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Coordinación General de Universidades Tecnológicas

Universidad Tecnológica de Gutiérrez Zamora

AGROBIOTECNOLOGÍA

ASIGNATURA:

EXPRESION ORAL Y ESCRITA

PRESENTA:

EVA MORA HERNANDEZ

PROFESOR:

JORGE CHENA BATRES

GRUPO:
102-A

GUTIÉRREZ ZAMORA VER. NOVIEMBRE 2009

EL MIEDO A HABLAR EN PUBLIC0


Los seres humanos somos sociable por naturaleza. Sin embargo, no
siempre es fácil hablar con los demás y expresar las ideas o
sentimientos propios. Para algunos personas, la mera posibilidad de ser
el centro de atención y ser objeto de la mirada de a otros es una
perspectiva aterradora. También, hay quienes son perfectamente
capaces de hablar ante un público numeroso pero no resisten las
situaciones (interactivas) en las que deben expresar sus opiniones y
afrontar preguntas directas u otros puntos de vista. Una entrevista de
trabajo, un debate o la necesidad de responder las cuestiones
planteadas en un examen oral se transforman así en una experiencia
traumática desestabilizadora.

En algunas personas, el miedo ha hablar en público no se manifiesta en


situaciones puntuales como las descritas, sino que el individuo ha
interiorizado un sentimiento permanente de inseguridad y nunca cree
estar a la altura de las circunstancias, especialmente frente a los que
ostentan un mayor poder o ante desconocidos.

NUEVOS HÁBITOS DE COMUNICACIÓN

También hay que destacar que los avances tecnológicos y los cambios
culturales han fomentado un tipo de comunicación más ágil y rápida
pero también menos efectiva en lo que ha comunicación directa se
refiere. En este sentido, internet y telefonía móvil permite enviar y
recibir mensajes de un modo más fluido, pero no han podido acabar con
algunos malos hábitos comunicativos que están muy arraigados. Se
sigue oyendo sin escuchar y todavía se procesan los mensajes
haciéndolos pasar por un prisma de los propios miedos, con las
consiguientes distorsiones que suelen generar interpretaciones y
suposiciones que a menudo dan pie a malentendidos y confusiones
innecesarias.

El miedo a las reacciones y a los juicios de los demás tiene su origen


tiene su origen en factores tan diversos como la educación recibida, la
falta de experiencia o los propios prejuicios y pensamientos negativos ,
pero este miedo, como cualquier otro, es susceptible de cambio si se
aprende a utilizar los recursos adecuados.

MIEDO Y ESTRÉS

Aunque todas las personas poseen un instinto innato para comunicarse


mediante palabras, gestos y actitudes, hablar no es un acto mecánico.
Ser comprendido y comprender a los demás depende de varios factores
como la claridad expresiva, la predisposición, la intencionalidad, la
fuerza del mensaje y el grado de convicción y el tono con que este se
transmite.

A veces el miedo a ser evaluados y juzgados negativamente o hacer el


ridículo condiciona uno o varios de estos aspectos, y hace que la
persona se sienta ansiosa y pierda seguridad en si misma al centrar
mas la atención en las reacciones de los demás y en los resultados que
en aquellos se desea decir.

Cuando una persona siente que le invade el temor, su cuerpo y su


mente se preparan para entrar en combate o alejarse de la causa del
malestar. En cualquier caso, el organismo responde del siguiente modo:

 El rimo cardiaco se dispara


 Sudan las palmas de las manos
 La sangre parece agolparse en las sienes
SINTOMAS FÍSICOS DEL ESTRÉS

Aunque cada persona experimente de distinta forma los trastornos


derivados del estrés que le suscita hablar en público, los más
frecuentes son:

 Jaquecas
 Mareos
 Náuseas
 Sudor frio
 Dolor en el pecho
 Espasmos musculares
 Fatiga crónica
 Insomnio
 Diarrea
 Bloqueos de memoria
 Dolor de cuello
 Sequedad bucal
 Manos sudorosas
 Temblor en las extremidades.
Mientras los síntomas físicos se activan, surge la necesidad imperiosa de
controlarlos. Por ello no es de extrañar que, mientras la alarma suena
en todo el organismo, los gestos, los movimientos y las palabras se
hagan mas lentos o más bruscos, lo que contribuye a las profecías
negativas relacionadas con el fracaso acaben cumpliéndose. De hecho,
desde que se percibe la situación como amenaza hasta que las señales
de estrés que recogen el sistema nervioso llegan al sistema motor sólo
transcurren fracciones de segundo.

Diversos estudios realizados en los últimos años han demostrado que,


además de los síntomas somáticos (físicos) que se manifiestan al
exponerse a las miradas, las criticas y los juicios de los demás, quienes
temen hablar en público muestran síntomas mentales dignos de
consideración.

Las personas que temen hablar en público imaginan catastróficas que,


no sólo les impide ver cualquier indicio favorable que provenga del
entorno, sino que les induce a pensamientos negativos del estilo (no
podré hacerlo) (me quedare con la mente en blanco), (seguro que
pensaran que no estoy preparado),(esto acabara mal)...Mientras estos
pensamientos dan forma a un universo virtual, estas personas se
obsesionan con la sensación de que algo no funciona, razón por la cual
los síntomas somáticos se agravan y, por ejemplo , no es raro se pierdan
la voz justo antes de dar una conferencia o que no recuerden nada de lo
que habían estudiado antes de un examen oral.

Sin duda, los mensajes imperativos del tipo (debo) (hay que) (tengo que)
acrecientan el temor a no estar a la altura de las circunstancias pero,
sobre todo, resultan terriblemente negativos porque hacen que las
señales del estrés y la ansiedad sean mas evidentes.

En ocasiones, cuando se tiene un ideal de perfección demasiado


elevado o se ha aprendido por educación a colocarse en una posición de
indefensión, o incluso se tiene la convicción de que para ser
interesante es necesario caerle bien a todo el mundo, no es de extrañar
que la capacidad de comunicación que toda persona posee se vea
afectada por prejuicios e ideas devastadoras sobre la propio imagen.
LA IMPORTANCIA DE LOS GESTOS

Un ejemplo habitual de lo se acaba de decir son las personas que temen


ser evaluadas negativamente. Cuando se convierten en el centro de
atención, piensan de forma obsesiva que cualquier cosa que, digan o
hagan las hará quedar en ridículo. Trataran de disimular el temor sin
darse cuenta de que es precisamente ese4 cambio de actitud lo que
provoca que llamen aún más la atención, por que los gestos se hacen
más cortos y rígidos que de costumbre, sus movimientos demuestren
inseguridad o hacen preguntas a destiempo.

En el extremo opuesto, quienes temen no ser tenidos en cuenta y


desean ser escuchados a toda costa aumentarán probablemente la
amplitud de sus gestos para que sus ideas sean escuchadas, sin
percatarse de que invadir un espacio que no les corresponde es un
motivo fundamental para que los demás se alejen.

De hecho, son muchas las personas que por una causa u otra
desconocen que el resultado de sus miedos es un comportamiento que
delata lo que piensan y sienten.

Los denominados (gestos parásitos) como acariciarse el mentón, apoyar


la cabeza sobre la palma de la mano, rascarse la nariz o jugar con un
objeto-, empleados para desviar la atención hacia otra parte cuando se
percibe incomodidad, son una prueba del miedo.
NOTA

unicación es lograr una expresión eficaz, y convincente.


ación o la inexperiencia, expresarse correctamente es algo que se puede aprender siempre que se apliquen técn
QUE HAY QUE HACER PAR VENCER EL MIEDO

Antes de poner en práctica técnicas y métodos adecuados para mejorar


la comunicación con los demás, un primer paso consiste en averiguar
que argumentos confirman o justifican el temor a expresarse. Como es
lógico, las razones que cada persona tenga dependerán de muchos
factores, pero eso no implica que sean razonables.

A veces es posible que la persona se autoevalué negativamente sólo


cuando es el centro de atención. Otras, cuando se encuentran frente a
oyentes con más poder de decisión o más competentes que ella en
algún aspecto. En algunos casos, la ansiedad sobreviene cuando se está
frente a extraños; cuando existe la posibilidad de intimar con el sexo
opuesto, o bien cuando se trata de un público numeroso o con un alto
nivel de competitividad intelectual.

Cualquiera que sea la situación, el paso siguiente en valorar hasta que


punto la persona está dispuesta a probarse a sí misma y a demostrarse
que tanto los pensamientos como las predicciones negativas pertenecen
al mundo de la fantasía más que el de la realidad; por lo cual debería
preguntarse:

1.- ¿Qué podría ocurrir en el peor de los casos si pruebo a hablar en


público?

2.- ¿Hasta donde seré capaz de asumir las consecuencias?

3.- ¿Qué necesito aprender para tener experiencias más satisfactorias?


CONSEJOS PARA LAS RESPUESTAS

 Hay que llegar al límite de la fantasía (dar un espacio para


evitar que este aparezca descontroladamente y domine la
situación).

 Pensar en las consecuencias (limite para tolerar la


frustración y de el de depende la capacidad o incapacidad
para afrontar las consecuencias de sus actos).

 Hacer un diagnóstico de la situación (marcar objetivos


claros y saber en qué se necesita aprender para vencer el
miedo y la situación que lo produce).
HABITOS QUE ALIMENTAN EL MIEDO

Las personas que temen hablar en público suelen ver este problema
de un modo distorsionado y hacen hincapié en los aspectos negativos
más que en los positivos.

Temen probarse a sí mismas debido a que sólo contemplan los riesgos


que corren; como si quedaran paralizadas delante de un asesino en
lugar de huir de él. Dejan que la sensación de peligro sea una
permanente amenaza. Entonces sí sienten verdadero temor ¡el miedo
se alimenta con poca cosa!

Colocarse en posición más fuerte que el miedo significa controlarlo y


evitar los hábitos que lo alimenten como:

® SACAR CONCLUSIONES APRESURADAS Y GENERALIZAR.

Interpretar las situaciones globalmente, desde un punto de vista


negativo y siempre en términos absolutos y extremistas

® FILTRAR LA INFORMACION.
Centrarse exclusivamente en lo que no funciona sin considerar los
aspectos positivos.

® MAGNIFICAR O MINIMIZAR DATOS.

Exagerar unas cosas desproporcionadamente y minimizar otras de un


modo inadecuado.

® RAZONAR SUBJETIVAMENTE.

Considerar la situación sin razonarla. Por ejemplo (me siento estúpido y


los demás me miran como si lo fuera).

® PERSONALIZAR SITUACIONES.

Sentirse el centro de atención aunque no sea cierto.

UN MIEDO FÁCIL DE SUPERAR

Según diversos estudios basados en la psicología de la conducta, el


miedo a hablar en público es uno de los mas fáciles de superar si la
persona logra afrontar la situación que le provoca el temor.

Estos informes arrojan pruebas fehacientes que en cuanto mayor es el


tiempo de exposición al miedo, este disminuye hasta un 50%. Las
estadísticas demuestran además que , a partir de la quinta o sexta vez
que se manifiestan, la misma persona será capaz de utilizar un 65% más
las herramientas que tiene a su disposición de un modo inequívoco y
con un poco de entrenamiento, podrá afrontar situaciones más
complejas: ha aprendido a regular los de estrés.
Si bien las primeras experiencias, denominadas por los expertos de
(inmersión), no deberían durar durar más de cuatro o cinco minutos, lo
cierto es que el la medida en que alguien se habitúa a hablar en
público, la capacidad para soportar cualquier de los síntomas físicos que
produce es proporcionalmente mayor, pues cuando estos alcanzan su
punto culminante, se desvanecen de forma automática.

Obviamente, para algunas personas la simple idea de hablar en público


es algo abrumador que creen imposible alcanzar sus propósitos o
continuar probándose despues de una primera exposición en la que han
visto superados por la situación. Sin embargo, esto es normal.

Las señales de estrés no desaparecen de un día para otro y por ello


pueden servir de guía para definir que camino tomar, en lugart5 de
dejarse llevar exclusivamente por miedos irracionales.

Además, no hay que olvidar los beneficios por los cuales bien vale la
pena arriesgarse, como son:

® Recuperar la confianza en uno mismo.

® Tener la seguridad de que ninguna emoción, idea o


pensamiento es tan grave si sabe expresarse.

® Y, por supuesto, mejorar las relaciones.


APRENDER A SER AMABLE CON UNO MISMO

Es una razón de peso que tiene que ver con el modo en que se lleva a
cabo el propio dialogo interno.

Por ejemplo, en lugar de decirse:

Para que me voy a esforzar si sé que me sentiré peor.

Es un pregunta que conlleva ya una respuesta negativa, lo mas


saludable es ponerle un nombre al sentimiento que se experimenta y
decirse:

Es posible que me sienta derrumbado pero eso no significa que me


comporte como un fracasado, sé que en muchos aspectos de mi vida
puedo expresarme con facilidad.

O bien, observando la realidad de un modo más objetivo y llegar a la


siguiente conclusión:

Es probable que jefe se ponga furioso si no presento con claridad el


proyecto ¿pero existe una prueba de que esto vaya a ocurrir?
Indudablemente, las distracciones de origen físico como los deportes,
son útiles durante el período de preparación porque proporciona
autocontrol, pero no eliminan la sensación de desamparo en el
momento en que se necesita.

Sólo los métodos que incluyen el control de la relajación y técnicas de


meditación son verdaderamente efectivos para limitar los síntomas del
miedo.

En todo caso, hay que recalcar que siempre existe la posibilidad de que
la persona esta tan ansiosa que se resista a intentar cualquiera de estas
opciones, y diga cosas como:

® No estoy en condiciones de concentrarme en otro tema.

® Lo único que me falta en estos instantes es olvidarme de lo


que voy a decir.

LAS PRIMERAS EXPERIENCIAS

A medida que se pierde el miedo a hablar en público es fundamental


que se reconozcan los meritos, al menos al principio, en vez de observar
lo que ha funcionado, ya que esta actitud positiva permite reforzar
puntos fuertes.

Como cualquier tarea que implica cierto rigor, no se trata de estar


satisfecho desde el primer intento. La concreción de un objetivo, de la
índole que sea, requiere trabajo y dedicación hasta que se adquiere la
experiencia, y se logra si la persona se concede el tiempo necesario.
CONSEJOS PARA EMPEZAR

Primero, como se ha señalado antes, pueden realizarse ejercicios en


solitario para adquirir seguridad, como practicar la relajación o
técnicas de meditación.

En esta etapa de preparación es necesario familiarizarse con


determinados movimientos del cuerpo hasta que parezcan naturales,
así como con el uso de los tonos de voz y la acentuación de
determinadas palabras y gestos, entre otros recursos.

En una segunda etapa, es útil probar con un amigo o con alguien de


confianza hasta que se decida el momento de la primera experiencia de
hablar en público, tras lo cual habrá que trazar un plan en el que se
tendrán en cuenta los minutos de que se dispone.

PUNTOS CLAVE PARA AFRONTAR EL MIEDO

® identificar el problema

® comprobar con datos fehacientes los alcances y los limites


de la situación generadora de conflicto.

® ser amable con uno mismo y ensayar.


® experimentar con el único fin de comprobar si lo que se
imagina es real.

® pensar objetivamente.

® reconocer los meritos.

® analizar costes y beneficios de la experiencia.

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