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Lecciones de las dos Alemanias

Las diferencias en materia de desarrollo económico entre las sociedades


donde se defiende la propiedad privada y las que se implantan regímenes
socialistas y restrictivos son innegables. En el artículo, “Lecciones de las dos
Alemanias” su autor, Pedro Romero, apoya esta afirmación haciendo un
recuento de las diferencias entre la Alemania Oriental y Occidental que
surgieron a la luz tras la caída del muro de Berlín en 1989. Antes de que los
soviéticos tomaran control sobre Alemania Oriental, esta zona era más
próspera que la zona de occidente; sin embargo, a partir de 1944, ambos
“países” comenzaron a desarrollarse de manera dispar. Eventualmente, 40
años después la zona Oriental alcanzó niveles de pobreza insostenibles,
siendo esta la antesala para los sucesos de 1989 cuando miles de personas
se agolparon para derribar el muro y cruzar al otro lado.

¿A qué se debió este estancamiento de la economía de la Alemania


Oriental? Romero lo atribuye a las políticas soviéticas que lapidaron el
capital y la oportunidad de progreso económico para la población de la
Alemania Oriental: el régimen soviético de Alemania Oriental se dedicó a
desmantelar fábricas, pagar altas sumas de dinero a la URSS por concepto
de “reparaciones” y a generar un crecimiento “artificial”, a través de las
reparaciones de la postguerra en lugar de crear riqueza real. El manejo
centralizado e ineficiente de la economía en Alemania Oriental tuvo además
un impacto perjudicial a largo plazo: la productividad de la población decayó
al igual que la calidad de los bienes y servicios producidos. Este impacto se
hizo notorio al momento de la reunificación pues al querer establecer
políticas salariales y laborales para la totalidad de Alemania, estas no
surtieron el efecto deseado en la zona oriental y el capital continuaba
“fugándose” hacia la parte occidental.

Romero hace énfasis en que el fallo cometido por los funcionarios alemanes
tras la caída del muro fue pretender que mediante decretos, la reunificación
de la nación se daría “fácilmente”. No tomaron en consideración cuan
deteriorado estaba el aparato productivo de Alemania Oriental ni el efecto
desmoralizador que el régimen soviético tuvo sobre su población durante
décadas . Esta es una clara lección para nuestro país, en donde se pretende
que recetas socialistas y nuevas leyes solucionaran los problemas
individuales de cada ciudad, provincia o región. La verdadera receta para
generar riqueza radica en la independencia de los pueblos del Estado y en
proteger los derechos de los ciudadanos a ser dueños del fruto de su labor,
a expresarse libremente y a emprender aquellos proyectos que satisfagan
sus necesidades y aspiraciones.

Hace escasas semanas se celebró el aniversario número 20 de la caída del


Muro de Berlín; sin embargo aún persiste un ejemplo de las atrocidades
ocasionadas por un régimen socialista en comparación con su contraparte
libre y capitalista: Corea del Norte y Corea del Sur. En su artículo,
“Alimentando a los hambrientos de un estado fracasado”, el académico
Doug Bandow explica, “La República Democrática Popular de Corea puede
encontrarse en cualquier lista que enumere las peores tiranías del mundo.
Amnistía Internacional enumera una letanía de violaciones de los derechos
humanos más básicos: tortura, ejecuciones, hambre, prisiones degradantes,
prensa controlada.” Debe ser realmente denigrante vivir en Corea del Norte
sin tener qué comer mientras al otro lado tus hermanos, de igual sangre y
cultura, viven de forma próspera y son partícipes del primer mundo. A pesar
de la ayuda internacional, las condiciones de vida en Corea del Norte son
deplorables e indirectamente fortalecen al gobierno, el cual persiste en
oprimir a su gente, cegados por el orgullo y su obsesión por el poder.

Considero que el ejemplo de lo acontecido en las dos Alemanias y la


situación actual de Corea del Norte son pruebas fehacientes del fracaso del
modelo socialista y debería disuadirnos de considerar dicho modelo como la
panacea para nuestras naciones. Mantenernos impávidos y permitir que
estas ideas tan perjudiciales sean adoptadas por nuestros gobiernos es un
error que quizás en un futuro no muy lejano podría sumirnos en un régimen
de terror y miseria.

Bibliografia

1. Bandow, Doug. “Alimentando a los hambrientos de un estado fracasado”. 6 de


octubre del 2005. El Cato Institute, extraído de el cato.org

2. Brenner Reuven. “Las causas del crecimiento económico”. 17 de marzo de


1998. El Cato Institute, extraído de elcato.org

3. Romero, Pedro. “Lecciones (duras) de las dos alemanias-20 años de la caída del
muro”. Instituto de Economía de la Usfq. Noviembre 2009, extraído de
elcato.org

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