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Indice

I Editorial....................................1
II Apuntes..................................2
III Creaciones...............................10
IV Voces Intempóreas.......................23
V Cró_nicas......................................30
VI Estantería...................................31
VII Semblanzas................................33

VOCES NOCTURNAS es una publicación del Colectivo Literario homónimo.


No responde a intereses —ocultos o manifiestos— políticos, sectarios, aca-
démicos, religiosos, comerciales, terrestres o extraterrestres, o de cualquier
otra índole. Está inscrita bajo las leyes nacionales vigentes; el material aquí
impreso PUEDE SER REPRODUCIDO por cualquier medio (electrónico,
mecánico, físico-químico-biológico, nemotecnoetílico, en grafitis, camisetas,
piel humana o marca taxidérmica, o de modo por nosotros ignorado) SIEM-
David Quant
Luís Iglesias
Rommel Cruz

PRE Y CUANDO SE CITE LA FUENTE, se respeten puntos, tildes y comas


Aura Bermúdez
Ninoru Amisaca

—incluso los aparentemente “erróneos”—, disposiciones tipográficas, así


Carlos M-Castro

Gabriela Gómez
Horacio Quiroga

Sergio Balladares
Haskiella Jiménez

como los nombres completos de cada autor. Cada texto lleva impresa una
Valeska V. Mora B.
Mario Martz D’León

firma, la que se responsabiliza por todas sus letras. VOCES NOCTURNAS


Roberto Carlos Meza

no necesariamente comparte los criterios de sus colaboradores; se admiten


Gema Morales Cuadra
Norbert Bertrand Barbe

reclamos y elogios.
Enrique Delgadillo Lacayo

Aceptamos (y promovemos) sensatas colaboraciones. Envíelas, sin compro-


EN ESTE NÚMERO

miso, a: info@vocesnocturnas.org
Revista Nicaraguense Artesanal de Literatura y Arte
Carlos M-Castro
LOS NOCTURNOS TAMBIÉN
TRABAJAN DE DÍA
Larga espera, mas no desperdiciada. Luego de todas las desavenencias
que este nobilísimo oficio posee, a las que se agregan las propias de cada
uno, no menores, pero sí muy diversas, nuestros intelectos y las nuestras
artes quedan nuevamente sueltas. ¡Salud por esta publicación artesanal!
Y salud también por nuestros lectores.
Esta nueva entrega de VOCES NOCTURNAS, con la que estre-
namos formato (gracias, Karma), experiencias, amigos, lugares visitados
y mucho placer por férreo trabajo, la hacemos expresando fielmente una
de nuestras mayores premisas: la pluralidad literaria.
Obsequiamos enteramente, pues conocemos —y no por cuen-
tos— la no tan fácil validación del arte novel, la sección CREACIONES a
nuestros colaboradores, a los que, en su mayoría, tenemos el honor de
publicar por vez prima; esperamos con ello motivarlos y mostrarles que
la creación es un oficio, no capricho de colegial infante egotista y falaz;
el impulso está dado. Insistimos en géneros literarios poco explorados,
así que incluimos, dentro de las poesías, haikus, senryus, poemínimos
y prosemas. La parte de narrativa la conforman algunos minicuentos.
Hecho esto por nuevos artistas, constituye una viva muestra y casi claro
indicio de cómo evoluciona y evolucionará la Literatura nacional.
Enfocados sobre todo en ello, no podemos aquí evitar derramar
un poco de amargura por una insalvable pérdida. Una línea de silencio,
por favor. Un gran poeta decidió ser por fin semilla y sacramento. VOCES
INTEMPÓREAS es nuestro luto por Álvaro Urtecho. Descansa en paz, la
palabra.
Además, retomando nuestra misión de conciliar y promover, pu-
blicamos un breve estudio, unos APUNTES, sobre la poesía de la gene-
ración inmediatamente anterior a la nuestra, pues deseamos valorar en
su dimensión literaria la obra que van construyendo sus miembros, sin
deslumbramientos ni sobresaltos.
VOCES NOCTURNAS pretende, también, reventar cadenas de
ignorancia. De igual modo que la vez anterior, les ofrecemos recomen-
daciones de libros —casi siempre compañeros del polvo de las librerías
o bibliotecas ajenas, ¡rescátelos!—, pues habiendo bien leído el desastre
será más llevadero, o quizá hasta prevenible. Revise nuestra ESTAN-
TERÍA, para ver qué se lleva. Aproveche, también, para enterarse de lo
que ha pasado, visto por nosotros y relatado a través de nuestras CRÓ-
NICAS.
La mesa está servida y no deseamos más intervenir o retener-
le. Lea y disfrute a su manera esta revista, mientras espera el siguiente
número.
Revista Nicaraguense Artesanal de Literatura y Arte
Carlos M-Castro
HIJOS DEL AIRE SIN SOSIEGO
POÉTICA DE LA GENERACIÓN PASADA

Este es el resultado de lo que pretendía ser una medición instan-


tánea de la manera de hacer poesía que tienen los nicaragüenses en la
ac tualidad, desde el año 2000 hasta el presente. Una breve ojeada me
hizo aceptar que la misión no sería sencilla, poseía muchos problemas de
planteamiento teórico y no podía ser cumplida en menos de seis meses
(tiempo-trabajo, no tiempo solar). Por eso, y para igual realizar una con-
tribución al control cinético del arte que nos ocupa y, además, entregar
algo medianamente útil a quienes vengan después de nosotros, me limité
a la poesía de los muchachos de la generación inmediatamente anterior a
la nuestra, la llamada Generación del Desasosiego o del Aire —casi todos
nacidos entre 1975 y 1985.
El análisis fue hecho a partir de los textos en los que ellos de-
jan explícitas sus inquietudes en torno a su oficio: «poemas poéticas», o
«poéticas poemas», como dice Valle-Castillo; las razones son casi coinci-
dentes a las manifiestas en la introducción a Hija del día.
Los textos tomados en cuenta son, naturalmente, solo una mues-
tra significativa —para referirme en términos estadísticos, con lo que mis
profesores de Ingeniería quedarían seguramente contentos—, por lo que,
además del proporcionado por los investigados, este estudio posee un
margen de error, solventable sólo a través de la intuición rígida y científica
de cualquier crédulo pretencioso que diga poseer el absoluto entre sus
letras.

II

Sea por ósmosis mágica o porque en años anteriores —y actualmente


todavía un poco— lograron entablar una relación, una vida literaria en
común, al integrar grupos con ambiciones colectivas, organizar eventos,
compartir lecturas y admiraciones literarias, publicar juntos, o sostener
debates exhibicionistas; estos recién emergidos poetas comparten cri-
terios ontológicos respecto a su quehacer, amén de las contradicciones
propias de cualquier ser viviente, pensante y cambiante. Es posible, pues,
clasificar y ordenar estas posturas:
Revista Nicaraguense Artesanal de Literatura y Arte

1. EL POETA COMO MÉDIUM

Siguiendo una ya larga tradición de concebir el Arte como inspiración


divina, están algunos de ellos: Carlos Mario Urtecho nos dice, en “Zona
de remolques y muñecas”, que tan fuera de orden/ inmediata poesía es
la que nos encuentra, con lo que plantea su espontáneo surgimiento. Es
fulminante, sorpresiva, indómita... cada letra es bala. La Poesía se pre-
senta y utiliza al poeta, él es un poseído. Missael Duarte Somoza nos lo
confiesa: el dictado ciego de los signos espero/ (...) lenguaje del incon-
sciente/ que de verdades ocultas escribano me vuelve [“On The Run”]. El
poema, como acto, como instante, es una revelación, que lo convierte en
instrumento/ por medio del cual/ el mundo/ dice melodías [“El Violín”].

2. LA CREACIÓN COMO MILAGRO, COMO AZAR

No la función del poeta, su postura ante la Poesía, sino su ejercicio mis-


mo, el instante de la creación, son entendidos así. Missael y Carlos Mario
son partidarios de esto. Ocurre, según ellos, un algo inexplicable que les
hace escribir inmediata poesía. José Adiak Montoya lo metaforiza co-
mo un rayo, es decir, algo instantáneo, ineludible, recontra cargado de
energía fulminante y transmisible. Si ese rayo no hubiese caído sobre/
mis helados archivos de recuerdos inmóviles... reflexiona casi al inicio de
su poema “Fuera de cuadro”. Para Víctor Ruiz, en apoyo a los anteriores,
las palabras son intangibles presencias ópticas/ nacidas del azar/ y de
la ciega memoria que las arroja [“Las Palabras”]. Y el azar es siempre
instantáneo, podría decirse milagroso, puesto que es inesperado lo que
bajo sus “leyes” (esa extraña dinámica que posee) acontece. Así que es-
tos cuatro poetas comparten ese credo de inmediatez genotextual: un
poema no puede ser escrito a voluntad; yo no puedo simplemente decir
“mañana escribiré un soneto en alejandrinos sobre tal o cual asunto, con
rima en...”, debo esperar el instante preciso... y estar listo para cuando
llegue.

3. POESÍA COMO IMITACIÓN DE LA REALIDAD

Que es imitación de la vida, dijo Aristóteles de la Poesía hace más de


dos mil años. Que Aristóteles es un esqueleto, dijo más recientemente
Wallace Stevens, a mediados del siglo pasado. Que nunca consideraran
nada como un dogma, aconsejaba hace casi nueve décadas Ezra Pound
a los que empiezan a escribir versos (claro, su frase es autodestructiva). A
nuestros ojos, cualquier afirmación no pasa de ser mera opinión personal,
ley inquebrantable o sofisma admirable y atrayente, según convenga...
por desgracia. Sin importar por qué, Ezequiel D’León Masís se ha mani-
festado, sentado en una banca de su poema “Plaza Churchill”, a favor
de la función imitativa del poeta. Impúdicamente, dice: Gasto el trapo de
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las conjeturas, anoto./ Paso a texto lo que veo:/ cada objeto,/ cada en-
caprichado desvarío. Esa es, de suya, la génesis del poema. La realidad
representada por los signos, entre los que él mismo se encuentra (Quedo
en tanto me opino signo).
Esa concepción da paso a cuestionar la validez misma de todo
el sistema lingüístico; la efectividad y eficiencia que cada signo, cada pa-
labra en este caso, tiene al significar algo, al nombrar algo. Missael se
inclina a creer que las palabras son tan sólo un disfraz, un caparazón,
una aproximación a la realidad, una imitación. Por eso, a veces, los nom-
bres no nombran nada: en instantes únicos y sublimes, un nombre, signo
gráfico y sonoro,/ se vuelve sólo una mancha/ (...) un sustantivo más/ en
el universo/ que no evoca nada/ o a nadie [“Aleyda”]. Es decir, como ser
viviente, el lenguaje —y en él incluidas las palabras— desfallece, cede su
soplo vital y puede incluso desmayarse, caer en coma y no funcionar por
un mínimo instante —pesadilla, amnesia o éxtasis, vuelta al gemido. De
tanto usarse, las palabras se desgastan, mueren. Al menos eso parece
decir Alejandra Sequeira. Ella pone a prueba el lenguaje. Lo hace caduco,
lo destruye: no pronuncies mis nombres,/ (...) pues tengo miedo de no sa-
ber decir/ lo que hay en ellos,/ lo que no existe [“Nombr(es) nada”]. Asume
el papel de una científica y demuestra su aseveración: la soledad se nom-
bra/ y no existe. Y como última insistencia, para terminar su poemario,
plantea, desafía: Si digo noche/ si nombro noche/ ¿Aseguro acaso tu
existencia noche?
La palabra/ (...) cierra los párpados para no titubear su/ signifi-
cado, responde Madeline Mendieta en su “Juego de Palabras”.

4. EL POEMA COMO SER ORGÁNICO

Ya muchas veces se ha dicho que el lenguaje es un ser viviente que nace,


se desarrolla, se reproduce y muere. Las palabras son una forma de len-
guaje. La Poesía está hecha de palabras. Aceptamos esto como axiomas.
No seré yo quien lo cuestione; pero, si el lenguaje está vivo y las palabras
son lenguaje, entonces estas tienen también vida; y si la Poesía está he-
cha de palabras, pues está llena de vida, palpita, se mueve.
Y no sólo tienen vida las palabras —como planta, hongo o proto-
zoo— sino también voluntad. A veces son feroces y peligrosas, pueden
matar. De esto está seguro Francisco Ruiz Udiel cuando dice: Quiero
morir en un poema. A una ciudad podría compararse ese poema, una ciu-
dad con lugares múltiples y gente distraída que no sabrá que he muerto.
O quizá a una ciudad fantasma, como sugiere Víctor, llena de intangibles
presencias ópticas, que se posan, que se agrupan en el hosco rigor de las
líneas, que se crispan, que caen unas sobre otras y que irrumpen para ser
colocadas en el simétrico fulgor de rectas paralelas [poema citado].
En algo coincidente con Francisco, Alejandra compara a la “Po-
esía y la muerte como un revólver”. Las palabras para ella tienen poder
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sobre la vida, sobre la realidad, pero también son máscaras, disfraces,


gafetes que intentan significar algo. Son como niños, que nacen del poe-
ta: Ser poeta es ser madre, nos dice Madeline [“Concepto”], por lo que un
poema requiere cierto cuidado antes de poder andar solo por el mundo.
Pero la Poesía también tiene poder sobre ese mundo, crea otras reali-
dades, según nos dice esta misma poetisa en “Escultura”: deseo esculpir
tu cuerpo con inocente lengua; es identidad y existencia que a veces pe-
ligra. Así, la palabra se suspende en la esquina de un hilo, se desnuda,
escupe, atormenta, ensordece, cuelga de un arete y se lanza al vacío.
Madeline se preocupa por ella, su maternalidad la obliga.
Y está también el que, no ignorando su existencia como seme-
jante suyo, trata al Poema irrespetuosamente, sin solemnidades a veces
excesivas. Déjala que se marche/ (...) “La que se va a ir desde chiquita
busca el monte”/ (...) “La que es puta siempre vuelve”, recomienda Dou-
glas Daniel Téllez Berríos en su “Poesía en Fuga”. Para qué cuidarla y
mimarla o hacer sobre ella tantas conjeturas, si al final —por muy viva que
esté— le pertenece al poeta.

5. POESÍA COMO ALGO APREHENSIBLE, DOMINABLE

Colocados quizá en una posición opuesta a la de los primeros, están estos


poetas. Douglas Téllez, al frente. En su ya mencionado poema, deja claro
la seguridad que posee, como creador, de poder controlar a su creación;
su poesía se vuelve entonces domable, aunque se le rebele y huya, él
sabe que volverá vestida de plumas y arcoíris.
José Adiak, aunque esté adscrito a la concepción del milagro o
azar, considera que una vez que surge, que cae el rayo, el poema está
obligado a obedecerle, y las palabras a servirle como marionetas de sus
antojadizas carcajadas [“Fuera de cuadro”].
El otro que tiene la valentía de desafiar al poema es José Luis
Rodríguez López. Construyo con mi pluma/ versos que nacen de mi con-
ciencia..., dice, y su poema está hecho de traslúcidas palabras que se
deforman [“Estrujado”]. Este muchacho que juega a ser poeta pareciera
desafiar los planteamientos románticos de generación espontánea y po-
sesión divina. Construir debería ser siempre un acto consciente. Crear es
un acto consciente, el asunto es dominar a la propia conciencia. He ahí el
problema, ¿no, José Luis?
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6. CREACIÓN COMO ACTO DE LIBERACIÓN

Entre mis investigados me interesaban —humano al fin— unos poetas


más que otros. De hecho, de algunos que me hubiese deseado incluir
en mi breve estudio, no pude conseguir los libros que ya han publicado
o tienen por publicar (no pude, por ejemplo, leer No alcanza la vida, de
Gabriel Moreno; y Víctor Ruiz, no sé bien por qué, no ha editado La vigilia
perpetua). Por eso aclaré que se trata de una muestra. De quien sí pude
leer fue de Irving Cordero. Los portales del limbo, primer libro de Irving,
que bien podría ganar un premio por Mejor Título, ofrece una oscuridad,
a veces excesiva, que provocó que, con las características planteadas a
priori, no pudiera hallar poemas. Afortunadamente, Cordero decidió au-
topresentarse y escribió una “Semblanza”, en la que dice: la creación es
libre (se curó en salud, el muy prudente). Definitivamente, esa se vuelve
una premisa para este aturdido joven.
Hay algunos destellos de búsqueda de libertad, de sofocación
por las ataduras del idioma, en unos versos de Carlos Mario. Cito:
moblicmoblic.moblic; (...) toca repetir cuidadoso el movimiento en el otro/
piepiepiepiepi/ .Aire.pie.suelo. (sic.); (...) el trayecto al 113 roqqqqafort;
(...) enestaultimalineasejuntanmiombligoytumelic (sic.) [“Melic”]; mi um-
laut va en capas; (...) (a veces ancianos,.´;— otras mi awa dulce) (sic.); en
tsu vvooqa (sic.) [“Zona de remolques y muñecas”]. Obviamente, el único
problema está en que la mayoría de nosotros no sabremos entenderle,
algo que, por otro lado, no es necesario. Esta rebeldía no se ha vuelto,
según constaté, una tendencia.
El que sí deja muy claro su punto es Douglas. Yo no hablo Ez-
pañol, dice felizmente, y continúa: Jamás me arrodillo ante las severas
formalidades/ de los gramáticos (...) Digo malas palabras con las cuales
me hago entender. Se hace entender. Entender.

7. PROHIBICIONES Y NEGACIONES

Siempre que se está a favor de algo, necesariamente —por ley de con-


trarios, de compensación y esos asuntos— se tiene que estar en contra
de otra cosa. Esto subyace en cualquier manifestación. Esto está pre-
sente en las poéticas de los muchachos.
Pero, unas veces —limitándome a la bibliografía consultada— es-
tas posiciones de contrariedad están descubiertas, a la vista de quien
quiera verlas. Álvaro Vergara, en su exhortativo “Move bitch, get out the
way”, repudia lugares comunes, estructuras agotadas1, plagios y pala-
brerío.
1
A este respecto, es curioso notar que sólo uno (Douglas Téllez, con “Vuelos solares”) de
los estudiados se atreve a publicar poesía en prosa (ninguno utiliza alguna estrofa clásica, tampoco).
En contraposición, los poetas de generaciones anteriores han publicado —probablemente desde Me-
jía Sánchez— siempre poesía en prosa; quizá un extremo de este ejercicio se encuentra en la Agenda
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Aquí, Álvaro no trata de definir la Poesía, de decir lo que es, sino que dice
lo que NO debe ser. Le choca la ordinariez. Este, probablemente, sea el
único intento de Anti Ars poética en este conjunto.
Como único, define su arte Hanzel Lacayo en “Mosaico al aire
libre”. No da mayores pistas. Sólo niega: a los habladores, predicadores
y monologuistas; los traicionados; los errátiles; los autoflagelados; los fu-
riosos ensoñados, derruidos de sí mismos; es decir, aquellos pobres que
no tienen nada que decir. Hanzel afirma que él no es como ellos cuando
habla, calla o se desdice. Sabemos que no miente.

III

Creo no haber omitido a propósito ningún dato. De todas formas,


está ya dicho que estas adscripciones, definiciones, autodefiniciones, con-
tradefiniciones, defensas y adversidades, están siempre sujetas a cam-
bio. Esperaremos a que los pasos que ellos mismos den nos otorguen
más indicios. Por el momento, tomaré esta pieza daguerrotípica y veré
cómo la encajo en el álbum mayor de nuestras letras.

3XII2K7

BIBLIOGRAFÍA
Cordero, Irving. Los portales del limbo. Managua, Tribal Ediciones, 2005.

Duarte Somoza, Missael. Líricos Instantes (Segundo lugar en los Juegos Florales de Cen-
troamérica, Panamá y Belice 2006). Managua, Leteo Ediciones, 2007.

Juárez Polanco, Ulises; Ruiz Udiel, Francisco (compiladores). Poetas, pequeños dioses
(Memoria poética). Managua, Leteo Ediciones, 2006.

Mendieta, Madeline. Inocente Lengua. Managua, Editorial Amerrisque, 2007.

Montoya, José Adiak. Eclipse. Managua, INC/Enitel, 2007.

Ruiz Udiel, Francisco. Alguien Me ve llorar en un sueño (Primer premio internacional Ernesto
Cardenal de poesía joven 2005). Managua, Anamá Ediciones, 2005.

Sequeira, Alejandra. Quien me espera no existe. Managua, Centro Nicaragüense de Escri-


tores, 2006.

Téllez Berríos, Douglas Daniel. Inscripciones en una pipa sagrada para los muros del empire
estate y otros poemas. Managua, Centro Nicaragüense de Escritores, 2003.

Valle-Castillo, Julio (compilador). Hija del día: Artes poéticas nicaragüenses. Managua, Edi-
torial Nueva Nicaragua, 1994.

del desempleado, de Juan Sobalvarro, publicado en 2007. Pero, en poetas aún anteriores también
lo vemos: las Imágenes para Dalí (publicadas en 2006, aunque registradas un año antes) de Iván
Uriarte incluyen seis, de sus cincuenta y ocho poemas, en prosa.

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Horacio Quiroga
DECÁLOGO DEL PERFECTO CUENTISTA
I

Cree en un maestro —Poe, Maupassant, Kipling, Chejov— como en Dios


mismo.

II

Cree que su arte es una cima inaccesible. No sueñes en domarla. Cuan-


do puedas hacerlo, lo conseguirás sin saberlo tú mismo.

III

Resiste cuanto puedas a la imitación, pero imita si el influjo es demasiado


fuerte. Más que ninguna otra cosa, el desarrollo de la personalidad es una
larga paciencia.

IV

Ten fe ciega no en tu capacidad para el triunfo, sino en el ardor con que


lo deseas. Ama a tu arte como a tu novia, dándole todo tu corazón.

No empieces a escribir sin saber desde la primera palabra adónde vas.


En un cuento bien logrado, las tres primeras líneas tienen casi la impor-
tancia de las tres últimas.

VI

Si quieres expresar con exactitud esta circunstancia: “Desde el río sopla-


ba el viento frío”, no hay en lengua humana más palabras que las apunta-
das para expresarla. Una vez dueño de tus palabras, no te preocupes de
observar si son entre sí consonantes o asonantes.

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VII

No adjetives sin necesidad. Inútiles serán cuantas colas de color adhieras


a un sustantivo débil. Si hallas el que es preciso, él solo tendrá un color
incomparable. Pero hay que hallarlo.

VIII

Toma a tus personajes de la mano y llévalos firmemente hasta el final, sin ver
otra cosa que el camino que les trazaste. No te distraigas viendo tú lo que ellos
no pueden o no les importa ver. No abuses del lector. Un cuento es una novela
depurada de ripios. Ten esto por una verdad absoluta, aunque no lo sea.

IX

No escribas bajo el imperio de la emoción. Déjala morir, y evócala


luego. Si eres capaz entonces de revivirla tal cual fue, has llegado en
arte a la mitad del camino.

No pienses en tus amigos al escribir, ni en la impresión que hará tu


historia. Cuenta como si tu relato no tuviera interés más que para el
pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber sido
uno. No de otro modo se obtiene la vida del cuento.
Rommel Cruz Haskiella Jiménez
MONÓLOGO MONOTONÍA EN
LAS PAREDES
OXIDADAS DE ROCINANTE
Soy una especie de hombre-sierpe
día a día me arrastro por esta ciudad convulsa Turismo.
el ronquido sordo de sus avenidas es soundtrack Estamos en cieno.
[de mi monólogo errante. Maníes abiertos.
Pájaro azul, estamos en cieno.
Voy por andenes quebrados intercambiando

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[silencios con sus fisuras Verde, rojo y azul.
auscultando la deletérea nostalgia del amanecer Alumbramos por doquier.
[que se derrama sin remedio Amarillo continuo, rojo intermitente.
digiriendo la mecánica dolorosa de la escuálida infancia El prado es blanco a veces.
que ronda los semáforos,
voy borracho de reproches por la vía emputecida Si lo subes a una manta,
[de retrovisores indiferentes si no te cruzas la raya,
hasta llegar a la estación donde sostengo mi pulso si no enciendes la luz.
como una blasfemia pura, El prado es blanco siempre.
donde pesa mi andar inmóvil y convergen
las resonancias macabras de los mofles cancerígenos. Rojo continuo, azul difuso.
Abordo los autobuses enclenques y su gula invencible Amarillo intermitente.
busco en sus rincones, por espejos nunca diestros, El chasquido, el ruido,
el siempre distinto rostro sin nombre disparando su indiferencia. el plástico crujiente.
Atraganto el asco ante el hombre y diluyo en el silencio,
soy parte de esta densidad enferma Rojo, amarillo, azul y verde.
Voy harta de esta mierda.

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día a día soy el embarazo de una maquinaria rodante Haskiella Jiménez
la contracción del ómnibus numerado que me aborta en una esquina, LA GUAYABA
la gestación huérfana del verso por la calle sórdida,
la obstinación amarga del graffiti sobre los muros
que desde su afonía terríficos gritan perennemente. Una guayaba verde me está sonriendo.
Tiene sus ojos entrecerrados
Voy por las aceras penetrando imágenes [ y la boca estirada,
que a diario niéganse a sí mismas, tácitas resístense a sus nombres como si quisiera agrandarse más.
al ángulo de mi pupila, asidas, un significado buscan
voy por la física de las palabras desquebrajando los conceptos Se ríe y parece una niña pequeña.
asalto la voz que atora las alcantarillas abiertas Imagino su carne suave y lozana,
el verbo cárdeno del asfalto y su tórrida amenaza [ ¿sabrá bien?
la fétida lírica de los cauces gemebundos. La tomo entre mis manos,
Tomo, como los indigentes que van por el tiempo le muerdo la espalda
recogiendo botellas vacías para enfrascar sus delirios, y la piel que se desprende de ella
todas las frases calladas que me encuentro baila entre mis dientes.
e impío, aunque me aguijoneen, contra las páginas las apretujo
para encerrar mi envenenado acento dentro de ellas… Ella no se inmuta,
arranco trozo por trozo su delicada carne
hasta que sólo queda el cascarón
[de su cara,
que me sigue sonriendo.

Le pido disculpas,
y muerdo.

Una guayaba verde me estuvo sonriendo.


Norbert Bertrand Barbe
OTRA
COSA La princesa me mata
En cada respiro en cada suspiro
En sus pasos en sus manos
La Princesa no suele hacer regalos
Con costo plancha ropa
Y a veces hace comida
La princesa está alegre
Porque hoy les vienen a regalar La princesa es bella como una estrella
Oro fino y dientes de ajo La que se puso en la flor del pecho
Golondrinas y espumilla Baila y sus silencios

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Pan de mantequilla y flores de esperanza Son corridas contra mi buen sentido
Manecillas y juegos de llaves La princesa principiante principia
O princesa
La princesa feliz está
Pobrecita que no tendrá Y sus rojos vergeles sin corrección
Nada aburrida escucha a veces Me llaman en lunas llenas
Reggaetón y verga por el estilo Bajo sus pies hablo verga
Lee los clasificados en busca de masajistas El mundo huele mejor
Ve la tele en busca de soluciones a la vida La princesa come chicle niña
Con sabor a menta me voy a la pana
La princesa
Ella es dueña de mi pasado y mi presente La princesa es higiénica
Su morada es mi falta de seguridad Es pulcra y bien educada
Y su comida mi ansiedad La princesa no se satisface de mí
La princesa baila con hilo dental La princesa es una boca de rosa
Entre dientes e hilo dental quiere ser golondrina, quiere ser mariposa
Entre tener alas ligeras, bajo el cielo vuela

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La princesa no piensa ama Redime mi peso terrestre
Sólo ama las princesas sólo eso Y mi flauta de Pan
Saben hacer Por lo menos hasta que una mañana
La princesa no crea problemas Me despierte encarcelado
Resuelve En la jaula de su olvido
Su risa chistosa sus antojos descabellados Dejo correr el agua está hecha para eso

Ella no tiene bolsa


La princesa no vive en la vida real
La princesa está contenta
Me quiere
A como yo la quiero a ella
O por lo menos eso dice

Y eso es suficiente
Para hacerme feliz
Será
Que pido mucho o que me conformo con poco
... O será que la vida no es otra cosa
Que un racimo de antojos

La princesa es carnívora
Me roe en mis sueños
Y me degusta en cada mañana
Soy su pan y su esperanza
Soy su duelo y ella mi creencia
Ando perdido perro faldero
Gabriela Gómez
Enrique Delgadillo Lacayo
PRESENCIA VIRTUAL
LAS FORMAS DEL VACÍO

Tu efímera contextura
se desvirtúa con tu esencia,
Derretida la noche sobre el día por cada soplo apergaminado

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saborea el espectro morboso del silencio; que aun subsiste en mi retentiva;
de tu hambre, sin poder abogar
de mi risa por este lacerante frenesí
que se renueva con cada suspiro
a veces me deslizo en el fango de estrellas satinadas
que semanalmente sacuden el mundo ¿Puedes acaso contemplar
otras veces veo el programa la certidumbre de mis pretensiones,
de un millonario analizar la pobreza; o la mansedumbre de este éxtasis efervescente
—alimento clasificado de su fortuna—. cohibido por la impaciencia?

Este laberinto polvoso por el hacha He descrito


de infierno televisivo, prostitutas estatales; cada mórbida confidencia
es un plástico negro por techo, en simples versos
un manjol de ratas servidas a la francesa. trillados de parlamentos
rebosantes de devoción,
implorando un dictamen.

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Las aceras automáticas me pescan, me distraen, Veo mi incertidumbre
mientras las calles atropellan mi boca vuelta hocico; cuajarse en tu afonía;
Nauseabundo y putrefacto, destila frío, miedo, aun así…¿alegas inocencia?;
soledades de acetato. eres infractor de mis pesadumbres
y señor de mis deleites.
Hora tras hora se abren las heridas
que dejan los besos con que empaña el vidrio
Un
Ser
Humano.
04
David Quant Roberto Carlos Meza
KARMA LA CIPOTA ESTÁ LLORANDO
La cipota está llorando
Trazo líneas en la luz creando barreras está sola
para alejarme del espacio, está desnuda
el viento corta mi lengua: no tiene dientes
escucho el sonido que oprime al silencio. y tiene gripe.
Es negra, india y chaparra
Miradas de desconfianza
tiene la piel marchita
colapsan con mis pensamientos.

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con manchas de varicela
he escrito la elegía de mi lengua
opaco su cabello
y mis lágrimas recorren la marchita memoria.
y el rostro careto.
Inhabilitado ante el silencio me quedo: Lleva un morral de trapo
No tengo razones para hablar carga un crucifijo
y talvez todo sea sueño de la ilusa existencia. una fruta de pan
y sus sueños cortados en diciembre
los venderá por una gota de agua.
Su alegría fue robada
ella es estéril
es una cantante tartamuda
es protagonista de un cuento ajeno.
La cipota está triste
No para de llorar.

Revista Nicaraguense Artesanal de Literatura y Arte


Gema Morales Cuadra
REENCUENTRO

Es ahora que te siento tan cerca


Tan accesible
aquí junto a tu fría lápida.

David Quant

ANÓNIMO

Los psicópatas usan cuchillos,


los Amantes… el sexo,
los niños la inocencia,
y yo… las palabras.
05
Aura Bermúdez

INDIFERENCIA

Sobre papel, ley.


En el piso estaba
muriendo la mujer.

Revista Nicaraguense Artesanal de Literatura y Arte


Valeska V. Mora B.
III
Sergio Balladares
Sociedad decadente, HAI-KÚS
decadente mi mente,
tu mente, la de ellos
Sociedad decadente 1
O mi mente?
Blanco el jazmín
lo huelo y pienso
¡qué bello jardín!

Revista Nicaraguense Artesanal de Literatura y Arte


2
Gema Morales Cuadra Alto el pino,
aplasto hojarasca
LA PANTEONERA mientras camino.

Cada mañana me despierto conmovida


por poder abrazar a la muerte
quien me da a diario la vida.

Aura Bermúdez
JAQUE MATE
Huyen de vos y no se dan cuenta
de que sos paciente. Al final les decís
jaque mate, soy la muerte.
Revista Nicaraguense Artesanal de Literatura y Arte
Sergio Balladares
VETERANA

Ciudad vieja, no antigua. Lo único nuevo son los carros caros y los ce-
lulares. Volcanes alejados cerca del lago. Vamos al casino como todo
mundo. Vámonos a pie, igual de peligroso que un taxi, pero más barato.
Encontremos el semáforo de mendigos sin querer. Del mercado, centro
comercial arruinado, construido justo al lado del barrio arrasado. Montate
en un bus, que apretado vale la pena ser chorizo por minutos que inculto
de por vida. Conozcamos las ruinas nuevas, viviendas improvisadas y
nunca demolidas. En septiembre andate a cualquier lado, a ver si no salís
enlodado. Y colegios, mejor contalos. Vamos a la fritanga, a comer coles-
terol, que así comemos todos y ya ves qué buenos estamos. Si querés
guaro, en cualquier esquina podés comprar, y antes de los quince, nadie
lo va a notar. A los parques no te metás, que drogado es seguro que sal-
gás. Ruinas habitadas: eso es Managua.
Revista Nicaraguense Artesanal de Literatura y Arte
Luís Iglesias
EL DESPACHADOR

—Qué desea doctor —preguntó el despachador.


—Una kola shaller helada —contestó.
El doctor, al terminar su sabroso refresco, detectó algo negro en el poco
líquido que aún quedaba.
—Parece una mosca —le dijo al despachador.
—Enséñeme —dijo aquel.
En efecto, este comprobó que era una mosca y rápidamente pensó: “¿Es-
taba la mosca allí cuando la serví o por un descuido del cliente esta se
metió?”.
—Tome, páguese —dijo el doctor.
—No, de ninguna manera —dijo el despachador, pensando en que siem-
pre había que darle al cliente el beneficio de la duda.
—Tome, páguese —insistió aquel.
—Bien —dijo el despachador— Le propongo que vertamos sobre la mesa
el poco líquido que queda y si la mosca está muerta Usted no me paga,
pero si está viva, me paga.
—Interesante —dijo el doctor— está bien.
Agarró el despachador la botella y con suavidad derramó el líquido sobre
la mesa. De inmediato, observaron un lento y tosco movimiento, la mosca
recuperada y saciada se sacudió con suavidad y salió volando.
—Bien —dijo el despachador— son ocho córdobas.
Revista Nicaraguense Artesanal de Literatura y Arte

Gema Morales Cuadra


EMBARAZOSA
Finalmente, en su pequeño baño, una sola línea roja en aquel pequeño
test pudo liberar el estrés que la embargaba.

Gema Morales Cuadra


A CIEGAS
“Y la hijueputa se quería burlar de mí, pero mirá… se jodió”, le dijo una
ciega a la otra haciéndole la señal de la guatusa.

Valeska V. Mora B.
PERCANCE
Me levanté muy temprano, me bañé y me puse mis zapatos, me fui al
trabajo y me di cuenta de que no me había vestido.
Revista Nicaraguense Artesanal de Literatura y Arte
Ninoru Amisaca
RESEÑA BIOGRÁFICA
UN POCO DE LOS 56 AÑOS DE ÁLVARO

«MURIÓ EL POETA ÁLVARO URTECHO»,


leí en una página de internet hace un par de
horas, «nació y nunca se resignó a ello» y «de
joven se apasionó por la literatura». En efecto,
murió el 21 de diciembre de 2007, en su hogar,
minutos después de las nueve de la mañana.
Ya era casi un hecho, desde que se supo de su
larga estadía en el Hospital Militar, consecuen-
cia de sus múltiples enfermedades crónicas.
No obstante, debo aceptar que no le conocí.
Hubo planes de visitarle, pero estos se vieron
malogrados. ¡Y su obra!, aún no la leo; aunque
será un buen inicio Tumba y Residencia (Po-
esía Reunida).
Sin embargo, es el propósito de este escrito hacer un homenaje
a los cincuenta y seis años que habitó este planeta, durante los cuales
invadió muchos ámbitos literarios y nos hizo partícipes de su fecunda
obra.
Nació en 1951, en el municipio de Rivas, el primer día del mes de
noviembre. Don Rafael Urtecho Sáenz fue su padre, quien procreó doce
hijos en total; cinco de su primer matrimonio con Carmen Martínez (de
nacionalidad mexicana) y siete con Liliam Lacayo Marenco, su segunda
esposa. Álvaro fue el sexto, le preceden: Rafael, Carmen, María Luisa,
Isidro y José Andrés; y le suceden: Liliam, Mario, Danilo, Rodrigo, Carol y
Juan Carlos.
Estudió su bachillerato en el Instituto Nacional Rosendo López.
Pasó, junto a sus padres y hermanos, su infancia y adolescencia en Ri-
vas, hasta 1968, año en que, en compañía de su hermana Liliam, se
trasladó a Managua. Estudió, durante dos años, Humanidades en la Uni-
versidad Centroamericana.
En 1970, viajó a Madrid. Hizo otros dos años de Humanidades
en la Universidad Complutense, de esta ciudad, para luego trasladarse
a Barcelona y estudiar Filosofía y Letras, durante cuatro años. Tampoco
concluyó estos estudios por dedicarse a recorrer Europa, disfrutando de
estos parajes, ya fuese en tren, bus o en automóvil.
Durante su estadía en Madrid, Álvaro conoció a Carlos Martínez
Rivas, enigmático personaje que le abrió las puertas a la literatura es-
pañola, clásica y moderna, y de quien diría Álvaro luego: «Ejerció una
gran influencia, no sólo en mi poesía, sino en mi vida personal». Además,
conoció a muchos otros poetas y literatos con quienes entrelazó fraternas
Revista Nicaraguense Artesanal de Literatura y Arte

amistades: Carlos Buosoño, Ángel Gonzáles, Francisco Brines, Manuel


Vázquez, Fernando Savater, Ana María Moix, entre otros.
En 1976, viajó a San José de Costa Rica para culminar sus estu-
dios de Humanidades. En esta ciudad se encontró, nuevamente, con
Carlos Martínez Rivas, amistad que proliferó. Ese mismo año, falleció su
madre y, un mes después, su padre.
En 1979, durante un verano sanjoseciano, escribió Cantata Estu-
pefacta, extenso poema de 826 versos, dispuestos en 34 páginas (por
voluntad del poeta), dedicado a sus padres y divido en tres partes: Órfica,
El velo tras la piel y Ahora y en la hora; cada una distribuida, a su vez, en
tres partes.
En la misma época, se dedicó a la pedagogía y fue profesor de
Filosofía y Literatura, durante casi cuatro años, en la Universidad Nacional
Autónoma de Nicaragua, sede Managua. Luego, en 1983, se desa-
rrolla como investigador literario del Ministerio de Cultura.
En 1986, se publicó su primer libro, Cantata Estupefacta y otros
poemas, gracias al patrocinio de la Asociación Sandinista de Trabajadores
de la Cultura. En la década del noventa, trabajó junto a Ariel Montoya, en
la Secretaría de la Presidencia. A partir de 1988, se dedicó a desarro-
llarse como poeta, catedrático, ensayista y periodista cultural, hasta su
deceso, consecuencia de una encefalopatía urémica y una enfermedad
renal, crónica, diabética.
Álvaro Urtecho dejó, sin embargo, un sinnúmero de textos inédi-
tos; entre ellos, uno sobre la vida de Carlos Martínez Rivas, decenas de
ensayos, prólogos, críticas y artículos dispersos en periódicos y revistas.
Además, dejó el legado de resistirse a usar teléfono celular: «yo jamás lo
vi usar celular, aunque cedió al encanto de la computadora», comentó el
poeta Iván Uriarte. En efecto, poseía una publicación electrónica en Inter-
net (blog) denominada alvarourtecho.blogspot.com.
Dentro de sus obras publicadas están:

Cantata Estupefacta y Otros Poemas (1986);


Cuadernos de la Provincia (1994);
Esplendor de Caín (1994);
Auras del Milenio (1995),
Tumba y Residencia (Poesía Reunida) (2000);
Tierra sin Tiempo (2007).

En menos de setecientas palabras, se ha descrito una labor de
56 años, emprendida por un hombre, uno solo, que decidió dedicar su
tiempo, enteramente, al desarrollo literario. Mas, es el propósito de todas
las voces nocturnas que cada una de aquellas sea portadora de la misión
que él emprendió, como muchos otros, y que, debido a la débil y orgánica
armadura que nos recubre, fue interrumpida para ser retomada, paulati-
namente, por aquellos elegidos e iluminados.
Revista Nicaraguense Artesanal de Literatura y Arte

Álvaro Urtecho
ESPLENDOR DE CAÍN
(fragmento)
No pronunció palabra.
Oscura la pupila en su fijeza,
seca la boca respondona,
inútil el concepto. No hubo decires
de alianza o de condena.
No pronunció palabra, no:
sólo tráquea en el aire, quemadura,
algo como un gruñido, un casi balbuceo,
un rumiar de letras negras ahogadas,
odiosas, aceradas;
algo
como un esputo sórdido y helado.

De la sección El tiempo inmóvil, de Cuaderno de provincia


Álvaro Urtecho
INDIA
(fragmento)
Morena de robustos brazos
y rostro de mentón arqueado
como enigmática ave en vuelo,
oscura mirada de escarpados sueños,
sonrisa sin máscara,
risa de mazorcas desgranadas,
¿quién
te puso ese nombre que a nada
corresponde: Leila?
Leila, sí,
Leila: le y la, la y le,
como Lola, Lila, Lala
o Lula…
Revista Nicaraguense Artesanal de Literatura y Arte
Mario Martz D´León
ÁLVARO URTECHO
UN RECORRIDO POR LA RESIDENCIA DE LA VIDA Y LA
MUERTE Y LA BÚSQUEDA DE UN MAESTRO

RECORRIDO POR LA MUERTE

«Las palabras se conducen como seres caprichosos y autónomos. Siem-


pre dicen “esto y lo otro” y, al mismo tiempo, “aquello y lo de más allá”»,
afirma Octavio Paz, en su ensayo sobre el ritmo. Todo paraje poético es
semejante al hombre que reside en la tierra y emigra hacia el cielo o in-
fierno. Tal es el caso de Álvaro Urtecho, quien fuera un residente en esta
tierra y un peregrino constante de la vida, una voz poética deslumbrante
ante la filosofía existencial de Martin Heidegger o Paul Sartre. Su primer
poemario, Cantata Estupefacta y otros poemas, es, sin lugar a duda, la
prueba de residencia de todo hombre en la faz de la tierra, donde el mis-
terio de maternidad está a flor de piel1; prueba de ello es el poema Para
una niña de nueve meses/ la visión abolida rescatada/ el redondo tiempo
de horror donde remueves, golosa, la pupila, descifrándome apenas.
La concepción de madre castísima es la pequeña historia del pro-
ceso de evocación maternal. Por otro lado, al iniciar el itinerario poético
de Urtecho e ir al primer canto —Órfica—, poema consignante sobre
la existencia, surge la pregunta persistente del pensamiento humano,
«¿quién soy yo?», o el «yo» sujeto a alegóricas interrogantes que aluden
al discurso de la misma existencia desde la voz del poeta. Porque, en
este caso, no hablamos simplemente de un hombre, sino del poeta inter-
nado «entre el tiempo y él mismo». Como se hubiese preguntado Alfonso
Cortés: «tiempo, ¿dónde estamos tú y yo, yo que vivo en ti y tú que no
existes?». Sin embargo, La Canción del espacio es el afán interminable
de relatividad de nuestra vida cotidiana, a como expresara el mismo Cor-
tés en dicho poema; Álvaro, por otro lado, lo interpela desde su Cantata
Estupefacta, de lo contrario, no sería cualquier lector que se preguntase a
quién ha de dirigirse este hombre, tan sólo un hombre, solo de sí mismo
en este paraíso terrenal; por lo tanto, Álvaro se pregunta: ¿pero no es mío
el tiempo, no es cierto que mírome mirarme y que me reconozco en tanta
faz, en tanto aliento?. Él es el hombre del que hablamos, mejor dicho el
poeta, un ser inanimado de las letras que rige su paraje de poesía en esta
tierra infernal.

1
Léase poema Maternidad: Esplendor de Caín, en Cantata Estupefacta y otros poemas
(Editorial Nueva Nicaragua).
Revista Nicaraguense Artesanal de Literatura y Arte

Es como si por la boca de Urtecho hablara la muerte abnegán-


dose de la vida o retrayéndola a esta en el martirio de la existencia, donde
debe regirse algún tratado de Filosofía, evidenciando esta última, puesto
que, a como afirmara Álvaro, «El poeta es poeta, el filósofo es filósofo»;
por lo tanto, aunque esté ligada una con la otra, ninguna es igual a la otra.
Aquí, un recorrido del intelectual en el poder de la palabra, por decirlo así,
ya que sería un desperdicio entrar en la contextualización de la obra poé-
tica de Urtecho: aquellos que dicen «lo uno y lo otro y siempre lo mismo».
Claro está que no es vana la frase de Wallace Steven: «debe haber algo
de hombre de campo, en todo poeta».

RECORRIDO POR LA VIDA

«El poeta es, por definición, póstumo. Comienza a vivir después de su


muerte y, cuando está vivo, camina con un pie en la tumba», alude el
francés Jean Cocteau. Y no por ser pesimista, pero en este mundo hay
poetas a los que se les tolera la mediocridad, cosa que es muy en contra
del planteamiento del peruano Ricardo Palma, ni un premio internacional
a corta edad puede hacer a un aprendiz un genio, es sólo pura casualidad
de diferentes teorías poéticas, que al final de cuenta ningún poeta toma
en serio su oficio, por su afamado desorden, porque aquí (Nicaragua), el
que espera ser escritor debe iniciarse desde la poesía, aunque no sea
este su fuerte o dogma prioritario. Sin embargo, el poeta del que habla-
mos ahora fue uno que caminó con el pie en la tumba desde su infancia,
«cambiándose camisa a cada rato, para burlarse de la muerte, y de vez
en cuando esconderse debajo de la cama», pero como a todo ser humano
o adorador de esta vida: el día siempre llega, ya sea que por error conci-
bamos la muerte. Viéndolo desde otro punto, la poesía de Álvaro Urtecho
fue, quizás, la producción de un cojo cuyo bastón era su lápiz para dia-
gramar su existencia en la tierra, y eso, sin lugar a dudas, le produjo en
sí mismo cierto encanto, al sospechar dejar un legado insuperable por
poetas de su misma generación.
Probablemente, habrá algunos que estarán en total desacuerdo
conmigo, pero adentrándonos en la obra de Álvaro Urtecho, se encuen-
tra una amalgama poética de un hombre que canta para luchar contra la
muerte, a como dijera Carlos Cano, si no Cantata Estupefacta no tendría
valor alguno en este breve texto. Este es el hombre de quien les hablo,
el que se presenta con un corito recóndito: contemplar el gran lago de tu
tierra, creciendo en el horizonte (El velo tras la piel). Álvaro afirma que
para morar en esta tierra, tuvo que ser creado por las horas, así como
quien niega su existencia en el umbral del confesionario. Veamos lo si-
guiente: aquí fui creado por las horas. Erguido en el silencio… culpable y
víctima, traidor y mártir, cobarde, héroe, recién lavada criatura en cuerpo
entero (Umbral, de Esplendor de Caín, 1974-1991), esto denota la pos-
Revista Nicaraguense Artesanal de Literatura y Arte

tura del héroe-malo de esta tierra, o aquel que para aturdir a los demás
debe hacerse la víctima para llamar la atención. Y es por eso que retomo
la célebre frase de Jean Cocteau «convertirse en Santo no es la menor
metamorfosis de los poetas».
La firmeza de todo residente en esta vida, o el que nada más está
de paso, debe afianzarse en el más súbito instante que respira, conspirar
contra sí mismo, y más de alguna vez poseer la libertad que no tiene, ya
que, a manera de aforismo, Álvaro nos regala esta sentencia: «no te sal-
vará la luz del día» (Límites, Esplendor de Caín). No cabe duda de que
también Álvaro siente una preocupación profunda por el mundo en toda
su plenitud, los seres que lo habitamos, la percepción que debe despertar
el lector de la nueva lectura, y que, a sabiendas, nos enfrentemos a cues-
tionar esta realidad superficial; todo residente de esta tierra debe inhalar
la vida, así como exhalar su muerte, así dicta el aprendiz: «tú maestro,
tú el de la voz, sí, el de las voces que no cesan de llegarnos con el agua,
en el tumulto de estas horas nubladas», del poema en homenaje a Carlos
Martínez Rivas.
Está claro, que Álvaro Urtecho no solamente escribió para es-
capar de sí mismo, sino también reconoció al maestro que escribió buena
poesía después de Rubén Darío, es decir, maestros hacen a maestros;
—dispensen los que creyeron lo contrario, pero aquí hay que reconocer
que, en este país, no siempre se cuenta con buenos poetas o por lo me-
nos con poetas decentes. Y eso es lo que resume este breve análisis de
la poesía de Álvaro Urtecho; la búsqueda de un maestro que sobrevivió
los primeros siete años del Siglo XXI, dejándole a los críticos-académicos
hurgar alguna buena línea en su última obra: Tierra sin tiempo, en donde
quizás los arqueólogos de la buena literatura encuentren nuevos cánones
literarios de la poesía nicaragüense, porque si no, tendríamos que juzgar
para bien o para mal a Álvaro Urtecho por no haber dejado escrito el
Decálogo del Perfecto Poeta.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

1. Paz, Octavio. Ensayos y otros textos. Fondo de Cultura Económi-


ca. México, 1998.
2. Román Hernández, José. Introducción Poética. Ediciones Ávila.
3. Urtecho, Álvaro. Tumba y Residencia (Poesía Reunida). Edi-
ciones CNE. Managua, 2000.
Revista Nicaraguense Artesanal de Literatura y Arte

Álvaro Urtecho
CANTATA ESTUPEFACTA
(fragmento)
Aquí yo palpo. Miro.
Un esqueleto me sonríe
desde su mesa. La calavera
de la Bella me espeta
sus gusanos.
Ahí
la cuenca, el vaso
y la clavija, el trago
brincón, el pozo,
el chorro sulfuroso,
la pezuña pintarrajeada,
los cristales de color peculiar,
el drama soterrado,
la imposibilidad de respirar…

De Auras del milenio


Álvaro Urtecho
PANAL

(fragmento)
Sumergido en su luz
en su más vasto y rumoroso espacio,
el día deriva en picoteos
que anticipan una esperada ceremonia:
El ritual de las horas cumpliendo
su condición de cántaros
con fuga hacia el vacío.
Revista Nicaraguense Artesanal de Literatura y Arte

Mario Martz D’León

Minicró-nicas
1. El colectivo literario VOCES NOCTURNAS presentó, el viernes
7 de septiembre de 2007, en la Alianza Francesa de León, el primer
número de su Revista Artesanal de Literatura y Arte – Siglo XXI del mismo
nombre, con textos de sus miembros y algunos colaboradores; asimismo,
se convocó a colaboraciones para la edición virtual, alojada en http://www.
vocesnocturnas.org.

2. El sábado 24 y domingo 25 de noviembre de 2007, en las insta-


laciones de la Universidad Politécnica de Nicaragua, se llevó a cabo el
VII Encuentro Nacional de Jóvenes Creadores, organizado por la Direc-
ción de Cultura de esa universidad y la Asociación de Jóvenes Creadores
(Asojocre).

3. Más que una tertulia cultural, Artcafé realizó, el viernes 14 de


diciembre de 2007, el IV Festival de Arte Joven “Leonel Rugama 2007”,
con presentaciones de libros y recital de poetas jóvenes de Nicaragua,
exposición de videoarte y concierto musical. El evento tuvo como lema
“Lucha juvenil en el arte”.

4. El martes 23 de octubre, el Centro Nicaragüense de Escritores y la


Galería Epikentro ofrecieron un recital poético en homenaje al bardo Car-
los Martínez Rivas; los poetas recitantes fueron Vidaluz Meneses, Karla
Sánchez y dos miembros de VOCES NOCTURNAS: Carlos M-Castro y
Delena Arias. La velada finalizó con un brindis y una tertulia improvisada
en un bar cercano al lugar.

5. La Alianza Francesa de Managua organizó, el día jueves 22 de


noviembre, la “Fiesta de la Lectura”, como cierre del Taller de Géneros
Breves de la Literatura o Literatura hiperbreve, impartido por el escritor
Edgar Escobar Barba, en el que participamos Carlos M-Castro y el
suscrito. Asimismo, se realizó una exposición fotográfica sobre la ciudad.
La fiesta concluyó con un brindis para todos los asistentes.
Revista Nicaraguense Artesanal de Literatura y Arte

Carlos M-Castro
Escatología
—Iván Uriarte—
(Ediciones CNE, 2005)
“Iván Uriarte tiene secuestrada la Literatura nicaragüense —dijo una
mañana Isolda Rodríguez—; ha escrito sobre
tantos temas, que uno ya no tiene qué escoger”.
Y el tema existencial, al que ningún ser humano
—y menos un artista— se ha atrevido ignorar,
es otro de ellos. Concebido como un asedio per-
sistente a la esencia misma del ser, del tiempo y
la divinidad, y escrito entre 1999 y 2000, durante
la depresión intermilenaria, este sexto poema-
rio publicado por Uriarte e ilustrado por José
Aragón nos da vértigo, nos conforta, alimenta
la confianza en un mañana, nos desnuda de
arrogancias egocéntricas y coloca nuestra ínfima
vitalidad en la gran olla del sufrimiento colectivo.
Todo al mismo tiempo, todo en cada verso.

Mario Martz D´León


Mensajes Cifrados
—Edgard

Escobar Barba—
(Ediciones CNE, 2006)
Cuando leí Mensajes Cifrados, de Edgar Escobar Barba, lo primero que
se me vino a la mente fue Giovanny Papini,
luego medité la decodificación de los cuentos que
incluye este libro y encontré la novedad de la na-
rrativa breve actual, a la misma vez al primer au-
tor atrevido en hacerlo —cabe señalar, después
de Trece Veces Nunca, del escritor nicaragüense
Lizandro Chávez Alfaro. Mensajes Cifrados es
una amalgama de ficciones, donde el misterio es
el primer encuentro con el lector, definido como
un libro en homenaje al cuento —por el mismo
autor—; desde el cuento en verso hasta la más
ligada línea de la prosa. Al final, debe ser el lec-
tor quien justifique la existencia de un libro como
este.
Revista Nicaraguense Artesanal de Literatura y Arte

Ninoru Amisaca
Tumba y Residencia
(Poesía Reunida)
—Álvaro Urtecho—
(Ediciones CNE, 2000)
Álvaro Urtecho muestra una infatigable preocu-
pación por rescatar, a través de sus nostálgicos
versos, sus raíces y dar a conocer el paraíso co-
tidiano que sus sentidos perciben; sin dejar a un
lado su lucha existencialista. Este poemario reúne
los textos más importantes de la psiquis creadora
de Urtecho: Cantata Estupefacta, Pasaremos, Es-
plendor de Caín; entre otros poemas, cuyos ver-
sos renuevan la visión onírica del paraje provin-
cial de aquella ciudad natal: es un viaje gratuito,
paulatino y a pie por la ciudad, el campo, el odio y
el dolor de ser vivo.
Revista Nicaraguense Artesanal de Literatura y Arte

Ninoru Amisaca
(Rivas, Nicaragua// 1986)
Es una alma inquieta e inquietante, que no deja que la duda o el silencio
la atormenten, antes vota por la saturación de sus horas en atropello a
sus neuronas y a favor de su tormento delectante. Estudia Arquitectura,
en el Instituto de Estudios Superiores, y Filología y Comunicación, en la
Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, en Managua. Es
miembro cofundadora del Colectivo Literario VOCES NOCTURNAS. Ha
participado en los talleres de Iván Uriarte y Edgard Escobar Barba. Po-
see escepticismo hacia la luz y hacia la sombra, y esgrime con firmeza
el escalpelo ante el lenguaje y ante la vida, llevando los pedazos en la
lámina bajo la lente del microscopio. Se enfrenta con la hoja en blanco,
aceptando que hay una vena conectada con el lápiz cada vez que lo
hace y evitando así el contagio de los virus informáticos o descargas de
energía impura.

Mario Martz D´León


(León, Nicaragua// 1987)
Editor Web y Gráfico. Estudia Banca & Finanzas en la Universidad Poli-
técnica de Nicaragua (Upoli). En el 2006, obtuvo el primer lugar en el
concurso “Eudoro Solís III”, en género Cuento. Primer Lugar en Poesía
en el XII Certamen de Literatura de Poesía “José Coronel Urtecho” de
la Upoli y Segundo Lugar en género Cuento del mismo. Segundo Lugar
en Cuento Infantil en el VI Encuentro de Jóvenes Creadores, 2006. Co-
fundador de VOCES NOCTURNAS y actual Director de la misma. En
el 2007, obtuvo Tercer Lugar del Concurso de Cuentos organizado por
el Diario La Prensa. Ha publicado en diferentes suplementos literarios
nacionales e internacionales de formato electrónico, así como impresos.
Cuenta con obra inédita de Poesía y Narrativa. Actualmente es compu-
tarólogo de día y poeta de noche.

Carlos M-Castro
(Managua, Nicaragua// 1987)
Estudiante de Ingeniería Industrial, en la Universidad Nacional de In-
geniería, y de Lengua y Literatura Hispánicas, en la Universidad Nacio-
nal Autónoma de Nicaragua, en Managua. Corrector ortográfico y de
estilo. Miembro cofundador del Colectivo Literario VOCES NOCTUR-
NAS y editor de la revista homónima. Ha recibido diversos talleres y
participado en distintos encuentros y concursos literarios, de los que le
quedan sobre todo las dudas, algunos premios y muchas sospechas.
Revista Nicaraguense Artesanal de Literatura y Arte

Horacio Quiroga
(Salto, Uruguay// 1878)
Uno de los grandes escritores de la América hispana. Se inició como
poeta modernista —Darío hacía estragos entonces—; pero, al darse
cuenta de lo agobiante que resultaban las imitaciones, dedicó su talento
a narrar historias (cuento y novela), tomando como maestros a quienes
menciona en su Decálogo. Escritos famosos suyos (sí, en el cine...) son
los Cuentos de la selva y Anaconda. Uno de sus más reputados libros
es el de Cuentos de Amor de Locura y de Muerte (así, sin comas, a dis-
posición suya y violado luego por editores que se creen muy avispados),
el cual surgió de escritos publicados en una página de periódico que
dirigió. Murió en Buenos Aires, Argentina, en 1937.

Enrique Delgadillo Lacayo


(León, Nicaragua// 1987)
Estudiante de la carrera de Derecho en la Universidad Centroameri-
cana, en Managua. Ha colaborado desde sus inicios —de ambos—
con VOCES NOCTURNAS, tanto para su revista impresa como para
su página en Internet, siendo, además, representante del colectivo en
su natal León. Escribe poesía y narrativa. Participó en el Taller de Gé-
neros Breves, impartido por Edgard Escobar Barba, en donde recibió
un reconocimiento por su escritura. Manifiesta un interés humano por
decodificar la realidad cotidiana, persiguiendo revelar, y echarnos en
cara, detalles poco apreciados de la existencia. Es, a la vez, músico y
compositor.

Karma
(Chinandega, Nicaragua// 1987)
Autodidacta ingobernable. Artista gráfico no reconocido, según su pro-
pia voluntad. Diseñador mal pagado, subcontratado casi siempre. Con-
fía en el trabajo bien hecho y con calma, por lo que se dedica a acu-
mular conocimiento y experiencia en actividades que su familia cree
dudosas. Conoce casi todas las universidades estatales del país, de las
que desertó dos o tres pasos luego de haber sabido lo poco que ahí se
aprende.

Rommel Cruz
(Carazo, Nicaragua// 1985)
Estudiante (al menos inscrito) de Ingeniería Civil, en la Universidad Na-
cional de Ingeniería, en donde asiste a los talleres literarios del poeta
Iván Uriarte. Su poesía demuestra un manejo casi hostil del lenguaje y
un aparente ocultamiento del tema o referente poético.
Revista Nicaraguense Artesanal de Literatura y Arte

Norbert-Bertrand Barbe
(Francia// 1968)
Poeta, artista plástico, historiador del arte y semiólogo. Sus poemas
fueron publicados en las revistas: Poètes du Nord-Pas de Calais (Fran-
cia), Regarts (Bélgica), Letras Salvajes (Venezuela), Club de Brian,
Café Literario, Al margen.com (México), Zona de Tolerancia (Colombia),
Hispanic Culture Review (Estados Unidos), Katharsis, La Botella Vacía,
Ábaco (España), Arte Poética (El Salvador), Pluma Libre (Costa Rica),
y en Nicaragua: ArteFacto, Estrago, Ojo de Papel, La Tribuna, El Nuevo
Diario, La Prensa Literaria, Papalotl (de la que fue co-fundador) y ahora
en VOCES NOCTURNAS, para fortuna suya y de nuestros lectores.
En 1995 recibió el Prix de France en cuento y ensayo. Ha participado
como poeta invitado en los Festivales Internacionales de Poesía de San
Salvador (2006), La Habana (2007) y Granada (2005, 2006, 2007). Ha
publicado 4 poemarios en francés y 3 en español, de los cuales el último
es Caprichos nicaragüenses (2006). Es autor de un libro de cuentos en
francés.

Haskiella Jiménez
(Jinotega, Nicaragua// 1988)
Estudiante de Ingeniería Industrial en la Universidad Nacional de Inge-
niería, en Managua. Practica una poesía de conceptos sarcásticos muy
finamente elaborada, casi imperceptible. El lector se dará cuenta de los
aguijonazos cuando aprecie los trozos de su dignidad en el asfalto o el
polvo.
Gabriela Gómez
(Managua, Nicaragua// 1989)
Estudiante de Veterinaria en la Universidad Nacional Agraria. Cree fé-
rreamente en las afinidades como motor de sus decisiones y, como evi-
dencia de su rebeldía, se rehúsa a dejar de hablar de Amor en su poesía
escrita sin pretensión de oficio y, lamentablemente, sin compromisos
serios.
Luís Iglesias
(Jinotega, Nicaragua// ¿?)
Actor y escritor. Pertenece al Grupo Literario Horizonte de Palabras.
Ha organizado encuentros nacionales de escritores en su tierra natal y,
así mismo, ha participado en diferentes congresos internacionales de
escritores. En el 2007 representó a Nicaragua en el Festival de Mérida,
España. Actualmente reside en Jinotega y coordina una Asociación Cul-
tural de ese departamento.
Revista Nicaraguense Artesanal de Literatura y Arte

Roberto Carlos Meza


(Jinotega, Nicaragua//19¿?)
Estudia Ingeniería Industrial en la Universidad Nacional de Ingeniería.
Hace poco, el poema suyo que aquí publicamos fue distinguido con una
mención de honor en el Concurso de Poesía “El Cisne”, cuyo jurados
eran don Jorge Eduardo Arellano, doña Helena Ramos y Héctor Avellán.

David Quant
(León, Nicaragua// 1990)
Estudiante de Diseño Gráfico en la Universidad Politécnica de Nicara-
gua. Fue miembro del Grupo Literario/Upoli y actualmente es funda-
dor de Ambrosía Literaria, grupo formado a raíz del Taller de Géneros
Breves que en la Alianza Francesa impartió Edgard Escobar Barba, du-
rante octubre y noviembre pasados.

Valeska V. Mora B.
(Granada, Nicaragua// 1989)
Estudiante de Marketing y Publicidad en la Universidad Nacional de
Ciencia y Tecnología (Unicit). Participó en el Taller de Edgard Escobar
Barba (ya mencionado). Actualmente no sé a qué se dedica, pero nos
deja al menos uno o dos textos muy apreciables.

Gema Morales Cuadra


(Managua, Nicaragua// 1978)
Arquitecta, especialista en gestión y evaluación de impacto ambiental.
Desde hace cuatro años, ejerce la docencia en la Universidad Nacional
Autónoma de Nicaragua, en Managua. Ingresó al ámbito artístico en
sus días de chavala universitaria, en los que fundó un taller de pintura
y participó en concursos interuniversitarios. Eso fue en la Universidad
Católica. En su vida posterior, estudió teatro y protagonizó una pieza de
Becket, Esperando a Godot. Sigue en vaivenes y, mientras decide qué
golpe darle al timón del bajel, fijó curso incierto junto a los chicos de
Ambrosía Literaria.

Aura Bermúdez
(Nicaragua// 19¿?)
También recibió el Taller de Géneros Breves. No sabemos bien qué
hace, pero aseguramos que no se dedica a actividades repudiables.

Sergio Balladares
(León, Nicaragua// 1990)
Bachiller del Colegio Centroamérica. Recibió el Taller de Géneros Breves
y ganó el tercer lugar del concurso allí organizado. Desde entonces, in-
tegra el grupo Ambrosía Literaria.
Mario Martz D’León
´
Direcci0n

Carlos M-Castro
´
Edicion

Ninoru Amisaca
Delena Arias
Regina Gómez
Ernesto Javier Arana
´ y lectura
Consejo de redacion

Carlos Manuel Ortells (Karma)


´ Y DISEnO de portada
DIAGRAMACI0N
… Y a los jóvenes, a los ansiosos, a los sedientos de cultura
de perfeccionamiento o simplemente de novedad, o de an-
tigüedad, ¿por qué se les grita: “¡haced esto!” o “¡haced lo
otro!”, en vez de dejarles bañar su alma en la luz libre o respi-
rar en el torbellino de su capricho?

RUBÉN DARÍO
(Dilucidaciones, en El Canto Errante, 1907)

La juventud no tiene donde reclinar la cabeza.

CARLOS MARTÍNEZ RIVAS


(Retrato de dama con joven donante,
en La Insurrección Solitaria, 1954)

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