22 :ev 3 al 9 de enero de 2010 por las diócesis FAJARDO-HUMACAO

Tú me llamaste y te escuché…
P. FLOYD Mercado Vidro
Para El Visitante
Siete años quizás no son muchos
años en el ministerio, pero he encontrado
una gran riqueza de esta llamada de Dios.
Puedo decir que este caminar me afirma
que el Señor siempre ha estado presente
y que al hacer Su voluntad descubro Su
proyecto no sólo para mí, sino para aque-
llos que me rodean.
Nací el 9 de diciembre de 1973 en el
Bronx. Mis padres Floiran y Celestina, na-
turales de Sabana Grande, decidieron salir
de su pueblo en búsqueda de una mejor
vida, como muchos otros que toman esta
aventura. Ya ellos tenían tres hijos, Floi-
ran, María y Eduardo Rey. Cuando Eddie
tenía 17 años, nací como “sorpresa” para
mis padres. Puedo decir que mis padres
y mis hermanos me criaron y buscaban
siempre darme lo mejor. Ya cuando tenía
7 años mi padre decidió que había que
regresar a Puerto Rico. Un tío consiguió
un terreno en el barrio Candelero Abajo
de Humacao. Ya mi hermana estaba casa-
da, mi hermano mayor estaba en las fuer-
zas armadas y mi otro hermano trabajaba.
Sólo llegamos mis padres y yo a esa nueva
casa.
Al llegar encontré un ambiente más
libre y más acogedor que los apartamen-
tos en que vivíamos. Para mí, todo era
fui a comulgar, y P. Mauro Simpson, O.S.B,
era el celebrante. Parece que me vio pe-
queño y le pidió a la catequista que me
retirara de la fila de comunión. Regresé
al banco donde estaba mi mamá y volví
a la fila. Allí se percató el Padre de que
podía comulgar. Pero lo que más me im-
pactó fue que luego de ese día el Padre
fue a conocerme. Así entré a la catequesis
y puedo decir que comenzó mi caminar
en la Iglesia.
Estuve en la catequesis, en la Legión
de María Juvenil y en el grupo de jóvenes.
Seguí estudiando hasta que en escuela su-
perior llegaron los sacerdotes diocesanos
a la parroquia: los padres Campo, Javier y
Juan Luis. En ellos descubrí la cercanía del
presbítero con su pueblo y la vida pasto-
ral. Fue importante descubrir en ellos sus
alegrías, luchas, problemas, retos y con
ello su amor a Dios y a la Iglesia.
Al entrar en el año final de escuela
superior, ya me preguntaba sobre si po-
día ser sacerdote. También me encanta-
ba la matemática y la tecnología. Quería
aventurarme a ser ingeniero. La gente me
decía que podía ser el “pequeño” sacer-
dote de la comunidad. En medio de todo
esto un amigo me llevó a ver al P. Felicia-
no Rodríguez para discernir mis deseos e
inquietudes. Finalmente, opte por irme a
estudiar al Recinto Universitario de Maya-
güez en el campo de Ingeniería Eléctrica
y continuar con mi formación juvenil en

nuevo y distinto. Allí comenzó un en-
cuentro más cercano con Dios. Apenas
llegado. fuimos a la capilla Santa Teresi-
ta del barrio. No era tan grande como la
iglesia a la que íbamos en Nueva York. Y
aunque ya yo había hecho la Primera Co-
munión, la gente no me conocía. Ese día
Quieres conocer más profundamente a
Jesucristo desde la Palabra... Quieres
descubrir cómo seguirle...
Quieres darte la oportunidad de compartir
con otros jóvenes que desean “Remar Mar
Adentro”... “No Tengas Miedo...”
“Ven y Verás...”
la Escuela de Líderes de la Diócesis de Ca-
guas.
Con el tiempo fue encontrando que a
pesar de lo lejano que estaba de aquellos
que me decían que podía ser sacerdote,
Dios seguía haciendo presente su llama-
Comunícate con el P. Floyd al
787-852-0868 / 787-405-4935
Pastoral Vocacional
Diócesis Fajardo-Humacao
“Remen mar adentro, y echen
sus redes para pescar”.
Padre Floyd Mercado.
do. Mientras había momentos que me
quise alejar de las “cosas” de la Iglesia, al
final siempre terminaba colaborando o
asistiendo. Aunque en muchas ocasiones
no comentaba sobre mi inquietud voca-
cional, algunos me preguntaban si había
pensado ser sacerdote. En todo este ca-
mino opté por entrar en un primer pro-
ceso vocacional a través de la Diócesis de
Mayagüez. Junto al P. Edwin Lugo com-
partimos un caminar de fe. Como tam-
bién era parte del Grupo de Apostolado
Católico (GAC), fui haciendo un discerni-
miento más cercano desde la Palabra y de
otros jóvenes de otros pueblos quienes
balanceaban la fe con sus estudios.
Finalmente, tomé la decisión de en-
trar en los encuentros vocacionales de la
Diócesis de Caguas (conocidos en aquel
entonces como Pre-Seminario). En un
momento en que la Diócesis y el semi-
nario entrarían en grandes transforma-
ciones, comencé a afirmar la llamada de
Dios en mi vida. Tanto en mi experiencia
en el Seminario Regional San Juan Bau-
tista como en el Seminario Regional San
Vicente de Paul de Boynton Beach, Flori-
(SUMINISTRADA)
da continué encontrando mi felicidad en
lo que Dios me ha llamado a realizar en
estos siete años. Tanto en las experiencias
en diferentes parroquias como en diversas
pastorales Dios continuaba respondiendo
a mi inquietud hasta, que finalmente res-
pondí a seguirle desde esta vocación que
ha transformado mi vida.
Hoy casi siete años después de mí
ordenación reconozco que a través de la
vida espiritual y de comunidad puedo se-
guir comprendiendo que mi llamado es
donde Él quiere. Para ello pido a Dios que
me fortalezca mi ser para siempre estar
disponible a su invitación para ir y seguir-
le a dondequiera que Él me quiera llevar.
Querido joven, abre tus sentidos y tu
mente a Dios. Sólo Él nos asegura la felici-
dad plena. No descartes ninguna opción
en tu vida. Acoge todo lo que Jesús te
quiera presentar, al final Él te dará las he-
rramientas para que descubras el camino
que debes seguir. Ven y síguelo.
(Padre Floyd es Vicario de Vocaciones
de la Diócesis.)