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Introducci6n a la ideologia del Barroco en Espajfia La CONTRARREFORMA lugar precedieron casi inmediatamente al primer brote de expresion barro- ca, muchos criticos se empefian en negar que hubiera una relacién entre ambos. Aubrey Bell, por ejemplo, mantiene lo siguiente: PSs DE QUE Bt CONcILIO DE TRENTO y la Contrarreforma a que dio Se ha afirmado en ocasiones que el Barroco es el arte tipico de la Contrarreforma, pero admitiendo que no era fécil explicar por qué no comenzé a florecer hasta medio siglo después del Concilio de Trento, cuando Felipe II ya estaba en la tumba'. A pesar de su brevedad, esta cita fevela parcialmente la concepcién del Barroco de Bell; para él, como para tantos otros que todavia asocian el término principalmente a las artes plasticas, el Barroco es simplemente un estilo, una cris- talizacién y complicacién de técnicas expresivas. Y como tal, sélo puede derivar- se de alguna causa inmediata: la busqueda de la variedad, influencias extranjeras, etcétera. Si estudiamos el problema desde un punto de vista exclusivamente esti- listico, seria ciertamente dificil culpar al Concilio de Trento de los excesos del conceptismo y el culteranismo, por ejemplo. En mi opinién, estos factores son importantes, pero no decisivos. El propésito de este ensayo sera cubrir el hiato de cincuenta afios establecido por Bell y proporcionar una base para recrear estos, dificiles estilos a partir de sus cimientos intelectuales y espirituales en el hombre. Para ser algo més que una etiqueta estilistica, el Barroco debe corresponder con una actitud humana generalizada ante la vida, con un sistema de valores. Sélo en estos elementos se encuentra el impetu inicial y vital de cualquier estilo, por muy artificial y formal que parezca. Por este motivo, pareceria més productivo buscar los inicios humanos de la Ludwig Pfandl, Historia de la literatura nacional espaftla en la Edad de Oro, Barcelona, 193% p19. San Ignacio de Loyola, Exercitia Spiritualia, Paris, 1912, p. 25. 42 STEPHEN GILMAN La concepcién de Suarez. de la posicién del individuo en este nuevo modelo del mundo queda de manifiesto en su firme apoyo a Molina en la controversia de de auniliis, No es necesario explicar aqui los tecnicismos teol6gicos de esta dispute erore jesuitas y dominicos; baste decir que Molina y Suarez favorecian el principio de «pra. cia suficientes. Segiin este principio, a cada persona se le concedia suficiente gracia como para aleanzar la salvacién si con su libre albedrio decidia hacer uso de lly Los dominicos, por otro lado, defendian una tesis cercana a la predestinacion calvin £3 pero, a pesar de su gran influencia, no fueron capaces de suprimir el punto de vista jesuita. El problema de la gracia suficiente en un individuo descarriado queda redu- cido a una simple dualidad entre el bien y el mal, la légica del pecado y la logice de la salvacin. En ocasiones, el individuo podia cambiar su curso de accién tras un poco de introspeccién racional y de esta forma sentir que habia sido salvado*. A Sudres no le preocupaba que un ser humano con toda su complejidad (en lugar del hombre abstracto o categérico de Ia escolastica) sélo podria adaptarse a este esquema de manera forzada. Maestro de su propia certidumbre, fue capaz de ignorar las fuerzas contrarias a la Contrarreforma, que se agrupaban en tomo a las virtudes y potencia, lidades del individuo, tal y como lo habia concebido el Renacimiento. Switer inten. 16 extraer de santo Tomas la verdad lgica y el método bésico necesario para la futura econquista del Catolicismo, Su esfuerzo fue magnifico, pero estaba en la retaguardia, La reconstruccién ideolégica de la Iglesia Catélica tras el Concilio de Trento se manifest con enunciados de verdades absolutas y dogmaticas. Tras definir la autori- dad biblica y eclesidstica, pasé inmediatamente a aplicarlas con légica incontrovert ple. Aunque bajo este sistema el mundo qued6 reducido a un formalismo estéril y el hombre a un residuo abstracto, ambos ganaron al menos la integridad de poseer un significado ultimo. El libre albedrio habja conquistado los riesgos incontrolables de la fortuna y el destino; aquél era un mundo satisfactorio porque ya no era problema co. Para Suarez, Melchor Cano, Molina, Soto, Bafiez y los demas grandes neoescolds. ticos, la seguridad de lo divino habia eliminado al fin la inseguridad de lo humano Como veremos, ls obras de estos hombres forman parte del entorno barroco, pero no son responsables directos de él. El fin que perseguian era cerrar definitiverrente uuna cuestiGn abierta, y no tuvieron efecto inmediato en la literatura y las artes plést!, cas por el escaso interés popular en el tema. En ese sentido, seran més productivos los intentos de la Contrarreforma de persuadir a las masas para admitir esos conceptos, El Indice y la Inquisicién fueron los dos grandes instrumentos negatives eon los que la Contrarreforma se relacionaba con la masa de los fieles. No estaban dieea. dios para predicar ni convencer; servian como método automético de prevencion y castigo para cualquier persona o idea que pudiera interferir con el mantenimiente Como sefiala de Scorraill, la teorfa de Molina no fue una invencién personal, sino una reelabora- cign de un principio aceptado de forma general. San Ignacio y fray Luis de Granada, enwe mn choc otros melonanel libre bed come stone dete ene “Un ejemplo de este proceso hallado en la literatura es el ultimo libro de Guzmén de Alfaraches meats gitcursy otros que nacieron dé, pasé gran rato de la noche, no con pocas ligniman conse Ceeitlé dormido y cuando recordé halleme otto, no,yo, ni-con aquel corazon de asters (Chino Castellanos, Vol. V, p. 153). INTRODUCCION A LA IDEOLOGIA DEL BARROCO EN ESPANA B de las formas dogmaticas o la promulgacién de reformas morales. En el curso de sus actividades surgié el efecto més inmediato y mis facil de reconocer de Ia Contrarreforma: la purificacién. Los inquisidores consideraban la inmoralidad Publica mas peligrosa que la privada, ya que con su ejemplo tendia a romper los Patrones de la existencia catlica. Castro sefiala cémo, por ejemplo, las amantes secretas estaban permitidas, pero nunca una ofensa patente al sacramento del mati. monio. ¥ Malén de Chaide magnifica el pecado de Maria Magdalena, «que de infa- me tuviese ya perdido el nombre... y la fama es para nuestros projimos»’. Era natus ral que la literatura y el arte, ya que estaban a la vista del ptiblico, debieran ser castos y cjemplares. Castro muestra cémo una teoria estética positiva correspondia a esta represion: -La literatura, infiltrada del espiritu de la Contrarreforma, tendré que armonizarse con finalidades éticas y racionales... Hacfa falta una literatura ver- dadera, y al mismo tiempo ejemplar, para la que Aristételes prestaba base soli- da con su Poética..., El retrato de personajes como ejemplos morales, como poseedores de cuali- dades humanas definitivas, es otra muestra de esa buisqueda consciente de valo- res absolutos que, como hemos visto, era esencial para la Contrarreforma. Es importante tener esto en cuenta al estudiar la literatura de todo el Siglo de Oro, incluso puede ayudar a explicar la intencién creativa que produjo personajes como Pedro Crespo o Guzman de Alfarache. Sin embargo, las normas genéricas que podrian haberse desarrollado partiendo de estos criterios de pureza y verdad fueron inundadas por oleadas de imaginacién y conflicto, que aparecieron por primera vez en la literatura religiosa escrita en espafiol. Ahi fue donde se frastea. ron las tentativas hacia un periodo clasico espafiol, y donde se encuentran las fuentes verdaderas del Barroco. Este enorme corpus de literatura no ha sido clasificado adecuadamente. La mayoria de los autores son conocidos vagamente como misticos y, sin embargo, qué intenciones tan distintas las de Guia de pecadores y las de Subida al monte Carmelo, El contraste entre estas dos obras indica que podria intentarse una clasificacion basa. da en el supuesto destinatario de los textos. Es decir, los relatos de las experiencias misticas que no estaban dedicados a circular ampliamente? deberian separarse de las obras de instrucci6n religiosa general. La literatura del segundo grupo, pensada Para imbuir en el lector la ideologia de la Contrarreforma, no tiene nombre acepta- do; para nuestro propésito, he decidido aplicarle el término inexacto de asceticiumo. Cuando més adelante sea necesario comparar ciertas caracteristicas del asceticisma jl telacion de esta concepcién de pecado con las teorias de la época sobre el honor y la impor- tancia de la sociedad es evidente. Hernando de Zérate llega a incluir ef deshonor como uno de levee sos del infierno. $ Castro, El pensamiento de Cervantes, pp. 28-29, 2 El resto de la poblacién quedaba cubierto con los sermones, otra fuente sugestiva de los origenes del Barroco. 44 STEPHEN GILMAN y el misticismo, el dificil problema de la clasificacién deberia quedar aclarado de alguna forma. Por ahora, baste sefialar la existencia de un amplio corpus de literatus Eo Sxettica destinada a proporcionar al publico lector el nuevo Weltanschauuing de a Contrarreforma. El material y los métodos de presentacién debian ser forreca, mente distintos de los usados por los tedlogos autosuficientes. En el transcurso de las discusiones ascéticas aparecen las fuerzas contra las que discuten; se erasan dos actitudes y, en la tensiGn de ese cruce, ofrecen un ejemplo vivo de c6mo surgio el estilo conocido como Barroco (aunque no consideraremos el ascetismo en si nemo como barroco). Es imposible ofrecer aqui un estudio completo de este vasto territorio, pero el siguiente pasaje de Discursos de la paciencia cristiana, de fray Hernando de Zarate, dard una idea adecuada de la abundancia de problemas literarios comtenidos en lag Poco estudiadas obras de los ascéticos espafioles: Para averiguar pues cuan corta es nuestra vida y cudn sin pensar se Pasa, ni son menester libros ni mirar lo que autores dello desto sintieron, ni preguntar en qué pararon los principes y reyes que més larga se la prome. tan y procuraban, ni qué se hicieron los fildsofos, los sabios, los poetas famo- $05. ni qué se hicieron las armas, municiones y letras, ninguna cosa es necess. Bias sino después de haber considerado sélo la mudanza que nuestra propia Suerte ha hecho en tan breve tiempo en nuestras mesmas personas, las cuales van desde el principio comiendo y acabando, remitiendo la virtud y aflojando las fuerzas, sefalando el rostro con canas y rugas, la falta de dientes y de vista... de manera que cuando ya viene por nosotros apenas halla de llevar sino la triste fide. Cada uno cuente en su pensamiento y memoria os que le tocan y los que ha conocido y diré: «Qué se hizo mi padre, mi madre, fulano que gobernabs, creétera?».. Dice Job, que el hombre nacido de mujer vive poco tiempo y éee Meno de miserias, y que huye ligero como una sombra, y nunea, mientras vive, Permanece en un mesmo ser... Ciertamente el hombre que vive es un montén de toda vanidad, y todo se pasa en farsa o figura, y asi, sin propésito se turba. Otros dicen que la vida es humo, otros sombra. Los malos que suclen reirse de esta sentencia por parecerles que tienen experiencia de lo contrario, la vienen a confesar en el infierno; ali la comparan a sombra, que en un instante nace y en Otro muere, y su vida y ser es no ser; compéranla los mesmos a correo, que pasa con gran priesa, y aun a decir las nuevas no quiere parar... Pues la diving Escritura nos pinta como justadores con velocidad con la muerte, que apenas se conoce en la tierra otro mayor; porque aunque un rfo vaya manso al parceer (en que también es semejante a nuestra vida, porque acaece estarle mirando y asoma Por Ia parte alta del rfo un corcho sobre el agua, y camina al parecer tan despa- cio, que no llega hasta nosotros en media hora, ni se desaparece en otra media), pero el agua sin duda va con gran velocidad; lo cual se verifica en una rueda de molino que ella mueve, la cual se pierde casi de vista de pura ligereza; y del otro de grandes fuerzas se dice que las probs en quererla detener, y le revent6 sangre Por los ofdos. Y esta velocidad es claro que viene del agua... que parece venir INTRODUCCION A LA IDEOLOGIA DEL BARROCO EN ESPANA, 45 mansa, pues de donde se continta el agua se contindia la fuerza, con la cual suele un rio Hevarse los arboles y los pefiascos que delante se le ponen, y arruinar casa y barrios enteros de las ciudades, las presas o pesqueras de las arenas, dejando espantados a los que miran desde las riberas; as es la vida del hombre, que mira~ da a lo que parece va de espacio, de manera que se pasan diez, veinte, cuarenta afios sin que en la vida de un mancebo se eche de ver mudanza; pero en realidad va corriendo velocisima como el rio... Pues si comparamos la mesma vida con la eternidad no queda comparaci6n... Bien se entiende la causa porque el hombre, aun puesto a considerar esta verdad, no la entiende o no le mueve, porque el demonio como gran pintor, pinta las cosas que estan cerca que parezcan lejos; y asi, pinta lejos la muerte y la otra vida, aunque realmente estin muy cerca... EI parecido de este pérrafo con muchos pasajes de la literatura espafiola, especialmente con las reflexiones desilusionadas del picaro Guzman de Alfa- rache, es asombroso. Tanto Mateo Aleman como Zérate muestran el mismo con- traste entre la vida y las reflexiones sobre ella de un observador. En lugar de la logica trascendencia de los neoescolésticos o la apasionada huida hacia el sim- bolismo de los misticos (las cuales separan la realidad, como valor, de la expe- riencia), en Zérate observamos la dualidad tragica caracteristica del Barroco. Con esto no me refiero exclusivamente a la presencia dual del cielo y la tierra en el estilo barroco, esa eterna disputa proyectada de nuevo por la Contrarreforma; también existe una dualidad mas reveladora derivada de ésta, la del mundo perci- bido experimentalmente contra el mundo percibido légicamente. La experiencia vital es contraria a la necesidad humana aut6noma; parecer, como diria Cervantes, es opuesto a ser. EL TRASFONDO RENACENTISTA, El uso de la percepcién como guia de la realidad habia sido esencial para el Renacimiento. En ese periodo, el mundo del rfo, manso al parecer, que en su pers- pectiva corria horizontal a los ojos del hombre para ser disfrutado hedonistica © idealmente, desperté su percepcién artistica. Tanto el placer sensual como el amor ideal de la Celestina se corresponden con una aguda percepcién del mundo y de las cosas. Es dificil exagerar la importancia que los 4rboles del entorno tuvie- ron para Garcilaso; su vida poética se originé en la facultad perceptiva, capaz de cortar el mundo a su medida y separarlo de su grave mal. Garcilaso fue de los pri- meros en darse cuenta de la nueva importancia de ver y ofr la suavidad de un arro- yo. Alegar que la suya era una mirada poética, ms que real, no es una objecién valida; la verdadera innovaci6n consiste en el nuevo valor creado por el acto de mirar. Garcilaso y los autores pastoriles, con sus egos todavia tiernos, escogieron Fray Hernando de Zarate, Discursos de la paciencia cristiana, B.A. cursivas son mias). Vol. XVI, pp. 517-519 (las 46 STEPHEN GILMAN clentorno més apacible para su arte; la equivoca irregularidad de cualquier otra circunstancia s6lo hubiera servido para negar la verdad estética & ideoldgica de comaueva percepcin. Aunque esta selecciGn de la realidad pueda ser intepretada Some wns admision de fracaso, la nueva inmanencia que representa el génevo pas- foril, considerar al hombre en perspectiva, fue la caracteristica dittimave del Renacimiento. Puede entenderse a Erasmo, Cervantes y Montaigne on esiec tac, muinos. Los tres destacaban en la mirada inmediata, mas que en el concepto abso- luto, en el problema més que en la soluci6n, y ninguno de ellos juzgé con dureza el género pastoril, con su amor mundano y sus placidos paisajes, En el otro extremo estaba la Contrarreforma, con sus conceptos absolutos, su proero jIégico y su intencién consciente e incluso despiadada de establecer ang finalidad humana en lo infinito y eterno. Quizés la necesidad de imponer esta renterseat ts muchos siglos, la percepcién habfa revelado un mundo nuevo apa. haber mate ajene al hombre y sus preocupaciones. Las nuevas perspectivas podrian haber parecido sombrias por su inhumanidad (no olvidemos neice que invadié @ Don Quijote al contemplar el mar desde la playa de Barcelona) come para desa- nimar el naciente individualismo que las habia descubierto, Aubrey Bell explica esta reaccién de la siguiente maner: Exista el peligro de adoptar una actitud demasiado horizontal y expansiva. Sin un contrapeso trascendental para dar vigor y profundidad a vu vide hon, pre perdia enseguida el entusiasmo, la concentracién y la capacided de elegir. Mabja extendido su personalidad sobre la naturaleza inanimada, y la Naturaleg se habia vengado destruyendo la raices de su vida interior! Paisajes montafiosos y marinos confirma la desilusibn y la destrucci6n interna oe sadas por una naturaleza imparcial. Por otro lado, en lugar de deprimir al individuo con su vasta dimensién, la real dad recién percibida podria parecer una limitacién intolerable. Come dine Zarate: feztode género de trabajo ha crecido en tanta manera que apenas pueden yalos hom- hombre y el mundo insistiendo en la insuficiencia de las cosas en hace el hombre bienaventurado la posesién de los bienes sine cl cumplimiento de Suis deseos>”. Asi pues, tras un pesimismo inicial, la realidad externa ve convirtié, debido a una reaccién secundaria natural, en una atadura para la lbortad espiritual, un velo a la verdad y un obstaculo a la satisfaccidn de los deseos. Yde ese’, senti- ‘mentos surgié la tristeza y la desesperacién que se observarian en tantas ocasiwes 1 Belk . La eternidad absolute no wc defiende simplemente por su Propia perfecci6n ejemplar, sino para atacar lo relativo; lo infinito se aplica con tinuamente a lo finito para que este ultinng sufra en la comparacién. Pero el pro- "José Ortega y Gasset, Meditaciones del Quijote, Buenos Aires, 194, ps (as cursivas son miss, INTRODUCCION A LA IDEOLOGIA DEL BARROCO EN ESPANA su ¥ la eternidad, como conceptos l6gicos, se convierten en instrumentos para desilu- sionar al lector sobre la vida. La distorsion resultante, naturalmente, tiene lugar en el mundo perceptivo, acotado por el horizonte, en la relatividad dane tiem- Pe 25.0 espacio. Cuando se compara con Io absoluto, el tiempo sufre una accel, lector, frente a la afirmacién de una verdad absoluta, debe comprender la incer- tidumbre de las revelaciones de sus sentidos. La aparieneia degenera hasta con vertirse en aparicién. Volviendo a Zérate, nos damos cuenta de su uso continuo de metaforas como «humo», «sombra», «farsa» y «figura» para subrayar la naturales insustancial de Is existencia. Extraer conociiiento de la experiencia se considers urn caracteristi- cade «los malos», que antes o después se ven forzados a atacar eate mance desde el punto de vista de lo absoluto, un absoluto en forma de ls evernidiad hel infierno. En cuanto al tiempo, construye su propio dinamismo estilistico on fees, como «en tun instante nace y en otro muere>. El ejemplo perfecto de la distorsién, sin embar- ao ears gn Conexin con el paisa plicido del rio que corre «manso al parecer, con reminiscencias de Garcilaso. Al aplicar la Iogica y la resultante acclenecren leh tiempo, la corriente se convierte en un torrente incontenible que arrasa todo a su Paso. Por diltimo, sefiala Zarate, el demonio es el responsable de este perspectiva engaiiosa y, por tanto, del mundo inmanente de cada hombre Asi Zarate parece tener pl de los significados opuestos del Renacimiento y Contrarreforma; su contraposicién de as don actitudes parece haber sido elaborada con todo cuidado. Cada aspecto de su estilo resets alguna fase de esta dualidad principal, una dualidad consciente encaminada e dejar a los lecto- sean attdos», como dice él mismo. Es tipica su técnica de contraponer pares de adjetivos y nombres: experiencia y confesar, ser y no ser, veloudey y despacio, Parecery realidad, manso y fuerza, etcétera. E] mundo, en la medids en que es un término de una dualidad omnipresente, sigue existiendo para el ascético, aunque $22 distorsionado y devaluado por la inoculacién Iégica con una dosie de infinidad. Estos doctores del alma no podian permitirse ignorar la enfermede 1 que estaban trxtando; conocian a fondo sus puntos fuertes y sus debilidades. Pero'no podian saber que su efectivo tratamiento podria provocar complicaciones cy 4 sistema spiritual, més sutiles y mas genuinas que la cura propuesta por ellos, pita que no parezca que basamos todas nuestras conclusiones en un solo parra- fo de Zérate, pasemos a ilustrar y aclarar cl estilo y la técnicn secctnne con ejem- "Fray Luis de Granada, Guta de pecadores, B.A.E., Vol. Vip. 40 52 STEPHEN GILMAN whee Oneluyendo el argumento con la acostumbrada expansidn del tema del ubi sunt: «¢D6nde esta el Ppoderoso Alejandre?», etcétera. La pérdida de valor de {a inmanencia y la invocaci6n a una eternidad trascendeate fons parte de un Unico pensamiento. Pero el gentil autor de Del simbolo de Ja fe, no sentia un odio sseético total hacia el mundo inmanente; su ataque no era tan completaneane nega- tivo como el de Nieremberg cuando dijo: «...no sélo es el mundo una nonada vacia sino llena de ponzofas. En este «sino» se encuentra toda la difvenn, entre el eetismo medieval y el de la Contrarreforma. En el pasado habia side denen. do a menudo como evanidad», pero metéforas tales como sewn ae serpientes donde todo pasa enrevesado> indican un nuevo odio, una negocio de lex valores. Tras el Renacimiento, el mundo pasé a ser un enemigo mache wie, formidable que antes, ¥ el objetivo de una campaia mucho mas amarga ePor qué andas mendigando y buscando a pedazos lo que hallaris recogido y aventajado en este todo?... ¢Si es dulce el conocimiento de las crlaturan endo, més el del mismo creador? Si te deleita la hermosura, él es de cuya hermosura el 5012 lt luna se maravllan, él es el primer origen y solar de tode nablon deleitan las amistades y buena compaiia, ali estd la de todos los escogidos.... De nuevo nos hallamos frente a la polémica de la Contrarreforma; es el argu- Jecton, Paay oo lanza desde la pagina en direccién a «td, miserable pecadore lector. Para convencer al intelecto del lector, el cielo y la tiene ce consideran pla- jos distintos, que de esta manera se prestan a la discusign: si algo ee vac log aqui, imaginate lo que légicamente debe seguir alli. El conocimiento de la realidad y su interpretacién son dos procesos separados en lugar de formar une unidad core las dec en los pensadores del Renacimiento, Hay un movimiento contin Eire las dos caras de esta dualidad. El plano mundano, como en len cuadros de |a época, existe en la presencia de un plano diving inmediato, pero completa- mente distinto. He Dies. y por lo temporal les hace perder Ie que meena (el beato Juan de Avila, Epistolario, B.AE., Vol. XII, p. 444). és 2 Gin Eusebio Nieremberg, Zpistolari, Madrid, 11s, pp. 28-29. * Granada, op. cit, p. 1m INTRODUCCION A LA IDEOLOGIA DEL BARROCO EN ESPANA 53 «EL CA[DO EN LA CUENTA» Ya hemos visto algunas distorsiones que resultan al aplicar lo infinito y la eter- nidad sobre la existencia estilfetica del tiempo, el espacio y la sustancia; hemos vises fomo ¢ dealismo se presentaba unido a una percepcién exagerada de los tres, » hemos observado cémo el aumento de esa percepcién provenia del sentimiento de sentitse limitado:en uno mismo, con el odio y la frastracién eonsecuentes, Pesce se cxaminar el efecto de este proceso sobre el lector para el que estaba disetiade Para empezar, debemos darnos cuenta de que los ascéticos tuvieron éxito en sus Propios términos. Fueron capaces de consolidar el terreno ganado contra ea von cepein mas amplia del pecado, los valores auto-justificativos del mundo inma, nantes las cosas que san Ignacio habia llamado «divinidades de la pasion» que ultrajaban la unidad de Dios. Naturalmente, la propaganda ascética no podia con- seguir lo imposible y convertir Espaiia en un monasterio, como tampoco podia ef inar ek:mundo de wu estilo, La vida de los sensidss continud, pero mig como an Grenes! deleitable» (una expresién no de Calder6n o Tirso, sino de fray Lute de Granada) que como un fin o un valor en si misma. La intencién fundamersal ne ers reformar, sino abrir los ojos al lector; podia pecar, pero no debia enconnas ningtin significado en las acciones no convencionales. Aunque segufan viviendo ce ol mundo, un mundo percibido, sus ideas debian adaptarse a una eternidad concebids, como se habfan adaptado a las instituciones en las que se debia creer: la monarquig y la Iglesia. En palabras de Malén de Chaide, el hombre ideal de la época era el acdde en la cuenta», el hombre que habfa obtenido «la victoria de s{ mismo», Esta forncle ts bien distinta de la del honnéte homme para quien, a fin de que su relacion con a mundo inmanente fuera significativa, ésta debia estar regulada mas que prohibida, El efecto principal de este uso del contraste no fue enteramente inveleetwal los fscéticos se dieron cuenta de que necesitaban algo més que argumentos raciona. les para lograr sus propdsitos. La cuestin no era cambiar las ideas del lector ofc Sus valores. Antes de poder convencerlo, habia que captar y mantener su neon. ci6n; habfa que conmocionarle para que abriera los ojos. Se llamaba la atencién no para erear deseos, sino para despojarlos de importancia, y cualquier cosa que sor, Prendiera, pasmara o atrajera al candidato a converso estaba justificada, A veces, en Las tes fuentes tradicionales de pecado, como las presenté santo Tomés de Aquino eran «demo- Malan aap earner, Esta clasficacion la mantiene san Juan de la Cruz, pero entre lor ceecon ny Malsn de Chaide, Venegas, Zarate, Nieremberg,etcétera, el mundo combene « renee uae importancia Catolico gud eumortalidad actual, o el demonio y la carne, eran menos peligrosos para el sede de ela gitGlice que la confianza en uno mismo o la creencia en la vida. Existia una tendencies hacia erence fu 26 favana en la pornografia, con el objetivo, entre otras cosas, de eliminar el signtfnt, spiritual de la concepcisn neoplaonica del amor horse Lon cans sentian que ese amor, como el iluminismo panslgso el Protestantismo, eran una auténtica amenaza ala unidad de la Iglesia (ewe Were piceek al Kunst der Gegen-reformation, para un estudio del sexo como tema bartowe), Eraare ec, Jidonal da ineaida, Cervantes, eran tan culpables como los neoplatdnicos por mantener que oe een Fre Gaus ls experiencia podria devolver el mundo ala posesidn humana, podria imeprarhe cen ee bre, Cualquier solucin puramente humana, la unin en el amor o ln eoveieion et experien- oh ors considerada como un signo de corrupcién mundana. El amor del mundo era slo ota here ic amor propio, y por lo tanto cauisa de pecado, 54 STEPHEN GILMAN lugar de utilizar el temido contraste, se empleaba un solo efecto de horror, fealdad, seiegCome 12 aparicién constante del tema de queda de manifiesto en el Guzmén de Alfarache, cuando Mateo Alemén, intentando escribir una novela ascética més que un tratado ascético, permite que el entretenimiento se escape entre las redes de la instruccién. La soledad del héroe que vaga por un mundo de enga- ios exige un estilo diferente para su descripcién que para su interpretaci6n ascé. tica, y aparecen conceptos que anticipan a Quevedo. ¢Cémo ocurrié esto? La explicacin requiere volver a afirmar el punto fundamental de este ensayo: la separacién entre el ser y el parecer estaba intimamente asociada a la separacién entre el mundo y el individuo, Una vez que el individuo se habia desilusionado y se habfa dado cuenta de que el mundo no le ofrecia una realidad segura, s6lo podia percibir apariencias, figuras. Estas formas ilusorias y efimeras sdlo podi- an ofrecerle la seguridad de una cosa: su parecido con otras de su misma clase. Las cosas eran reales en la medida en que pertenecian a una categoria escolasti- ca absoluta. Las impresiones de individualidad, las realizaciones intuitivas de la esencia, ya no tenfan ningtin sentido; sélo el entendimiento era capaz. de organi- zar el caos de las impresiones, y lo hacia estableciendo divisiones intelectuales ‘con nombres genéricos, con palabras. Quevedo no describe a Cabra como indi viduo, sino como el prototipo de maestro. Para el artista, como individuo aisla- do, estas figuras y palabras aparecen como unidades independientes; el artista 64 STEPHEN GILMAN forma y palabra, metéfora comuni: paridad basada en Vamos a ilustrar estas afirmaciones, sin jntentar demostrarlas, con un tinico Giemplo de Quevedo. En el Buscomderciee la barba de Cabra como «descolorias de miedo dela boca vecina». La barbs ¥ la boca se convierten en dos eategorias dg tintas enfrentadas que no tienen mac fundamento que su proximidad EI plano logico de la cai nas. El concep- el universo, que vuel- INTRODUCCION A LA IDEOLOGIA DEL BARROCO EN ESPANA 6 que constitufan su herencia— para poder aliviar su angustia negando mediante la expresion y la negativa humoristica”, El dilema era barroco, pero no fue fruto de la invencién de una sola generacién; su periodo de gestacin se desarroll6 durante décadas de guerra ideoldgica. de Ia oposicin a la Iogica de forma las extensiones eruditas y sensuales de las $2535 El culterano evita la presion de a infnitud de la polemics apremrindose oh coe penta, Seca un infinitoexilistico personal. Es un tipo de mistclimo externo sine exinulo delerer nan ssado. El punto esencial para nosotros esté indicado aqui. Tanto el conceptnts come el coker oe separan de un estado de adoctrinamiento ascéico(sorprende la abundance de soninccnar eee, iss Soledades) pero resceionan de dstinto modo. El concepusta ntacs: el cultenna hone Laden, Sia movimiento no era hci nto y conta cl, sin eno fo conan, deforma gus ow cule sanos despreciaban las palabras y los objetos ordinarios. Reaccionaban contest excrete eo Pectordad, mas gos Con reenter ence gpa cons lene dos extilos ‘Ssaviera basada en un parecido fundamental no amortigua la intensidad dela neha cevre soos Senos

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