Fuente: http://comunidad.vlex.com/aulavirtual/vado.html
E-mail: lvado@contemporanea.edu.mx
"Al
finalizar
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discusion
es nos
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estudios y
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ciencia
tanto en
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hicimos
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siguientes
preguntas
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¿Nuestra
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construcci
ones
teóricas
son
verdadera
mente
útiles a la
justicia?...
Piero
Calamand
rei
I.- Introducción
Este recargo excesivo en el Poder Judicial local genera presiones diversas. Por un
lado cada vez se requiere un mayor presupuesto; por otro, al no poder aumentarse
el número de funcionarios judiciales al mismo ritmo que el incremento de la
litigiosidad, los jueces y el personal existente tiene cada vez menos tiempo para
dedicar a cada petición de las partes.
Aun cuando en nuestro sistema jurídico el acceso a los tribunales es gratuito, esta
declaración constitucional no basta para permitir a un gran número de personas
llevar sus pleitos ante un juzgador.
El libre acceso a la justicia encuentra barreras de muy diversa índole. En primer
lugar, el costo de la asistencia letrada; en segundo, los costos mismos del proceso
(copias, peritos, etc.), y algunas situaciones diversas que hacen más complicado
el acceso a los tribunales, como la lejanía geográfica y la falta de recursos para
transportarse constantemente del domicilio al juzgado (pensemos, por ejemplo, en
un habitante de la comunidad de Ahuacatlan, en el Municipio de Pinal de Amoles,
Querétaro; que tiene que ventilar un asunto en el juzgado de primera instancia del
partido, en Jalpan).
Cuando ambos litigantes son personas de escasos recursos, sin duda alguna la
mediación y la conciliación resultan procedimientos idóneos, dado que permiten a
las partes, en poco tiempo, sin requerir de abogados ni pagar los gastos de un
proceso, resolver su controversia de forma acordada y pacífica.
El problema del acceso a la justicia es uno de los temas que han tomado mayor
relieve en el estudio del Derecho Procesal. Grandes juristas como Mauro Capelleti
y Piero Calamandrei se han ocupado de ello.
Siendo imposible que se instauren centros de medios alternativos en todas las
zonas o colonias con alta marginación, la existencia de dichos centros en, al
menos, las cabeceras de los distritos judiciales, permitiría acercar la justicia a los
grupos débiles, ya que, como se ha dicho, el costo y el tiempo que invertirían en
resolver sus conflictos sería menor.
Además, utilizando a los centros de mediación como centros de capacitación,
puede aprovecharse la estructura del gobierno municipal, pues los delegados,
subdelegados y otros funcionarios pueden constituirse en mediadores para
atender los problemas de su comunidad.
Aún en el caso de que haya desnivel económico, social o cultural entre las partes,
la mediación y la conciliación resultan aconsejables, pues el mediador o
conciliador no pueden ser meros espectadores de un torneo desigual, sino que
deben utilizar diversas herramientas para equilibrar las posiciones. Por ello es tan
importante su capacitación, ya que no basta con improvisar abogados o
psicólogos sin una preparación previa en las técnicas de mediación y conciliación.
V.- El Poder Judicial y los medios alternativos. Un cambio en la visión
tradicional
La función del Poder Judicial ha sido concebida, tradicionalmente, como el mero
ejercicio de la jurisdicción, el tradicional "juzgar y ejecutar lo juzgado". Así visto,
¿es válido que el Poder Judicial opere medios alternativos?.
De primera vista podemos excluir al arbitraje, ya que al ser realizado por un
funcionario del Poder Judicial se convertiría prácticamente en ejercicio de la
jurisdicción. Esto no sucedería en el caso de la mediación y la conciliación, por
que el tercero que interviene en ellas no decide.
¿Implica esto un cambio en la visión tradicional del Poder Judicial?, hay quién así
puede considerarlo, y por lo mismo, estimar que no sea el cuerpo judicial el
encargado natural de operar los medios alternativos. Sin embargo, consideramos
que no es así, dado que los primeros beneficiados con un sistema óptimo de
mediación y conciliación son los juzgados, al ver reducida su carga de trabajo.
A menor carga de trabajo, por lógica, mejor administración del tiempo, que se
refleja en una mayor calidad de la actividad jurisdiccional, además, esto se
manifiesta en una mejor optimización de los recursos económicos y materiales.
Ciertamente la operación de medios alternativos por parte de los poderes
judiciales puede verse inscrita en un sistema donde participe, primordialmte, la
sociedad organizada y los gobiernos municipales, pero es la judicatura la primera
interesada en canalizar de forma eficaz y efectiva la resolución de los litigios, labor
que le corresponde directamente. Además, respecto de los centros operadores de
medios alternativos, ya sean municipales, sociales o privados, puede fungir como
coordinador de esfuerzos, sobre todo en cuanto a capacitación.
Debemos recordar que las funciones de los organismos públicos no son meras
especulaciones teóricas. Su estructura, funcionamiento y desarrollo son marcados
por las necesidades sociales, pues todo el aparato estatal nace para servir al ser
humano, ente cambiante que modifica su entorno y exige soluciones efectivas a
sus problemas. Aquí podemos plasmar las palabras del procesalista peruano
Carlos Parodi Remón: "nos convencemos que la administración de justicia,
incluyendo todos sus pasos y etapas, debe funcionar con miras al usuario y no al
funcionario..."
Además, los medios alternativos, al buscar como resultado una autocomposición,
no se encuentran dentro de la prohibición a la autodefensa que contiene el artículo
17 de la Carta Federal.
Es evidente que los medios alternativos no buscan sustituir a la jurisdicción, como
ya ha aclarado el distinguido jurista Enrique Véscovi, sino permitir a los
ciudadanos contar con una forma distinta, que se acomoda mejor a cierto tipo de
litigios y que, además, permite un respiro al Poder Judicial respecto el aumento
incesante de la carga de trabajo. Además, se trata de atacar el problema de fondo,
dado que la mediación y la conciliación cumplen la importante función de enseñar
a los ciudadanos las bondades de la convivencia social y del diálogo como
efectivo resolutor de problemas. Empíricamente podemos suponer que un
ciudadano que resolvió un problema en poco tiempo y con un gasto pequeño
mediante el uso de un medio alternativo, no sólo lo va a recomendar con sus
allegados, sino que, en caso de tener un nuevo litigio, sabrá que no es el proceso
el único modo de resolverlo.
Recordemos simplemente el movimiento realizado en los últimos años en México,
mediante el cual se ha aceptado que los poderes judiciales se encarguen de
resolver pleitos electorales, tema otrora tabú, lo que demuestra que las
concepciones sobre la función del Poder Judicial no son estáticas.
VI.- Conclusiones
Luis Octavio Vado Grajales. Todos los derechos reservados. Se permite su uso con
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