despus
Rolando J. Nez H.
Para el escritor Fernando Mires, el muro de marras no solo dividi a una nacin en
dos, sino que fue, ante todo, la expresin concreta, en lo geogrfico y en lo mental, de la
divisin de Europa, e incluso, ms all, del mundo, por espacio de ms de cuarenta aos.
Llevando las cosas al extremo, se podra decir, adems, que aquella oprobiosa pared fue,
para el analista chileno, la lgica bipolar en accin. As durante dcadas, el mundo se
comparti entre capitalistas y comunistas, entre progres y conservadores. Fue realmente
as? Y qu queda de eso 25 aos despus?
La periodista y escritora Lola Huete Machado sostiene que si la arquitectura de un
lugar retrata su historia, el costurn urbano que dej el Muro de Berln al levantarse (1961)
y caer (1989) es la fotografa de una de las grandes heridas de nuestro tiempo. La
ideologa dividi familias, cultura y vivencias. La conduccin poltica levant una muralla
donde no exista porque la construccin de una revolucin no cal, no convenci,
entonces hubo que levantar fronteras de concreto que represaran las decisiones, la
posibilidad de optar, de tomar decisiones.
Contina Huete Machado diciendo: Mucho de aquella cicatriz se ha reparado ya en
estos 25 aos transcurridos, con una planificacin y una pasin constructora admirable que
ha convertido la ciudad en una, al fin, nica y cuasi compacta. Acontecimiento este que
nos anuncia que s es posible levantarse tras los embates de regmenes que se empean en
crear divisiones, someter a los hombres y cultivar el terror y la sospecha. No obstante,
concluye esta luchadora social: Pero hay huecos, fsicos o no tanto, que an perduran o
remiten a todo lo terrible que el siglo XX hizo con la, entonces y ahora, capital alemana.
Mientras en una sociedad haya presos por pensar distinto, no haya libertad de
prensa, y de medios, para darle fluidez a los debates sociales; en tanto y en cuanto la
educacin, la salud y los servicios fundamentales, estn supeditados a lo ideolgico, a los
intereses econmicos y de poder de unos pocos, mientras todo eso ocurra, los muros que se
erigen con oprobiosa violencia seguirn aplastndonos con pasmosa crueldad y con
escandalosa impunidad.