smbolos como expresin del lenguaje que siempre estn permanente en cada uno
de nosotros, y que requiere de una interpretacin renovada de nuestra
racionalidad y emocionalidad como han dicho algunos de los autores de mayor
importancia en los aos recientes.
En el Derecho la Justicia fue durante muchos aos el elemento definitorio de los
cauces de la ley. Presida los actos pblicos; fue la virtud de la vida en comn de
todos los ciudadanos. Las ticas de Aristteles se esforzaron en dar un sentido a la
misma en muchas de sus manifestaciones, y aspirar al encuentro de los adecuados
equilibrios de las normas, que eran fabricadas desde la perspectiva de los hombres.
Pero ese lenguaje se perdi con la publicacin de la obra cumbre de Rawls. La
justicia abandon su pedestal en las normas, para refugiarse en los grandes
enunciados econmicos de la dcada de los setenta en adelante. Un giro fortsimo
hacia los espacios donde ella podra reconstruirse, a partir de elementos mucho
ms complejos y no quedarse nicamente en la norma.
Este giro es de vital importancia en la interpretacin. Ya no es cuestin de analizar
las normas para entender a la justicia, sino que debemos contextualizarla en un
mundo cada vez mucho ms ininteligible en todos los sentidos de la palabra.
Pienso que las normas jurdicas en la actualidad, independientemente de la
interpretacin y argumentacin a la que estn adscritas por mandato de la ley,
requieren de un lenguaje que sea apropiado para la poca y que les permita
recuperar el sentido fino de los equilibrios que no se encuentran en las
prescripciones sino en cada una de las comunidades.
Al final se pueden ensayar muchas definiciones sobre Justicia y Derecho, pero se
debe tener en cuenta que los lenguajes en que se enuncian tales conceptos deben
estar dotados de circunstancialidad de cada miembro social y no perderse en los
laberintos de la memoria individual, que cada da se malgasta en medida de las
tecnologas que hacen que nuestros cuerpos sean meras extensiones de las
mquinas, y no seres autnomos.