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sumario con el apremio de los términos, es recogido por Usted
como en una tercera instancia para decidir un cambio de
competencia y de procedimiento.
2
Del simple acercamiento al tenor constitucional, se puede afirmar
que son entonces el cargo o las funciones discernidas, los
factores que determinan la aplicación del fuero constitucional y el
rango del tribunal al que le compete conocer del asunto,
independientemente de la persona individualmente considerada o,
la existencia en contra suya de otras investigaciones o procesos
penales; por ello el aludido fuero se caracteriza como impersonal,
y su origen se radica en la conveniencia de sustraer a estas
específicas dignidades de las reglas generales que gobierna la
competencia judicial.
3
denomina „delitos propios‟, entendiendo por tales los que sólo
puede cometer el servidor público en relación con las funciones
que le han sido deferidas por mandato de la Constitución o de la
Ley y los que le sean conexos”3.
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paramilitares, pues en estos grupos, “cada quien aporta aquello
de lo que tiene”. En ese sentido, lo que hicieron los congresistas
fue poner al servicio de estos grupos su poder de acción como
senadores o representantes a la cámara. Por ello, la decisión de
la Corte, en el caso concreto que provocó esta sentencia, fue la
de continuar con la investigación en contra del representante a la
cámara Édgar Eulises Torres, pese a que este congresista había
renunciado al fuero, pues aunque ya no esté en desempeño de su
cargo, el hecho de que los delitos por los que se le investiga
tengan relación con sus funciones, según esta última sentencia,
habilita la competencia de la Corte Suprema de Justicia.
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mayoritaria de la Sala de Casación Penal de la Honorable Corte
Suprema de Justicia, y debe expresar por ello su disentimiento,
también respetuoso, con la similar adoptada ahora por el Señor
Fiscal General de la Nación, que conlleva la preocupación sentida
por la aplicación generalizada en materia de todos los fueros
penales de la aludida línea jurisprudencial, pues además del
desconocimiento de los principios informantes del derecho penal y
la vulneración de derechos que se ha precisado ut supra, con ello
se contraviene la tendencia constitucional de rigidez de fueros,
generando consecuencias preocupantes para la administración de
justicia, como por ejemplo, el ensanchamiento del fuero militar en
perjuicio de innumerables casos de violaciones de derechos
humanos que en la actualidad están a cargo de la justicia
ordinaria, para solo mencionar un caso.
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De igual manera el representante de la Procuraduría actuando
como Agencia Especial, constató que el proceso no fue solicitado
por su Despacho ni tampoco inspeccionado por Asesor alguno,
luego entonces la resolución tomada se basó única y
exclusivamente con los planteamientos presentados por la defensa,
situación que conlleva a una realidad distorsionada pues es el
proceso penal el que recopila cada una de las actuaciones que
favorecen no solo a las víctimas sino al procesado.
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atribuciones del Departamento Administrativo de Seguridad DAS,
bajo la dirección de su Director, quien también representa a la
entidad en asuntos de carácter técnico, jurídico, operativo y
administrativo.
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después de que la persona ha cesado en el ejercicio de la
función: si se trata de delitos comunes pierde el fuero y debe ser
investigado y juzgado por los Fiscales y Jueces que
ordinariamente conocen de estos hechos…”
9
Las anteriores argumentaciones tienen respaldo jurídico con el
pronunciamiento de la Corte Suprema frente al tema y adquieren
relevancia en la medida que corresponde resolver frente a
procesos en los cuales se compromete la responsabilidad de
Congresistas y ante remisiones de las Fiscalías Delegadas ante la
Corte, que en su momento conocieron de los hechos; es así como
a manera de ilustración transcribimos otro de los casos y que
según Acta No. 324 del 14.10.09 expuso:
CONSIDERACIONES
1
Fl. 211 c. o. No. 3.
2
Fls. 136 - 139 c. o. No. 4.
3
Fls. 218 – 258 c. o. No. 4.
4
Fl. 179 c. o. No. 11.
5
Fls. 128 – 136 c. o. No. 12.
10
El sindicado fue acusado, con resolución del 20 de octubre
de 2008, como presunto determinador de homicidio agravado
(arts. 103 y 104.7,8 y 10 de la Ley 599 de 2000)6, que al ser
apelada por la defensa material, se confirmó por el Vicefiscal
General de la Nación, mediante decisión del 25 de febrero de
2009.
6
Fls. 48 – 161 c. o. No. 13.
7
“Ahora, cuando la infracción penal imputada es de aquellas que de alguna manera pudieran dar
cabida a una conclusión diversa o dubitativa, como fruto de la valoración de la prueba, del
desarrollo de la función, de las actividades desplegadas en el ejercicio del cargo, etc, y que por ello
hubieran originado la remisión del expediente a la Fiscalía, como sucedió con los procesos fundados
en el concierto para delinquir agravado en un comienzo atribuido por la Corte a diversos
congresistas, tampoco hay lugar a discusión que en tales situaciones particulares la fijación definitiva
de la competencia (que normativamente está reglamentada en la Constitución) se hará en últimas por
la interpretación que haga con criterio de autoridad la Sala de Casación Penal de la Corte como
órgano máximo de la jurisdicción ordinaria y en calidad -como también se adelantó- de ente
unificador de la jurisprudencia que le reconoce explícitamente la Carta. Por ello, jurídicamente queda
cerrada la posibilidad de que otra autoridad, aún jurisdiccional, discuta y se abrogue una
competencia exclusiva y excluyente de la Corte Suprema de Justicia.”
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Lo cierto es que en la providencia cuyo apartado se cita por
la remitente se expresan los argumentos atendidos para reasumir
la actuación adelantada contra un ex congresista, que con
antelación se había remitido a la Fiscalía, con apoyo en lo
resuelto en auto del 1 de septiembre anterior – radicado 31.653 –,
en el cual, razonadamente la Corte recogió, por mayoría, la
interpretación que con antelación había hecho del artículo 235 de
la Constitución Política y su parágrafo, para entender que lo que
constitucionalmente permite prorrogar la competencia de la Sala,
pese a la cesación en el cargo – sin que interese la razón de ello -
, es que la conducta punible “tenga relación” – conexión, enlace o
correspondencia – con las funciones desempeñadas y no
exclusivamente el delito cometido en cumplimiento de las mismas;
amén de que las funciones de los parlamentarios no se limitan
solamente a lo descrito al respecto en el artículo 6 de la ley 5 de
1972, ya que las mismas deben visualizarse a través de lo
dispuesto por el artículo 133 de la Carta, en el entendido de que
son quienes “representan al pueblo, y deberán actuar consultando
la justicia y el bien común”.
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base en la prueba allegada que lo señala como eventual
determinador de los delitos de homicidio agravado en concurso
material homogéneo de los miembros de la familia Turbay Cote ya
citados y su comitiva, ocurridos el 29 de diciembre de 2000, según
atrás se anotó, por cuanto habría informado a integrantes de las
FARC que la señora Inés Cote de Turbay, era quien en realidad
ostentaba el poder político en el Caquetá y la persona que había
llevado a los grupos de autodefensas a esa zona, por tanto,
merecía la muerte – con el objeto de tener el control político del
departamento ante la eliminación de la familia Turbay Cote, sus
contradictores -, haciendo surgir la idea criminal en quienes
ejecutaron materialmente los homicidios.
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procesal, sin que haya lugar a un examen de favorabilidad,
aunque un eventual análisis a este respecto resultaría también
infructuoso. Encarezco al Señor Fiscal General de la Nación hacer
las precisiones sobre este particular.
Atentamente.
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