[ LOPCYMAT ]
17 de mayo de 2000
S AL A D E CA S AC I ÓN S OC IA L
Pon en c ia d e l M ag i stra d o Do cto r OM AR A LFR E D O M OR A DÍ AZ
En el proceso judicial por indemnización por incapacidad permanente y prestaciones sociales, seguido por el
ciudadano JOSÉ FRANCISCO TESORERO YÁNEZ, representado por los abogados Ignacio Ramírez Romero, Julián Isaías
Rodríguez, Leonardo Andrés Rodríguez Rojas y Rafael Martínez, contra la empresa HILADOS FLEXILÓN S.A., representada
por el abogado Pedro Quintero Curbelo, el Juzgado Superior en lo Civil, Mercantil, del Tránsito, del Trabajo y de Menores de
la Circunscripción Judicial del Estado Aragua, con sede en la ciudad de Maracay, conociendo en apelación, dictó sentencia
definitiva en fecha 17 de febrero de 1999, en la cual declaró parcialmente con lugar la demanda, confirmando la decisión de
primera instancia.
Contra dicha decisión de Alzada, anunció recurso de casación la parte actora, el cual, una vez admitido, fue
oportunamente formalizado. No hubo impugnación.
Tramitado este asunto por ante la Sala de Casación Civil, correspondió la ponencia al Magistrado Dr. Antonio
Ramírez Jiménez.
Por auto de fecha 13 de enero de 2000, la Sala de Casación Civil declina la competencia para decidir el
presente asunto, en esta Sala de Casación Social, a la cual corresponde en virtud de la materia, de conformidad con el
vigente texto constitucional.
Recibido el expediente, se dio cuenta en Sala en fecha 2 de febrero de 2000 y se designó ponente al
Magistrado Dr. Omar Alfredo Mora Díaz.
Concluida la sustanciación del presente recurso de casación y cumplidas como han sido las formalidades
legales, pasa esta Sala de Casación Social a dictar sentencia bajo la ponencia del Magistrado que con tal carácter la suscribe,
con base en las consideraciones siguientes:
PU NT O PR E VI O
Entre las nulidades ordenadas por la ley, se encuentra la disposición del artículo 244 del mismo Código, de
acuerdo con la cual será nula la sentencia por no cumplir con los requisitos formales establecidos en el
artículo 243 o por incurrir en los vicios descritos en el mismo artículo 244. Por tanto, antes de declarar la
nulidad del fallo, por defectos en su forma intrínseca, es necesario examinar si el acto, o sea la sentencia, a
pesar de la deficiencia, alcanzó su fin, el cual no es otro que resolver la controversia, con fuerza de cosa
juzgada, posibilidad de ejecución y suficientes garantías para las partes.
(...) Como consecuencia de lo antes expuesto, en aplicación del principio finalista, acatando la orden de evitar
reposiciones inútiles, esta Sala no declarará la nulidad de la sentencia recurrida, si una concreta deficiencia en
su forma intrínseca no impide determinar el alcance subjetivo y objetivo de la cosa juzgada, no hace
imposible su eventual ejecución y no viola el derecho de las partes a una justa resolución de la controversia.
Para realizar el examen sobre la posible infracción del derecho de las partes a una justa resolución de la
controversia, la decisión de la Sala deberá establecer, en forma previa, el fundamento de lo decidido por la
Alzada, para resolver si las denuncias que se formulan son capaces de alterarlo, o si impiden, por omisión de
pronunciamiento o de fundamentos, el control de legalidad.
Por otra parte, la Constitución vigente da prioridad a la resolución de la controversia, en tanto que el artículo
320 del Código de Procedimiento Civil, privilegia la resolución de las cuestiones de forma, al establecer en su
segundo aparte, lo siguiente:
En aplicación del criterio anterior, esta Sala pasa a decidir el presente recurso de casación, conociendo primero la
única denuncia por infracción de fondo delatada por el recurrente en su escrito de formalización.
Posteriormente, se analizarán las denuncias por vicios de actividad, aplicando para decidir la procedencia de
dichas delaciones de forma alegadas por el recurrente, los preceptos constitucionales establecidos en los artículos 26 y 257
de la vigente Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, los cuales textualmente expresan:
Por último, se analizará si existe en el presente caso, alguna violación de orden público que lleve a esta Sala
de Casación Social a utilizar las facultades conferidas por el artículo 320 del vigente Código de Procedimiento Civil para
casar de oficio la sentencia recurrida en casación.
RE CU RS O P OR INF R ACC I ÓN D E L EY
ÚN IC O
Para fu n d a m en ta r su d e n u n ci a, el r ecu rr en t e ex p re sa :
Para d e ci d ir , la Sa la ob s er va :
E l r ecu rr en t e fu n d a m en ta su d en u n c ia e n la d e ci si ón p ro f er id a p o r la Sal a d e Ca sa ci ón
Ci v il, q u e a con t in u a ci ó n s e t ran s cr ib e :
Ah or a b i en , en fe ch a 1 7 d e d ic ie mb r e d e 19 9 8, l a Sal a Po lí ti co Ad mi n i stra ti va d e es t e
Su p r e mo Tr ib u n al, con r el ac ión a l a p r e sc rip ci ó n d e l as ac cio n e s q u e d er i van d e la ocu rr en cia d e u n
acc id en t e d e t rab a jo, e x p re s ó lo si gu i en t e :
Por lo tanto, el demandado en el proceso laboral tiene la carga de probar todos aquellos alegatos nuevos que
le sirvan de fundamento para rechazar las pretensiones del actor.
También debe esta Sala señalar que, habrá inversión de la carga de la prueba en el proceso laboral, es decir,
estará el actor eximido de probar sus alegatos, en los siguientes casos:
También debe esta Sala señalar con relación al mencionado artículo 68 de la Ley Orgánica de Tribunales y de
Procedimiento del Trabajo, en lo referente a cuándo se tendrán por admitidos los hechos alegados por la
parte actora, que en estos casos, se deberá aplicar la llamada confesión ficta.
Es decir, se tendrán por admitidos aquellos hechos alegados por la parte accionante en su libelo, que el
respectivo demandado no niegue o rechace expresamente en su contestación, o cuando no haya
fundamentado el motivo del rechazo, aunado al hecho de que tampoco haya aportado a los autos en la
oportunidad legal, alguna prueba capaz de desvirtuar dichos alegatos del actor.
En otras palabras, la demandada tendrá la carga de desvirtuar en la fase probatoria, aquellos hechos sobre los
cuales no hubiese realizado en la contestación el fundamentado rechazo, de lo contrario, el sentenciador
deberá tenerlos como admitidos”. (Sentencia de la Sala de Casación Social, de fecha 15 de marzo de 2000,
exp. No. 98-819).
p rob a r el h e ch o cu l p o so d e l p at rón .
“El trabajador lesionado en su trabajo profesional debe ser indemnizado por aquél en cuyo provecho
realizaba el trabajo. El accidente es para el patrono, un riesgo profesional. (...) La justicia y la equidad exigen
que el empresario, creador del riesgo y quien además aprovecha los beneficios de la producción, tome a su
cargo la reparación de los daños que causen sus instalaciones (...).
Saleilles es el autor que, con mas entusiasmo, defendió esta nueva tesis (responsabilidad objetiva) (...)
influenciado por el derecho alemán, recurrió nuevamente al artículo 1.384 del Código de Napoleón:
‘Art . 1 3 84 : S e e s re sp o n sab l e, n o s ola m en t e d el d añ o cau sa d o p o r h e ch o p rop i o, sin o,
tam b i én , d e l cau sad o p or el h ech o d e la s p er s on a s p o r la s q u e d eb e r e sp on d e rs e, o d e
la s c o sa s q u e s e t i en en b ajo su cu i d ad o’ .
Así pues, (...) el patrono responde del accidente, no porque haya incurrido en culpa, sino porque su cosa, su
maquinaria, ha creado el riesgo.
La tesis de Saleilles (…) fue acogida por la Corte Francesa de Casación en la sentencia del 16 de junio de 1896.
Con esa sentencia se abrieron las puertas a la teoría del Riesgo Profesional y la transformación de la doctrina
de la responsabilidad civil”. (De La Cueva, Mario; Derecho Mexicano del Trabajo, Novena Edición, Tomo II,
Editorial Porrua, S.A., México, 1969, pp. 46 y 50) (Subrayado de la Sala).
“La Tesis de Saleilles, muy semejante a la de Josserand, surge sobre la base del contenido de los artículos
1.384 y 1.386 del Código Civil Francés conocida con el nombre de teoría objetiva. Parte del supuesto de que el
daño causado por un objeto debe ser reparado por su propietario; es decir, por aquel que se beneficia,
abstracción hecha de toda idea de culpa. ‘La responsabilidad deja de tener su fundamento en la culpa del que
obra o posee; es decir, en la culpa subjetiva; el simple daño causado por una cosa o por un acto, o más
simplemente, el hecho causado por la culpa objetiva, resulta suficiente para originarlo.
(...) La teoría de la Responsabilidad Objetiva, precede la del riesgo profesional, basta con establecer que se
ha producido un daño y buscar el vínculo de causalidad entre el hecho de trabajo y ese daño para reclamar,
de modo inmediato, la responsabilidad que incumbe al dueño de la cosa, en este caso de la empresa, por
daños producidos. El propietario responde por el solo hecho de ser propietario de la cosa.
(...) La tesis de Saleilles se basa en que la teoría de la culpa es propia del Derecho Individual; la teoría objetiva
es, por el contrario, propia del Derecho Social, que considera al hombre como parte de una colectividad.
Cuando una empresa acepta a un obrero, acepta los riesgos de la elección. (Cabanellas, Guillermo; Derecho
de los Riesgos del Trabajo, ob. cit., pp. 291 a la 295) (Subrayado y negrillas de la Sala).
De lo anteriormente expuesto, se evidencia que la teoría de la responsabilidad objetiva nace del supuesto de
que el daño causado por un objeto debe ser reparado por su propietario, no porque el dueño haya incurrido en culpa, sino
porque su cosa, su maquinaria ha creado un riesgo, sobre el cual debe responder, indemnizando al trabajador tanto por el
daño material como por daño moral.
Lo expuesto en el párrafo anterior, es conocido en nuestra doctrina como la responsabilidad objetiva por
guarda de cosas, estipulada en el artículo 1.193 del vigente Código Civil, el cual dispone:
“Toda persona es responsable del daño causado por las cosas que tiene bajo su guarda, a menos que pruebe
que el daño ha sido ocasionado por falta de la víctima, por el hecho de un tercero, o por caso fortuito o fuerza
mayor”.
Sobre la mencionada responsabilidad objetiva por guarda de cosas, la doctrina patria especializada en la
materia, señala:
También este Supremo Tribunal se ha pronunciado sobre la responsabilidad objetiva por guarda de cosas, al
señalar:
De todo lo antes expuesto se constata que, la responsabilidad objetiva por guarda de cosas, hace responder al
guardián, tanto por el daño material como por el daño moral que la cosa ocasione, independientemente que medie la culpa
o negligencia del guardián; es por ello que esta Sala de Casación Social, debe señalar el criterio expuesto por el Magistrado
Dr. René Plaz Bruzual, quien en voto salvado a la decisión dictada por la Sala de Casación Civil en fecha 14 de marzo de
1990, con relación a la procedencia del daño moral alegado por un trabajador accidentado, textualmente señaló:
Di ce e l fa llo d e la m ay or ía:
Al re sp e cto, Pl an i ol y R i p er t se ñ al an :
Mi en t ra s q u e el d añ o m oral , p or cu an to n o p u e d e s e r re al m en t e cu an ti fi cab le , n i mu ch o
m en o s t ar if ad o p or la L ey , q u ed a a la lib r e e st i ma ció n d el Ju ez sen te n c iad o r. A sí s e d e cla ra.
“… lo q u e d eb e ac r ed it ar s e p l en a m en t e e n u n a r ec la ma ci ón p or d añ o m oral e s e l lla m ad o
‘h e ch o g en erad or d e l d añ o mo ral’ , o s ea el c on ju n to d e cir cu n st an c i as d e h ech o q u e
gen e ra la a fi li ac ión c u y o pet itum dolo r is s e r e cla m a… Pr ob ad o q u e s ea e l h ech o
gen e rad o r , l o q u e p ro c e d e e s u n a e st i ma ció n , lo cu a l se h a ce al p ru d en t e arb itr io d el
Ju ez. N in gú n au x il iar o m ed i o p r ob at ori o p u ed e d et er m in a r c u án t o su fr i mi en to , c u án to
d olo r, c u án ta m ol e st ia, cu án t o s e me r mó u n p r e st ig io o e l h o n or d e al gu ien …
Al d e c id ir s e u n a r e cl ama ci ón p o r c on c ep t o d e d añ o s mo ra le s, el s en t en c iad or,
n ec e sa ri am en te , h a d e su je tar s e a l p ro ce s o ló gi co d e e sta b l ec e r lo s h e ch o s, d e
cal i fi car lo s y d e ll eg ar a tra v é s d e e st e exa m e n a la ap l ic ac ión d e la Ley y la eq u id ad ,
an al izan d o la i mp o rtan c ia d el d añ o, e l g ra d o d e cu lp ab i lid ad d el a u tor , la c on d u cta d e la
ví ct i ma y l a lla ma d a e s cal a d e lo s su f ri m ie n to s m ora l es , va lor án d o lo s , p u e s n o to d o s
ti en e n la m i s ma in t en si d ad , p or la s d i st in ta s r azon e s q u e p u ed an in f l u ir en el lo s, p ar a
ll eg ar a u n a in d e mn iza c ión ra zon a b l e. ..” (S en te n cia d e la Sal a d e C as a ción C i vi l d e l 1 9
d e s ep t ie mb r e d e 1 99 6, c a so: St e rg io s Z ou r as Cu mp i c on tr a P ep e gan g a, C. A. en el
exp ed i en t e N ° 9 6 -0 38 ).
“La e mp r e sa e st á d i sp u e sta a:
-A su m ir la d eu d a d e B s. 11 8. 25 4, 95
-Pa ga rl e su l iq u id a ción d e p r e st ac ion e s p ara la f ech a en q u e t e rm in ó la r e lac ión d e
trab a jo q u e a s ci en d e a B s. 14 2. 37 0.
-M e jora r el co mp l em en t o d e p e n sión …
- Con ce d e rl e u n a b on i fi c aci ón e sp ec ial p ara ayu d a a su re h ab i li ta c ión ” .
RE CU RS O P OR D E F EC TO S D E AC TI V ID A D
I
Para d e ci d ir , la Sa la ob s er va :
II
Para d ec id i r, l a S ala ob s er va :
Ahora bien, por cuanto el vicio de incongruencia del cual adolece la recurrida es la falta de pronunciamiento
sobre la indexación judicial solicitada, esta Sala de Casación Social reitera en el presente caso, la doctrina sentada por este
Alto Tribunal que sobre la corrección monetaria, expresó lo siguiente:
De conformidad con la doctrina antes transcrita, con la cual comulga plenamente esta Sala de Casación Social,
resulta improcedente declarar la reposición de la causa al estado de que se dicte nueva sentencia corrigiendo los vicios de
actividad en que incurrió el sentenciador de la última instancia, por cuanto esta Sala podrá de oficio, ordenar la corrección
monetaria en capítulo separado, dando de esta forma cumplimiento al precepto constitucional previsto en el artículo 26 de
la vigente Carta Magna.
En virtud de todo lo anterior, la Sala desestima, la denuncia bajo examen. Así se declara.
CA S AC I ON D E OF IC IO
En ejercicio de la facultad que confiere el artículo 320 del Código de Procedimiento Civil, de casar de oficio
con base en las infracciones de orden público y constitucionales que se encontrasen, aunque no se las haya denunciado, la
Sala pasa a decidir, sobre la base de las siguientes consideraciones:
La indexación o corrección monetaria busca neutralizar los efectos que genera en nuestros días, el hecho
notorio denominado “inflación”.
En el derecho laboral, la corrección monetaria cobra particular interés en virtud de la delicada y vital fuente
que representa el trabajo para el ser humano, el cual está influido por factores de orden económico, ya que el trabajador
tiene derecho al pago de la prestación no disminuida por la depreciación cambiaria.
En tal sentido, la decisión emanada de este Alto Tribunal en fecha 17 de marzo de 1993, transcrita en el
capítulo anterior del presente fallo, declaró “materia relacionada con el orden público social la corrección monetaria en los
juicios laborales que tengan por objeto la cancelación de las prestaciones sociales de los trabajadores, la cual ordenará de
oficio a partir de la fecha de publicación del presente fallo”.
Es decir, a partir de dicha decisión de la Sala de Casación Civil, se estableció que el ajuste monetario puede ser
ordenado de oficio por el Juez del Trabajo, aunque no haya sido solicitado procesalmente por el interesado, basada en que
la restitución del valor de las obligaciones de dinero al que poseía para la fecha de la demanda, no es conceder más de lo
pedido, sino conceder exactamente lo solicitado.
Ahora bien, en el caso concreto se ratifica la citada doctrina por cuanto se trata de una demanda por cobro de
prestaciones sociales e indemnización por accidente de trabajo intentada por el trabajador, cuyo monto de lo que
correspondía por prestaciones sociales resultó afectado por la depreciación monetaria durante el transcurso del tiempo
que implicó el proceso y, no obstante ello, no fue acordado el método indexatorio por el Juez de Alzada para ajustar el
monto condenado respecto del valor que éste representaba para el momento de la presentación del libelo de la demanda,
aunado al hecho de que, como bien se señaló en el capítulo anterior, dicha indexación fue solicitado por la parte actora en
su libelo de la demanda.
“…las deudas laborales no escapan de la idea general que ampara la indexación. Porque el dinero que se le
adeuda a un trabajador como contrapartida a su trabajo, será importante no por su simple ‘valor nominal’
sino por su valor real de cambio. El perjuicio que representa para el trabajador la pérdida del poder
adquisitivo producida por una deuda sin corregir o actualizar, desde el punto de vista inflacionario es
verdaderamente grave, pues el fruto de su trabajo se perdería en el tiempo y no existiría una verdadera y
justa contrapartida a su prestación de servicio. En atención al valor real del dinero que representa la deuda
laboral, es que se ha pensado que la misma se configura como una deuda de valor y en consecuencia ha de
ser objeto de indexación.
(… ) en tr e l as razon e s q u e ju st if ic an la c or re cc i ón mon et ar ia s e en c u en tra ad e má s d e u n
En el presente caso, se demandaron además, los daños materiales y morales como indemnización por
accidente de trabajo, cuya procedencia será resuelta por el Juez que resulte competente para conocer en reenvío, de
conformidad con la doctrina sentada en el primer capítulo del presente fallo; es por ello, que esta Sala debe señalar la
decisión No. 1563 de fecha 18 de noviembre de 1999 de la Sala Político Administrativa de este Alto Tribunal, la cual en su
parte dispositiva, textualmente señaló:
“Por todo lo expuesto la Sala, procediendo de conformidad con lo dispuesto en el artículo 206 de la
Constitución de la República, en concordancia con el artículo 1.196 del Código Civil, acuerda una
indemnización especial para la actora por el daño moral sufrido como consecuencia de los eventos que se
han analizado, que fija en la cantidad de OCHENTA MILLONES DE BOLIVARES (Bs. 80.000.000,oo), cantidad
que se ordena reajustar, dada la desvalorización monetaria y la pretensión original de la parte actora, a
partir de la fecha de la demanda; esto es, del 24 de noviembre de 1992 hasta la fecha de la presente
decisión”. (Subrayado y negrilla de la Sala).
Con relación al reajuste monetario sobre las cantidades condenadas a pagar por daño moral, señalamos el
criterio expuesto por la Dra. Hildegard Rondón de Sansó en el voto salvado a la decisión citada en el párrafo anterior, el cual
textualmente expresa:
“Resulta claro para la disidente, que en materia de indemnización por daño moral, no es viable la
actualización monetaria, siendo tal inviabilidad consecuencia de la propia naturaleza de dichas obligaciones
que, por demás, corresponde su estimación al juzgador y no a un tercero en calidad de experto, ello de
conformidad con la norma contenida en el artículo 1.196 del Código Civil (…).
Así las cosas a tenor de la norma transcrita, queda claro que en materia de cumplimiento de obligaciones de
valor, constituidas por un daño moral, es el Juez a quien le corresponde determinar la justa indemnización,
de lo cual se desprende, obviamente, el poder jurisdiccional de fijarla como tal en la sentencia definitiva, en
un monto distinto a aquél solicitado por el querellante, es decir, la posibilidad real y efectiva que tiene el juez
de condenar al pago de una suma que puede llegar a ser mayor que la cantidad demandada, o menor, si en
razón de la justicia así lo estimare conveniente.
Considera la disidente que en virtud de la afirmación hecha en el párrafo que antecede, el Juez estima la
indemnización del daño moral, tomando en consideración todos los elementos de juicio a que se circunscribe
el caso concreto, tales como: la edad de la víctima, la relación existente entre la víctima y el sustento
económico de sus dependientes; el nivel del daño, es decir, la posibilidad que tiene la víctima de continuar
con sus ocupaciones habituales, etc. Es evidente para la disidente, que tales valorizaciones no son
susceptibles de verse afectadas por causa de la inflación” (por cuanto es una estimación actualizada al
momento en que el Juez sentenciador dicta su fallo). (Paréntesis de la Sala).
En reciente decisión de fecha 2 de Mayo de 2000, este Alto Tribunal, acogió el criterio sentado en el supra
copiado voto salvado, señalando lo siguiente:
“Por lo que respecta a la solicitud de indexación reclamada por la parte actora esta Sala debe negarla en
virtud de resultar ésta improcedente en materia de daño moral ya que la indemnización es acordada por el
Juez al momento de su decisión, sin necesidad alguna de que ésta sea ajustada por el transcurso del tiempo.
Así se declara”. (Sentencia No. 968 de la Sala Político Administrativa, de fecha 2 de mayo de 2000, en el caso
César Cheremos y Otros contra Compañía Anónima Electricidad del Centro (ELECENTRO), exp. No. 15.439).
Esta Sala de Casación Social, en virtud del fin perseguido por la indexación judicial en materia laboral, difiere
de los criterios antes señalados, por cuanto, cuando se declare con lugar la pretensión de un trabajador por indemnización
de daño moral, el Juez podrá de oficio o a solicitud de parte, ordenar en la dispositiva del fallo la corrección monetaria del
monto condenado a pagar por daño moral, pero sólo desde la fecha en que se publica el fallo, hasta su ejecución, debido a
que la estimación hecha por el Juez es actualizada al momento en que dicta el fallo, la cual podrá estimar a su libre
apreciación de conformidad con la doctrina sentada en el primer capítulo de este fallo. Así se declara.
En consecuencia, esta Sala de Casación Social ordena al Juez que deba conocer en reenvío ordene en el
dispositivo del fallo por él proferido, la corrección monetaria de los montos que resultaren condenados a pagar al
trabajador, de la siguiente manera: los correspondientes a las prestaciones sociales e indemnizaciones por daños
materiales, desde la fecha de admisión de la demanda hasta la ejecución del fallo; y el monto correspondiente al daño
moral desde la fecha de publicación del fallo hasta la ejecución del mismo. Así de decide.
Es por todo lo antes expuesto que esta Sala de Casación Social declara de oficio que la recurrida en casación,
infringió por falta de aplicación, el artículo 87 de la Constitución de 1961, vigente para el momento en que se desarrolló la
relación laboral, el cual consagra el principio de irrenunciabilidad de los derechos laborales, principio hoy consagrado en el
artículo 89 de la vigente Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Así se declara.
D EC I SI ÓN
En virtud de las razones antes expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala de Casación Social,
administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la ley, declara 1) CON LUGAR el recurso de casación
interpuesto por la parte actora contra la sentencia definitiva emanada del Juzgado Superior en lo Civil, Mercantil, del
Tránsito, del Trabajo y de Menores de la Circunscripción Judicial del Estado Aragua, con sede en la ciudad de Maracay, en
fecha 17 de febrero de 1999; y 2) CASA DE OFICIO la decisión objeto del presente recurso y, en consecuencia anula el fallo
recurrido y se ordena al Tribunal Superior que deba conocer en reenvío dictar nueva sentencia, acorde con la doctrina
sentada en la presente decisión.
Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de Casación Social del Supremo Tribunal de Justicia,
en Caracas, a los diecisiete ( 17 ) días del mes de mayo de dos mil. Años: 190º de la Independencia y 141º de la
Federación.
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OMAR ALFREDO MORA DIAZ
El Vicepresidente
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JUAN RAFAEL PERDOMO
Mag i str ad o,
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ALBERTO MARTINI URDANETA
La Secretaria,
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BIRMA I. DE ROMERO
R. C. Nº 99-591