UNIDAD I BASES CONCEPTUALES DEL PENSAMIENTO TRABAJO I
PROFESOR RAFAEL SARMIENTO
ALUMNA MARIA ESTHER RUMINOT H. SEPTIEMBRE 2009 UN INTENTO DE REFLEXIÓN
En una mirada a los artículos de Carlos Saiz "Enseñar o aprender a pensar"
y “Pensamiento e instrucción”, creo que comenzar con definir el pensamiento, tarea difícil, ya que siempre ha sido confuso establecer una distinción de otros conceptos como inteligencia, razonamiento, habilidades cognitivas o comprensión, entre otros, pero es significativo instalarlo como “el sistema cognitivo”, pues creo que contiene las múltiples habilidades y funciones como comprensión, percepción, procesamiento de la información y memoria, entonces estructuramos nuestras realidad, simbolizamos el entorno desde nuestro nacimiento con la invasión de estímulos vamos transformando, como señala Piaget, nuestros esquemas motores a esquemas de abstracción que nos permiten la resolución d e la problemática desde la diaria a la compleja. Coincido con el autor que es complejo la definición específica, pero esta claro su carácter “propositivo” y la utilización de nuestras capacidades superiores inducción, deducción y creatividad, para la resolución de problemas, según Jonson– Laird. Aquí utilizamos la toma de desiciones, generamos soluciones satisfactorias, intuitiva o racionalmente, requiriendo del componente creativo. A partir de esta instancia aprendemos a actuar y junto a esto surge la relevancia de la Instrucción o aprendizaje. Siguiendo a Mayer, que platea un almacenamiento óptimo del material aprendido o un desarrollo de estrategias de pensamiento o metaconocimiento, siendo éstas las 2 formas de prácticas educativas. A esto se agregan los esquemas de trabajo de la instrucción. Uno simple de manipulación instruccional y rendimiento o ejecución, distinguiéndose del segundo donde las características del que aprende, el proceso y resultado del aprendizaje son tomados en cuenta. Con la relevancia de lo que es el PENSAMIENTO, y como afecta a nuestra adaptación no cabe duda que el enseñar a pensar es significativo, pues con esto se hace más conciente el proceso con el cual mejorar nuestras habilidades, siendo esta una habilidad cognitiva, es realmente posible de perfeccionar y conseguir una mejor adaptación al entorno cambiante que nos rodea. A esto lo apoyan investigaciones como la de Halpern (1987) que sólo un 25% de los estudiantes de primer año de universidad presentarían un nivel suficiente de pensamiento lógico o en Nickerson (1994) que señala que estudiantes de todos los niveles de enseñanza no logran pensar y resolver problemas a las actividades escolares. Sumado a los hallazgos anteriores el autor hace presente algo por todos conocidos, la instantaneidad de la información y la gran disponibilidad con la que contamos, por la wed u otros medios de comunicación. Esto no permitiría la discriminación objetiva de la información, perdiendo la espontaneidad de la creación y asombro por el descubrir, lo cual sin duda perjudica a la formación de los actuales profesionales, quienes se enfrentan a la adquisición de contenidos y repetición de éstos sin discriminar entre todo ese mar de información. Entonces queda una instancia, sólo una herramienta se hace indispensable LA REFLEXIÓN, lo cual da respuesta a la importancia y necesidad de la enseñanza del pensamiento. A lo anterior podríamos agregar, lo rígido de los curriculum, estos comienzan a modificarse un par de años atrás, centrándolos en el desarrollo de competencias, esto es preparar al profesional para el área del desempeño, pudiendo desarrollar diferentes tipos de capacidades. No se trata de una suma de capacidades, sino de capacidades estructuradas y construidas que constituyen un capital de recursos disponibles que se combinan entre sí, permitiendo la actividad- desempeño profesional y la consecución del rendimiento/resultados esperados (Arias y Ruminot 2009). De aquí que el aprender a pensar se hace más significativo son habilidades las que debemos desarrollo en los alumnos, por tanto nos enfocamos en actividades hacia el quehacer del psicólogo para que este logre la resolución de problemáticas especificas del ámbito de sus competencias profesionales. Ahora bien es distinto que exista la necesidad de pensar, a si es posible enseñar a pensar, aquí existen aportes de estudios, me parece que desde que el hombre descubre que es capaz de interferir en su entorno y logra obtener por accidente una respuesta, hasta llegar a sistematizar esta información y lograr aplicar a un mundo de lo posible, es que éste ha estado preocupado del desarrollo del pensar. Cómo señala el autor desde la Grecia presocrática ya existía este interés. A lo anterior se agrega Halpern (1996), quien corrobora un aumento en el coeficiente intelectual, luego de la aplicación de un programa de instrucción. Así también se muestra la eficacia para la solución de problemas y la transferencia a situaciones cotidianas de estas habilidades. Lo anterior lo sistematizaron Perkins y Grotzer (1997) a través de 3 criterios importantes en la elaboración de cualquier programa de enseñanza del pensamiento, siendo estos: - Magnitud del efecto - Grado de generalización. - Grado de persistencia. No cabe lugar a duda, para que un aprendizaje sea eficaz debe impactar al sistema de esquemas ya existentes para que se acomoden, siendo importante que se generalice a la aplicación de resolución de problemas y que logren permanecer en el sujeto contribuyendo a su adaptación. Coincido con el autor, al igual que Detterman se complica el problema de la generalización a situaciones nuevas, sin embargo no podríamos enseñar nada si sólo nos quedamos en que se aplique a nuevas situaciones, entonces es necesario enseñarlo directamente. Pero esto no remedia la no transferencia, tal vez porque tendemos a actuar en forma automática y no ser concientes, y sólo cuando nos situamos en lo consciente es cuando podríamos realizar esta transferencia. Sería posible enseñar a pensar entonces nos adentramos en ¿qué aspectos del pensar son enseñables? Para ello se toma a Binet que nos dice donde la inteligencia la platea como una combinación de funciones, que se basa en “pequeñas” habilidades intelectuales que requieren de ser definidas, coincide con Halpern quien señal que la enseñanza del pensamiento estaria basad en 2 supuestos las habilidades son claramente identificables y si son reconocidas y aplicadas los estudiantes serán pensadores más eficaces. Ni dudar si conozco los ingredientes del ceviche de reineta lo podré preparar a fin de degustar un excelente plato. De aquí que Saiz plantea entonces los criterios prácticos para la enseñanza de las habilidades del pensar considerando la estrategia herramienta que permite el ordenamiento para, el metaconocimiento tener mayor conciencia del pensar, las disposiciones que traen las motivaciones y deseos por el pensar o la “buena disposición” y práctica la que consolida el conocimiento, presente en todas las iniciativas del pensar. Entonces se vuelve a caer en lo más significativo a mí entender que este aprendizaje se transfiera no sólo a las experiencias puntuales del quehacer específico, sino a la totalidad de exigencias del entorno desde lo trivial y cotidiano hasta los más abstractos y complejos. No cabe duda que lo anterior permite guiar, para el desarrollo de programas para enseñar a pensar en forma óptima, entonces se realza la importancia de visualizar los programas ya establecidos para tener un referente práctico, lo cual se pondera frente a un desconocimiento de esta sistematización. Aquí se describen enfoques que Nickerson, Perkins y Smith (1985/1987) ya sistematizaron como de operaciones cognitivas, centrado en la enseñanza de habilidades, los heurísticos que enseñan métodos explícitos, del pensamiento que enfatizan el aprendizaje del pensamiento formal en el área de las matemáticas, de manipulación simbólica utilizando el lenguaje como herramienta principal y el enfoque de pensar sobre el pensamiento, teniendo al mismo como materia de estudio. Utilizando como criterios aprendizaje directo del pensamiento y aprendizaje independiente de dominios unidos a la permanencia del programa en la actualidad. En mi impresión cada una de los programas destacan la sistematización de sesiones con contenidos específicos y duración precisa, buscando la mediación de un instrumento, profesor o textos que logre abrir, despertar las habilidades internas, que cada programa ya define para impulsar el movimiento interno. La temática de la evaluación es un elemento central, ya que frente a esta diversidad cada metodología de evaluación va marcando pautas cualitativas o cuantitativas que nos hablaran de lo eficaz que estás son. Pero nos encontramos con el tema que se a masticado durante el artículo se logrará la transferencia?, será realmente un programa más eficaz que el otro?, esto no puede ser menos complejo si estamos hablando del pensamiento, que sin duda para su desarrollo desde el nacimiento pasa por la interferencia de múltiples variables.