que, por el otro, se argumenta, a favor, con base en la eficacia de esta clase de política para
la prevención de delitos.
retiraban tarde a sus hijos; para evitarlo se introdujo una multa de tres dólares por retraso,
el porcentaje de retrasos aumento a más del doble. Ello debido a que se impuso un
incentivo muy bajo, resultaba menos caro que contratar una niñera por ese tiempo y muy
poco relevante con relación a la cuota de la guardería. Pero había otro factor, se reemplazó
un incentivo moral por uno económico, los padres podían comprar la culpa que
tiempo. El problema ético o moral con esta clase de incentivos, en derecho penal, es que se
El Estado negocia la solución del problema con lo cual los límites morales de su poder de
que el incentivo penal por antonomasia la pena de prisión chocara tan radicalmente con
un incentivo económico monetario como el caso real que enfrentan las autoridades
Un guerrillero de las FARC, asesina a su líder, conocido como Iván Ríos, y se presenta, con
una mano del occiso, reclamando el pago de la recompensa, que el gobierno colombiano
La recompensa en cuestión era ofrecida por el aporte de información que permitiera llevar
2005 la Fuerza Pública colombiana pagó un total 7.716 millones de pesos, de su moneda,
delincuenciales en el país. De este monto, 7.090 millones, es decir el 89.18 por ciento,
correspondieron a pago por información contra los grupos subversivos y terroristas, y 563
población de ese país, de una, dicho textualmente en la página citada, “baraja de poker”,
en la que cada “carta” tiene la fotografía del delincuente buscado y los montos que el
disyuntiva de pagar a quien mató con el fin de cobrar la recompensa o juzgarlo por
homicidio.
General de la Nación expresó que en este caso que comentamos que no habría pruebas
para acusar por homicidio al informante, pero que habrá una investigación.
Está claro que la mera confesión no puede probar el hecho, pero si alguien se presenta
diciendo que mató a otro y como prueba trae una mano del muerto, hay elementos como
para tomarlo en serio. La confesión no hay duda de que fue libre, ya que lo hizo para pedir
el pago.
El dilema es si una acción delictiva y de las más graves, puede pasar a ser una acción
meritoria, de tal forma que deba ser recompensada. A su vez, si lo juzgan por homicidio, la
confesión fue incentivada, de alguna manera, por el Estado, pues se hizo para reclamar el
códigos del mundo occidental, es más disvalioso matar por precio, promesa remuneratoria
En realidad, se puede argumentar que hay dos acciones, una la del homicidio y otra la de
dar información acerca del paradero del jefe guerrillero. Aunque el paradero se conozca
Una salida consiste en decir que el “informante” incurre en una confusión, acerca de lo
que la norma dispone. Este error no puede atribuirse a la política de recompensas, la cual
contrario la norma, léase el Estado, instigaría al homicidio y sería una reedición del se
ser investigado por homicidio, atento a que confiesa el hecho como parte de su búsqueda
propio delito” quedaría un poco desubicado. Dworkin relata el caso “Riggs v. Palmer”
(1889) que se refiere a un joven que mata a su abuelo, quien había testado a su favor. El
tribunal resuelve que el nieto no debe heredar a su abuelo, aunque no había disposición
legal en contrario. Esta decisión se basa en que no puede adquirir una propiedad por
Pareciera que un Estado de Derecho debe dar un mensaje claro con sus normas y con la
ejecución que de ellas haga; no puede decir que está mal matar y luego que, dependiendo
La solución debe ser clara, pagar y juzgar no lo es; presentará ante la ciudadanía una
resultatista o de un estado de derecho. O dicho de otra forma, si el fin justifica los medios.
Esto es mucho más que derecho penal del enemigo, no sólo se lo trata como enemigo por
parte del Estado, sino que el propio Estado busca que sus conciudadanos actúen frente a
ese enemigo como si se tratare de una pieza de caza. Como una ampliación violenta del
hay una solución que sea totalmente satisfactoria para cada uno de los intereses en juego.
Derecho. El juego de los incentivos económicos en derecho penal es un juego peligroso que
La opción que adopte el Estado colombiano definirá la suerte del informante, que ya jugó
su carta ética al matar para cobrar, pero también la de un país entero que verá definirse la