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Requerimientos de Capital Humano en

sectores productivos en el marco de la


Protección Social

Diciembre de 2006

protección social
ÍNDICE

Presentación 3
Introducción 5
Objetivos del estudio 9

Capítulo 1 Calidad del Empleo 10


1 Estabilidad laboral 10
1.1 Contrato de trabajo de los asalariados 10
1.1.2 Tipo de contrato de trabajo 19
1.2 Previsión 29
1.3 Seguro de Cesantía 37
2 Calificación del empleo 41
2.1. Calificación de la fuerza de trabajo ocupada según años de escolaridad 42
2.1.2 Escolaridad de la fuerza de trabajo por sexo y quintil de ingreso autónomo 44
2.1.3 Escolaridad de la fuerza de trabajo ocupada por categoría ocupacional 47
2.2 Capacitación 53
3 Síntesis de resultados en el marco de la protección social 58
3.1 Resultados generales por ramas de actividad y región 58
3.2 Síntesis regional 61

Capítulo 2 Conclusiones y recomendaciones 72


2.1 Conclusiones generales 72
2.2 Conclusiones territoriales 73
2.3 Conclusiones sectoriales 74

Capítulo 3 Apéndice metodológico 75


3.1 Relación entre fuerza de trabajo ocupada y trabajador asalariado 75
3.2 Cálculo del mes de Noviembre para Encuesta nacional de Empleo INE 75
3.3 Quintiles de ingreso nacional y regional 75
3.4 Correlación entre nivel de escolaridad y ejercicio de derechos y calificación 75
laboral según rama de actividad

Capítulo 4 Anexo: Caracterización de la oferta según otras fuentes 80


4.1 Oferta de trabajo según Censo 2002 80
4.2 Oferta de trabajo con base en Encuesta Nacional de Empleo. INE. 88
Noviembre 2003

Bibliografía 91

2
Presentación

El estudio que se presenta consta de una introducción y tres capítulos.

La introducción pretende sistematizar la complejidad e importancia que representa


contar con capital humano calificado para asegurar la inserción internacional exitosa y
por otro lado, las implicancias de avanzar hacia un sistema de protección social integral
desde la perspectiva de derechos.

El primer capítulo efectúa una revisión de la calidad del empleo y la calificación de la


fuerza de trabajo analizando la existencia o no de contrato de trabajo, la situación de
previsión de los trabajadores ocupados asalariados y la existencia o no de seguro de
desempleo. En cuanto a calificación de la mano de obra, el análisis se centra en la
escolaridad y acceso a capacitación.

Todo el capítulo se basa en resultados de la Encuesta de Caracterización Socio


Económica Nacional, CASEN, por sexo, quintiles de ingreso y rama de actividad
económica, tanto para el país como sus regiones.

Para efectos de comparación y homogeneidad de las series, se utilizan los resultados de


los años 1992, 1996 y 2003 cuando ellos se encuentran disponibles según categoría de
análisis.

En un apartado, sintetiza estos resultados en el marco de la protección social,


analizando según rama de actividad económica la estructura de las cuatro variables en
el ámbito nacional y regional.

Se optó por utilizar las ramas de actividad económica en el entendido de que la


competitividad y la protección social van estrechamente ligadas a una inserción
internacional exitosa y por tanto, dicha responsabilidad recae tanto en trabajadores
como empleadores. Además porque los gremios empresariales se encuentran agrupados
según rama, lo que facilita la conversación al momento de revisar líneas de política.

El capítulo segundo presenta las principales conclusiones y recomendaciones, tanto


desde una perspectiva general como en el ámbito territorial y sectorial.

El capítulo 3 comprende el anexo metodológico, necesario para aclarar aspectos de


procesamiento de la encuesta Casen, no necesariamente familiares para todos aquellos
que tengan acceso a este documento.

El capítulo cuatro es una anexo que presenta un resumen de los principales resultados
de otras fuentes en cuanto a calificación de la mano de obra, con base en los años de
escolaridad promedio. Los resultados del Censo 2002 sintetizan las principales
conclusiones presentadas en el documento Perfil del Capital Humano en el Territorio1.

1
Perfil del Capital Humano en el Territorio. Mideplan. Noviembre 2005. www.mideplan.cl (infopais)

3
Igualmente se revisan los resultados de la Encuesta Nacional del Empleo, para
Noviembre 2003.

Este capítulo sólo pretende ser un referente del planteamiento de restricción


estructural que presenta hoy en día el país en la calificación de la mano de obra y por
otra, deja en evidencia la necesidad de levantar otras estadísticas que pongan de
manifiesto los requerimientos de capital humano desde la empresa, ya que, todas las
fuentes utilizadas provienen de encuestas o censo a hogares y una condición sine qua
non para asegurar el éxito de las políticas de mejoramiento de capital humano proviene
de los antecedentes de requerimientos y especialización que los afectados pueden
entregar, es decir, la empresa.

Finalmente, la bibliografía, que por su diversidad sistematiza la compleja relación entre


protección social y competitividad.

Este documento fue elaborado por Maritza España Valdivia, Michael Gillmore Evers y
Verónica Miranda Briño, todos profesionales del Departamento de Competitividad
Regional, de la división de Planificación Regional.

4
Introducción

La mayor equidad y ampliación de la protección social2 tienen efectos positivos sobre la


economía en más de un sentido (Bonilla García y Gruat, 2003). En primer lugar, mayor y mejor
acceso a educación y salud implica un mejoramiento del nivel medio de capital humano, lo cual
es decisivo para el crecimiento sostenible y la competitividad en un mundo que premia cada vez
más la inteligencia y la innovación, así como para mejorar el nivel productivo medio de las
economías nacionales; estos elementos permitirían pasar de una competitividad espuria, basada
en bajos salarios y explotación excesiva de los recursos naturales, a una competitividad
auténtica, basada en la incorporación de valor intelectual agregado (CEPAL, 1990;
CEPAL/UNESCO, 1992).

En segundo lugar, mientras mayor es la protección social y mejor la garantía de los derechos
sociales, menor es el nivel de conflictos; en otros términos, mayor es la disposición de los
actores sociales a negociar acuerdos para resolver conflictos en las pugnas distributivas, en
lugar de operar por otras vías que merman la gobernabilidad. En este sentido, una estructura
distributiva menos desigual fortalece la estabilidad política y, con ello, alienta mayores
inversiones y mejora el financiamiento, tanto en el plano externo como interno.

En tercer lugar, la mayor equidad permite, indirectamente, reducir los altos costos de la
pobreza y la desigualdad, en términos de deserción escolar, morbilidad evitable y maternidad
no deseada, entre otros. Por último, un sistema de protección social, que ofrezca una cobertura
más equitativa contra riesgos y una mayor igualdad de oportunidades en la formación de capital
humano, alienta la confianza institucional y la reciprocidad de las relaciones entre los
ciudadanos. En este sentido fortalece el capital social, que también es considerado un resorte
importante para fomentar círculos virtuosos entre mayor confianza social y mayor dinamismo
económico.3

Chile enfrenta el desafío de potenciar el desarrollo social y económico aumentando la


productividad y capacidad de innovación de la economía. Los aumentos de productividad y la
capacidad para innovar, desarrollando y transfiriendo nuevas tecnologías, se ven fuertemente
condicionados por las destrezas y competencias de la fuerza laboral.

La evidencia indica que el volumen de capital humano en Chile, medido por los años de
escolaridad promedio de la población adulta, es moderado. El ritmo de acumulación y la tasa de

2
Las políticas sociales tendrán como objetivo no sólo superar la pobreza, sino también las desigualdades y
discriminaciones que están en la base de los riesgos sociales que afectan a familias y personas, como son la pérdida del
empleo, el trabajo precario, los bajos ingresos, la enfermedad, la falta de educación, que amenazan a niños, mujeres,
adultos mayores o personas con discapacidad. El Sistema de Protección Social es el mecanismo que permite generar
condiciones que brinden seguridad a las personas durante toda su vida, garantizándoles derechos sociales que les
permitan finalmente reducir los riesgos en empleo, salud, educación y previsión, generando condiciones de mayor
igualdad y oportunidades de progreso.(www.mideplan.cl : Sistema de Protección Social/Concepto)
3
LA PROTECCIÓN SOCIAL DE CARA AL FUTURO: ACCESO, FINANCIAMIENTO Y SOLIDARIDAD. Trigésimo
primer período de sesiones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Montevideo, Uruguay,
20 al 24 de Marzo de 2006.

5
renovación del capital humano han sido lentos en comparación a los observados en países
desarrollados, mientras su distribución es marcadamente desigual cuando se comparan
trabajadores con diversos niveles de ingreso (menores ingresos van asociados a menor nivel
educacional). Sin perjuicio de lo anterior, el capital humano es el principal patrimonio del país,
correspondiendo al 78% de su riqueza total. Del porcentaje restante el 10% corresponde al
capital natural –riqueza representada por los recursos naturales renovables y no renovables– y
el 12% al capital producido –capital físico, edificaciones e infraestructura.4

Durante la última década Chile ha tenido importantes avances en materia de cobertura en


educación básica y secundaria, lo que lo ha ubicado junto a países desarrollados en este
indicador. La cobertura de educación superior muestra también un crecimiento importante
acercándose rápidamente al observado en naciones desarrolladas. Estas tendencias indican que
el flujo de estudiantes hacia el mundo del trabajo en las próximas décadas se traducirá en una
fuerza laboral más calificada, con un promedio de educación cercano a los 12 años. Existe, sin
embargo, abundante evidencia de que aún queda mucho por mejorar en la calidad de la
educación inicial.

Cuando se analiza el capital humano en la fuerza laboral actual, sin embargo, la situación es
menos favorable. El 50% de la fuerza de trabajo no tiene estudios secundarios. Este fenómeno
se relaciona con los bajos niveles de escolaridad de los trabajadores de menores ingresos
(quintiles I, II y III) y de aquellos de mayor edad, que no se beneficiaron de los importantes
aumentos en la cobertura educacional logrado en las últimas décadas por la Reforma
Educacional5 que buscó mejorar la cobertura, calidad y equidad del sistema escolar. Estas
exitosas políticas, sin embargo, apuntaron a asegurar que el flujo de las nuevas generaciones
de estudiantes en edad escolar completaran su educación inicial y lograran así aprendizajes
relevantes, pero no abordó directamente el problema de la fuerza de trabajo con bajo nivel
educativo.

Una medida complementaria, y de creciente relevancia para países con alta cobertura
educacional como Chile, es la medición de las competencias reales de la fuerza de trabajo. La
encuesta de Alfabetización Funcional de la Población Adulta6 (ver página 15) en que participó
Chile en 1998 junto a los países de la OECD mostró que sólo un 14% de la población nacional
supera el umbral mínimo requerido para un desempeño eficaz en la sociedad de la información.
La encuesta reveló que los resultados fueron deficientes aun en el caso de la población adulta
con mayores niveles educacionales. Esto abre interrogantes relevantes sobre la calidad de los
aprendizajes no sólo en el sistema escolar, sino que en el de educación superior.

4
Brunner, J. J. y Elacqua, G. (2003), Informe Capital Humano en Chile, Escuela de Gobierno Universidad Adolfo
Ibáñez, Santiago. (ver página 14)
5
INE. Comisión Bicentenario (2003). Cuánto y cómo cambiamos los chilenos. Balance de una década. 1992-2002. Ver
también en: OECD (2004) Revisión de Políticas Nacionales de Educación en Chile. OECD: París, y Cox, C. (ed.) (2003)
Políticas Educacionales en el Cambio de Siglo: La Reforma del Sistema Escolar de Chile.
6
Cifras de la encuesta Internacional de Alfabetización Funcional de Adultos aplicada en los países de la OECD y en la
que Chile participó como invitado. Véase el reporte de resultados en Bravo, D. y Contreras, D. (2001) Competencias
Básicas de la Población Adulta. Departamento Economía, Universidad de Chile.

6
Si bien el país ha crecido sostenidamente durante más de un década, diversos análisis
concuerdan en destacar que para retomar tasas de crecimiento como las logradas durante los
noventa, el país requiere de esfuerzos adicionales de mejoramiento de la productividad.

Mejorar la productividad depende en importante grado de la innovación y el cambio tecnológico


de las empresas y sectores claves de la economía, especialmente en el ámbito de recursos
naturales. El capital humano juega un importante papel en la efectiva transferencia y
adaptación de nuevas tecnologías, las que pueden resultar en productos y servicios de mayor
valor agregado. Las menores destrezas de la fuerza de trabajo limitan severamente la
adopción y difusión de nuevas tecnologías, constituyéndose en un cuello de botella para la
innovación y productividad, pilares del crecimiento económico7.

La magnitud del esfuerzo requerido para aumentar el capital humano de la fuerza laboral
actual y futura supone tomar diversas medidas. Mejorar la calidad y equidad de la educación
escolar es un desafío central. Pero también lo es mejorar el acceso a una educación superior de
calidad, incluida aquella de carácter técnico-profesional, y la renovación del capital humano a
través de la formación continua.

La experiencia internacional muestra que un factor crucial para elevar la competitividad es


eliminar las barreras a la productividad laboral. Para ello, es muy importante la expansión y
mejoramiento de la educación formal y de la capacitación laboral, junto con la construcción de
relaciones laborales armoniosas8.

En consecuencia, el desarrollo y expansión de la educación técnica y profesional, tanto dentro


como fuera del sistema escolar formal y en el marco del aprendizaje a lo largo de toda la vida,
debe constituir un objetivo prioritario de las estrategias de educación. En particular, desde el
lado de las empresas que hoy día están realizando los esfuerzos de certificación de sus
trabajadores según competencias, la gran mayoría, sino todas, está orientada a aquellas que
pertenecen a líneas de formación concordante con la enseñanza media técnico profesional, en
sus diversas especialidades o a aquellas especialidades impartidas en los Institutos de
Formación Profesional.

Hoy es común señalar el profundo impacto que la globalización, las nuevas formas de
organización de la producción y la difusión de las nuevas tecnologías de la información y
comunicación (TIC) han tenido sobre todos los ámbitos de la sociedad. El mundo del trabajo es
uno de los ámbitos que ha experimentado mayores cambios y todo indica que este seguirá
siendo el caso en las próximas décadas. Si bien en la actualidad se discute la validez de teorías
que pronosticaban “el fin del trabajo” como resultado de la difusión de las TIC, es indudable
que se observan importantes cambios en el contenido de gran número de ocupaciones
(incluyendo la extinción de muchas de ellas), en las dinámicas del mercado de trabajo y en las
trayectorias laborales de los trabajadores.

7
Mulitlateral Investment Fund, Inter-American Development Bank (2003), Lessons from Innovation. Skills Standards
and Certification, MIF-Fomin, Washington D. C.
8
5. Banco Interamericano de Desarrollo (2001), Competitividad: el Motor del Crecimiento. El Progreso Económico y
Social en América Latina. Informe 2001, Washington D. C.

7
Algunas de las principales tendencias que se observan a nivel internacional son:
• Aumento de las ocupaciones en sectores de servicios y menor empleo, como industrias
• extractivas, construcción y agricultura.
• Aumento del componente de información/conocimiento en la mayoría de las ocupaciones
por efecto de la revolución tecnológica.
• Virtual desaparición de oficios rutinarios que pueden ser reemplazados por sistemas de
información.
• Cambio en las competencias requeridas por el mundo del trabajo y mayores exigencias
educacionales de la fuerza de trabajo.
• Menor estabilidad en el empleo debido a la transformación de las ocupaciones, el
imperativo de la flexibilidad y la intensificación de la competencia.
• Emergencia de nuevas modalidades de empleo y formas de contratación (jornadas
parciales, plazos fijos, teletrabajo, etc.)

En el caso del mercado laboral nacional las principales tendencias que se observan son las
siguientes:
• Mayor tasa de participación. Los resultados del reciente censo indican que la tasa de
participación en la fuerza de trabajo ha aumentado sistemáticamente en los últimos
años, básicamente por la mayor incorporación de mujeres que cuentan con estudios
secundarios completos o superiores.
• Fuerza laboral más calificada. La fuerza laboral ha aumentado su nivel de escolaridad
en una tasa mayor que el promedio de la población. Entre 1992 y 2002, el porcentaje de
ocupados con educación básica incompleta disminuyó de un 29% a un 16%, y aumentó el
de aquellos con educación superior, de un 15% a un 28%.
• Esta tendencia es un reflejo de la expansión de la oferta educativa en todos los
niveles, especialmente en la educación superior. El mayor incremento de escolaridad se
da en personas de entre 45 y 59 años, lo que muestra que hay una demanda y un acceso
creciente a oportunidades de educación para adultos.
• Calidad del capital humano y nivel de competencias básicas. Reportes recientes
sugieren que la existencia de capital humano en Chile es limitado en comparación a los
países desarrollados, su ritmo de acumulación es lento y su distribución es poco
equitativa. Si bien los niveles de escolaridad de la fuerza laboral siguen una tendencia
al alza, no ocurre lo mismo con los estudios secundarios. Alrededor del 50% de la
fuerza de trabajo (especialmente trabajadores de menores ingresos y de mayor edad)
no dispone de estos estudios, lo que supone una importante brecha por superar.
• Cambios en el empleo y estructura ocupacional. Entre 1992 y 2002 hubo un descenso
del empleo en los sectores primarios, y un aumento en sectores como servicios
financieros y de comercio. En sectores de industrias extractivas sofisticadas como la
minería, se observan importantes cambios en los contenidos del trabajo hacia
ocupaciones que requieren competencias más sofisticadas e intensivas en conocimiento
y manejo de información. Desde el punto de vista de los niveles ocupacionales, el grupo
de técnicos y profesionales de nivel medio es el que experimentó el mayor incremento
en la estructura ocupacional durante la última década, pasando del 5% al 13,8%, lo que
muestra una tendencia hacia una creciente tecnificación de la fuerza de trabajo.

8
Con esta marco, se plantearan algunas hipótesis importantes de corroborar tanto, por la
pertinencia para la elaboración de políticas, como en la importancia que tiene para esta división
avanzar en el proceso de descentralización.

Objetivo General

Identificar las brechas de requerimientos de formación del capital humano regional desde la
oferta según información base encuesta CASEN y análisis de la situación laboral en el marco
de la protección social

Orientar medidas de política territorial y sectorial en función de los resultados obtenidos

Objetivos específicos

Realizar un diagnóstico por regiones de la calificación de la fuerza de trabajo regional según


años de escolaridad por grupo de ocupación, nivel de educación, sexo y quinquenio de edad.

Identificar la situación de los ocupados desde la perspectiva de competitividad en el marco de


la protección social, aprovechando la posibilidad de análisis por quintiles de ingreso que brinda
la encuesta CASEN.

Verificar la incidencia de la formación educacional en el ejercicio de los derechos laborales


definidos en el marco de protección social

9
Capítulo 1 Calidad Del Empleo

El concepto de calidad del empleo comprende factores relacionados con condiciones de


trabajo, estabilidad laboral, protección social y remuneraciones. La calidad del empleo puede
conceptualizarse como el conjunto de requisitos mínimos que debe tener una ocupación para
considerarse como aceptable. Estos requisitos o factores se refieren a la protección social,
protección de la legislación laboral (contratos), estabilidad, horas trabajadas, los ingresos del
trabajo, el ambiente de trabajo y los riesgos, el contexto ético o moral, la participación y
otros9. A continuación se analizan algunos indicadores relativos a la calidad del empleo,
obtenidos de la Encuesta Casen años 1992, 1996 y 2003.

La calidad y estabilidad de los empleos desempeñados tienen una incidencia central en la


productividad y en la situación laboral de los trabajadores. La calidad de los empleos que se
generan, pasa a ser un factor elemental en la política laboral, ya que una proporción importante
de los nuevos empleos presentan características de inestabilidad, falta de protección y bajos
ingresos lo que trae como consecuencia la persistencia de un contingente de ocupados en
situación de deterioro laboral.

1. Estabilidad laboral

La inestabilidad laboral ocasionada por la ausencia de un contrato de trabajo y de protección


previsional, constituyen dos aspectos centrales en lo que a calidad de trabajo se refiere. La
falta de protección derivada de una relación de trabajo no protegida y de no contar con una
afiliación previsional, implica empleos de condiciones precarias.

1.1 Contrato de trabajo de los asalariados10

En relación a los ocupados asalariados, los datos de la Casen 1992 muestran que un 14,2% de
los ocupados asalariados no contaban con contrato, cifra que se eleva a 21,9% en el año 1996,
llegando en el año 2003 a 22,2%, lo cual se traduce como un deterioro de la calidad del empleo,
Ocupados asalariados sin contrato afectando en el año 2003 a 972.239 ocupados en el
Región
1992 1996 2003 ámbito nacional. Al analizar esta situación en el
I 9,4 14,4 24,5
II 10,6 16,5 14,0 territorio se observa que en todas las regiones se ha
III 13,0 17,3 16,3 incrementado el deterioro de la calidad del empleo
IV
V
12,7
12,1
24,5
20,3
28,0
25,6
entre el período 1992-2003. Las regiones que arrojaron
VI 10,8 26,4 21,2 los menores incrementos, en términos de puntos
VII 28,9 38,3 29,3 porcentuales, son las regiones de Los Lagos y del Maule
VIII 20,4 24,2 24,8
IX 18,1 26,7 29,7 con 0,4 y 0,3 puntos porcentuales, respectivamente. Por
X 22,0 23,9 22,4 otro lodo, las regiones que sobrepasaron los 8 puntos
XI 14,4 17,2 15,6
XII 4,9 22,5 15,8 porcentuales, a nivel país, son siete, en orden
RM 11,1 19,0 19,7 decreciente, Coquimbo, Tarapacá, Valparaíso, Araucanía,
Magallanes, O’Higgins y Metropolitana de Santiago,
País 14,2 21,9 22,2
Fuente: Encuesta Casen
9
Chacón, Boris. Calidad de los Empleos y su Incidencia en los niveles de pobreza en Chile 1990-1996. Departamento
Estudios Económicos- Mideplan.
10
Se refiere a los empleados y obreros más el servicio doméstico puertas afuera.

10
con aumentos de (15,3), (15,1), (13,5), (11,6), (11,0), (10,4) y 10,4 puntos porcentuales,
respectivamente.

Asimismo, no se puede dejar de mencionar que las regiones de el Maule y La Araucanía son las
que presentaron en el año 2003 los porcentajes más altos de ocupados en precarias
condiciones laborales, siendo además la región de La Araucanía la que presenta de acuerdo a
esta misma fuente (Casen) las mayores concentraciones de pobreza de su población con un
29,7%, lo cual hace aún más crítica la
situación laboral. Estructura ocupados asalariados sin
contrato según sexo
30,0
Un elemento necesario de incorporar en este
% 24,5
análisis es la condición laboral según sexo, ya 25,0

que en los últimos años la ocupación femenina 20,0 20,5 20,3

ha ido en aumento, siendo según los datos 14,8


Hombre
Casen su incorporación bastante más precaria 13,9
Mujer
que lo acontecido con los varones. A nivel 10,0
nacional el año 1992, según Casen el 13,9% de 1992 1996 2003 años
los hombres no poseía contrato laboral, en
tanto este porcentaje se incrementaba a 14,8% en el caso de las mujeres. Esta situación se
agudiza bastante en el año 2003, donde los hombres presentan un 20,3% de población ocupada
sin contrato en tanto la población femenina ocupada alcanza a un 25% sin contrato. Cabe
señalar, que claramente el sector femenino es el que progresivamente se ha ido incorporando
en una situación más crítica en esta variable, ya que los hombres más bien tienden a
mantenerse en un 20% desde el año 1996, en tanto las mujeres siguen incrementando su
precariedad laboral y las mujeres en un 25,5%.

Ocupados asalariados sin contrato


Región Sexo Si esta situación se observa desde el territorio,
1992 1996 2003
Hombre 10,1 15,1 21,9 claramente es posible apreciar como el
I
Mujer 8,0 13,1 29,3 comportamiento dado en el país también se reproduce
Hombre 9,3 12,2 10,9
II
Mujer 13,7 28,9 20,1 en las regiones, destacando la región de Magallanes el
III
Hombre 12,7 14,2 10,7 año 1992 con los menores porcentajes de ocupados
Mujer 13,8 23,8 27,1
Hombre 12,3 24,3 26,2
asalariados sin contrato tanto en hombres como en
IV
Mujer 13,5 24,9 31,0 mujeres con un 3,5% y 7,7%, respectivamente,
Hombre 11,8 18,8 23,0
V
Mujer 12,8 23,2 29,4
situación que en el año 2003 varía, siendo las regiones
Hombre 11,3 26,2 19,9 de Antofagasta y Atacama las que presentan un
VI
Mujer 9,8 26,8 23,8
menor porcentaje de precariedad laboral en los
Hombre 31,8 38,8 29,4
VII
Mujer 23,0 37,1 29,1 hombres con 10,9% y 10,7%, respectivamente. Por el
VIII
Hombre 19,4 23,6 23,5 contrario, en el caso de las mujeres son las regiones
Mujer 22,5 25,3 27,0
Hombre 18,3 25,7 29,0 de Aysén y Magallanes las que presentan la situación
IX
Mujer 17,7 28,6 30,8 laboral menos crítica de este segmento poblacional
Hombre 22,3 25,0 20,4
X
Mujer 21,5 21,6 25,6
con un 18,8% y 17,1% sin contrato laboral.
Hombre 14,6 15,6 13,2
XI
Mujer 13,7 20,3 18,8
Hombre 3,5 18,1 15,1
XII
Mujer 7,7 28,6 17,1
Hombre 10,1 16,1 17,5 Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003.
RM
Mujer 12,8 23,3 22,7
Hombre 13,9 20,5 20,3
País
Mujer 14,8 24,5 25,0

11
Por otro lado es necesario señalar que existen regiones que durante el período 1992 – 2003
disminuyeron la población masculina sin contrato de trabajo como es el caso de Atacama,
Maule, Los Lagos y Aisén en un -2,1, -2,4, -1,8 y -1,4, puntos porcentuales respectivamente. Por
el contrario, en el caso de las mujeres sólo se aprecian incrementos durante el período de
análisis, siendo la región de Tarapacá con 21,3 puntos porcentuales la que presenta mayor
variación y la región de Los Lagos con 4,1 puntos porcentuales la con menor variación en la
calidad del empleo femenina.
Estructura ocupados asalariados sin contrato según rama
de actividad
Si se analiza la población ocupada SERVIC.COMUN.SOC.

asalariada sin contrato según rama de ESTAB.FINANC.

actividad económica, el sector Servicios TRANSP. Y COMUNIC.


Comunales y Sociales presenta la mayor COMERCIO

precariedad de los empleos durante


CONSTRUCCION
todo el período (superando el 30% a
ELECT.GAS Y AGUA
partir del año 1996). Por el contrario el 2003
sector Electricidad, gas y agua presenta IND.MANUFACT. 1996
1992
el menor porcentaje de ocupados MINAS Y CANTERAS

asalariados sin contrato de trabajo. Sin AGRIC.CAZA SILV.

embargo, no se puede dejar de ACT. NO BIEN ESPEC.


mencionar que durante el período de
0 5 10 15 20 25 30 35 40
análisis se observa una disminución en la %
Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003.
precariedad del empleo en los sectores
Actividades no bien especificadas, Silvoagropecuario, Minería e Industria Manufacturera,
destacando en particular el sector Silvoagropecuario llegando a un descenso de 10,3 puntos
porcentuales entre los años 1992 y 2003 situación dada por la correspondiente disminución de
la participación de esta rama de actividad económica en la ocupación a nivel nacional. Por el
contrario el sector Servicios Comunales y Personales presenta un incremento de 5,1 puntos
porcentuales durante los años 1992 y 2003.

Al realizar este análisis de estructura de ramas de actividades según regiones, es posible


observar en el cuadro siguiente como las regiones de O’Higgins y el Maule presentan la mayor
precariedad en el ámbito de contratos de trabajos en el sector Silvoagropecuario, presentando
en el año 2003 del orden del 50,3% y 53,9%, respectivamente, los asalariados ocupados sin
contrato, situación crítica a pesar de haber decrecido esta condición desde el año 1992 en 4,8
puntos porcentuales en la Región de O’Higgins y 7,5 puntos porcentuales en la Región del Maule.

12
Estructura ocupados asalariados sin contrato según rama de actividad económica y región

Act.no bien Industria Elect.gas y Transp.y Serv.Com.


Silvoagropec. Minería Construcción Comercio Estab.Finan. Total
Región espec. Manufact. agua Comunic. Soc.Pers.
96 03 96 03 96 03 96 03 96 03 96 03 96 03 96 03 96 03 96 03 96 03
I ** 0,4 13,1 12,2 0,3 0,4 9,8 8,2 0,1 0,0 9,9 11,2 31,8 28,0 13,0 14,2 2,0 4,5 20,1 21,0 100 100
II 0,9 0,7 8,6 8,0 3,7 3,7 8,3 9,4 0,1 0,0 11,4 11,5 29,5 23,7 11,1 9,6 3,1 3,7 23,3 29,7 100 100
III ** ** 13,2 16,1 10,3 5,3 5,5 7,3 0,8 ** 7,1 8,4 33,0 31,8 8,8 9,6 1,2 0,8 20,1 20,8 100 100
IV 0,3 ** 29,2 27,9 9,7 1,8 6,8 8,9 0,4 0,2 6,5 7,2 26,2 23,7 9,1 7,9 0,9 2,2 10,9 20,2 100 100
V 0,5 0,2 18,6 13,4 1,1 0,2 11,9 9,0 0,1 0,2 10,6 12,7 23,2 26,3 8,4 8,6 1,3 2,8 24,3 26,6 100 100
VI ** 0,0 41,4 33,8 1,0 0,4 13,3 9,7 0,3 ** 6,5 8,8 17,6 20,4 4,9 6,0 1,2 1,7 13,8 19,2 100 100
VII 0,2 ** 53,4 38,5 1,2 0,1 6,8 9,8 ** 0,0 5,1 10,0 17,4 20,6 3,9 5,0 0,5 1,4 11,5 14,4 100 100
VIII 1,1 0,0 33,7 27,7 1,0 0,1 8,7 12,2 0,3 0,1 6,9 7,9 20,0 20,4 7,3 6,8 1,6 2,1 19,4 22,7 100 100
IX 0,9 0,1 45,7 38,7 0,2 0,1 11,5 10,0 0,2 0,0 5,1 7,8 15,5 15,9 4,4 3,9 1,4 2,5 15,1 21,0 100 100
X 0,2 0,1 41,3 35,1 0,2 0,1 6,8 8,5 ** 0,2 6,4 9,5 21,6 19,5 6,0 7,4 1,5 1,5 16,0 18,0 100 100
XI ** ** 39,7 33,7 ** 0,2 8,5 8,9 ** ** 5,1 9,6 21,1 18,9 5,8 7,3 0,7 1,2 19,0 20,3 100 100
XII ** ** 20,3 9,2 2,5 0,3 11,3 15,3 0,5 ** 11,9 13,5 14,6 13,1 8,5 20,7 1,1 0,3 29,3 27,6 100 100
RM 0,7 0,2 5,4 4,7 0,3 0,1 18,7 14,4 0,2 0,2 9,6 9,7 27,4 28,6 7,1 8,1 2,8 6,6 27,8 27,5 100 100
País 0,6 0,1 22,9 18,2 1,2 0,4 13,0 11,7 0,2 0,1 8,2 9,6 23,7 24,5 6,9 7,7 1,9 4,0 21,5 23,8 100 100
Fuente: Elaboración propia en base a Encuesta Casen 1992, 1996 y 2003.
** sin dato

13
Asimismo, la precariedad observada a nivel nacional en el sector Servicios Comunales y
Sociales se confirma con un aumento de 2,4 puntos porcentuales entre 1996 y 2003. En 1996,
las dos principales regiones que mostraban las mayores precariedades en este sector son las
regiones de Magallanes y Antofagasta con
50,7% y 41,6%, respectivamente. En el 2003
las dos principales regiones en precariedad
laboral fueron la de Aysén y Antofagasta con
44,7% y 42,3%, respectivamente.
Observando de manera genérica el
comportamiento de las regiones en esta rama
de actividad económica, en ocho de ellas
aumentaron sus porcentajes de asalariados
sin contrato, respecto a su total regional.
Estas regiones, en orden decreciente, son
Aysén con 14,1 puntos porcentuales, la región
de Los Lagos con 8,9 puntos porcentuales, la
del BíoBío con 7 puntos porcentuales,
Atacama con 6,1 puntos porcentuales,
O’Higgins con 2,7 puntos porcentuales, del
Maule con 1,9 puntos porcentuales, Coquimbo
con 1,2 puntos porcentuales y Antofagasta
con 0,7 puntos porcentuales, entre los años
1996 y 2003. Destacándose la Región de
Magallanes con una disminución de 8.6 puntos porcentuales, pasando de 50,7% en 1996 a 42,1%
en el 2003.

Por el contrario, los sectores que a nivel nacional presentan los menores porcentajes de
ocupación sin contrato de trabajo, son Actividades no bien especificadas, Minería y
Electricidad, gas y agua. En el primer sector, se registraron los mayores porcentajes de
ocupados sin contrato con 0,5% en la Región Metropolitana de Santiago en 1996 y en el año
2003 con 1,9% en la Región de Antofagasta; En el segundo sector, en 1996 su porcentaje
máximo fue de 11,3% en la Región de Atacama y en el 2003 con 3,4% en la región de
Antofagasta; En el sector Electricidad, gas y agua, durante el año 1996 obtuvo como
porcentaje máximo de 2,2% en la Región de Magallanes y en el 2003 con 0,4% en la Región
Metropolitana de Santiago.

% Asalariados sin contrato según sexo


En el caso de los ocupados asalariados sin
80
1992 contrato de trabajo según sexo, se pasa
1996
60 2003 de 328.267 en el año 1992 a 540.010 en
65,7
60,5 43,8
el año 2003 en el caso de los hombres,
40 56,2
significando un incremento de 64,5% de
34,3
39,5 precariedad laboral. En tanto las mujeres
20
pasan de 171.247 en el año 1992 a
0 420.848 en el año 2003, con un aumento
Hombre Mujer del 145,8%. Sin embargo, a pesar de
incrementarse en valores absolutos en

14
ambos sexos los ocupados sin contratos, claramente la incorporación de la mujer al mundo
laboral ha sido más crítica, ya que su participación del total de asalariados sin contrato pasa de
34,3% en 1992 a un 43,8% en el año 2003, implicando un incremento de 9,5 puntos
porcentuales, en tanto en los hombres se percibe un comportamiento contrario que se ve
reflejado en el descenso de su participación de la ocupación asalariada sin contratos.

Ocupados asalariados sin contrato de trabajo según sexo y quintil de ingreso


Total Total
Años
I II III IV V Total I II III IV V Total
1992 123.586 131.930 119.563 85.867 38.568 499.514 24,7 26,4 23,9 17,2 7,7 100,0
1996 228.316 227.303 166.796 135.113 89.628 847.156 27,0 26,8 19,7 15,9 10,6 100,0
2003 240.619 263.491 203.315 158.478 94.955 960.858 25,0 27,4 21,2 16,5 9,9 100,0
Hombres Hombres
Años
I II III IV V Total I II III IV V Total
1992 90.539 88.935 74.615 53.222 20.956 328.267 27,6 27,1 22,7 16,2 6,4 100,0
1996 164.062 138.065 95.180 70.955 43.956 512.218 32,0 27,0 18,6 13,9 8,6 100,0
2003 155.857 145.563 105.079 86.320 47.191 540.010 28,9 27,0 19,5 16,0 8,7 100,0
Mujeres Mujeres
Años
I II III IV V Total I II III IV V Total
1992 33.047 42.995 44.948 32.645 17.612 171.247 19,3 25,1 26,2 19,1 10,3 100,0
1996 64.254 89.238 71.616 64.158 45.672 334.938 19,2 26,6 21,4 19,2 13,6 100,0
2003 84.762 117.928 98.236 72.158 47.764 420.848 20,1 28,0 23,3 17,1 11,3 100,0
Fuente: Elaboración propia en base a Encuesta Casen 1992, 1996 y 2003.

Ahora bien, al incorporar al análisis anterior la variable quintil de ingresos, es posible advertir
como todos los quintiles de ingresos presentan población ocupada asalariada sin contrato de
trabajo, sin embargo es claramente visible como los quintiles de ingresos más bajos (I a III)
muestran una situación bastante más precaria que los quintiles IV y V, comportamiento que se
repite durante todo el período. Sin embargo, la tasa de crecimiento promedio anual por quintil
de ingreso, indica que es el quintil V el que presenta la mayor tasa a 8,2% en tanto el I quintil
lo hace a una tasa de 6,1% durante el período 1992-2003. Según la gráfica con información
según sexo, el incremento de la precariedad laboral de las mujeres es a tasas de crecimiento
muy superiores a las de los hombres, destacando en particular los quintiles II y V con
crecimientos muy similares (del orden
Tasa promedio anual asalariados sin contrato
de 9,1%), seguido por el quintil I con un tasa
10
según sexo y quintil de ingreso
crecimiento promedio de 8,6%. Por otro Hombre
9
Mujer
lado, llama la atención que en el caso de 8 Total
8,2

los hombres es el V quintil de ingreso el 7 6,3


6,1
que manifiesta la mayor tasa promedio 6 5,6
5
anual con un 7,4%, superando en al menos 4
4,8

3 puntos porcentuales al resto de los 3


quintiles de ingreso. 2
1
0
I II III IV V quintil
Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003.

Al incorporar la variable territorial al análisis anterior se observa como entre los años 1992 y
2003 se alteran las estructuras de participación de los quintiles según región, cambio que es
posible advertir en las siguientes gráficas:

15
Estructura asalariados sin contrato según región y Estructura asalariados sin contrato según región y
quintil de ingreso, Año 1992 quintil de ingreso, Año 2003

TOTA L TOTA L

R.M . R.M .

XII XII

XI XI
V
X X
IV
IX III IX V
II IV
VIII VIII
I III

VII VII II
I
VI VI

V V

IV IV

III III

II II

I I

0 10 20 30 40 0 10 20 30 40

Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003.

La primera conclusión, es que los quintiles I, II y III concentran la precariedad laboral de la


población ocupada asalariada sin contrato de trabajo en todas las regiones del país. En el año
1992, las mayores concentraciones en el I quintil se detectan en las regiones de Valparaíso, Los
Lagos y Metropolitana (del orden del 26%), en el caso del II quintil las concentraciones se dan
en las regiones de Tarapacá, Coquimbo y Valparaíso (31,2% en el caso de la primera región y
con un 29% las restantes) y en el III quintil las concentraciones se dan prioritariamente en las
regiones de O’Higgins y Maule, ambas con un alto componente rural y temporalidad, con
concentraciones superiores al 30%. Destaca en particular en este año, el quintil IV en donde
las regiones extremas del país (Aisén y Magallanes) presentan una elevada participación de
ocupados sin contrato con porcentajes cercanos al 35%.

En el año 2003, si bien se mantienen los quintiles precarios, se modifican las regiones que
concentran ocupados sin contratos, y aumentan los porcentajes, lo cual apunta a un
empeoramiento de la situación laboral de este grupo poblacional, tal es el caso de la región de
Magallanes la cual en el I quintil concentra al 37% de población asalariada sin contrato,
situación que se agudiza aún más al concentrar en el II quintil al 40% de su población. En el
caso del III quintil, la mayor concentración se da en la región de Antofagasta con un 33,5%.

16
La segunda conclusión es que el V quintil, tanto en el año 1992 como 2003 presenta menores
concentraciones de ocupados sin contratos, siendo en el año 1992, sólo tres regiones las que
presentan porcentajes superiores al 10%, tal es el caso de Atacama, Antofagasta y Araucanía.
Situación que varía en el año 2003, ya que si bien sigue siendo el V quintil el que presenta una
mejor condición laboral, se incrementan las regiones con participaciones sobre el 10%, siendo
sólo cinco regiones las que se mantienen por debajo de este porcentaje, como son Atacama
(6,3%), Coquimbo (8,6%), O’Higgins (7,4%), Bio Bio (9,8%) y Magallanes (5,2%).

En tercer lugar, a nivel país la concentración de la población en los distintos quintiles de


ingreso tiende a mantenerse, con la excepción de los quintiles III que pasa de 23,9% en el año
1992 a 21,2% en el año 2003 y del V quintil que se incrementa en 2,2 puntos porcentuales,
quedando en el año 2003 con un 9,9% de población sin contrato.

Tasa promedio anual crecimiento población ocupada asalariada sin


contrato según región y quintil de ingreso.

REGION I II III IV V Total


I 14,7 8,6 7,5 7,2 12,5 10,1
II 8,3 1,9 5,8 2,2 4,1 4,8
III 2,9 3,7 12,3 -0,3 -2,8 3,8
IV 12,4 9,7 9,3 8,4 14,6 10,4
V 7,3 7,7 8,8 7,2 12,0 8,1
VI 8,3 8,5 4,1 10,3 12,7 7,7
VII 1,4 2,1 -0,8 1,8 8,2 1,5
VIII 5,2 3,7 3,0 2,5 4,3 3,7
IX 0,5 1,3 1,0 3,5 3,2 1,6
X 6,9 4,8 3,7 -4,7 5,1 2,8
XI 17,5 18,3 5,3 -6,8 14,0 11,3
XII 9,6 5,8 8,7 2,9 4,6 6,5
R.M. 8,2 7,5 6,6 5,8 9,2 7,3
Total 6,1 6,3 4,8 5,6 8,2 5,9
MAX 17,5 18,3 12,3 10,3 14,6 11,3
MIN 0,5 1,3 -0,8 -6,8 -2,8 1,5
Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003.

Si se analiza la tasa de crecimiento promedio anual de los asalariados sin contrato durante el
período 1992-2003, se aprecia que el V quintil presenta la mayor tasa con un 8,2%, siendo el
III quintil el que presenta la menor tasa con un 4,8%. A nivel de quintiles, en el I quintil las
tasas de crecimiento promedio anual van desde un 1,4% a 17,5% siendo las regiones de Maule y
Magallanes las que presentan estos porcentajes, respectivamente. En el II quintil nuevamente
la región de Magallanes presenta la mayor tasa con un 18,3% en tanto la menor tasa la presenta
la región de Los Lagos con un 1,3%. A partir del II quintil las menores tasas de crecimiento
promedio anual son decrecientes, es así que tenemos el caso de la región de Maule (-0,8% en el
III quintil), Magallanes (-6,8% en el IV quintil) y Atacama (-2,8% en el V quintil). Por el

17
contrario, las mayores tasas promedio en estos quintiles se dan en las regiones de Atacama
(12,3% III quintil), O’Higgins (10,3% en el IV quintil) y Coquimbo en el V quintil con un 14,6%.

Al desagregar la tasa promedio anual según sexo, las estructuras varían bastante entre los
quintiles y las regiones respectivas. En el caso de los hombres, la región de Magallanes
presenta las mayores tasas promedio anual entre el I y III quintil, llegando del orden del 20%
en los quintiles I y II, tasa que nuevamente se repite en el V quintil pero en la región de
Tarapacá. Por el contrario las menores tasas (del orden del -10%) se registra en las regiones
de Atacama y Magallanes (V y IV quintil, respectivamente).

Tasa Promedio Anual - Hombres Tasa Promedio Anual - Mujeres


REGION
I II III IV V TOTAL I II III IV V TOTAL
I 9,5 8,0 6,1 4,9 19,7 8,3 30,0 9,6 10,3 13,7 6,6 13,5
II 9,5 -4,1 5,1 2,5 3,4 3,3 6,9 13,3 6,9 2,0 5,2 6,9
III -2,4 2,6 3,4 -4,0 -9,8 -0,9 10,3 6,6 18,3 4,5 7,6 10,2
IV 13,5 8,3 7,9 8,1 8,8 9,5 10,4 12,0 11,5 9,1 25,8 11,9
V 5,5 7,0 6,6 4,6 9,8 6,3 10,8 8,7 12,7 10,6 14,8 10,8
VI 7,3 7,9 1,1 9,4 14,7 6,5 11,5 10,0 9,0 12,1 10,5 10,4
VII 1,1 -1,0 -2,2 2,4 7,7 0,3 2,3 11,7 1,9 0,3 8,7 4,4
VIII 5,1 3,8 1,2 1,3 3,6 3,2 5,7 3,4 5,5 4,2 5,3 4,8
IX 9,0 3,4 6,9 2,1 3,5 5,2 11,6 11,5 13,1 4,2 5,6 8,9
X -1,0 -1,0 0,3 1,1 -0,9 -0,4 3,9 5,9 2,1 7,9 9,2 5,3
XI 4,3 -1,4 1,5 -5,1 -6,2 -0,7 12,8 14,7 7,1 -3,8 13,9 8,4
XII 20,3 19,0 9,2 -10,4 13,8 12,9 13,6 17,6 -0,9 -3,9 14,1 9,4
R.M. 6,5 5,5 6,8 3,5 9,4 6,1 10,7 9,9 6,3 8,2 9,0 8,8
TOTAL 4,9 4,5 3,1 4,4 7,4 4,5 8,6 9,2 7,1 7,2 9,1 8,2
Maxímo 20,3 19,0 9,2 8,1 19,7 12,9 30,0 17,6 18,3 13,7 25,8 13,5
Minímo -2,4 -4,1 -2,2 -10,4 -9,8 -0,9 2,3 3,4 -0,9 -3,9 5,2 4,4
Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003.

En el caso de las mujeres llama la atención la tasa promedio anual de los quintiles I y V, en las
regiones de Tarapacá y Coquimbo, que alcanzan valores de 30% y 25,8%, respectivamente. Por
el contrario, las menores tasas se dan en la región de Magallanes en los quintiles III y IV con -
0,9% y -3,9%, respectivamente. Para el resto de los quintiles, las cifras se mueven entre 2,3%
(Maule) y 18,3% (Atacama).

18
1.1.2 Tipo de contrato de trabajo

La situación de empleo permanente o no permanente es otro % Año 1996


120
indicador de la calidad del trabajo desempeñado. La situación Hombre Mujer

de no permanente, incluye a las categorías plazo fijo, por 100

29,9
temporada, por tarea o servicio. En relación a este tema sólo se 80 35,3

cuenta con información a partir del año 1994, pero para seguir 60

la lógica de los años analizados anteriormente se comenzará a 70,1


40
partir del año 1996. 64,7
20
En condición de empleo
% Año 2003 permanente se encontraba en el 0
120
Permanente No Permanente
Hombre Mujer año 1996 el 76,8% de los
100
ocupados, llegando al año 2003 a
80 36,0
40,9
sólo el 68%. De la población que presentaba contrato permanente
60 el 64,7% lo concentraban los varones en el año 1996 bajando su
64,0
40 participación a un 59,1% en el año 2003. Por el contrario de la
20
59,1
población que presentaba condición de empleo no permanente el
70,1% correspondía a varones en el año 1996, bajando su
0
participación a un 64% en el año 2003. Se concluye que según
Permanente No Permanente
tipo de contrato las mujeres son las que han incrementado su
precariedad en el ámbito laboral, a pesar de ser los varones los
que presentan la mayor condición crítica.

Al analizar este comportamiento en el resto del territorio, se observa que en las regiones se
mantiene el resultado descrito a nivel país. Destaca que en los asalariados con contrato
permanente las mayores participaciones en los varones está en las regiones de Antofagasta y
O’Higgins (71,8% ambas regiones) en el año 1996, en tanto en el año 2003 se encuentra en el
extremo norte del país Tarapacá y Antofagasta (66,3% ambas regiones), además es posible
advertir como se va notando la incorporación de las mujeres en el mercado laboral, al ir
disminuyendo las particiones de los varones.

Permanente
1996 I II III IV V VI VII VIII IX X XI XII RM Total
Hombre 65,7 71,8 71,2 67,4 64,5 71,8 69,0 66,9 68,4 70,1 65,7 60,5 61,2 64,7
Mujer 34,3 28,2 28,8 32,6 35,5 28,2 31,0 33,1 31,6 29,9 34,3 39,5 38,8 35,3
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
2003
Hombre 66,3 66,3 63,6 58,9 60,0 65,6 62,2 61,8 58,0 60,5 57,5 61,4 56,7 59,1
Mujer 33,7 33,7 36,4 41,1 40,0 34,4 37,8 38,2 42,0 39,5 42,5 38,6 43,3 40,9
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
No Permanente
1996 I II III IV V VI VII VIII IX X XI XII RM Total
Hombre 70,0 76,0 67,6 72,3 68,9 69,4 74,3 75,6 74,6 76,4 77,9 66,4 63,8 70,1
Mujer 30,0 24,0 32,4 27,7 31,1 30,6 25,7 24,4 25,4 23,6 22,1 33,6 36,2 29,9
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
2003
Hombre 64,4 67,0 69,6 69,6 59,5 68,0 68,5 67,9 67,9 65,9 57,2 62,3 59,3 64,0
Mujer 35,6 33,0 30,4 30,4 40,5 32,0 31,5 32,1 32,1 34,1 42,8 37,7 40,7 36,0
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003.

19
En el caso de las mujeres, la mayor concentración se da en las regiones de Magallanes y
Metropolitana, el año 1996 con un 39,5% y 38,8%, respectivamente, En tanto en el año 2003
vuelve a liderar la región Metropolitana con un 43,3% de asalariadas mujeres con contrato
permanente.

Por el contrario, la situación de los asalariados sin contrato permanente y por ende en una
situación laboral más precaria se encuentra en el año 1996 en las regiones de Aisén en el caso
de los varones con un 77,9% de participación y en la región Metropolitana en el caso de las
mujeres con un 36,2%. Para el año 2003, al igual que en el caso de los asalariados con contrato
permanente es posible advertir como la participación de los varones disminuye siendo las
regiones de Atacama y Coquimbo las que presentan la mayor participación de varones con
69,6% en ambos casos, en tanto en las mujeres la región de Aisén presenta un 42,8% de
asalariadas sin contrato permanente.
Diferencia en tipo de contrato mujeres, años 1996-2003

En particular se hace necesario señalar el caso


de los contratos de las mujeres, entre las cuales RM

en los asalariadas con contrato permanente


destaca el caso de las regiones de La Araucanía XI

y Los Lagos, quienes incrementan su


IX
participación en 10,4 y 9,7 puntos porcentuales,
respectivamente. Por el contrario, en las VII
regiones extremas, Tarapacá y Magallanes hay
una disminución en la participación de las V

mujeres en -0,6 y -0,9 puntos porcentuales, C.No Permanente


respectivamente. III
C.Permanente

I
En la condición de asalariadas sin contrato Puntos porcentuales

permanente, es posible advertir como la -5 0 5 10 15 20 25

precariedad laboral de este segmento


poblacional se incrementa notablemente en la región de Aisén con 20,7 puntos porcentuales de
diferencia en relación al año 1996. En tanto en la región de Atacama se observa una
disminución de esta categoría en -2,0 puntos porcentuales.

Si observamos el cuadro siguiente en el que el tipo de contrato se desagrega por rama de


actividad económica, claramente se advierte como los sectores Servicios comunales y sociales
y Comercio concentran la mayor participación de los asalariados con contrato de trabajo
permanente tanto en el año 1996 como 2003, no obstante en el año 2003 el sector Servicios
comunales y sociales incrementa su participación en 5,7 puntos porcentuales. Por el contrario,
en el contrato no permanente del año 1996 los sectores más precarios son Silvoagropecuario y
Construcción, ambos con claras características de temporalidad, situación que para el año 2003
se mantiene en el caso del sector Silvoagropecuario, en tanto se incorpora el sector Servicios
comunales y sociales con un 25,7% de participación del total de la contratación asalariada.

20
Por otro lado, los sectores con menor participación independiente del tipo de contrato son
Electricidad, gas y agua; Actividades no bien especificadas y Minería, que en el contrato
permanente no sobrepasan el 3% de participación y en el contrato no permanente es del orden
del 2% del total de los asalariados.

1996 2003
Estructura según tipo de contrato y rama de
No No
actividad económica Permanente Permanente
Permanente Permanente
ACT. NO BIEN ESPECIFICADAS 0,6 0,5 0,3 0,1
AGRIC.CAZA SILVICULTURA 11,7 25,5 7,4 23,3
EXPLOTACION MINAS Y CANTERAS 2,1 1,3 2,1 1,5
IND.MANUFACTURERAS 15,9 11,2 15,1 10,8
ELECTRICIDAD GAS Y AGUA 0,8 0,4 0,9 0,4
CONSTRUCCION 5,5 19,6 4,3 16,1
COMERCIO MAYOR/MENOR REST.HOTELES 20,1 13,9 18,3 11,5
TRANSPORTE Y COMUNICACIONES 7,5 5,8 8,3 6,0
ESTAB.FINANCIEROS SEGUROS 7,4 3,1 9,0 4,6
SERVICIOS COMUNALES SOCIALES 28,5 18,8 34,2 25,7
Total 100,0 100,0 100,0 100,0
Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003.
Al realizar la mirada a nivel de regiones según asalariados con contrato permanente es posible
decir lo siguiente:
• En el sector silvoagropecuario destaca la alta participación en las regiones de la
Araucanía y Los lagos en el año 1996, situación que se mantiene para esta última en el
año 2003, pero aparece la región de O’Higgins a cambio de la Araucanía.
• En el sector minero, como era de esperar la concentración de los asalariados se
encuentra en las regiones de Antofagasta y Atacama, en ambos períodos de análisis.
• La Región Metropolitana concentra su supremacía en el sector industria manufacturera.
• En el sector comercio la región de Tarapacá presenta la mayor participación en ambos
años, a pesar de que el año 2003 presenta una leve disminución de 1,4 puntos
porcentuales.
• En el sector Transporte y Comunicaciones destaca la región de Magallanes en el año
2003 con una participación del 13,6% de este sector en el total de los asalariados
regionales.
• Finalmente, en Servicios, comunales y personales que al igual que en el ámbito nacional
concentra las mayores participaciones regionales, destaca en el año 1996 la región de
Magallanes con un 41,3% en tanto para el año 2003 es la región de Coquimbo quien
presenta la mayor participación de su población asalariada en este sector.

21
Estructura ocupados asalariados con contrato permanente según rama de actividad económica y región

Act.no bien Industria Elect.gas y Transp.y Establecim Serv.Com.Soc


Silvoagropec. Minería Construcción Comercio Total
Región espec. Manuf. agua Comunic. Financieros .Pers.
96 03 96 03 96 03 96 03 96 03 96 03 96 03 96 03 96 03 96 03 96 03
I 0,4 ** 7,9 1,9 3,7 10,0 9,7 8,5 2,5 0,9 4,8 3,1 26,1 24,7 10,6 6,6 4,7 10,7 29,5 33,7 100 100
II 0,1 0,2 2,1 2,2 21,7 19,3 10,6 7,9 1,0 1,6 4,8 8,9 19,7 16,6 9,9 10,5 6,2 6,7 24,0 26,0 100 100
III 0,2 ** 14,4 8,6 20,6 14,3 6,2 10,1 0,4 1,0 4,7 3,4 18,5 18,9 7,3 6,1 4,8 6,1 23,0 31,4 100 100
IV 0,1 ** 19,9 12,1 7,8 6,9 8,1 7,4 0,6 1,6 5,7 2,5 21,4 18,1 7,2 6,6 4,0 6,2 25,4 38,7 100 100
V 0,7 0,7 10,6 8,1 2,6 1,8 12,4 11,3 1,3 0,9 5,8 5,0 20,4 18,8 8,9 11,2 5,8 6,0 31,6 36,2 100 100
VI 0,1 0,1 25,2 20,2 4,7 5,1 13,3 10,6 0,6 0,7 3,8 3,7 18,9 16,8 7,1 7,0 4,7 6,3 21,5 29,5 100 100
VII 0,4 0,2 25,5 18,4 0,4 0,2 14,2 13,5 0,5 1,0 6,0 3,1 19,6 17,4 6,2 8,0 3,8 4,4 23,5 33,8 100 100
VIII 0,2 0,2 18,1 11,5 1,0 0,7 15,7 18,1 0,6 0,7 5,6 4,3 19,2 15,1 7,1 9,0 4,7 6,0 27,8 34,4 100 100
IX 0,2 0,1 34,3 10,9 0,2 0,1 10,3 13,0 0,7 1,0 3,5 4,6 17,5 16,5 5,2 9,2 3,0 7,7 25,2 36,9 100 100
X 0,2 0,2 29,8 20,6 0,0 0,4 12,2 12,7 0,7 0,9 4,8 3,4 17,2 16,5 6,9 6,8 3,1 4,0 25,2 34,5 100 100
XI 0,7 1,2 25,3 15,4 0,5 3,8 5,1 12,0 0,4 1,3 6,5 3,6 16,4 15,5 7,4 6,0 2,5 3,0 35,3 38,2 100 100
XII ** 1,3 11,2 8,8 3,2 0,1 9,1 8,8 0,2 0,2 6,8 3,4 20,6 22,1 3,6 13,6 4,2 3,6 41,3 38,2 100 100
RM 0,9 0,3 3,0 2,9 0,3 0,6 20,0 17,7 0,7 0,9 5,9 4,3 20,8 19,2 7,5 7,9 10,6 12,0 30,2 34,3 100 100
País 0,6 0,3 11,7 7,4 2,1 2,1 15,9 15,1 0,8 0,9 5,5 4,3 20,1 18,3 7,5 8,3 7,4 9,0 28,5 34,2 100 100

Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003.


** sin dato

22
Estructura ocupados asalariados con contrato no permanente según rama de actividad económica y región

Act.no bien Industria Elect.gas y Transp.y Estab.Financi Serv.Com.Soc


Silvoagropec. Minería Construcción Comercio Total
Región espec. Manuf. agua Comunic. eros .Pers.
96 03 96 03 96 03 96 03 96 03 96 03 96 03 96 03 96 03 96 03 96 03
I 0,1 0,5 13,1 9,0 3,7 3,9 10,1 9,2 0,0 0,0 19,6 18,1 16,0 13,9 9,4 12,6 1,4 4,7 26,7 28,0 100 100
II 0,3 0,9 1,3 2,6 7,7 11,5 13,7 8,8 0,1 0,6 28,4 24,0 14,0 9,8 9,0 9,5 2,8 8,0 22,7 24,4 100 100
III 0,0 0,1 25,5 29,5 9,9 7,4 5,0 7,4 0,1 1,4 19,0 15,0 13,0 11,1 3,9 7,4 3,9 2,1 19,8 18,7 100 100
IV 0,1 0,0 30,4 36,1 6,3 5,7 5,3 5,8 0,7 0,2 21,9 15,8 13,3 11,3 4,4 5,7 1,8 2,2 15,9 17,1 100 100
V 0,5 0,1 21,9 23,2 0,6 1,5 9,3 7,2 0,6 0,8 23,9 16,7 12,5 12,4 6,8 9,2 3,4 2,7 20,5 26,3 100 100
VI 0,3 0,0 44,6 55,3 1,4 2,4 8,7 6,9 0,7 0,3 11,5 8,9 12,2 6,3 6,5 4,9 1,3 1,9 12,8 13,1 100 100
VII 0,3 0,0 55,2 49,6 1,4 0,5 7,4 8,1 0,5 0,5 14,3 11,5 7,9 9,2 2,9 4,3 1,6 1,5 8,6 14,9 100 100
VIII 0,7 0,3 27,9 23,3 0,8 0,3 12,2 16,4 0,4 0,3 20,2 13,2 14,0 9,4 5,4 5,4 2,4 3,5 16,1 28,0 100 100
IX 0,8 ** 30,9 27,4 0,3 0,3 6,5 6,9 0,4 0,1 22,2 19,2 11,4 11,3 6,0 2,9 1,9 2,5 19,6 29,4 100 100
X 0,5 0,0 28,0 24,2 ** 0,4 13,3 11,0 0,9 0,2 20,0 17,8 10,2 10,2 5,3 5,8 1,8 1,5 20,0 28,9 100 100
XI 0,9 ** 35,1 19,0 0,3 1,1 5,4 9,4 0,4 ** 26,8 18,5 8,1 10,0 6,7 3,7 0,7 2,2 15,6 36,1 100 100
XII 0,1 ** 10,5 11,6 1,1 0,0 13,3 16,7 1,3 0,6 23,4 14,9 14,2 11,6 9,5 9,0 3,0 6,6 23,5 28,9 100 100
RM 0,5 0,1 11,8 9,0 0,2 0,2 15,0 13,3 0,2 0,4 19,6 18,4 18,0 14,2 6,1 5,3 5,1 8,4 23,4 30,8 100 100
País 0,5 0,1 25,5 23,3 1,3 1,5 11,2 10,8 0,4 0,4 19,6 16,1 13,9 11,5 5,8 6,0 3,1 4,6 18,8 25,7 100 100

Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003.


** sin dato

23
Por su parte en lo que dice relación a los asalariados en la categoría sin contrato permanente
en el cuadro que se presenta a continuación es posible advertir los siguientes eventos:
• No es de extrañar que en el sector silvoagropecuario se presenten las mayores tasas
de participación de asalariados sin contrato permanente, ya que es sabida la
temporalidad y precariedad de este sector económico, según los antecedentes
entregados en el cuadro precedente, las regiones de O’Higgins y el Maule en ambos
años de análisis presentan elevadas tasas de población asalariada en condiciones
laborales críticas (55,3% y 49,6%, respectivamente).
• En el sector minero como era de esperarse nuevamente resalta la región de
Antofagasta, sobre todo en el año 2003.
• En la industria manufacturera a diferencia del cuadro anterior, la precariedad se
constata en las regiones del Bio Bio y Magallanes.
• La región de Antofagasta vuelve a resaltar al mostrar una débil condición laboral en
ambos años en el sector construcción.
• Por otra parte la región Metropolitana destaca en los sectores de Comercio y Servicios
comunales, sociales y personales, donde en este último la precariedad laboral alcanza al
30,8% de sus asalariados sin contrato permanente.
• Igualmente, la región de Tarapacá presenta altas concentraciones en los sectores
Transporte y Servicios comunales, sociales y personales, con participaciones de 12,6%
y 28% en el año 2003, respectivamente.
• Finalmente, se advierte en el sector Servicios comunales, sociales y personales la
elevada concentración de asalariados sin contrato permanente en las regiones de Aisén
y Metropolitana, con un 36,1% y 30,8%, respectivamente.

Al observar el cuadro siguiente, se aprecia como los asalariados con contrato permanente
tienden a concentrarse en los quintiles III, IV y V, tanto en el año 1996 como 2003,
destacando en particular el caso de las mujeres las cuales presentan su mayor participación en
el V quintil incluso superando a la media nacional. Por el contrario los varones tienden a
concentrarse en los quintiles III y IV. Por otro lado se debe señalar que en el quintil más
pobre (I quintil) la participación de asalariados en general es baja, sobretodo en el caso de las
mujeres las cuales no superan el 6,6%.
1996
Permanente No permanente En el caso de los asalariados con
Hombre Mujer Total Hombre Mujer Total
13,0 6,6 10,8 28,4 17,2 25,0
contrato no permanente, el
I
II 19,0 13,8 17,2 26,2 25,8 26,1 comportamiento es totalmente
III 21,4 20,6 21,1 20,0 22,3 20,7 opuesto al antes descrito, es decir las
IV 22,9 26,8 24,2 16,1 22,2 17,9
mayores participaciones se dan en los
V 23,8 32,3 26,7 9,3 12,6 10,3
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 quintiles más precarios en tanto en el
quintil más rico la participación es del
2003
Permanente No permanente orden del 10%. En el caso de los
Hombre Mujer Total Hombre Mujer Total
hombres las mayores participaciones
I 11,5 6,5 9,5 26,4 17,0 23,0
II 21,3 15,3 18,9 26,5 26,7 26,6 se dan en los quintiles V y IV, en tanto
III 22,4 22,1 22,3 21,3 24,2 22,4 en el caso de las mujeres se
IV 23,8 27,4 25,2 16,8 19,3 17,7
concentran en los quintiles IV y III,
V 20,9 28,7 24,0 9,0 12,7 10,3
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
sin embargo a diferencia del cuadro
Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003. anterior aquí las mujeres presentan

24
una precariedad laboral superior a la de los hombres al concentrar en el I quintil sobre el 12%
de sus asalariadas sin contrato laboral permanente.

Estructura de los ocupados por tipo de contrato Permanente según región, sexo y quintil de ingreso
I II III IV V Total
Región Hom-96 Hom-03 Hom-96 Hom-03 Hom-96 Hom-03 Hom-96 Hom-03 Hom-96 Hom-03 Hom-96 Hom-03
I 10,0 12,5 19,4 21,2 19,6 16,9 25,2 23,6 25,8 25,8 100,0 100,0
II 13,8 13,7 17,9 16,6 22,5 24,4 24,0 22,0 21,8 23,3 100,0 100,0
III 12,8 11,5 17,0 15,2 20,7 21,6 24,3 26,2 25,3 25,5 100,0 100,0
IV 12,5 11,7 17,4 20,2 21,9 19,3 23,5 24,6 24,6 24,2 100,0 100,0
V 14,9 14,1 20,2 22,6 20,9 22,3 22,2 22,7 21,8 18,4 100,0 100,0
VI 9,4 9,9 18,8 22,1 22,5 24,3 24,3 24,0 24,9 19,6 100,0 100,0
VII 12,0 10,3 18,6 21,6 20,4 23,4 22,9 21,5 26,1 23,2 100,0 100,0
VIII 11,2 8,6 17,7 20,1 21,5 25,1 24,0 23,5 25,6 22,7 100,0 100,0
IX 15,1 7,1 20,4 18,4 20,5 26,3 22,1 25,7 21,8 22,5 100,0 100,0
X 12,7 10,0 19,3 22,5 22,7 25,6 22,6 23,6 22,7 18,3 100,0 100,0
XI 11,8 11,5 18,4 20,8 19,8 21,0 25,1 22,1 24,8 24,6 100,0 100,0
XII 13,4 15,6 18,5 21,8 20,4 25,0 25,8 17,2 22,0 20,5 100,0 100,0
RM 14,9 15,0 19,8 21,5 20,4 22,7 22,4 23,1 22,5 17,7 100,0 100,0
Total 13,0 11,5 19,0 21,3 21,4 22,4 22,9 23,8 23,8 20,9 100,0 100,0

I II III IV V Total
Región Muj-96 Muj-03 Muj-96 Muj-03 Muj-96 Muj-03 Muj-96 Muj-03 Muj-96 Muj-03 Muj-96 Muj-03
I 7,6 6,9 18,1 17,0 20,5 20,5 29,2 24,8 24,6 30,7 100,0 100,0
II 11,5 12,2 19,2 20,5 20,1 17,9 20,6 26,1 28,7 23,3 100,0 100,0
III 8,1 6,6 14,6 12,2 21,2 27,0 21,7 25,5 34,4 28,7 100,0 100,0
IV 7,2 8,9 17,8 14,8 18,3 17,2 21,0 27,0 35,7 32,1 100,0 100,0
V 6,4 6,4 18,4 16,6 22,6 23,6 24,4 26,1 28,2 27,4 100,0 100,0
VI 4,2 5,1 9,5 13,4 22,0 19,1 29,6 29,3 34,6 33,1 100,0 100,0
VII 6,0 5,3 10,2 12,7 22,6 20,1 22,1 27,1 39,1 34,8 100,0 100,0
VIII 4,6 4,2 11,1 12,4 18,3 22,0 26,6 28,9 39,4 32,5 100,0 100,0
IX 9,5 6,1 15,1 16,2 21,1 14,6 23,2 21,7 31,1 41,4 100,0 100,0
X 5,9 7,1 13,2 13,6 16,4 23,0 29,0 26,0 35,5 30,3 100,0 100,0
XI 9,7 8,5 20,8 15,4 12,8 26,0 27,1 20,3 29,7 29,9 100,0 100,0
XII 13,8 14,7 14,9 21,8 16,1 21,1 28,2 20,8 27,0 21,6 100,0 100,0
RM 7,8 8,9 16,4 17,5 21,2 24,6 25,2 25,5 29,5 23,5 100,0 100,0
Total 6,6 6,5 13,8 15,3 20,6 22,1 26,8 27,4 32,3 28,7 100,0 100,0
Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003.

Del cuadro anterior es posible apreciar las estructuras de participación por quintil de ingreso
según región y sexo en los contratos permanentes de los ocupados. El comportamiento en las
regiones es similar al detectado en el ámbito nacional, sin embargo es posible destacar las
siguientes apreciaciones al interior de los quintiles de ingreso:
• En el I quintil varones, tanto para el año 1996 como 2003, las regiones que concentran
una mayor participación en este quintil son Valparaíso, Araucanía y Metropolitana en el
año 1996, en tanto en el 2003 se repite la Metropolitana y aparece la región de
Magallanes, en ambos años la mayor participación es del orden del 15%, superior a la
media nacional. En el caso de las mujeres, en ambos años las regiones que destacan por
su elevada participación son Antofagasta y Magallanes, con porcentajes que tienden a
duplicar la media nacional de este quintil.
• En el II quintil varones las regiones que destacan por su participación son Valparaíso
tanto en el año 1996 como 2003 y las regiones de la Araucanía (año 1996) y Los Lagos
(año 2003). En el caso de las mujeres las regiones con mayor participación en este
quintil son Antofagasta, para ambos años, además de las regiones de Aisén y
Magallanes, años 1996 y 2003, respectivamente.

25
• En el caso del III quintil las mayores diferencias de participación con la media nacional
se da en el año 2003, destacando en el caso de los varones la región de Araucanía y en
las mujeres la región de Atacama.
• En el IV quintil destacan las mujeres en las cuales la participación en este quintil
alcanza cifras que llegan al 29% en ambos años, siendo las regiones de Tarapacá,
O’Higgins y Los Lgos, las que presentan la situación antes señalada. En el caso de los
varones la participación alcanza niveles inferiores a los de las mujeres, llegando a
porcentajes del orden del 25% y 26%, siendo las regiones de Tarapacá, Atacama,
Araucanía, Aisén y Magallanes, las que presentan en algún año de análisis la
característica antes mencionada.
• Finalmente, en el V quintil destaca claramente la participación de las mujeres, las
cuales en el año 2003 llegan a un porcentaje de 41,4% en la región de Araucanía y de
34,8% en el Maule, porcentajes bastantes superiores a lo manifestado por los varones
los cuales en el año 2003 sólo llegan a una participación del orden del 26% en las
regiones de Tarapacá y Atacama.

No obstante, al analizar las diferencias según región, sexo y quintil de ingresos entre los años
1996 y 2003, se advierte que los principales incrementos se dan en los quintiles II y V, tanto
en varones como mujeres, reflejándose en la región de La Araucanía en el caso de los varones y
en las regiones de Valparaíso y Aisén en las mujeres. Por el contrario, las mayores
disminuciones en la participación de los ocupados con contrato tipo permanente se da en la
región de La Araucanía, tanto en varones como en mujeres, sin embargo en el caso de los
varones se da en el I quintil (-8 puntos porcentuales) en tanto en las mujeres se refleja en el V
quintil (-6,5 puntos porcentuales).

Asimismo, a nivel nacional también se advierte que los mayores cambios se dan en el II quintil,
tanto en varones como mujeres siendo del orden de los +7 puntos porcentuales en ambos casos.
Por el contrario, las menores fluctuaciones se encuentran en el IV quintil en varones (+0,1
puntos porcentuales) y en el I quintil en mujeres (-0,1 puntos porcentuales).

26
Diferencia mujeres años 1 996-2003
Diferencia hombres años 1 996-2003
RM
RM

XII
XII

XI XI

X X

IX IX

VIII VIII

VII VII

VI VI

V V

IV IV

III III
I II III
I II III
II IV V II
IV V

I I

-10 -5 0 5 10 15 -10 -5 0 5 10 15

El cuadro que se presenta a continuación muestra la estructura de los ocupados por contrato
No Permanente según región, sexo y quintil de ingreso, y se concluye que:
• En el I quintil destaca la región de Tarapacá por ser la que mayor participación
presenta en este grupo poblacional, tanto en varones como en mujeres, incorporándose
en el año 2003 la región de Magallanes en el grupo varones con una participación del
35,3% de su población ocupada. Debe señalarse además que la participación de ambas
regiones dista bastante de la media nacional de este quintil de ingresos para ambos
años de análisis.
• Nuevamente en el quintil II destaca una región, en este caso la de Atacama, la cual
presenta tanto en varones como en damas una alta participación en este quintil por
sobre el 30%. También en este caso, se incorpora la región de Aisén en el año 2003 con
una alta concentración de su población ocupada en este quintil en la categoría varones.
• En el III quintil en el año 1996 la principal participación se da en la región de Tarapacá
en varones con un 32% y en las mujeres en las regiones de Atacama, O’Higgins, Maule y
Araucanía con porcentajes del orden del 27%. En el año 2003 se percibe un descenso
en las particiones en todas las regiones, siendo en el caso de los varones la región de
Coquimbo con 25,2% la participación más alta, en tanto en mujeres se repite la región
de Coquimbo y se incorpora O’Higgins, en ambos casos con participaciones del 30%
aproximadamente.
• En el IV quintil en mujeres destaca la región de Los Lagos con la participación más alta
en este quintil en ambos años de análisis. En tanto los varones manifiestan una
participación del 21,3% en ambos años (tasa de participación más alta) en las regiones
de Valparaíso y Los Lagos.
• Finalmente en el V quintil mujeres, destacan las regiones de Los Lagos y Aisén que en el
año 2003 casi duplican en participación (del orden del 22%) a la media nacional, hecho

27
que en los varones también se refleja con un 18% en la región de Antofagasta en el
mismo año (media nacional 9%).

Estructura de los ocupados por tipo de contrato No Permanente según región, sexo y quintil de ingreso
I II III IV V Total
Región Hom-96 Hom-03 Hom-96 Hom-03 Hom-96 Hom-03 Hom-96 Hom-03 Hom-96 Hom-03 Hom-96 Hom-03
I 27,9 23,7 20,3 25,4 32,0 22,4 7,4 18,0 12,5 10,5 100,0 100,0
II 26,7 17,3 27,7 22,7 19,7 22,4 11,3 20,1 14,6 17,5 100,0 100,0
III 26,4 20,4 34,5 30,8 20,2 19,1 12,7 20,3 6,1 9,3 100,0 100,0
IV 22,7 23,5 24,6 26,1 24,0 25,2 17,4 17,3 11,4 8,0 100,0 100,0
V 26,5 24,2 23,5 28,6 18,3 23,5 21,3 15,0 10,4 8,7 100,0 100,0
VI 23,7 24,5 23,7 26,1 23,6 24,5 19,3 16,8 9,7 8,2 100,0 100,0
VII 24,6 22,5 22,4 23,7 26,0 24,6 18,0 18,5 9,0 10,7 100,0 100,0
VIII 26,6 24,5 27,2 25,9 19,1 22,1 15,7 16,9 11,4 10,7 100,0 100,0
IX 20,7 21,6 24,9 25,9 24,8 22,5 18,4 19,0 11,3 11,1 100,0 100,0
X 22,7 22,5 25,2 25,4 27,9 20,0 11,9 21,3 12,2 10,8 100,0 100,0
XI 18,4 18,6 28,1 31,5 30,0 21,8 14,5 17,5 8,9 10,5 100,0 100,0
XII 23,0 35,3 24,6 29,9 27,2 13,5 9,4 16,1 15,8 5,3 100,0 100,0
RM 25,1 28,7 27,2 24,3 22,8 22,6 15,1 15,8 9,7 8,6 100,0 100,0
Total 28,4 26,4 26,2 26,5 20,0 21,3 16,1 16,8 9,3 9,0 100,0 100,0

I II III IV V Total
Región Muj-96 Muj-03 Muj-96 Muj-03 Muj-96 Muj-03 Muj-96 Muj-03 Muj-96 Muj-03 Muj-96 Muj-03
I 32,9 27,7 23,5 20,5 14,8 21,6 21,3 16,8 7,4 13,5 100,0 100,0
II 22,6 16,2 24,9 27,5 21,8 16,8 12,7 20,1 18,1 19,4 100,0 100,0
III 13,6 17,8 36,8 34,6 27,1 24,7 16,0 16,2 6,5 6,6 100,0 100,0
IV 17,0 16,1 30,2 25,3 24,0 29,4 12,6 16,9 16,2 12,3 100,0 100,0
V 17,1 18,4 20,9 24,7 23,4 21,6 24,2 21,5 14,4 13,7 100,0 100,0
VI 13,2 16,9 26,6 23,9 27,5 30,8 18,1 17,5 14,6 11,0 100,0 100,0
VII 13,2 14,8 22,8 26,8 27,7 27,8 26,2 18,5 10,1 12,1 100,0 100,0
VIII 11,4 14,8 20,5 17,3 26,0 26,9 24,8 22,8 17,3 18,1 100,0 100,0
IX 10,5 10,7 22,5 18,9 27,1 28,3 20,5 21,9 19,4 20,2 100,0 100,0
X 18,5 13,0 23,8 19,1 10,7 21,8 28,2 25,0 18,8 21,2 100,0 100,0
XI 20,1 13,6 21,8 23,1 26,2 21,0 22,6 20,1 9,2 22,1 100,0 100,0
XII 14,5 21,8 32,6 32,0 19,9 19,7 18,9 12,8 14,1 13,7 100,0 100,0
RM 20,0 22,6 23,0 28,1 24,6 21,5 22,4 15,7 10,0 12,1 100,0 100,0
Total 17,2 17,0 25,8 26,7 22,3 24,2 22,2 19,3 12,6 12,7 100,0 100,0

Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003.

En relación a las mayores diferencias detectadas entre los años 1996 y 2003 según sexo,
quintiles y regiones (ya sea aumentos o disminuciones en las participaciones) es posible
advertir que los mayores incrementos al igual que en los contratos permanentes se dan en el II
quintil destacando la región de Atacama con un aumento de 19 puntos porcentuales en el caso
de las mujeres y de 14,1 puntos porcentuales en los varones. Por el contrario las mayores
disminuciones en la participación se detectan en el quintil V de varones con -13,7 puntos
porcentuales y en el IV quintil en las mujeres con un -12,1 puntos porcentuales, en ambos casos
es la región de Magallanes la que manifiesta las variaciones antes mencionadas.

Llama la atención el incremento de la participación en 12 puntos porcentuales en los varones de


la región de Magallanes lo que implica un incremento en la precariedad de este sector
ocupacional, situación que también se da en las mujeres pero a menor escala (7,3 puntos
porcentuales).

28
RM
RM

XII
XII

XI
XI

X
X

IX
IX

VIII
VIII

VII
VII

VI I II
III IV VI

V V I II III
V
IV V
IV
IV

III
III

II
II

I
I

-20 -10 0 10 20
-20 -10 0 10 20 30

1.2 Previsión

En relación a la proporción de ocupados que cotiza en algún sistema previsional, los


antecedentes proporcionados por la encuesta Casen muestran que se ha producido un leve
incremento de dicha proporción de un 61,5% en el año 1992 a 64,6% en 1996 y 63% en el año
2003. Esto significa, sin embargo que en el año 2003 se encuentran 2.126.651 de ocupados que
no cotizan en ningún sistema previsional, situación que denota una alta precariedad en esta
variable para la población trabajadora de este país.
1992 1996 2003
Región SI NO SIN SI NO SIN SI NO SIN
Total Total Total
COTIZA COTIZA DATO COTIZA COTIZA DATO COTIZA COTIZA DATO
I 69,9 27,6 2,5 100,0 67,8 32,2 0,0 100,0 60,7 37,3 2,1 100,0
II 68,9 29,9 1,3 100,0 68,6 30,4 1,0 100,0 69,2 27,3 3,5 100,0
III 68,0 31,0 1,0 100,0 68,6 30,9 0,6 100,0 66,4 32,6 1,0 100,0
IV 53,8 44,3 1,9 100,0 60,3 39,3 0,4 100,0 56,6 42,8 0,5 100,0
V 63,1 33,4 3,5 100,0 65,6 33,4 1,0 100,0 62,3 35,4 2,4 100,0
VI 65,2 33,7 1,2 100,0 65,5 34,1 0,3 100,0 68,1 31,3 0,6 100,0
VII 51,9 47,1 0,9 100,0 52,4 47,4 0,1 100,0 55,6 43,4 1,0 100,0
VIII 57,9 39,0 3,1 100,0 63,3 36,0 0,6 100,0 59,9 37,6 2,4 100,0
IX 50,7 45,9 3,4 100,0 46,6 53,1 0,3 100,0 51,0 48,2 0,8 100,0
X 54,4 42,1 3,5 100,0 55,6 44,2 0,2 100,0 58,0 40,9 1,2 100,0
XI 62,8 36,5 0,7 100,0 63,2 36,5 0,3 100,0 63,3 35,8 1,0 100,0
XII 74,6 21,9 3,5 100,0 71,6 28,3 0,2 100,0 72,7 25,3 2,1 100,0
RM 64,4 33,1 2,4 100,0 69,5 30,2 0,3 100,0 66,3 32,4 1,3 100,0
Total 61,5 36,0 2,5 100,0 64,6 35,0 0,4 100,0 63,0 35,5 1,5 100,0
Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003.

29
Al bajar este análisis nacional al territorio, se advierte una elevada precariedad en lo
referente a cobertura previsional de los ocupados en algunas regiones, que no ha variado en el
transcurso del período 1992 – 2003, como es el caso de Maule, Araucanía , Coquimbo y Los
Lagos, regiones que se mantienen durante el período con tasas de población ocupada que no
cotiza sobre el 40% ( con excepción de la región de Coquimbo en el año 1996), superior a lo
menos en 5 puntos porcentuales con respecto a la media nacional. En particular las regiones de
el Maule, Coquimbo y Los Lagos disminuyen en el año 2003 la población que no cotiza con
respecto al año 1992 en 3,7; 1,5 y 1,2 puntos porcentuales, respectivamente. Por el contrario,
en la región de la Araucanía se observa que la precariedad laboral se incrementa en 2,3 puntos
porcentuales quedando con un 48,2% de población ocupada regional que no cotiza en ningún
sistema previsional.

Por el contrario, la región de Magallanes presenta en el transcurso del período de análisis la


mayor participación de población ocupada regional que cotiza en algún sistema previsional,
presentando porcentajes superiores al 70% y superiores a la media nacional en el año 2003 del
orden de los 10 puntos porcentuales.

1992 1996 2003


Desde una mirada de género se
Sexo SI NO SI NO SI NO
advierte que los hombres se COTIZA COTIZA COTIZA COTIZA COTIZA COTIZA
encuentran más desprotegidos, Hombre 68,1 66,2 66,5 64,9 64,2 60,0
lo que resulta obvio pensando Mujer 31,9 33,8 33,5 35,1 35,8 40,0
que corresponden a la mayoría Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

de la fuerza laboral del país. Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003.

Sin embargo no es posible dejar de mencionar como las mujeres han ido incrementando su
precariedad laboral, ya que pasan de un población que no cotiza de 33,8% en el año 1992 a una
participación de la población ocupada que no cotiza del 40%, unido posiblemente a su
incorporación en los últimos años en la fuerza de trabajo, pero en condiciones más
desfavorables.
1992 1996 2003
Desde el punto
SI NO SIN SI NO SIN SI NO SIN
de vista del total Total
COTIZA COTIZA DATO
Total
COTIZA COTIZA DATO
Total
COTIZA COTIZA DATO
Total

de población
Hombre 62,1 35,4 2,5 100,0 65,2 34,4 0,4 100,0 64,5 33,9 1,5 100,0
ocupada por Mujer 60,2 37,3 2,5 100,0 63,5 36,0 0,4 100,0 60,5 38,0 1,5 100,0
sexo, tanto Total 61,5 36,0 2,5 100,0 64,6 35,0 0,4 100,0 63,0 35,5 1,5 100,0
hombres como Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003.
mujeres tienden a tener un mismo comportamiento en la participación de las coberturas
previsionales, detectándose sin embargo una mayor precariedad en las mujeres, sobretodo en
el año 2003 donde del total de mujeres que se encuentran ocupadas un 38% de ellas no cotiza
en ningún sistema previsional, superando a los varones en igual situación laboral en 4,1 puntos
porcentuales.

Las gráficas que se presentan a continuación sintetizan la estructura de la población ocupada


que no cotiza por regiones, es posible advertir que para el año 2003 toda la población ocupada
masculina que no cotiza disminuye en todas las regiones con respecto al año 1992, siendo en
particular en las regiones Antofagasta, Atacama y Aisén donde se perciben las mayores
disminuciones. Por el contrario en el caso de las mujeres, en todas las regiones del país la

30
precariedad laboral de este segmento se ve incrementada entre los años 1992 y 2003, siendo
en la región de Atacama donde se hace más visible esta situación con un incremento de 15,4
puntos porcentuales de la población regional ocupada sin cobertura previsional, seguida por la
región de Antofagasta con un incremento de 13,1 puntos porcentuales.

Hombres
2003
RM
RM
1992

XI Mujeres
XI
2003

1992
IX IX

VII
VII

V
V

III
III

I
0 10 20 30 40 50

0 20 40 60 80

De la información obtenida a través de la encuesta Casen es posible apreciar que la población


ocupada por rama de actividad económica según cobertura previsional en el caso de los
ocupados que cotizan tienden a concentrarse en los sectores Industria Manufacturera,
Comercio y Servicios comunales y sociales, siendo este último sector el que predomina en
participación sobretodo en el año 2003 donde alcanza un porcentaje de 30,5%. Por el
contrario, las ramas de actividades que concentran los ocupados que no cotizan son
Silvoagropecuario, Comercio y también servicios comunales y sociales, siendo en este caso el
sector comercio el que alcanza el mayor porcentaje en el año 2003 con un 24,5%. Las menores
participaciones en la población ocupada nacional ya sea cotizando o no, se da en los sectores
económicos Actividades no bien especificadas y Electricidad, gas y agua, en ambos con
participaciones inferiores al 1% durante todo el período de análisis.
1992 1996 2003
RAMA DE ACTIVIDAD SI NO SIN SI NO SIN SI NO SIN
Total Total Total
COTIZA COTIZA DATO COTIZA COTIZA DATO COTIZA COTIZA DATO
ACT. NO BIEN ESPECIFICADAS 0,7 0,6 2,1 0,7 0,7 0,3 1,7 0,6 0,3 0,1 1,0 0,2
AGRIC.CAZA SILVICULTURA 11,6 22,9 13,3 15,7 10,2 23,5 15,5 14,9 10,4 18,2 9,9 13,1
EXPLOTACION MINAS Y CANTERAS 2,7 1,2 1,3 2,1 2,5 0,7 13,8 1,9 2,1 0,4 1,2 1,5
IND.MANUFACTURERAS 19,1 13,0 14,2 16,8 17,1 10,6 11,8 14,8 14,2 11,7 12,0 13,3
ELECTRICIDAD GAS Y AGUA 1,1 0,2 1,3 0,8 0,9 0,3 0,1 0,7 0,8 0,1 0,6 0,6
CONSTRUCCION 9,3 8,2 7,6 8,8 8,9 8,6 4,3 8,8 8,0 9,6 8,6 8,6
COMERCIO MAYOR/MENOR REST.HOTELES 14,8 23,7 15,3 18,0 16,1 23,5 12,6 18,7 17,3 24,5 19,5 19,9
TRANSPORTE Y COMUNICACIONES 6,9 6,9 8,4 7,0 6,9 7,4 5,2 7,1 7,8 7,7 10,5 7,8
ESTAB.FINANCIEROS SEGUROS 5,6 1,9 6,3 4,3 8,2 3,1 2,9 6,4 8,5 4,0 6,3 6,9
SERVICIOS COMUNALES SOCIALES 28,3 21,5 30,2 25,9 28,5 22,0 32,2 26,3 30,5 23,8 30,5 28,1
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003.

31
En lo que dice relación a la distribución de la población ocupada regional según quintil de
ingreso y que No poseen cobertura previsional, se observan tres grandes concentraciones a
través de todo el país en los sectores económicos Silvoagropecuario, Comercio y Servicios
Comunales, sociales y personales. En el sector Silvoagropecuario las mayores participaciones
van desde un 29,2% (región de Coquimbo) a 53,4% (región del Maule) en el año 1992 llegando al
año 2003 a ser de 27,7% (región de Bio Bio) a 38,7% (región de O’Higgins), siendo el grupo de
regiones desde Coquimbo a Aisén (excepto Valparaíso) las que presentan importantes
participaciones en esta rama de actividad económica.

En el caso del sector Comercio, las mayores participaciones en el año 1992 fluctúan entre
23,2%(región de Valparaíso) y 33,0% (región de Atacama), en tanto para el año 2003 tiende a
mantenerse el comportamiento desplazándose las más altas participaciones entre 23,7%
(región de Antofagasta) y 31,8% (región de Atacama), siendo las regiones involucradas en este
caso toda la zona norte y centro del país desde la región de Tarapacá a la Región
Metropolitana. Finalmente el sector Servicios comunales, sociales y personales presenta un
comportamiento similar al de comercio en cuanto a las regiones involucradas (desde Tarapacá a
la Región Metropolitana con excepción de Coquimbo, más la región de Magallanes en el extremo
sur del país), siendo las fluctuaciones de las mayores participaciones entre 20,1% (regiones de
Tarapacá y Atacama, ambas en el año 1992) a 29,7% (región de Antofagasta en el año 2003),
comportamiento que se repite en ambos años de análisis.

Finalmente, se observa que existen sectores en que en general disminuye su participación en la


ocupación y por ende también su precariedad en cuanto al tema de cobertura previsional, como
es el caso del sector Silvoagropecuario donde es posible detectar una disminución de 14,9 y
11,1 puntos porcentuales en las regiones de Maule y Magallanes, respectivamente. Por el
contrario, en los sectores Transporte y comunicación y Servicios comunales, sociales y
personales se observan incrementos de participación en regiones de la ocupación sin cotización
como es el caso de Magallanes con 12,1 puntos porcentuales en Transporte y de 9,3 puntos
porcentuales en la región de Coquimbo en el sector Servicios comunales, sociales y personales.

32
Región Act.No
Elect.Gas
Bien Silvoagropec. Mineria Ind.Manufac. Construcción Comercio Transp.Comunic. Estab.Financ. Serv.Comun.Soc. Total
Y Agua
Espec.
I 92 03 92 03 92 03 92 03 92 03 92 03 92 03 92 03 92 03 92 03 92 03
II ** 0,4 13,1 12,2 0,3 0,4 9,8 8,2 0,1 0,0 9,9 11,2 31,8 28,0 13,0 14,2 2,0 4,5 20,1 21,0 100,0 100,0
III 0,9 0,7 8,6 8,0 3,7 3,7 8,3 9,4 0,1 0,0 11,4 11,5 29,5 23,7 11,1 9,6 3,1 3,7 23,3 29,7 100,0 100,0
IV ** ** 13,2 16,1 10,3 5,3 5,5 7,3 0,8 ** 7,1 8,4 33,0 31,8 8,8 9,6 1,2 0,8 20,1 20,8 100,0 100,0
V 0,3 ** 29,2 27,9 9,7 1,8 6,8 8,9 0,4 0,2 6,5 7,2 26,2 23,7 9,1 7,9 0,9 2,2 10,9 20,2 100,0 100,0
VI 0,5 0,2 18,6 13,4 1,1 0,2 11,9 9,0 0,1 0,2 10,6 12,7 23,2 26,3 8,4 8,6 1,3 2,8 24,3 26,6 100,0 100,0
VII ** 0,0 41,4 33,8 1,0 0,4 13,3 9,7 0,3 ** 6,5 8,8 17,6 20,4 4,9 6,0 1,2 1,7 13,8 19,2 100,0 100,0
VIII 0,2 ** 53,4 38,5 1,2 0,1 6,8 9,8 ** 0,0 5,1 10,0 17,4 20,6 3,9 5,0 0,5 1,4 11,5 14,4 100,0 100,0
IX 1,1 0,0 33,7 27,7 1,0 0,1 8,7 12,2 0,3 0,1 6,9 7,9 20,0 20,4 7,3 6,8 1,6 2,1 19,4 22,7 100,0 100,0
X 0,9 0,1 45,7 38,7 0,2 0,1 11,5 10,0 0,2 0,0 5,1 7,8 15,5 15,9 4,4 3,9 1,4 2,5 15,1 21,0 100,0 100,0
XI 0,2 0,1 41,3 35,1 0,2 0,1 6,8 8,5 ** 0,2 6,4 9,5 21,6 19,5 6,0 7,4 1,5 1,5 16,0 18,0 100,0 100,0
XII ** ** 39,7 33,7 ** 0,2 8,5 8,9 ** ** 5,1 9,6 21,1 18,9 5,8 7,3 0,7 1,2 19,0 20,3 100,0 100,0
RM ** ** 20,3 9,2 2,5 0,3 11,3 15,3 0,5 ** 11,9 13,5 14,6 13,1 8,5 20,7 1,1 0,3 29,3 27,6 100,0 100,0
Total 0,7 0,2 5,4 4,7 0,3 0,1 18,7 14,4 0,2 0,2 9,6 9,7 27,4 28,6 7,1 8,1 2,8 6,6 27,8 27,5 100,0 100,0

Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003.

** sin dato

33
Al hacer el análisis considerando el nivel
socioeconómico de la población ocupada según 30
COTIZA I II III IV V
cobertura previsional, la distribución por
25 25,4
quintiles de ingreso varía drásticamente en el 23,8 24,9

caso de la población que cotiza, es así que el 20


quintil de ingresos más bajos presenta la
menor participación en la cobertura 15
previsional de la población ocupada variando su 11,8
11,2
9,9
participación entre un 11,8% en el año 1992 y 10

un 9,9% en el año 2003, es decir incluso


5
disminuye su cobertura previsional en 1,9
puntos porcentuales durante el período de 0
análisis. Por el contrario y como era de 1992 1996 2003
esperarse el quintil más rico presenta la Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003.

mayor cobertura de la población ocupada con porcentajes que varían de un 23,8% en el año
1992 a 25,4% en el año 2003.
25,0 NO COTIZA
I II III IV V
En el caso de la población ocupada que No
20,0
18,4
19,5 19,0 18,7 cotiza su comportamiento es bastante más
17,6 18,0
homogéneo que la situación anterior. Las
15,0 mayores concentraciones de población ocupada
no cotizando se encuentran en los quintiles II
10,0 al IV, en tanto los quintiles extremos I y V
presentan comportamientos muy similares, es
5,0 así como en el año 1992 el I y V presentan una
participación de 17,6% y 18,4%,
0,0 respectivamente, en tanto que en el año 2003
1992 1996 2003 ambos quintiles alcanzan similar participación
Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003.
del orden del 18% .

Del cuadro que se presenta a continuación, se percibe que en las regiones la población ocupada
que cotiza presenta un comportamiento similar al detectado en el país, sin embargo es
necesario señalar que en el año 2003 un grupo de regiones, desde el Maule a Aisén, la población
que cotiza en el I quintil disminuye, como es el caso de la región de la Araucanía, de 6,3% en
tanto la media nacional es de un 9,9%. Por el contrario, en el V quintil se observan las mayores
participaciones a nivel regional, destacando el notable incremento ( 8 puntos porcentuales) de
la población ocupada cotizando en la región de la Araucanía alcanzando tasas de participación
del 32,3% en el año 2003.

No obstante, existen tres regiones que presentan su mayor participación en el IV quintil,


siendo estas Atacama, O’Higgins y Metropolitana, con porcentajes que fluctúan entre el 23,5%
y 25,2%.

34
En el análisis de la población
Participación ocupación mujeres No cotiza por quintil de ingreso
25 ocupada femenina que no cotiza
1992 según quintil de ingreso, aquellas
1996
20 2003 ubicadas en los quintiles más
bajos tienden a empeorar su
15
situación en el transcurso del
10
periodo, ya que si bien se
incorpora a la fuerza laboral lo
5 está haciendo sin una cobertura
previsional adecuada. Es así que
0 en los quintiles I, II y III se
I II III IV V
incrementa entre el año 1992 y
Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003.
2003 en 1,9, 3,5 y 0,4 puntos
porcentuales, respectivamente. Por el contrario en los quintiles ricos, se aprecia una
contracción durante el transcurso de los años de -2,6 y -3,3 puntos porcentuales en los
quintiles IV y V, respectivamente.

Los hombres tienen un Participación ocupación hombres No Cotiza por quintil de ingreso
comportamiento diferente que 25,0

se percibe claramente en la 1992


1996
gráfica. En los quintiles 20,0 2003

extremos I y V, se aprecia una


clara tendencia al incremento 15,0

con una variación de un punto


porcentual de incremento entre 10,0

los años 1992 y 2003, lo que


significó en el caso del I quintil 5,0
pasar de 19% a 20,1%, en tanto
en el V quintil se aprecia en el 0,0
año 2003 una participación de I II III IV V
Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003.
los hombres ocupados sin
cobertura previsional de 18%. Por el contrario, en el resto de los quintiles de ingreso el
comportamiento es a la disminución de la ocupación masculina sin cotización siendo la principal
disminución la detectada en el III quintil de ingreso con una reducción entre los extremos del
período de -1,5 puntos porcentuales.

Al complementar el análisis anterior incorporando la variable territorial, el comportamiento es


bastante similar al mostrado en el nivel nacional, sin embargo destacan algunos hechos que es
relevante mencionar en el caso de los hombres. En el I y II quintil de ingreso la mayor
participación está dada por la región de Magallanes con un 24,3% y 27,8%, respectivamente. En
tanto en los quintiles III y V las mayores participaciones están dadas en las regiones de
Antofagasta y O’Higgins, con un 26,9% y 23,3%, respectivamente.

Sin embargo, los mayores cambios producidos entre los años 1992 y 2003 en los distintos
quintiles por región son: en el I quintil en la región de Bio Bio cuya población ocupada sin
cotización se incrementa en 6,9 puntos porcentuales (11.528 personas), en el II y IV quintiles

35
los mayores incrementos se dan en Magallanes con 4,4 y 5,0 puntos porcentuales,
respectivamente, en el III quintil la región de Antofagasta presenta un aumento de 6,2 puntos
porcentuales y finalmente en el V quintil es la región de O’Higgins con 7,1 puntos porcentuales
la que presenta una mayor variación positiva. Por el contrario, las disminuciones en
participación de su población regional ocupada sin cobertura previsional, se da en Atacama y
Antofagasta en los quintiles I y II respectivamente, en el III quintil son dos las regiones que
manifiestan los mayores cambios O’Higgins y Magallanes, con disminución de 6,4 y 6,9, puntos
porcentuales, respectivamente y finalmente, en los quintiles más ricos IV y V, las regiones de
Tarapacá y Coquimbo disminuyen en 4,1 y 6,1 puntos porcentuales, respectivamente.

O cupados H om bres N o cotizan, región y quintil de ingreso autónom o regional y nacional


R egión I II III IV V
92 03 92 03 92 03 92 03 92 03
I 17,4 20,1 22,7 25,0 24,1 22,9 19,2 15,2 16,6 16,9
II 15,4 19,3 27,2 21,5 20,6 26,9 19,6 17,3 17,2 15,1
I II 19,1 15,1 21,3 23,1 21,5 20,9 21,0 20,3 17,1 20,6
IV 16,9 22,3 18,2 20,7 24,0 22,2 18,8 18,8 22,1 16,0
V 19,1 16,5 20 ,6 20,3 23,4 23,1 19,7 21,1 17,3 19,1
VI 18,8 17,1 21 ,4 20,4 26,7 20,3 16,9 18,9 16,1 23,3
VII 19,7 16,6 22,6 19,2 23,9 25,1 19,6 22,6 14,2 16,5
VIII 17,0 23,9 21,0 19,9 21,2 20,4 20,8 18,4 20,0 17,4
IX 15,6 18,9 22,7 20,7 21,0 19,3 21,4 23,6 19,3 17,4
X 17,1 19,1 19,7 19,1 23,3 21,2 21,5 22,9 18,5 17,7
XI 14,7 17,2 21,9 16,8 19,1 23,2 22,5 23,2 21,8 19,6
XII 23,4 24,3 23,4 27,8 22,9 15,9 15,5 20,4 14,9 11,5
RM 18,7 18,8 19,5 19,3 21,9 23,7 21,8 19,3 18,0 18,9
Total 19,0 20,1 21,1 20,7 22,5 20,9 20,4 20,2 17,0 18,0
Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003.

En el caso de las mujeres son visibles los cambios ocurridos entre el período 1992-2003, donde
se percibe que en los quintiles más precarios (I y II) la situación laboral de la mujer ocupada
se ve desmejorado, principalmente en las regiones extremas de Tarapacá y Magallanes con
participaciones del 28% y 37,3% en el año 2003 en los quintiles I y II, respectivamente, lo que
significó un incremento de 16 y 10,9 puntos porcentuales, respectivamente. Por otro lado, la
región de Aisén, presenta una mayor participación de su población ocupada femenina sin
cobertura provisional en los quintiles IV y V, respectivamente, con participaciones del 24,7% y
26,2%, respectivamente, donde además esta región en el V quintil resulta ser la que mayor
incremento de precariedad tuvo su población incrementando su participación en 6,5 puntos
porcentuales.

En el III quintil las participaciones en el año 2003, fluctúan entre un 16,2% en la región de
Magallanes y un 26,7% en la región de Atacama, no obstante esta última presenta una alta tasa
que no ha variado mucho con respecto a su situación inicial en el año 1992 (incremento de 1,1
puntos porcentuales), siendo la región de Coquimbo la que presenta el mayor incremento con
5,7 puntos porcentuales entre el período en análisis.

36
O cupados M ujeres N o cotizan, región y quintil de ingreso autónom o regional y nacional
R egión I II III IV V
92 03 92 03 92 03 92 03 92 03
I 12,0 28,0 17,7 15,7 21,2 21,2 27,8 20,7 21,3 14,3
II 19,2 17,0 16,7 25,3 27,3 22,9 16,5 17,8 20,2 17,0
III 11,9 18,8 23,0 16,5 25,6 26,7 21,8 17,9 17,7 20,0
IV 14,8 17,4 17,0 21,2 17,6 23,4 22,0 16,1 28,5 21,9
V 14,4 16,8 22,0 23,1 18,0 22,4 23,4 21,1 22,1 16,7
VI 13,8 11,4 18,6 19,7 24,0 24,7 20,5 23,9 23,1 20,2
V II 13,3 15,4 14,9 21,5 22,7 22,9 23,6 22,5 25,5 17,6
V III 14,6 16,3 20,8 18,4 21,6 25,4 22,0 19,8 20,9 20,1
IX 10,3 13,7 20,5 20,0 21,3 22,2 22,7 21,8 25,2 22,3
X 15,5 16,0 18,2 19,7 22,6 21,1 20,4 20,9 23,4 22,3
XI 14,5 14,2 27,2 18,3 12,2 16,5 26,4 24,7 19,7 26,3
X II 18,8 20,9 26,4 37,3 24,6 16,2 16,4 9,4 13,8 16,1
RM 15,9 19,9 18,7 22,6 23,3 22,4 23,6 19,9 18,5 15,2
T otal 14,6 16,5 19,2 22,8 21,7 22,2 23,2 20,6 21,3 18,0

Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003.

1.3 Seguro de Cesantía

El Seguro de Cesantía es un instrumento de Seguridad Social del Gobierno de Chile, creado por
la Ley 19.728, publicado en el Diario Oficial el día 14 de mayo de 2001, para proteger a los
trabajadores cuando éstos quedan cesantes. Cada trabajador dependiente regido por el Código
del Trabajo, tendrá una cuenta individual, donde tanto él como su empleador deberán cotizar
mensualmente una fracción o porcentaje de su remuneración.

Al momento de quedar cesante, el trabajador podrá retirar los recursos acumulados en su


cuenta individual y, de ser necesario, recurrir a un Fondo Solidario, el cual será constituido con
parte de los aportes de los empleadores y con aportes del Estado. Mediante el Seguro de
Cesantía, las personas que quedan cesantes mantendrán algún nivel de ingreso, facilitando
además la situación de aquellas personas que renuncian en búsqueda de nuevos puestos de
trabajo. El seguro opera cuando el trabajador pierde su trabajo ya sea por causa voluntaria
(renuncia) o involuntaria (despido).

Al perder su empleo, la persona tendrá derecho a retirar Giros Mensuales de la cuenta


individual, siempre y cuando tenga acreditadas doce (12) o más cotizaciones en forma continua
o discontinua.

Beneficios Del Seguro De Cesantía


Límite Inferior (% remuneración) Límite Superior
1º $ 65.000 50 % $125.000
2º $ 54.000 45 % $112.500
3º $ 46.000 40 % $100.000
4º $ 38.500 35 % $87.500
5º $ 30.000 30 % $75.000

Fuente: www.estudio-juridico.cl

37
De acuerdo a la consulta realizada por primera vez en la Encuesta Casen el año 2003 referente
a si en los hogares encuestados se encontraban personas afiliadas al seguro de desempleo, se
observó que a nivel nacional sólo un 17,5% se encontraba con seguro lo que en términos
absolutos es 598.360 personas, en tanto un 66,2% señalan no poseer seguro de desempleo
(2.270.957 personas), llamando la atención el porcentaje de personas (16,3%) que dice “no
saber” respecto al tema, ya que de alguna manera también indica vulnerabilidad laboral.

¿Se encuentra afiliado al seguro de desem pleo? Si se analiza esta pregunta a nivel territorial en
Regiones Si No N o sabe Total
general se mantiene el comportamiento nacional, con
I 21,6 60,1 18,3 100,0
II 28,1 52,3 19,6 100,0 la excepción de las regiones del extremo norte
III 20,0 67,5 12,5 100,0 (Tarapacá, Antofagasta y Atacama) y Magallanes en
IV 14,1 75,2 10,7 100,0 el extremo sur, donde los porcentajes de afiliación
V 15,4 67,1 17,5 100,0 al seguro de desempleo son superiores a la media
VI 18,0 73,4 8,6 100,0
nacional. En particular, lo acontecido en la región de
VII 17,5 69,2 13,3 100,0
VIII 17,0 61,9 21,1 100,0
Antofagasta que supera en 10,6 puntos porcentuales
IX 16,7 70,6 12,7 100,0 al resultado obtenido a nivel país.
X 17,9 62,1 20,0 100,0
XI 16,4 63,4 20,1 En el caso de las personas que no se encuentran
100,0
XI I 21,0 65,0 14,0 100,0
cubiertas con este seguro, es posible advertir dos
RM 17,1 66,5 16,4 100,0
situaciones de comportamientos contrarios, como es
País 17,5 66,2 16,3 100,0
Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003. el caso de regiones que superan por bastante a la
media nacional como es el caso de Coquimbo (75,2%), O’Higgins (73,4%) y Araucanía (70,6%) y
por el contrario la región de Antofagasta con 13,9 puntos porcentuales por debajo de la media
nacional.

Finalmente, la respuesta “no se” a nivel de regiones también tiene un alto porcentaje (similar a
la respuesta “si”), no obstante destaca la región de O’Higgins con sólo un 8,6% de personas
que dicen desconocer su situación particular.

En el siguiente cuadro se presenta la estructura por rama de actividad económica por regiones
de aquellas personas que NO se encuentran afiliadas al seguro de desempleo.

Ramas actividad NO se encuentra afiliado al seguro de desempleo


económica I II III IV V VI VII VIII IX X XI XII RM País
Act.no bien espec. 0,5 0,7 0,1 0,0 0,5 0,0 0,2 0,2 0,1 0,1 1,4 0,9 0,4 0,3
Silvoagropecuario 6,4 1,0 27,0 30,4 16,4 45,8 42,0 23,2 24,9 28,5 21,5 13,8 5,5 16,6
Minería 7,3 12,0 8,9 6,1 1,2 2,0 0,3 0,3 0,2 0,4 5,0 0,2 0,5 1,4
Ind.manufacturera 10,2 12,7 8,6 9,3 11,2 10,4 13,1 20,1 14,6 14,2 15,8 13,2 20,4 16,7
Elect.,gas y agua 0,5 0,9 1,1 0,8 0,9 0,5 0,7 0,7 0,8 0,5 0,4 0,1 0,7 0,7
Construcción 12,0 12,4 8,0 10,8 12,8 6,4 8,1 8,9 13,2 10,0 10,7 7,5 9,0 9,6
Comercio 25,1 24,0 21,3 19,2 22,1 14,2 16,5 16,3 20,3 18,6 22,6 22,4 22,3 20,5
Transp.y comunic. 15,6 12,9 8,6 7,5 12,7 7,0 7,7 10,0 5,6 10,3 7,3 17,0 8,7 9,3
Estab.financ. 9,3 9,7 5,5 5,7 6,1 4,1 3,1 5,7 6,0 4,0 4,9 6,0 12,7 8,9
Serv.comun.soc. 13,1 13,9 11,0 10,2 16,1 9,6 8,4 14,5 14,2 13,5 10,4 19,0 19,9 16,1
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003.

38
En cuanto a las concentraciones por ramas de actividad según regiones, se observan dos
grandes agrupaciones centradas en los sectores económicos de Comercio y Silvoagropecuario.
En el primero, las regiones que presentan una mayor población sin afiliación se encuentra en I,
II, III, V, RM, XI y XII, con fluctuaciones de participación que van desde 21,3% a 25,1%, en
las regiones de Atacama y Tarapacá, respectivamente. En el segundo sector
(Silvoagropecuario), las mayores participaciones por región en este sector se encuentran en la
III y IV región, así como entre la VI y X región, las fluctuaciones en los porcentajes van desde
un 23,2% en el Bio Bio a un 45,8% en O’Higgins.

Por el contrario, los sectores que menos personas concentran con problemas de afiliación al
seguro de desempleo son Actividades no bien especificadas y Electricidad, gas y agua.

Por otro lado, si el análisis se realiza según población concentrada en ramas de actividad, como
era de esperarse las mayores participaciones se encuentran en la región Metropolitana, sin
embargo en dos sectores económicos destacan otras regiones como son Antofagasta en el
sector Minero y O’Higgins en el sector Silvoagropecuario. En cuanto a la Región Metropolitana
su mayor participación la encuentra en el sector de Establecimientos Financieros con un 67,1%.

Ramas actividad NO se encuentra afiliado al seguro de desempleo


económica I II III IV V VI VII VIII IX X XI XII RM País
Act.no bien espec. 3,6 5,5 0,3 0,2 15,3 0,2 4,6 6,0 1,0 2,2 1,9 2,4 56,7 100,0
Silvoagropecuario 0,8 0,2 2,5 7,4 9,6 18,0 15,4 14,0 6,5 9,0 0,6 0,7 15,4 100,0
Minería 11,2 22,0 9,9 17,7 8,0 9,1 1,3 2,2 0,6 1,3 1,6 0,1 15,0 100,0
Ind.manufacturera 1,3 2,0 0,8 2,3 6,5 4,0 4,8 12,0 3,8 4,4 0,4 0,7 57,1 100,0
Elect.,gas y agua 1,5 3,1 2,3 4,4 12,1 4,3 5,6 9,3 5,0 3,5 0,3 0,1 48,6 100,0
Construcción 2,7 3,3 1,3 4,6 13,0 4,4 5,1 9,3 5,9 5,4 0,5 0,7 43,8 100,0
Comercio 2,6 3,0 1,6 3,8 10,5 4,5 4,9 7,9 4,3 4,7 0,5 0,9 50,8 100,0
Transp.y comunic. 3,6 3,6 1,4 3,3 13,3 4,9 5,0 10,7 2,6 5,8 0,3 1,5 43,9 100,0
Estab.financ. 2,2 2,8 1,0 2,6 6,7 3,0 2,1 6,5 2,9 2,3 0,2 0,6 67,1 100,0
Serv.comun.soc. 1,7 2,2 1,1 2,5 9,7 3,9 3,2 8,9 3,8 4,3 0,3 1,0 57,4 100,0

Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003.

Al analizar el tema del seguro de desempleo


Quintil de ¿Se encuentra afiliado al seguro de desempleo?
según afiliación por quintil de ingreso, se Si No No sabe Total
ingreso
observa que la distribución en tres de los I 11,4 16,5 15,7 15,5
cinco tramos de ingreso es bastante similar II 20,2 22,0 22,2 21,7
III 23,8 23,0 24,1 23,3
el comportamiento entre los que si tienen
IV 23,6 21,7 21,9 22,1
seguro y los que no lo poseen, dando las V 21,0 16,8 16,1 17,4
similitudes en los quintiles centrales (II al Total 100,0 100,0 100,0 100,0
IV), en tanto en los quintiles extremos hay Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003.
diferencias entre ambas opciones de respuestas. Es así que en el quintil más pobre se alcanza
un 16,5% de población No afiliada en tanto sólo un 11,4% en este quintil dice poseer el seguro.
Por el contrario, en el quintil más rico los comportamientos son opuestos, es decir el 16,8% dice
no poseer el seguro, en tanto el 21% señala lo contrario. Al realizar este análisis según
desagregación territorial en la población No afiliada a un seguro de desempleo, el
comportamiento es básicamente el mismo, con la excepción de dos regiones que presentan un
comportamiento particular. Tal es el caso de la región de Magallanes la cual en el I quintil tiene
un porcentaje de 26,2% de personas en la región sin afiliación superando en 9,7 puntos
porcentuales a la media nacional. Por otro lado, está la región de La Araucanía con un elevado

39
porcentaje (21,9%) de población regional sin afiliación en el V quintil, superando a la media
nacional en 5,1 puntos porcentuales.
R e g io n e s N O s e e n c u e n t r a a f ilia d o a l s e g u r o d e d e s e m p le o s e g ú n q u in t il d e in g r e s o
I II III IV V T otal
I 1 8 ,0 2 3 ,9 2 0 ,7 1 7 ,8 1 9 ,6 1 0 0 ,0
II 1 8 ,8 1 5 ,9 2 5 ,3 2 0 ,8 1 9 ,2 1 0 0 ,0
III 1 9 ,3 2 4 ,9 2 1 ,8 2 0 ,8 1 3 ,2 1 0 0 ,0
IV 1 9 ,0 2 4 ,7 2 3 ,3 1 8 ,4 1 4 ,6 1 0 0 ,0
V 1 6 ,7 2 2 ,6 2 1 ,9 2 1 ,7 1 7 ,0 1 0 0 ,0
VI 1 7 ,3 2 4 ,7 2 4 ,8 1 9 ,8 1 3 ,4 1 0 0 ,0
VII 1 6 ,4 2 3 ,1 2 4 ,4 2 1 ,6 1 4 ,6 1 0 0 ,0
VIII 1 4 ,5 2 1 ,7 2 3 ,4 2 2 ,6 1 7 ,8 1 0 0 ,0
IX 1 2 ,3 1 9 ,9 2 0 ,4 2 5 ,5 2 1 ,9 1 0 0 ,0
X 1 3 ,3 2 2 ,5 2 3 ,3 2 2 ,2 1 8 ,7 1 0 0 ,0
XI 1 3 ,5 2 5 ,7 2 6 ,9 1 6 ,5 1 7 ,3 1 0 0 ,0
XII 2 6 ,2 2 6 ,2 2 6 ,9 1 0 ,6 1 0 ,1 1 0 0 ,0
RM 1 6 ,8 2 1 ,3 2 2 ,9 2 2 ,2 1 6 ,8 1 0 0 ,0
P a ís 1 6 ,5 2 2 ,0 2 3 ,0 2 1 ,7 1 6 ,8 1 0 0 ,0
Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003.

En relación a la distribución por quintil de ingreso en las distintas ramas económicas para la
población no afiliada al seguro de desempleo, el sector Actividades no bien especificadas logra
su mayor participación en el V quintil con un 35,3%, al igual que los sectores Minería,
Electricidad, gas y agua, Establecimientos financieros y Servicios comunales, sociales y
personales, con un 34%; 30,1%; 31,2% y 27,4%, respectivamente. En tanto los sectores
Silvoagropecuario y Construcción, presentan su mayor participación en el II quintil de ingreso
con porcentajes de 29,4% y 26,4%, respectivamente.

Por otro lado, los sectores económicos de Industria Manufacturera y Transporte y


comunicaciones, destacan por su concentración en el III quintil con márgenes del 24%.
Finalmente, el sector Comercio alcanza su mayor participación en el IV quintil con un 26%.

Ramas actividad NO se encuentra afiliado al seguro de desempleo según quintil de ingreso


económica I II III IV V Total
Act.no bien espec. 10,2 12,9 18,3 23,3 35,3 100,0
Silvoagropecuario 26,2 29,4 25,3 14,0 5,0 100,0
Minería 9,6 18,5 18,2 19,7 34,0 100,0
Ind.manufacturera 16,9 23,9 24,7 20,5 14,1 100,0
Elect.,gas y agua 12,5 17,9 23,4 16,1 30,1 100,0
Construcción 22,7 26,4 21,3 18,6 10,9 100,0
Comercio 14,2 20,5 23,6 26,0 15,7 100,0
Transp.y comunic. 17,2 22,7 24,5 20,6 15,0 100,0
Estab.financ. 6,8 13,2 21,4 27,4 31,2 100,0
Serv.comun.soc. 11,0 16,6 19,8 25,1 27,4 100,0
Total 16,5 22,0 23,0 21,7 16,8 100,0

Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003.

Un resultado distinto de análisis es posible obtener si la mirada se realiza al revés de lo


expuesto con anterioridad, es decir, en que sectores se concentra principalmente la población
No afiliada según quintil de ingreso, cuyo resultado obtenido es que los quintiles más precarios
económicamente (I y II) se concentran en el sector Silvoagropecuario (26,3% y 22,2%,
respectivamente), en tanto el III y IV quintil lo hacen en el sector económico de Comercio
(21% y 24,5%, respectivamente) y finalmente el quintil más rico (V) alcanza su mayor

40
participación en la rama económica de Servicios comunales, sociales y personales con un 26,3%
de concentración.

Ramas actividad NO se encuentra afiliado al seguro de desempleo según quintil de ingreso


económica I II III IV V Total
Act.no bien espec. 0,2 0,2 0,2 0,3 0,6 0,3
Silvoagropecuario 26,3 22,2 18,2 10,7 4,9 16,6
Minería 0,8 1,2 1,1 1,3 2,8 1,4
Ind.manufacturera 17,1 18,2 17,9 15,8 14,0 16,7
Elect.,gas y agua 0,5 0,6 0,7 0,5 1,3 0,7
Construcción 13,2 11,5 8,8 8,2 6,2 9,6
Comercio 17,7 19,1 21,0 24,5 19,1 20,5
Transp.y comunic. 9,7 9,6 9,9 8,8 8,3 9,3
Estab.financ. 3,6 5,3 8,2 11,2 16,4 8,9
Serv.comun.soc. 10,8 12,2 13,9 18,7 26,3 16,1
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003.

2. Calificación del empleo11

El nivel de calificación de los trabajadores constituye un aspecto relevante de las políticas de


empleo. El grado de calificación de la fuerza de trabajo además de ser un elemento de
importancia en el análisis de la calidad de los empleos, tiene incidencia en dos temas centrales:
la primera, en la productividad y en la posibilidad de generar una capacidad productiva
eficiente y competitiva; y la segunda, en la obtención de mejores remuneraciones y acceso a
empleos más calificados. En esta sección se analizan dos aspectos relacionados con la
calificación del trabajador, una de ellas es el nivel de calificación de la fuerza de trabajo
ocupada medida en términos de años de estudios y la capacitación destinada al adiestramiento
de los trabajadores.

11
Chacón, Boris. Calidad de los Empleos y su Incidencia en los niveles de pobreza en Chile 1990-1996. Departamento
Estudios Económicos- Mideplan.

41
2.1 Calificación de la fuerza de trabajo ocupada según años de escolaridad

De acuerdo a información Casen, la fuerza de trabajo ocupada, entre 1992 y 2003, registró un
crecimiento neto de 1.115.181 personas. En efecto, este aumento de la población ocupada, fue
el resultado de haber crecido a una tasa promedio anual de 1,9% permitiendo la creación de
91.478 puestos laborales anualmente durante este período.

Los años medios de escolaridad de la fuerza de trabajo ocupada, según Casen 1992 alcanzaban
a 9,7 años, cifra que se incrementa en el año 1996 a 10,3 y finalizando en el 2003 con 11 años
de escolaridad promedio.

Al comparar los resultados Casen 1992, 1996 y 2003 de los resultados en años medios de
estudios promedio de cada una de las regiones del país con lo obtenido a nivel país, el número
de regiones que logró superar la media nacional disminuye con el pasar de los años. Tanto es
así, que solamente las Regiones Metropolitana de Santiago, Antofagasta, Tarapacá y Valparaíso
lograron superar en todos los años, los años de escolaridad promedio a nivel nacional.

En el año 1992, fueron seis las regiones del país que superaron la media nacional de 9,7 años de
escolaridad. Estas regiones son, en orden decreciente, en términos de años de escolaridad, las
Regiones de Tarapacá, Metropolitana de Santiago, Antofagasta, Maule, Valparaíso y la Región
de Magallanes, con años de escolaridad de 10,7 años, 10,4 años, 10,3 años, 10 años, 10 años y
9,8 años, respectivamente.

Los resultados de 1996, evidencian que solamente cinco regiones superaron los años de
escolaridad a nivel nacional que fue de 10,3 años. Estas regiones, en orden decreciente, fueron
las de Tarapacá, Metropolitana de Santiago, Antofagasta, Atacama, Valparaíso y Magallanes,
con años de escolaridad promedio de 11 años, 11 años, 10,9 años, 10,5 años y 10,3 años,
respectivamente.

42
Queda de manifiesto preguntarse ¿qué ocurrió con las demás regiones que no lograron obtener
resultados por sobre la media nacional?. De acuerdo a encuesta Casen 2003, los años de
escolaridad promedio era de 11 años a nivel nacional. Analizando los resultados obtenidos por
las regiones, solamente cuatro de ellas superaron este indicador a nivel país. Estas regiones, en
orden decreciente, son las Regiones Metropolitana de Santiago con 11,8 años de escolaridad, la
Región de Antofagasta con 11,7 años de escolaridad, la Región de Tarapacá con 11,4 años de
escolaridad y la Región de Valparaíso con 11,1 años de escolaridad.

Las estadísticas que entrega la Casen no ayudan a responder esta pregunta específica dado que
son múltiples los factores que podrían estar incidiendo en este resultado. Pero si se puede
obtener una aproximación midiendo las brechas de años de escolaridad de cada una de estas
regiones con respecto al resultado obtenido en cada uno de los años de este estudio, análisis
que se presenta a continuación.

2,0 Diferencia regional respecto de la media nacional. Casen 1992, 1996 y 2003.

0,0

-2,0
I II III IV VI VII VIII IX X XI XII RM

1992 -1,0 -0,6 0,0 0,5 0,8 1,5 0,5 0,9 1,0 1,3 0,0 -0,7

1996 -0,7 -0,6 0,0 0,8 1,4 1,8 0,3 1,5 1,5 1,5 0,2 -0,7

2003 -0,4 -0,7 0,7 0,6 1,2 1,7 0,5 0,9 1,2 1,1 0,1 -0,8

Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003.

Preocupante es la situación de las Regiones del Maule, Los Lagos y Aisén que en todos los años
ostentaron brechas significativas, si se las compara con las demás regiones; la Región de
Atacama, solamente en el 2003 no logró superar el resultado nacional, con una brecha de 0,7
años de escolaridad, seguida por la Región de Magallanes que en los dos últimos años no superó
el umbral de comparación. Las demás regiones con brechas menores a un año de escolaridad
aún no han logrado superar los resultados nacionales en cada uno de los años evaluados.

Transcurrido los once años que conforma el período 1992-2003, todas las regiones del país
incrementaron sus años de escolaridad promedio. En el país el aumento fue de 1,3 años de
escolaridad promedio y en las regiones, en su conjunto, de 1,1 años de escolaridad, siendo el
mayor aumento en la Región de Aisén con 1,5 años de escolaridad y el menor aumento en la
Región de Atacama con 0,7 años de escolaridad promedio.12

Interesantes son los resultados por región y desagregado por quintil de ingreso autónomo. De
manera genérica, en todos los quintiles de ingresos aumentaron sus años de escolaridad
promedio en el 2003 respecto a 1992. Los únicos guarismos que discrepan de esta tendencia
positiva de los resultados educacionales, se vieron en dos regiones del país. La Región de la
Araucanía entre los años 1992 y 2003 disminuyó en 0,3 años de escolaridad en el I quintil de
ingresos; La Región de Atacama con una disminución de 0,4 años de escolaridad en el V quintil.

12
En el apéndice se explica la diferencia que se origina en el uso de quintiles de ingreso regional y nacional

43
Las regiones que lograron los mayores incrementos en años de escolaridad promedio, entre
1992 y 2003, por quintil de ingresos fueron, en el I quintil la Región de Magallanes al aumentar
en 2 años de escolaridad promedio, al pasar de 7,8 años en 1992 a 9,8 en el 2003; en el II
quintil la Región de Antofagasta, con un aumento de 1,8 años de escolaridad; igualmente logró
obtener los mayores incrementos de escolaridad promedio en los quintiles II y III, respecto a
sus pares regionales; la Región Metropolitana de Santiago obtuvo el mayor incremento de años
promedio de escolaridad con 1,7 años en el IV quintil de ingresos; en el V quintil fue la Región
de Aisén que logro el mayor aumento en años de escolaridad promedio, entre 1992 y 2003, con
3 años de escolaridad promedio.

2.1.2 Escolaridad de la Fuerza de Trabajo por Sexo y Quintil de Ingreso Autónomo.

Como se ha mencionado anteriormente, la fuerza de trabajo ocupada, entre 1992 y 2003,


creció a una tasa promedio anual de 1,9%, permitiendo la creación de 91.478 puestos laborales
anualmente. Esta velocidad de incorporación permitió que en el país se crearan 1.115.181 nuevos
puestos de trabajo entre los años extremos del período.

Del total de estos puestos laborales creados, las mujeres representan el 59,5% de ellos,
permitiéndoles aumentar de 1.512.021 mujeres trabajadoras en 1992 a 2.174.953 mujeres en el
2003. En efecto, este resultado solamente fue posible por haber logrado crecer a una tasa
promedio anual de 3,3%, entre los años 1992 y 2003, lo que se traduce en una incorporación
anual de 49.897 mujeres en el mercado laboral.

Los hombres ocuparon el 40,6% del total de los puestos laborales creados entre los años 1992
y 2003. Lograron crecer a una tasa promedio anual de 1,2%, caracterizando la ocupación
masculina de poco dinámica, si la comparamos con la tasa de crecimiento promedio anual del
país que fue de 1,9%.

44
La dinámica de incorporación de la población ocupada femenina en el mercado laboral, también
se vio reflejada en todos los quintiles de ingresos autónomos. A nivel nacional, la ocupación
femenina ascendió en 2,1 puntos porcentuales por sobre la tasa promedio anual de la ocupación
masculina. Por quintil de ingresos, en orden
decreciente, en términos de puntos
porcentuales, el I quintil, con 3,8 puntos
porcentuales, el II quintil con 3,4 puntos
porcentuales, el III quintil con 2 puntos
porcentuales, el IV quintil con 1,4 puntos
porcentuales y el V quintil con 1,2 puntos
porcentuales, que permitió en este último
quintil de ingresos, la incorporación de 11.714 mujeres anualmente en el mercado laboral.

La información obtenida por años de escolaridad promedio por quintil de ingresos, constata que
solamente la población ocupada del V quintil poseía un nivel de educación media completa o
superior, al lograr años de escolaridad promedio superiores a los 12 años en cada uno de los
años.

En todos los quintiles de ingresos autónomos aumentaron sus años de escolaridad promedio,
entre 1992 y 2003. Pero a mayores niveles de ingresos el logro educativo es mayor. Tal es así,
que el V quintil de ingresos aumentó en 1,5 años de escolaridad, el IV quintil en 1,3 años de
escolaridad, el III quintil en 1,2 años de escolaridad, el II quintil en 1,1 años de escolaridad y
el I quintil de ingresos aumentó en 0,7 años de escolaridad.

En cuanto a la diferencia respecto de la media nacional por quintil de ingresos, solamente los
ocupados en el IV y V quintiles lograron superar la media nacional, aumentando la diferencia, en
términos educativos, con los quintiles de menores ingresos autónomos. Tanto es así que en el V
quintil de ingresos superó la media nacional en 2,9 años de escolaridad promedio en 1992, en 3
años de escolaridad predio en 1996 y en el año 2003 superando en 3,1 años de escolaridad
promedio la media nacional que fue de 11 años.

45
Diferencia por quintiles respecto de la media nacional. Casen 1992, 1996 y 2003.
4,0
3,0
2,0
1,0
0,0
-1,0
-2,0
-3,0
-4,0
I II III IV V
1992 -2,2 -1,5 -0,6 0,5 2,9
1996 -2,8 -1,6 -0,6 0,6 3,0
2003 -2,8 -1,6 -0,6 0,5 3,1

En cuanto a la distinción del indicador por género, es posible observar el alto promedio de
escolaridad alcanzado por las mujeres
respecto a los hombres en cada uno de los
quintiles de ingresos autónomos, situación
que se da en todos los años del período
estudiado. A nivel general, las mujeres
lograron superar en este indicador, en 1,1
años de escolaridad promedio en 1992 y
1996, bajando a 0,8 años de escolaridad
promedio en el 2003. Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003.

El comportamiento del indicador en las trece regiones del país, confirma los resultados
obtenidos a nivel nacional, en que la escolaridad promedio de las mujeres es superior a la de los
hombres. Tanto es así que la escolaridad promedio femenina supera a la masculina en todas las
regiones y en todos los años de este estudio.

Para ser concluyente con los resultados regionales, se comparó la brecha que existe entre los
resultados mínimos de este indicador entre mujeres y hombres. En 1992 la escolaridad
promedio de los hombres fue 7,7 años y de las mujeres de 9,7 años, con una diferencia de 2
años de escolaridad a favor de las mujeres; En 1996 las mujeres superaron a los hombres en
1,6 años de escolaridad promedio, al obtener como resultado mínimo regional de 9,7 años y los
hombres con 8,1 años; En el años 2003 la escolaridad promedio de los hombres fue de 8,8 años
y las mujeres de 10,3 años, lo que superaba a los hombres en 1,4 años de escolaridad promedio.

46
En la gráfica a continuación se puede observar la marcada desigualdad entre la superioridad de
los años de escolaridad promedio de la fuerza ocupada femenina respecto a sus pares
masculinos. A modo de ejemplo, la Región de la Araucanía registró la mayor brecha entre los
años de escolaridad masculina respecto a la femenina con 1,8 años.

Diferencia en años de escolaridad promedio entre mujeres y hombres por


3,0
región. Casen 1992, 1996 y 2003.
2,0

1,0

0,0
I II III IV V VI VII VIII IX X XI XII R.M.

1992 0,6 0,4 0,9 1,3 0,9 1,4 2,0 1,8 1,8 1,7 2,0 1,2 0,4

1996 0,2 0,4 1,2 1,5 0,5 1,6 1,7 2,0 1,5 1,7 1,2 0,8 0,6

2003 0,4 0,0 0,5 1,3 0,7 1,2 1,4 1,4 1,8 1,4 1,6 0,1 0,3

Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003.

2.1.3. Escolaridad de la Fuerza de Trabajo Ocupada por Categoría Ocupacional.

De acuerdo a información entregada por la Encuesta de Caracterización Socioeconómica


CASEN, entre 1992 y 2003 se crearon 1.115.181 nuevos puestos laborales, de los cuales desde
el punto de vista de generación de empleos, las categorías ocupacionales más dinámicas, en
orden decreciente son FF.AA. (+105,6%), Servicio Doméstico (+50,1%), Patrón o Empleador
(+37,9%), Empleado u Obrero (+22,6%), Trabajador por Cuenta Propia (+15,1%) y la categoría
ocupacional Familiar no Remunerado (+12,6%).

Al analizar la estructura porcentual de la población ocupada por categoría ocupacional, en cada


uno de los años de este estudio, en promedio, el total de ocupados correspondió, en orden
decreciente, 68,1% en la Categoría de Empleado u Obrero, el 20,9% en Trabajador por Cuenta
Propia, el 4,7% en Servicio Doméstico, el 3,8% en Patrón o Empleador, el 1,4% en Familiar no
Remunerado y en la categoría FF.AA con 1,1% de estructura promedio.

47
Como se ha mencionado, de los 1.115.181 puestos laborales creados entre los años 1992 y 2003,
las mujeres ocuparon el 59,5% de ellos, permitiéndoles aumentar de 1.512.021 en 1992 a
2.174.953 mujeres en el 2003. En efecto, este resultado permitió aumentar su participación
relativa en cada una de las categorías ocupacionales a excepción de la categoría de servicio
doméstico.

En términos de importancia relativa las mujeres, entre los años 1992 y 2003, aumentaron su
participación en 5,3%, pasando de 31,4% en 1992 a 36,7% en el 2003. El cuanto al aumento de
la importancia relativa femenina por categoría ocupacional, en orden decreciente, en puntos
porcentuales, la categoría Familiar no Remunerado creció en su importancia relativa de 11,1
puntos porcentuales, Patrón o Empleador con 7,7 puntos porcentuales, Empleado u Obrero con
5 puntos porcentuales, Trabajador por Cuenta Propia con 4,5 puntos porcentuales, FF.AA. con
1,9 puntos porcentuales y en la categoría Servicio Doméstico disminuyendo en 1,1 puntos
porcentuales.

Importancia Relativa Femenina por Categoría Ocupacional.

100,0

80,0

60,0

40,0

20,0

0,0
Empleado Familiar Patrón o Servicio Trabajado
FF.AA. Sin Dato Total
u Obrero no empleador Domestico r Cuenta

1992 28,9 53,7 6,4 20,3 97,8 15,3 27,3 31,4

1996 31,0 56,9 7,4 25,1 97,5 40,1 28,4 33,2

2003 33,9 64,8 8,3 28,0 97,8 0,0 31,7 36,7


Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003.

Previo al inicio de los comentarios del indicador en años de escolaridad promedio por categoría
ocupacional, vale destacar que las FF.AA, Patrón o Empleador y la categoría Empleado u
Obrero, poseen los mayores niveles en años de escolaridad promedio en comparación con las
otras tres categorías ocupacionales.

Lo anterior, no es una sorpresa, pero si es interesante observar en cuales de estas seis


categorías aumentaron sus años de escolaridad entre los años extremos del período, así como
cuanto aumentó o diminuyó la brecha, respecto al total nacional de este indicador.

48
Todas las categorías aumentaron sus años de estudios, entre los años 1992 y 2003, en orden
decreciente, son las categorías ocupacionales de Empleado u Obrero y FF.AA con 1,3 años de
escolaridad promedio, con 1,2 años de escolaridad promedio en las categorías de Trabajador
por Cuenta Propia, Servicio Doméstico y Familiar no Remunerado y con 1,1 años de escolaridad
promedio Patrón o Empleador. Esta última categoría ocupacional, se explica por poseer los
mayores años de escolaridad, respecto a las demás categorías ocupacionales, con 11,8 años en
1992, 12,2 años en 1996 y en el 2003 con 12,8 años de escolaridad promedio.

Los Trabajadores por Cuenta Propia, servicio doméstico y los familiares no remunerados, son
los que se encuentran con mayor vulnerabilidad social por no haber superado ni igualado este
indicador a nivel nacional. De estas tres categorías ocupacionales, los trabajadores de Servicio
Doméstico presentan las mayores brechas, siendo de 2,4 años en 1992, 2,6 años en 1996 y en
el 2003 con 2,5 años.

3,0 Brechas de Años de Escolaridad por Categoria Ocupacional


2,0

1,0

0,0

-1,0

-2,0

-3,0
Patrón o Trabajador Cuenta Servicio Familiar no
Enpleado u Obrero FF.AA.
Empleador Propia Domestico Remunerado

1992 2,1 -1,4 0,6 -2,4 -1,0 2,0

1996 2,0 -1,6 0,6 -2,6 -2,2 1,8

2003 1,9 -1,6 0,6 -2,5 -1,1 2,1

Fuente: Elaboración propia en base Casen 1992, 1996 y 2003.

Continuando con la metodología de dimensionar la brecha existente entre el indicador de


escolaridad promedio nacional de una respectiva categoría ocupacional con los guarismos de
dicho indicador por género y en cada una de las regiones del país. Los resultados son los
siguientes:

49
• Categoría Ocupacional Patrón o Empleador, su escolaridad promedio, a nivel nacional,
en 1992 fue de 11,8 años, en 1996 de 12,2 años y en el 2003 con una escolaridad promedio de
12,8 años. De las trece regiones del país, solamente la Región Metropolitana de Santiago ha
logrado superar, en cada uno de los años de este estudio, los años de escolaridad promedio a
nivel nacional de esta categoría ocupacional, así como por género.

• La población ocupada en la Categoría Ocupacional de Trabajador por Cuenta Propia,


ostentó una escolaridad promedio de 8,3 años en 1992, 8,6 años en 1996 y en el 2003 de 9,4
años, aumentando en 1,2 años su escolaridad promedio, entre los años extremos del período.
De las trece regiones del país, solamente las Regiones de Valparaíso y Metropolitana de
Santiago, lograron superar este indicador a nivel nacional, en todos los años y este resultado se
dio tanto en la ocupación masculina como en la femenina. En las Regiones de Antofagasta y la
del Bío Bío es superior la escolaridad promedio de la ocupación femenina respecto a sus pares
masculinos.

50
• La Categoría Ocupacional Empleado u Obrero, se caracterizó por poseer una
población ocupada que ha aumentado en 1,3 los años de escolaridad promedio entre los años
extremos de este estudio, cuyo indicador en 1992 era de 10,3 años de escolaridad promedio y
en 1996 y 2003 con 10,8 años y 11,6 años, respectivamente. Interesante observar que al
comparar los años medios de esta categoría ocupacional con lo obtenido por género, se aprecia
que la ocupación femenina supera largamente a la masculina, en casi tosas la regiones del país y
en cada uno de los años. La excepción de este comportamiento, se dieron en la Región del Maule
que superó la masculina en los años 1992 y 1996 y la Región del Maule en el 2003; La ocupación
masculina, solamente ha logrado superar este indicador a nivel nacional, en las Regiones de
Tarapacá, Antofagasta y Metropolitana de Santiago.

• Entre los años 1992 y 2003, se incrementó en 1,2 años de escolaridad promedio en la
Categoría Ocupacional de Servicio Doméstico. En 1992 este indicador era de 7,3 años, en
1996 de 7,6 años y en el 2003, logrando 8,5 años de escolaridad promedio. De acuerdo a los
datos arrojados por la metodología aplicada en este análisis, solamente la Región de Tarapacá
ostentó la hegemonía de superioridad en años de escolaridad promedio en todos los años y por
género.

51
• La Categoría Ocupacional Familiar no Remunerado, entre los años extremos del
período aumentó en 1,2 años su escolaridad promedio, obteniendo en 1992 8,7 años de
escolaridad promedio y en los años 1996 y 2003 con 8 años y 9,8 años, respectivamente. De
acuerdo a los resultados obtenidos, no existe una región que se haya caracterizado como
hegemónica, respecto de superar en años de escolaridad al indicador a nivel nacional y por
género.

• La fuerza de trabajo ocupada de la Categoría Ocupacional FF.AA, entre los años 1992
y 2003 aumentó en 1,3 años de escolaridad promedio. Este esfuerzo, le permitió pasar de 11,7
años de escolaridad promedio en 1992 a 12,1 años en 1996 y culminado el año 2003 con una
escolaridad promedio en 13,1 años. Al observar los resultados por región y género, solamente
en el 2003 y en la ocupación femenina se logró superar este indicador a nivel nacional, en todos
los años del estudio, en la Región Metropolitana de Santiago; similar comportamiento en la
ocupación masculina en esta categoría ocupacional, se dio en la Región de Antofagasta.

52
2.2 Capacitación

La capacitación para el trabajo, se plantea como uno de los objetivos centrales de la política
laboral. Mediante la misma, se busca entregar a los trabajadores el conocimiento técnico
requerido para insertarse en trabajos bien remunerados e incrementar la productividad
laboral.

De los datos obtenidos a través de la encuesta Casen 2003, a nivel nacional el 15,4% de la
población ocupada ha asistido a algún curso de capacitación a través de la empresa, en tanto
sólo un 3,0% manifiesta haberse capacitado a través de algún Programa Social del Estado y
sólo un 2,4% dice haber realizado algún curso ya sea por recursos propios o por otro medio. Por
el contrario, la gran parte de la población ocupada (78,9%) responde No haber asistido a ningún
curso de capacitación, lo que destaca lo crítico de la situación ya que en este mundo globalizado
es vital que la capacitación laboral sea un elemento permanente de ajuste a los tiempos en que
se viven, donde la actualización de los conocimientos es condición básica para insertarse en
trabajos mejor remunerados e incrementar la productividad laboral.

Región ¿Ha asistido a algún curso de capacitación laboral en el último año?


Si, a través Si, a través
de Prog. Si, con
Sociales del recursos
de su empresa Estado propios Si, otro medio No ha asistido No contesta Total
I 16,7 4,4 2,3 1,2 75,2 0,3 100,0
II 28,4 2,4 2,4 0,4 65,2 1,3 100,0
III 21,7 4,9 0,8 0,6 71,9 0,2 100,0
IV 16,0 3,6 2,3 0,3 77,8 0,1 100,0
V 14,3 4,4 1,4 0,3 79,5 0,1 100,0
VI 12,4 2,6 1,0 0,5 83,5 0,0 100,0
VII 11,3 3,0 1,5 0,5 83,7 0,0 100,0
VIII 16,1 3,0 1,4 0,6 78,9 0,0 100,0
IX 12,0 3,5 1,9 0,5 81,9 0,2 100,0
X 14,3 3,2 1,9 0,5 80,0 0,1 100,0
XI 18,7 3,9 1,5 0,2 75,8 ** 100,0
XII 18,0 2,0 1,9 0,1 78,0 ** 100,0
RM 15,5 2,6 2,3 0,4 78,8 0,3 100,0
Total 15,4 3,0 1,9 0,5 78,9 0,2 100,0

Fuente: Elaboración propia en base Casen 2003.

El comportamiento a nivel territorial no dista mucho del análisis nacional, sin embargo destacan
algunas regiones en particular por presentar algunas diferencias, como es el caso de las
regiones de Antofagasta y Atacama que presentan porcentajes superiores a la media nacional
en la categoría capacitación a través de la empresa de 13 y 6,3 puntos porcentuales,
respectivamente. Por el contrario, en la categoría capacitación a través de Programas Sociales
del Estado, existen cuatro regiones con porcentajes inferiores a la media nacional ( no olvidar
que en sí la media nacional es bastante baja, sólo un 3%) como es el caso de Antofagasta,
O’Higgins, Magallanes y Metropolitana.

En el caso de la categoría que da cuenta de la No participación en curso de capacitación


laboral, sobresalen las regiones de O’Higgins, Maule, Araucanía y Los Lagos, con porcentajes

53
por sobre el 80% de su población ocupada, lo cual las deja como las más precarias en lo que ha
renovación de conocimientos se refiere.

Si la mirada se realiza en otro sentido, analizando la descomposición por cada una de las
categorías referente a la participación en cursos de capacitación según regiones, por un tema
de concentración de población las mayores participaciones en las distintas categorías las
obtienen las regiones Metropolitana, Bio Bio y Valparaíso, sin embargo con distancias bastante
considerables entre las mismas, ya que la gran concentración la alcanza la región Metropolitana
que fluctúa con participaciones de 37,1% ( capacitación a través de programas Sociales del
Estado) y 52,6% ( capacitación con recursos propios).

Región ¿Ha asistido a algún curso de capacitación laboral en el último año?


Si, a través Si, a través
de Prog. Si, con
Sociales del recursos
de su empresa Estado propios Si, otro medio No ha asistido No contesta Total
I 3,0 4,0 3,3 7,1 2,6 3,0 2,8
II 5,9 2,5 4,0 3,0 2,7 17,4 3,2
III 2,3 2,6 0,7 2,2 1,5 1,4 1,6
IV 4,0 4,6 4,6 2,4 3,8 1,0 3,9
V 9,1 14,1 7,1 5,9 9,9 5,6 9,8
VI 4,2 4,6 2,6 5,3 5,5 0,3 5,2
VII 4,3 5,8 4,6 6,6 6,2 0,1 5,9
VIII 11,3 10,8 7,9 13,4 10,8 0,9 10,8
IX 3,7 5,6 4,7 5,4 5,0 3,6 4,8
X 6,1 6,9 6,5 6,8 6,6 3,3 6,5
XI 0,8 0,8 0,5 0,3 0,6 ** 0,6
XII 1,2 0,7 1,0 0,1 1,0 ** 1,0
RM 44,2 37,1 52,6 41,6 43,8 63,4 43,9
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

Fuente: Elaboración propia en base Casen 2003.

Si se revisa el grado de preocupación en las distintas ramas de actividad económica reflejado


por la capacitación de sus empleados, los sectores de Minería, Electricidad, gas y agua y
Establecimientos financieros se han preocupado de capacitar con fondos propios a su población
laboral (50,5%; 37% y 24,2%, respectivamente), en tanto sólo en el sector Servicios comunales
y sociales se aprecia un 4,5% (participación máxima) con Programas Sociales del Estado. Con
fondos propios son los sectores de Actividades no bien especificadas, Establecimientos
financieros y Servicios comunales y personales, los que presentan capacitación con fondos
propios en porcentajes superiores a la media nacional, en particular en Actividades no bien
especificadas con un 6,6% (superior en 4,7 puntos porcentuales a la media nacional).

54
Finalmente, las actividades económicas que no muestran mayor interés en capacitar a sus
trabajadores son los siguientes: Silvoagropecuario, Industria manufacturera, Construcción y
Comercio, con población laboral sobre el 80% que no ha sido capacitada laboralmente.

Rama económ ica ¿H a asistido a algún curso de capacitación laboral en el últim o año?
Si, a través Si, a través
de Prog. Si, con
Sociales del recursos
de su em presa Estado propios Si, otro m edio N o ha asistido N o contesta T otal
Act.N o bien especif. 11,6 1,7 6,6 0,0 75,4 4,7 100,0
Silvoagropecuario 6,9 2,6 0,8 0,3 89,3 0,1 100,0
M inería 50,5 1,1 0,6 0,1 47,5 0,1 100,0
Ind.manufact. 14,7 2,2 1,4 0,2 81,2 0,2 100,0
Elect.gas y agua 37,0 1,0 0,2 0,0 61,4 0,4 100,0
Construcción 10,6 2,1 1,0 0,3 85,8 0,3 100,0
Com ercio 12,2 2,7 1,2 0,3 83,5 0,2 100,0
T ransporte y Com unic. 16,2 3,2 1,9 0,2 78,1 0,3 100,0
Estab.Financ. 24,2 2,1 3,6 0,7 69,3 0,2 100,0
Serv.Com.Sociales 19,1 4,5 3,2 0,9 72,1 0,3 100,0
T otal 15,4 3,0 1,9 0,5 78,9 0,2 100,0
Fuente: Elaboración propia en base Casen 2003.

Ahora bien, según categoría de respuesta a la consulta de capacitación por sector económico,
la principal observación que se puede realizar es que en todas las categorías contempladas en la
pregunta Casen referente a la asistencia a un curso de capacitación laboral, el sector Servicios
comunales y sociales presenta las mayores participaciones en cada una de ellas, fluctuando
entre los porcentajes de 25% (no ha asistido a capacitación) y 52,1% (ha asistido a
capacitación por sus propios medios). Asimismo, destaca el sector Comercio con un 21,3% de
ocupados que no ha asistido a capacitación laboral, siendo el segundo sector con mayor
porcentaje en esta categoría.

Rama económica ¿Ha asistido a algún curso de capacitación laboral en el último año?
Si, a través Si, a través
de Prog. Si, con
Sociales del recursos
de su empresa Estado propios Si, otro medio No ha asistido No contesta Total
A ct.No bien especif. 0,2 0,1 0,9 0,0 0,2 5,1 0,3
Silvoagropecuario 5,9 11,5 5,2 9,1 15,0 6,8 13,3
Minería 4,9 0,6 0,5 0,3 0,9 0,8 1,5
Ind.manufact. 12,8 10,0 10,0 7,2 13,8 9,0 13,4
Elect.gas y agua 1,4 0,2 0,1 0,0 0,4 1,0 0,6
Construcción 5,9 6,0 4,6 5,2 9,4 11,1 8,7
Comercio 15,9 17,8 12,6 11,8 21,3 14,9 20,1
Transporte y Comunic. 8,3 8,4 7,8 3,9 7,8 9,3 7,9
Estab.Financ. 10,9 4,8 13,0 10,2 6,1 6,3 7,0
Serv.Com.Sociales 33,8 40,7 45,5 52,1 25,0 35,7 27,3
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Fuente: Elaboración propia en base Casen 2003.

Una mirada importante de realizar a la hora de ver las cifras, es la que entrega la capacitación
según quintil de ingresos, de tal manera de apreciar si en este ámbito se observa tal grado de
desigualdad como es en el resto de las variables aportadas en la encuesta Casen,
principalmente pobreza e ingresos. En el cuadro a continuación destaca que en general en los
cinco quintiles de ingreso un elevado porcentaje no ha asistido a ningún tipo de capacitación

55
laboral, siendo el I quintil el más crítico con un 88,4% de su población ocupada sin capacitación,
en tanto el V quintil presenta un porcentaje de 66,9%.

Por el contrario, en la categoría de capacitados por la empresa, el I quintil alcanza sólo un 8,1%
en tanto el V quintil lo hace con un 23,6% en esta categoría de respuesta, siendo en general
baja la preocupación de las empresas por capacitar a sus empleados. Ahora bien, en la
categoría de capacitación a través de Programas sociales del Estado llama la atención que sean
los quintiles más ricos quienes hacen un mayor uso de este beneficio con un 3,5% y 3,2% de
ocupados (V y IV quintil, respectivamente), en tanto el I quintil y más precario sólo presenta un
2,6% de capacitación por el Estado.

Quintil de ¿Ha asistido a algún curso de capacitación laboral en el último año?


Si, a través Si, a través
de Prog. Si, con
Sociales del recursos
ingreso de su empresa Estado propios Si, otro medio No ha asistido No contesta Total
I 8,1 2,6 0,3 0,4 88,4 0,1 100,0
II 11,0 2,8 0,6 0,3 85,1 0,2 100,0
III 13,0 2,8 0,9 0,4 82,6 0,2 100,0
IV 17,9 3,2 2,0 0,4 76,3 0,3 100,0
V 23,6 3,5 5,0 0,7 66,9 0,2 100,0
Total 15,4 3,0 1,9 0,5 78,9 0,2 100,0
Fuente: Elaboración propia en base Casen 2003.

Si el análisis fuera por las categorías de respuesta según quintil de ingreso se aprecia que en la
capacitación a través de la empresa el I quintil sólo representa un 7,1% (generalmente dado
por estar ocupados en empresas más precarias) en tanto en el V quintil el porcentaje de
respuesta se incrementa a un 34,1%. Sin embargo, en la capacitación a través de Programas
Sociales del Estado se observa que los principales usuarios se dan a partir del III quintil en
tanto en el I quintil este porcentaje es de sólo un 11,7%.

En la categoría capacitación con recursos propios, los porcentajes obtenidos no asombran ya


que el V quintil alcanza en este ámbito un 57,4% de capacitación laboral, en tanto el quintil más
pobre (I quintil) tan sólo lo hace en un 2,4% situación que no extraña ya que las condiciones
precarias económicamente de este sector económico vuelve muy complejo que se destinen
ingresos a actividades que no sean las básicas en calidad de vida (alimentación, salud,
educación, vivienda).

Finalmente, en la categoría que informa no haber asistido a capacitación alguna, la distribución


porcentual entre los distintos quintiles de ingreso es bastante homogénea, siendo los quintiles
extremos los que representan un porcentaje relativamente menor dado principalmente por la
concentración de población ocupada en estos quintiles.

56
Quintil de ¿Ha asistido a algún curso de capacitación laboral en el último año?
Si, a través Si, a través
de Prog. Si, con
Sociales del recursos
ingreso de su empresa Estado propios Si, otro medio No ha asistido No contesta Total
I 7,1 11,7 2,4 10,9 15,1 7,1 13,5
II 13,8 17,7 6,5 14,5 20,9 17,8 19,4
III 18,7 20,8 10,4 18,1 23,2 23,8 22,1
IV 26,3 23,8 23,3 20,0 21,9 27,4 22,7
V 34,1 25,9 57,4 36,5 18,9 23,8 22,2
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Fuente: Elaboración propia en base Casen 2003.

En una mirada territorial por quintil de ingreso en el ámbito de las capacitaciones laborales,
parece interesante analizar tres categorías en particular como son: capacitación a través de la
empresa, capacitación a través de Programas Sociales del Estado y la categoría No ha asistido
a capacitación. En el caso de la primera categoría en el I quintil de ingreso destacan las
regiones de la Araucanía y Antofagasta por presentar los porcentajes extremos con un 2,1% y
9,9%, respectivamente. En el II quintil la región de Tarapacá con un 10,7% presenta el menor
porcentaje en esta categoría en tanto la región de Magallanes presenta el máximo con un
19,4% de capacitación, asimismo esta región destaca en el III quintil con la participación más
alta en este quintil con un 27,9%, es decir 9,2 puntos porcentuales por sobre la media nacional.

La región Metropolitana destaca en el IV quintil con la participación más alta con un 27,8%.
Finalmente, la región de La Araucanía llama la atención con su elevada participación en el V
quintil en la categoría de capacitación laboral por la empresa con un 53,1%, siendo que el menor
porcentaje sólo alcanza al 29,7% en la Región Metropolitana.

En la siguiente categoría de capacitación a través de Programas Sociales del Estado por quintil
de ingreso, en el I quintil los mayores porcentajes están concentrados en el extremo norte del
país, es decir las regiones de Tarapacá, Antofagasta y Atacama, con porcentajes bastante
superiores a los alcanzados por el resto de las regiones. En el II quintil destaca la región de
Valparaíso con 10 puntos porcentuales por sobre la media nacional en su participación en esta
categoría, en tanto que el menor porcentaje corresponde a la región de O’Higgins con sólo un
10,1%.

En el III quintil la mayor participación está presente en la región de Tarapacá con un 26,2%
superior en 13,4 puntos porcentuales a la región con menor porcentaje que en este caso es
Antofagasta. En el quintil IV la región de O’Higgins presenta la mayor capacitación por esta
vía, en tanto la región de Magallanes es el caso contrario con sólo un 7,9% de su población
ocupada capacitada por programas del estado. En particular, esta región llama la atención
porque en el V quintil es la región que presenta un 54,3% de capacitación laboral a través del
Estado siendo un porcentaje elevadísimo con respecto al resto de las regiones y a la media
nacional, por el contrario en este mismo quintil la región extrema del norte Tarapacá presenta
sólo un 13,7% en esta categoría.

Finalmente, en la categoría de no haber participado en capacitación laboral alguna, los


comportamientos en la totalidad de las regiones son similares a lo manifestado en el ámbito

57
nacional, con concentraciones en los quintiles II, III y IV, en tanto en los quintiles extremos I
y V presentan menores participaciones en esta categoría en particular.

Regiones/Q ¿Ha asistido a algún curso de capacitación laboral en el último año?


uintil de I II III IV V VI VII VIII IX X XI XII RM Total
ingreso Si, a través de su empresa
I 9,2 9,9 6,7 6,2 8,6 5,6 5,7 4,8 2,1 5,2 5,6 8,7 7,9 7,1
II 10,7 14,8 16,8 13,8 12,1 12,4 13,6 12,5 14,3 12,2 15,8 19,4 14,6 13,8
III 18,7 21,5 16,9 16,3 19,9 18,5 15,0 17,8 9,5 15,7 15,8 27,9 20,0 18,7
IV 23,5 22,6 23,3 24,1 26,8 26,3 25,1 26,8 21,0 28,5 19,4 13,4 27,8 26,3
V 37,9 31,2 36,4 39,7 32,5 37,2 40,5 38,1 53,1 38,4 43,4 30,6 29,7 34,1
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Si, a través de Prog. Sociales del Estado
I 18,6 21,2 23,5 12,7 10,1 7,0 13,8 9,9 10,7 8,5 12,5 6,0 11,5 11,7
II 23,2 14,8 22,5 19,4 27,7 10,1 11,5 19,5 13,2 13,7 17,8 12,8 16,0 17,7
III 26,2 12,8 20,0 23,9 20,7 22,7 14,6 19,9 18,5 16,3 20,0 19,1 22,7 20,8
IV 18,2 22,8 15,0 13,7 22,5 29,0 22,7 17,3 24,9 23,1 19,5 7,9 28,7 23,8
V 13,7 28,4 18,9 30,2 19,0 31,2 37,4 33,4 32,7 38,5 30,2 54,3 21,1 25,9
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
No ha asistido
I 17,4 16,4 15,0 16,6 14,8 13,7 13,5 14,8 13,3 13,9 14,0 18,0 15,7 15,1
II 23,4 21,3 21,0 21,4 22,2 21,0 20,1 18,9 20,1 19,7 19,4 23,8 21,3 20,9
III 19,8 22,4 23,6 23,0 22,3 23,9 24,5 23,8 22,7 22,9 22,4 18,4 23,3 23,2
IV 20,6 22,5 23,3 20,7 21,6 21,9 23,0 22,0 23,5 23,7 24,6 22,2 21,4 21,9
V 18,7 17,4 17,2 18,3 19,0 19,5 18,9 20,4 20,4 19,8 19,7 17,6 18,2 18,9
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

Fuente: Elaboración propia en base Casen 2003.

3. Síntesis de resultados en el marco de la protección social

3.1 Resultados generales por rama de actividad y región.

La revisión realizada en el capítulo anterior concluía que según quintiles de ingreso, los
trabajadores (as) más vulnerados en sus derechos se encontraban principalmente entre los
quintiles I y III, es decir, los más pobres, por otro lado, es coincidente con una menor
escolaridad promedio.

Igualmente, las ramas de actividad económica que presentan la condición más deficitaria son
las que absorben la mayor cantidad de empleo, agricultura, construcción, servicios comunales y
sociales y comercio.

Cabe hacer la reflexión respecto de las altas tasas de población sin seguro de desempleo en
relación a la situación contractual y de previsión. En este aspecto es probable que por el poco
tiempo que lleva en aplicación esta obligación, por un tema cultural, ésta no esté incorporada
dentro de los deberes y derechos de los ocupados y empleadores, lo que no elimina la
preocupación al respecto considerando que la estabilidad en el trabajo se ha transformado en
una de las características predominantes de la nueva relación laboral. Sin embargo, cabe la
duda acerca de si la pregunta recoge bien la situación, pues pudiera ser que el empleador esté
cumpliendo con su obligación legal y el trabajador no sabe o responde no, dado que él no está
aportando su parte correspondiente.13 Lo que corroboraría los altos porcentajes del item no
sabe, destacado en el punto correspondiente al análisis de seguro de desempleo.

13
La pregunta se realiza en CASEN 2003 y corresponde a la O27 del formulario: ¿Se encuentra afiliado al seguro de
desempleo?. A)Si, B)No, C) No se

58
En cuanto a la capacitación, si bien desde la reforma laboral y los requerimientos de desarrollo
de competencias laborales se han iniciado las modificaciones, en parte ello responde a la
inflexibilidad de la oferta existente, tanto pública como privada. En el caso público, a la escasa
relación entre los requerimientos efectivos de la empresa y lo que se creía fundamental de
entregar vía franquicia SENCE o por otra vía, a ello también se agrega la dificultad de aportar
contenidos a una fuerza de trabajo en general con baja calificación. En el caso privado, el
criterio de la rentabilidad primando sobre las necesidades ha hecho que ésta se oriente hacia
las empresas de mayores recursos, las que en general tienden a tener una fuerza de trabajo de
mayor calificación y además pueden capacitar de acuerdo a sus necesidades específicas.

Síntesis de la Distribución de la fuerza de trabajo asalariada por rama de actividad económica


según ejercicio de derechos laborales y calificación. Casen 2003
Ramas de Actividad Sin No Sin Seguro Sin
Económica Contrato Cotiza Desempleo Capacitación
Act. No Bien Especificadas 17,6 23,6 83,2 80,0
Agricultura Caza Silvicultura 34,6 50,2 86,8 89,4
Explotación Minas Y Canteras 4,8 10,7 70,8 47,6
Industria Manufacturera 17,4 32,5 81,6 81,3
Electricidad Gas Y Agua 8,6 10,7 73,5 61,7
Construcción 27,0 41,2 80,1 86,1
Comercio Mayor/Menor Rest.Hoteles 21,0 45,2 82,3 83,7
Transporte Y Comunicaciones 25,3 36,9 82,4 78,4
Establecimientos Financieros Seguros 14,6 21,9 78,6 69,5
Servicios Comunales Sociales 24,8 31,6 85,6 72,4
Total 22,2 37,0 82,5 79,2
Fuente: elaboración propia con base en puntos 1.1; 1.2; 1.3 y 2.2

Sin duda la situación más precaria la enfrentan los trabajadores ocupados en el sector
agrícola, que presenta las mayores tasas de incumplimiento en los cuatro itemes considerados
superando la media nacional en 11,3 puntos porcentuales de su población ocupada sin contrato,
13,2 puntos porcentuales sin aporte previsional, 4,3 puntos porcentuales de su población
contratada sin seguro de desempleo y 10,2 puntos porcentuales entre aquellos que no han
recibido algún tipo de capacitación.

Le sigue en importancia el sector construcción, aunque no en los valores tan marcados respecto
de la media nacional, ya que supera en 3,2 puntos porcentuales a la media nacional en población
sin contrato de trabajo, 4,2 puntos porcentuales para aquellos que no cuentan con aporte
previsional y 6,9 puntos porcentuales en el caso de los que no han recibido capacitación y,
contrariamente, se encuentra 2,4 puntos bajo la media nacional en cuanto seguro de desempleo.

El sector Servicios comunales sociales y personales sólo excede la media nacional en el caso de
los que no cuentan con contrato de trabajo y seguro de desempleo 1,5 y 3,1 puntos
porcentuales respectivamente. En cambio se encuentra bajo la media nacional en 5,4 y 6,8
puntos porcentuales respectivamente, entre su población que no está cotizando y que no ha
recibido capacitación.

59
La mejor situación relativa se encuentra entre los trabajadores asalariados del sector minería,
para todas las variables se ubica bajo la media nacional con 18,5 puntos porcentuales en el caso
de la población ocupada que no cuenta con contrato de trabajo, 26,3 puntos para aquellos que
no cotizan, 11,7 en los que no cuentan con seguro de desempleo y 31,6 puntos para aquellos que
no han tenido algún tipo de capacitación.

En el caso de las regiones, previamente se realizará una breve revisión de la situación general
para estas variables, para desarrollar posteriormente por región el mismo análisis por rama de
actividad.

Síntesis de la Distribución de la fuerza de trabajo asalariada por regiones según ejercicio de


derechos laborales y calificación. Casen 2003
Sin No Sin Seguro Sin
Regiones
Contrato Cotiza Desempleo Capacitación
I de Tarapacá 24,5 37,3 78,4 89,7
II de Antofagasta 14,0 27,3 71,9 66,4
III de Atacama 16,3 32,6 80,0 72,1
IV de Coquimbo 28,0 42,8 85,9 77,8
V de Valparaíso 25,6 35,4 84,6 79,6
VI Libertador General 21,2 31,3 82,0 83,5
Bernardo O´Higgins
VII del Maule 29,3 43,4 82,5 83,7
VIII del BíoBío 24,8 37,6 83,0 78,9
IX de La Araucanía 29,7 48,2 83,3 82,1
X de Los Lagos 22,4 40,9 82,1 80,2
XI Aisén del General Carlos 15,6 35,8 83,6 76,0
Ibáñez del Campo
XII de Magallanes y la 15,8 25,3 79,0 78,1
Antártica Chilena
Región Metropolitana de Santiago 19,7 32,4 82,9 79,2
Total País 22,2 35,5 82,5 79,2
Fuente: elaboración propia con base en puntos 1.1; 1.2; 1.3 y 2.2

En este caso, en términos comparativos, son dos las regiones que presentan la situación más
precaria en la condición de su fuerza de trabajo asalariada para los indicadores elegidos, Maule
y La Araucanía.

La región de La Araucanía exhibe una brecha respecto de la media nacional de 7,5 puntos
porcentuales de la población ocupada que no cuenta con contrato de trabajo, 12,7 puntos
porcentuales en el caso de los que no cotizan; 0,8 puntos porcentuales de distancia en la
población asalariada sin subsidio de desempleo y 2,9 puntos en lo que se refiere a la población
que ha recibido capacitación.

La región del Maule muestra brechas menores en lo referente a población asalariada ocupada
sin contrato y sin cotizar, con 7,1 y 7,9 puntos porcentuales respectivamente. Igualando a la

60
media nacional en el caso de la población sin subsidio de desempleo y con 4,5 puntos
porcentuales de diferencia respecto de la media de capacitación nacional.

En cambio, las mejores posiciones relativas se ubican en dos regiones del norte Antofagasta y
Atacama y en el extremo sur en Magallanes, la región Metropolitana sólo se encuentra en una
situación más precaria, respecto de la media nacional, sólo en lo referente a población sin
subsidio de desempleo, donde la brecha es de 0,4 puntos porcentuales.

3.2 Síntesis Regional

La decisión de presentar cuadros resúmenes, con iguales indicadores por región obedece a la
necesidad de presentar la realidad en la perspectiva territorial, ya que si bien, el análisis
anterior muestra que la precariedad del empleo obedece a una temática regional y sectorial, es
una tarea de las regiones el asegurar la minimización de estos porcentajes, su característica
productiva tiene una directa incidencia en el logro de las metas, como asimismo obliga a la
autoridad central a dimensionar correctamente la imposición de metas específicas,
generalmente de índole cuantitativa, al momento de definirlas.

I Región de Tarapacá

Cuadro resumen de la Distribución de la fuerza de trabajo asalariada por rama de actividad


económica según ejercicio de derechos laborales y capacitación. Casen 2003
Sin No Sin Seguro Sin
contrato cotiza desempleo capacitación
Act. No Bien Especificadas 19,0 29,7 100,0 30,0
Agricultura Caza Silvicultura 41,1 63,6 86,6 88,2
Explotación Minas Y Canteras 4,0 3,4 64,6 29,7
Industria Manufacturera 23,4 33,4 80,0 76,4
Electricidad Gas Y Agua 0,8 1,2 100,0 75,2
Construcción 33,4 43,1 67,7 93,6
Comercio Mayor/Menor Rest.Hoteles 17,0 46,3 86,5 84,0
Transporte Y Comunicaciones 42,3 46,1 86,7 85,7
Establecimientos Financieros Seguros 19,5 23,5 65,4 54,4
Servicios Comunales Sociales 24,7 28,4 79,0 68,3
Total Región 24,5 37,3 78,4 89,7
Total País 22,2 35,5 82,5 79,2
Fuente: elaboración propia con base en puntos 1.1; 1.2; 1.3 y 2.2

La región como agregado presenta porcentajes de vulnerabilidad superiores a la media nacional


en casi todos los indicadores considerados, con la excepción de la población ocupada sin seguro
de desempleo.

Por ramas de actividad económica es en agricultura donde se encuentran los trabajadores en


condiciones más precarias, seguido de transporte y comunicaciones y construcción.

61
Llama la atención que en el sector electricidad gas y agua, el 100% de la población ocupada
asalariada no cuente con seguro de desempleo, siendo este aspecto relevante, cabe señalar que
representan sólo el 0,6%, de toda la población sin seguro de desempleo, en valores absolutos,
corresponde a 380 trabajadores.

En contraposición, los trabajadores ocupados en la minería son los que presentan menos grado
de vulnerabilidad y a la vez mayores porcentajes de capacitación.

II Región de Antofagasta

Cuadro resumen de la Distribución de la fuerza de trabajo asalariada por rama de actividad


económica según ejercicio de derechos laborales y capacitación. Casen 2003
Sin No Sin Seguro Sin
contrato cotiza desempleo capacitación
Act. No Bien Especificadas 63,0 43,9 66,0 74,3
Agricultura Caza Silvicultura 6,0 54,4 53,6 81,2
Explotación Minas Y Canteras 2,8 7,8 69,8 39,9
Industria Manufacturera 8,6 30,0 70,4 61,2
Electricidad Gas Y Agua 0,2 0,2 66,2 58,2
Construcción 8,6 23,2 58,9 67,2
Comercio Mayor/Menor Rest.Hoteles 19,1 36,2 83,6 78,8
Transporte Y Comunicaciones 14,6 24,9 68,2 74,1
Establecimientos Financieros Seguros 15,0 16,6 71,5 56,1
Servicios Comunales Sociales 23,1 32,5 85,5 69,8
Total Región 14,0 27,3 71,9 66,4
Total País 22,2 35,5 82,5 79,2
Fuente: elaboración propia con base en puntos 1.1; 1.2; 1.3 y 2.2

La región de Antofagasta, caracterizada como minera, presenta los menores porcentajes de


población vulnerable, tanto en términos agregados, todas las tasas son inferiores a la
respectiva media nacional, como en el sector minería propiamente tal, a su vez es la que
registra el mayor porcentaje de ocupados asalariados con capacitación, lo que ilustra
claramente la necesidad de este sector de disponer de fuerza de trabajo de alto nivel de
calificación.

62
III Región de Atacama

Cuadro resumen de la Distribución de la fuerza de trabajo asalariada por rama de actividad


económica según ejercicio de derechos laborales y capacitación. Casen 2003
Sin No Sin Seguro Sin
contrato cotiza desempleo capacitación
Act. No Bien Especificadas s.d s.d 100,0 s.d
Agricultura Caza Silvicultura 19,6 33,8 88,8 84,8
Explotación Minas Y Canteras 4,3 16,6 65,0 56,0
Industria Manufacturera 2,7 25,9 70,2 63,6
Electricidad Gas Y Agua s.d s.d 74,9 78,7
Construcción 10,4 31,2 77,8 77,0
Comercio Mayor/Menor Rest.Hoteles 16,2 49,5 78,9 76,1
Transporte Y Comunicaciones 29,6 38,5 87,5 77,8
Establecimientos Financieros Seguros 7,4 7,2 74,5 62,0
Servicios Comunales Sociales 25,0 29,9 89,7 67,7
Total Región 16,3 32,6 80,0 72,1
Total País 22,2 35,5 82,5 79,2
Fuente: elaboración propia con base en puntos 1.1; 1.2; 1.3 y 2.2

La región de Atacama muestra tasas de vulnerabilidad general inferiores a la media nacional, al


igual que en lo relativo a la calificación de su mano de obra asociada a capacitación.

Sin embargo, en términos de ramas económicas, la mayor debilidad se aprecia en la fuerza de


trabajo ocupada en el sector transporte y comunicaciones, que supera con creces la media
nacional y regional.

IV Región de Coquimbo

Cuadro resumen de la Distribución de la fuerza de trabajo asalariada por rama de actividad


económica según ejercicio de derechos laborales y capacitación. Casen 2003
Sin No Sin Seguro Sin
contrato cotiza desempleo capacitación
Act. No Bien Especificadas s.d s.d 100,0 100,0
Agricultura Caza Silvicultura 41,8 53,0 90,6 89,9
Explotación Minas Y Canteras 8,5 15,1 69,6 57,1
Industria Manufacturera 23,8 49,5 92,1 82,3
Electricidad Gas Y Agua 1,6 11,4 51,9 59,0
Construcción 27,9 37,8 89,4 84,0
Comercio Mayor/Menor Rest.Hoteles 22,5 50,9 84,0 84,7
Transporte Y Comunicaciones 37,1 47,4 81,8 76,3
Establecimientos Financieros Seguros 16,5 25,6 80,0 60,2
Servicios Comunales Sociales 25,9 34,7 90,1 65,6
Total Región 28,0 42,8 85,9 77,8

63
Total País 22,2 35,5 82,5 79,2
Fuente: elaboración propia con base en puntos 1.1; 1.2; 1.3 y 2.2

La región presenta grados de vulnerabilidad mayores que la media nacional y menores


porcentajes de calificación en relación al país.

Los trabajadores más afectados se emplean en el sector agrícola, tanto en lo que se refiere a
vulnerabilidad del empleo cono a calificación. Por el contrario el sector que presenta la mejor
posición relativa corresponde al de los empleados en electricidad gas y agua y en segundo lugar,
minería.

V Región de Valparaíso

Cuadro resumen de la Distribución de la fuerza de trabajo asalariada por rama de actividad


económica según ejercicio de derechos laborales y capacitación. Casen 2003
Sin No Sin Seguro Sin
contrato cotiza desempleo capacitación
Act. No Bien Especificadas 1,5 15,0 80,8 87,4
Agricultura Caza Silvicultura 31,0 38,5 82,2 88,0
Explotación Minas Y Canteras 3,8 6,8 75,2 48,9
Industria Manufacturera 15,2 31,1 80,2 80,6
Electricidad Gas Y Agua 6,6 10,5 75,5 50,0
Construcción 30,3 43,4 87,4 91,2
Comercio Mayor/Menor Rest.Hoteles 26,8 45,7 86,3 84,3
Transporte Y Comunicaciones 26,6 29,9 85,9 76,4
Establecimientos Financieros Seguros 17,3 21,5 85,2 71,4
Servicios Comunales Sociales 27,3 31,7 86,5 72,7
Total Región 25,6 35,4 84,6 79,6
Total País 22,2 35,5 82,5 79,2
Fuente: elaboración propia con base en puntos 1.1; 1.2; 1.3 y 2.2

La región de Valparaíso muestra grados de vulnerabilidad y calificación de su mano de obra


ocupada asalariada en valores cercanos a la media nacional. Sin embargo, el porcentaje de la
población que no cuenta con contrato de trabajo y seguro de desempleo es superior a la media
nacional, a diferencia de los que no cotizan que se encuentran bajo la media nacional. En cuanto
a calificación de su población ocupada, aquellos que no han recibido capacitación superan
levemente a la media nacional.

En cuanto a ramas de actividad económica, la que presenta la mayor vulnerabilidad es la


población ocupada en el sector construcción, los porcentajes exceden con creces la media
regional y por ende la nacional. En relación a la calificación de la mano de obra, también el
mayor porcentaje de ocupados que no han accedido a capacitación se encuentran en este
sector.

64
Nuevamente, las menores tasas de vulnerabilidad y mayores esfuerzos de calificación se
encuentran en los ocupados del sector minería.

VI Región del Libertador General Bernardo O´Higgins

Cuadro resumen de la Distribución de la fuerza de trabajo asalariada por rama de actividad


económica según ejercicio de derechos laborales y capacitación. Casen 2003
Sin No Sin Seguro Sin
contrato cotiza desempleo capacitación
Act. No Bien Especificadas 11,0 11,0 11,0 100,0
Agricultura Caza Silvicultura 26,5 32,4 86,0 92,6
Explotación Minas Y Canteras 1,7 4,2 71,4 43,5
Industria Manufacturera 17,6 32,1 84,1 81,5
Electricidad Gas Y Agua s.d s.d 75,8 53,7
Construcción 25,7 39,2 70,6 87,0
Comercio Mayor/Menor Rest.Hoteles 18,3 40,0 81,2 88,0
Transporte Y Comunicaciones 21,7 29,2 82,5 84,5
Establecimientos Financieros Seguros 6,6 13,0 67,2 66,7
Servicios Comunales Sociales 21,0 29,0 81,5 74,7
Total Región 21,2 31,3 82,0 83,5
Total País 22,2 35,5 82,5 79,2
Fuente: elaboración propia con base en puntos 1.1; 1.2; 1.3 y 2.2

La región presenta tasas de vulnerabilidad inferiores a la media nacional, sin embargo en


cuanto calificación de la mano de obra ocupada, exhibe un alto porcentaje, superior al país.

Por ramas de actividad económica, son los ocupados en agricultura los que presentan mayor
vulnerabilidad e igualmente bajos esfuerzos de calificación.

En el caso de esta región el sector agrícola es uno de los más importantes dentro de su
estructura productiva, por lo que estos resultados son una causa de preocupación, en particular
porque la industria agroexportadora tiene una de sus bases importantes en ella, tanto en lo
referente a vino como fruta de exportación.

Lamentablemente, la encuesta CASEN no permite discriminar los trabajadores de la


agricultura tradicional de los de exportación, ya que, dentro de los esfuerzos de calificación de
mano de obra que las empresas están implementando bajo el modelo de competencias, la
agricultura de exportación está recibiendo una importante atención. Sin embargo, cuando se
revisan las características de los ocupados según temporalidad del contrato de trabajo, en
aquellos contratados bajo el régimen de plazo fijo se observa un alto grado de escolaridad, lo
que tendería a dar fuerza al punto de distinguir entre ambos tipos de industrias.

65
VII Región del Maule

Cuadro resumen de la Distribución de la fuerza de trabajo asalariada por rama de actividad


económica según ejercicio de derechos laborales y capacitación. Casen 2003
Sin No Sin Seguro Sin
contrato cotiza desempleo capacitación
Act. No Bien Especificadas s.d s.d 100,0 69,7
Agricultura Caza Silvicultura 40,9 53,3 86,6 91,4
Explotación Minas Y Canteras 2,0 17,5 65,7 43,4
Industria Manufacturera 19,7 37,2 78,1 86,2
Electricidad Gas Y Agua s.d 2,1 69,3 90,1
Construcción 38,7 54,3 78,6 87,6
Comercio Mayor/Menor Rest.Hoteles 21,2 49,0 82,4 83,6
Transporte Y Comunicaciones 26,4 36,1 83,2 88,4
Establecimientos Financieros Seguros 13,6 23,1 75,0 62,9
Servicios Comunales Sociales 23,7 29,5 78,6 70,7
Total Región 29,3 43,4 82,5 83,7
Total País 22,2 35,5 82,5 79,2
Fuente: elaboración propia con base en puntos 1.1; 1.2; 1.3 y 2.2

Aún con estructura similar, la región del Maule presenta una situación más precaria, respecto
de la media nacional que la región de O´Higgins.

Por rama de actividad económica es nuevamente el sector agrícola el que presenta la situación
más precaria en su fuerza de trabajo ocupada, como también un menor esfuerzo de calificación
de la misma, de hecho, esta tasa es la más alta del país en ese sector, es decir, tan sólo un
8,2% de los asalariados ocupados en el sector han accedido a algún tipo de capacitación.

También en este caso resultan valederos los argumentos de avanzar en la distinción entre
sector agrícola tradicional y el de exportación, ya que, para poder competir con éxito en el
resto del mundo estas últimas empresas están obligadas a avanzar en diferentes aspectos de
certificación, donde parte importante de ellos está asociado al cumplimiento de los derechos
del trabajador.

66
VIII Región del BíoBío

Cuadro resumen de la Distribución de la fuerza de trabajo asalariada por rama de actividad


económica según ejercicio de derechos laborales y capacitación. Casen 2003
Sin No Sin Seguro Sin
contrato cotiza desempleo capacitación
Act. No Bien Especificadas 5,1 7,7 100,0 96,9
Agricultura Caza Silvicultura 39,1 56,7 91,3 87,0
Explotación Minas Y Canteras 0,2 12,2 64,3 72,3
Industria Manufacturera 17,3 28,8 78,8 74,2
Electricidad Gas Y Agua 3,5 5,6 75,4 49,5
Construcción 27,9 37,4 77,7 86,5
Comercio Mayor/Menor Rest.Hoteles 21,2 45,1 81,5 83,3
Transporte Y Comunicaciones 25,8 33,7 86,2 76,7
Establecimientos Financieros Seguros 11,4 18,4 74,2 69,1
Servicios Comunales Sociales 25,1 30,8 85,5 73,8
Total Región 24,8 37,6 83,0 78,9
Total País 22,2 35,5 82,5 79,2
Fuente: elaboración propia con base en puntos 1.1; 1.2; 1.3 y 2.2

La región del BíoBío, muestra en términos agregados condiciones de precariedad mayor que la
media nacional. Aún cuando sigue manteniendo un importante porcentaje de su fuerza de
trabajo ocupada en el sector agrícola, que es el que una vez mas lidera la condición de
precariedad de su fuerza de trabajo asalariada.

No obstante presenta una estructura productiva más diversificada que las dos regiones
anteriores, con un importante sector industrial, que por el contrario muestra niveles de
precariedad inferiores a la media regional y nacional, por el contrario, el sector construcción,
otro importante motor de crecimiento regional también muestra indicadores de precariedad y
baja calificación de mano de obra, obedeciendo a la estructura nacional de esta rama.

67
IX Región de La Araucanía

Cuadro resumen de la Distribución de la fuerza de trabajo asalariada por rama de actividad


económica según ejercicio de derechos laborales y capacitación. Casen 2003
Sin No Sin Seguro Sin
contrato cotiza desempleo capacitación
Act. No Bien Especificadas 50,7 50,7 50,7 100,0
Agricultura Caza Silvicultura 42,7 71,5 90,8 93,2
Explotación Minas Y Canteras 24,3 35,7 70,9 80,7
Industria Manufacturera 19,8 46,0 83,3 85,4
Electricidad Gas Y Agua 2,2 3,9 95,3 47,2
Construcción 32,3 42,8 85,1 87,1
Comercio Mayor/Menor Rest.Hoteles 26,2 47,5 88,8 86,1
Transporte Y Comunicaciones 39,1 32,8 72,8 74,8
Establecimientos Financieros Seguros 11,4 24,7 63,1 65,5
Servicios Comunales Sociales 28,5 37,3 78,9 70,7
Total Región 29,7 48,2 83,3 82,1
Total País 22,2 35,5 82,5 79,2
Fuente: elaboración propia con base en puntos 1.1; 1.2; 1.3 y 2.2

En su momento se destacó que entre las regiones con mayor grado de precariedad a nivel
nacional, se encontraba La Araucanía. Esta situación se corrobora al comprobar que la mayoría
de las tasas según rama de actividad exceden a la media nacional, la única excepción se
encuentra en el sector electricidad gas y agua.

Vale recordar que junto con Maule, son las que presentan menores años de escolaridad de su
fuerza de trabajo y las mayores tasas de pobreza en el país, por lo que se transforma en una
región prioritaria en todo aspecto de política económica y social.

68
X Región de Los Lagos

Cuadro resumen de la Distribución de la fuerza de trabajo asalariada por rama de actividad


económica según ejercicio de derechos laborales y capacitación. Casen 2003
Sin No Sin Seguro Sin
contrato cotiza desempleo capacitación
Act. No Bien Especificadas 7,7 38,4 41,5 67,6
Agricultura Caza Silvicultura 24,7 53,5 82,4 87,9
Explotación Minas Y Canteras 1,7 18,7 64,9 83,8
Industria Manufacturera 13,9 32,1 77,6 80,6
Electricidad Gas Y Agua 0,4 15,0 69,3 72,8
Construcción 21,6 43,7 81,7 90,4
Comercio Mayor/Menor Rest.Hoteles 21,7 47,1 81,1 84,1
Transporte Y Comunicaciones 32,0 43,1 88,9 80,9
Establecimientos Financieros Seguros 8,9 19,9 82,0 58,3
Servicios Comunales Sociales 24,6 28,8 86,4 67,8
Total Región 22,4 40,9 82,1 80,2
Total País 22,2 35,5 82,5 79,2
Fuente: elaboración propia con base en puntos 1.1; 1.2; 1.3 y 2.2

La región de Los Lagos presenta tasas superiores a la media nacional con excepción de la
población que no cuenta con seguro de desempleo, que es levemente inferior a la media
nacional, sin embargo es importante recordar lo alto que son estos porcentajes en su propio
mérito.

En cuanto ramas de actividad económica, las que muestran los mejores indicadores tanto en
vulnerabilidad como en esfuerzos de calificación de su mano de obra se encuentran una vez más
en electricidad gas y agua y servicios financieros.

Por el contrario, el sector más precario corresponde a la mano de obra ocupada en transporte y
comunicaciones.

69
XI Región de Aisén del General Carlos Ibáñez del Campo

Cuadro resumen de la Distribución de la fuerza de trabajo asalariada por rama de actividad


económica según ejercicio de derechos laborales y capacitación. Casen 2003
Sin No Sin Seguro Sin
contrato cotiza desempleo capacitación
Act. No Bien Especificadas s.d s.d 100,0 0,0
Agricultura Caza Silvicultura 20,4 55,5 83,1 88,3
Explotación Minas Y Canteras s.d 3,3 85,6 62,4
Industria Manufacturera 6,6 31,4 79,5 75,9
Electricidad Gas Y Agua s.d s.d 73,3 48,7
Construcción 11,9 36,3 75,5 82,0
Comercio Mayor/Menor Rest.Hoteles 11,4 41,1 89,3 81,7
Transporte Y Comunicaciones 30,1 41,9 89,8 86,6
Establecimientos Financieros Seguros 11,3 19,8 100,0 60,4
Servicios Comunales Sociales 18,7 23,4 77,9 63,9
Total Región 15,6 35,8 83,6 76,0
Total País 22,2 35,5 82,5 79,2
Fuente: elaboración propia con base en puntos 1.1; 1.2; 1.3 y 2.2

En términos agregados la región presenta una situación combinada respecto de la media


nacional, por un lado alcanza un porcentaje inferior al país en cuanto población ocupada sin
contrato y mayores esfuerzos de calificación en las ocupados que han accedido a capacitación,
sin embargo, está sobre el país en cuanto a población que no cotiza y sin seguro de desempleo.

Como rama de actividad económica, los ocupados en transporte y telecomunicaciones son los
más afectados tanto en precariedad de su empleo como en acceso a mayor calificación. Seguido
de los ocupados en agricultura.

70
XII Región de Magallanes y de la Antártica Chilena

Cuadro resumen de la Distribución de la fuerza de trabajo asalariada por rama de actividad


económica según ejercicio de derechos laborales y capacitación. Casen 2003
Sin No Sin Seguro Sin
contrato cotiza desempleo capacitación
Act. No Bien Especificadas s.d s.d 51,2 100,0
Agricultura Caza Silvicultura 17,6 24,9 75,9 81,7
Explotación Minas Y Canteras s.d 82,5 78,4 100,0
Industria Manufacturera 11,7 33,6 80,5 80,3
Electricidad Gas Y Agua s.d s.d 100,0 93,4
Construcción 14,1 41,9 75,4 91,4
Comercio Mayor/Menor Rest.Hoteles 5,9 15,9 73,3 79,2
Transporte Y Comunicaciones 30,9 40,9 83,8 84,8
Establecimientos Financieros Seguros 6,2 2,2 72,5 23,3
Servicios Comunales Sociales 18,7 20,8 91,2 74,3
Total Región 15,8 25,3 79,0 78,1
Total País 22,2 35,5 82,5 79,2
Fuente: elaboración propia con base en puntos 1.1; 1.2; 1.3 y 2.2

En el análisis regional, Magallanes era una de los que presentaba los mejores indicadores de su
población ocupada en relación a la media nacional, sin embargo, marcada por los temas de
accesibilidad al igual que Aisén presenta su mayor debilidad en la fuerza de trabajo ocupada en
el sector Transporte y comunicaciones.

Región Metropolitana de Santiago

Cuadro resumen de la Distribución de la fuerza de trabajo asalariada por rama de actividad


económica según ejercicio de derechos laborales y capacitación. Casen 2003
Sin No Sin Seguro Sin
contrato cotiza desempleo capacitación
Act. No Bien Especificadas 2,5 16,2 87,6 82,4
Agricultura Caza Silvicultura 32,1 38,0 88,1 88,4
Explotación Minas Y Canteras 7,2 7,9 80,9 51,1
Industria Manufacturera 16,2 29,2 83,2 83,8
Electricidad Gas Y Agua 11,2 12,4 74,1 63,1
Construcción 24,0 38,5 82,2 85,6
Comercio Mayor/Menor Rest.Hoteles 18,3 42,1 81,2 83,6
Transporte Y Comunicaciones 19,7 34,5 81,3 77,2
Establecimientos Financieros Seguros 14,5 20,9 80,5 72,4
Servicios Comunales Sociales 22,1 29,0 86,4 73,8
Total Región 19,7 32,4 82,9 79,2
Total País 22,2 35,5 82,5 79,2
Fuente: elaboración propia con base en puntos 1.1; 1.2; 1.3 y 2.2

71
El peso relativo de la región, que tiende a marcar todas las medias nacionales, muestra que las
mayores debilidades se encuentran en la población ocupada en el sector agricultura, seguida de
construcción y servicios comunales, sin embargo, en términos agregados se encuentra bajo la
media nacional en cuanto a la población ocupada que cotiza y cuenta con contrato de trabajo,
tan sólo supera en 0,4 puntos porcentuales a la media nacional en cuanto población que no
cuenta con seguro de desempleo, e iguala dicha media en lo referente a esfuerzos de
calificación de mano de obra a través de capacitación.

Capítulo 2 Conclusiones y Recomendaciones

2.1 Conclusiones generales

Dada la importancia consensuada por distintas fuentes y confirmada en diferentes estudios


sobre la educación y su incidencia en la calidad del capital humano, lo lógico es también suponer
que a mayor educación una población mejor informada estaría en condiciones de hacer uso de
derechos que por ley les son otorgados. En este sentido, si bien se aprecia una relación positiva
entre escolaridad y ejercicio de derechos, los datos no dan cuenta de que esta variable sea la
más significativa en una perspectiva de protección social.

Es por ello que se procedió a realizar un análisis estadístico un poco más exigente, basándose
sólo en correlación de datos, cuyos resultados se muestran en el apéndice metodológico y que
confirman que aún existiendo la relación de signo esperada entre educación y ejercicio de
derechos o en esfuerzos por mejorar la calificación laboral, pareciera existir otro tipo de
elementos que inciden en los resultados, en el marco de la protección social, que arroja la
encuesta Casen tanto en el ámbito territorial como por ramas de actividad económica.14

Esto tiene implicancias en dos aspectos; el primero el origen de los datos con que se
caracteriza la oferta. En un caso corresponde al Censo y en otros a encuestas de hogares. En la
actualidad no se cuenta con ningún levantamiento que permita acceder a información de este
tipo desde el lado de la demanda. Menos aún hay estadísticas disponibles que permitan recoger
este tipo de información para todos los sectores productivos que arrojen luces sobre el grado
de cumplimiento empresarial y sus razones para hacerlo o no.

Sólo existe información parcelada, de algunos sectores, para requerimientos específicos; el


resto se basa en antecedentes históricos o en supuestos o mitos que en ningún caso se
traducen en fuentes confiables para efectos de diseño, evaluación y seguimiento de política
pública.

Por tanto, la conclusión en este sentido es la necesidad urgente de elaborar estadísticas de


alguna periodicidad que den cuenta de esta información desde el lado de la demanda de
trabajo. Tanto en lo que se refiere a requerimientos de capital humano desde la empresa y así
mejorar la información del sistema de capacitación, como desde la perspectiva de derechos.

14
Aún cuando puede argumentarse que la muestra de datos es limitada, la correlación entre el total de población
asalariada y el ejercicio de derechos sólo es significativa con un R2 de 80% en el caso de la existencia de contrato de
trabajo, para el resto de las variables apenas alcanza el 71%.

72
En este último ámbito si es que efectivamente hay un grado de incumplimiento desde la
empresa , conocer los motivos a fin de detectar las dificultades e introducir las modificaciones
correspondientes. O, si los resultados se deben a desconocimiento del trabajador, desarrollar
campañas de información que les informen de su situación laboral en el marco de la protección
social.

Tanto una como otra situación dan origen a medidas de política absolutamente diferentes en el
corto y mediano plazo y cuya efectividad, depende precisamente de disponer de la información
adecuada, actualizada y pertinente.

En segundo lugar, asociado al punto anterior, pareciera que no hay necesidad de contar
progresivamente con fuerza de trabajo cada vez más calificada, pero tal como se reflexiona en
el punto respectivo: ¿la demanda está absorbiendo esta mano de obra de mayor calificación
porque es la que necesita o porque es lo que hay?, ¿pudiera ser que las altas tasas de
trabajadores no capacitados obedezcan a que el empleador contrata lo que necesita y está
disponible en el mercado?. De ser afirmativa la respuesta, es obvio que no incurrirá en
programas de capacitación , ya que, desde esta perspectiva ella se traduce en un costo y no en
inversión.

¿Pudiera estar operando el efecto normalmente perverso que se atribuye al trabajador


capacitado?. Es decir, los empleadores con reacios a capacitar porque cuando el trabajador
adquiere mayor calificación se cambia a otra empresa. Si es así, la miopía empresarial está
causando un efecto negativo en la productividad global, tanto de la empresa como del país. Ello,
porque se debe entender que a mayor calificación, mayor es la necesidad de cambio de la
propia empresa para poder aprovechar el resultado de la capacitación. Es difícil suponer que si
todo queda igual, el trabajador no dará cuenta de modificaciones que se deban realizar para
poder aplicar los nuevos conocimientos, de no ser así empieza a operar el mecanismo de la
frustración que normalmente induce al cambio de trabajo, la mayoría de las veces por un tema
de salud mental.

2.2 Conclusiones territoriales

Al igual que en otros indicadores, tanto económicos como sociales, la precaria situación de las
regiones del Maule y La Araucanía se reproducen en el marco de la protección social.

Esta persistencia de precariedad indica que, independiente de los esfuerzos de políticas o


programas que se realicen en diferentes perspectivas, se requiere de una intervención
sistémica en estas dos regiones, que aúne voluntades y recursos aprovechando la sinergia de
sectores público y privado en todas sus dimensiones.

En la posición opuesta se encuentran las regiones de Magallanes y Antofagasta. Es efectivo que


en ambas se observan los mayores niveles de escolaridad de la fuerza de trabajo en relación al
resto del país y la media nacional, lo que tendería a corroborar la hipótesis de relación positiva

73
entre escolaridad y mayor ejercicio de los derechos laborales. Sin embargo, no por ello han
podido librarse de las tendencias nacionales en los respectivos items.15

Por tanto, si bien pareciera existir una relación importante entre educación y cumplimiento o
ejercicio de los derechos laborales, indudablemente hay otros elementos que afectan estos
resultados.

Uno de ellos está dado por la tendencia nacional, en parte asociada a la fijación de normas
nacionales que se definen sin considerar apropiadamente las especificidades regionales. Por
otro lado, hay elementos culturales, que por su naturaleza son difíciles de romper, entre ellos
se puede nombrar la vieja costumbre de parte del trabajador, de aceptar el no pago de
imposiciones porque su ingreso líquido se ve disminuido.

Igualmente, como se observará en las conclusiones sectoriales, el peso relativo del


comportamiento de los sectores económicos que actúan como rama sin necesariamente
incorporar la particularidad regional, salvo en las ventajas comparativas en la dotación de
factores.

2.3 Conclusiones sectoriales

De acuerdo a la revisión realizada, los sectores que presentan mayor precariedad en cuanto
indicadores de protección social son agricultura, construcción, servicios comunales y sociales y
comercio, en conjunto ellos representan alrededor del 68% de la generación de puestos de
trabajo, en órdenes de magnitud, una cifra cercana a los tres millones de ocupados asalariados.
Si bien, no es el objetivo de este trabajo dimensionar el costo que significa en términos de
recursos fiscales futuros estos valores, no deja de ser un tema de preocupación a la hora de
considerar el costo en cuanto pensiones mínimas, atención de salud y generación de
alternativas de sobrevivencia ante eventuales situaciones de desempleo.

Por otra parte, y relacionado con las conclusiones territoriales, no resulta fácil eludir el peso
relativo que tienen las ramas de actividad en la incidencia de la situación de protección en todo
el país, es evidente que en aquellas regiones donde ellas tienen una mayor participación relativa
en la generación del PIB regional, hay una relación con la masa de trabajadores en condiciones
de mayor precariedad, sin embargo, como ramas de actividad es posible identificar situaciones
que se reproducen a lo largo del territorio, lo que remite a focalizar esfuerzos que permitan
identificar las razones por las cuales los grados de incumplimiento son mayores en unas ramas
que en otras.

La educación pareciera ser un factor importante en lo que a ejercicio de derechos laborales se


refiere, sin embargo, no es necesariamente el único ni el más importante, la revisión por
quintiles de ingreso demuestra que los más afectados en términos relativos son efectivamente
los trabajadores que se ubican en los quintiles I, II y III, sin embargo, las tasas de

15
A modo de ejemplo, el porcentaje de trabajadores asalariados sin capacitación en Antofagasta alcanza al 64%; valor
que siendo el inferior del conjunto de regiones es igualmente alto si se considera que la capacitación es una de las
alternativas para aumentar la calificación de la fuerza de trabajo , situación similar a lo que ocurre a los trabajadores
sin seguro de desempleo.

74
incumplimiento son igualmente altas en los quintiles superiores, dependiendo de la rama de
actividad económica a que se haga referencia.

En contraposición, el sector minería es el que presenta los mayores porcentajes de


cumplimiento en ejercicio de derechos laborales y de capacitación. Es también el sector que
cuenta, en términos relativos, con la mano de obra de mayor calificación, medida, ya sea por
años de escolaridad o por tipo de formación. Sin embargo, se debe considerar que la actividad
sindical del sector sigue siendo una de las más poderosas, factor que no se encuentra presente
en el resto de las actividades, lo que introduce desde ya un elemento diferenciador y
probablemente de alta incidencia en los buenos resultados del sector; lo que se traduce a su
vez en que, las regiones mineras o los sectores mineros de otras sean las que alcancen la mejor
posición relativa en cuanto cumplimiento de estas obligaciones, como es el caso de Antofagasta
y Atacama y el sector minero de O´Higgins.

75
Capítulo 3 Apéndice metodológico

3.1 Relación entre fuerza de trabajo ocupada y trabajador asalariado.

La encuesta Casen informa de 5.929.790 trabajadores ocupados a Noviembre de 2003. Sin


embargo, para efectos de contrato, previsión y seguro de desempleo, la referencia es el
subconjunto ocupado asalariado conformado por empleados y obreros mas servicio doméstico
puertas afuera. Este grupo representa el 67,7% de los trabajadores ocupados y, a noviembre
2003, la encuesta Casen totalizó 4.013.257. Se excluye servicio doméstico ante la
imposibilidad de discriminar entre trabajadores puertas adentro de puertas afuera.

En el caso de años de escolaridad promedio y capacitación, la consulta se realiza sobre el total


de fuerza de trabajo , ya que, obtener la consulta asalariado no asalariado, según rama de
actividad económica, contrato, previsión y seguro de desempleo disminuía notablemente la
representatividad muestral, igualmente al exigir que se entregara por quintiles de ingreso.

3.2 Cálculo del mes de noviembre 2003 para encuesta de empleo INE

Dado que la encuesta de empleo del INE se presenta en trimestres móviles, se tomaron los
trimestres, Septiembre-Noviembre; Octubre- Diciembre y Noviembre – Enero, sumando los
respectivos totales y dividiendo por tres para obtener el mes central, en este caso Noviembre.

3.3 Análisis según quintiles de ingreso

La encuesta Casen facilita una mayor focalización en el estudio de las cifras al brindar la
posibilidad de segmentar la muestra en quintiles de ingreso. Sin embargo este aporte puede
llevar a errores por desconocimiento cuando se trata de conformar el país desde una consulta
nacional u obtener el país a través de la suma de los totales regionales.

En este caso se produce una diferencia entre ambos procedimientos originados en el uso de
quintiles de ingreso, válido para deciles y percentiles. En el caso de las regiones, cualquier
información que se pretenda analizar por quintiles de ingreso requiere que la consulta
estadística defina el uso de quintil de ingreso regional, en cambio en el caso del país se usan los
quintiles de ingreso nacional.

Ello porque la representatividad muestral y por ende los casos utilizados son diferentes entre
una y otra alternativa, lo que finalmente resulta en una diferencia entre los totales nacionales
obtenidos en un caso por agregación de los resultados regionales y aquellos derivados de la
consulta para el país.

3.4 Correlación entre nivel de escolaridad y ejercicio de derechos según rama de actividad.

En la perspectiva de protección social, hay factores fundamentales que abordar cuando se


analiza el mercado del trabajo y estos se recogen a través de la encuesta Casen.

76
Es por ello que en este trabajo, relacionado con el capital humano productivo, se plantea la
hipótesis de que a mayor educación existe mayor conciencia de estos derechos y de las
consecuencias de no ejercerlos, por lo tanto, se espera que quienes tienen niveles de formación
educacional superiores, al momento de pertenecer a la fuerza de trabajo ocupada, deberían
contar con este compromiso legal.

En el capítulo 1 se observa esta correlación positiva, al realizar el análisis de las diferentes


variables según quintiles de ingreso, tanto para el número de ocupados asalariados como según
años de escolaridad.

Para probar la hipótesis respecto de la relación entre educación formal y el ejercicio o no de


estos derechos, se revisó la distribución de la fuerza ocupada según rama de actividad
económica y tipo de formación educativa y se evaluó la correlación simple entre rama de
actividad económica y nivel de educación a partir de la encuesta Casen, en general se obtuvo
un R2 aceptable para las ramas que concentran mayor fuerza de trabajo, sin embargo en la
mayoría de los casos los valores por rama de actividad económica no alcanzan el obtenido para
el total de ocupados, lo que en principio da cuenta de una limitación muestral. En parte porque
las correlaciones se establecieron con un nivel limitado de datos, correspondientes a Casen
2003.

En cuanto sectores productivos, el sector que muestra la correlación más baja para todas
estas variables es servicios financieros.

Valor de R2 por rama de actividad económica y ejercicio de derechos y calificación


Rama/contrato Sin contrato Sin previsión Sin seguro Sin capacitación
desempleo
Agricultura. Caza Silvicultura 0,6292 0,6027 0,6536 0,4919
Explotación Minas Y Canteras 0,7302 0,4047 0,3515 0,7776
Industria Manufacturera 0,7195 0,7662 0,5015 0,6117
Electricidad Gas Y Agua 0,5718 0,5061 0,6137 0,528
Construcción 0,4693 0,5659 0,5872 0,6221
Comercio por Mayor y Menor
0,6865 0,7405 0,6216 0,6914
Restaurantes Hoteles
Transporte Y Comunicaciones 0,6444 0,4048 0,3296 0,7456
Establecimientos Financieros Seguros 0,1411 0,2207 0,3634 0,4237
Servicios Comunales Sociales 0,6794 0,6163 0,7529 0,6284
Total 0,8102 0,7162 0,7104 0,6544
Fuente: elaboración propia.

Tal como se esperaba, se aprecia una correlación positiva entre nivel de educación y cada una
de las variables.

En este caso, la correlación simple salvo en el caso de los sectores industria manufacturera y
comercio, cuyos valores inclusive exceden la correlación total, es inferior a la observada en el
caso de la existencia de contrato. Nuevamente, en el conjunto de sectores, el que presenta la
correlación más baja es servicios financieros y seguros.

77
Los cuadros resumen muestran que mientras mayor es el nivel de estudios aprobado, aumenta
el porcentaje de ocupados que cuenta con contrato de trabajo, con previsión, seguro de
desempleo y acceso a capacitación . Sin embargo, si se observan los valores en su propio mérito
los porcentajes de trabajadores que no cuentan con contrato son bastante altos16, fluctúan en
un rango de 72% en el caso de aquellos que nunca estudiaron y que se emplean en el sector
comercio, hasta el más bajo de 1,3% para aquellos con estudios en Centros de Formación
Técnica o Institutos Profesionales que se ocupan en el sector Minería.

Por otra parte, los sectores minería y electricidad gas y agua tienen en común estar entre los
menos significativos en cuanto a absorción de empleo y a ser reconocidos como demandantes
de mano de obra de alta calificación. Por lo tanto, los resultados son consistentes con las
características de ambos sectores.

De acuerdo a la media nacional de población que no cotiza, los únicos dos sectores que superan
dicho valor son agricultura y comercio con 30,7% y 30,0% respectivamente.

Según nivel de escolaridad, los mayores porcentajes afectan a los trabajadores sin educación
formal o con enseñanza básica incompleta, es decir, menos de 8 años de escolaridad formal.

El mayor porcentaje de trabajadores asalariados sin subsidio de desempleo, tal como se


destacara en capítulos anteriores corresponde a los ocupados de la agricultura seguido de los
de servicios comunales sociales y personales. Tanto en agricultura, como servicios comunales el
mayor porcentaje que no cuenta con subsidio de desempleo corresponde a trabajadores sin
educación formal, con un 93,8% y 95,5% respectivamente.

En cambio los menores porcentajes de trabajadores sin subsidio de desempleo, pero con tasas
altas aún, se encuentran nuevamente en minería y electricidad agua y gas.

En cuanto al acceso a capacitación, los mayores porcentajes de fuerza de trabajo asalariada


que no ha accedido a capacitación se encuentran entre los trabajadores sin formación formal
que se ocupan en los sectores construcción y comercio con 99,8% y 98,3% respectivamente.

En oposición, en el sector minería se encuentran los mayores porcentajes de formación a


través de capacitación con un 24,2% que no ha asistido nunca y que asistió a un centro de
formación técnica o instituto profesional completando toda su educación y 26,8% en el caso de
trabajadores con enseñanza universitaria incompleta.

16
Se excluye el 100% de EGA, para efecto de todo el análisis, porque puede deberse a un problema de muestra o a
alguna razón específica imposible de detectar a través de la información entregada por la encuesta, ya que, en
términos absolutos corresponde a 17 trabajadores de un total aproximado de 33.000.

78
Distribución de la fuerza de trabajo asalariada sin contrato según rama de actividad económica y nivel
educacional (porcentajes)
Agricul Minas Industri EGA Construc Comerci Transpor Serv. Fin SCSP Total
t a o te
Sin Educación Formal 49,3 25,8 35,6 100,0 43,6 72,0 45,5 6,1 53,5 25,6
Básica Incompleta 45,3 12,7 27,1 11,0 36,8 40,7 33,0 28,8 48,3 50,1
Básica Completa. 37,7 6,7 23,9 7,4 33,2 34,7 34,1 15,3 41,3 50,1
Media C/H Incompleto 37,2 12,3 22,9 10,6 31,5 30,6 32,4 20,5 42,5 37,9
Media C/H Completo 29,1 9,6 17,6 8,5 25,7 17,5 27,8 16,6 27,7 27,1
Media T/P Incompleto 37,0 7,4 16,6 0,0 38,5 35,0 36,8 23,8 31,8 27,1
Media T/P Completo 23,1 4,7 16,8 3,5 26,8 17,4 19,2 16,6 23,9 27,1
C.F.T/I.P Incompleta. 8,6 1,3 16,5 4,1 10,0 23,8 24,4 19,3 28,0 24,5
C.F.T/I.P Completa. 15,5 1,8 11,8 21,1 9,8 15,7 15,9 10,0 15,8 17,6
Universidad Incompleta 16,2 2,7 23,5 1,3 33,5 32,2 23,9 22,4 30,0 17,6
Universidad Completa 15,7 6,3 7,7 11,6 14,0 7,1 16,2 11,0 8,1 17,0
Sin Dato 37,7 17,5 5,6 28,8 1,1 29,9 14,5 34,0 25,6
Total 37,4 7,0 18,9 9,3 29,4 23,0 26,8 16,1 27,0 22,2
Fuente: elaboración propia.

Distribución de la fuerza de trabajo asalariada que no cotiza según rama de actividad económica y nivel
educacional (porcentajes)
Agricul Minas Industri EGA Construc Comerci Transpor Serv. Fin SCSP Total
t a o te
Sin Educación Formal 40,8 41,9 40,9 100,0 31,8 62,1 41,5 0,0 40,2 43,4
Básica Incompleta 36,6 18,1 27,9 5,1 22,6 51,0 23,1 21,6 36,7 35,5
Básica Completa. 30,1 12,0 21,3 13,6 18,5 39,0 20,6 16,1 28,6 27,5
Media C/H Incompleto 29,0 4,8 22,0 23,2 19,4 37,5 20,8 8,8 30,4 27,1
Media C/H Completo 22,2 5,0 16,5 2,1 18,8 24,4 21,5 9,5 20,5 19,9
Media T/P Incompleto 35,4 1,3 14,8 31,3 22,1 34,2 27,7 15,0 27,1 26,0
Media T/P Completo 19,6 1,9 16,2 1,0 15,4 19,2 16,0 15,4 16,7 16,6
C.F.T/I.P Incompleta. 21,4 32,3 19,0 0,0 9,2 28,8 19,9 13,4 21,4 21,2
C.F.T/I.P Completa. 12,6 2,7 10,1 12,2 7,5 14,1 7,7 11,1 12,9 11,6
Universidad Incompleta 20,7 0,2 22,2 2,9 21,7 32,9 18,4 19,4 29,8 25,5
Universidad Completa 15,1 2,7 9,4 7,1 15,2 9,9 6,9 12,2 6,8 8,8
Sin Dato 32,6 12,6 1,1 s.d 25,2 35,9 35,9 1,8 22,9 24,8
Total 30,7 6,1 18,4 7,1 18,9 30,0 19,1 12,8 20,8 22,5
Fuente: elaboración propia.

Distribución de la fuerza de trabajo asalariada que no cuenta con seguro de desempleo según rama de
actividad económica y nivel educacional (porcentajes)
Agricul Minas Industri EGA Construc Comerci Transpor Serv. Fin SCSP Total
t a o te
Sin Educación Formal 93,8 69,4 80,3 100,0 90,6 94,6 100,0 100,0 95,5 92,3
Básica Incompleta 90,5 75,1 84,5 82,8 84,7 89,4 80,7 74,8 89,9 87,7
Básica Completa. 87,0 79,3 85,7 86,1 81,8 89,1 89,3 85,9 86,2 86,3
Media C/H Incompleto 86,5 65,4 84,7 77,0 82,2 87,4 87,6 90,7 87,4 85,8
Media C/H Completo 83,8 74,6 81,1 70,3 79,5 81,1 85,0 79,1 86,0 81,9
Media T/P Incompleto 82,9 63,5 76,6 48,1 80,5 85,7 90,3 77,1 86,6 82,1
Media T/P Completo 75,9 56,2 77,1 71,5 75,4 77,2 81,7 82,2 83,6 78,1
C.F.T/I.P Incompleta. 80,6 88,4 76,6 47,7 68,5 81,3 74,1 77,5 86,3 78,8
C.F.T/I.P Completa. 73,2 56,3 79,2 78,2 66,0 77,4 73,8 76,1 82,3 77,2
Universidad Incompleta 75,6 69,7 78,8 54,1 79,9 84,8 62,5 78,8 84,0 79,3
Universidad Completa 77,3 80,7 84,4 76,3 75,1 80,5 75,7 71,7 85,5 80,7
Sin Dato 93,6 100,0 98,6 s.d 91,1 100,0 100,0 89,5 91,5 95,2
Total 86,8 70,8 81,6 73,5 80,1 82,3 82,4 78,6 85,6 82,5
Fuente: elaboración propia.

79
Distribución de la fuerza de trabajo asalariada que no cuenta con acceso a capacitación según rama de
actividad económica y nivel educacional (porcentajes)
Agricul Minas Industri EGA Construc Comerci Transpor Serv. Fin SCSP Total
t a o te
Sin Educación Formal 96,0 89,9 93,1 100,0 99,8 98,3 100,0 66,4 98,2 96,9
Básica Incompleta 95,0 87,7 92,0 87,4 93,9 93,7 92,8 89,4 94,2 94,0
Básica Completa. 91,7 62,2 89,8 73,6 92,4 90,3 89,7 85,5 91,2 90,6
Media C/H Incompleto 90,2 55,3 87,1 76,0 87,1 89,6 83,7 83,0 89,0 87,6
Media C/H Completo 83,7 36,7 80,4 63,2 86,2 83,0 80,8 72,9 76,2 79,5
Media T/P Incompleto 88,2 42,1 86,1 74,2 88,8 84,7 79,9 70,1 78,3 82,5
Media T/P Completo 71,7 47,2 77,7 62,1 80,9 75,0 73,7 72,2 71,7 73,8
C.F.T/I.P Incompleta. 71,9 56,5 75,3 45,1 60,8 76,7 70,1 68,6 63,7 70,1
C.F.T/I.P Completa. 73,4 24,2 61,5 65,9 73,6 74,7 61,0 63,5 59,1 64,2
Universidad Incompleta 62,7 26,8 79,9 81,8 63,8 81,2 60,4 66,3 72,1 71,0
Universidad Completa 60,2 45,5 67,3 30,5 71,6 71,7 60,9 63,5 47,2 55,6
Sin Dato 98,3 52,1 83,3 89,2 94,2 86,8 68,8 88,3 88,6
Total 89,4 47,6 81,3 61,7 86,1 83,7 78,4 69,5 72,4 79,2
Fuente: elaboración propia.

Ecuaciones de ajuste por rama de actividad económica para trabajadores asalariados sin contrato y sin
previsión
Rama/contrato Sin contrato de trabajo Sin previsión
Agricultura. Caza Silvicultura y = 0,3704x2 - 6,3902x + 47,82 y = 0,3704x2 - 6,3902x + 47,82
Explotación Minas Y Canteras y = 0,552x2 - 8,8269x + 38,756 y = 0,552x2 - 8,8269x + 38,756
Industria Manufacturera y = -11,609Ln(x) + 37,792 y = -11,609Ln(x) + 37,792
Electricidad Gas Y Agua y = -27,613Ln(x) + 61,976 y = -27,613Ln(x) + 61,976
Construcción y = 0,384x2 - 5,733x + 35,411 y = 0,384x2 - 5,733x + 35,411
Comercio Mayor/Menor Restaurantes
y = 0,673x2 - 11,618x + 71,481 y = 0,673x2 - 11,618x + 71,481
Hoteles
Transporte Y Comunicaciones y = 0,4591x2 - 7,0348x + 42,523 y = 0,4591x2 - 7,0348x + 42,523
Establecimientos Financieros Seguros y = -0,2723x2 + 3,4751x + 4,1865 y = -0,2723x2 + 3,4751x + 4,1865
Servicios Comunales Sociales y = 0,2821x2 - 5,5787x + 45,472 y = 0,2821x2 - 5,5787x + 45,472
Total y = 0,3906x2 - 6,9685x + 48,128 y = 0,3906x2 - 6,9685x + 48,128
Fuente: elaboración propia.

Ecuaciones de ajuste por rama de actividad económica para trabajadores asalariados sin seguro de
desempleo y sin capacitación
Rama/contrato Sin seguro de desempleo Sin capacitación
Agricultura. Caza Silvicultura y = 0,405x2 - 6,2592x + 102,13 y = 0,4568x2 - 8,1276x + 110,02
Explotación Minas Y Canteras y = 0,5924x2 - 6,6246x + 84,174 y = 1,012x2 - 17,12x + 108,65
Industria Manufacturera y = 0,3717x2 - 4,4402x + 91,017 y = 0,2704x2 - 5,4378x + 101,84
Electricidad Gas Y Agua y = 0,9266x2 - 13,979x + 113,26 y = 0,2755x2 - 7,4529x + 101,12
Construcción y = 0,4711x2 - 6,8668x + 98,727 y = 0,437x2 - 8,0193x + 110,81
Comercio Mayor/Menor Restaurantes
y = 0,4768x2 - 6,5767x + 102,63 y = 0,4702x2 - 7,5487x + 108,02
Hoteles
Transporte Y Comunicaciones y = 0,4201x2 - 6,6617x + 103,94 y = 0,5132x2 - 9,434x + 111,85
Establecimientos Financieros Seguros y = 0,3237x2 - 5,1419x + 97,839 y = -0,0394x2 - 1,0577x + 81,524
Servicios Comunales Sociales y = 0,2502x2 - 3,6927x + 97,531 y = 0,5317x2 - 9,9182x + 113,11
Total y = 0,4131x2 - 5,848x + 99,432 y = = 0,4281x2 - 8,1147x + 109,1
Fuente: elaboración propia.

80
Capítulo 4 Anexo: Caracterización de la oferta según otras fuentes

1 Oferta de trabajo según Censo 2002


De acuerdo al censo 2002, la población mayor de 15 años presenta una escolaridad media de
8,51 años, lo que equivale a enseñanza media incompleta, ubicándose en el rango inferior de
este nivel de estudios.

Según situación de ocupación y tramo de edad, la escolaridad en el país se observa en el cuadro


siguiente:

Escolaridad de la Fuerza de trabajo según situación de ocupación y tramo de edad quinquenal.


Censo 2002
ocupados cesantes primera vez
Tramo De Escolaridad Escolaridad Escolaridad
Edad Nº promedio Nº promedio Nº promedio
15-19 163.053 9,6 5.305 9,2 33.812 10,5
20-24 465.223 11,1 18.935 10,6 39.310 11,8
25-29 662.605 11,8 27.725 11,4 18.473 13,3
30-34 697.438 11,6 28.969 11,1 6.842 10,8
35-39 712.276 11,0 28.026 10,3 4.860 9,1
40-44 650.466 10,8 24.569 9,8 3.815 8,7
45-49 511.464 10,6 19.195 9,4 2.708 8,2
50-54 392.430 10,0 15.836 8,7 1.886 7,5
55-59 265.956 9,3 11.434 8,1 1.193 6,7
60-64 158.081 8,6 7.685 7,4 718 5,9
65-69 71.025 8,4 3.309 7,1 339 6,2
70-74 34.750 8,7 1.726 7,5 210 6,6
75-79 12.077 9,0 666 7,0 109 7,3
80 y mÁs 9.283 10,0 588 7,6 129 7,2
Total 4.806.127 10,8 193.968 9,9 114.404 11,1
Fuente: elaboración propia con base en Censo 2002.

En el gráfico se aprecia que según tramo de edad y concordante con la evidencia antes
mencionada respecto de la calificación de la fuerza laboral, en los tramos de menor edad se
observan mayores años de escolaridad que en la población activa adulta. En particular destaca
el tramo entre 25 y 29 años, que se encuentra cercano a la enseñanza media completa,
sobresaliendo el grupo que busca trabajo por primera vez, que alcanza 13,3 años de años de
escolaridad promedio.

En los tramos de edad de 15 a 29 años, también se constata que los que buscan trabajo por
primera vez tienen más años de escolaridad que los ocupados y éstos a su vez mas que los
cesantes. Sin embargo, a partir de los 30 años, son los ocupados, seguidos de los cesantes y
finalmente quienes buscan trabajo por primera vez los que presentan mayores años de
escolaridad, en orden decreciente.

81
ocupados
Escolaridad media de la fuerza de trabajo. Censo 2002
14 cesantes
primera vez
12

10
escolaridad

0
15-19 20- 25- 30- 35- 40- 45- 50- 55- 60- 65- 70- 75- 80 y Total
24 29 34 39 44 49 54 59 64 69 74 79 mas

quinquenios

Otro aspecto que se observa, es que la fuerza de trabajo que busca trabajo por primera vez y
los cesantes a partir de los 50 años de edad tienen, en promedio, enseñanza básica incompleta,
no así en el caso de los ocupados, que se mueven en el rango de enseñanza media incompleta.
Tan sólo quienes buscan trabajo por primera vez y que se encuentran en el rango de edad entre
los 24 y 29 años presentan estudios superiores.

La situación en general se reproduce en la mirada territorial, es decir, los que buscan trabajo
por primera vez tienen mayor escolaridad que los ocupados y que los cesantes, sin embargo se
observan diferencias entre regiones, que se aprecian en el gráfico siguiente

Escolaridad media de la fuerza de trabajo regional, según situación de


ocupación. Censo 2002.

12

11

10

9
ocupados
8 cesantes

7 1º vez

6
I II III IV V VI VII VIII IX X XI XII RM S/N total

82
La región con menor escolaridad de su fuerza de trabajo, para cualquier situación de ocupación
es el Maule, en oposición las regiones de Tarapacá y Antofagasta junto a la Metropolitana de
Santiago son las que exhiben mayores años de escolaridad para su fuerza de trabajo.

Escolaridad promedio de la fuerza de trabajo según situación de ocupación y regiones.


Censo 2002.
ocupados cesantes primera vez
Escolaridad Escolaridad Escolaridad
Región
Nº promedio Nº promedio Nº promedio
Tarapacá 130.786 11,4 21.920 10,6 3.583 11,3
Antofagasta 158.907 11,5 17.242 10,8 2.918 11,7
Atacama 75.546 10,8 12.498 9,8 2.045 11,2
Coquimbo 164.087 10,4 31.543 9,7 5.018 11,1
Valparaíso 465.114 11,0 75.410 10,1 11.443 11,5
O´Higgins 239.016 9,9 32.948 9,0 4.491 11,2
Maule 267.179 9,4 42.645 8,3 7.212 10,4
BioBio 513.306 10,5 78.943 9,6 17.919 11,2
Araucanía 223.057 10,0 37.863 9,1 8.684 10,3
Los Lagos 319.992 9,7 40.950 8,8 7.677 10,1
Aysén 31.758 9,8 3.062 8,6 441 10,1
Magallanes 55.503 10,9 5.104 10,0 784 11,2
Metropolitana 2.136.748 11,3 274.536 10,4 41.989 11,4
Desconocido 25.128 9,5 1.433 9,1 200 10,2
Total 4.806.127 10,8 676.097 9,9 114.404 11,1
Fuente: elaboración propia con base en Censo 2002

Una vez dimensionada la escolaridad y número de la población activa, para efectos de


determinar el perfil de formación es necesario conocer el nivel de educación de este grupo en
consideración a las tendencias que se están observando desde la perspectiva de la oferta.

Escolaridad de la fuerza de trabajo activa según nivel de educación. Censo 2002


ocupados cesantes buscan trabajo por primera
vez
Nº escolaridad % Nº escolaridad % Nº escolaridad %
Nunca Asistió 57.509 0,0 1,2 9.769 0,0 1,4 817 0,0 0,7
Pre-Básica 49.335 0,0 1,0 7.887 0,0 1,2 1.323 0,0 1,2
Especial/Diferencial 8.958 3,5 0,2 1.324 4,1 0,2 287 3,8 0,3
Básica/Primaria 1.150.473 5,9 23,9 211.890 5,9 31,3 20.244 6,2 17,7
Media Común 1.428.103 11,1 29,7 216.584 11,0 32,0 44.461 11,3 38,9
Humanidades 152.829 10,0 3,2 19.449 9,6 2,9 809 9,2 0,7
Media Comercial 247.090 11,9 5,1 34.599 11,8 5,1 10.466 11,7 9,1
Media Industrial 270.796 11,6 5,6 36.307 11,5 5,4 6.871 11,6 6,0
Media Agrícola 22.318 11,6 0,5 3.028 11,5 0,4 747 11,5 0,7
Media Marítima 4.711 11,3 0,1 567 11,4 0,1 170 11,3 0,1
Normal 10.143 10,8 0,2 682 9,9 0,1 50 8,6 0,0
Técnica Femenina 56.169 11,7 1,2 7.618 11,7 1,1 2.256 11,6 2,0
Centro de Formación
Técnica 208.112 14,3 4,3 25.358 14,3 3,8 3.515 14,4 3,1
Instituto Profesional 315.148 14,5 6,6 39.336 14,4 5,8 7.333 14,6 6,4
Universitaria 824.433 15,6 17,2 61.699 15,4 9,1 15.055 15,8 13,2
Total 4.806.127 10,8 100 676.097 9,9 100 114.404 11,1 100

83
En términos de estructura, en el país, un porcentaje superior al 50% de la fuerza de trabajo
presenta formación correspondiente a la enseñanza científico humanista, y a enseñanza básica
primaria, seguida en un porcentaje más lejano por la fuerza de trabajo con formación
universitaria. Sin embargo para las tres situaciones de ocupación, la fuerza de trabajo con
enseñanza media común es un porcentaje mayor que la que sólo alcanzó enseñanza básica o
primaria. Este resultado corrobora una de las tendencias identificadas relativas a la mayor
preparación formal de la fuerza de trabajo de menor edad.

En cuanto a aquellos que cuentan con formación técnica, su porcentaje alcanza al 23,6% de los
ocupados, 21,8% de los cesantes y 27,5% del grupo que busca trabajo por primera vez, lo que
muestra la incidencia estructural del tipo de formación formal que se ha privilegiado en
nuestro país durante décadas, ya que ella tiende a mantenerse en todas las regiones.

Revisando exclusivamente la situación de los ocupados por región y tipo de formación se


observa que, concordante con los resultados nacionales, los mayores porcentajes de formación
educacional corresponden a enseñanza básica, media, técnica industrial y universitaria.
Destacando las regiones Metropolitana y de Antofagasta como aquellas con el mayor
porcentaje de su fuerza de trabajo ocupada con formación universitaria, seguida de Tarapacá.

En todo caso, aceptando que para estos efectos, cada región es un sistema cerrado, lo que
significa que no hay desplazamientos entre regiones, también se aprecia un comportamiento
inverso entre la fuerza de trabajo que cuenta con formación básica y aquella con enseñanza
media. Es decir, a mayor porcentaje de fuerza de trabajo con enseñanza básica, menor
porcentaje de fuerza de trabajo con enseñanza media, como se observa en el gráfico.

Distribución de la fuerza de trabajo ocupada según región y tipo de formación educacional


Censo 2002

120,0

100,0

80,0

60,0

40,0

20,0

0,0
I II III IV V VI VII VIII IX X XI XII RM s/i total
resto 13,8 10,9 12,3 11,7 11,8 11,0 13,1 11,8 13,5 11,9 8,8 11,4 13,7 15,9 12,8
Universitaria 17,7 18,4 15,5 13,0 15,6 10,2 9,5 14,3 14,2 11,9 13,0 16,3 18,6 13,7 15,9
Instituto Profesional 6,0 8,3 5,1 5,7 7,3 5,2 3,7 5,5 3,9 4,2 4,5 5,7 7,6 4,9 6,4
Centro de Formación Técnica 5,1 4,7 3,4 4,0 4,9 3,6 3,1 3,6 2,9 3,4 3,6 3,9 4,7 3,0 4,2
Media Industrial 7,0 8,0 7,0 5,5 4,2 4,4 4,0 6,3 5,4 3,9 2,5 9,0 6,0 4,9 5,6
Media Común 32,8 32,3 31,6 31,0 34,8 30,0 27,6 29,5 26,8 27,5 31,7 29,3 29,5 28,1 29,9
Bá i /P i i 17 5 17 4 25 1 29 1 21 3 35 6 39 1 29 2 33 3 37 3 35 9 24 4 19 8 29 5 25 2

84
Estructura de la Fuerza de Trabajo ocupada según nivel de educación y rama de actividad en el país. Censo 2002
Nivel educación 1 2 5 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23
Básica/Primaria 61,7 55,3 47,5 45,6 9,6 6,3 16,5 28,0 30,3 19,8 24,5 20,4 30,0 44,1 18,9 9,7 18,8
Media Común 18,7 21,2 28,3 28,3 23,4 5,6 29,1 29,8 35,9 30,2 35,7 36,1 35,8 28,8 32,2 32,7 23,6
Media Industrial 2,0 3,8 5,1 8,5 12,2 4,0 12,3 11,3 6,5 6,8 7,6 4,9 7,0 7,7 13,1 10,4 7,9
Centro de Formación Técnica 1,0 1,3 1,9 1,0 3,6 12,7 4,7 3,7 3,2 4,8 3,3 4,1 2,4 1,8 3,7 5,9 4,4
Instituto Profesional 1,4 2,2 3,0 2,3 6,9 19,0 7,3 5,9 4,7 7,1 4,8 5,2 3,6 2,6 6,6 9,7 7,1
Universitaria 2,8 6,0 6,0 5,8 34,7 50,8 23,6 12,4 7,6 20,1 7,8 5,8 5,1 5,2 15,6 19,2 29,0
Resto 12,4 10,2 8,2 8,5 9,6 1,6 6,5 8,9 11,8 11,2 16,3 23,5 16,1 9,8 9,9 12,4 9,2
Total 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100

(continuación)
Estructura de la Fuerza de Trabajo ocupada según nivel de educación y rama de actividad en el país. Censo 2002
Nivel educación 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 40
Básica/Primaria 11,4 20,5 31,9 20,4 22,6 18,9 5,0 12,8 7,0 6,6 19,5 12,0 28,2 36,1 12,7
Media Común 29,9 35,8 30,5 31,1 34,1 29,1 28,6 29,1 24,6 25,5 30,5 27,0 35,6 29,3 28,0
Media Industrial 8,1 12,4 10,2 16,2 17,7 18,2 11,8 18,4 15,2 11,2 15,2 18,2 9,4 6,0 16,1
Centro de Formación Técnica 5,7 4,0 3,3 3,7 3,5 4,9 8,2 5,9 8,1 9,5 5,3 6,3 3,0 2,6 5,4
Instituto Profesional 9,5 6,2 4,7 5,8 5,1 7,6 13,5 8,9 12,0 15,6 7,2 9,4 4,3 4,3 8,5
Universitaria 24,1 10,0 9,5 13,6 7,6 10,3 18,5 14,5 21,9 19,5 11,2 19,0 8,2 6,8 20,2
Resto 11,3 11,2 10,0 9,2 9,4 10,9 14,4 10,3 11,1 12,0 11,2 8,0 11,2 14,9 9,1
Total 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100
Nota: se presentan los porcentajes de ocupados por nivel de educación en aquella formación que en al menos una de las actividades representa un porcentaje igual o superior al
10,0%.

85
(continuación)
Estructura de la Fuerza de Trabajo ocupada según nivel de educación y rama de actividad en el país. Censo 2002
Nivel educación 41 45 50 51 52 55 60 61 62 63 64 65 66 67 70
Básica/Primaria 22,1 40,2 19,4 21,1 16,1 21,6 24,8 13,8 2,6 23,0 4,4 1,7 0,9 1,4 8,4
Media Común 30,3 28,4 33,9 30,3 39,0 40,5 41,9 26,6 19,1 34,4 29,0 19,9 19,7 15,7 22,7
Media Industrial 7,5 7,5 14,5 5,6 5,8 4,2 9,0 6,9 6,6 7,5 7,8 2,5 2,1 2,6 2,7
Centro de Formación Técnica 4,6 2,1 5,1 5,6 4,5 4,2 2,7 6,5 13,1 5,1 8,0 10,8 12,0 9,1 7,8
Instituto Profesional 6,9 3,0 7,8 8,9 7,1 6,9 3,9 11,1 21,7 7,6 13,6 18,1 19,3 16,2 12,9
Universitaria 17,9 8,0 8,4 14,9 11,2 8,3 4,8 23,5 29,7 9,8 25,6 34,8 34,4 43,3 30,3
Resto 10,7 10,8 10,8 13,6 9,2 14,3 12,9 11,6 7,2 12,6 11,6 12,2 11,6 11,7 15,2
Total 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100

Estructura de la Fuerza de Trabajo ocupada según nivel de educación y rama de actividad en el país. Censo 2002
Nivel educación 71 72 73 74 75 80 85 90 91 92 93 95 99 Total
Básica/Primaria 12,8 1,1 4,0 12,7 9,3 6,6 4,7 50,0 16,7 11,4 27,4 48,7 6,2 39,0
Media Común 31,4 14,3 11,2 26,6 32,3 12,7 24,6 28,8 23,6 27,5 36,8 32,0 14,2 24,5
Media Industrial 10,0 5,2 3,6 5,6 5,8 1,4 1,9 4,5 3,3 4,7 1,7 1,1 2,3 3,3
Centro de Formación Técnica 7,1 10,5 5,7 6,2 7,5 4,0 9,8 1,1 5,4 5,8 2,9 1,4 5,0 2,4
Instituto Profesional 11,7 19,6 9,3 10,7 8,7 7,0 10,7 2,2 9,1 11,6 5,1 1,6 9,7 3,9
Universitaria 15,5 40,7 58,8 24,5 24,8 59,5 36,3 3,8 26,6 28,5 7,3 1,2 54,5 10,1
Resto 11,5 8,6 7,4 13,7 11,6 8,8 12,0 9,6 15,3 10,5 18,8 14,0 8,1 16,8
Total 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100

Clasificación de ramas económicas. Censo 2002

86
1; Agricultura, Ganadería, Caza Y Actividades De Tipo Servicio Conexas
2; Silvicultura, Extracción De Madera Y Actividades De Tipo Servicio Conexas
5; Pesca, Explotación De Criaderos De Peces Y Granjas Piscícolas; Actividades De Tipo Servicio Relacionadas Con La Pesca
10; Extracción De Carbón Y De Lignito; Extracción De Turba
11; Extracción De Petróleo Crudo Y De Gas Natural; Actividades De Tipo Servicio Relacionadas Con La Extracción De Petróleo Y De Gas, Excepto La
Actividades De Prospección
12; Extracción De Minerales De Uranio Y De Torio
13; Extracción De Minerales Metalíferos
14; Explotación De Otras Minas Y Canteras
15; Elaboración De Productos Alimenticios Y De Bebidas
16; Elaboración De Productos De Tabaco
17; Fabricación De Productos Textiles
18; Fabricación De Prendas De Vestir; Adobo Y Teñido De Pieles
19; Curtido Y Adobo De Cueros; Fabricación De Maletas, Bolsos De Mano, Artículos De Talabartería Y Guarnicionería, Y Calzado
20; Producción De Madera Y Fabricación De Productos De Madera Y De Corcho, Excepto Muebles; Fabricación De Artículos De Paja Y De Materiales
Trenzables
21; Fabricación De Papel Y De Productos De Papel
22; Actividades De Edición E Impresión Y De Reproducción De Grabaciones
23; Fabricación De Coque, Productos De La Refinación Del Petróleo Y Combustible Nuclear
24; Fabricación De Sustancias Y Productos Químicos
25; Fabricación De Productos De Caucho Y De Plástico
26; Fabricación De Otros Productos Minerales No Metálicos
27; Fabricación De Metales Comunes
28; Fabricación De Productos Elaborados De Metal, Excepto Maquinaria Y Equipo
29; Fabricación De Maquinaria Y Equipo N.C.P.
30; Fabricación De Maquinaria De Oficina, Contabilidad E Informática
31; Fabricación De Maquinaria Y Aparatos Eléctricos N.C.P.
32; Fabricación De Equipo Y Aparatos De Radio, Televisión Y Comunicaciones
33; Fabricación De Instrumentos Médicos, Ópticos Y De Precisión Y Fabricación De Relojes
34; Fabricación De Vehículos Automotores, Remolques Y Semirremolques
35; Fabricación De Otros Tipos De Equipo De Transporte
36; Fabricación De Muebles; Industrias Manufactureras N.C.P.
37; Reciclamiento
40; Suministro De Electricidad, Gas, Vapor Y Agua Caliente

87
41; Captación, Depuración Y Distribución De Agua
45; Construcción
50; Venta, Mantenimiento Y Reparación De Vehículos Automotores Y Motocicletas; Venta Al Por Menor
De Combustible Para Automotores
51; Comercio Al Por Mayor Y En Comisión, Excepto El Comercio De Vehículos Automotores Y Motocicletas
52; Comercio Al Por Menor, Excepto El Comercio De Vehículos Automotores Y Motocicletas; Reparación De Efectos Personales Y Enseres Domésticos
55; Hoteles Y Restaurantes
60; Transporte Por Vía Terrestre; Transporte Por Tuberías
61; Transporte Por Vía Acuática
62; Transporte Por Vía Aérea
63; Actividades De Transporte Complementarias Y Auxiliares; Actividades De Agencias De Viajes
64; Correo Y Telecomunicaciones
65; Intermediación Financiera, Excepto La Financiación De Planes De Seguros Y De Pensiones
66; Financiación De Planes De Seguros Y De Pensiones, Excepto Los Planes De Seguridad Social De Afiliación Obligatoria
67; Actividades Auxiliares De La Intermediación Financiera
70; Actividades Inmobiliarias
71; Alquiler De Maquinaria Y Equipo Sin Operarios Y De Efectos Personales Y Enseres Domésticos
72; Informática Y Actividades Conexas
73; Investigación Y Desarrollo
74; Otras Actividades Empresariales
75; Administración Publica Y Defensa; Planes De Seguridad Social De Afiliación Obligatoria
80; Enseñanza
85; Actividades De Servicios Sociales Y De Salud
90; Eliminación De Desperdicios Y De Aguas Residuales, Saneamiento Y Actividades Similares
91; Actividades De Asociaciones N.C.P.
92; Actividades De Esparcimiento Y Actividades Culturales Y Deportivas
93; Otras Actividades De Tipo Servicio
95; Hogares Privados Con Servicio Domestico
99; Organizaciones Y Órganos Extraterritoriales
0; Ignorado

88
2 Oferta con base en Encuesta Nacional de Empleo. INE. Noviembre 2003

Estructura de la ocupación según formación educacional por rama de actividad. Nov 2003.
Servicios
INE Agricultura comercio construcción EGA financieros minería industria SCSP transporte total
Nunca Estudió 5,2 0,8 1,2 0,1 0,3 1,1 0,6 0,8 0,3 1,3
Kinder 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
Básica Primaria 70,1 22,8 39,5 9,0 9,4 22,4 10,8 9,0 21,3 24,2
Humanidades 1,7 5,3 3,0 2,1 2,9 3,6 5,5 4,6 5,2 4,2
Media Común 15,8 44,0 40,3 33,4 28,4 36,6 52,6 36,4 43,3 37,4
Media Técnico
Profesional 2,5 8,1 3,0 15,1 13,3 11,7 11,6 11,2 10,7 8,9
Normal 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,1 1,0 0,1 0,3
Instituto Profesional 1,4 6,5 3,4 7,0 11,8 5,0 7,8 4,1 6,5 5,6
Centro Formación
Técnica 0,4 2,6 1,0 0,0 2,4 2,9 1,8 3,0 2,4 2,1
Universitario 2,4 9,8 8,4 33,0 31,5 16,2 9,2 29,7 10,1 15,8
Ignorado 0,5 0,2 0,1 0,4 0,0 0,6 0,1 0,2 0,2 0,2
Total general 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100
sobre la media nacional
Fuente: Encuesta Nacional de empleo. INE.

Según la información obtenida de la Encuesta Nacional de Empleo elaborada por INE, del total
de ocupados por rama de actividad; el grupo de mayor representatividad, con un 37,4%,
corresponde a los ocupados con formación de enseñanza media científico humanista, a su vez
este grupo se ubica sobre la media nacional en los sectores industria (52,6%), comercio
(44,0%), transporte y comunicaciones (43,3%) y construcción (40,3%). Luego con un porcentaje
de 24,2% están los ocupados con enseñanza básica, éstos a su vez, con un porcentaje superior
a la media nacional se concentran en el sector agricultura (70,%) y 39,5% en construcción. Los
trabajadores ocupados con formación universitaria representan apenas el 15,8% de la fuerza
de trabajo y se distribuyen en porcentaje superior a la media, en orden decreciente, en los
sectores electricidad gas y agua (33,0%), servicios financieros (31,5%), servicios comunales
sociales y personales (29,7%) y minería (16,2%). En tanto los ocupados con formación media
técnico profesional, de centros de formación técnica e institutos profesionales en conjunto
alcanzan una representatividad de 16,6% , predominando aquellos con enseñanza media técnico
profesional con un 8,9%. Aquellos en que no es posible conocer su formación educacional
representan un 0,2% del total de ocupados.

89
Distribución de la ocupación según formación educacional por rama de actividad. Nov 2003.
Servicios
INE Agricultura comercio construcción EGA financieros minería industria SCSP transporte total
Nunca Estudió 52,6 12,8 7,9 0,1 2,0 1,0 5,1 16,3 2,4 100
Kinder 67,3 11,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 20,9 0,0 100
Básica Primaria 38,6 19,2 14,2 0,2 3,5 1,1 5,3 9,4 8,5 100
Humanidades 5,3 25,6 6,2 0,3 6,4 1,0 15,8 27,5 11,9 100
Media Común 5,6 24,0 9,4 0,5 6,9 1,1 16,8 24,6 11,1 100
Media Técnico Profesional 3,7 18,5 2,9 1,0 13,5 1,5 15,6 31,7 11,6 100
Normal 1,7 3,5 1,0 0,0 0,8 0,0 3,4 87,6 2,0 100
Instituto Profesional 3,4 23,7 5,4 0,7 19,2 1,0 16,7 18,6 11,2 100
Centro Formación Técnica 2,7 24,7 3,9 0,0 10,4 1,6 9,8 36,1 10,7 100
Universitario 2,0 12,7 4,6 1,2 18,0 1,2 6,9 47,3 6,1 100
Ignorado 31,9 15,6 5,1 1,0 2,0 3,7 5,8 26,2 8,7 100
Total general 13,3 20,4 8,7 0,6 9,1 1,2 11,9 25,3 9,6 100
sobre la media nacional
Fuente: Encuesta Nacional de empleo. INE.

Si el análisis se realiza por tipo de formación, del cuadro anterior se aprecia que en el sector
agrícola, que representa el 13,3% de la fuerza de trabajo ocupada, la mayoría de sus
trabajadores se concentra en formación que a lo más alcanza la enseñanza básica. Una
situación similar, aunque bastante menos aguda se observa en el caso del sector construcción
En cambio, en la condición opuesta, el sector servicios comunales sociales y personales tiende a
concentrarse en ocupados con enseñanza media y superior17. En los sectores restantes se
observa un patrón similar al anterior, donde además, la concentración según tipo de formación,
responde a los requerimientos sectoriales.

En concordancia con el análisis realizado con base en encuesta Casen y el comportamiento de la


misma relación en la encuesta de empleo INE, los resultados en cuanto estructura de ambas
informaciones son coincidentes.

De acuerdo a la encuesta de empleo del INE para el mes de noviembre 2003, se observa un
fuerte predominio de la fuerza de trabajo ocupada con formación correspondiente a enseñanza
media común y enseñanza básica, lo que permite concluir que un porcentaje superior al 61% de
la fuerza de trabajo alcanza a lo más 12 años de escolaridad formal y, de acuerdo al estudio
perfil del Capital Humano en el Territorio18, corresponde en su mayoría a población menor de
35 años, ya que, este estudio confirma que según tramo de edad, la fuerza de trabajo más
joven supera en escolaridad a sus mayores, para toda condición de ocupación.

Desde la perspectiva de requerimientos de capital humano, el mismo estudio demuestra que, en


orden decreciente, los que buscan trabajo por primera vez cuentan con mayores años de
escolaridad que los ocupados y que los cesantes, lo que podría conducir a la conclusión de que el

17
Vale la pena destacar que dentro de este espectro, los ocupados con enseñanza formal se ubican casi en su totalidad
en este sector, lo que da cuenta de una fuerza de trabajo de edad avanzada, que en promedio ronda los 60 años y más ,
sin embargo es importante observar que este grupo representa apenas el 0,3% de la fuerza de trabajo ocupada total y,
en números absolutos corresponde a 14.999 trabajadores en todo el país.
18
Perfil del Capital Humano en el Territorio. Mideplan, diciembre 2005. Infopaís (www.mideplan.cl)

90
mercado del trabajo privilegia cada vez más una fuerza de trabajo con al menos 12 años de
educación formal19. TP PT

Si se revisa el tiempo de búsqueda según formación educacional, bajo el supuesto de que a mayor
escolaridad, mayor probabilidad de encontrar trabajo, no se observa una clara relación entre ambas
variables, lo que si es evidente es que a medida que pasa el tiempo, empieza a funcionar el mecanismo de
desincentivo a la búsqueda o eventualmente, encontraron trabajo, tal como se aprecia en el gráfico
siguiente:

Distribución del Tiempo promedio de búsqueda de trabajo según formación educacional


(meses)

100,0

%
50,0

0,0
Sin Bas. Bas. Media Media Media Media C.F.T/I C.F.T/I Univ. Univ. Sin Total

3 meses 18,3 12,6 9,6 9,7 11,7 8,1 11,6 11,1 11,8 9,8 9,9 2,7 11,0

2 meses 23,2 22,8 27,5 24,9 27,5 32,6 25,8 21,3 18,6 17,8 26,6 25,3 25,1

1 mes 35,1 41,6 43,6 41,0 35,5 44,3 34,6 37,0 27,8 46,2 21,2 49,7 37,7

Fuente: elaboración propia con base en Encuesta Casen 2003

En términos agregados, hay un 37,7% que lleva un mes buscando trabajo, este valor desciende al 25,1% en
el segundo mes y ya en el tercer mes, sólo hay un 11%20. TP PT

En síntesis, ambas fuentes confirman el hecho de que el sector agricultura caza pesca y
silvicultura agrupa un alto porcentaje de su fuerza de trabajo ocupada a lo más con enseñanza
básica completa, es decir, aproximadamente 8 años de escolaridad promedio, situación similar a
la del sector construcción pero con porcentajes inferiores.

En cambios, los sectores minería, servicios financieros y electricidad gas y agua tienen a tener
mayores porcentajes de ocupados con enseñanza media científico humanista o técnico
profesional y universitaria.

19
TP Sin embargo, cabe hacer la observación de que la información de empleo se obtiene de encuestas a hogares y no a las
TP

empresas, por lo tanto, aún en forma indirecta, por esta vía no se puede saber lo que requieren los empleadores. Más
aún, pudiera ser que la demanda sólo esté absorbiendo lo que hay en el mercado, y no lo que necesita y un factor que le
permite discriminar es precisamente la educación formal, bajo el supuesto de que ésta entrega un mínimo de
capacidades para abordar el entorno laboral.
20
TP La consulta de Casen (corresponde a la pregunta O4 de Casen 2003: ¿Cuántas semanas ha estado buscando
TP

trabajo?), entrega búsqueda de trabajo hasta 260 semanas, para el gráfico se utilizó el equivalente de 4 semanas igual
un mes, lo que representa un 73,8% de las personas que buscan trabajo en el período de la encuesta.

91
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Relaciones Económicas Internacionales (Direcon) - Ministerio de Relaciones Exteriores.
Formato: .zip Tamaño: 0,8 Mb

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Estudio de Demanda por Evaluación y Certificación en Subsectores del Área Turismo. Informe
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Estudio sobre Competencias Laborales y Caracterización de Empresas y Sectores de la


Logística y Transporte. INFORME FINAL. Santiago de Chile, Agosto del 2005.

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secundaria disponible. Chilecalifica. Universidad Alberto Hurtado. Enero 2005. En biblioteca
de documentos www.chilecalifica.cl (información laboral).
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