guerra a nivel mundial ya que no solo se veran afectados los criminales sino la sociedad que
los rodea. Segn Juan Pablo II ninguna persona puede quitarle la vida a otra persona ni
siquiera los jueces en ninguna parte del mundo ni de ninguna creencia puede sentenciar a
una persona a morir, porque solo Dios que es el creador puede castigar con la pena de
muerte a alguien.
En la actualidad en nuestra sociedad existes reglas, normas y leyes para hacer justicia
mediante un mecanismo adecuado de forma que no nos veamos implicados sobre las
acciones y represalias que se tomen sobre las personas que cometen crmenes.
La conciencia de cada uno lo castiga, siempre le est recordando lo malo que han hecho y no lo
deja vivir en paz, por lo que cuando somos acusados sobre los actos que hemos cometidos y
comenzamos a pagar nuestras deudas por cometer dichos delitos, de uno en uno se dan a
confesar algunos y otros conocindose de lo que son capaces intentan echar la culpa a los
dems evitado as la verdad, con tal de salir bien librado y salvado lo suyo, pero al final todos
son castigados y reciben los frutos de sus obras hechas en un pasado.
Friedrich Hegel, concluye, tras haber refutado el argumento cotratualista de Beccaria negando
que el Estado pueda nacer de un contrato, sostiene que el delincuente no slo ha de ser
castigado con una pena que corresponda al delito que ha cometido, sino que tiene derecho a
ser castigado con la muerte porque slo el castigo lo rescata y slo castigndolo se lo reconoce
como un ser racional.
He llegado a la conclusin que el asesinato serial es ms tpico del primer mundo, de pases
con mayor desarrollo econmico, los asesinos seriales son personas de alto coeficiente
intelectual el cual lo emplean en planear sus estrategias para realizar sus crmenes pero a la
vez tienen una psicosis mental y si nosotros actuamos segn el dicho OJO POR OJO en lo
que acabara ser dejando ciego a todo el mundo, el castigo para el criminal debe ser la
privacin de su libertad y sus derechos civiles, aunque sea un criminal nadie puede quitarle
el derecho de la vida, pero podemos aplicar su exclusin radical de la sociedad, mas no la
supresin de la vida.
Bibliografa
Diez Negritos Agatha Christie.
Dossier de los asesinos seriales Revista Algaraba #88.
No soy un serial killer Dan Wells
El oscuro pasajero - Jeff Lindsay
En busca del asesino serial Revista Replicante