la iluminación y la liberación, y es posible que todos los demás las alcancen también.
Necesitamos entender qué es preciso hacer para liberarnos de nuestra confusión. ¿Qué es en
realidad lo que nos ayudará a deshacernos de ella? Lo que en realidad nos ayudará a
deshacernos de la confusión es el correcto entendimiento; es preciso entender cómo el
correcto entendimiento puede ayudarnos a superar la confusión y eliminarla para que nunca
regrese. Como resultado de todo esto, vemos que el verdadero lugar de trabajo de la práctica
del Darma es la vida diaria; es lidiar con nuestros problemas, con nuestra confusión, con
nuestras dificultades de la vida momento a momento.

La práctica del Darma requiere introspección


La práctica del Darma no es simplemente "tiempo fuera" de la vida, no se refiere a irnos a una
linda y silenciosa cueva, o incluso encerrarnos en nuestro cuarto y sentarnos en un cojín para
no tener que lidiar con nuestra vida. La práctica del Darma no se trata de escapar. Cuando
vamos a un lugar silencioso para meditar, lo hacemos con la intención de construir las
habilidades que nos permitan lidiar con nuestros problemas en la vida. El punto de atención es

Convicción en el Darma 4
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la vida. ¡No se trata de ganar una medalla olímpica en sentarse a meditar! La práctica del
Darma se refiere por completo a aplicar el Darma a nuestra vida.

Más aún, la práctica del Darma es introspectiva. Con la introspección tratamos de estar atentos
a nuestros estados emocionales, nuestras motivaciones, nuestras actitudes, nuestros patrones
compulsivos de comportamiento. Necesitamos poner especial atención en nuestras emociones
perturbadas. La característica que define a una emoción o actitud perturbada es que, cuando
surge, nos hace sentir incómodos a nosotros y/o a los demás. Perdemos la paz mental y no
somos capaces de controlarnos. Esta es una definición muy útil porque nos ayuda a reconocer
cuando estamos actuando bajo la influencia de una emoción perturbada. Podemos saber que
algo perturbado está ocurriendo en nuestra mente si nos sentimos incómodos. En tales
ocasiones, necesitamos revisar qué está pasando dentro de nosotros y aplicar los antídotos
para corregirlo.

Esto requiere que nos volvamos muy sensibles a lo que ocurre dentro de nosotros. Para poder
cambiar nuestro estado emocional perturbado se requiere que nos demos cuenta de que si
actuamos de una forma perturbada y perturbadora generaremos mucha infelicidad tanto para
nosotros como para los demás. No queremos eso; ya hemos tenido más que suficiente de eso.
Y si estamos alterados ¿cómo podremos ayudar a los demás?

Flexibilidad
La práctica del Darma también requiere que nos familiaricemos con muchas fuerzas de
oposición diferentes, no sólo con una o dos. Nuestra vida es muy compleja y un sólo antídoto
en particular no siempre funcionará. Una práctica específica no será la más efectiva para cada
una de las situaciones. Para realmente ser capaces de aplicar las prácticas en la vida diaria se
requiere de una gran flexibilidad y de muchos métodos diferentes. Si uno no funciona,
intentamos con otro; si este otro tampoco funciona, probamos algo más.

Mi maestro Tsenzhab Serkong Rimpoché, solía decir que si estás tratando de hacer algo en la
vida, siempre es importante tener uno o dos planes alternativos. Así, si el plan A no funciona,
no te darás por vencido porque tendrás los planes B o C de respaldo. Eventualmente, alguno
funcionará. Me he dado cuenta de que este es un consejo muy útil. Lo mismo ocurre con el
Darma: si el método A no funciona para cierta situación, siempre tendremos un plan de
respaldo. Hay otras cosas que podemos tratar. Obviamente, todo esto se basa en el estudio, en
aprender diferentes métodos y meditaciones que después practicamos y preparamos, tal como
hacemos con el entrenamiento físico. Nos entrenamos para familiarizarnos con estos métodos,
de tal forma que realmente podamos aplicarlos en la vida diaria cuando los necesitemos. Esto
requiere que veamos al Darma, no como un entretenimiento, sino como un compromiso de
tiempo completo.

Evitando los extremos


Aplicamos la práctica del Darma con nuestra familia. La aplicamos para lidiar con nuestros
padres, con nuestros hijos, con la gente en el trabajo. Al hacer esto necesitamos evitar varios
extremos. Ya hemos mencionado algo de esto antes. Necesitamos evitar el extremo de echar la
culpa de nuestros problemas a los demás, así como de culparnos enteramente a nosotros
mismos (ambos contribuimos). Podemos tratar de que los demás cambien, pero es más fácil
que nosotros cambiemos.

La práctica del Darma requiere introspección 5


Integrando el Darma a nuestra vida

El punto medular es el auto mejoramiento; pero, en este proceso, necesitamos evitar el


extremo de la auto preocupación narcisista. Cuando estamos preocupados sólo por nosotros
mismos no prestamos atención a nadie más. Esto puede reforzar la sensación de que somos el
centro del universo y de que nuestros problemas son los más importantes del mundo. Nos
parece que los problemas de los demás no son importantes ni dolorosos.

Otro extremo es pensar que somos, o completamente buenos, o completamente malos. Es


cierto que necesitamos reconocer nuestras facetas difíciles, aquellas en las que tenemos que
trabajar. Pero también tenemos que reconocer nuestras facetas positivas, nuestras cualidades,
para que podamos desarrollarlas cada vez más. Muchos occidentales tenemos baja autoestima.
Si nos enfocamos demasiado en nuestros problemas y en nuestra confusión fácilmente
reforzaremos esta baja autoestima. No se trata de esto en absoluto.

Al mismo tiempo que observamos nuestras emociones perturbadas, necesitamos recordar


nuestras cualidades positivas, para generar un equilibrio. Incluso las personas más crueles
tienen alguna experiencia con cualidades positivas. Indudablemente han tenido la experiencia
de sostener a un cachorro o a un gatito, acariciarlo y sentir un poco de calidez hacia él. Casi
todos tienen al menos esa experiencia. Si reconocemos que somos capaces de dar este tipo de
afecto podremos ver también nuestros aspectos positivos. La práctica del Darma no se refiere
solamente a trabajar con nuestro lado negativo; tiene que haber equilibrio. Necesitamos
trabajar también para reforzar nuestras facetas positivas.

Al tratar de mantener el equilibrio entre nuestras fallas y nuestras cualidades, se necesita evitar
otro conjunto de extremos. Un extremo es la culpa: "Soy malo. Debería practicar y como no
practico soy aún peor." La palabra "debo" necesita ser eliminada de nuestra forma de ver la
práctica del Darma. Nunca es un asunto de "deber ser". Si queremos liberarnos de nuestros
problemas y evitarlos en el futuro, la actitud más saludable es simplemente pensar: "Si quiero
liberarme de mi problema esta práctica ayudará". Hacer o no hacer la práctica es nuestra
decisión. No hay nadie que diga: "Deberías hacer esto y si no lo haces eres malo".

Pero también necesitamos evitar el otro extremo, el de: "Todos somos perfectos, sólo observa
tu naturaleza búdica y todo estará perfecto". Este es un extremo muy peligroso porque puede
conducirnos a la actitud de creer que no necesitamos cambiar; podemos creer que como ya
somos perfectos entonces no necesitamos detener o soltar ninguno de nuestros aspectos
negativos. Necesitamos evitar ambos extremos, sentir que somos malos o sentir que somos
perfectos. Básicamente, necesitamos tomar responsabilidad por nosotros mismos. Esta es la
clave para integrar el Darma en nuestra vida diaria. Tomar responsabilidad de nosotros
mismos, hacer algo para mejorar la calidad de nuestra vida.

Inspiración
Mientras trabajamos con nosotros mismos, podemos obtener inspiración tanto de maestros
espirituales, como de las otras personas que practican con nosotros. Para la mayoría las
personas, las historias fantásticas sobre antiguos maestros que volaban por los aires no son una
fuente estable de inspiración, porque estas son acciones con las que es muy difícil
relacionarnos y tienden a conducirnos por un viaje fantástico. Es mejor tomar inspiración de
ejemplos vivos con quienes en realidad tenemos contacto, aunque éste sea mínimo.

Los budas y los maestros verdaderamente calificados no tratan de impresionarnos ni de


inspirarnos. Como ejemplo se dice que ellos son como el sol. El sol no trata de calentar a la
gente; simplemente, por la forma en la que el sol naturalmente existe, calienta a los demás. Lo

Evitando los extremos 6


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mismo aplica para los grandes maestros espirituales. Nos inspiran de manera espontánea y
natural por la forma en la que ellos son en la vida, por su carácter y por su forma de lidiar con
las diferentes situaciones. No se trata de trucos mágicos. Lo más realista y aterrizado es lo más
inspirador.

Recuerdo a Dudjom Rimpoché. Murió hace muchos años. Era la cabeza del linaje nyingma y
uno de mis maestros. Tenía un asma terrible. Yo también tengo asma, así que sé lo que se
siente tener dificultades para respirar. Sé lo difícil que es enseñar cuando no puedes respirar
normalmente, porque toda tu energía tiene que enfocarse en tener suficiente aire. Es muy
difícil externar la energía en una situación así. Yo veía a Dudjom Rimpoché sufrir un asma
terrible y aún así subir al estrado a impartir enseñanzas. No se dejaba perturbar en lo más
mínimo por el asma y lidiaba con ello de una manera increíble mientras nos daba enseñanzas
asombrosas. Esto fue increíblemente inspirador, un hecho muy aterrizado que nada tiene que
ver con grandes trucos mágicos. Es lidiar con situaciones de la vida real y eso es muy
inspirador.

También podemos obtener inspiración de nosotros mismos al ir avanzando y progresando en


el camino espiritual. Esto es también una importante fuente de inspiración. Obtenemos
inspiración de nuestro propio progreso. Pero tenemos que ser muy cuidadosos con esto. La
mayoría de las personas no puede manejar este factor a nivel emocional, porque la tendencia
es volverse arrogantes y orgullosos de los logros que se alcanzan. Así que tenemos que definir
cuidadosamente que se entiende por progreso.

Progreso en el camino.
Primero que nada, tenemos que darnos cuenta de que el progreso nunca es lineal, sube y baja,
sube y baja. Los constantes altibajos son de las principales características del samsara, no
solamente en cuanto a obtener mejores o peores renacimientos sino también en cuanto a la
vida diaria. En un momento me siento feliz y al siguiente me siento infeliz. Nuestro estado de
ánimo sube y baja. Ahora tengo ganas de practicar, más tarde no tengo ganas de practicar
(esto sube y baja todo el tiempo, no se sorprendan por ello). De hecho, seguirá siendo así hasta
que nos convirtamos en un arjat, en un ser liberado, libre del samsara. Hasta que lleguemos a
ese punto, que es increíblemente avanzado, en el samsara seguiremos estando en este sube y
baja. Así que no se desanimen si después de practicar por mucho tiempo de pronto tienen
dificultades en una relación romántica. De repente nos sentimos emocionalmente perturbados,
¡esto pasa! No significa que hayamos sido terribles practicantes. Es natural, dada la realidad
de nuestra condición samsárica.

En la práctica del Darma no suelen ocurrir milagros. Si queremos aplicar el Darma en la vida
diaria, no esperemos milagros y menos en nuestro progreso. ¿Cómo podemos medir nuestro
progreso en forma realista? Su Santidad el Dalái Lama dice que no lo veamos en términos de
practicar el Darma un año o dos. Que lo observemos en términos de cinco o diez años de
práctica para revisar: "¿Soy una persona más calmada de lo que era hace cinco o diez años?
¿Soy capaz de manejar situaciones más difíciles sin alterarme o sentirme dominado por ellas?"
Si es así, hemos progresado y eso es inspirador. Aún tenemos problemas, pero esto nos
fortalece para continuar en el camino. Ya no nos alteramos tanto en las situaciones difíciles
cuando las cosas se ponen feas. Somos capaces de recuperarnos más rápidamente.

Cuando hablamos de nosotros mismos como fuente de inspiración, el punto principal es que
esta inspiración nos da la fortaleza para continuar en el camino. Esto es porque estamos
convencidos de que vamos en la dirección correcta. Y sólo estamos convencidos de que

Inspiración 7
Integrando el Darma a nuestra vida

vamos en la dirección correcta si tenemos una idea realista de lo que significa ir en esa
dirección (que mientras vamos en esa dirección general, continuamente experimentaremos
altibajos).

Estas son algunas ideas generales sobre cómo integrar la práctica del Darma a nuestra vida
diaria. Espero que sean útiles. Gracias.

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Progreso en el camino. 8

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