Hoy quedan dudas de que estemos en este camino. Si bien inicialmente el diputado
electo Néstor Kirchner admitió la derrota y la pérdida del liderazgo del peronismo al
renunciar a su presidencia, ante la falta de un contenedor, ha vuelto a dominar la agenda
política. No es que no entendió el mensaje de las urnas como acusan sus opositores. Sí
lo entendió un 30% de los argentinos lo votó para que profundizara el modelo y está
cumpliendo eficazmente con su mandato. Lo hace consiguiendo los apoyos que necesita
en el Congreso para aprobar los proyectos de ley que consoliden ese rumbo y el poder
necesario para gobernar. En realidad, los que no entendieron la demanda de sus
electores fueron los políticos de la oposición y del peronismo disidente, a los que se les
pedía que limitaran los excesos de actuales y que no sólo no lograron llevar agua para su
molino, sino que permitieron que fluyeran fuera del redil algunos de sus supuestos
aliados. También deberían analizar sus votos “anti-K” quienes lo depositaron por
algunos sectores pseudoprogresistas que hoy juegan abiertamente con el Gobierno.
Nuevas herramientas
f) Con provincias que, como la Nación, gastaron más de lo que podían antes de las
elecciones, ¿conviene dejar en el presupuesto de 2010 la facultad delegada al Poder
Ejecutivo de renegociar y hacerles quitas a las deudas que tienen con el gobierno
nacional? Estos conforman más del 70% de los pasivos provinciales. ¿No se corre el
riesgo de que lo usen como “zanahoria” para domesticar gobernadores? Quizá, si se
juzga necesaria esta refinanciación, debería fijarse una regla general para aplicarse a
todas las provincias por igual.
Si bien podríamos seguir sumando ladrillos a esta construcción “K”, lo que llama más
la atención es la incapacidad del resto de ponerle límites. Particularmente, de los
peronistas que pretenden sustituir al kirchnerismo en el poder y que olvidaron que la
gente los votó para que lideraran un cambio ahora y no cuando ellos consideraran
conveniente. Los justicialistas necesitan estar a la sombra de un caudillo y, a pesar de
que el árbol “K” se ve algo podado, la realidad es que parece ser el único disponible,
por lo que no debería sorprender que hayan conseguido el apoyo de muchos aliados de
dirigentes justicialistas de discurso opositor. Convendría recordarles que, con tiempo,
los árboles pueden recuperar su fronda. Por otro lado, el resto de la oposición sigue
jugando al donPirulero, en el que cada cual atiende su juego, mientras el Gobierno se
fortalece y avanza en su modelo. Quizá los economistas e inversores deberíamos revisar
el escenario político local sobre el que estamos proyectando el futuro de la economía
argentina.
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