Los autores, hidrólogos, ecólogos e ingenieros, son científicos de prestigio internacional, entre los
que figuran varios miembros de la Academia Nacional de las Ciencias de Estados Unidos (National
Academy of Sciences). Sostienen que EE UU debería adoptar un papel de liderazgo global al
respecto, ya que se prevé que durante la próxima década se incremente en gran medida el número
de explotaciones mineras a cielo abierto en muchos países en vías de desarrollo.
"Las pruebas científicas son contundentes e irrefutables", anuncia la coordinadora del llamamiento,
Margaret Palmer, investigadora en el Center for Environmental Science y en el Collage Park de la
Universidad de Maryland (EE UU). "Sus efectos son omnipresentes y muy duraderos, además no
hay prueba alguna de que las prácticas destinadas a paliarlos puedan tener éxito a la hora de
revertir los daños causados", incide la experta.
En las explotaciones mineras situadas en áreas cercanas a cumbres montañosas se talan los
bosques de altura y se elimina la cubierta fértil del suelo, además de emplear explosivos para hacer
añicos las rocas, con el fin de alcanzar el carbón situado bajo ellas. Gran parte de esas rocas se
transportan a los valles adyacentes, donde sepultan y borran los cursos de agua.
En el informe científico, los autores señalan la grave degradación ambiental que está ocurriendo en
los emplazamientos de las explotaciones y en las tierras situadas aguas abajo. “Este tipo de
prácticas destruye grandes extensiones de bosques de hoja caduca y sepulta corrientes de agua de
pequeño tamaño, elementos que desempeñan papeles esenciales en la salud de todo el sistema de
cabeceras de cuencas. Los agentes contaminantes, arrastrados por el agua, entran en las
corrientes situadas bajo los rellenos y pueden viajar distancias enormes hasta llegar a grandes
masas de agua”, explican.
Emily Bernhardt, coautora del llamamiento y científica en la Universidad de Duke (EE UU), lo explica
así: "Los agentes químicos procedentes de los rellenos de la minería que se vierten a las corrientes
contienen una gran diversidad de iones y restos de metales que son tóxicos o dañinos para muchos
organismos, lo que aclara por qué se reduce la biodiversidad por debajo de los rellenos hechos en
los valles".
Contaminación y cáncer
Los autores proporcionan pruebas de que las actividades emprendidas por la industria extractiva
para paliar los daños y recuperar las áreas afectadas no han impedido que los agentes
contaminantes viajen aguas abajo.
También describen los efectos sobre la salud de las poblaciones humanas locales relacionados con
la extracción de carbón a cielo abierto en la región de los Apalaches, entre los que figuran elevadas
tasas de mortalidad y el número de cánceres de pulmón y enfermedades crónicas cardiovasculares,
pulmonares y renales entre las comunidades dedicadas a la minería del carbón.
"Durante los últimos 30 años, ha crecido en todo el mundo el número de explotaciones mineras a
cielo abierto y a día de hoy es el principal motor que impulsa el cambio en el uso de la tierra en la
región central de los Apalaches", expone Keith Eshleman, también del Center for Environmental
Science de la Universidad de Maryland.
"Ahora sabemos que la minería a cielo abierto tiene consecuencias fuera de lo común tanto para los
ecosistemas terrestres como para los acuáticos. A pesar de los recientes intentos por mejorar las
prácticas de recuperación, la enormidad de la escala de la minería en las cumbres montañosas
hace que no sea realista pensar que sea posible restaurar las áreas verdaderamente o mitigar los
daños con las técnicas disponibles hoy", apunta el científico.
Los expertos sostienen que los legisladores no deberían seguir haciendo caso omiso a los estudios
científicos hechos con rigor. “Se siguen concediendo permisos de explotación a pesar de la
magnitud de las pruebas científicas, que demuestran que los impactos están por todas partes y son
irreversibles, mientras las prácticas para mitigar los daños no pueden compensar las pérdidas. Si
tomamos en consideración los efectos sobre el medio de las explotaciones MTM/VF, en
combinación con las pruebas que constatan que las actividades extractivas podrían poner en
entredicho la salud de los habitantes de las zonas cercanas a explotaciones extractivas a cielo
abierto en la región central de los Apalaches, concluimos que no se deberían conceder permisos
para explotaciones MTM/VF, salvo que los métodos nuevos sean objeto de una evaluación y
revisión por parte de otros expertos que demuestre que pueden remediar los problemas originados
por este tipo de prácticas”, afirman en el artículo.
“Hoy más que nunca, es necesario tener una perspectiva propia del siglo XXI para satisfacer las
necesidades energéticas de la nación”, explica Palmer. “No podemos seguir poniendo en riesgo la
salud de las personas y del medio ambiente en nuestra búsqueda interminable en pos de una
energía barata.
Tenemos que ir más allá de rellenar valles con los escombros procedentes de desmoronar las
cumbres de las montañas y superar prácticas como almacenar las cenizas volátiles en balsas de
contención, para encaminarnos hacia procesos de producción de energía cuyos pilares se asienten
sobre cimientos científicos rigurosos, sobre la seguridad para el medio ambiente y que sean
razonables económicamente”, concluye el equipo.
Fuente: SINC
http://www.plataformasinc.es/index.php/esl/Noticias/Cientificos-
estadounidenses-piden-una-moratoria-contra-los-permisos-de-
explotacion-minera-en-las-montanas