El hombre en cualquier época ha sentido la necesidad de demostrar las cosas
en el asombro constante que presenta su entorno, y es en esa búsqueda donde se dan acontecimientos relevantes para la construcción del conocimiento humano que va desde el menor profundo al más profundo, desde el conocimiento de los fenómenos al de la esencia y desde una esencia a otro más profundo.
Desde Galileo, se despliegan las ciencias experimentales en un sistema que
refleja el punto de vista trascendental de las posibilidades técnicas, las ciencias modernas engendran un saber que por su forma, es un saber técnico explotable. Galileo en su afán de profundizar sus posiciones señala que el mundo terrestre no copia al celeste por medio por medio de la matemática, sino que solo hay un mundo y una clave para demostrar y descifrar sus enigmas. Galileo plantea “Tanto la Biblia como la naturaleza son obra de Dios, pero la primera puede ser mal interpretada, mientras que la segunda es estudiada científicamente, por lo tanto, en caso de contradicción es más razonable fiarse de los que dice la naturaleza”
De lo anterior, se puede deducir que Galileo ataca a la iglesia en cuanto a sus
posiciones, separa a la iglesia y a la ciencia, plantea que cada una tiene su ámbito propio, y no debe inmiscuirse en terrenos ajenos, pide una demostración de la falsedad de su sistema. Al respecto Rodríguez Eduro, plantea que “El caso de Galilei, sería el paradigma de dicho conflicto que solo tendría solución en la medida que asumiendo las exigencias del pensamiento crítico, el hombre se decidiera por una visión racional y crítica”. Por su parte Newton, da un giro, abandona el racionalismo y comparte el empirismo, nunca reconoció la valía de sus compañeros, plantea que la geometría sirve para aclarar, para exponer con mayor exactitud lo que ya se ha demostrado, el método de la ciencia es la inducción.
Desde el punto de vista filosófico, Newton es la antítesis de galileo, mantiene la
escisión entre la fe y la ciencia, presenta a la ciencia como una prueba de fe, convierte al hombreen un mundo de imágenes, de sombras, dejando el conocimiento para las cosas de Dios.
Diderot, sus posiciones se caracteriza por la constante oposición a toda
especulación y a toda abstracción y por su defensa del empirismo y del sensacionalismo, es decir, de la tesis según la cual todo nuestro conocimiento se haya fundado en sensaciones. Diderot, plantea “ Todos los seres circulan unos en otros…., todo se haya en perfecta fluencia…, no hay otro individuo que la totalidad. Nacer, vivir y morir es cambiar de forma” partiendo de este postulado, se deduce que la organización de los seres vivos es un modo de organización de la materia. Falta D´Alember el calvo dice que no lo encontró ni en la interntet
Sin duda alguna, el enfrentamiento entre las formas especial de la conciencia
social, forman un sistema de conocimiento sobre el mundo que nos rodea, sobre las leyes que rigen el desarrollo de la naturaleza, en su afán mismo del hombre por demostrar o estudiar cada una de ellas, desde una perspectiva de lo religioso o en el desarrollo científico que marca ésta a través de las necesidades de la práctica, que se desarrolla en íntima relación con las necesidades de los avances de la técnica, con las exigencias mismas de la producción.
Estos filósofos, científicos y hombre de fe entran en un permanente choque
para demostrar el papel de Dios como hacedor de todo e su mundo ideal, y las proyecciones mismas del desarrollo científico apoyándose algunos en las leyes matemáticas, físicas, químicas para demostrar la objetividad de las cosas, oponiendo la razón a la fe.
No es fácil asumir una posición para el nuevo manejo de la ciencia en unos
pocos renglones, como tampoco en una discusión de siglos, entre los grandes filósofos idealistas y materialistas, desde los presocráticos hasta los posmodernos, señalar un nuevo manejo de la ciencia.
La naturaleza, la sociedad tiene sus leyes; la necesidad obliga al hombre a
romper barreras para poder seguir. La historia de los grandes descubrimientos, demuestran la necesidad misma del hombre, de ahí su objetividad. Ahora bien, esto daría con el rompimiento de la fe, y hay que tener claro que la victoria en ese desarrollo científico, son signos de grandes de Dios que pone inteligencia en la cabeza de los hombres.