Los santos también fueron tentados y quizá los más tentados. Basta leer la
vida del Santo Cura de Ars y comprobar las duras pruebas a que, por el demonio,
fue sometido. La Virgen María, aunque no se habla de ello, también fue tentada…
y tentado fue nuestro Señor Jesús.
El Señor fue tentado a lo largo de toda su vida: por el demonio y por los
familiares (quienes querían se quedara en Nazareth, en su casa); por sus
opositores, cada vez más; por los mismos discípulos: “apártate de mí Satanás”
dijo a Pedro; por el pueblo cuando querían hacerlo rey; por los poderosos y así
Herodes le pedía un milagro y hasta por sus propios miedos y deseos en
Getsemaní.
Estas tentaciones fueron las tentaciones del Antiguo Pueblo de Dios, que
exigen milagros fáciles y también son las tentaciones del nuevo Pueblo de Dios,
cuando prefiere apoyarse en el poder, en la riqueza, la sabiduría y la gloria.
Le proponía: No ocultes por más tiempo lo que eres. Sacia estos pobres
hambrientos con pan. Cura a tantos enfermos. Haz que los montes destilen leche
y miel. Haz una presentación espectacular ante el pueblo bajando rodeado de
ángeles. Organiza un poderoso ejército para expulsar a los romanos. Venga la
sangre del Bautista, confundiendo a Herodes el zorro. Que por tu gran poder
triunfe Dios en la tierra… son tentaciones muy insidiosas.
1. ¿De qué tentaciones pides al Señor te libre y que no te deje caer en ellas?
4. Termina rezando el Padre Nuestro y repite varias veces no nos dejes caer
en tentación