Mucho se ha hablado de los vínculos históricos entre Cuba y Key West, remontarnos a
las raíces de estas relaciones y a los orígenes de la presencia cubana en el Cayo nos
permite comprender las particularidades existentes en los contactos insulares entre una
Isla grande y un islote pequeño.
Antes de la llegada de los exploradores españoles, se dice que el Cayo había sido
poblado por los indios calusas, pero en realidad esto no se ha confirmado, dado que
estos islotes carecían de agua potable, aspecto que determina que no tuviera una
población nativa que como tal estuviera asentada, aunque era visitada en ocasiones por
pobladores cercanos que en búsqueda de alimentos se acercaban a sus costas y
territorios donde era posible encontrar abundantes peces, moluscos y quelonios.
La historia cuenta que los españoles le llamaron Cayo Hueso, debido a que cuando la
exploraban se encontraron grandes cantidades de huesos humanos diseminados en las
arenas, pero esto podría ser parte de la leyenda que rodea a este cayo, que cuenta que
estos huesos pertenecían a indígenas que perseguidos por adversarios en su trayecto
hacia el sur y al abandonar la península, encontraron su muerte en los islotes de la
cayería.
3
Para la mitad de la década de 1760 es que se puede conocer que varias familias
españolas junto a familias indígenas comenzaron a vivir en el Cayo, pero en 1763
cuando el control de la Florida por los ingleses, gran parte de estas familias se
trasladaron a residir en Cuba, aunque posteriormente finalizada la ocupación volvieron
hacia la zona. Ya para entonces es que era conocida por los españoles como Cayo
Hueso.
En 1821, la corona española traspasó la propiedad del Cayo a Juan Pablo Salas,
quien a su vez la vendió por $2 000 a un negociante norteamericano nombrado John
W. Simonthon, en una transacción ocurrida en La Habana, comenzando así la historia
del Cayo como reducto norteamericano. La ciudad de Cayo Hueso como tal, fue
fundada en 1822 y se le conoció entonces también como Key West (Llave del Oeste.
En 1848 se erigió el Fuerte Taylor, fortaleza levantada para la defensa del puerto del
cayo.1 Por mucho tiempo el Fuerte Taylor tuvo la finalidad de limpiar la zona de
piratas y contrabandistas que constantemente inundaban la zona y hacian difícil el
normal intercambio comercial, al hacer peligroso los contactos entre pobladores de la
Isla grande y las cayerías vecinas.
Ha sido reconocido que tal importancia naval fue la que atrajo mayor población, junto
al desarrollo de las diversas pescas, de esponjas, peces, quelonios, mariscos, así como
también debido a los productivos salvamentos de naufragios. Es por ello que se
priorizó el establecimiento de puestos y luego se determinó la construcción de
fortificaciones por el litoral Sur. De ahí que se reconozca a Cayo Hueso como centro
estratégico para la vigilancia de la navegación que por la zona cursaba. 2
En el estudio que se hizo de los terrenos, los oficiales de marina y militares, siempre
destacaron las ventajas que representaba el Cayo como tal. Por lo que a pesar de
1
Florida Cuban Heritage Trail. Florida Department of State. A Florida Heritage Publication 1995
2
Castellanos, Gerardo. Motivos de Cayo Hueso. Contribución a la historia de la emigración cubana en
Estados Unidos. Publicado Dic/1935
4
contar con una población reducida, las fuerzas militares organizaron la estación naval
y crearon una guarnición militar mucho antes de que se conformara una real estructura
civil. Fueron las visitas de marinos, el anuncio del estudio de los terrenos y el
constante trasiego de personas, lo que atrajo la codicia de otras personas, los que
comenzaron a llegar motivados no ya por la posición naval como tal, sino por las
múltiples ventajas a explorar, tales como la pesca de peces, quelonios, esponjas, la
fabricación de sal y el fomento de una escuadrilla para salvamento de naufragios. Así
transcurrió la actividad del Cayo en las primeras décadas del siglo XIX.
Por el año 1828, la población del Cayo no excedía a los 600 vecinos de ellos no
llegaban a 400 blancos, aunque la mayoría procedian de distintos lugares, algunos de
Bahamas, y otros muchos floridanos de ascendencia española.
Uno de los primeros contactos de los cubanos con el Cayo fue en la década del 50,
cuando Narciso López tiene que refugiarse junto con su expedición anexionista en
Cayo Hueso y recibió el apoyo de los pobladores, pero ya antes por los años de 1840
era reconocida la presencia cubana. Para 1860 esta presencia se hizo en extremo
significativa. El auge de los cubanos en Cayo Hueso comenzó con la llegada de los
tabaqueros cubanos, en especial en 1869, debido al traslado de fuerza de trabajo,
técnica y capital. La situación político económica existente en Cuba en esos años y
en especial el inicio de la guerra de los Diez Años, conllevó a que algunos miles de
cubanos emigraran hacia Estados Unidos, algunos de los cuales se asentaron en Cayo
Hueso, dentro de los que se destacaba una fuerte representación de trabajadores.
Generalmente los emigrados cubanos que llegaban a Cayo Hueso eran personas
pobres y muy modestas, y como decíamos regularmente eran obreros, algunos de los
cuales eran además refugiados por problemas con las autoridades españolas en relación
con la situación política del momento. Cayo Hueso no tenía vida para mucha
población, ya que como se mencionaba anteriormente, sus naturales industrias
estuvieron relacionadas hasta entonces con la pesca de peces, quelonios y esponjas, las
5
Para 1868 se plantea que había en el Cayo cerca de 3000 trabajadores vinculados a la
industria tabaquera, diez años después la cifra llegó a elevarse a 18 000, donde la
mayoría eran cubanos. Varios capitalistas tabacaleros encabezados por Vicente
Martínez Ibor comenzaron a fundar fábricas de tabaco. Martínez Ibor comenzó a
elaborar los habanos en Key West de su importante marca “Príncipe de Gales”. A él le
siguieron otros fabricantes, casi todos de origen español. Hidalgo Gato, Teodoro Pérez,
Villamil, Benito Alonso, Cayetano Soria, Aurelio Castillo, la de Ellinger, Folk and
Mayer, O Hallorans y Polansky entre otras, sin excluir a La Rosa Española, que a
pesar del anticubanismo de sus dueños, tenía entre sus obreros a un gran número de
patriotas cubanos.
3
Poyo, Gerald E. “Con todos y para el bien de todos”. Editorial Ciencias Sociales, La Habana 1998.
Pag 86-88.
6
norteamericano alcanzó la cifra de 100 millones, los que eran producidos en unas 130
tabaquerías. Posteriormente a esa fecha la producción comenzó a descender, de Cayo
Hueso partieron dueños de tabaquerías y obreros hacia Tampa, donde también fue
destacada la población emigrada cubana que se asentó en esa ciudad, los que
mantuvieron características similares a la existente en el Cayo
Pero ese cubano que estaba lejos seguía manteniendo su forma de vida, vivían en
hogares típicos, las costumbres eran las mismas, muchas calles, parques y edificios de
la ciudad comenzaron a nombrarse con nombres propios cubanos, la presencia del
cubano se observaba a todo alrededor. El idioma español desplazó al inglés. Los
colegios cubanos fundados enseñaban el español. Para pasear, para comprar, para
hacer gestiones en las diferentes oficinas públicas, bastaba con el español. Y se pudo
constatar que los propios nativos también aprendieron nuestro idioma. En las tiendas
se preocupaban de vender lo que les gustaban a los cubanos. E incluso en los días de
7
fiesta, por cada cien banderas cubanas que flotaban sólo se observaba una
norteamericana. La inserción de los cubanos en el Cayo fue total, pero a la vez, lo
cubano se impuso en toda la vida de Cayo Hueso.
Un aspecto importante a destacar entre los pobladores cubanos de Cayo Hueso, era su
identificación con la causa de la independencia cubana, importantes Clubes
Revolucionarios se constituyeron en Cayo Hueso, de ahí provenía una considerable
fuente de recursos económicos para apoyar el desarrollo de la guerra contra España,
los que aportaban un porcentaje de sus modestos ingresos. Generalmente los
miembros de estos Clubes eran los obreros tabaqueros, pero también había capataces,
escogedores y hasta dueños de fábricas. Muchos de estos Clubes se presentaban como
asociaciones culturales, pero el matiz política prevalecía entre sus miembros.
Según se afirma en el libro “Motivos del Cayo”, escrito por Gerardo Castellanos, el
primer Club patriótico cubano, se denominó “Asociación Patriótica de Cayo Hueso” y
fue fundado en 1869 por José Dolores Poyo, quien en ese entonces era lector de la
fábrica de tabacos propiedad de Martínez Ibor. Se conformó con obreros de esa
fábrica y los fines del Club eran esencialmente revolucionarios. Su Junta directiva
estuvo integrada por José D. Poyo, como Presidente; Juan María Reyes, como
Secretario y Antonio Madruga, era el Tesorero.
Otro importante club que vio la luz el 17 de noviembre de 1871 resultó la Asociación
Patriótica del Sur, que surgió (a instancias de la Agencia Central de la República de
Cuba, de Nueva York) por la necesidad de unir a todos los cubanos residentes en
Estados Unidos y tratar de coordinar un plan común que ayudara a la independencia.
La proliferación de clubes en Cayo Hueso en los últimos 30 años del Siglo XIX fue
considerable. El periódico Patria, del 17 de agosto de 1895, afirma que en ese año
existían 72 asociaciones reconocidas oficialmente en Key West, que contaron en sus
filas con la casi totalidad de la población cubana que allí residía, se calculaba que por
el año de 1896, esta alcanzó la cifra de aproximadamente a doce mil cubanos
El propio Instituto San Carlos o la “Casa Cuba, como también fue conocida, sufrió
cambios significativos a lo largo de los años, tanto en el siglo XIX como en el propio
XX. La primera sede del Instituto se asentó en una pequeña casa de madera, después
se trasladó para otra instalación en 1874, pero la misma fue destruida en el gran fuego
ocurrido en Key West en 1886. Posteriormente fue reconstruida y de nuevo en 1919
fue demolida después del huracán que azotó las costas ese año. Su construcción actual
data de 1924, en 1920, la República de Cuba hizo una donación de 120 mil dólares
para su reconstrucción y se elaboró un documento donde se le daba la propiedad del
4
López Blanch Hedelberto. Testimonio. Patriotas del Cayo, Artículo Revista Bohemia Año 89 No. 13,
20-6-97, pag 12-15.
9
Instituto a la República de Cuba, queda claro que en las instalaciones del Club
funcionaría una oficina del Cónsul cubano.5
5
López Blanch Hedelberto, idem 4...
6
Casasus, Juan José: “La emigración cubana y la independencia de la Patria”. Editorial LEX, La
Habana. 1953. Pag. 355
10
Precisamente dado el vínculo permanente que existía entre los cubanos del Cayo y los
que vivían y luchaban en la Isla, cuando los norteamericanos se vieron precisados
declarar la Independencia de Cuba, muchos cubanos regresaron al país de manera
rápida.
Si se pudo constatar por esos años, que cubanos que anteriormente se desempeñaban
como trabajadores del tabaco, empezaron a dedicarse al comercio, al detalle o
ambulante, en un mercado en gran parte asimilado por hebreos que “giran unidos en
torno a su sinagoga”, con gran proporción de negros respecto a los cuales el blanco
permanecía invariable en su “alejamiento y desprecio”. 7
En 1929 se establece el servicio aéreo entre Key West y La Habana, aspecto este que
continuó marcando los vínculos existentes
A pesar de los beneficios aportados por el FERA, en los años subsiguientes no hubo
cambio significativo en cuanto a la población, pues para 1968 se reportaron solo
7
Castellanos Gerardo, Motivos de Cayo Hueso....
12
En la actualidad el antiguo Cayo Hueso continúa siendo un polo turístico, con deportes
relacionados con el mar y otras actividades que llevan a sus acogedores hoteles, calles,
negocios y playas a algunos millones de personas al año. Su población se dedica a la
actividad de los servicios, vinculados a la atención turística y también a la pesca.
Es conocido que a lo largo de las primeras 5 décadas del siglo XX, siempre se
mantuvo en Cayo Hueso presencia cubana, pero esta no era mayoritaria.
Posteriormente al producirse el triunfo de la Revolución en Cuba, en enero de 1959,
algunos cubanos regresaron a Cuba, pero a la vez comenzaron a llegar otros,
pertenecientes a las primeras nuevas oleadas de inmigrantes, algunos vinculados al
gobierno de Batista, otros relacionados con el capital norteamericano que
consideraban que la Revolución los había afectado, otros aliados a la burguesía
nacional cubana que de igual modo le dieron la espalda al nuevo proceso que se
iniciaba. Los que llegaron fueron principalmente a asentarse en Miami, pero hubo
también algunos que vieron en Cayo Hueso un lugar para comenzar una vida, uno de
los puntos más cercanos a Cuba.
¿ Cuándo y cómo comenzó a destacarse las actividades relacionadas con la pesca como
una de las principales dentro de la vida de Key West ?. ¿Qué papel han jugado los
cubanos en el desarrollo de esta actividad?. Este es uno de los aspectos que
intentaremos analizar a continuación.
Aun y cuando desde 1800 se conocía que parte de la población del Cayo se dedicaba a
la pesca, siempre se mencionaba que en estas actividades era difícil que se encontrara
la presencia cubana.
13
Una de las actividades de pesca dentro de las cuales a los cubanos le fue difícil
acceder, fue la dedicada a la pesca de la langosta. Esta actividad requería mucha
pericia y no siempre eran bien mirados los cubanos que la desarrollaban, tampoco eran
fácilmente aceptados en las organizaciones propias que existían de los pescadores de
langosta en el Cayo.8
La actividad de pesca de los cubanos, así como la de los restantes pescadores tanto los
norteamericanos como los provenientes de otras nacionalidades, no siempre la
8
Cruz Torres María L. The Cuban Fishermen of Key West. Tesis Master of arts. New Brunswick, New
Jersey. May 1987.
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desarrollaban alrededor de Key West, sino que también tenían determinadas bases en
otros cayos aledaños, entre los que se encontraba Stock Island, una pequeña isla al
lado del Cayo.
Los cubanos pescadores se dividen en varios grupos, casi siempre a partir del propio
proceso de migración por la que atravesaron tanto ellos como su familia. Por un lado
podemos encontrar los viejos residentes, mucho de los cuales nacieron en Estados
Unidos y forman parte de la 2da y 3era. generación de cubanos, a veces nacidos de las
uniones intermatrimoniales de cubanos y norteamericanos, a éstos se les llamó
también “Conch”, por supuesto hablan inglés y la mayoría siempre han vivido en Key
West, los que además continúan mostrando presencia de la cultura cubana, en términos
de tipos de comida y costumbres, también en ocasiones se les conoce como “Viejos
Cubanos”. 9
9
Cruz Torres María L. Tesis Master of Arts. Idem
15
Es posible también distinguir como un segundo grupo a los que llegaron formando
parte de las oleadas de las décadas del 60 y el 70, a estos se les llama los
cubanoamericanos. Es necesario recordar que estos cubanos recibieron un trato
preferencial a su llegada a Cuba y muchos de ellos poseen propiedades en Key West,
algunos negocios, restaurantes, hoteles y otras instalaciones de servicio.
Entre los miembros del primer y del segundo grupo es que se pueden encontrar con
más frecuencia los dueños de centros de pescas, barcos, así como también los
propietarios de algunas de las principales áreas de servicios vinculadas unas con las
esferas turísticas, hoteles, centros de recreación, restaurantes, cafeterías, etc.
Siempre se ha observado un mejor nivel de integración entre los viejos cubanos y los
cubanoamericanos, o sea entre los que conforman el primer y el segundo grupo. Los
miembros de ambos grupos, por si mismo, fueron parte del principal obstáculo que
tuvieron los Marielitos para lograr una adecuada inserción Sin embargo, en un
determinado momento, se observó una diferencia entre los que se llamaban “buenos
Marielitos” de los considerados “malos Marielitos”. Los primeros eran los que se les
atribuía que poseían familiares en Estados Unidos y que a su vez siempre habían
tenido intención de emigrar. Los segundos eran los conflictivos, los que poseían
antecedentes penales y se les evaluaba como personas de clase baja, sin educación;
estos han sido siempre los más rechazados.
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El cuarto grupo está conformado por los llamados “balseros”, o sea aquellos que
arribaron, algunos de manera ilegal en la década del 90. Dentro de ellos es posible
encontrar personas que anteriormente se desempeñaban en actividades relacionadas
con la esfera de la pesca. Los que tuvieron dificultades para acceder a empleos y
contaban con determinada experiencia en el arte de la pesca, prefirieron quedarse a
vivir en los Cayos, incrementándose por esta vía el número de empleados y pescadores
tanto en Key West como en Stock Island. Es posible reconocer ya una pequeña
comunidad con residentes de estas características. Este grupo también ha confrontado
dificultades para su asentamiento, ya que al igual que los Marielitos no contaron con
ayudas económicas para acceder a otros empleos y otras posibilidades, de ahí que
muchos decidieron quedarse a desempeñar determinados oficios relacionados con la
pesca. De igual modo los niveles culturales de algunos miembros de estos grupos de
nuevos arribantes no son lo suficientemente alto que le permita desempeñar otras
tareas.
Muchos de los cubanos que viven en Key West, primero se asentaron en Miami, pero
después se trasladaron a residir en el Cayo por considerarlo más cercano a Cuba.
Siempre se ha observado una fuerte relación entre Key West y Miami. Generalmente
muchos de los cubanos en Key West tienen familias y amigos en Miami, los que
visitan con frecuencia. Incluso se ha mencionado por algunos que ven a Miami como
la ciudad y a Cayo Hueso como el campo.
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La vida latina en los últimos años en Cayo Hueso ha estado también matizada por el
arribo de otras poblaciones hispanas, en especial conformada por haitianos,
dominicanos y algunos centroamericanos, estas nuevas condicionantes le ha ido
imprimiendo como tal al Cayo un sello particular.
De igual modo es importante indicar otros factores por los que ha atravesado la
población del Cayo durante de las décadas del 60 y 70. Durante esos años arribaron a
Key West un fuerte contingente de hippies, que encontraron un lugar y un espacio
donde coexistir. Por esta razón y al calor de las características de los nuevos
pobladores, muchos de los antiguos residentes decidieron irse. Otra razón que estuvo
vinculado a la salida de algunos residentes fueron las posibilidades de ventas de
inmuebles, ya que por el auge del turismo se aumentaron considerablemente las rentas,
siendo entonces muy beneficioso el considerar la venta de terrenos y de inmuebles.
Tómese en cuenta que muchos de los antiguos residentes eran personas mayores,
retirados, que vivían de rentas. De ahí que las ventas resultaran muy beneficiosas
para ellos. Estas situaciones, unidas a lo anteriormente indicado, lo referido al arribo
de nuevos latinos, la existencia de una comunidad hippie, el incremento de la actividad
turística, etc., constituyeron factores de cambios que han ido modelando en algún
sentido el ambiente de Key West y le comenzaron a impregnar un nuevo estilo.
Durante algunos años se han mantenido algunas contradicciones entre los cubanos
residentes en Cayo Hueso, en especial entre los que mantienen simpatías por el
proceso revolucionario cubano y aquellos que muestran posiciones contrarias. Las
dificultades mayores se centraron por momentos alrededor del Instituto “San Carlos”,
ambos grupos solicitaban mantener la dirección del centro, pero por diferentes
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coyunturas lograron acceder al control del Instituto precisamente los cubanos que
asumen una posición contraria a Cuba, por lo que se utilizó por años esta instalación
para la realización de actividades no tendientes a la normalización de las relaciones
entre cubanos.
En estos momentos se observa por parte de algunos viejos residentes de Cayo Hueso
el interés de rescatar la historia de este Cayo y en especial tratar de potenciar los
vínculos históricos entre Cuba y Cayo Hueso, vínculos que datan ya de 3 Siglos, pero
que tuvo una impronta muy importante y destacada a partir de la presencia de los
tabaqueros cubanos.
19
Bibliografía.
2. Browne, Jefferson D. Key West, The Old and the New. St´Agustine The Record
Company 1912
5. Cruz Torres, María L. The Cuban Fisherman of Key West. Tesis of Master of Arts.
New Brunswick, New jersey. May 1987
6. Langley, Wright & Joan. Key West and the Spanish-American War. Langley
Press, Inc. Key West, Florida 1998.
7. Pérez Rolo, Juan. Mis recuerdos. (Extractos del libro, Copia fotostática sin año de
edicion ni otros datos)
8. Poyo, Gerald E. Con todos y para el bien de todos. Editorial Ciencias Sociales. La
Habana 1998.
9. Sosa Rodríguez, Enrique. Capítulos I y II. Libro en preparación sobre Cuba y Cayo
Hueso: Una Historia compartida.
11. Florida Cuban Heritage Trail. Florida Departament of State. A Florida Heritage
Publication 1995
12. Pag Web Key West Cuban Club. Instituto San Carlos /8/99