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MONOGRAFÍA

LA INMIGRACIÓN EN ESPAÑA

La entrada de inmigrantes en España ha sido, sin duda, el fenómeno


socioeconómico más importante de los últimos años que ha contribuido a
aumentar la población. Según el padrón municipal los extranjeros que residían en
España el 1 de enero de 2005 se cifraban en más de 3.700.000, equivalentes al
8,5% de la población total, casi el doble que en 2002.

ÍNDICE
• Introducción
• La Inmigración en España: algunas cifras
 Población
 Ocupación
• Teoría Economica de la inmigración
 La decisión de emigrar: la teoría del capital humano
 Comportamiento laboral de los inmigrantes en el país de destino
 La autoselección de los inmigrantes: El Modelo de Roy
• Impacto en el bienestar del país de destino
 Inmigración y estructura salarial
 Costes y beneficios de la inmigración
• Conclusiones

INTRODUCCIÓN

Desde finales del siglo XX se viene produciendo un incremento de los flujos


migratorios dentro del contexto de globalización económica mundial. Según un
estudio de la ONU, a finales del siglo XX un 2,5% de la población mundial vivía
fuera del país donde nacieron.
Algunas de las causas que explican la creciente demanda de inmigrantes están
relacionadas con los desajustes producidos en el mercado de trabajo como
consecuencia del cambio tecnológico, así como con la insuficiente movilidad
laboral regional o con factores institucionales y demográficos (como las bajas
tasas de participación femeninas o el creciente número de trabajadores retirados).
Por otra parte, los cambios demográficos en los países de la OCDE han dado
lugar a una fuerza laboral envejecida y a una disminución de la población en edad
de trabajar. La posibilidad de que estos cambios originen una escasez de mano de
obra y de que alteren las oportunidades económicas para los trabajadores nativos
ha hecho surgir un importante debate sobre el impacto económico de la
inmigración y sobre el tipo de políticas que los países receptores deberían llevar a
cabo.
En cuanto a la fuentes utilizadas hay que tener en cuenta que cuantificar el
volumen de inmigrantes, tanto en España como en el resto de la UE plantea
dificultades estadísticas importantes, ya que las fuentes de datos ofrecen datos
muy dispares, debido a las diferentes metodologías seguidas, a cambios en la
regulación de la inmigración, etc. Por otro lado existen numerosos estudios que
tratan el tema desde diversos puntos de vista.

LA INMIGRACIÓN EN ESPAÑA: ALGUNAS CIFRAS

La entrada de inmigrantes en España ha sido, sin duda, el fenómeno


socioeconómico más importante de los últimos años que ha contribuido a
aumentar la población . Según el padrón municipal los extranjeros que residían en
España el 1 de enero de 2005 se cifraban en más de 3.700.000, equivalentes al
8,5% de la población total, casi el doble que en 2002. Atendiendo al país de
procedencia, los colectivos mayoritarios eran el marroquí (con cerca de 511.000
personas), el ecuatoriano (498.000), el rumano (317.000), el colombiano (271.000)
y el británico (227.000). Todos ellos, en conjunto, representaban casi la mitad de
los extranjeros empadronados. Cinco comunidades autónomas de destino
agrupaban el 75% de dicho colectivo: Madrid, Cataluña, la Comunidad Valenciana,
Andalucía y Canarias. Dado que, al final de septiembre de 2005, el número de
residentes en España con autorización de residencia en vigor (otorgada por las
autoridades competentes, con independencia del padrón municipal) se acercaba a
2.600.000, el total de extranjeros que se hallarían todavía en situación irregular
podría rondar el millón de personas (unos 600.000 menos que al final de 2004), a
pesar del proceso de regularización abierto en febrero de 2005.

La mayoría de inmigrantes vienen a España en busca de trabajo. Según la


encuesta de población activa, durante el tercer trimestre de 2005, cerca de
2.267.000 extranjeros se hallaban ocupados, mayoritariamente en los servicios
(59%) y en la construcción (21%). En la industria y la agricultura, la proporción era
mucho menor (12% y 8%, respectivamente). La mayor parte (en torno al 85%)
ocupaba un empleo de baja cualificación. Como cabía esperar, el aumento de la
ocupación extranjera ha repercutido favorablemente en el total de afiliaciones a la
Seguridad Social, hasta el punto que cerca de un 45% de las altas registradas en
los últimos cuatro años corresponde a trabajadores foráneos. En líneas generales,
los datos de la afiliación por sectores coinciden con los resultados de la encuesta
de población activa, pero con la ventaja de ofrecer un grado de concreción
superior, indicado en el gráfico siguiente.

TEORÍA ECONOMICA DE LA INMIGRACIÓN

LA DECISIÓN DE EMIGRAR: LA TEORÍA DEL CAPITAL HUMANO


De acuerdo con esta teoría, los trabajadores consideran la decisión de emigrar
como cualquier otro tipo de inversión en capital humano. Para ello, calculan el
valor de las oportunidades de empleo, disponibles en cada mercado de trabajo,
netas de los costes de traslado, y eligen aquélla opción que maximiza el valor
presente neto de la corriente futura de ganancias esperadas.
Así, los factores que influyen en la decisión de emigrar (empíricamente
constatables) son, por ejemplo:
1. una mejora en las oportunidades de empleo y salario disponibles en el país
de destino (correlación directa)
2. una mejora de las ganancias esperadas en el país de origen (correlación
inversa)
3. un aumento en los costes de traslado (correlación inversa)…
En último término, la decisión de emigrar se producirá cuando existan
oportunidades de que el trabajador recupere su inversión.
Existe una gran cantidad de estudios que intenta verificar si el tamaño y la
dirección de los flujos migratorios son consistentes con la hipótesis de la
maximización del valor presente. La evidencia empírica sugiere que la
probabilidad de emigrar es muy sensible al diferencial de rentas entre el país de
origen y el destino. Por último se ha encontrado una correlación negativa entre la
probabilidad de emigrar y la distancia. Estos resultados son consistentes con la
hipótesis de que los trabajadores se trasladan las regiones o países en los que
maximizan el valor presente descontado de sus ganancias futuras.
Otros factores que influyen en la decisión de emigrar son las características
personales de los trabajadores, tales como la edad y la educación. Debemos
destacar aquí la autoselección del flujo de inmigrantes: los trabajadores que
decidan emigrar no constituyen una muestra aleatoria de la población del país de
origen, sino que tiene ciertas características personales que hacen que su
probabilidad de emigrar sea distinta a la media de la población del país de origen.
Así, una mayor edad implica una menor probabilidad a emigrar (ya que los
trabajadores más mayores tienen un menor horizonte temporal para beneficiarse
los rendimientos de su inversión).
Finalmente, muchas de las decisiones de emigrar se toman el contexto de la
familia. Es decir, si la familia en su conjunto mejora, se tomará la decisión de
emigrar. Supongamos, para simplificar, que una familia se compone de dos
personas: la familia emigrará si la suma del diferencial de las rentas esperadas en
el país de origen y en el de destino de ambas personas es positiva (podría ocurrir
que la decisión óptima para la familia como unidad no coincida necesariamente
con la decisión óptima para cada uno de sus miembros: es decir, que un cónyuge
empeore con el cambio siempre que la ganancia del otro cónyuge compense dicha
pérdida).

1. COMPORTAMIENTO LABORAL DE LOS INMIGRANTES EN EL PAÍS DE


DESTINO: ASIMILACIÓN Y EFECTOS COHORTE
Existen numerosos estudios sobre el análisis del nivel de cualificación y de
ganancias de la población inmigrante en el país de destino. En estos estudios se
considera comportamiento laboral de los inmigrantes como una medida de su
contribución al crecimiento económico en el país de destino. Si dicha contribución
se produce, los trabajadores nativos no tendrán que preocuparse de la posibilidad
de que los inmigrantes se conviertan en una carga. De igual manera, si los
inmigrantes carecen de las cualificaciones que los empleadores del país de
destino demandan y encuentran difícil su adaptación a las condiciones del
mercado de trabajo receptor, la inmigración podría incrementar significativamente
los costes asociados a los programas de bienestar social.
1. La evidencia empírica sugiere que las ganancias de los inmigrantes están
por debajo de los de los nativos durante, aproximadamente, los quince
primeros años de su actividad laboral. La explicación es que, inicialmente,
los inmigrantes carecen de muchas de las habilidades que son necesarias y
valoradas por los empleadores en el país de destino, tales como, por
ejemplo, el idioma.
2. En segundo lugar, se observa que el perfil de ganancias de los inmigrantes
presenta una mayor pendiente que el de los nativos, es decir, las ganancias
de los inmigrantes crecen más rápido que las de los nativos. La explicación
nos la ofrece la teoría del capital humano: a medida que los inmigrantes
aprenden el idioma y las características del mercado de trabajo del país de
destino, su stock de capital humano crece en relación con el de los nativos
(las ganancias de los inmigrantes empiezan a converger hacia las de los
nativos)
3. Lo que esta teoría no puede explicar es el hecho de que a partir de los 15
años en el país de destino, los inmigrantes empiezan a tener unas
ganancias superiores a las de los nativos. La explicación proviene del
argumento de la autoselección: los trabajadores que deciden emigrar son
diferentes del resto. Únicamente las personas con habilidades
excepcionales deciden abandonar su país de origen y emprender la ventura
de emigrar. Así, son más productivos que los nativos una vez que
adquieren las habilidades específicas necesarias para desarrollar su
actividad laboral en el país de destino.
Podrían también existir los denominados efectos cohorte entre las diferentes olas
de inmigrantes, consistentes en que los inmigrantes que acaban de llegar al país
de destino sean intrínsecamente diferentes de aquellos que emigraron hace más
de 20 años. Siendo este el caso, utilizar la experiencia de aquellos que emigraron
hace más de 20 años para predecir comportamiento laboral futuro de los
emigrantes actuales puede conducir a conclusiones completamente erróneas. Si
existen efectos de cohorte, el hecho de que los inmigrantes que llegaron hace más
años ganen más que los que han llegado más recientemente no necesariamente
indica que se produce un efecto asimilación a medida que los inmigrantes
acumulan las habilidades específicas necesarias en el mercado de trabajo del país
de destino (por ejemplo, en Estados Unidos existe un fuerte efecto cohorte debido
al menor énfasis que las nuevas leyes inmigración en dicho país han puesto sobre
la cualificación de los trabajadores como condición de admisión) .

2. LA AUTOSELECCIÓN DE LOS INMIGRANTES: EL MODELO DE ROY


Este modelo clasifica a los inmigrantes distinguiendo entre trabajadores
cualificados y no cualificados. Según este modelo, los trabajadores toman la
decisión de emigrar en función de la dispersión salarial que exista entre el país de
origen y el de destino.
1. Así, en el caso de trabajadores que residen en un país con baja tasa de
rendimiento de capital humano (donde los trabajadores cualificados no
ganan mucho más que los no cualificados), existirán mayores incentivos
para qué los trabajadores más cualificados emigren en el caso de que las
cualificaciones laborales sean transferibles de un país a otro
(produciéndose un fenómeno de fuga de cerebros del país de origen al país
de destino). Este fenómeno se denomina autoselección positiva.
2. Por el contrario, considerando la situación de trabajadores en cuyo país de
origen se ofrece una elevada tasa de rendimiento capital humano, los
trabajadores que tendrán más incentivos emigrar serán los menos
cualificados. (autoselección negativa)
Por tanto, según el modelo de Roy, el principal determinante de la composición del
flujo de inmigrantes en términos de su cualificación es la dispersión salarial
existente entre el país de origen y el de destino. La evidencia empírica corrobora
las previsiones teóricas de éste modelo.

IMPACTO EN EL BIENESTAR DEL PAÍS DE DESTINO

INMIGRACIÓN Y ESTRUCTURA SALARIAL


A la hora de evaluar el impacto de la inmigración sobre las oportunidades de
empleo de los trabajadores nativos, los estudiosos se han encontrado con
problemas conceptuales que no permiten obtener una evidencia empírica robusta.
1. En primer lugar no se han encontrado evidencias sobre las implicaciones
del modelo estándar de la oferta y demanda de trabajo. Según dicho
modelo, un incremento en la oferta de trabajo como consecuencia de la
inmigración debería reducir los salarios de los trabajadores nativos en
mercados de trabajo flexibles (en los que los salarios relativos se ajustan
ante factores de demanda y de oferta), o bien reducir la tasa del empleo de
los trabajadores nativos donde las rigideces existentes limitan el ajuste de
los salarios relativos.
2. En segundo lugar, la evidencia no es muy consistente ya que diferentes
estudios obtienen estimaciones distintas.
En definitiva, la mayoría de los efectos estimados en la literatura no parecen
confirmar la hipótesis de que las oportunidades de empleo o los salarios de los
trabajadores nativos se vean afectados muy negativamente por la inmigración,
incluso cuando el mercado recibe grandes flujos de inmigrantes.

COSTES Y BENEFICIOS DE LA INMIGRACIÓN


Una de las cuestiones básicas de este tema es el posible impacto neto de la
inmigración sobre el bienestar del país de destino. Así, debemos sopesar los
costes y los beneficios de dicho fenómeno.
Costes en términos de financiación de programas sociales (educación, sanidad...)
que se ven afectados por la llegada de inmigrantes: debemos plantear la cuestión
sobre si los inmigrantes obtienen más de sistema de bienestar social del país de
destino de lo que aportan. En la medida en que los trabajadores inmigrantes
pagan impuestos y cotizaciones en el país de acogida, puede argumentarse que
dichas aportaciones autofinancian a los gastos adicionales que ocasiona su
participación los programas de protección social existentes. En la práctica ocurre
que los inmigrantes comienzan trabajando en empleos de baja cualificación, con
salarios por debajo del salario medio del país de destino, de manera que, durante
un período de transición que puede durar entre 10-15 años, hasta alcanzar la
asimilación completa y obtener el salario medio, los impuestos que pagan son
relativamente bajos respecto a los bienes públicos que reciben. Es por ello por lo
que la generosidad del sistema de bienestar en algunos países puede distorsionar
al alza el volumen de la inmigración recibida, especialmente en lo que concierne a
trabajadores con baja cualificación.

CONCLUSIONES

Nuestros conocimientos sobre los efectos económicos de la inmigración han


crecido sustancialmente los últimos años. Aunque los trabajadores inmigrantes
generalmente llegan al país de destino en una situación de desventaja con
respecto a los trabajadores nativos, sus oportunidades económicas crecen
rápidamente con el tiempo.

Además, existe escasa evidencia que sugiera que la inmigración tiene un impacto
negativo importante sobre las oportunidades de empleo de los trabajadores
nativos. El aumento de la población laboral ha comportado un incremento de la
recaudación asociada a la imposición del trabajo (principalmente por la vía de las
cotizaciones sociales), aunque no hay que olvidar que dicho colectivo se convierte
también en beneficiario de las prestaciones (sanitarias, desempleo, asistenciales,
etc.) reconocidas a la población general.

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