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Festividades – 05/03/2009

Purim: tragicomedia del pueblo judío


Purim, que se festeja en marzo (y algunas veces, a fines de febrero), recuerda un episodio que constituye
una tragicomedia en la Historia del pueblo judío. Tragicomedia de la cual los judíos, generalmente,
preferimos olvidar la parte trágica, y nos concentramos en celebrar con grandes festejos la parte de
comedia y el “happy end'' o desenlace feliz con que termina.
La historia de Purim está relatada en los diez capítulos del Libro de Esther, uno de los más tardíos que se
integraron a la Biblia. Los hechos tuvieron lugar en el antiguo Reino de Persia (hoy Irán), principalmente
en su capital de otrora Shushán o Susa (ahora reducida a restos arqueológicos) y ocurrieron a mediados
del siglo V a.C., vale decir, después de que en Jerusalén había sido destruido el Primer Templo, y
edificado ya el Segundo.
El nombre Purim es el plural hebreo de una voz persa, pur (“rifa'' o “sorteo''), y se lo menciona varias
veces en el Libro de Esther (3.7 y frecuentemente a fines del capítulo noveno), pero en ninguno otro de la
Biblia.
Según su fecha en el calendario hebreo, Purim se celebra el día 14 de Adar. Pero teniendo en cuenta que
los judíos de Susa misma lo festejaron un día más tarde, el día 15 (llamado por eso Shushán Purim),
quedó establecido que los judíos de aquellas ciudades que ya estaban rodeadas de murallas en tiempos
de Josué, cuando los hijos de Israel recién iniciaban la conquista de Tierra Santa, celebrasen Purim
también ellos el día 15 en vez del 14. En el Estado de Israel, hoy día esto se aplica principalmente a su
capital, Jerusalén.
Recordemos también lo que hemos visto al hablar del calendario hebreo: que algunas veces el año judío
cuenta con dos meses de Adar, cuando se agrega el decimotercer mes del año embolismal. En tal caso,
Purim se festeja en el segundo mes de Adar, o Adar Sheni.
Mordejai y Esther: entre los judíos que vivían en Susa, la capital del extenso imperio persa de aquellos
tiempos, también se hallaba Mordejai, un descendiente de los cautivos que Nabucodonosor llevó al exilio
todavía varios años antes de la destrucción del Templo de Jerusalén. El nombre Mordejai nos indica que
la familia ya se había asimilado bastante a las costumbres locales, porque denota un claro parentesco
lingüístico con el ídolo babilónico Marduk que se adoraba por aquellas latitudes. Así como también lo
revela el nombre de Esther -que evoca a la an-tigua diosa Istar o Astarté-, la joven parienta de Mordejai,
huérfana de padre y madre, cuya crianza y educación habían quedado a cargo de éste. Y aunque
previamente la muchacha había tenido un nombre hebreo; Hadasá (“mirto''), éste quedó relegado al olvido
desde que la joven se presentó como candidata a esposa del rey persa, y posteriormente, cuando resultó
elegida como reina. “No declaró Esther (cuál era) su pueblo y su ascendencia, porque Mordejai le había
ordenado que no lo dijera'' (Esther 2.10). Y si quería ocultar ante todos que era judía, lo primero que había
que disimular, por supuesto, era su nombre hebreo.
El monarca persa de la historia de Purim es mencionado en la Biblia como Ajashverosh -en español,
Asuero- y algunos estudiosos modernos lo identifican con Jerjes, que reinó en Persia por los años 485-
465 a.C.
La acusación de Hamán: Hamán era un ministro importante en la corte de Asuero, a quien todo el público
rendía pleitesía cuando aparecía en el palacio, con excepción de una sola persona: Mordejai, quien “no se
arrodillaba ni se prosternaba'' (Esther 3.2). Probablemente esta conducta se debía al precepto bíblico de
no adorar dioses ajenos, que por supuesto también incluye la prohibición de prosternarse ante hombres
de carne y hueso.
Cuando Hamán averiguó que Mordejai era judío decidió vengarse no sólo de él, sino también de todos
sus correligionarios. Y para convencer al rey de que diera su visto bueno al plan de matanza colectiva de
los judíos, lanzó contra ellos una acusación que es típica de los antisemitas de todos los tiempos. Porque
parte, como veremos en seguida, de varias premisas que son ciertas, para convertirse de inmediato en
una calumnia que destila odio, mentiras y acusaciones falsas.
Hamán hace una rifa o echa suertes para determinar la fecha del ataque contra los judíos (y de ahí el
nombre de Purim que Ileva la fiesta), pero más adelante se desbaratan sus designios: en vez de Mordejai,
colgarán al mismo Hamán y a sus diez hijos de la horca que el ministro ya tenía preparada para su
adversario; y en vez de sucumbir los judíos del Reino de Persia ante el ataque de sus enemigos, son
éstos quienes caen vencidos en la lucha, ante los judíos que se defienden.
Y a pesar de que en todo el Libro de Esther no se menciona ni una sola vez el nombre de Dios, en un
momento dado Mordejai incluso insinúa a Esther que si ella no se moviliza en procura de ayuda, el
socorro a los judíos llegará “de otro sitio'' (Esther 4.14).
*Del libro titulado “Festividades y tradiciones judías'' de Heriberto Haber z''l (Editorial Aurora).

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