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La corrección obligatoria de los efectos inductivos y capacitivos de una instalación se analiza en


“Corrección obligatoria del factor de potencia de una instalación”, págs. 119 y ss.

2.4.4.2 Complemento por discriminación horaria


El Complemento por discriminación horaria estimula a los abonados, vía Tarifa eléctrica, a distribuir
su consumo a lo largo del día, semana o estación del año, eludiendo los momentos de máxima
demanda. En esos instantes el Sistema Eléctrico Nacional se ve forzado a responder con toda la
reserva giratoria de potencia, e incluso a solicitar el apoyo de sistemas extranjeros. Entonces es
preciso, porque la demanda conjunta es máxima, contar con la suficiente reserva de potencia en
generación que, pasado ese tiempo, queda ociosa o consumiendo, incluso, energía de la red —es la
energía que absorben las máquinas que se mantienen en reserva giratoria; y es reserva giratoria
porque los alternadores inactivos no se paran, sino que continúan girando como motores para
mantener el sincronismo con la red—.
Cuanto menores resulten los picos de potencia en un sistema, menor será la capacidad de
generación que permanece ociosa durante los periodos de menor demanda, lo que se traduce en
mejoras de la eficiencia y la competitividad del sistema de generación en su conjunto. Luego la Tarifa
puede contribuir a la disminución de esa sobrecapacidad necesaria estimulando a los consumidores
a programar su demanda fuera de los momentos punta, y ésta es la razón que comúnmente se aduce
para justificar el sistema de recargos y descuentos que constituye la discriminación horaria.
Hay que tener constancia, no obstante, de una circunstancia peculiar: si bien la distribución racional
de la carga contribuye a la provisión de menor sobrecapacidad de generación, aumentando la
eficiencia global del sistema, cuando la sobrecapacidad ya existe y es excesiva —como ocurre en
España desde hace décadas— hay menos razón para penalizar a los particulares por utilizar una
energía que es posible producir.
El Complemento se calcula a partir del tres parámetros:
Ci La energía consumida en cada uno de los períodos horarios en que se divide el día,
semana o año.
Ki Coeficiente de recargo o descuento correspondiente a cada período.
Te Precio del término de energía de una tarifa general correspondiente a la tensión de
suministro, en concreto:
El de la tarifa 3.0 para los suministros en Baja Tensión.
El de la tarifa 2.x para los suministros en Alta Tensión del escalón de tensión x.
La fórmula de cálculo es la siguiente:

Complemento ! K $
= Te ' # Ci i &
DH i " 100 %

Los períodos, recargos y descuentos, dependen del Tipo de Discriminación Horaria. Hay cinco Tipos:
Tipo 0: Tarifa nocturna. Aplicable a los abonados a la tarifa 2.0 con contador de doble tarifa.
El período de día comprende 16 horas, con un recargo de un 3%, y el de noche son 8 horas, con un
descuento del 55%.

Este tipo presenta una peculiaridad en relación con la


limitación de la potencia —art. 5.1 OTE—: los
abonados acogidos a esta configuración deberán
comunicar a la empresa suministradora las potencias
máximas de demanda en horas nocturnas y diurnas.
La potencia contratada será la correspondiente a las
horas diurnas, y en las nocturnas el límite será el
técnicamente admisible por la instalación —hasta los
13’8kW del mayor ICP existente, o los 15kW que
teóricamente ampara esta tarifa—. Lo que suelen hacer los instaladores en estos casos consiste en

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colocar un interruptor coordinado con el contador de doble tarifa, que puentea el limitador diurno
durante la noche, permaneciendo él como protección para la mayor potencia admisible entonces.
Terminada la hora valle, la misma señal que aprovecha el contador para conmutar sus registros y
marcar ahora en las lecturas diurnas, es utilizada por el ICP de mayor tamaño para desactivarse,
volviendo el control al de la potencia contratada diurna —vid. más detalles en “Cambio de hora y
discriminación horaria”, pág. 121 y ss.

Tipo 1: se trata del tipo genérico de discriminación horaria que no precisa de instalación de
contadores de tarifa múltiple, ya que simplemente recarga todas las horas del día con un 20%.
Es de aplicación a todos los abonados que no tengan contador de múltiple tarifa y hayan contratado
hasta 50kW —pero no procede para tarifas 1.0 y 2.0—, con independencia del nivel de tensión de
suministro.

Tipo 2: discriminación horaria con contador de


doble tarifa.
Se recargan 4 horas diarias con un 40% y el resto
no tiene ni recargo ni descuento. Es de uso
general.

Tipo 3: discriminación horaria de triple tarifa, sin discriminación de sábados ni festivos.


Se recargan 4 horas al día con un 70% y 8 horas con un descuento del 43%. Las 12 horas restantes
no tienen recargo ni descuento. Es de uso general. La distribución de los tres períodos depende de
la Comunidad Autónoma considerada —vid. figuras—.

Triple tarifa A Zona 1: Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, Triple tarifa A Zona 2: Aragón y Cataluña
Castilla y León, La Rioja y Navarra

Triple tarifa A Zona 3: Madrid, Castilla La Mancha y Triple tarifa A Zona 4: Valencia, Murcia y Andalucía.
Extremadura.

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Tipo 4: discriminación horaria de triple tarifa, considerando horas valle las 24 horas de los días
festivos de ámbito nacional con inclusión de aquéllos que pueden ser sustituidos a iniciativa de cada
Comunidad Autónoma para los abonados que posean el equipo de discriminación horaria adecuado.
Se recargan 6 horas al día de lunes a viernes con un 100% y 8 horas con un descuento del 43%,
además de sábados, domingos y festivos completos. Las 10 horas restantes los días de diario no
tienen recargo ni descuento. Es de uso general. La distribución de los tres períodos depende de la
Comunidad Autónoma considerada —vid. figuras—.

Triple tarifa B Zona 1: Galicia, Asturias, Cantabria, País Triple tarifa B Zona 2: Aragón y Cataluña
Vasco, Castilla y León, La Rioja y Navarra

Triple tarifa B Zona 3: Madrid, Castilla La Mancha y Triple tarifa B Zona 4: Valencia, Murcia y Andalucía.
Extremadura

Tipo 5: discriminación estacional. Parte de la división del año en días Pico, Alto, Medio y Bajo, y cada
día en períodos Punta, Llano y Valle.
Requiere un contador de quíntuple tarifa para diferenciar los siguientes cinco tipos de recargo:
La distribución de los días la elabora la Dirección General de Industria año a año. La distribución de
las horas punta, llano y valle de cada día depende de la Zona en la que se incluya la Comunidad
Autónoma del abonado —vid. figuras—.

Recargo o Período Categoría


descuento (%) horario de los días
+ 300 % Punta Pico
+ 100 % Punta Alto
Pico
0% Llano Alto
Medio
Pico
Alto
— 43 % Valle
Medio
Bajo
Todos los siguientes a días
— 50 % Valle
bajos

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Discriminación estacional Zona 1: Galicia, Asturias, Cantabria,


Discriminación estacional Zona 2: Aragón y Cataluña
País Vasco, Castilla y León, La Rioja y Navarra

Discriminación estacional Zona 4: Valencia, Murcia y


Discriminación estacional Zona 3: Madrid, Castilla La Mancha
Andalucía.
y Extremadura.

2.4.4.3 Otros complementos


Hay otros dos complementos tarifarios, que no han sido mencionados hasta ahora. Se trata del
complemento por estacionalidad y el complemento por interrumpibilidad.
El Complemento por estacionalidad —art. 7.3 OTE— es un recargo o descuento porcentual que se

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aplica exclusivamente sobre el término de energía de la facturación básica, y sólo a los abonados
que hayan elegido el modo de discriminación horaria estacional Tipo 5. Dicho modo considera
repartido el año en tres períodos o temporadas —alta, media y baja—, diferentes para la Península,
para Baleares, Ceuta y Melilla, y para las Islas Canarias.
En la Península son:
a) Temporada alta: noviembre, diciembre, enero y febrero.
b) Temporada media: marzo, abril, julio y octubre.
c) Temporada baja: mayo, junio, agosto y septiembre.
Los consumos de energía activa correspondientes a cada temporada sufrirán los siguientes recargos
y descuentos —sin importar si corresponden a períodos ya recargados o ya bonificados—:
a) Temporada alta: + 10 %
b) Temporada media: 0%
c) Temporada baja: — 10 %
El Complemento por interrumpibilidad —art. 7.4 OTE— beneficia a los grandes consumidores que
puedan limitar su demanda en escalones de al menos 5MW a petición de los centros de despacho y
coordinación del transporte de energía en la red nacional. Requieren la instalación de equipos
adecuados, la autorización de la Dirección General de la Energía, y el escrupuloso cumplimiento de
las instrucciones de interrupción que les sean dadas con un preaviso de 16 horas para interrupciones
de hasta 12 horas de duración, o de 5 minutos para interrupciones de hasta 45 minutos. Este
complemento adopta la forma de un descuento o recargo sobre la facturación básica anual, cuya
fórmula de cálculo es muy compleja.
Ninguno de estos dos complementos afecta a las pequeñas y medianas empresas. El segundo, el de
interrumpibilidad, porque ninguna PyME puede, por definición, cumplir los requisitos de potencia y
disponibilidad exigidos. El primero, sin embargo, se excluye por distinta razón: el modo de
discriminación estacional —que lleva aparejado este complemento de estacionalidad, por lo que lo
dicho vale tanto para el modo de discriminación como para el complemento que se le añade—
teóricamente puede constituir una alternativa razonable a los otros modos de discriminación ya
vistos; en la práctica, en cambio, requiere un exquisito control de la potencia y energía demandada,
que de no producirse puede arruinar en pocas horas las mejores expectativas de ahorro. Para
grandes y muy grandes consumidores, cuyo tipo de actividad permite distribuir de forma exacta y
rigurosa grandes volúmenes de consumo, esta opción resulta ventajosa. Para pequeños y medianos
consumidores, en cambio, los relativamente escasos beneficios que pueden obtenerse respecto de la
discriminación tipo 3 —hasta un 43% de descuento frente al 50% + 10% de ésta, jugando con el
complemento y la discriminación a la vez— pueden verse drásticamente reducidos merced al recargo
—hasta el 300% ±10%— de las horas más penalizadas. Cualquier error o inconveniente
circunstancial que requiere del uso de potencia eléctrica —situaciones habituales en las PyMEs—
eliminaría el pequeño ahorro obtenido frente a la discriminación tipo 3. Por ello se prescinde de este
tipo de discriminación y su complemento asociado en adelante.

2.5 Especialidades en la facturación eléctrica


Es necesario destacar a continuación algunos aspectos peculiares de la facturación eléctrica según
Tarifas, que tendrán su importancia a la hora de establecer los criterios que deben orientar la
configuración óptima del suministro eléctrico a las PyMEs. Algunos de ellos han sido mencionados ya
más arriba.

2.5.1 Medida en Baja Tensión para determinados suministros en Alta Tensión


Un principio que preside la medida de los consumos y demás parámetros necesarios para facturar la
energía eléctrica bajo la Tarifa vigente, consiste en que las medidas se efectuarán en el mismo nivel
de tensión al que se realiza el suministro y la facturación consecuente —art. 8.3 OTE—. De manera
que los contadores se situarán al final de la acometida, estarán construidos para el nivel de tensión
de la acometida, y marcan así el inicio de la instalación receptora. Y la facturación deberá
corresponder a los parámetros de una tarifa adecuada a ese nivel de tensión.

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Hay, sin embargo, dos excepciones a este principio, una de carácter indefinido y otra muy específica,
aunque ampliamente utilizada en la práctica. La excepción más imprecisa alude a aquellos casos en
los que excepcionalmente deban efectuarse medidas a tensiones inferiores a la de suministro y
consiguiente facturación. En ese caso, se facturará incrementando la potencia y la energía en
cantidad equivalente a las pérdidas en que previsiblemente se incurre durante la transformación de la
tensión.
La misma solución rige para el caso más específico, pero muy extendido, previsto en el art. 8.3 OTE:
a los abonados de cualquier tarifa de alta tensión que lo soliciten y que dispongan de transformador
propio, se les permite efectuar la media en el lado de Baja Tensión del transformador, aunque el
suministro y la facturación correspondan a la tarifa de Alta Tensión.
Los beneficios de esta situación alcanzan a los propietarios de los comunes centros de
transformación en intemperie sobre postes, que pueden sustituir la habitual caseta con foso, celdas
de acometida, protección, salida y armario de contadores —con el equipo apropiado para Alta
Tensión—, por un diseño equivalente pero mucho más sencillo y barato, que sólo exige el soporte,
protecciones fusibles en el poste anterior y salida y contadores —para Baja Tensión— en el pie del
apoyo.
Las condiciones para acogerse a esta posibilidad son:
1. Recibir el suministro en Alta Tensión y contratar una tarifa de Alta Tensión, bien del
tipo 1.x, 2.x, 3.x o incluso para riego del tipo R.x.
2. Contar con un transformador de potencia no superior a 50kVA sin más condiciones, o
incluso superior con tal que responda al diseño ilustrado en instalación intemperie
sobre apoyo y la tensión de suministro sea inferior a 36kV.
3. Carecer de contadores en el lado de Alta Tensión.

Aspecto exterior y diseño de un centro de transformación a la intemperie sobre apoyo.


Fuente: Unión Eléctrica Fenosa S.A.
Cuando así ocurre, la facturación se realiza en Alta Tensión a partir de los datos medidos en Baja
Tensión, incrementando las medidas en un porcentaje fijo para tener en cuenta las pérdidas del
transformador. Así, y teniendo en cuenta que las pérdidas se producen tanto con el transformador
trabajando en vacío como en cualquier condición de carga, se añade un tanto fijo a la potencia y la
energía medida, y se recargan ambas en función de las propias medidas. En concreto:
a) La energía se incrementa en 6kWh por cada kVA de potencia nominal del

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transformador y mes facturado.


b) Además, la energía medida —sin el incremento anterior— se incrementa un 4%.
c) La potencia medida por los maxímetros o la nominal del ICP se incrementa en un 4%.
d) Además, la potencia así obtenida es considerada como potencia registrada por los
aparatos de medida, y así se introduce en el algoritmo característico del modo de
facturación 2 —vid. págs. 102 y ss.—, que es el paso previo para obtener siempre la
potencia base de facturación. De forma que si el valor de partida no sobrepasa el
105% de la potencia contratada, pero incrementado un 4% sí, será este segundo
valor el que se considere frente al 105%, y la penalización obtenida será superior al
4%.
La norma guarda silencio en cuanto a qué hacer con la lectura del contador de energía reactiva, pero
las dos eléctricas contrastadas, Iberdrola y Unión Eléctrica Fenosa, respetan el valor del contador,
que es el que utilizan para obtener el factor de potencia de la instalación.
Igual ocurre respecto del reparto de las pérdidas entre los períodos en que se divide el consumo total
según el tipo de discriminación horaria aplicable. Ante el silencio de la Tarifa vigente, hay dos
soluciones posibles:
a) Repartir las pérdidas proporcionalmente al tiempo que ocupa cada período en
relación con el día o con la semana. Es la mejor manera de distribuir las pérdidas que
no dependen de la carga que el transformador soporta en cada momento —las
derivadas de las corrientes de magnetización, por ejemplo—, pero se ignoran las que
sí dependen de ella, que se producen en los períodos en que aumenta la solicitación
del transformador.
b) Repartir las pérdidas de forma proporcional al consumo registrado en cada período
por el contador multitarifa. De esta forma se distribuyen convenientemente las que
son función directa de la intensidad del secundario —proporcional a la carga—,
aunque se ignoran las fijas, más importantes si el transformador trabaja
habitualmente muy por debajo de su potencia nominal, o durante poco tiempo, o
ambas cosas a la vez —lo que es lo más frecuente, según nuestras
comprobaciones—.
No hemos recibido ninguna aclaración precisa en ninguna de las oficinas de las eléctricas
consultadas. De los ejemplos de facturación manejados se desprende una práctica errática,
aparentemente indefinida, que quizá prefiera el método b) al a) especialmente en Iberdrola S.A., si
bien ha habido casos en los que nos ha resultado imposible obtener el mismo resultado tras el
prorrateo que en las facturas estudiadas. La razón aducida por el personal de la empresa no es
consistente: en principio, parece que su método de cálculo considera con precisión la fracción de mes
que el número de días facturados —frente a una media de 30 o quizá 31 por mes— representa, y así
las pérdidas de 6 kWh/(kVA mes) no ofrecen siempre el mismo valor aunque la potencia aparente del
transformador sea fija. Pero esto no puede ser cierto, porque invariablemente la propia factura indica
la cifra de pérdidas prorrateadas, que siempre coincide con las debidas a 1 mes exacto. Lo cierto es
la manera en que esas empresas efectúan este prorrateo sigue siendo un misterio para nosotros.
En este trabajo creemos preferible adoptar el método a). Las razones para elegirlo son:
1. De índole práctica. Las diferencias entre uno y otro método no son nunca grandes,
pero siempre beneficia al cliente el método a) frente al b), ya que las pérdidas
asignadas con el primero a los períodos valle —más baratos— son algo mayores,
reduciéndose las asignadas a los períodos punta.
2. Por la baja utilización del transformador que hacen la mayoría de los propietarios de
las PyMEs, de forma que las pérdidas fijas o no dependientes de la carga que
soporta resultan más importantes que las variables. Esto ocurre así, por un lado, a
causa del exagerado sobredimensionamiento de casi todos los transformadores
observados, en comparación con la potencia registrada por el maxímetro e, incluso,
con la potencia instalada —considerando además un coeficiente de simultaneidad de
1’00—. Y, por otro lado, a causa de los relativamente bajos consumos de las PyMEs,
que hacen suponer que los transformadores permanecen prácticamente ociosos la

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mayor parte del tiempo —dato corroborado por la enorme longevidad alcanzada por
muchos de ellos todavía en servicio—.
Con el método a), por último, las diferencias respecto de la facturación real emitida por las eléctricas
estudiadas nunca va más allá de un 10% en cuanto a la cifra final de energía a la que se aplica el
Complemento por discriminación horaria, lo que se traduce en una diferencia no superior al 0’6% en
el importe total de las facturas reales analizadas.
El siguiente ejemplo ilustra el método de cálculo de una factura típica de una explotación agraria de
mediano tamaño que cuenta con transformador propio en intemperie sobre postes. Este tipo de
explotaciones, normalmente familiares, goza de gran flexibilidad a la hora de programar sus
actividades, de forma que consiguen un control adecuado sobre la distribución en el tiempo de su
consumo —lo que las hace ideales para los tipos 3 y 4 de discriminación horaria, triple tarifa—.

EJEMPLO 2: [Los precios no son actuales]

Supongamos un abonado a la tarifa 1.1 con un transformador de 160kVA a la intemperie sobre


postes. Los demás parámetros y medidas del suministro son:
- Modo de facturación 2: Un maxímetro instalado
- Potencia contratada: 100kW
- DH tipo 3 A: Triple tarifa sin días especiales
- Lecturas contadores:
- Maxímetro: 102’75 kW
- Punta: 3.000 kWh
- Llano: 5.000 kWh
- Valle: 11.000 kWh
- Reactiva: 22.000 kVArh
- Alquileres: 13,05 !/mes
- Meses facturados: 1 mes
a) Término de potencia:
La potencia base de facturación se obtiene a partir de la lectura del maxímetro incrementada un 4%,
es decir,
PR = 102’75 x 1’04 = 106’86 kW
Aplicando el algoritmo del modo de facturación 2, y dado que PR supera el 105% de la potencia
contratada PC —lo que no ocurriría sin el recargo del 4% debido al transformador—, la potencia a
facturar resulta ser:

( ) ( )
PF = PR + 2 PR ! 1'05PC = 106 '86 + 2 106 '86 ! 1'05 " 100 = 106 '86 + 3 '72 = 110 '58 kW

Es un incremento respecto de la lectura del maxímetro de


110 '58 " 102 '75
!% =
102 '75
# 100 = 7 ' 62% ( > 4%)
El término de potencia es
Pr ecio
Término de Potencia meses
= !" ! %! = 110 '58 ! 1,80 ! 1 = 199,04 !
potencia facturada $ ' facturados
# kW mes &

b) Término de energía
La energía facturada es la suma de las lecturas parciales del contador de triple tarifa para los tres
períodos incrementada un 4%, más las pérdidas del transformador —6 kWh por kVA y mes—, es
decir,

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( )
CT = 1'04 C1 + C2 + C3 + 6 ! 160 ! 1 =
= 1'04 ( 3.000 + 5.000 + 11.000 ) + 960 = 20.720 kWh

El término de energía resulta ser

Término de Energía Pr ecio


energía
=
facturada
(kWh) ! !
kWh ( )
= 20.720 ! 0,06042 = 1.251,90 !

c) Complemento por energía reactiva


Se calcula a partir de la lectura del contador de energía reactiva y el valor de la energía utilizado en el
término de energía, que ya tiene en cuenta los incrementos debidos a las pérdidas de transformación.
El factor de potencia y el recargo resultan ser:

CT 20.720
cos ! = = = 0 ' 69
C +C
2
T
2
R
20.720 2 + 22.000 2

17 17
Kr(%) = " 21 = " 21 = 14 '7; 47% > 14 '7% > "4%
cos !
2
0 ' 69 2

Luego el Complemento queda:

Complemento por ! Término de Término de $


= + ' Kr(%) =
energía reactiva #" potencia energía &%
14 '7
(
= 199,04 + 1.251,90 ' ) 100
= 213,29 !

d) Complemento por discriminación horaria


De acuerdo con la expresión general

Complemento ! K $
= Te ' # Ci i &
DH i " 100 %

tenemos en este caso que el precio del kilovatio hora relevante a efectos de discriminación horaria es
el correspondiente a la tarifa 2.x, siendo x=1 porque el abonado está acogido a la tarifa 1.1 —
suministro a tensión superior a 1 kV e inferior a 36 kV—. Luego Te=0,05512 !/kWh, precio de la
energía bajo la tarifa 2.1.
El sumatorio tiene, en este caso, una formulación ligeramente distinta, porque hay que proceder al
reparto de las pérdidas del transformador C TRF de forma proporcional al tiempo que ocupa cada
período a lo largo del día. En este caso —triple tarifa A—, son 4 horas diarias de punta, 12 de llano y
8 de valle, luego

Complemento ! K $
= Te ' # Ci i & =
DH i " 100 %
(" 4 % K1 " 12 % K 2 " 8 % K3 +
= Te *$ C1 ! 1'04 + CTRF ' + $ C2 ! 1'04 + CTRF ' + $ C3 ! 1'04 + CTRF '& 100 - =
)# 24 & 100 # 24 & 100 # 24 ,
# 70 0 "43 &
(
= 9 '15 % 3.000 ! 1'04 + 160 )
100
(
+ 5.000 ! 1'04 + 480
100
) (
+ 11.000 ! 1'04 + 320
100 ('
= )
$
= !2.760 '8 " 0,05512 = !152,18 !

e) Impuestos y total
El Impuesto sobre la Electricidad es

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Impuesto sobre " Término Término Compl. Compl.%


= 4 '864% ! $ + + + ! 1'05113 =
la electricidad # potencia energía reactiva DH '&
4 '864
= ! 1.512,05 ! 1'05113 = 77,31 !
100

El alquiler de los aparatos de medida vale 13,05 !.


El Impuesto sobre el Valor Añadido es

" Término Término Compl. Compl. Impto. %


IVA = 0 '16% ! $ + + + + + Alquileres ' =
# potencia energía reactiva DH electr. &
= 0 '16 ! 1.602,41= 256,39 !
Lo que hace un total de
Término Término Compl. Compl. Impto.
Total = + + + + + Alquileres + IVA =
potencia energía reactiva DH electr.
= 199,04 + 1.251,90 + 213,29 ! 152,18 + 77,31+ 13,05 + 256,39 = 1.858,80 !

El precio medio de los alquileres de los contadores considerando no solo el precio del propio equipo
sino también los costes asociados a su instalación y verificación así como a la operación y el
mantenimiento son los siguientes:

ALQUILERES 2007
Euros /mes
a) Contadores simple tarifa:
Energía Activa
Monofásicos:
Tarifa 1.0 0,47
Resto 0,54
Trifásicos o doble monofásicos 1,53

Energía Reactiva
Monofásicos: 0,72
Trifásicos o doble monofásicos 1,71

b) Contadores discriminación horaria:


Monofásicos (doble tarifa) 1,11
Trifásicos o doble monofásicos (doble tarifa) 2,22
Trifásicos o doble monofásicos (triple tarifa) 2,79
Contactor 0,15
Servicio de reloj de conmutador 0,91

c) Interruptor de control de potencia por polo 0,03

Para el resto de aparatos y equipos auxiliares de medida y control, el canon de alquiler se determinará
aplicando una tasa del 1,125 por 100 mensual al precio medio de los mismos considerando no solo el
precio del propio equipo sino también los costes asociados a su instalación y verificación así como a la
operación y el mantenimiento, siendo este porcentaje aplicable igualmente a los equipos de medida para
consumidores cualificados y otros agentes del mercado.

2.5.2 Corrección obligatoria del factor de potencia de una instalación


Otra de las especialidades de la Tarifa eléctrica que es conveniente señalar se refiere a aquellas
circunstancias en las que la norma obliga a los propietarios de las instalaciones de consumo a
corregir el factor de potencia de su instalación, con el fin de disminuir o eliminar las perturbaciones
que se estén causando en la red de distribución próxima o, incluso, en la general de transporte

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nacional. A continuación se abordan, por separado, las condiciones legales bajo las que resulta
exigible cualquiera de esas dos obligaciones.

2.5.2.1 Corrección obligatoria del factor de potencia inductivo


La corrección del factor de potencia de una instalación se impulsa desde la Tarifa a través del el
recargo que se aplica sobre la facturación básica, que de por sí suele bastar para que el abonado
considere invertir en medidas correctoras mucho antes de que se sufran perturbaciones en otros
puntos de la red. El propietario de una PyME seguramente amortizará su desembolso en un período
razonable, que entra dentro de la categoría de corto y medio plazo en la escala que suelen adoptar
los pequeños y medianos empresarios —los plazos de amortización que hemos conocido nunca
superan los 2’5 años, siendo más común un plazo de 1’5 años aproximadamente—.
La corrección obligatoria puede ser impuesta por la Administración cuando se compruebe que el
factor de potencia es inferior a 0’55 —art. 7.2.2 OTE— y el abonado, tras ser requerido para su
mejora, no proceda a ello. En dicho caso, el Organismo competente puede declarar aplicables
recargos e incluso ordenar la suspensión del suministro en tanto no se mejore la instalación en la
medida precisa.
Sin embargo, no son nada frecuentes los casos en los que el factor de potencia resulta tan bajo: el
mercado ofrece soluciones a buen precio que, con la penalización de hasta el 47%, se amortizan con
el ahorro en la factura más rápidamente si cabe cuanto mayor es el recargo ahorrado. La solución
típica suele consistir en la colocación de baterías de condensadores en paralelo con toda la
instalación, frecuentemente dotadas de automatismos que corrigen selectivamente el factor de
potencia, activando sucesivos escalones de condensadores a medida que son necesarios para
mantener el cos ! en torno al 0’95 aproximadamente. Cuando la instalación ofrece un pésimo factor
de potencia, la mejora conseguida con pocos condensadores suele ser más que suficiente para
amortizarlos en menos de un año, ya que en esa zona de bajos cos ! la curva del recargo es
considerablemente vertical. Lograr mayores factores de potencia, próximos a 1’00, requiere mayor
inversión, y la menor pendiente de la curva fuerza mayores plazos de amortización, que no siempre
son considerados convenientes por los propietarios de las PyMEs. En consecuencia, el factor de
potencia suele ajustarse hacia el 0’90-0’95, y los plazos de amortización son inferiores a 2’5 años.

2.5.2.2 Corrección obligatoria del factor de potencia capacitivo


La corrección de los efectos de potencia capacitivos es objeto de tratamiento diferenciado por la
Tarifa vigente, ya que no está previsto recargo alguno sobre el consumidor que los causa. Ni siquiera
parece posible establecer tal recargo, dadas las características constructivas de los contadores de
energía reactiva instalados por todo el país. Dichos contadores no son sensibles a factores de
potencia negativos, ni los señalan ni los registran y, desde luego, no “corren para atrás”.
El art. 7.2.3 OTE establece que cuando la instalación de un abonado produzca efectos capacitivos
que den lugar a perturbaciones en la red de suministro o transporte, cualquier afectado por las
perturbaciones podrá ponerlo en conocimiento del organismo competente —la delegación de
Industria de la Comunidad Autónoma correspondiente— el cual, previo estudio de aquéllas, recabará
del abonado su corrección y fijará un plazo para ello. En caso de que no lo hiciera, se le aplicarán las
medidas pertinentes, que pueden incluir la suspensión del suministro.
Así pues, para que un abonado se vea obligado a corregir su factor de potencia capacitivo, tiene que
ocurrir lo siguiente:
1. Su instalación debe tener un factor de potencia capacitivo, es decir, negativo.
2. Deben producirse perturbaciones de cualquier tipo, aunque siempre apreciables, en
la red de distribución a la que se conecta su instalación, o bien en la red general de
transporte.
3. Al menos un afectado por dichas perturbaciones debe ponerlas en conocimiento de
la Delegación de Industria territorialmente competente —probablemente lo hará la
compañía distribuidora—.
4. Debe aislarse inequívocamente la causa de las perturbaciones, y coincidir dicha

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causa con el factor de potencia capacitivo de la instalación del imputado. A tal efecto,
el art. 8.4.3. OTE prevé la colocación de contadores o maxímetros para la medida de
la energía reactiva capacitiva por parte de la empresa distribuidora, cuyas lecturas no
se tendrán en cuenta a la hora de facturar el Complemento por energía reactiva.
5. Debe requerirse al abonado para su corrección en un plazo conveniente, y éste no
debe proceder a solucionar el problema.
6. Si se trata de un abonado que recibe su suministro en Alta Tensión, puede forzar, no
obstante, a la empresa distribuidora a concluir un acuerdo particular con él al
respecto —según se desprende del art. 7.2.6 OTE que se comenta más abajo—.
Las condiciones anteriores parecen estar diseñadas pensando en grandes consumidores, pues no es
probable que los pequeños y medianos abonados puedan incurrir en perturbaciones apreciables a la
red de distribución y menos a la de transporte. Ni siquiera sería de aplicación lo previsto en el caso
de que muchos abonados geográficamente próximos —un conjunto de pequeños empresarios de un
polígono industrial, por ejemplo— ofrecieran individualmente factores de potencia capacitivos, ya que
la causa de las perturbaciones apreciables nunca sería uno de ellos —sino todos en conjunto—, y la
norma habla en singular, se refiere a un abonado en concreto, y a las perturbaciones apreciables
denunciadas por algún afectado por su causa.
El art. 7.2.6 OTE abunda más en esta cuestión, con el objeto de ofrecer una solución al problema
frecuente de líneas de distribución que se vuelven fuertemente capacitivas por la noche, cuando no
soportan carga porque los abonados a que abastece no demandan energía. Dice este artículo que
las empresas eléctricas podrán acordar con sus abonados en alta tensión, individual o colectivamente
para una zona determinada, la desconexión total o parcial de sus equipos de corrección de energía
reactiva y del contador de la misma durante las horas valle, y la fijación del complemento por energía
reactiva a aplicar en estos casos, previa conformidad de la Dirección General de la Energía.
Es, a nuestro juicio, una manera de afrontar la posibilidad de que los equipos de corrección del factor
de potencia no sean selectivos, esto es, que las baterías de condensadores no estén dotadas de
automatismos que las desconecten cuando no son necesarias. La instalación de condensadores fijos
no está, pues, prohibida.

2.5.3 Cambio de hora y discriminación horaria


Uno de los detalles que más importancia presenta a la hora de racionalizar el consumo de energía en
función del tipo de discriminación horaria acogido, y que en principio parece del todo irrelevante por
trivial, es el cambio de hora oficial que se produce todos los años al principio del otoño y de la
primavera.
Desde luego, sí es evidente el tratamiento que tal fenómeno recibe en la Tarifa eléctrica a propósito
de la discriminación horaria tipo 0 —tarifa nocturna—: el art. 7.1.4 OTE establece que se
considerarán como horas valle en todas las Zonas de 23 a 7h en horario de invierno y de 0 a 8h en
horario de verano, produciéndose los cambios de horario de invierno a verano o viceversa el día del
cambio oficial de hora —cfr. art. 7.1.1. OTE—. La conveniencia de esta distribución a lo largo del año
se pone de relieve al conocer el funcionamiento de los instrumentos que hacen posible el registro de
la energía diurna y nocturna, en las decenas de miles de hogares en los que se aplica esta
configuración tarifaria. Junto al contador de doble tarifa, y usualmente uno por cada comunidad de
vecinos, se coloca un reloj conmutador mecánico, con dos señales ajustadas a las 23h y las 7h,
puesto en hora según el horario de invierno —no hemos visto relojes de este tipo funcionando con el
horario de verano, aunque sí los más modernos de tipo digital—. Cuando el mecanismo
correspondiente topa con una señal, envía el impulso adecuado a los contadores que activan un
registro y desactivan el otro, produciéndose así el cambio entre horas diurnas y nocturnas —la misma
señal es aprovechada por los interruptores que puentean los ICPs de los abonados en sus cuadros
de protección, para permitir el incremento de potencia disponible descrito a propósito del Tipo 0 en la
pág. 110—. Con el adelanto de hora en verano, la señal de las 23h es encontrada por el mecanismo
a las 0h, y la señal colocada a las 7h topa con el mecanismo a las 8h. De ahí que la tarifa nocturna
modifique su patrón en invierno y verano, porque así no es necesario que ningún empleado de la
compañía eléctrica pase moviendo las señales reloj por reloj un par de veces al año. Y, en efecto, el
cambio de patrón de la tarifa nocturna coincide exactamente con el cambio oficial de hora.

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Algo parecido ocurre en relación con los abonados acogidos al tipo 2 de discriminación horaria —
doble tarifa—, que requiere también un contador de doble tarifa y un reloj conmutador, con señales
puestas a las 9h y las 13h y funcionando siempre de acuerdo con el horario de invierno: sin
necesidad de ajustes en el reloj, el sistema marca siempre los patrones correctos de este tipo 2, es
decir, hora punta de las 9 a las 13h en invierno y de las 10 a las 14h en verano, y llano-valle el resto
del tiempo. De nuevo, el cambio oficial de hora marca inevitable y rigurosamente la alternancia de
patrones de discriminación invierno-verano y viceversa.
Pero la fecha del cambio oficial no tiene el mismo valor para los abonados acogidos al resto de
sistemas de discriminación horaria: realmente, no tiene ningún valor para ellos, a pesar de la
rotundidad con que se expresa el art. 7.1.1 OTE citado. En efecto, las alteraciones de los patrones de
discriminación correspondientes al invierno y al verano impide ajustar los relojes de una única
manera, dejando que el cambio de hora haga el resto. Tal afirmación puede comprobarse enseguida
comparando ambos patrones en las figuras de los tipos 3, 4 y 5 —págs. 111, 112 y 112
respectivamente—: de momento, las horas punta se sitúan por la mañana en invierno y por la tarde
en verano —la única excepción son los dos modos de triple tarifa en las Zonas 5, 6 y 7, no
representadas, que corresponden a Baleares, Canarias y Ceuta y Melilla respectivamente, donde las
configuraciones invierno y verano tienen una hora justa de atraso o adelanto respectivamente—. Esta
circunstancia obliga al pequeño y mediano empresario a estar pendiente de la visita del empleado de
la compañía eléctrica, que con posterioridad al cambio de hora pasará modificando las señales
mecánicas de ajuste del reloj, siendo a partir de esa visita cuando el cambio de hora tiene lugar, y no
cuando dice el art. 7.1.1 OTE, a la vez que el cambio oficial.
Teniendo en cuenta que normalmente los equipos son propiedad de la compañía eléctrica y se usan
en régimen de alquiler, es aconsejable, si la compañía eléctrica ofrece la posibilidad, instalar
modernos equipos de discriminación digitales, sensibles a señales remotas de cambio de patrón, que
liberan al empresario preocupado por racionalizar su consumo de prestar atención a sus contadores
dos veces al año.

2.5.4 Suministros de temporada


A efectos de aplicación de las tarifas generales 3.0, 4.0 y 1.x, 2.x, 3.x, se considerarán como
suministros de temporada, dice el art. 5.2 OTE, los de duración inferior a doce meses de forma
repetitiva anualmente, forma que ha de hacerse constar en el contrato o póliza de abono.
Los titulares que se acojan a esta modalidad especial de aplicación de las tarifas citadas —únicas a
las que afecta, no a las de riego R.x— deberán atenerse a las siguientes alteraciones respecto de las
fórmulas de cálculo y condiciones habituales:
1. Término de potencia: se incrementará un 100% durante los meses de la temporada
alta, y un 50% el resto de los meses que se consuma energía. Por el resto no se pagará
término de potencia.
2. Complemento por energía reactiva: en lugar de pagarse sólo sobre la facturación
básica, se pagará sobre ésta más los aumentos citados en el punto 1.
3. No se podrá elegir el modo 5 de discriminación horaria estacional, ni tampoco los
correlativos modo 5 de facturación ni complemento por estacionalidad. Tampoco procede el
complemento por interrumpibilidad.

2.6 El principio de la libre elección de Tarifa y los costes asociados


La Tarifa eléctrica consagra el principio de libertad de elección, dentro de las posibles
configuraciones establecidas en la OTE de 1995, que otorga a todo abonado la facultad de elegir la
tarifa y el sistema de complementos que estime más conveniente a sus intereses. En concreto, el art.
4.3 OTE comienza diciendo:
“…Todo abonado podrá elegir la tarifa y el sistema de complementos que estime más
conveniente a sus intereses entre los oficialmente autorizados para el suministro de energía
que el mismo desee demandar, siempre que cumpla las condiciones establecidas en la
presente Orden…”

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Las condiciones a que alude son, por supuesto, las que establecen cada tarifa y los complementos
que puede llevar, que ya se han expuesto en páginas anteriores. Pero además hay otras que limitan
esta libertad, aparte del coste que la mayoría de las elecciones y modificaciones de la configuración
ya adoptada conllevan. A continuación se analizan, por este orden, los límites a la libertad de opción
y modificación de los parámetros contratados, y el coste de cada opción.

2.6.1 Libertad de opción y de modificación de la Tarifa contratada


Las principales condiciones a que debe someterse la opción de un abonado son, como ya se ha
señalado, las derivadas de las definiciones de las propias tarifas y sus complementos, de forma que
no es posible solicitar ni acogerse a una configuración no prevista en la Tarifa.
El resto de condiciones aparecen en varios lugares de la OTE, por lo que nos ha parecido
conveniente resumirlas aquí. Se ha prescindido de las que afectan particularmente a configuraciones
no consideradas, por no estar al alcance de las PyMEs.

2.6.1.1 Cambios sucesivos en el tiempo


La libertad de elección del abonado tiene un límite temporal recogido en el art. 4.3 OTE: el cliente que
haya cambiado voluntariamente de Tarifa no puede exigir un nuevo cambio hasta que no transcurran,
como mínimo, 12 meses desde el anterior. Por cambio de Tarifa se entiende la alteración de los
parámetros de su contrato, desde la tarifa propiamente dicha hasta el tipo de discriminación horaria,
pasando por el modo de facturación e incluso la modificación de la potencia contratada. Esta
condición también aparece en el modelo de póliza de abono —cláusula 2ª— y en el art. 82 del
Reglamento de Verificaciones Eléctricas —VER—.
La razón de esta disposición se encuentra en la necesidad de impedir solicitudes de variación de
contrato por motivos estacionales o coyunturales: elevación de potencia en verano —vacaciones— y
disminución el resto del año, altas y bajas en la producción que aconsejan cambios de tarifa
temporales, actividades agrícolas de periodicidad anual, etc. Para satisfacer muchas de estas
necesidades ya se cuenta con los contratos para suministros de temporada —vid. “Suministros de
temporada”, pág. 122—.
Esta limitación cede, por supuesto, cuando la empresa suministradora accede voluntariamente a
conceder los cambios solicitados, actitud que, por cierto, parece ser la tónica general de las eléctricas
abordadas por nosotros. Especialmente ocurre así cuando, por ejemplo, una empresa está en
proceso de reformas y ampliaciones sucesivas, o cae en suspensión de pagos y sale de ella, o es
víctima de imprevistos ajenos a su voluntad, etc. Al final, como la propia norma indica, es la voluntad
de la compañía eléctrica la que determina la posibilidad de cambios próximos en el tiempo,
funcionando la cláusula del art. 4.3 OTE como protección frente a los abusos de los abonados.

2.6.1.2 Elección de la potencia contratada


Como principio general, los abonados podrán elegir la potencia que desean contratar, debiendo
ajustarse, en su caso, a los escalones de intensidad correspondientes a los aparatos de control
normalizados, cuya elección también les corresponde libremente —art. 8.2.1 OTE—. Las empresas
suministradoras están obligadas a modificar la potencia contractual para ajustarla a la demanda
máxima que soliciten los abonados, salvo que por circunstancias especiales se requiera la
autorización de la Dirección General de la Energía —no procede en el caso de las PyMEs—.
La elección de la potencia adecuada a las necesidades del abonado es una cuestión muy delicada
pues condiciona en gran medida el óptimo de las condiciones tarifarias en cada caso concreto. Las
indicaciones de los coeficientes de simultaneidad usualmente utilizados no son más que una burda
aproximación, en la mayoría de los casos, que suele situar la cifra del contrato muy por encima de la
realmente adecuada —los coeficientes cumplen otras funciones, no la de determinar la potencia
contratada—.
En instalaciones provistas de maxímetro bastará esperar a recibir su primera lectura mensual para
identificar, con más seguridad, la cifra idónea a efectos de señalar la potencia a contratar.
Obviamente, no es posible contratar “a prueba” bajo las condiciones de la Tarifa eléctrica, por lo que
inicialmente habrá que suscribir una póliza de abono indicando algún valor. Sin embargo, conviene

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tener presente dos cosas:


1. Cualquiera que sea el valor que se indique, generará la obligación de pagar unos
derechos a la empresa suministradora, que irán en función de la cifra señalada —vid.
“Ampliaciones de potencia contratada”, pág. 127 y ss.—.
2. La modificación de la potencia contratada se asimila a un cambio de tarifa y, en
consecuencia, está sometida a la limitación temporal, facultativa para la compañía
eléctrica, de 12 meses —art. 4.3 OTE, vid. pág. 123—.
Lo ideal es, pues, acordar con la empresa suministradora una cifra de potencia normalmente
pequeña, desde luego inferior a la estimada a partir de los índices de simultaneidad habituales,
contando de antemano con la certeza de que se podrá elevar, al cabo de un mes o dos, a su posición
definitiva, pagando en dos veces los derechos que correspondan por las sucesivas ampliaciones.
Como se verá —pág. 127 y ss.—, las ampliaciones reiteradas resultan algo más caras que contratar
el importe final de una sola vez, pero la diferencia se compensa enseguida gracias al despilfarro
evitado en el término de potencia de cada factura mensual.

2.6.2 Derechos de acometida, verificación y enganche


La contratación del suministro según Tarifas, o la variación de la configuración tarifaria ya contratada,
a menudo conllevan la obligación de hacer frente al pago de determinados derechos regulados por la
ley. Se habla, en este contexto, de los derechos de acometida, enganche y verificación, que son los
importes que deben abonarse a las compañías distribuidoras por diversos motivos cuando se
producen altas o variaciones en las condiciones del suministro. Su definición y ámbito de aplicación
se establecen en el Real Decreto 1955/2000, de 1 de diciembre, por el que se regulan las actividades
de transporte, distribución, comercialización y suministro, y los procedimientos de autorización de
instalaciones de energía eléctrica, BOE 310, de 27 de diciembre de 2000. A continuación se analiza
el alcance de esta norma -arts. 43 a 51- en conjunción con la OTE de 1995.

2.6.2.1 Definiciones
El Real Decreto por el que se regulan las actividades de transporte, distribución, comercialización y
suministro, y los procedimientos de autorización de instalaciones de energía eléctrica —en adelante
RD 1955/2000—, distingue entre dos tipos de costes a los que el solicitante y la empresa
distribuidora que proporciona la conexión deben hacer frente cuando se contrata un nuevo suministro
o se amplía la potencia en uno preexistente: por un lado, el de extensión y/o ampliación de la
infraestructura existente para procurar el nuevo servicio; por otro, el de provisión y/o ampliación de la
capacidad necesaria en el sistema para satisfacer la nueva demanda. Ambos costes son enfocados
por el RD 1955/2000 desde el punto de vista de la inversión en equipamiento e infraestructura que
significan, distinguiendo entonces:
1. Inversiones de extensión —art. 44 RD 1955/2000—: son las correspondientes a las
instalaciones que es preciso realizar, a partir de las instalaciones existentes, para
atender un nuevo suministro o ampliar alguno preexistente.
2. Inversiones de acceso —art. 44 RD 1955/2000—: son las que corresponden
proporcionalmente al valor de la parte de las instalaciones eléctricas existentes
excluidas las de generación, que son utilizadas por un nuevo suministro, o por la
ampliación de uno preexistente.
En otras palabras, al solicitar una nueva alta o una ampliación de potencia debe hacerse frente al
coste de la nueva infraestructura que sea preciso crear, a partir de la existente —extensión—, y debe
compartirse el coste de mantener esa infraestructura existente en funcionamiento —
responsabilidad—.
También el RD 1955/2000 especifica cuándo se generan exactamente dichos costes y otros
relacionados, quién incurre en ellos y quién debe percibir su compensación, mediante la definición de
los llamados derechos de acometida, enganche y verificación:
3. Derechos de acometida —art. 44 RD 1955/2000—: son las compensaciones
económicas que deben recibir las empresas eléctricas por las actuaciones de

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extensión y de acceso necesarias para hacer posibles los nuevos suministros o las
ampliaciones de los ya existentes en las condiciones reglamentarias establecidas.
4. Derechos de enganche —art. 50 RD 1955/2000—: son los derechos que perciben las
empresas eléctricas por realizar el enganche, es decir, por conectar la acometida con
las instalaciones de la empresa eléctrica y dar servicio eléctrico.
5. Derechos de verificación —art. 50 RD 1955/2000—: son las percepciones
económicas que deben recibir las empresas eléctricas por la ejecución de las
verificaciones de la nueva instalación o de la instalación ampliada, según lo exigido
en el Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión.

2.6.2.2 Contenido e importe de los derechos de acometida


Los derechos de acometida son los derechos de extensión más los derechos de responsabilidad que
deben percibir las compañías eléctricas por atender la solicitud de nueva alta o ampliación de un
suministro preexistente. No incluyen los derechos por verificaciones ni por el enganche propiamente
dicho, sino sólo por instalar y/o adecuar la infraestructura necesaria para ello. Quien debe abonarlos
es generalmente el solicitante, aunque hay algunas especialidades al respecto que se detallan
enseguida.
El RD 1955/20000 distingue, a la hora de establecer el importe de estos derechos, según se trate de
suministros en Baja o Alta Tensión, y establece los precios pormenorizados y quiénes —y en qué
cuantía— están obligados a pagarlos. Será luego la OTE de 1995 y las sucesivas actualizaciones
anuales de los precios de la Tarifa las que modifiquen estos precios.
b.1) Baja tensión
En el supuesto de solicitar el alta para un edificio de viviendas, por ejemplo, el promotor-constructor
paga los derechos de extensión (!/kW), y los propietarios los derechos de acceso al darse de alta
como abonados (!/kW), siempre que no contraten más de lo previsto por el constructor, en cuyo caso
pagarían todo por el exceso.
Si el coste de acometida total superase la cantidad de 4’5 veces los derechos de extensión más los
de responsabilidad, se aplicarán las reglas especiales del RD 19955/2000 —que implican cierta
modificación en la valoración de los derechos de responsabilidad, y se cargará buena parte del coste
al constructor-promotor de la acometida, aunque el futuro abonado seguirá pagando los derechos de
responsabilidad normales.
Si se trata del suministro en Baja Tensión a una nueva nave industrial, establecimiento o local,
coincide probablemente el constructor-promotor con el futuro propietario-abonado, en cuyo caso éste
hará frente a los derechos de ambos, calculados según las reglas anteriores.
b.2) Alta tensión
El promotor que solicita la acometida pagará los derechos de extensión, y los futuros abonados los
derechos de responsabilidad cuando se vayan dando de alta, según el escalón de tensión a la que
reciba su suministro.
Cuando las inversiones de extensión sobrepasen, en !/kW, cuatro veces el baremo de extensión
correspondiente, el solicitante correrá con el coste salvo tres veces el baremo, que asume la
compañía eléctrica, a no ser que las instalaciones queden en propiedad del solicitante, que correría
con todos los gastos. El abonado final pagará en su día los derechos de responsabilidad, salvo que
contrate más potencia que la prevista por el solicitante, en cuyo caso pagaría el total de la acometida
por el exceso.

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2.6.2.3 Contenido e importe de los derechos de enganche


Según el RD 1955/2000, corresponde pagar por la conexión efectiva de la nueva acometida o su
ampliación a la instalación receptora, a los abonados nuevos que no hayan hecho frente a los gastos
de acometida correspondientes a la tensión y potencia de suministro, es decir, abonados distintos de
los promotores de la acometida. Cuando se trata de un suministro a un solo abonado, promovido por

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él, se entiende que ya participó económicamente en los gastos de acometida correspondientes, y no


tendrá que pagar por el enganche.
Darán lugar al pago de derechos de enganche, aparte de los suministros a nuevos abonados en
instalaciones existentes, las variaciones de tensión, las ampliaciones de potencia si no se había
reducido ésta hace poco tiempo —ver más adelante—, y, en general, todos aquellos casos que
exijan la intervención del personal de la empresa en el equipo de medida.
El importe de estos derechos depende de la potencia contratada para la instalación —si hubiera
varias, de la mayor—, pero no de la ampliación si de ello se tratara —el valor de referencia es el total
de la nueva potencia contratada—, y de la tensión de suministro.

2.6.2.4 Derechos de verificación


Los derechos que cobran las compañías eléctricas por verificación de instalaciones vienen regulados
en el art. 50 RD 1955/2000, el cual también distingue en función de la tensión del suministro:
d.1) Baja tensión:
Proceden en caso de nuevos suministros, ampliaciones de potencia, cambios de tensión solicitados
por el titular y cambios de titular.
d.2) Alta tensión:
Proceden en caso de nuevos suministros —altas— y ampliaciones que requieran un cambio en los
transformadores de potencia de la instalación del abonado. Se determinan en función del escalón de
tensión a la que se recibe el suministro.
Hay que tener en cuenta que los aumentos de potencia contratada se tramitan como un alta
adicional, sin perjuicio de que en lo sucesivo se haga una sola facturación —art. 4.3 OTE—.

2.6.3 Análisis de situaciones específicas

2.6.3.1 Reducciones de la potencia contratada


Por reducciones de potencia, las empresas eléctricas no podrán cobrar cantidad alguna en concepto
de derechos de enganche, acometida, ni ningún otro a favor de la empresa, salvo los gastos que se
puedan producir por la sustitución o corrección de aparatos de medida o control de la potencia,
cuando ello fuera necesario —art. 4.3 OTE—.

2.6.3.2 Ampliaciones de potencia contratada


Según el art. 4.3 OTE, los aumentos de potencia contratada se tramitarán como un alta adicional.
La modificación de la potencia contratada se considerará cambio de tarifa a los efectos de potestad
de la empresa suministradora de negar nuevos cambios hasta transcurridos 12 meses —art. 4.3
OTE, vid. “Cambios sucesivos en el tiempo”, pág. 123—. Esta condición también aparece en el
modelo de póliza de abono —cláusula 2ª— y en el art. 82 del Reglamento de Verificaciones
Eléctricas.
El importe de los derechos debidos varía en función de la tensión de suministro:
b.1) Alta tensión:
Suponiendo que no haya que realizar cambios en la instalación, y que simplemente se tenga que
elevar la cifra contratada:
- Proceden en principio derechos de acometida, pero limitados al pago de los baremos
de acceso, pues no es necesario realizar obras de extensión para ampliar la
potencia.
Sin embargo, dado que los derechos de acometida originariamente pagados
permanecen adscritos a la instalación durante cinco años tras la primera baja de un
abonado —o la baja de parte de la potencia inicialmente contratada—, si en ese

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plazo se eleva la potencia hasta niveles no superiores a los originales, no habrá que
pagar derechos de acometida.
- No proceden derechos de enganche si el abonado participó económicamente en los
gastos de acometida y no es necesario que intervenga el personal de la empresa en
el equipo de medida.
- Proceden derechos de verificación porque el aumento se tramita como un alta
adicional —art. 4.3 OTE—.
b.2) Baja tensión:
No hay tantas previsiones especiales en el RD 1955/2000 para Baja como para Alta Tensión, por lo
que deben aplicarse las conclusiones anteriores salvando las diferencias:
- Los derechos de acometida quedan adscritos a la instalación sólo por 3 años —no
por 5—.
- Pueden deberse derechos de enganche por la potencia no solicitada en el momento
de la acometida y, desde luego, si hay que cambiar los limitadores, ya que esto
acarrea intervención del personal de la empresa en los equipos de medida en la
mayoría de las veces. Igual si se sustituyen los maxímetros y contadores —que se
usan en régimen de alquiler, por lo que el abonado carece de control sobre la política
del propietario, la compañía eléctrica, acerca de su mantenimiento y sustitución—.
- En Baja Tensión siempre proceden los derechos de verificación.

2.6.3.3 Cambio de tarifa, modo de facturación y/o modo de discriminación horaria


La solicitud de cambio de los parámetros del contrato de suministro —distinto del aumento de
potencia contratada— puede llevar o no aparejada la solicitud de modificación de los aparatos de
medida. Si éstos se mantienen en régimen de alquiler, como es habitual, la mera petición de cambio
de contrato acarrea automáticamente la sustitución de los equipos pertinentes. Es entonces, y por
dicha causa, cuando se generan derechos de pago obligatorio. En concreto:
c.1) Baja tensión:
No se incurre en ningún presupuesto que habilite a la empresa eléctrica a facturar derechos de
acometida, pero sí de enganche, porque su personal debe intervenir en los aparatos de medida.
En cuanto a los derechos de verificación, la cuestión es poco clara, pues las eléctricas tienen
tendencia a cobrarlos siempre que proceden los de enganche, aunque en el caso que contemplamos
ahora no procede hacerlo así. En efecto, los derechos de verificación para instalaciones en Baja
tensión se facturan cuando:
- Se da de alta un nuevo suministro
- Se amplia la potencia contratada
- Ocurren cambios de tensión de suministro solicitados por el titular.
- En caso de cambios de titular.
Realmente se trata de una cantidad pequeña, pero es indudable que su pago no es obligatorio.
c.2) Alta tensión:
De nuevo, tampoco aquí proceden los derechos de acometida, y sí los de enganche, a causa de la
intervención del personal de la empresa en el equipo de medida.
En cuanto a los de verificación, en este caso proceden sólo cuando:
- Se da de alta un nuevo suministro.
- Se efectúan ampliaciones que requieren un cambio en los transformadores de
potencia de la instalación del abonado.
Como en este caso no se produce ninguna circunstancia de las anteriores, no hay aquí tampoco
obligación de pago de los derechos de verificación.

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2.7 Auditorías del suministro eléctrico


El análisis anterior nos prepara suficientemente para auditar con solvencia cualquier facturación por
el suministro eléctrico que recibe una pequeña o mediana empresa acogida a Tarifa.

2.7.1 Método de las auditorías


El método a seguir arranca de la obtención de datos fiables, preferentemente las lecturas de
contadores documentadas en las facturas eléctricas de los últimos doce meses, aunque podría valer
una muestra menor (pero significativa) y, si llegara el caso, mediciones ad hoc obtenidas con un
analizador de red durante varios días al menos.
Como quiera que la facturación eléctrica está siempre adecuadamente archivada a efectos contables,
es generalmente posible obtener los últimos 12 recibos mensuales y anotar los datos de las lecturas
de contador. En adelante consideraremos este caso.
Es conveniente, también, anotar los importes de las distintas partidas facturadas y el total de cada
mes, pues de esta forma se pueden detectar, durante el análisis posterior, los escasos errores de
facturación que se pueden dar. Este es, justamente, el paso siguiente: confirmar los resultados de la
facturación de la empresa suministradora en las condiciones de la tarifa contratada por el abonado.
Para ello resulta muy útil una hoja de cálculo como la que se muestra en la figura adjunta, en la que
se obtienen los resultados de cada factura en las columnas C a N, acumulándose la media y el total
en las columnas O y P. Todo el cálculo se hace a partir de los parámetros introducidos en las casillas
blancas de las filas 6 a 10 y de los datos de facturación. El coste anual sin IVA, obtenido en la fila 36,
se introduce en la casilla O8 para preparar la hoja para la siguiente fase.

Ahora procede ensayar distintas combinaciones de parámetros, elegidos de forma consistente con la
vigente Tarifa eléctrica de las diferentes tarifas aplicables. Cada vez que se modifique un parámetro
la hoja mostrará un nuevo resultado en la celda O9 que, comparado con el valor obtenido en la fase
anterior e introducido en O8, permite estimar la conveniencia del parámetro variado.
Como se ve, el método consiste en simular la facturación de los últimos 12 meses bajo distintas
combinaciones tarifarias, al objeto de encontrar la que hubiera sido más conveniente para ese
período. Después se puede suponer que la instalación va a seguir consumiendo energía al mismo

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ritmo y con el mismo patrón anual, con lo que la mejor combinación de parámetros obtenida
probablemente produzca, en adelante, el ahorro estimado para el año justamente terminado.

2.7.2 Análisis de las combinaciones tarifarias aplicables


Los parámetros que pueden modificarse son los siguientes:
- Potencia contratada, que determina las penalizaciones por exceso o defecto en el término de
potencia. Variando este parámetro se obtiene una curva característica de resultados de la
facturación con un mínimo en el punto de potencia a contratar óptima.
- Tipo de facturación de la potencia, sin maxímetro, con uno, con más de uno. La simulación
de los diferentes modos que contempla este parámetro resulta extremadamente compleja y,
frecuentemente, poco interesante a la vez que inviable, pues el ahorro por este medio exige
que la instalación presente patrones muy definidos y estables de demanda de potencia (no
de energía), que no son frecuentes en la práctica.
- Tarifa eléctrica, que determina el precio de la energía consumida. Solo pueden elegirse
aquellas tarifas consistentes con las condiciones de suministro (escalón de tensión, potencia
contratada, etc.) que no suelen ser más de dos o tres.
- Tipo de discriminación horaria, que fija los descuentos y recargos en función de la
distribución del consumo en el tiempo. Puede resultar complicado analizar los cambios
inducidos por este parámetro porque pueden no estar disponibles los datos de consumo en
los diferentes períodos a considerar (punta, llano, valle). Esta dificultad se salva con
estimaciones derivadas del conocimiento de cómo funciona la instalación, sus ritmos de
trabajo, turnos laborales, épocas de mucha y poca actividad, efecto de influencias
climatológicas u otras externas e internas, etc. Al tratarse de estimaciones, sin embargo, los
resultados obtenidos serán tan fiables como los sean las suposiciones efectuadas.
- Complemento por energía reactiva, que penaliza bajos factores de potencia de la instalación.
El ahorro que produce su aproximación al óptimo (fdp = 1’00) debe contrastarse
cuidadosamente con el coste de la inversión necesaria para ello.
El análisis termina con la comparación del ahorro derivado de las medidas más convenientes frente a
su coste, para establecer cuánto tiempo será necesario para que el beneficio supere el coste de su
implementación, de forma similar a como se establece la tasa de retorno de una inversión.
El informe final lo forman la introducción, que hace referencia al objetivo perseguido con la auditoría,
una breve explicación del método de análisis y de los datos de partida, la tabla con los resultados
óptimos y su coste más el tiempo de retorno, y las conclusiones fijando las medidas a adoptar y el
beneficio esperado. Al objeto de permitir la verificación de los resultados es conveniente incluir un
anejo de cálculos que reproduzca la hoja de cálculo con los datos de cada configuración más
interesante.

2.7.3 Ejercicio propuesto: optimización del coste del suministro


Se propone efectuar una auditoría energética de una instalación partiendo de los datos que cada
alumno estime oportunos, que simulen las lecturas de los contadores de una pequeña explotación
agraria, industria, almacén o edificio de servicios. A continuación efectuará la auditoría a partir de los
datos supuestos y elaborará un informe dirigido al titular de la instalación en el que le proponga las
medidas a adoptar.
Se valorará especialmente el caso de quienes opten por considerar que la instalación se acoge a la
especialidad de suministro y facturación en AT con medida en BT (supuesto de transformador en
intemperie sobre apoyo de 250, 400 ó 630 kVA) porque introduce mayor dificultad en el cálculo.
Para estimar el ahorro y el coste de implementación de las medidas propuestas se emplearán los
datos de la tarifa reproducida en estas páginas y sus anexos.
Para la corrección de la energía reactiva se considerará un precio de 32,77 !/kVAr instalado (que no
es preciso citar en el informe pues se supone que el importe total se ha obtenido de catálogos de
fabricantes, que sería lo normal).

©NRM 2007

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