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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
Rando Malesquich Roedas
ANTOLOGIA
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Poesía
Prosa
Edición de Rafael Massanet Rodríguez
PRIMERA EDICIÓN ELECTRÓNICA GRATUITA
Esta edición es totalmente gratuita. El usuario que la adquiera tiene el derecho a copiar,
compartir o imprimir cualquier parte ya que cuenta con el permiso del autor y del editor,
siempre que no se altere el contenido y no se obtenga ningún beneficio económico y que se
indique quien es el autor y que se puede obtener de manera gratuita.
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
Dedicado a aquellos que siguen,
siguieron
y seguirán.
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
PRÓLOGO A LA ANTOLOGIA
SOBRE ESTA EDICIÓN
Antes de empezar a hablar sobre el autor que ocupa este libro habría que hacer una breve
introducción a esta edición y los motivos que condujeron a su elaboración.
Es sabido que hoy día todavía hay dificultades en la edición y publicación de libros de
escritores noveles, sobre todo si estos no han participado con anterioridad en ningún evento
relacionado con la escritura tales como concursos, certámenes o participaciones en revistas de
género especializado o de otra índole. Ante esta situación el joven escritor difícilmente
conseguirá la aceptación para la publicación de su primera obra, sobre todo si tenemos en
cuenta el concepto que predomina hoy día en el mundo editorial: las ventas sobre la calidad
de lo vendido.
De este modo fácilmente podemos encontrar en las librerías publicaciones que, pese a
convertirse posteriormente en grandes superventas, su valor literario es ciertamente escaso.
Y entre los géneros literarios hemos de reconocer que la poesía es en verdad la más olvidada.
Hoy día, al menos entre el gran público lector, la poesía es relegada a los grandes poetas que
se tienen que estudiar en las escuelas y no siempre desde la perspectiva más acertada. Por
tanto no es de extrañar que no acabe de calar entre los lectores que se empiezan a formar.
De todas maneras, y volviendo al tema con el que comenzamos, la publicación de las
jóvenes generaciones es un tema complicado exceptuando casos especiales.
Por ese motivo emprendimos este proyecto de edición gratuita de libros de jóvenes
escritores.
Una cosa me gustaría aclarar antes de continuar esta pequeña introducción es que al
referirnos a jóvenes escritores nos referimos no a jóvenes de edad sino a jóvenes de
publicación, aquellos que no han tenido la oportunidad de ver publicado su trabajo.
Este proyecto, que comienza con este libro, pretende comenzar a dar a conocer
nombres de escritores desconocidos valiéndonos de ediciones serias de fragmentos de su
trabajo y de los beneficios de la red.
Para ello hacemos una revisión de todo el trabajo del escritor en cuestión y mediante
una selección crítica de la materia escogemos lo que creemos que puede ser una muestra
representativa.
No queremos mostrar al público simplemente un manojo de textos y que ellos se las
apañen. No. Si lo hiciéramos de esta manera lo más seguro es que lo que mostremos seria
ignorado. Para ello hemos de tratar esa recopilación de una manera seria y cuidada, como si
de un libro de un gran autor se tratara. Confiriéndole esta apariencia seria será tomado como
tal y llegar a más público. También tenemos que recordar que lo importante no es la
apariencia que podamos otorgarle sino el fondo, el trabajo del autor, que queremos compartir
con todos ustedes.
Disfruten de la lectura.
Rafael Massanet Rodríguez
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
DEL AUTOR
Rando Malesquich Roedas no es el nombre del autor sobre el que trata esta recopilación. Es un
pseudónimo, un apodo, una fachada, una excusa.
Es una máscara sobre la que se esconde el verdadero autor de los textos que leerán, si
de verdad se cumple el cometido de este libro.
Muchos me preguntan porque utilizo este nombre en vez de mi nombre verdadero. Al
principio la respuesta no era clara, pero ahora lo es. Utilizo un nombre falso para poder
salvaguardar el mío propio frente a un fracaso. Si los textos que contiene este libro no resultan
lo bueno que uno espera fácilmente puedo desembarazarme de esta fachada para recomenzar
bajo otra distinta sin que por ello se me cierren puertas debido a una mala impresión causada
con anterioridad.
Hacer una descripción de la poesía propia es siempre complicado, pues la tendencia
del creador hacia su obra siempre tenderá a halagarla y exaltar por encima de la verdad. Si he
de hallar una palabra para catalogar lo que escribo yo elegiría momento, pues así es mi poesía,
la poesía del momento escrita en un instante de lucidez y claridad que no tarda en
desaparecer. Mi mente funciona a una velocidad que no suele concordar con la de mi mano
para lograr captar los pensamientos que surcan veloces mi mente. En ocasiones una
construcción se ha perdido por no tener un momento en que poder escribirla, ya sea porque
no tengo los útiles para traspasarla a la eternidad o porque no me encuentro en el momento
adecuado para poder hacerlo. Lo que escribo no suele estar planeado y lo que lo suele estar no
siempre da buenos resultados porque me obligo a mi mismo a rebuscar demasiado dando
lugar a escritos artificiales, que tal vez el lector no observe pero con el que el autor se siente
frustrado.
Para mí la poesía no hace mucho no era más que un amasijo de letras y palabras
dispuestas de construcciones horizontales cuyo significado no lograba atisbar por culpa de un
distanciamiento creado por mi animadversión hacia ella. Tras una serie de fracasos vitales que
me marcaron profundamente y que creo que todavía no he logrado salvar pese al paso del
tiempo la barrera que me separaba de la poesía se rompió en multitud de fragmentos.
Encontré en aquello que odiaba una catarsis, una liberación de mis sentimientos, una manera
de poder comunicarme con un mundo ciego y sordo que creía que no me podía entender
hablándole prosaicamente. Empecé como un juego y se convirtió efectivamente en una
diversión. Uno de los pocos proyectos que he llevado a cabo y no me he arrepentido a mitad
de camino. Era y es la manera en que puedo expresar mis miedos, mis amores, mis
frustraciones, mis ilusiones, en definitiva, mis sentimientos de una manera clara para mí.
Primeramente trabajaba mi poesía e intentaba crearla a la manera clásica, con una
rima marcada y trabajada, con un mismo número de versos, con construcciones más o menos
formales. Pero con el tiempo he ido desistiendo de esta manera de fabricar poesía, porque asi
es, estaba fabricando, no creando ni escribiendo. He pasado de fabricar a dejar fluir mi mano
por el papel cuando la idea se presenta, sin prestar atención a cosas como el numero de
silabas o la rima estructurada. He pasado de una poesía estructurada a una poesía libre en la
que mi pensamiento si que se expresa como tal, sin barreras. Y esto más satisfecho con el
resultado, pese a que en ocasiones tenga construcciones a medias, pendientes de que su
momento regrese de nuevo y le dé un nuevo empujón hacia el final.
Posiblemente si tuviera que explicar el tema central de la obra escrita hasta el
momento diría que cada lector lo averiguara por sí mismo, ya que mi experiencia me ha
enseñado que la lectura personal de un escrito influye de manera diferente sobre la persona
que lo lee. Tal vez mi intención fuese escribir algo triste y al lector le parezca alegre, tal vez
alguna metáfora quiera decir algo completamente diferente a lo que el lector crea que quiera
decir. Pienso que la comprensión propia de los juegos literarios que llamamos figuras retóricas
son en verdad la verdadera esencia de la poesía.
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
Aunque para el lector más quisquilloso que no haya quedado convencido con lo
explicado tal vez pueda concretar un poco más lo que yo creo que es el principal tema de estas
composiciones. Estos, pues creo yo que son dos, serian la muerte y el amor, dos temas que
avanzan conjuntas en la vida de todo ser humano y que encontramos diariamente en nuestra
vida. Tal vez otros piensen que no son estos los principales temas. Tal vez tengan razón.
En principio todo esto no era más que un proyecto personal e íntimo, una
conversación con uno mismo para aclarar mí enturbiada mente. Pero debido a dos influencias
en mi vida he cometido el atrevimiento de compartir mis creaciones con el resto de la gente.
El primer influyente es el mismo que ha llevado a cabo esta edición, Rafael, quien me
animó a llevar estos escritos a un paso más allá que la carpeta en la que guardo todos mis
papeles. Ya en un principio difundiendo algunos de los que aparecen aquí en la red como
después organizando este documento que él decidió llamar Antología, pese a mi oposición,
pues considero que esto no es una antología sino más bien una breve recopilación de algunos
de mis escritos en prosa y verso que tras pasar por su ojo crítico han sido elegidos. Aquí no
presento todo lo que he ido escribiendo desde que empecé ya que algunos, según mi opinión,
no debían aparecer por tratar temas demasiados personales que podían afectar a los que
estaban dirigidos y otros, según la opinión del editor, eran demasiados pobres creativamente y
no merecían aparecer a favor a otros mejor escritos. Así que por influencia de esta persona
este proyecto ha logrado ver la luz y espero que no lo haya de lamentar. No tan sólo por mí
sino también por él. En los trabajos conjuntos siempre hay que tener presente no dejarse a
nadie por el camino de ascenso.
La otra influencia que recibí no voy a darle nombre, pero si voy a darle el motivo de
aparecer aquí. Esta persona fue la que me otorgó una palabra que ha sido la que de verdad ha
logrado que esta Antología, como se empeña en llamarla el editor, haya salido finalmente a la
luz. La palabra en cuestión fue “proyecto”, una palabra que ya ha aparecido varias veces en
este prólogo. Proyecto es algo que va a tener un fin, una meta, un destino. Cuando a esta
persona le comenté que tenía en marcha un pequeño proyecto poético me preguntó que iba a
hacer con ello. La respuesta que le di era que se trataba de unos escritos para mí. Entonces me
volvió a preguntar qué es lo que iba a hacer con ello. La respuesta fue breve: nada. Era una
cosa para mi, personal, no iba a hacer nada con ello. Me respondió entonces que un proyecto
conlleva siempre un fin. Si alguien empieza un proyecto es para acabarlo y conseguir algo. En
ese momento no le entendí y seguí empeñado en que era un proyecto, pero personal. Ahora
que el tiempo ha despejado mi obstinada mente me ha permitido ver que tenía razón. Si esto
desde el principio era un proyecto tenía que tener un final, pero no quería dejar de escribir
poesía.
Entonces, ¿Qué hacer? Entre ambas influencias se llegó a una conclusión y ésta es la
que tienes ante tus ojos, una recopilación de aquello que he escrito hasta el momento y que
espero que no decepcione.
Disfruta de la lectura, lector, aunque no se trate de gran cosa.
Rando Malesquich Roedas
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
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Poesía
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
‐ 1 ‐
No como Eneas u Odiseo,
bravos locos aventureros,
volver a una desolada patria
sino a un lugar inmaculado
de guerras, llantos y amor.
Pues tanto mal hacen unos,
como otros destrozan el corazón.
Que en lo primero, lo segundo,
con causa de fuerza mayor,
incluso a afirmar me atreviera
a que se llora de más dolor.
Bien, déjalo, que el barquero
me lleve como a los lamentos.
Lejos y sin retorno.
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
‐ 2 ‐
Elementos
Como fuego ardí.
Como viento volé.
Como agua fluí.
Como tierra, posé.
Soñar. Destruir. Vivir.
De la Natura reniego,
pues tan indispensable
es como lo es
vida, sueño y destrucción.
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
‐ 3 ‐
El cuervo
El cuervo, criatura de negra pluma,
graznidos que hielan el alma,
fuerte presencia del nunca más.
Posándose sobre el cable mira
los terribles, últimos momentos
de la desdichada criatura moribunda.
Al expirar la luz de sus ojos baja
para comenzar su picoteo y voltar
alrededor del pobre. No tiene más que contar.
Y así de nuevo, alzando el vuelo,
torna a posarse en el cable
a la espera de otro infeliz.
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
‐ 4 ‐
De piratas
Traed pronto el ron de Jim
pues estamos ya zarpando.
Duros marinos somos
y con el duro mar lidiamos.
¡Traed pronto el ron de Jim!
Choquemos jarras y bebamos.
Con las aves en el alto azul
y el mar a nuestro lado.
¡No dejéis ir el timón!
¡Tirad riel! ¡Alzad la mayor!
¡Pronto comienza el terror!
¡Cargad todo cañón!
A la muerte no tememos,
compañera de viaje es.
Por eso compañeros míos,
¡alzad la jarra y a beber!
¡Traed pronto el ron de Jim!
Allá en lo alto ondea
nuestra oscura sombra,
nuestra blanca calavera.
¡Traed pronto el ron de Jim!
Con el mar a ambos lados
y los cañones bien cargados,
¡alzemos jarras y bebamos!
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
‐ 5 ‐
A la mirada que mata
Viviendo sin morir, muerto soy
pues la vida no haces sino robarme
mas por eso no pésame,
y ninguna pena te ocasiono hoy.
Tus ojos absorben todas las almas
y no pudo resistir mi flaqueza.
Pues si tan débil fui ante esta pena
¿Cuántos más cayeron ante tu cara?
Así pues no sé si cerrar los ojos,
dejar tu hermosura pasar
y en mis intentos de conquista cesar.
Pues hombres miles lucharon con enojo
por una sola palabra esos rubíes
y todos yacen hoy bajo mantos carmesíes.
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
‐ 6 ‐
Muerte de Amor
Muerto estás, no vivo.
Se acabó lo que dabas.
Si en existencia querido,
ahora muerto te olvidan.
Yo no te olvido, pues
con tus acciones, maldito,
más mal hiciste que en
Troya quemada acabó.
Tu acto no separó dos,
garrafal equívoco provocaste,
sino que en matemática operación
de dos a tres acabaste.
Así que descansa niño adulto
que tus alas cortadas están.
Tu muerte, vida de otros es.
Descansa. No subas más.
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
‐ 7 ‐
Al tiempo
Cambio constante en vida,
no veremos en muerte.
Lo que pensabas que era, ya pasó.
Lo que querías que quedara, voló.
Nada queda como el recuerdo.
Donde antes verde y llano, hoy alto ladrillo.
Donde plaza campesina, hoy, plaza moderna.
Donde indígenas de pueblo, hoy inglés de fuera.
Donde creía casa mía, hoy lugar extraño.
Todo cambia a peor, con tiempo a más.
El mundo, un progreso del que no pude volver.
Caminamos adelante como jamelgos
sin pensar que dejamos atrás.
¿De tantas ciudades metropolitanas
es tan excelente el estruendo bullicio
que nada queremos saber ya nada
de las montañas tranquilas y lejanas?
Ya todo aquello no recuperaremos nunca.
Tan solo en memoria e imaginación
podemos construir, piedra a piedra,
nuevos lugares plenos de hermosura.
Todo perdimos, ¿Qué queda ya?
Polvo, ruinas, follaje. Nada.
Todo perdimos, pues ¿Qué quedará?
Aire, arena, espino. Nada.
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‐ 8 ‐
A un tiempo pasado
Si atrás volver pudiera
los mismos errores cometiera,
pues si así no fuera
no tendría vida tan plena.
Tontería es pensar
que el cambio posible sea
pues si se puede cambiar
¿Quién no dice que a peor sea?
La conformación de los hechos
ha de ser clara y constante.
Creer en lo que se hace
sin arrepentirte por lo hecho.
Todo malo no es siempre
y bueno tampoco ha de ser.
Tan sólo un arrastrar de corriente.
Y un día, tal vez, el mar veré.
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54‐ 9 ‐
En el propio yo
Miro al vacio sin ver
en la oscuridad de mi habitación.
Pipa en mano, flores en jarrón.
Acerco la boquilla, lentamente,
el tabaco procedo a inhalar
y, sentándome, me dejo llevar.
El humo asciende cansadamente
empujado por el fino viento
como alma que abandona el cuerpo.
Y una vez en lo alto
se estira y desmigaja
inundando todo sin ser nada
Suspiro cansado,
mirando sin ver.
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‐ 10 ‐
Sueños
Sueños, delicias de caramelo,
amargos al despertar,
crueles como el vivir,
invisibles como el ser.
Ilusiones,
consuelo de muchos.
Realidades de otros.
Esperanza de pocos.
No quiero vivir soñando,
quiero vivir en el sueño,
soñando que no sueño,
viviendo lo soñando.
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‐ 11 ‐
Lo imposible
Y un águila se eleva
por los cielos.
Volando, volando lejos.
Y la mano agarrar intenta
aquella silueta que se va.
Mas nunca podrá pues,
subiendo entre nubes,
se perderá,
y nunca más la verá.
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‐ 12 ‐
De un año a esta parte
Y sueño.
Y pienso.
Tal vez hice mal.
No sé. Quizá.
Un año después asaltan dudas
a un claro y firme pensamiento.
Terrores locos sinsentidos
e intenso agobio interno.
Sé que hice bien,
pero aún así
del todo no sé
si para mí hice
o para ti, también.
Asaltan imágenes constantes,
pensamientos agradables,
otros de terribles.
Se mezclan realidades,
inexistentes ficciones,
sueños locos
y esperanzas muertas.
Nada tiene sentido.
Casi mejor así.
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‐ 13 ‐
Cabello negro como la noche
y ojos como dos llamas
que abrasan a quien os mira.
Y boca que sabe a gloria.
La piel de un blanco puro
y las manos, dos joyas divididas.
La voz, suave melodía,
que entristece cuando escucho.
Triste contemplación y gozosa dicha.
Sol en medio de feroz tormenta.
Desdicha absoluta en enorme alegría.
Ser queriente sin llegar a serlo.
Ser suficiente con gozo de serlo.
Fuego que se extingue sin morir.
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‐ 14 ‐
Adiós, de nuevo
Reina oscura que una vez tuvo amor.
Señora de corazones marchitos.
Aquella que una vez se alejó.
Y la mente, ¡imbécil!, le siguió.
Orgullo de irrompible acero.
Distancia difícilmente salvada.
Doloroso tormento separador.
En brazos amigos consuelo.
No hay cuentos de hadas.
No hay príncipes que vuelven.
No hay principios que aguardan.
Golpe real y dolor invisible.
Adiós, de nuevo, para siempre,
para nunca. Así yo dije.
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
‐ 15 ‐
De aquel horror surgido
Del lago en penumbra surgió
aquello que encerrado quedó
ha tanto tiempo pasado
por valiente caballero armado.
Ahora la espada se oxida.
La armadura, deslustrida.
El escudo, abollado.
at aeternum, el caballo.
Ya no hay caballero
pero el horror continúa.
Ya no hay aleros.
No hay certeza de salvación.
No hay cosa segura.
No podemos enfrentarnos al horror.
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
‐ 16 ‐
Creación del hombre
De la profunda tierra
el hombre se creó
juntamente con el líquido
que fuerte forma le dio.
El elemento abrasador
te introdujo en la llama
y con el suave aire
la vida te fue dada.
Así la unión de cuatro
uno sólo fue formado
pero así no acabó.
De cuatro a seis dos.
Luz y oscuridad que
al hombre locura dio.
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
‐ 17 ‐
De un río
Rio salvaje
que corre hacia el mar.
Rio raudo,
¡cuánto sabes de mi mal!
A tus orillas mis lágrimas,
mis preciadas lágrimas,
a tu cauce iban a parar
haciéndote crecer más
hasta el punto de desbordar.
Gracias a mi mal creciste.
Gracias a mi mal ensanchaste,
por mí fama adquiriste
y enorme te paseaste.
Las aguas nublan mi vista,
la corriente arrastra lejos.
¿Adonde iré? No sé decirlo.
Cual barca que mece la corriente
la vida transcurre en calma
mas tarde o temprano
de golpe o de repente
naufragar se puede.
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
‐ 18 ‐
‐‐‐‐‐‐‐‐‐
Invisible.
Desaparecido a lo ajeno.
Como manto de hojas
en bosque perenne.
Invisible.
No visto.
No sentido.
Desaparecido.
La voz no llega.
La vista se aparta,
se difumina.
Y la cabeza olvida.
Invisible.
No visto.
No sentido.
Desaparecido.
Olvida que una vez estuvo.
Olvida que cayeron truenos.
Olvida que la calma reinó.
Olvida que el sol salió.
Invisible.
No visto.
No sentido.
Desaparecido.
Así se olvida.
No más.
Que por invisibles parezcan
los que, sin nada, perezcan.
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
‐ 19 ‐
Muerte
Una tarde el sol bajó.
¡Oh, alegría!
La muerte llegará a todos.
Allá entre las nubes se le ve bajar.
¡Oh, impaciencia!
La espera tarda cada vez más en llegar.
Rozando las altas cumbres va.
¡Oh, ilusión!
La dama de negro no tardará.
La oscuridad acaba de llegar.
¡Oh, tinieblas!
Pero, algo anda mal…
No aparece.
No está.
No vino.
¿Vendrá?
Noto un roce en la espalda.
Una presencia.
Una esencia.
Un ser.
Lo que esperaba esperar llegó.
Cierro los ojos.
Adiós.
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
‐ 20 ‐
Por qué
¿Por qué?
¿Por qué la muerte es recuerdo
si con la muerte olvidamos?
El paso del tiempo no se detiene,
cubre todo con suave polvo,
enterrando esperanzas
y recuerdos.
Sólo los bravos permanecen
en una memoria selecta.
Sólo los bravos,
‐ y algún que otro traidor‐.
Nadie recuerda ahora
a tantos valientes
cobardes inocentes
hombre niños mujeres
seres animales
que dieron o robaron vidas
en guerras o accidentes.
La Historia ya se encargó
de borrar lo innecesario
y subrayar lo nimio
con color fosforito.
Se alzan los grandes
sobre una montaña
de desconocidos cadáveres.
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
‐ 21 ‐
En la horca
En la horca bailan tiesos
los cuerpos de los hombres,
de su vida pergamino.
Sus pies se balancean
al ritmo de una música
que el diablo marca.
Pobres necios,
encapuchados en negro,
como su verdugo.
Cuando mata muere,
quedándose sin vida
antes de que el golpe aseste.
A ver no van,
aguardando presto,
venir el mal.
No hay más que esperar.
Pronto nos reuniremos.
Inevitabilidad fatal.
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
‐ 22 ‐
Declaración
Intento escribir algo sobre lo que no sé.
Lo intento y pruebo.
Escribo, largo, borro, vuelvo, borro.
Nada sale de mano inexperta.
En mi imaginación aparece claro
pero igual de claro se enturbia,
cuando mi mano, presurosa,
intenta escribirlo en un papel.
Cambian mis palabras
y lo que antes era bello
es ahora vasto, inerte, vacío,
superfluo, nimio, frío,
sin ser lo que es.
Sin decir lo que digo.
¿Seré inmerecedor de un don no otorgado?
¿Habré de callar lo que quiero expresar?
¿Tendré que guardar los útiles,
mi lápiz, mi papel, mi ser,
para olvidar e ignorar
lo que está dentro de mí?
No lo sé.
Maldito fui tres veces:
De la tranquila soledad pasé
al sentimiento más profundo,
del amor a los amigos
a la puñalada más dolorosa,
de una esperanzada reunión
a la más honda depresión.
De esta situación más de trescientos
por no decir doce tardé.
Y de mi pluma desde entonces
lo más oscuro saqué.
Muerte, desgracia, dolor,
tristeza, desilusión.
Nada más sale de mi interior.
A la flor más hermosa le canto
y sus pétalos al suelo caer marchitos.
A la vida plena alabo
y termina en suicidio.
El día que a la Natura cante
un incendio la arrasará.
En mi inmensa estupidez continúo
con cantos de amor desesperado,
que otros llamaron poesía,
pidiendo que vuelva lo que se perdió.
lo que con dientes más afilados que dagas
y ojos que al mirar ahogan,
en un mar sin agua y con sal,
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
sesgó lo que una vez tuve
y se deshizo de todo
con lo que soñé una vez.
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‐ 23 ‐
Besos
I
Un beso nunca es singular,
pensé en una húmeda tarde
cuando nuestros labios se soltaron.
Un beso es siempre dual.
II
Un beso es largamente fugaz,
terriblemente corto,
profundamente largo,
placentero y doloroso.
III
Un beso no se olvida
en la juventud del amor.
Un beso no se olvida
cuando una vez todo acabó.
IV
En esta fría tarde
que nuestros labios juntamos
una explosión de calor
hizo temblar nuestra carne.
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‐ 24 ‐
Tus ojos…
Tus ojos no son ojos.
Son gafas.
Gafas de cristal tintado.
Cámara acorazada de tu ser.
Última barrera infranqueable.
Mampara casi inexistente
que sin ser siendo está.
Quisiera ver la verdad
que tras tus ojos,
hermosos,
te atreves a ocultar.
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‐ 25 ‐
Encadenados
Mis alas de gigante no me dejan volar.
Volar por un cielo de pureza.
Pureza de tus ojos color mar.
Mar que suspira con aires de tristeza.
Tristeza producida por un amar.
Amar que en el alma penetra.
Penetra y duele en herida como sal.
Sal secada al sol,
sal de cristal,
de tus ojos verdes,
verdes color mar.
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‐ 26 ‐
Mentiras
Mira lo que soy:
una mentira
en un mar de verdad.
Una verdad sin fundamento.
Una mentira con respaldo.
Un ser lo que no soy.
Un ser queriendo ser.
¿Y no es sino lo falso
el paso previo a la verdad?
¿Qué es mentira
sino el deseo de realidad?
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‐ 27 ‐
Mar1
Abrí los ojos Cerré mis ojos un momento
y vi que no estabas y ante mí apareciste.
Tu reflejo se difuminaba Tu recuerdo claro
en el salvaje mar en el manso mar.
Un mar que no era mío El mío, nuestro,
pero lo sentía como tal visible y cercano.
Completamente Tan próximo, tan cerca
diferente. y a la vez tan lejano.
Y absurdamente igual. Tan tristemente separados.
Era un mar de agua Un mar de leyendas
que olía sin fuerte olor, de fuerte esencia,
suave, con sabor
como a remojo de sal, de culturas varias.
pero poderoso e Y cerrado por tierras altas
inquietante. tranquilo, relajado.
Sin descanso. Sin movimiento alguno.
Arriba Nada más que el ir y venir
y de un amor.
abajo. El mar.
‐ 28 ‐
1
Para evitar malas interpretaciones de lectura hemos de advertir que el poema ha de ser leído por
columnas, comenzando por la de la izquierda (azul) y continuando por la de la derecha (marrón).
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Retrato
Perdí mis papeles un jueves
allá donde mi vida iba.
En ellos no llevaba más
que legajos de un año
esbozos de otros
ideas muertas
y tu foto.
Tu retrato.
Un retrato robado a hurtadillas,
en las sombras, a escondidas.
Sin tu saberlo, ni sospecharlo.
Un secreto sin malicia.
Ahora te perdí.
Dos sentidos muertos.
Ni te veo ni te toco.
La oscuridad se alza sobre mí.
¿Dónde estás, mi faro?
Luz que aclara tinieblas
perdida en el fondo
de una papelera.
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Prosa
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COMENTARIO A LA VALENTIA
No sé si decir que la valentía es cosa de valientes o héroes, pues la mayoría por mano de dicha
señora acaban bajo losas, y los que no tienen la suerte se llevan la gloria de los que cayeron.
¿Valiente es aquél que se lanza gritando como un poseso contra otro que, supuestamente, es
enemigo?
¿Valiente es aquél que se interpone en la trayectoria de algún objeto mortal, sea ya hoja o bala
(pues ambos son igual de peligrosos) para "proteger" a otra persona, sea amiga o tan solo
importantemente conocida?
¿Valiente es aquél que se enfrenta a un grupo superior sin nada que le pueda apoyar? (nótese
que tanto valen en esta afirmación los apoyos morales o físicos)
Creo yo que eso no es ser valiente, creo yo que eso es ser extremadamente cobarde.
¿Por qué?
Por esto:
Si te lanzas gritando aumentan en un 200% las posibilidades de que te descubran y por tanto
de que acabes muerto.
Si te interpones en medio de algo potencialmente peligroso hay bastantes posibilidades de
que mueras por otra persona. Si es amiga tal vez te lo agradezca, si, como hemos dicho, es
potencialmente conocida puede que organicen una bonita ceremonia (sin sentimiento, claro
está.) De todas maneras el resultado en ambas versiones será el mismo.
Si decides enfrentarte contra algo superior sin un apoyo pueden pasar dos cosas:
La primera es que quedes maltrecho físicamente, pues la superioridad numérica siempre
vence.
La segunda es que quedes moralmente avergonzado cuando el resto de la gente se dé cuenta
de que intentas demostrar algo inexistente y de que eres un mentiroso fantasioso que
construyes castillos de arena en medio de un huracán tempestuoso.
He ahí mi conclusión. Si alguien no está de acuerdo que hable entonces, ya que ¿no nos
consideramos todos tan valientes?
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
LOBO SIN MANADA
Las personas somos animales. Animales salvajes y animales mansos.
La gente no es sino un fiel reflejo de la cadena alimenticia. Miramos y devoramos.
Vamos a por lo que queremos olvidándonos del resto. Somos animales solitarios.
No queremos a nadie. Por egoísmo. Por envidia. Por miedo. Andamos solos. Vivimos solos.
Podemos estar rodeados y aún así sin nadie que nos sostenga. A nuestro alrededor se alzan
paredes, muros, barreras que apartan y distancian. Infranqueables e invisibles. Sin darnos
cuenta. Sin percatarnos. Sin quererlo.
Y solamente cuando éstas se vuelven opacas nos damos cuenta.
Y buscamos la manada, el grupo, la congregación, lo nuestro. Y nos sentimos bien. Nos
alegramos. Creemos haber vuelto a encontrar el sitio. Nuestro sitio. Y disfrutamos. Nos
relacionamos. Y en ciertas ocasiones llegamos a unirnos.
Pero al tiempo volvemos a notar la llamada. A sentir el incesante sonido de la propia persona.
De nuestro interior. Y nos separamos de la manada con una sonrisa y volvemos a la solitaria
caza, elevando nuevamente las caídas murallas de nuestro ser.
El lobo vuelve a cazar. Solitario. Alejado de la manada.
Pero sabiendo que podrá volver.
Y se siente feliz, aullando en su interior.
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
EL SUEÑO VENCE Y LOS PENSAMIENTOS INVADEN
Palabras inconexas conjuntas que forman un todo, una nada, que envuelve y desprotege
dejándonos al amparo seguro de las lluvias y el Sol, ardientes glaciares y helados desiertos de
fina hierba amarilla que rumian mansas bestias en parajes de Fantasía olvidados hace tanto,
tan poco, que siempre pensamos que quedaron olvidados por todos y recordados por ninguno
de los que una vez pisamos con tan ansiadas esperanzas y terribles miedos, descubriendo así
sorpresas numerosas de uno mismo y del resto, cosas tan fantásticamente reales que nunca
creímos querer creer en su existencia, ilusiones tan realmente fantásticas que creímos que
nuestra mente se comprimía expandiéndose hacia tantas direcciones iguales y lugares
diferentes que nunca quisimos querer despertar de un sueño tan real como la propia vida que
una vez nos fue otorgada y que nunca fue nuestra en su pequeña totalidad de las
innumerables, infinitas, incontables posibilidades que nos ofrece antes de que el FIN que
nunca llega pero que nunca se fue se acerque y nos bese con labios suaves y jugosos como
manzanas reales de roja capa y crujiente corazón que saben a la mezcolanza dulce de la
pequeña uva y el viejo queso perdidos en recuerdos que nunca queremos recuperar de ese
mar salvaje inhóspito y calmo que es la memoria del hombre terrenal dejado de una divinidad
que una vez nos quiso crear de la sucia tierra y el aire contaminado pero que en pura rebeldía
y desfachatez propia de la raza que nos identifica quisimos nacer del duro hierro que se dobla
bajo el martillo y el
cálido Sol que nunca calienta y así sentir nuestros fallos y éxitos, nuestros errores y victorias,
nuestras derrotas y felicitaciones como nuestros propios de uno y de nadie que no sea
nosotros, seres que con método de la razón y la experiencia, raciocinio y empirismo, nos
labramos con sudor, sangre y lágrimas un futuro oscuro casi negro, nubloso, nebuloso, ilusorio,
deformado, inclaro, tenebroso y peligroso como tantos otros futuros de tantas otras épocas
pasadas que no llegaron a un término final de la manera suficientemente clara como para
haber acabado lo que una vez nunca hubo de
empezar en la oscuridad del principio de los tiempos.
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
REFLEXIÓN
Esto no es amor.
Lo nuestro es algo más.
Mientras mi cabeza reposa suavemente sobre tu tierno seno.
Esto no es amor.
Es un sentimiento profundo que clava sus garras en nos y nos despedaza sin compasión.
Sin poder hacer nada.
Esto no es amor.
¡Y que me importa!
¡Que sea lo que quiera ser!
Como quieres que sea yo para ti.
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
MANIFIESTO
Mapaches cobardes me miran tras sus máscaras,
calmando palabras de ira avergonzada,
maldiciones ahogadas e ignorancia falsa.
Y pican.
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
CUENTOS DE HADAS Y DE NOCHE
Siéntate, querida mía,
que hoy, quiero contarte un cuento.
Bella princesa,
duerme ahora y descansa.
El joven al que esperas a tu lado está.
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
LA LENGUA HA MUERTO
¡La Lengua ha muerto, señores!
Sólo cuatro locos quedan con ella.
El resto: basura, desechos, traidores.
La abandonan cuando aún agoniza.
El amor a la lengua ha desaparecido.
Ya nadie se acuerda de sus madres y hermanas.
Los que la acompañaban se han ido.
¿Dónde? Fácil.
Unos ya no están ni estarán: el tiempo se acabó para ellos.
De los que ahora es el tiempo no quieren acordarse.
Ya no son filólogos, ya no son los amantes de la lengua que entraban en su cuarto por la noche
a descubrir sus placenteros secretos.
Ya no son sus escuderos, quienes se encargaban de defenderla de todo mal.
Ya la han dejado desamparada.
Ahora no son más que pecuniólogos, destrozalibros, vidafáciles, lee‐lo‐justo, pocotrabajo.
No aceptaran un libro adicional porque su ocupación de la nada les llena su todo.
¡Señores, la Lengua ha muerto!
Y los cuatro que quedan resisten a duras penas.
Pero grande es la recompensa.
La Lengua, en todo su esplendor, se desnudará para ellos.
El mayor espectáculo de nuestro mundo.
La luz irradia de su cuerpo.
Su piel, de blanco pergamino; su pelo, de negra tintura.
La defensa valdrá la pena por el espectáculo que se nos muestra.
Pero, ¿Cuánto podrá durar?
No mucho, no hay refuerzos.
Caemos y nadie nos remplaza.
Somos pocos.
Arena de un mar que nos traga.
Dientes de león que el viento arrastra.
Último follaje de otoño que el fuego abrasa.
Nieve que se derrite al salir el Sol.
Última defensa de un fin cercano, débil y sin esperanzas.
¡La Lengua, señores, no morirá!
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
TINWË Y SULIWËN2
Ha tiempo, antes de la completa creación del mundo multitud de criaturas poblaban la tierra.
Entre estas la más hermosa de todas eran los elfos, dotados de cualidades superiores al resto.
Tinwë era su señor, el más grande entre ellos. Su sabiduría era apreciada por todos y de uno a
otro confín acudían a su morada en busca de consejo y ayuda.
El país en que habitaban estaba poblado de grandes praderas siempre verdes, suaves ríos que
se deslizaban de las altas montañas y profundos bosques que salpicaban el paisaje. A Tinwë
siempre le agradó pasear por estos parajes, reflexionando sobre las dudas que le planteaban y
otros temas de profunda complejidad.
En uno de estos paseos el elfo se adentró en los bosques más profundo de lo que era
costumbre para él. Y la noche cayó. En la oscuridad y en territorio desconocido Tinwë vagó sin
conocer rumbo ni llegar a parte conocida hasta que la luz volvió a alzarse en el horizonte y sus
rayos se filtraron a través de las verdes hojas de los altos arboles. A su alrededor grandes
troncos se alzaban sin dejar ver la claridad que se extendía más allá.
Tinwë, desconcertado por hallarse en una situación tan desconocida para él, se sentó en un
hueco de un árbol. Ahí se quedó durante horas y el tiempo fue escapando de su cauce.
No se sabe cuánto tiempo pasó Tinwë allí sentado mirando el infinito, pero, de repente, en
medio del silencio, una voz fue alzándose suavemente. Al principio, no más que un suave
rumor, pero a medida que Tinwë escuchaba se iba haciendo más clara. Entonces se dio cuenta
de que era belleza. El que era gran señor se levantó y guiándose por sus finos oídos siguió el
camino que la música le marcaba, apresurándose cuando la oía alta y clara y deteniéndose
cuando apenas la podía percibir.
Así Tinwë recorrió el bosque, sin dejar de escuchar la hermosa melodía que, pese a que no la
entendía, le parecía que le hablaba directamente al corazón. Nunca había apreciado la música
tanto como en aquel momento y sentía que si dejaba de escuchar aquel canto aunque tan solo
fuera un instante no sería capaz de volver a ver ninguna luz.
De este modo llegó a los que era una llanura verde en medio del oscuro bosque, en la cual la
luz del Sol penetraba limpia y dejaba ver los jirones de nubes deslizándose perezosamente en
lo alta. El suelo de hierba fresca verde dejaba asomar aquí y allá alguna flor, cuyo aroma no
podía asociarse a ninguna otra. El canto de los pájaros armonizaba la escena mientras una
suave brisa jugaba con las plantas, moviéndolas suavemente.
Pero allí no había nadie. Y la voz había cesado.
Tinwë temeroso de romper el paisaje idílico que se alzaba ante sus ojos miró a los lados, se
giró, avanzó, se detuvo. Nada, allí no había nadie.
Entonces, tenuemente una risilla se dejó deslizar con la brisa.
En cuanto la oyó el elfo se giró y miró desde donde creía que podía provenir. Nada. No había
nadie.
Esta vez la risa volvió a sonar más nítida y Tinwë supo que la había oído. No eran
imaginaciones. Allí había alguien.
Con paso decidido se encaminó hacia el centro del valle, donde la hierba era más verde, el sol
iluminaba con más fuerza y las flores lucían con más belleza. Allí se paró y preguntó al viento
quien era.
La risa sonó y una melodiosa voz broto allí donde nada había. La misma voz que en un canto
había atraído a Tinwë hasta aquel lugar.
‐¿Quién soy, preguntas? No lo sé. Estuve aquí antes que tu y continuare cuando ya no estés. Vi
el principio de nada y poco a poco veré el final de todo. ¿Quieres saber quién soy?
2
Durante la realización de este relato se usó el manual Quenya elemental de Martsch, Nancy y el
Apéndice de elementos de los nombres Quenya y Sindarín que aparece en El Simarillion de J.R.R. Tolkien
de la editorial Minotauro.
47
Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
Tinwë, inmutable ante la voz, asintió.
‐ No soy nada y menos que eso. Estoy sin poder estar. Voy y vengo, pero nunca llego a ningún
sito. Quiero empezar pero nunca termino de acabar, nunca. ¿Quién soy, preguntas? No lo sé.
Tinwë se sintió sorprendido y confuso ante esta respuesta y se sentó en la mullida hierba a
meditar. El Sol cruzo los cielos y la Luna tomo su lugar iluminando de semejante manera el
lugar. Mientras tanto la voz continuó oyéndose en una risita por aquí, n canto por allá.
Entonces el sabio elfo se levantó y dijo:
‐ Me encontraba perdido y tú me guiaste ante ti. Te pregunto y no me dices tu nombre. Pues,
¿acaso no puedes decírmelo o no tienes?
Nada en el prado se movió.
‐ Ante el silencio acojo la afirmación. No tienes un nombre. Yo te daré uno en pago a tu guía.
Serás Suliwën, el viento que canta, pues con ese nombre te me has revelado.
En ese momento comenzó a moverse una brisa que fue tomando fuerza, concentrándose en
aquel centro, y de la nada comenzó a brotar.
Un pálido cuerpo fue lo primero que se formó, oscuro pelo de seda azabache se deslizó
espalda abajo; veinte y ocho blancas perlas brotaron tras tiernos labios carmesíes; telas de
lino, raso y seda de plata y oro puros se conjuraron cubriéndole el cuerpo y adornándolo con
intrincados bordados dignos del más hábil sastre. Y en su cara sus ojos se abrieron revelando
dos puras niñas nacidas del hielo. La mirada más hermosas y cautivadora de cuantas Tinwë
había visto en su dilatada vida. Ni en sus blancas manos ni en su cuerpo llevaba joya alguna,
pues qué joya puede adornar a la belleza pura sin perder ella misma parte de su esencia.
Entonces la recién llamada Suliwën habló:
‐ Así, Tinwë, me has llamado y he podido aparecer tal como tú me identificas con ese nombre.
Tinwë, la vida concedes con palabras, y lo sabes. Nada puede ser sin un nombre, pues sin
nombre que se le llame, se le designe, se le recuerde no se le puede pensar ni imaginar. Así,
Tinwë hace honor a tu nombre, señor de la palabra, y así me has creado. A ti seguiré, mi señor.
Tinwë escuchó estas palabras en silencio y sólo cuando el silencio volvió se agachó y recogió
una pequeña flor azul de puntiagudos pétalos azules, cuyo olor recordaba a un amanecer de
verano en las costas de un suave mar. Se la colocó a Suliwën dejando que la seda de sus
cabellos se deslizara entre sus dedos y así le dijo:
‐ Yo, Suliwën, no soy tu señor, pues no te he creado, tan solo te he recordado tu verdadero
nombre. Yo andaba perdido por un oscuro bosque cuya salida estaba velada a mis ojos por
oscuras sombras. En medio de aquella negra espesura un canto atrajo mi atención y me saco
de mi propio ser, donde pensaba que no volvería nunca a ver a mi gente. Anduve vagando
buscando tu voz, temiendo perderme más profundo en aquel bosque, temiendo una trampa.
Pero la única luz de aquellos momentos era un canto hermoso que levantaba en mi la alegría y
entusiasmo de continuar mi viaje. Y al llegar aquí y ver de nuevo la luz del Sol mi corazón se
inundó de alegría, pero al instante la pesadumbre volvió a adueñarse de mi ser. La luz que
buscaba no estaba. Podía verla a resquicios, a intervalos, pero no podía estar pues no la
conocía lo que en verdad buscaba. Y ahora, lo he encontrado. No soy tu señor, ni tu creador,
tan solo aquel que te ha seguido y te ha encontrado, como tú has hecho conmigo.
Suliwën se turbó ante esta declaración, diferente a lo que por tanto tiempo había imaginado
pero igual o más agradable y placentera.
‐ Así pues Tinwë, no serás mi señor. Pero si serás quien me encontró y lo que has buscado te
repetirá a ti lo que has dicho. Pues si tú, sin saber quién era, me has buscado y encontrado así
yo, conociendo tus hechos te busqué y te encontré. Por tanto no habrá señores pero si
encontrados, pues ¿no es un encuentro lo que marca el destino de los seres?
Tinwë asintió.
‐ Así sea lo que dices. Bella en voz me pareciste cuando sólo un murmullo de ti por vez primera
escuché. Hermosa en cuerpo y cara fuiste cuando apareciste de la nada en la que habitabas
ante mí. Ahora sabia te apareces y llenas de conocimiento se encuentran tus palabras.
El elfo miró a los profundos ojos de Suliwën.
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
‐ Antes te dije temer por no volver a ver a parientes y amigos. Ahora te diría que si pudiera
quedarme aquí y ahora para siempre, tus manos en mis manos, tus ojos en los míos, me
olvidaría de todos ellos. Pues en escasa búsqueda hallé la luz si lo comparamos con la larga
gesta del encuentro de la felicidad plena.
Suliwën soltó una de sus manos y llevando a Tinwë de la otra le condujo cerca del lindero del
bosque mientras le decía:
‐ Esto que dices alegra mi corazón y entristece mi alma, pues no sería de justos quitarte de tu
gente. Ellos te necesitan. Tal vez no tanto como mi corazón necesita al tuyo pero ¿no necesita
el herrero su fragua?, ¿no necesita el agricultor sus semillas?, ¿no necesita el poeta su pluma?
Pues así tu gente necesita de tu presencia y sabiduría para continuar su tarea. No puedo
retenerte.
Tinwë aferró fuertemente su mano:
‐ Nuevamente hablas con una sabiduría más grande que la mía. En mi propio deseo me cegué y
me olvidé de los míos, a los que ayudé como a ti. Pero al mismo tiempo no quiero perderte ni
dejarte aquí. Si vuelvo a buscarte sé que no te encontraré, pues esta vez no te he buscado pero
sí te he encontrado. Y cuanto más empeño ponga las probabilidades serán menores. Si te
pierdo mi ser quedara dividido y nunca más la felicidad reinara en mí. Vagare como una
sombra de lo que fui y de lo que pude haber sido un buen día.
Lágrimas de plata rodaron por las pálidas mejillas de Suliwën.
‐ Así pues, ¿hemos de ser desdichados ambos? ¿Nada podemos hacer en esta situación?
Con tierna mano retiró las lágrimas que comenzaban a humedecer las mejillas de ella.
‐ No llores, pues entre ambos encontraremos solución a este dilema. Y la solución la he
encontrado. Guíame entre las tinieblas, dulce voz, como hicieras antes y tras superar la
oscuridad ambos viviremos entre luz y belleza. Y de todo ello tú serás el mayor faro y ejemplo
para mi pueblo.
Ante estas palabras el corazón de Suliwën se alegró y cogiendo la cabeza de Tinwë entre
ambas manos le besó la frente. Y ahí donde el tierno beso fue depositado una gema se creó,
blanca como el brillo de las estrellas y mil veces más hermosa.
‐ Tinwë, señor de la palabra y los elfos, mil veces sabio. Así ser‐á lo que pides, pues solución es
para todos. Te guiaré fuera del bosque y contigo, si es tu deseo, viviré. Y por la alta estima que
te tengo un don te concedo. Así, nadie quiera, tu venerado nombre fuera olvidado no
desaparecerás en la oscura trampa de la historia olvidada sino que vagarás como yo hasta que
alguien lo vuelva a recordar y lo venere. Y tu historia será mil veces contada. Coge mi mano, la
oscuridad nos espera, pero no temas, pues la luz no te abandonará.
Y así ambos, fuertemente vinculados, no sólo por manos sino también por corazones, se
internaron en el bosque. Y Suliwën cantó una bella canción en idiomas desconocidos y
olvidados, pero al mismo tiempo recordados y cercanos, era la música que sólo el corazón
entendía. Ante los ojos de Tinwë las sombras que antes poblaban el bosque parecían
disminuir; las ramas tenebrosas se aparecían como inofensivo ramaje sin peligro alguno; los
extraños y horripilantes ruidos cuya procedencia desconocía revelaban algún triste búho o
algún escurridizo roedor. El bosque no tenia peligro, ni misterio, pues ahora la luz pura brillaba
allí.
Y finalmente el bosque acabó y ante los ojos de Tinwë la verde llanura y su blanca ciudad se
mostraron, reluciendo bajo la luz del Sol. Hacia allí se encaminó él, siempre de la mano del
amor encontrado, alternando su mirada entre los más bellos ojos que mortal o inmortal ha
visto en vida y la más esplendorosa ciudad jamás construida en esa edad.
Y de este modo entraron en la ciudad. Los elfos se alegraron por el retorno de su señor, pues
cinco días y cinco noches hacia ya de su desaparición, y en ese tiempo la sombra de la tristeza
y la desdicha había cubierto la ciudad blanca y el ánimo de su gente. Aquella mañana habían
mirado al Este y le había parecido ver una blanca luz en lo alto de la colina.
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
Y así era, pues si antes Tinwë había sido un faro de sabiduría para los elfos ahora era faro con
luz, más claro que nunca. Y se asombraron de la presencia de Suliwën, mas la aceptaron, pues
más bella que ningún elfo era y era alegría del corazón de todos.
Así ambos ocuparon el asiento de la ciudad y con sabiduría y rectitud reinaron entre los suyos
durante inmemorable tiempo y fueron alegría y consuelo para todo ser afligido que buscara
consejo, pues si Tinwë aliviaba los pesares de las criaturas que lo buscaban con la palabra,
Suliwën curaba los males del corazón.
De este modo reinaron en la ciudad con gran rectitud. De esta unión nacieron tres hijos y tres
hijas. Si los hijos heredaron la sabiduría de su padre y la cabal razón de su madre, las hijas la
belleza de Suliwën y la serenidad de Tinwë. Todos eran de blanca piel y bellos ojos y todos
aquellos que los veían pensaban que eran hijos de Dioses. Y tal vez así fuera ya que altos
honores fueron dados a Tinwë y Suliwën y su grandeza quedó grabada en cantos y poesías que
perduraron durante largo tiempo.
De los nombres de los hijos fueron en este orden:
Nárdil, aquel que ama el fuego, que llegó a ser el mejor herrero de cuantos hubo entre los
elfos. Creó tanto las más bellas joyas como las más mortíferas armas que se vieron en aquella
tierra antes y después de su vida.
Seregon fue llamado el segundo por su temperamento inmutable y su resistencia única. Éste
vivió apartado del reino que lo vio crecer y se dedicó a vagar las fronteras y linderos de los
bosques, acabando con los peligros para su gente y ayudando a quien pudiese. Su nombre
viene también en relación con los enanos, a quienes conoció, y gracias a él el intercambio
entre ambos pueblos fue posible, ganando una gran amistad con el pueblo minero.
Edheldîn fue el último y quien sucedió el trono del reino. Heredó el que más la sabiduría de su
padre y gobernó con rectitud a su pueblo, prefiriendo escuchar siempre primero antes de
actuar. D este modo se gano el amor de su gente.
De las hijas de Tinwë y Suliwën se puede realzar mucho su belleza, pero no sólo de ese don se
valían. Celefin, la de cabellos de plata, fue así llamada la primera y vivió siempre en contacto
con la naturaleza, pues entendía el habla de los animales y comprendía los sentimientos de los
arboles. Linduin, la segunda, heredó el arte vocal de su madre y todo aquel que la escuchaba
se quedaba prendado de su voz tan pura. Sólo uno pudo llegar a ocupar un espacio en su
inocente corazón, pero esto es otra historia que merece ser contada en su propio espacio. La
tercera fue llamada Lothaman, pues se asemejaba a la blancura de las flores. Sin embargo una
serie de acontecimientos arruinaron su luz y no hasta mucho después logró recuperar su
esplendor.
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
FRASES3
‐ ¿Qué precio tiene la amistad? Aquel que la traición paga.
‐ Cuando el escritor conoce el verdadero amor se siente incapaz de escribir sobre él.
‐ Si tienes principios, acábalos. Aquellos que dejan el trabajo a medio nunca llegarán a nada.
‐ Dentro de poco me veo residiendo en un estrecho apartamento de pino gallego a tres metros
bajo tierra.
‐ Morir por la patria y la tierra es la mayor estupidez que la humanidad ha hecho durante toda
su existencia. Y eso que la existencia de la humanidad ha sido muy larga.
‐ Las mentiras suelen ser mentiras, y las verdades, también.
‐ Dicen que un animal con un arma es peligroso. ¿Acaso los hombres no somos también
animales?
‐ La literatura es como un río, por eso debemos desear que siga fluyendo.
‐ Para el actor el público es como el chocolate. Es un factor muy dulce, pero que, en ocasiones,
puede producir caries.
‐ El hecho de ser único es común a todo el mundo.
‐ Una explosión es una explosión, no importa de donde venga.
‐ La obviedad de ciertas situaciones nos hace olvidar que lo importante es el hecho en sí, no
todo el aparato técnico que lo rodea y lo confunde para hacer ver lo invisible.
‐ La noche es el espejo del alma de los hombres: oscura, pero en ocasiones podemos atisbar
unas tenues luces parpadeantes que consiguen hacer soñar al resto.
‐ No voy a decir hasta nunca, pues nunca es mucho tiempo. No voy a decir hasta ahora, pues el
ahora ha pasado. Voy a decir... mejor, no voy a decir nada. Pues la nada dice todo lo que he de
decir sobre ti.
‐ Quisiera que la mentira fuera verdad para no tener que mentir.
3
Frases extraídas de escritos descartados, a partir de fragmentos de conversación espontanea o
simplemente trabajadas que pensamos que debían figurar en esta recopilación.
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
Índice de Títulos
Poesía
‐ 1 ‐ ............................................................................................................................................ 10
‐ 2 ‐ Elementos ........................................................................................................................... 11
‐ 3 ‐ El cuervo ............................................................................................................................. 12
‐ 4 ‐ De piratas ........................................................................................................................... 13
‐ 5 ‐ A la mirada que mata ......................................................................................................... 14
‐ 6 ‐ Muerte de Amor ................................................................................................................. 15
‐ 7 ‐ Al tiempo ............................................................................................................................ 16
‐ 8 ‐ A un tiempo pasado ........................................................................................................... 17
‐ 9 ‐ En el propio yo ................................................................................................................... 18
‐ 10 ‐ Sueños .............................................................................................................................. 19
‐ 11 ‐ Lo imposible ..................................................................................................................... 20
‐ 12 ‐ De un año a esta parte ..................................................................................................... 21
‐ 13 ‐ .......................................................................................................................................... 22
‐ 14 ‐ Adiós, de nuevo ................................................................................................................ 23
‐ 15 ‐ De aquel horror surgido ................................................................................................... 24
‐ 16 ‐ Creación del hombre ........................................................................................................ 25
‐ 17 ‐ De un río ........................................................................................................................... 26
‐ 18 ‐ ‐‐‐‐‐‐‐‐ ................................................................................................................................ 27
‐ 19 ‐ Muerte.............................................................................................................................. 28
‐ 20 ‐ Por qué ............................................................................................................................. 29
‐ 21 ‐ En la horca ........................................................................................................................ 30
‐ 22 ‐ Declaración ....................................................................................................................... 31
‐ 23 ‐ Besos ................................................................................................................................ 33
‐ 24 ‐ Tus ojos ............................................................................................................................ 34
‐ 25 ‐ Encadenados .................................................................................................................... 35
‐ 26 ‐ Mentiras ........................................................................................................................... 36
‐ 27 ‐ Mar ................................................................................................................................... 37
‐ 28 ‐ Retrato ............................................................................................................................. 38
Prosa
Comentario a la valentía ............................................................................................................. 40
Lobo sin manada ......................................................................................................................... 41
El sueño vence y los pensamientos invaden ............................................................................... 42
Reflexión ...................................................................................................................................... 43
Manifiesto ................................................................................................................................... 44
Cuentos de hadas y de noche ..................................................................................................... 45
La Lengua ha muerto ................................................................................................................... 46
Tinwë y Suliwën ........................................................................................................................... 47
Frases .......................................................................................................................................... 51
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
Índice de Primeros Versos
Poesía
¿Por qué? .................................................................................................................................... 29
Abrí los ojos ................................................................................................................................. 37
Cabello negro como la noche ...................................................................................................... 22
Cambio constante en vida ........................................................................................................... 16
Como fuego ardí .......................................................................................................................... 11
De la profunda tierra ................................................................................................................... 25
Del lago en penumbra surgió ...................................................................................................... 24
El cuervo, criatura de negra pluma ............................................................................................. 12
En esta fría tarde ......................................................................................................................... 33
En la horca bailan tiesos .............................................................................................................. 30
Intento escribir algo sobre lo que no sé ...................................................................................... 31
Invisible ....................................................................................................................................... 27
Mira lo que soy ............................................................................................................................ 36
Miro al vacío sin ver .................................................................................................................... 18
Mis alas de gigante no me dejan volar ........................................................................................ 35
Muerto estás, no vivo.................................................................................................................. 15
No como Eneas u Odiseo ............................................................................................................ 10
Perdí mis papeles un jueves ........................................................................................................ 38
Reina oscura que una vez tuvo amor .......................................................................................... 23
Río salvaje .................................................................................................................................... 26
Si atrás pudiera volver ................................................................................................................. 17
Sueños, delicias de caramelo ...................................................................................................... 19
Traed pronto el ron de Jim .......................................................................................................... 13
Tus ojos no son ojos .................................................................................................................... 34
Un beso es largamente fugaz ...................................................................................................... 33
Un beso no se olvida ................................................................................................................... 33
Un beso nunca es singular ........................................................................................................... 33
Una tarde el Sol bajó ................................................................................................................... 28
Viviendo sin morir, muerto soy ................................................................................................... 14
Y sueño ........................................................................................................................................ 21
Y un águila se eleva ..................................................................................................................... 20
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Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
Sumario
Prólogo .......................................................................................................................................... 5
De esta edición ..................................................................................................................... 5
Del autor ............................................................................................................................... 6
Poesía ............................................................................................................................................ 9
Prosa ............................................................................................................................................ 39
Índice de títulos ........................................................................................................................... 53
Índice de primeros versos ........................................................................................................... 54
55
Antología (Poesía y Prosa) Rando Malesquich Roedas
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Este proyecto fue finalizado, maquetado y dado por bueno
para su publicación en red el 11 de Diciembre del 2009.
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