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DIFERENCIACIÓN SOCIOESPACIAL EN LA PERCEPCIÓN DE LA

CALIDAD DE VIDA URBANA EN EL GRAN SANTIAGO.

Presentado por

MÓNICA PILAR PINTO VERDUGO

Proyecto de Tesina presentado ante Fondo Verde

para optar al

DIPLOMA EN GESTIÓN AMBIENTAL URBANA

En Recoleta, Santiago de Chile, a 28 de Octubre del 2009


CONTENIDOS

1 INTRODUCCIÓN .................................................................................................. 1

2 MARCO TEÓRICO-REFERENCIAL .................................................................... 2

2.1 Parámetros sobre el concepto “calidad de vida urbana” .............................. 2


2.2 Calidad de Vida: Definiciones e indicadores ................................................ 4
2.3 Encuesta de Calidad de vida urbana, el caso Chileno. ................................ 7

3 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA ................................................................. 8

3.1 Objetivos ........................................................................................................ 9

4 METODOLOGÍA ................................................................................................... 9

4.1 Pasos metodológicos..................................................................................... 9


4.2 Alcances y limitaciones ............................................................................... 11

5 A MODO DE LÍNEA DE BASE........................................................................... 12

5.1 Caracterización del Gran Santiago Urbano ................................................ 12


5.2 Caracterización de las variables ambientales ............................................ 16
5.2.1 Contaminación del aire ......................................................................... 16
5.2.2 Contaminación acústica ........................................................................ 19
5.2.3 Contaminación del agua ....................................................................... 19
5.2.4 Desechos sólidos urbanos.................................................................... 21
5.2.5 Transporte y congestión vehicular ....................................................... 24
5.2.6 Aguas lluvias e inundaciones ............................................................... 26
5.2.7 Áreas verdes ......................................................................................... 30

6 RESULTADOS DEL ANÁLISIS FACTORIAL APLICADO A LA ENCUESTA DE


CALIDAD DE VIDA URBANA ................................................................................... 31

6.1 Variables caracterizadoras de los factores y porcentaje explicativo ......... 31


6.2 Mapeo de scores ......................................................................................... 33

7 DISCUSIÓN DE RESULTADOS. SÍNTESIS. .................................................... 35

7.1 Generalidades .............................................................................................. 35


7.2 Factor 1: Aguas lluvias ................................................................................ 36
7.3 Factor 2: Aseo y Ornato .............................................................................. 37
7.4 Factor 3: Desechos urbanos ....................................................................... 38
7.5 Factor 4: Externalidades negativas del proceso de urbanización ............. 39

8 CONCLUSIONES ............................................................................................... 40

9 BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................... 41

ÍNDICE DE FIGURAS

Figura 1: Modelo de desarrollo estructural de la ciudad latinoamericana ............... 13


Figura 2: Dimensiones latentes del espacio social: sectorialidad socioeconómica y
concentricidad demográfica. ..................................................................................... 15
Figura 3: Inversión térmica de subsidencia .............................................................. 16
Figura 4: Distribución de la Contaminación Atmosférica en Santiago .................... 18
Figura 5: Descarga de aguas servidas a los distintos cauces del Gran Santiago .. 20
Figura 6: Rellenos sanitarios en el Gran Santiago .................................................. 22
Figura 7: Distribución de los microbasurales en el Gran Santiago ......................... 23
Figura 8: Generación de Viajes Según Modo de Transporte Motorizado ............... 25
Figura 9: Congestión vehicular en el Gran Santiago. .............................................. 26
Figura 10: Frecuencia porcentual de la distribución anual de la Precipitación en
Santiago ..................................................................................................................... 28
Figura 11: Riesgo de inundación en la ciudad de Santiago. ................................... 29
Figura 12: Distribución de las áreas verdes en el Gran Santiago ........................... 30
Figura 13: Factor 1 “Aguas Lluvias”: Mapa de Scores ............................................ 33
Figura 14: Factor 2 “Aseo y Ornato”: Mapa de Scores ............................................ 34
Figura 15: Factor 3 “Desechos urbanos”: Mapa de Scores ..................................... 34
Figura 16: Factor 4 “Externalidades urbanas negativas”: Mapa de Scores ............ 35

ÍNDICE DE TABLAS

Tabla 1: Estambul+5: Dimensiones, indicadores y


listas de información cualitativa ................................................................................. 6

Tabla 2: Resultados del análisis factorial: Pesos de las variables,


eigenvalues y varianza explicada ............................................................................ 31
RESUMEN

Bajo el enfoque de la Escuela de Ecología Factorial Urbana, que por una parte
establece patrones sectoriales para la condición socioeconómica de la ciudad
latinoamericana y patrones concéntricos para aspectos demográficos, y por otra
valida la utilización de la técnica del análisis factorial para la determinación de
patrones espaciales de características multivariadas; se analizan los datos
relativos a los aspectos ambientales de la Primera Encuesta de Percepción de
Calidad de Vida Urbana aplicada al Gran Santiago, estableciéndose y
jerarquizándose los factores explicativos o dimensiones latentes de la percepción
ambiental urbana. Como resultado se obtiene la correspondencia entre los
patrones de diferenciación sociodemográfica, los sociodemográficos, y los cuatro
factores encontrados, denominados como de aguas lluvia, áreas verdes, desechos
urbanos, y externalidades negativas del proceso de Urbanización.

1 INTRODUCCIÓN

A fines del año 2007 y principios del año 2008 se realizó en Chile la primera
Encuesta de Percepción de Calidad de Vida Urbana, la cual es producto de un
proyecto de acción conjunta entre el Ministerio de la Vivienda (MINVU) y el
Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

La importancia otorgada a la encuesta realizada, se enmarca dentro del considerar


que la satisfacción de los requerimientos ciudadanos varía en función de las
expectativas de las personas y las valoraciones que hacen respecto de una
determinada situación. Por lo tanto resulta fundamental el conocer dichas
expectativas, para propiciar la pertinente elaboración de estrategias, políticas,
planes, y programas, en pro del mejoramiento de la calidad de vida.

Existen diversos enfoques teóricos y metodológicos desde los cuales se puede


abordar el estudio de la calidad de vida urbana, en esta Tesina se propone el de la
Ecología Urbana Factorial, que plantea el establecimiento de dimensiones latentes
de carácter multivariado que dan cuenta de patrones espaciales no directamente
observables.

Así, en primer lugar se realiza una discusión teórica respecto de los conceptos
calidad de vida y objetividad, luego se entregan los parámetros metodológicos
utilizados, y un estado de situación de las variables a considerar. A continuación
se analizan los resultados del análisis factorial realizado y se exponen los patrones
espaciales encontrados.

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2 MARCO TEÓRICO-REFERENCIAL

2.1 Parámetros sobre el concepto “calidad de vida urbana”

Actualmente, el concepto de calidad de vida urbana es utilizado como una


categoría operacional relacionada con los objetivos de las políticas sociales y
públicas que están directamente asociadas con el bienestar de los ciudadanos, en
cuánto éstos “perciben” o estiman cuentan con la disponibilidad y acceso a los
satisfactores necesarios para cubrir sus expectativas y requerimientos.

Así, el concepto de calidad de vida urbana está determinado por el imaginario o


constructo ambiental establecido por la sociedad en cuestión; pero es
concretizado mediante el accionar de las instituciones políticas, económicas,
productivas, tecnológicas y ambientales de dicha sociedad. En consecuencia, el
concepto calidad de vida posee como principales características el pertenecer a
un contexto histórico, social y cultural, y el constituir un concepto multivariado de
características complejas.

Pero además existen dos características previas y fundacionales, las cuales


pueden parecer obvias, pero creo que son necesarias de resaltar:

Primero, el concepto de calidad de vida urbana está íntimamente ligado al


proceso de urbanización, el cual en Chile en su fase moderna se inicia
aceleradamente a partir de 1930, debido a la implementación del modelo de
industrialización sustitutivo de importaciones, y actualmente es regido por
un proceso de modernización de escala global (o globalizante), liderado por
la conformación de barrios cerrados y nuevas urbanizaciones en donde los
malls constituyen los principales espacios de interacción social cotidiana.

Segundo: el establecer la “calidad” de vida urbana implica un proceso


evaluativo, que necesariamente involucra el accionar de la subjetividad
individual y colectiva.

Esto último no es trivial, pues sobretodo dentro de las ciencias sociales y humanas
actualmente existe una tendencia a abandonar, adoptar críticamente, o a lo menos
complementar los enfoques positivistas basados en paradigmas verificacionistas
desarrollados y adoptados desde tiempos de Newton y Descartes, quienes
orientaron el quehacer de la ciencia hacia la búsqueda e implementación de
cuerpos teóricos, metodologías, parámetros e indicadores considerados como
objetivos, reales, y verdaderos.

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Hoy día, tal situación aleja al proceso evaluativo y a la noción de evaluación, de
perspectivas centradas en la búsqueda de una verdad única y universal asociada
a una realidad externa al hombre; pero también lo aleja de un relativismo
perceptivo absoluto, pues mediante la introducción de metodologías objetivables
se intenta superar la dualidad objetivo-subjetivo, que considera a lo objetivo como
lo perteneciente o relativo al objeto en sí mismo, con independencia de las
condiciones de observación y del quehacer de un observador, (especialmente en
lo que se refiere al modo de pensar y sentir de dicho observador), y relaciona a lo
subjetivo con las interpretaciones que mediante su propio lenguaje, percepciones
y argumentos, un sujeto realiza respecto de su experiencia, utilizando en ello su
conocimiento previo basado en determinados intereses y particularidades
situacionales.

El intentar superar la dualidad objetivo-subjetivo por medio de la objetivación, se


sustenta en el relacionar los conceptos de verdad y legitimidad con la posibilidad
de que “un tercero” pueda validar los “resultados” obtenidos de una interacción
entre observador y objeto de estudio, mediante el criterio de obtener bajo las
mismas condiciones resultados similares. En ello, el grado de similaridad se
establece mediante parámetros probabilísticos para los cuales “comunitaria y
socialmente” se “pacta” un grado de incerteza asociada.

Así, la evaluación de la calidad de vida urbana corresponde a un “pacto social”, en


el cual un grupo de actores sociales de características diversas determina los
parámetros o variables a analizar, elabora los instrumentos, realiza la “medición”,
procesa la información, obtiene resultados, y -ojalá- genera acciones al respecto.

Dicho de otro modo: no existe una evaluación de calidad de vida más válida que
otra, entendiéndola asociada a verdades universales, sino una determinada
evaluación será “verdadera”, en cuanto la sociedad en su conjunto la legitime y
adopte como propia.

Cabe destacar que dicho enfoque no pretende establecer nuevas metodologías, ni


nuevas variables a las ya clásicamente adoptadas, “sólo” pretende modificar
nuestra conducta como observadores (o investigadores), en cuanto el accionar
científico no debiese tener como metas el establecer verdades, sino centrar su
quehacer en comprender y aprehender, -desde una perspectiva comunitaria y
pactadamente construida-, la propia complejidad y la complejidad del otro,
entendida dicha complejidad como un tejido de eventos, acciones, interacciones,
retroacciones, determinaciones” de naturaleza diversa, disímil y contradictoria, en
donde lo imprevisto puede constituir la norma1.

1
Morin, 1996.

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Ahora bien, lo mencionado tiene implicancias metodológicas y paradigmáticas en
cuanto aúna las clásicas perspectivas cuantitativo-objetivas y perceptivo-
cualitativas relacionadas con el concepto de calidad de vida, pues pone en
evidencia el inevitable accionar de la subjetividad, ante lo cual la dualidad objetivo-
subjetivo queda obsoleta; pues por una parte lo perceptivo es subjetivo por
ontonomasia, y por otra se evidencia, reconoce, y asume que lo clásicamente
considerado como objetivo corresponde a paradigmas, cuerpos teóricos,
metodologías, variables, e indicadores que han sido necesariamente establecidos
a partir de parámetros o valoraciones subjetivas realizadas por investigadores o
actores sociales pertenecientes o que actuaron en conformidad con las instancias
de poder intelectual, ético-moral, o político establecidas.

En consecuencia, el adoptar la noción de objetivación a cambio de la dualidad


objetivo-subjetivo implica superar uno de los principios fundacionales de la ciencia
clásica: el legislar 2. Así, el evaluar la calidad de vida urbana no tiene como objetivo
establecer algún tipo de ley universal o local, sino comprender al otro y
aprehender su realidad y su verdad, para luego -ojalá- incorporar dicho
“conocimiento” en la elaboración de instrumentos de planificación participativa y en
el diseño de políticas públicas y sociales.

2.2 Calidad de Vida: Definiciones e indicadores

El concepto “calidad de vida urbana” se construye de manera paralela al desarrollo


de los procesos de industrialización y posterior urbanización acelerada que
sufrieron -y sufren- principalmente las ciudades primadas o cabeceras de región.
En consecuencia, el concepto se ha ido construyendo sobre bases anteriores,
incorporando cada vez más nuevos elementos. Así, en una instancia -post
segunda guerra mundial-, la calidad de vida urbana se comienza a abordar desde
la perspectiva de tenencia de bienes que satisfacen necesidades; luego el
concepto evoluciona incorporando enfoques que resaltan la accesibilidad y
carencia de determinados satisfactores previamente establecidos; y
posteriormente, -i.e. actualmente-, el concepto incluye de manera explícita a la
variable ambiental 3.

Así, el concepto refleja la evolución de una sociedad del bienestar que toma
conciencia respecto de que la búsqueda de la riqueza no derivó directa ni
precisamente en una mejor calidad de vida, a una sociedad que intenta
perpetuarse como “ambientalmente sustentable”, en la cual una base de datos

2
Morin, 1999, p.43.
3
Mikkelsen, 2007.

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estadísticos objetivables que den cuenta de la calidad de vida de una sociedad
constituye un recurso o activo que debe apoyar a la gestión estratégica. 4

La amplitud y características multi e interdisciplinaria de la variable ambiental, y su


reciente incorporación, simboliza el enfoque multidimensional e integrador que
actualmente posee el concepto calidad de vida. Así, Lindenboim (2000), lo define
como:
“Una noción plural, ajustada a cada contexto, constituida por
múltiples factores inscriptos en diversas dimensiones
temáticas de la realidad.
La calidad de vida afecta a cada individuo frente a sus
contextos micro y macro comunitarios de articulación social y
es determinada por:
1) Las modalidades ponderadas de asociación entre las
necesidades objetivas y las demandas subjetivas específicas
de la vida urbana, [y]
2) Las potencialidades, condiciones y niveles relativos de
accesibilidad a la satisfacción de las mismas”.

Lindemboim, 2002, Calidad de vida urbana: una discusión conceptual

En pro de ajustar contextos e intereses y encontrar indicadores objetivos, en 1993


Naciones Unidas funda el Programa de Indicadores Urbanos. Ahora bien, en dicho
programa ha oscilado entre la “necesidad tradicional” de establecer un conjunto
predeterminado de indicadores comparables mundial o regionalmente, y el
establecer indicadores locales que respondan a las distintas prioridades y actores
involucrados.

Ahora bien, por muy locales que sean los indicadores por establecer, de manera
directa o indirecta necesariamente se enmarcan dentro del contexto global que
entrega la Conferencia Habitat II, y su instancia de revisión y evaluación Estambul
+5; pues el país, -y por lo tanto sus planificadores- pueden estar enmarcados bajo
los parámetros de dichas conferencias, pero si no están directamente
relacionados, los parámetros establecidos pueden ser considerados como
indicadores de las tendencias internacionales de investigación y desarrollo.

Así, Estambul +5 recomienda 5 dimensiones de análisis compuestos por 23


indicadores urbanos y 9 listas de información cualitativa, las cuales se especifican
en la siguiente tabla:

4
Leva, 2005, página 11.

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T ABLA 1: ESTAMBUL+5: DIMENSIONES, INDICADORES Y LISTAS DE INFORMACIÓN CUALITATIVA

DIMENSIÓN INDICADOR INFORMACIÓN CUALITATIVA


1 Tenencia
2 Desalojos
Relación precio de la
3
vivienda-ingreso
Vivienda Relación valor del suelo- Derechos de vivienda 1
4
ingreso
5 Hipoteca - no hipoteca
6 Acceso al agua
7 Conexiones de hogares
8 Mortalidad bajo 5 años
9 Tasa de crimen
Sociedad 10 Hogares pobres Violencia urbana 2
Brechas entre hombres y
11
mujeres
Crecimiento de la población
12
urbana
Instrumentos de prevención y
13 Consumo de agua 3
mitigación de desastres
14 Precio del agua
15 Contaminación del aire
Medio
Tratamiento de aguas
ambiente 16
servidas
Tratamiento de desechos
17 Planes ambientales locales 4
sólidos
18 Tiempos de viaje
19 Modos de transporte
20 Empleo informal
Economía 21 PIB de la ciudad Alianzas público-privadas 5
22 Desempleo
Nivel de descentralización 6
Participación ciudadana en
Ingresos y gastos del 7
Gobernabilidad 23 decisiones de planificación
gobierno local
Transparencia y
8
responsabilidad

Fuente de información: Auclair 2002.

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2.3 Encuesta de Calidad de vida urbana, el caso Chileno.

Dentro de los parámetros de “buenas prácticas urbanas”, impulsados por la


conferencia Habitat II y la Agenda 21, los planificadores de ciudades que contaban
con sistemas estadísticos nacionales poco consolidados, baja calidad de la
información, o con poca experiencia en indicadores de calidad de vida, optaron por
integrar y adoptar indicadores estandarizados, directamente comparables regional
o mundialmente; mientras que planificadores de ciudades más industrializadas,
con sistemas estadísticos de larga tradición, y por lo tanto con más experiencia en
la teoría y práctica, optaron por aventurarse además, en la búsqueda de
indicadores locales, teniendo como objetivo a largo plazo la instauración de una
modalidad “participativa” de definición de los indicadores urbanos, y de calidad de
vida.5

En una situación intermedia se encuentra lo realizado en Chile por el Ministerio de


la Vivienda y Urbanismo (MINVU) y el Instituto Nacional de Estadísticas (INE),
pues el “problema urbano chileno no es uno de servicios básicos, sino que de
ordenamiento, eficiencia, calidad de vida y gobernabilidad”, (por lo cual) se deriva
que el principal desafío para abordar el desarrollo de las ciudades debiera ser la
transformación de la actual organización institucional y de sus modalidades de
gestión” 6.

Así, basándose en la experiencia del proyecto Urban Audit, (Assessing the


Qualility of Life of Europe´s Cities), que a manera de autodiagnóstico, durante los
años 1998 y 2000 recolectó, y procesó sistemáticamente una base de datos que
permitió describir de manera comparativa la percepción de la calidad de vida en
más de 100 ciudades europeas, la alianza MINVU-INE gestionó, elaboró, y aplicó
en Diciembre del año 2007 y Enero del año 2008 una encuesta de calidad de vida
urbana, cuyos datos fueron procesados entre los años 2008-2009.

Esta primera Encuesta Nacional de Percepción de Calidad de Vida Urbana


“pretende conocer la percepción de los habitantes acerca de una serie de servicios
y equipamientos que forman parte del entorno urbano de las ciudades chilenas y
que son materia relevante para la gestión sectorial. Así, en esta encuesta, la
definición de calidad de vida se vincula a los aspectos o elementos físicos de la
ciudad que contribuyen a satisfacer necesidades, tales como las vías de
transporte, las edificaciones, el espacio de uso público, los equipamientos
comerciales, y los servicios de salud y educación como elementos que son objeto

5
Leva, 2005, página 10.
6
Contreras, 2004, página 5, citando a González, Carla y Marco Aurelio Márquez, 1995. “El
desarrollo de las ciudades: algunos elementos para la discusión”. Documento interno de trabajo,
Ministerio Secretaría General de la Presidencia. Santiago, Chile.

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de política pública urbana. 7” Ahora bien, los objetivos específicos de la encuesta
son:
Conocer los niveles de satisfacción de la ciudadanía respecto al
equipamiento y servicios de las comunas y barrios donde habitan;
Conocer la frecuencia de uso de la infraestructura y los servicios urbanos; y
Conocer el nivel de participación e información respecto a medidas que
apuntan a mejorar el entorno urbano.

La encuesta posee 20 preguntas divididas en 6 módulos, las cuales fueron


establecidas en una mesa de trabajo MINVU-INE, y corresponden a:
Evaluación del entorno urbano (satisfacción),
Modo de uso de infraestructura y servicios,
Localización de principales actividades (trabajo, estudio, comercio,
servicios) y modo de transporte hacia ellas,
Modalidades y grado de participación ciudadana, y
Expectativas de satisfacción de la vida urbana.

La encuesta fue aplicada en 103 comunas del país, distribuidas entre


Ciudades metropolitanas (más de 300.000 habitantes),
Ciudades intermedias mayores (entre 100.000 y 299.999 habitantes),
Ciudades intermedias menores (entre 20.000 a 99.999 habitantes), y
Ciudades pequeñas (entre 5.000 y 19.999 habitantes).

Fue aplicada a 6.200 personas, por lo cual la muestra posee un nivel de confianza
del 90%. Dicha muestra es probabilística, y estratificada geográficamente y por
tamaño poblacional a nivel urbano.

3 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Hasta el momento los resultados obtenidos de la Encuesta de calidad de vida


urbana aplicada por MINVU-INE han sido procesados y entregados a nivel de
ciudad-comuna-barrio, y han sido orientados a establecer diferencias y
semejanzas entre ciudades metropolitanas, intermedias y pequeñas,
correspondiendo además al tradicional tratamiento estadístico de frecuencias por
preguntas y agrupamientos territoriales por comunas o tipos de ciudades.

En consecuencia surge la necesidad, -y la inquietud-, de procesar la información


a nivel intrarregional en un nivel más desagregado, utilizando técnicas de
procesamiento multivariado con el fin de establecer la potencial existencia de
patrones espaciales.
7
MINVU, 2009, página 3.

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Así, en esta Tesina se propone establecer las dimensiones latentes de la
percepción de la calidad de vida urbana del Gran Santiago, en su variable
ambiental, bajo el enfoque que entrega el sistema teórico-metodológico de la
ecología urbana, el cual aborda el estudio de la ciudad mediante data estadística,
estableciendo patrones espaciales de variables agregadas.

3.1 Objetivos

En conformidad con lo mencionado, se establecen los siguientes objetivos:

Objetivo General

-Establecer la diferenciación socioespacial de la percepción de la calidad de


vida urbana en Santiago de Chile.

Objetivos específicos

-Establecer las “dimensiones latentes” que dan cuenta de la diferenciación


socioespacial urbana en el Gran Santiago.

-Identificar preferencias y jerarquías “perceptivas” en los indicadores de


calidad de vida.

-Proponer dinámicas socioambientales que expliquen los resultados


obtenidos.

4 METODOLOGÍA

4.1 Pasos metodológicos

En primer lugar de la Encuesta de Calidad de Vida Urbana, realizada por el


MINVU-INE, se seleccionaron 14 variables que tienen directa relación con el
componente ambiental de la calidad de vida, Estas son:

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Plazas y parques en el barrio
Colectores de aguas lluvias en el barrio
Plazas y parques en la comuna
Colectores de aguas lluvias en la comuna
Recolección de basura
Limpieza del entorno
Malos olores
Contaminación del aire
Contaminación acústica
Aguas servidas
Carencia de plazas y parques
Inundaciones
Vertederos ilegales
Congestión vehicular

Una vez establecidas las variables, mediante revisión bibliográfica se elaboró para
cada una de ellas una línea de base, es decir su estado de situación en cual la
perspectiva territorial constituye el lineamiento principal, pues interesa establecer
el modo de distribución de la variable.

Luego, como las personas encuestadas valoraron a las variables mediante una
escala subjetiva que indicaba el grado de satisfacción, carencia, o estado, por
medio de una escala de medición de 5 rangos 8. A cada uno de los rangos de la
escala se le asignó un puntaje, y se calculó un puntaje para cada una de las
variables y para cada unidad territorial mínima9.

En ello la mínima unidad territorial utilizada fue el distrito censal. Se consideró el


total de la muestra establecida para la Encuesta de Calidad de Vida Urbana, la
cual corresponde a 237 distritos censales, de un total de 344 distritos censales
pertenecientes a las 34 comunas del Gran Santiago Urbano.

Se destaca que la asignación de

Los puntajes calculados a nivel de distrito censal y para cada variable fueron
sometidas a un análisis factorial de solución ortogonal con rotación varimax. Dicho
procesamiento fue realizado con el software SPSS. Los factores fueron extraídos
mediante dos criterios clásicos: que su eigenvalue fuera mayor o igual a 1, y que
los factores seleccionados explicaran en conjunto el 70% de la varianza total de la
muestra.

8
Por ejemplo: muy satisfecho, satisfecho, indiferente, insatisfecho, muy insatisfecho.
9
Los puntajes fueron asignados con valores entre 1 y 5, del siguiente modo: muy satisfecho=5,
satisfecho=4 (...) Muy insatisfecho=1. En ello siempre lo favorable fue considerado con mayor
puntaje y lo desfavorable con uno menor. Por ejemplo si la variable corresponde a carencia de
áreas verdes, muy carenciado =1, carenciado=2, (...), no carenciado =5.

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Luego, los factores extraídos fueron mapeados mediante los puntajes o scores
obtenidos para cada distrito censal. Estos mapas fueron analizados bajo el
contexto que entrega la línea de base elaborada para cada una de las variables.

4.2 Alcances y limitaciones

Como alcance del trabajo realizado, cabe mencionar que el estudio se restringe a
la información contenida exclusivamente en la encuesta de calidad de vida urbana,
ante lo cual, los estados de situación fueron elaboradas en función de objetivar los
resultados obtenidos, es decir, se busca complementar lo perceptual y lo
directamente observable en el territorio.

Por su parte, como principal limitación cabe destacar que en la línea de base de
las variables, sólo se consideró el estado ambiental-territorial de la variable, sin
aludir ni profundizar respecto de las políticas locales, provinciales y estatales que
se tengan al respecto, a planes de manejo generales o específicos, o a la
normativa vigente.

Tal decisión metodológica fue tomada por dos razones: una de carácter práctico,
puesto que el abordar esas temáticas podía implicar elaborar una Tesina para
cada variable, y otra de carácter instrumental, pues el presente trabajo-tesina, se
inserta dentro del rol que cumplen los profesionales de perfil técnico, que entregan
insumos específicos para la gestión ambiental, y para el establecimiento de
políticas, respecto de lo cual previamente debe existir una instancia integradora de
cada especialidad técnica-profesional, que entregue la visión sistémica del
territorio analizado.

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5 A MODO DE LÍNEA DE BASE

Con el objetivo de contar con información base que contextualice la posterior


interpretación de los resultados obtenidos del procesamiento de la Encuesta de
Percepción Urbana, a continuación se presenta una caracterización general del
Gran Santiago Urbano, y del estado de situación de
Contaminación atmosférica,
Contaminación acústica,
Contaminación del agua,
Disposición de residuos sólidos urbanos,
Transporte y congestión vehicular,
Aguas lluvias e inundaciones, y
Áreas verdes,

5.1 Caracterización del Gran Santiago Urbano

La ciudad de Santiago se encuentra en los 33º26’S y 70º39’, a una altitud media


de 567 msnm, y se emplaza al interior de una Región Metropolitana conformada
por 54 comunas. Como Gran Santiago se denomina a las 34 comunas urbanas
que conforman la conurbación, o la clásica “mancha urbana” de la ciudad, cuya
área al año 2002 corresponde a 641,4 Km2.

Según el Censo del 2002, en el Gran Santiago habitan 5.428.590 personas,


correspondientes al 35,9% de la población del país. Así, el Gran Santiago es la
séptima ciudad más habitada de América Latina, y una de las 45 áreas
metropolitanas más grandes del mundo.

La expansión de la ciudad de Santiago corresponde al modelo de expansión de la


ciudad latinoamericana, en el cual constituyen hitos el término de las siguientes
fases:
Fase colonial (1810-1820),
Primera fase de urbanización “hacia afuera”, (1920),
Segunda fase de industrialización sustitutiva de importaciones (“hacia
adentro”) (1970), y
Fase de globalización o de la ciudad contemporánea, en la cual nos
encontramos en la actualidad.

Durante dichos hitos, la ciudad se transforma desde un cuerpo compacto, a una


unidad polarizada y fragmentada.

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La Figura 1, sistematiza el desarrollo territorial de dichas fases. En ella Borsdorf,
Bähr, y Janoshka (2002) indican que Santiago, -como ciudad latinoamericana que
es-, ha presentado dos tipos de procesos que actualmente se superponen, los
cuales son 10:

Un proceso de expansión lineal-radial, caracterizado por el avance en forma


de cuña que realiza la clase alta hacia la periferia, y por el desarrollo de
ejes industriales-comerciales aledaños a las principales vías de
comunicación, los cuales constituyen sectores circulares de expansión; y

Un proceso de desarrollo celular proyectado hacia la periferia, constituido


por emplazamientos de nuevas viviendas, a modo de barrios cerrados tanto
para las clases altas como bajas. La diferencia radica en que las clases
medias y altas ocupan condominios cerrados, y las clases bajas ocupan
viviendas sociales, viviendas generadas por medio de “autoconstrucción”
sobre antiguos terrenos “tomados”, los cuales han sido legalizados, o en los
casos más extremos, se sitúan en campamentos.

FIGURA 1: M ODELO DE DESARROLLO ESTRUCTURAL DE LA CIUDAD LATINOAMERICANA

Fuente de Información: Borsdorf, Bähr, y Janoshka (2002).

10 Los autores mencionados adscriben a la Escuela de Ecología Urbana, la cual es heredera de la


tradición de la Escuela de Ecología Humana de Chicago, y de la Escuela de Ecología Factorial
Urbana.

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Así, la ciudad de Santiago se diferencia internamente de manera muy clara, tanto
a nivel de comuna como de barrio, presentando una histórica disposición sectorial
de los diferentes niveles socioeconómicos, a los cuales actualmente se superpone
un patrón celular discontinuo periférico asociado a las nuevas urbanizaciones.
(Bähr y Mertins, 1993).

A la vez, a los patrones sectorial y celular discontinuo se superpone un patrón


concéntrico, correspondiente al gradiente demográfico resultante de los procesos
de migración hacia la periferia de clases altas, medias, y bajas; lo cual significó el
despoblamiento del centro de la ciudad, en pro del emplazamiento de comercio y
servicios. Actualmente las autoridades de vivienda y urbanismo pretenden revertir
dicha dinámica, por lo cual han impulsado políticas de repoblamiento del centro de
la ciudad y sus comunas aledañas, mediante el incentivo de subsidios de
renovación urbana.

Al respecto, Ortiz y Morales (2002) indican:

“En efecto, entre 1940 y 2002, mientras la población total de la ciudad


crecía en alrededor de un 470% (de 952.000 habitantes a 5.392.840),
la población residente de la comuna de Santiago decrecía
prácticamente en un 54% (444.196 habitantes en 1940 a 206.044 en
2002). Esta dinámica demográfica se ha visto reflejada en el
comportamiento de las tasas de crecimiento poblacional, ya que para
el período 1970-82 fue de -1,8% y de -0,1% para 1982-92,
alcanzando, según cifras preliminares del último censo de población,
a -1,1% entre 1992 y 2002.”

Ortiz y Morales, 2002, Impacto socioespacial de las migraciones intraurbanas en entidades de


centro y de nuevas periferias del Gran Santiago, página 4.

La superposición de los patrones sectoriales y celulares periféricos relacionados


con la variable socioeconómica, y el circular asociado a la variable demográfica,
han generado una segregación urbano-funcional-territorial que dificulta o parcializa
el desarrollo de la ciudad.

Así, la excesiva especialización funcional de carácter socio-residencial, genera un


desequilibrio funcional que se “expresa en claras diferencias de calidad urbana,
estándar de urbanización, dotación de equipamientos en sus distintos niveles de
jerarquía, calidad de las viviendas, habilitación de áreas verdes y esparcimientos y
estándar de la red de infraestructura de servicios y conectividad”.(INVI, 2000).

Página 14 de 49
La Ecología Urbana, plantea la existencia de dimensiones latentes que dan cuenta
de la diferenciación territorial de variables sociodemográficas 11, la Figura 2 da
cuenta del patrón sectorial de la variable socioeconómica, medida mediante la
combinación de variables como nivel de ingreso, nivel educacional, y categoría
ocupacional; y del patrón concéntrico de la variable densidad poblacional. En
ambas se utiliza como información base el Censo del año 2002 1213.

En dicha figura se puede observar claramente que la fragmentación y segregación


urbana de la ciudad de Santiago, supera el aspecto discursivo, presentándose
como una situación objetivable del territorio, que condiciona la calidad de vida de
barrios y comunas, en cuanto segmenta la disponibilidad de recursos, las
expectativas que posee la población respecto del lugar en el cual vive, y
condiciona los imaginarios urbanos socialmente construidos.

FIGURA 2: DIMENSIONES LATENTES DEL ESPACIO SOCIAL: SECTORIALIDAD SOCIOECONÓMICA Y


CONCENTRICIDAD DEMOGRÁFICA.

Fuentes de información: Elaboración propia basada en Romero et al (2008) para el factor


socioeconómico, y en Laboratorio Urbano IGEUC, (2009) para el factor demográfico.

11
La ecología factorial utiliza la denominación de variables latentes, para dar cuenta de aquellas no
directamente observables territorialmente, o de las conformadas por la combinación de varios
factores.
12
INE, 2002. XVII Censo Nacional de Población y VI de Vivienda.
13
La nomenclatura ABC1 corresponde a las clases altas, C2 a clase media-alta, C3 a clase media,
D a clase baja, y E a clases muy bajas.

Página 15 de 49
5.2 Caracterización de las variables ambientales

5.2.1 Contaminación del aire

Crónicas del tiempo de la Colonia, indican que el problema de la contaminación


atmosférica siempre ha estado presente en la ciudad de Santiago 14, ello debido a
que los principales factores son naturales y antrópicos.

Los factores naturales tienen relación con el emplazamiento de la ciudad en un


fondo de valle perteneciente a una cuenca limitada al oriente por faldeos
precordilleranos de la Cordillera de Los Andes, y al poniente por la Cordillera de la
Costa. La altitud de los cordones montañosos mencionados restringen el patrón
superficial de circulación de vientos, y en consecuencia la renovación del aire de la
cuenca. Así, cerros como San Ramón, ubicado al oriente con 3.200 m. de altura, y
cerro Roble Alto, que localizado al poniente supera los 2.000 m. de altura,
limitando la circulación del sistema de brisas valle-montaña que durante el día
sopla desde el sur-oeste, revirtiéndose durante la noche 15.

Este emplazamiento de la ciudad también genera una inversión térmica, la cual


corresponde a un fenómeno meteorológico asociado a la presencia de las altas
montañas y la temperatura de la superficie del fondo de valle. Existen dos tipos de
inversión:

De subsidencia que se presenta todo el año, pues el predominio de las altas


presiones deriva en un aumento de la temperatura del aire con la altura, lo
cual sucede, en promedio, entre los 700 y 1.000 metros sobre el nivel del
mar, situación que impide el ascenso del aire, y por lo tanto la dispersión de
los contaminantes. Ahora bien, cabe mencionar que la mayor parte de la
ciudad se encuentra a una altitud media de 540 m.s.n.m., existiendo una
expansión de la clase alta hacia 700, 1.000, y 1.200 m.s.n.m, lo cual podría
interpretarse como “escapar de la contaminación”. (Figura 3).

FIGURA 3: INVERSIÓN TÉRMICA DE SUBSIDENCIA

Fuente de información: www.atmosfera.cl

14
DIBAM, 2008.
15
CONAMA, 2000.

Página 16 de 49
Radiativa, que se presenta de preferencia en otoño e invierno,
generándose una capa de inversión térmica causada por el enfriamiento
de la superficie terrestre, que se propaga a las masas de aire en
contacto inmediato, alterándose la gradiente térmica que indica que “la
temperatura del aire debiera decrecer con la altura”. Este tipo de
inversión se localiza entre 200 a 300 m sobre el nivel del suelo.

Por su parte, los factores antrópicos principalmente corresponden al uso de


combustibles, y modos de transporte asociados al modo de crecimiento acelerado
y expansivo de la ciudad. Así, crónicas coloniales dan cuenta de episodios
aislados de “suciedad del aire”, producidos por el humo de las chimeneas, fogatas,
quemazones, incendios, basurales y polvo en suspensión 16. Dichos episodios
aislados se fueron convirtiendo cada vez más en comunes, sobre todo desde
mediados del siglo XX; pues entre los años 1940 y 1960 la población urbana
aumentó en un 100%. Así en los años 70 se hablaba de un “urbanicidio” producido
por contaminación del aire debido a procesos industriales, combustión en
calderas, hornos y artefactos, emisiones vehiculares, polvo resuspendido desde el
suelo, y uso de chimeneas domiciliarias. Tan grave es la situación que las
mediciones realizadas entre los años 1977 y 1980 que determinaron que el smog
de Santiago superaba en cuatro veces los límites permisibles, situando a la ciudad
dentro de las más contaminadas del planeta.

Dicha situación derivó en medidas como la creación de la Comisión nacional de


descontaminación ambiental (1970), y el reconocimiento en la Constitución de
1980 del “derecho a todo ciudadano a gozar de un medioambiente libre de
contaminación”, lo cual a posteriori deriva en la promulgación de la Ley de bases
del medio ambiente (Ley 19.300, 1994), su Reglamento (Decreto Supremo Nº95,
de la Secretaría General de la Presidencia), y con ello la Comisión Nacional del
Medioambiente y la implementación del Sistema Nacional de Evaluación de
Impacto Ambiental (SEIA).

Así, en 1996 se declara a Santiago zona saturada de Ozono (O3), de material


particulado respirable (PM10), de partículas en suspensión (PTS), y de monóxido
de carbono (CO). Por lo tanto, desde el año 1997 se desarrolla el Plan de
Prevención y descontaminación atmosférica de la Región Metropolitana (PPDA), el
cual está directamente ligado con las áreas verdes y el Plan de Transporte Urbano
de Santiago implementado desde el año 2000.

Actualmente, las medidas del PPDA principalmente se han centrado en el control


de las emisiones de material particulado, logrando un “100% de reducción de las
Emergencias Ambientales por MP10, 95% de reducción de los eventos de
Preemergencia Ambiental, 81% de reducción de los eventos de Alerta Ambiental,
27% de reducción en las concentraciones máximas de MP10 y 58% de reducción

16
DIBAM, 2008.

Página 17 de 49
de MP2.5 (desde 1990 a la fecha). (Pero) a pesar de la reducción de niveles las
normas primarias de MP10, en el caso de CO y O3 continúan siendo superadas” 17.

Actualmente, tal como se muestra en la siguiente figura, la ciudad de Santiago


presenta un claro patrón general de distribución espacial de la contaminación
atmosférica: las partículas en suspensión tienden a concentrarse en los sectores
de más baja altitud, que coinciden con los sectores más pobres. Dicha distribución
espacial de la contaminación atmosférica es la que ha impulsado a diversos
autores a plantear el concepto de “justicia ambiental”, pues todo plan de
mejoramiento de la calidad del aire, incide directamente en la calidad de vida de
los más pobres. 18

FIGURA 4: DISTRIBUCIÓN DE LA CONTAMINACIÓN ATMOSFÉRICA EN SANTIAGO

17
CONAMA, 2009a, página 2.
18
Romero et al, 2008.

Página 18 de 49
5.2.2 Contaminación acústica

Según CONAMA (2009), la contaminación acústica corresponde a la interferencia


que provoca “un ruido” en las actividades que realizamos. Así, necesariamente no
corresponden a sonido o ruidos de gran intensidad, sino que éstos deben poseer
la intensidad necesaria para dificultar el realizar una determinada actividad. E n
consecuencia no se define la contaminación acústica per se, sino que se define en
función de que existen personas que realizan actividades incompatibles con un
cierto nivel de ruido.

Al interior del Gran Santiago, el transporte público y privado es señalado con un


70% de las causas de la contaminación acústica El porcentaje restante
corresponde a edificios en construcción, obras públicas, e industrias 19. A ellos se
suman las altas tasas de crecimiento de viviendas con una limitada calidad en su
sistema de aislación de ruido, la escasez de áreas verdes, la estrechez de las
calles, y la cercanía de las viviendas y/o edificios de departamentos, situaciones
que principalmente producen situaciones de stress.

En conformidad con lo mencionado, como principales zonas de concentración de


contaminación acústica, se citan “los túneles de la Costanera Norte y General
Velásquez, las boleterías, andenes y trenes del Metro, los paraderos de buses de
TranSantiago” 20, las nuevas carreteras urbanas, y el aeropuerto Arturo Merino
Benítez y sus zonas aledañas, (en las cuales se emplazan viviendas de clase
media).21

5.2.3 Contaminación del agua

El 100% de los cursos de agua superficiales del Gran Santiago se encuentran


contaminados 22, siendo ya emblemático el caso del zanjón de La Aguada y del río
Mapocho, quienes respectivamente reciben de manera directa un 60% y 35% del
total de las aguas servidas de la región Metropolitana. Al interior de Santiago
urbano los sectores de mayor vulnerabilidad corresponden a aquellos en dónde se
concentran las descargas de aguas servidas, y a los ubicados aguas abajo de
ellos. Estos sectores corresponden al tramo urbano del río Mapocho, y a los
sectores más bajos de la cuenca, ubicados al poniente, en donde además de
emplazarse poblaciones de bajos recursos, se localizan cultivos de verduras y

19
Gómez 2009.
20
op cit.
21
CONAMA (2009b).
22
CONAMA (2006).

Página 19 de 49
hortalizas 23. (Figura 5).

FIGURA 5: DESCARGA DE AGUAS SERVIDAS A LOS DISTINTOS CAUCES DEL GRAN S ANTIAGO

Fuente de Información: CONAMA, 2006.

En el Gran Santiago, las principales causas de contaminación de las aguas


corresponden a “descargas directas de aguas servidas domésticas y de residuos
industriales líquidos (riles) sin previo tratamiento, y descargas derivadas de
actividades agrícolas o forestales, que llegan de forma indirecta a las masas o
corrientes de agua” 24.

Desde el año 2001 en Santiago se comienzan a implementar plantas de


tratamiento de aguas servidas. La primera planta corresponde a La Farfana, la
cual tiene como objetivo tratar el 50% de las aguas servidas de Santiago, -que son
vertidas directamente al zanjón de La Aguada-, para convertirlas en abono, lo cual

23
CONAMA 2002.
24
op cit.

Página 20 de 49
implica recuperar 130.000 hás de regadío 25. El año 2005 se incorpora la planta de
tratamiento El Trebal, con lo cual el 75% de las aguas comienza a ser tratada.

Además el año 2007 comienza a desarrollarse el proyecto “Mapocho urbano


Limpio”, cuyo objetivo es cerrar las 21 descargas de aguas servidas que son
directamente vertidas en el río Mapocho, construyendo un colector subterráneo
que las desembocará en las plantas de tratamiento La Farfana y El Trebal. El
proyecto finaliza el año 2010.

5.2.4 Desechos sólidos urbanos

Los desechos sólidos producidos en la ciudad de Santiago corresponden al año


2005 a 210 toneladas al mes, por lo cual cada Santiaguino produce 1,4 kg de
basura diaria. 26 Para su disposición, desde el año 1986 se utilizan rellenos
sanitarios impermeabilizados en su fondo y lateralmente, solución que fue
implementada de manera posterior a la gran crisis mediática producida por el
vertedero Lo Errázuriz (1984), antiguo pozo ripiero de 40 hás, que se “acondicionó
sanitariamente” y por más de 10 años recibió la basura de 14 comunas de
Santiago, acumulando 10.000.000 de toneladas de basura que constituían un
cerro que sobrepasaba en 10 metros su altura proyectada, (20 metros de pozo, y
10 de altura), y se elevaba por sobre los muros que cercaban su perímetro,
generando una obvia situación de riesgo para la población, que consistió
principalmente en emanaciones de gas por sobre la norma, que se concentraron
en casas y escuelas localizadas desde escasos 60 metros de distancia del
vertedero.

Así, la historia de los vertederos en Santiago es reciente, pues hasta 1970 la


basura de las entonces 17 comunas se disponía en 7 botaderos localizados en la
periferia de menor nivel socioeconómico, éstos eran: La Montaña, Minera
Gildemeister, Maipú, La Cañamera, La Florida, Macul y Parque Intercomunal.

Recién en 1977 se construye el primer vertedero de “La Feria”, antiguo pozo de


áridos de 32 hás, que se controlaron sólo por una capa de arcilla en el fondo,
sistemas de drenes para colectar los lixiviados y manejar de manera básica el
biogas, y mediante la compactación de los desechos. Recibió 2.500 toneladas de
basura diarias hasta su cierre en 1984. Fue reemplazado por el vertedero Lo
Errázuriz, que poseía impermeabilización de fondo y lateral, y manejo de biogas,
pero ello fue insuficiente debido al volumen de basura recibido, y a los efectos del
terremoto del año 1985, situación que derivó en la crisis ya mencionada.

25
CONAMA, 2002.
26
AtinaChile, 2005.

Página 21 de 49
En 1978 se habilitó el vertedero Cerros de Renca, que controlado de igual modo
que La Feria funcionó durante 8 años. También en dicho año comenzó la
operación del vertedero de Lepanto, inicialmente un botadero ilegal de 30 hás que
fue lentamente acondicionado, lo cual derivó en la autorización ambiental recibida
en 1990, fijándose su vida útil hasta 1995. Finalmente, Lepanto cerró el año 2002
debido al inicio de operaciones de los vertederos Santa Marta y Loma los
Colorados.

Hoy día, la región Metropolitana cuenta con tres rellenos sanitarios que se
encuentran fuera del área urbana: Loma los Colorados, Santiago Poniente y Santa
Marta27, (ver Figura 6), los cuales manejan 165.000, 30.000, y 76.000 toneladas
de basura respectivamente. Desde los años 90’, los ex-vertederos La Feria,
Cerros de Renca, y Lo Errázuriz han sido recuperados como parques, y utilizados
para la generación de biogas. Ello ha marcado una tendencia de manejo cuando
los rellenos sanitarios cumplen su vida útil, criterio que es aplicado también para
rellenos de bajo volumen.

FIGURA 6: RELLENOS SANITARIOS EN EL GRAN S ANTIAGO

Fuente de información: Sabatini y Wormald, 2004.

27
El relleno Sanitario Loma Los Colorados, se ubica en Til-Til, aproximadamente a 40 kilómetros
fuera del área urbana del Gran Santiago. El relleno Santa Marta se ubica en Lonquén, a 12,5
kilómetros al Poniente desde la intersección de la Ruta 5 Sur con el camino el Ripio, También fuera
del área urbana.

Página 22 de 49
Por su parte, la suma de todos los microbasurales y vertederos ilegales o
clandestinos del Gran Santiago, ocupan 923 hás, equivalentes a la mitad de la
superficie de la comuna de Ñuñoa 28. Los microbasurales se localizan
“espontáneamente” en la vía pública, riberas de ríos y sitios eriazos, y están
compuestos por desechos domiciliarios relacionados con autoconstrucción y
residuos voluminosos como refrigeradores, sillones, camas, cocinas, etc.

A su vez, los vertederos ilegales o clandestinos se localizan en sitios eriazos o


baldíos de propiedad privada o pública, y por lo general un “cuidador” exige un
cobro por el depósito de los desechos, lo cual es un “negocio” viable, dado que los
rellenos sanitarios no reciben escombros. Así, el 80% de la composición de los
desechos de los vertederos ilegales o clandestinos corresponden a escombros
provenientes de reparaciones o construcciones domiciliarias. El resto corresponde
un 15% a muebles y neumáticos, y el 5% faltante a residuos industriales, como
aceites y tambores químicos 29. Ahora bien, tal como se muestra en la siguiente
figura, nuevamente tenemos que la distribución de microbasurales y vertederos
clandestinos se emplaza de preferencia en los sectores más pobres de la ciudad.

FIGURA 7: DISTRIBUCIÓN DE LOS MICROBASURALES EN EL GRAN S ANTIAGO

Fuente de Información: Rojas, 2007.

28
EcoAmérica, 2007, página 10.
29
Rojas, 2007, página 2.

Página 23 de 49
5.2.5 Transporte y congestión vehicular

Desde el año 1990 a la fecha, el parque vehicular de la ciudad de Santiago ha


sufrido una fuerte expansión, correspondiente a un 203%, (desde 419.888 a
1.273.203 unidades) 30. Así, el Gran Santiago concentra la mitad de los
automóviles existentes en el país al año 2009. Este parque automotriz realiza
2.206.000 de viajes en horas punta mañana (6:30-9:30 hrs), otros 1.700.000 en
horas punta tarde (17:30 a 21:00 hrs.), y aproximadamente 1.000.000 viajes fuera
del horario punta. 31 El 25% de los viajes se realiza por trabajo, el 20% por estudio,
y el 19% por compras. Los viajes al trabajo y estudio se concentran en las horas
punta, y los viajes por compras en las horas no punta.

Si la información se considera por comunas, tenemos que en todas las comunas


del Gran Santiago más del 60% de los viajes corresponden a trabajo o estudio,
llegando ambos tipos de viajes a un 86% en las comunas de menores ingresos,
como La Pintana.

Los viajes intercomunales constituyen la mayor proporción de los viajes de las


comunas periféricas, los que se dirigen de preferencia hacia y al centro de la
ciudad en el caso de trabajo y estudio, o a las áreas más acomodadas del sector
oriente de Santiago, en el caso de trabajo. Ahora bien, tal como muestra la Figura
8, la tendencia promedio es que los viajes desde el sector oriente se realicen un
65% en vehículo particular, y desde los otros sectores un 65% en transporte
público.

Obviamente el conjunto de las situaciones mencionadas influyen en la congestión


de las vías de circulación, siendo el tiempo promedio de viaje en transporte público
de 48 minutos, y en transporte privado de 24 minutos 32. La distribución espacial de
la congestión tiende a agudizarse hacia el centro de la ciudad para el caso de los
vehículos particulares, y a concentrarse en los principales ejes de circulación, para
el caso del transporte público. Dicha situación se puede observar en la Figura 9.

30
INE, 2008.
31
SECTRA, 2006.
32
Op cit.

Página 24 de 49
FIGURA 8: GENERACIÓN DE VIAJES SEGÚN M ODO DE T RANSPORTE M OTORIZADO

Fuente de Información: SECTRA, 2008.

Página 25 de 49
FIGURA 9: CONGESTIÓN VEHICULAR EN EL GRAN S ANTIAGO.

Simbología: En rojo arcos congestionados.


Fuente de información: Universidad de Chile (2009).

5.2.6 Aguas lluvias e inundaciones

El clima de la ciudad de Santiago corresponde a templado cálido con lluvias


invernales y estación seca prolongada, por lo cual la precipitación anual promedio
es de 312,5 mm. La estación seca se concentra entre Septiembre a Abril, la
estación lluviosa se concentra entre los meses de Mayo y Agosto, precipitando
alrededor del 80% del total anual. 33

Esta situación de “normalidad” está dada por dos factores climáticos pr incipales,
los cuales son:

“El anticiclón subtropical del Pacífico suroriental, que corresponde a un área


de altas presiones semipermanentes que afecta la zona norte y central del
país, con fluctuaciones norte-sur en la ubicación de su borde sur durante el
invierno (30º a 35º de latitud) y en verano (35º a 40º de latitud).

33
Dirección meteorológica de Chile, 2009.

Página 26 de 49
El cinturón de bajas presiones que se localiza entre los 45º y 55º de latitud
sur, cuyos desplazamientos hacia latitudes menores ocurren con frecuencia
en invierno, originando el desarrollo de sistemas frontales que incursionan
regularmente entre La Serena y Concepción”.34

Pero en dicho patrón normal existen anomalías promovidas por un ciclo de


enfriamiento-calentamiento de características no periódicas, que afecta la
interacción océano-atmósfera. Dicho fenómeno es conocido como El Niño – La
Niña, o ciclo ENOS (El Niño Oscilación Sur) 35.

El fenómeno de El Niño corresponde a una corriente marina de aguas


anormalmente cálidas que se desplaza en sentido norte a sur de manera
paralela a la costa. Dicho fenómeno se origina en el Pacífico Intertropical,
elevándose la temperatura de las aguas entre las costas de Oceanía y las
Sudamericanas.

Este calentamiento de las aguas debilita al anticiclón subtropical del pacífico


(Vientos Alisios), el cual tiende a desplazarse hacia el oeste, facilitando el
ingreso de capas atmosféricas inestables superficiales, asociadas a
precipitaciones. Así, el fenómeno de El Niño puede incrementar las
precipitaciones entre un 45% a un 130%.

Por su parte, el fenómeno de La Niña corresponde a uno inverso, pues es


un fenómeno en el cual se enfrían excesivamente las aguas del Océano
Pacífico, debido a la intensificación de los vientos alisios (que en el
intertrópico soplan desde las costas Americanas hacia Asia), produciendo la
surgencia de aguas frías desde el oriente hacia el occidente del océano
Pacífico. esta intensificación fría produce un aumento en la intensidad de la
zona de altas presiones desde la superficie, hasta unos 15 km de altura, lo
cual evita el ingreso de sistemas frontales y el desarrollo de nubosidad
asociada a precipitación. Por lo tanto en un fenómeno Niña las
precipitaciones disminuyen en hasta un 35%. 36

A modo de ejemplo la siguiente figura grafica la frecuencia porcentual de la


distribución anual de la precipitación en años normales, Niño y Niña, entre los
años 1877-1998.

34
Dirección meteorológica de Chile, 2009. En www.meteochile.cl
35
Su sigla en inglés es ENSO (Niño-Southern Oscillation).
36
Dirección meteorológica de Chile, 2009. En www.meteochile.cl, Fenómenos de El Niño y La
Niña.

Página 27 de 49
FIGURA 10: FRECUENCIA PORCENTUAL DE LA DISTRIBUCIÓN ANUAL DE LA PRECIPITACIÓN EN SANTIAGO

Fuente de información: Quintana, 1999.

Dependiendo de las características del ciclo ENOS-“normalidad”, Los días de


precipitación efectiva sobre Santiago urbano, oscilan entre 6 y 28 días. Ahora bien,
debido a factores de diseño urbano, y de expansión de la ciudad, Santiago urbano
se inunda, o se producen anegamientos a partir de los 10mm de precipitaciones 37.
El problema radica en que calculado para un período de retorno de 10 años, la
precipitación promedio para día de lluvia en Santiago corresponde a 13mm 38.

Las inundaciones corresponden a masas de agua que se salen de su cauce y se


disponen temporalmente fuera de él, mientras que los anegamientos
corresponden a acumulaciones temporales de aguas lluvias en una determinada
porción de territorio. 39 En Santiago Urbano cuatro son las principales causas de
inundaciones y anegamientos, las cuales son:

Un patrón constructivo y de asentamiento que se organiza en un eje norte-


sur, mientras que el patrón natural de circulación de aguas es este-oeste,
por lo cual edificios, calles, y hasta cunetas se comportan como
obstaculizadores de los procesos naturales de drenaje de la cuenca.

La pavimentación que implica todo proceso de expansión urbana, ha


impermeabilizado el suelo, situación que es de especial magnitud e
importancia en el sector precordillerano, pues se rompe el natural proceso
de infiltración de aguas, especialmente de aguas-lluvia.

37
Espinosa, 1985, página 167.
38
Stappung, 2000, página 3.
39
Ferrando, 2006.

Página 28 de 49
La pavimentación asociada a la expansión urbana, además ha eliminado, o
a lo menos alterado de manera drástica el sistema de microcauces y
cauces menores, encargados de canalizar las aguas-lluvias hacia los
cauces naturales principales.

La expansión y densificación urbana especialmente hacia las zonas


periféricas, se ha realizado sin considerar la capacidad de carga de los
colectores de aguas lluvias, los cuales simplemente se ven sobrepasados
frente a eventos de precipitaciones.

En la ciudad de Santiago, por lo general las consecuencias de las precipitaciones


son inundación de calles, pasajes y avenidas, cortes de caminos, deslizamientos,
y rodados en rutas. Ahora bien, como se observa en la Figura 11 dichas
problemáticas presentan un patrón espacial directamente ligado a la red vial, el
cual nuevamente se acentúa hacia la periferia de más bajos ingresos.

FIGURA 11: RIESGO DE INUNDACIÓN EN LA CIUDAD DE S ANTIAGO.

Fuente de información MapCity, 2004.

Página 29 de 49
5.2.7 Áreas verdes

Si consideramos que la Organización mundial de la Salud recomienda 10m2 de


áreas verdes para “vivir en un ambiente sano”, tenemos que la ciudad de Santiago
se encuentra un 50% por debajo de dicho valor, con 4,7m2 de áreas verdes por
persona40.

Como se observa en las siguiente figura, en la ciudad de Santiago dicho déficit se


acentúa aún más, si consideramos que la distribución de plazas y parques es
absolutamente desigual, al ser directamente dependiente de la situación
socioeconómica: mejor nivel socioeconómico, mayor cantidad, concentración, y
calidad de las áreas verdes.

FIGURA 12: DISTRIBUCIÓN DE LAS ÁREAS VERDES EN EL GRAN S ANTIAGO

Fuente de Información: MINVU, 2006.

40
Vergara, 2008, página 3.

Página 30 de 49
6 RESULTADOS DEL ANÁLISIS FACTORIAL APLICADO A LA ENCUESTA
DE CALIDAD DE VIDA URBANA

6.1 Variables caracterizadoras de los factores y porcentaje explicativo

Se obtuvieron cuatro factores que simultáneamente cumplían con las condiciones


de eigenvalue mayor que 1, y explicar la varianza en un 70%. En la Tabla 2 se
muestran los pesos obtenidos para cada factor, eigenvalues, y porcentajes
explicados de la varianza. En verde se han destacado los más altos pesos de
cada variable al interior de un factor, por lo cual dichas variables son las que
caracterizan al factor, y corresponden a las utilizadas en nombrar al factor en
cuestión.

T ABLA 2: RESULTADOS DEL ANÁLISIS FACTORIAL: PESOS DE LAS VARIABLES, EIGENVALUES Y VARIANZA
EXPLICADA.

Fuente de información: Elaboración propia basada en datos de la Encuesta de


Calidad de vida urbana. MINVU, 2009.

Página 31 de 49
En dicha tabla los valores más altos corresponden a aspectos positivos de la
variable, y los más bajos (o negativos) a las características negativas. Así, un
puntaje de 0,75 para la variable malos olores indica tendencia a la no percepción
de malos olores, mientras que un puntaje de 0,87 para colectores de aguas lluvias
indica un buen nivel de satisfacción respecto del estado y emplazamiento de los
colectores.

Entonces, en la tabla podemos observar que el primer factor queda caracterizado


por tres variables: colectores de aguas lluvias en el barrio y comuna, e
inundaciones; por lo cual este factor fue denominado “Aguas lluvias”, y explica el
20,4% de la varianza total.

El segundo factor queda caracterizado por las variables plazas y parques en el


barrio y comuna, limpieza del entorno, y carencia de plazas y parques, por lo cual
fue denominado como “Aseo y ornato”, y explica el 19,3% de la varianza total.

El tercer factor queda caracterizado por las variables malos olores, aguas
servidas, recolección de basuras, y vertederos ilegales, por lo cual fue
denominado como “Desechos urbanos”, pues se consideró que la fuente más
probable de los malos olores son los vertederos ilegales (y microbasurales), y las
aguas servidas. Este factor explica el 16,8% de la varianza total.

Por último, el cuarto factor queda caracterizado por las variables contaminación
del aire, contaminación acústica, y congestión vehicular. Como todas ellas son
consecuencia del modelo de urbanización implementado, el factor fue denominado
como “Externalidades negativas del proceso de urbanización”, y explica el 13,11%
de la varianza total.

Respecto del porcentaje explicado de la varianza, tenemos que ninguno de los


factores predomina o decae de manera significativa respecto de los demás. Así los
factores 1 y 2 se encuentran en igual nivel explicativo, pues cada uno posee una
potencialidad explicativa aproximada del 20%, pero es posible establecer una
diferencia entre los factores 3 y 4, ubicándose este último en última jerarquía o
peso explicativo.

Página 32 de 49
6.2 Mapeo de scores

En las siguientes figuras se entregan los resultados cartográficos del análisis


factorial realizado. En ellas se han mapeado los puntajes o scores de cada factor a
nivel distrital, según 5 rangos establecidos mediante los quiebres naturales que
presenta la distribución estadística. Además cada mapa de factor incluye un
recuadro en el cual se establece la generalidad de la distribución espacial del
factor en cuestión. La explicación, discusión, e interpretación de estas figuras se
realiza en el punto siguiente.

FIGURA 13: FACTOR 1 “AGUAS L LUVIAS”: M APA DE SCORES

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FIGURA 14: FACTOR 2 “ASEO Y ORNATO”: M APA DE SCORES

FIGURA 15: FACTOR 3 “DESECHOS URBANOS”: M APA DE SCORES

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FIGURA 16: FACTOR 4 “EXTERNALIDADES URBANAS NEGATIVAS”: M APA DE SCORES

7 DISCUSIÓN DE RESULTADOS. SÍNTESIS.

7.1 Generalidades

Lo primero que llama la atención respecto de los factores obtenidos es que en


primer lugar explicativo se encuentra la percepción del sistema de colectores de
aguas lluvias y las inundaciones provocadas por mal operación del sistema o por
deficiencia estructural de éste; pues en primer lugar se esperaba un factor como el
4, relacionado con la contaminación atmosférica, respecto de la cual se han
impulsado numerosas políticas, planes, y programas, o la congestión vehicular,
situación que día a día viven los santiaguinos; o en segundo lugar se esperaba
una mayor predominancia de la problemática de los desechos urbanos, la cual
quedó establecida en una tercera instancia explicativa.

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7.2 Factor 1: Aguas lluvias

Como factor explicativo de la predominancia de la problemática de las aguas


lluvias, se consideró la fecha de la realización de la encuesta, pero ésta fue
realizada en meses de verano (Diciembre 2007 y Enero 2008). Además se revisó
si el invierno del 2007 fue especialmente lluvioso, situación que fue descartada,
puesto que el año 2007 la zona central se vio afecta a una intensificación del
fenómeno de La Niña, lo cual implica un déficit de precipitaciones. Dicho déficit de
precipitaciones en la ciudad de Santiago alcanzó el 46%. El año 2006 tampoco fue
especialmente lluvioso, obteniéndose un superávit de precipitación de 7%. El año
2005 se obtuvo un superávit de precipitaciones del 39%. 41

Entonces por una parte tenemos que en el aspecto perceptivo pueden haber
influido eventos mayores sucedidos en períodos anteriores, y/o por otra parte
tenemos que ante prácticamente cualquier evento de precipitación pequeña a
mediana magnitud, la ciudad de Santiago se ve afectada. (Incluyo este último
elemento, por considerarme un habitante más de la ciudad, y sufro de sus
consecuencias).

Objetivando la situación, tenemos que a pesar de que el año 2007 llovió sólo 27
días, y aproximadamente en el 80% de ellos las precipitaciones alcanzaban o
superaban los 10mm en alguna de las estaciones meteorológicas de la ciudad.
Recordemos que el umbral de 10mm de agua caída, indica el comienzo de los
anegamientos en la ciudad. Tenemos entonces la paradójica situación de que en
Santiago llueve poco, pero cuando llueve algún sector de la ciudad
inevitablemente se inunda o anega.

A partir de los elementos que entrega la Ecología Humana, es posible observar


una tendencia a la concentricidad como patrón organizativo del Factor 1, el cual
clásicamente se asocia a gradientes de densidad de población, lo que a su vez s e
relaciona con el desplazamiento de la población joven (o familias jóvenes) desde
el centro hacia la periferia. Ahora bien, en el Factor 1 dicho patrón se ve
interrumpido por la cuña sociodemográfica asociada al desplazamiento de las
clases altas, y que se emplaza desde el centro de la ciudad hacia el oriente, donde
las comunas de Providencia, y Las Condes aparecen como ejemplos
emblemáticos. Ello se torna consistente al considerar que los sectores de
mayores ingresos poseen más recursos para afrontar la situación de las aguas
lluvias, y además se encuentran “aguas arriba” de la cuenca.

Ahora bien, correlacionando la información de riesgos de inundación (Figura 11),


con la distribución espacial del Factor 1: Aguas lluvias, (Figura 13), tenemos que
41
Universidad de Chile, 2007.

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no necesariamente los sectores con mayor riesgo objetivo presentan una
percepción más desfavorable, situación que es principalmente significativa hacia el
oeste de la ciudad, en comunas como Quinta Normal, Maipú, Estación Central y
Cerrillos. Así, son los sectores de clase media y media-alta, (C· y C2 en la Figura
2), localizados en zonas de densificación recientes, en los cuales prevalece la
insatisfacción respecto de las aguas lluvias.

Ante ello, un análisis de caso colabora en sostener la siguiente hipótesis: las


nuevas urbanizaciones no presentan una solución satisfactoria en relación a las
aguas lluvias, lo cual posee dos implicancias: no se realiza una solución acorde
con el volumen de población que se emplazará en el sector, o bien las nuevas
viviendas se emplazan en sectores deprimidos o afectos a inundaciones no
existiendo normativa que exija la evaluación y gestión del riesgo, en este caso de
inundación.

7.3 Factor 2: Aseo y Ornato

Al corresponder las aguas lluvias con el primer factor, no llama la atención que
como segundo factor haya tomado predominancia las áreas verdes, puesto que lo
“verde” de éstas se encuentra inserto en el imaginario humano y urbano como un
elemento clave de “bienestar ambiental”, que se remite a la casa de campo, a la
noción de espacio lúdico y de abierta disponibilidad, y lógicamente a un medio
ambiente sano y limpio.

Ahora bien, este factor es completamente dependiente de las características


socioeconómicas de la población, puesto que el conservar un área verde para un
gobierno local, implica un elevado gasto, sobretodo en mantención y riego. Al
respecto, la carencia de lo verde podría estar maximizado debido a políticas de
implementar “áreas verdes secas” en los sectores más pobres. El área verde seca,
corresponde a una “plaza” “sembrada” con maicillo y piedrecitas “de colores” en
gama de tonos grises, con escasos o sin árboles, en las cuales, en el mejor de los
casos se emplazan bancas y juegos de niños.

La dependencia entre condición socioeconómica es tal que propongo el siguiente


ejercicio: podríamos intercambiar los mapas de las figuras 2, 12, y 13,
correspondientes a diferenciación socioeconómica basada en información censal,
distribución de áreas verdes, y el factor 2, y para más de alguna persona habría
pasado desapercibido el hecho de que se está dando cuenta de una variable, pero
se está mapeando otra.

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7.4 Factor 3: Desechos urbanos

El factor 3 posee un patrón de distribución mixto, pues es posible observar una


tendencia concéntrica, asociada a la densidad de población, pero también es
posible establecer sectores socioeconómicos, principalmente respecto de la clase
media-alta y alta. Ahora bien, dicha superposición de patrones entrega una
generalidad de características nucleares y polarizadas. Dicho de otro modo,
existen lugares específicos en los cuales existe insatisfacción respecto de los
desechos urbanos.

Podría establecerse una tendencia respecto de que los sectores de las comunas
de Maipú, Renca, y San Bernardo poseen un grado de insatisfacción relacionado
con el emplazamiento de los rellenos sanitarios, pero ello no aparece con claridad
al no concentrarse la disconformidad específicamente en los sectores aledaños a
los rellenos sanitarios.

Ahora bien, al correlacionar la insatisfacción de los desechos urbanos, con


microbasurales y vertederos clandestinos tampoco aparece una relación
inmediatamente observable. Esta situación es interesante de abordar desde el
aspecto metodológico, puesto que al revisar los puntajes obtenidos por la variable
vertederos y microbasurales tenemos que ella es claramente caracterizadora del
factor, obteniendo un valor de 0,75, el más alto en conjunto con la variable malos
olores (por lo cual es de suponer que ambas poseen una relación directa).

Como explicación a tal situación, tenemos que la información de vertederos


clandestinos o ilegales y microbasurales se obtuvo a nivel comunal, mientras que
el análisis factorial se realizó en una unidad territorial menor: el distrito. Ante ello
es posible establecer que el grado de insatisfacción respecto del manejo de los
desechos urbanos es de carácter local y barrial, (es decir en una unidad territorial
igual o más pequeña que el distrito censal), puesto que no es explicado por el
patrón de distribución espacial que adoptan los datos generalizados a nivel de
comuna.

Así, la problemática de microbasurales y vertederos clandestinos o ilegales se


traspasa hacia el gobierno local, respecto de lo cual el accionar de juntas de
vecinos, u organizaciones barriales resultaría fundamental para canalizar la
información y dinamizar la gestión del municipio.

Por su parte, el valor de 0,46 que obtiene la variable recolección de basura indica
que dicha variable es importante en la caracterización del factor, pero ubicándose
definitivamente en un segundo plano respecto de vertederos, microbasurales y
malos olores. Se destaca eso sí, que esta variable también es dependiente de la
gestión que realice el gobierno local al respecto, pero además lo es de las

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costumbres específicas establecidas al interior de un barrio. En sus aspectos
locales esto último tiene dos aspectos: los relacionados con el comportamiento de
los habitantes del barrio, quienes quizás no sacan su basura en las horas que
pasa el camión recolector, sino que la depositan con anterioridad, lo cual implica
que las bolsas sean rotas por perros, o gatos; o con el hecho de que personas de
barrios vecinos hayan encontrado algún lugar propicio para “botar” sus
desperdicios.

Por último cabe mencionar que llama la atención el puntaje de 0,7 que obtiene la
variable aguas servidas respecto de este factor, puesto que la cobertura de agua
potable urbana en la ciudad de Santiago es del 99,34%, y la cobertura de
alcantarillado urbano es de 98,47%42. Por lo cual hipotetizamos que esta variable
se encuentra relacionada con las inundaciones, puesto que ante eventos de
precipitaciones que producen inundaciones, colapsa el sistema de evacuación de
aguas lluvias, el cual está directamente conectado al sistema de alcantarillado,
situación que tiene como consecuencia el “afloramiento” de aguas servidas. Así, lo
más lamentable de las inundaciones es que ellas corresponden a inundaciones
por aguas contaminadas, las cuales inutilizan los bienes materiales afectados,
sobre todo cuando el agua ha ingresado a la vivienda.

7.5 Factor 4: Externalidades negativas del proceso de urbanización

Como se mencionó anteriormente llamó la atención que este factor no se


encontrara en primer lugar, lo cual puede ser interpretado desde dos perspectivas
posibles de combinarse: la primera consiste en que la población asume que se
están realizando las labores necesarias para controlar la contaminación
atmosférica, niveles de ruido y de congestión vehicular. (Variables con puntajes
explicativos de 0,81, 0,79, y 0,64 respectivamente). La segunda perspectiva
plantea que el “homo-urbanus” “perceptivamente ha asumido los costos de la
urbanización, y prioriza no las problemáticas “estructurales” a dicho proceso, sino
las relacionadas con la gestión de la ciudad, como lo son las temáticas de aguas
lluvias, áreas verdes, y recolección de desechos.

Como elemento importante de resaltar es la misma jerarquía o grado de


importancia que perceptivamente se le asigna a la contaminación atmosférica y a
la contaminación acústica. Así es posible inferir que para el homo-urbanus tan
esencial como el aire que respira, son las condiciones de tranquilidad necesarias
para llevar a cabo sus labores cotidianas.

Para terminar cabe resaltar que si bien este cuarto factor posee características
completamente sectoriales relacionadas con los principales ejes viales de la
42
INE, 2002.

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ciudad, la variable congestión vehicular aunque posee un alto valor (0,64), se
posicionó en una tercera instancia explicativa. Ésta situación amerita un mayor
análisis en conjunto con otras variables de transporte, puesto que la encuesta fue
realizada en plena implementación del Plan TranSantiago.

8 CONCLUSIONES

Se establecieron cuatro factores o dimensiones latentes que en conjunto dan


cuenta de las variables ambientales relacionadas con la percepción de la calidad
de vida para el Gran Santiago Urbano. Dichos factores se relacionan con las
temáticas de aguas lluvias, aseo y ornato, desechos urbanos, y externalidades
negativas del proceso de urbanización. Los dos primeros factores en conjunto
explican de manera equitativa el 40% de la distribución estadística de los datos,
mientras que los otros dos respectivamente explican un 16% y 13%.

A partir del mapeo de dichos factores se concluye que la percepción de los


factores ambientales de la calidad de vida urbana están directamente relacionados
con patrones de diferenciación socioespacial de la población, los cuales la escuela
de ecología urbana establece para las ciudades latinoamericanas como
sectoriales para los niveles socioeconómicos y concéntricos para los
demográficos. Así problemáticas ambientales que impliquen costos ya sea
respecto de recursos técnicos, humanos, materiales, o de gestión, necesariamente
repercutirán en los sectores más pobres, y se multiplicarán de manera
independiente a la situación socioeconómica, en aquellos lugares en los cuales se
presenten situaciones de densificación poblacional.

Lo mencionado introduce de manera objetivable el concepto de que nuestra


Santiaguina sociedad no sólo es una sociedad jerarquizada, segregada, y desigual
en términos socio-económicos, sino también en problemáticas ambientales que en
primer lugar se relacionan con la gestión de la ciudad (como lo son las aguas
lluvias, áreas verdes, y desechos), y en una segunda instancia con las
problemáticas estructurales del proceso de urbanización. Así, además podemos
hipotetizar que el homo-urbanus ha asumido su condición de tal, pero posee
expectativas respecto del contar con una ciudad “vivible en lo cotidiano”.

Para terminar, cabe mencionar que el análisis desarrollado da cuenta de la


necesidad del enfoque local de la problemática ambiental. Pues, si bien dicha
problemática presenta patrones de distribución a nivel de ciudad, éstos siempre
poseen características particulares y especificas, que determinan el modo de
solución de las problemáticas ambientales.

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