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POCIONES EN EGIPTO

Cada raza posee ritos religiosos, fiestas y


juegos destinados a estimular las
funciones del cuerpo y de la mente. Cada
fase de la vida hace patente la sabiduría de
la naturaleza, que al promover cambios en
la sangre, hace posible el
desenvolvimiento antropológico. Líneas
muy marcadas separan unas razas de otras,
no solo por el color sino por las
posibilidades mentales. Al desarrollarse
progresivamente, las dotes que toman
forma son mayores, y problemas vitales
que parecen insondables pueden
explicarse tan fácilmente como puede explicarse la evanescencia de las estrellas, al
despuntar la aurora.

El fin de las Posturas Egipcias es aumentar la quimicalización de las ondas de


pensamiento y, por este medio, la purificación
refinación de la sangre que asegure el
acrisolamiento del corazón, tan necesario para la
consecución de elevadas conquistas. No
sabríamos cómo describir el valor de las
Posturas Egipcias; nos limitaremos a decir que
las posiciones diversas, practicadas en
combinación con el ritmo del aliento, activan la
circulación, remitiéndose subluxaciones hasta el
extremo de erradicar adherencias, haciéndose
posible la libertad completa del sistema nervioso
y promoviéndose desarrollo cerebral.
En este país de tierra negra rodeado de desiertos,
los árboles son escasos (algunas acacias,
sicomoros), y toda la tierra fértil, que recibe el agua gracias a una extensa red de diques
y canales, constantemente renovados, está dedicada al cereal. Debido a la falta de
árboles y de flores, el jardín es contemplado como un vergel donde las flores están
cuidadas con la mayor atención. Normalmente el
jardín se sitúa en torno a un estanque cubierto de
lotos y de papiros, y plantas heráldicas del Alto
Egipto y del Bajo Egipto.
Los faraones fueron, probablemente, los primeros
en ordenar la construcción de los jardines. Ellos
mismos aportaban las plantas exóticas que
crecían en sus campos y que, después, cultivaban en
los jardines de sus templos y palacios. La reina
Maatkara- Hatshepsut de la XVIII dinastía hizo
traer 31 árboles de incienso para adornar sus
jardines y terrazas. Las plantas raras estaban de
moda, se organizaban expediciones dedicadas,
exclusivamente, a la búsqueda de las
especies más exóticas y lejanas. Thutmosis III, hizo pintar, en los muros del templo de
las Fiestas de Karnak, las numerosas plantas que había hecho traer de Asia. Los
faraones crearon enormes paseos adornados con plantas, hierbas y árboles frutales
traídos de todas las regiones limítrofes.
Para los jardines particulares los paisajistas
se inspiraban en los Oasis y los ríos con sus
lotos y sus islas flotantes de papiros. Los
primeros jardines individuales son, sin duda
alguna, las construcciones privadas de los
oasis artificiales. Más tarde, en estos jardines
se construía, a menudo, una terraza y un
estanque cuadrado o rectangular que se
llenaba de plantas acuáticas, y en los que se
ponían, casi siempre, estatuas y columnas.
Las plantaciones evolucionaron y se
alinearon a fin de facilitar el riego cuyas
aguas proporcionaban los canales. Las
plantas se cortaban y plantaban, cada vez
más hábilmente, con el fin de que dieran
sombra y fuera más productiva y más fácil la recogida de sus frutos. Por medio de las
pinturas murales se sabe qué tipo de plantas se cultivaban en los jardines: viñedos, que
tapizaban las pérgolas, sicomoros, duraznos, palmeras datileras, higueras, granados y
tamarindos.
Los frutos, las flores, las plantas aromáticas y medicinales se utilizaban como ofrenda y
como componentes de las pociones médicas u oferentes.
Los jardines egipcios, simétricos y rígidos, dan una idea de la civilización egipcia, tan
propios que no admitían influencias exteriores, ni siquiera de la cercana Mesopotamia y
sus paraísos; estos jardines son las antípodas de los jardines asiáticos.
Las pociones en Egipto eran, especialmente utilizadas con fines medicinales: remedios,
medicamentos y lociones. Estas pociones
fueron pasadas de generación a generación,
primero a través de la escritura en las paredes
de templos y palacios; después fueron escritas
en papito el cual era enrollado y almacenado en
lo que hoy serían las bibliotecas.

Algunos ungüentos estaban compuestos hasta


más de 30 ingredientes diferentes, como sangre
de lagarto, secreciones de oído de cerdo, excrementos de niño, aso, de perro, de gacela,
de hipopótamo, etc. Todos estos combinados con leche materna, aceites finos y con
otras grasas de origen animal.

Las pociones eran utilizadas para curar quemaduras, mordeduras, picaduras de insectos.

CONCLUSIONES: BUENO LA CULTURA EGIPCIA SIEMPRE SE HA


DESTACADO POR SU LENGUAJE ESCRITO, POR SUS MARAVILLOSAS
PIRAMIDES E INFRAESTRUCTURAS DE PALACIOS O DE TUMBAS, Y
AHORA SE NOS MUESTRA QUE ERAN EXPERTOS CON POCIONES EN LA
RAIZ DE LA MEDICINA.

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