Eugenio Barba y Nicola Savarese, El arte secreto del actor, diccionario de antropologia teatral,
Peri , Editorial San Marcos, 2010, pp. 264-265
Microcosmos-macrocosmos
En la posicién basica de los pies del actor
balinés (derecha) encontramos reunidos todos
los principios de la técnica extracotidiana y la
preexpresividad del actor: una posicién que altera
el equilibrio; la oposicién de las direcciones; la
destruccién del peso y de la fuerza de inercia a través
del juego de tensiones keras y manis (cfr. Energia),
que recrean el equivalente de las tensiones de los
dedos de los pies en la vida cotidiana.
En el pie se ve un tipo particular de vida como
en un microcosmos. En los nifios recién nacidos la
vida fluye por todo su cuerpo, y aparece evidente
si se observan los dedos de sus pies en continuo
movimiento. En la posicién adoptada por actores
hindties parece que quisieran encontrar el equiva-
lente de aquella vida que poseyeron como recién
nacidos cuando su pie todavia no habia si
trado por la forma de caminar o el calzado.
Es interesante observar, sin embargo, que esta
vida es reconstruida a través de otro adiestramien-
to del pie. La revolucién de la danza moderna
nacié cuando los bailarines comenzaron a danzar
descalzos y afirmaron con el abandono de las rigi-
das zapatillas de raso la libertad del pie. Y es cier-
to, descalzos trabajan todos los actores y bailarines
hindties (Kathakali, Bharata Natyam, Odissi), los
del sureste asidtico de Camboya a Indonesia; y cu-
biertos tan solo por unas medias especiales que les
permiten deslizarse sobre el suelo, los actores japo-
neses y chinos (a excepcién de algunos papeles).
Pero aunque a primera vista el pie desnudo
pueda parecer libre ello no debe Ilevarnos al enga-
fio: en todas las formas de teatro codificado el pie
desnudo es obligado a deformaciones o posiciones
deformantes como si Ilevase un tipo particular de
calzado. Son estas autodeformaciones las que per-
miten la variacién del equilibrio y las especiales
formas de caminar y mantener una tensién distin-
taen cada parte del cuerpo.
Tanto cuando estan apretados en calzados es-
peciales, como cuando se dejan en libertad, los pies
son los que deciden la forma del cuerpo y su des-
plazamiento por el espacio.
lo adies-
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Posicién de base de los pies en la danza balinesa: note la
del pulgar
in de base de los pies en l teatro Kathakali: observe ls pu
de los pies que se encogen y el apoyo sobre el arco externo del piDe puntas
Petipa, el gran coredgrafo francés fundador de
un particular estilo de danza clsica, sostenia que
ponerse de puntas sirve para dar “el toque final a
todo cl cuadro”; y en efecto este virtuosismo de
ps bailarines, donde parece encarnarse el simbolo
ballet clasico occidental, es tan solo la tiltima
deuna serie de posibilidades del pie, y nacié alre-
dedor de 1880 sobre las nuevas técnicas de Carlos
is, con la ayuda de zapatos especiales reforza-
dos y construidos para ese propésito.
Las pointes, como muchos otros pasos de dan-
clisica, atestiguan el trabajar de una tradicién
sdedor de cada una de las partes del cuerpo, en
dlintento de explotar y mejorar sus potencialida-
es en la direccién de la extracotidianidad. Desde
Noverre en 1760 en sus Cartas sobre danza
establecié los siete movimientos fundamentales
bblarse, alargarse, elevarse, saltar, deslizarse, lan-
use y girar) no ha habido bailarin 0 coreégrafo
no haya afiadido, interpretado o corregido a
u manera la tradicién francesa.
Pero la gran revolucién de Noverre, que tuvo
el mérito de promover los movimientos libres del
, aunque fijé reglas, significé sobre todo un
ipio fundamental al que ninguno de sus suce-
pudo sustraerse, No se pueden entender los
te movimientos singularizados, no se pueden fi-
reglas para cada parte del cuerpo si se conciben
wseparado.
La anatomia de nuestro cuerpo esta estructu-
da de forma que el més pequefio movimiento de
na sola de las partes despierta como un eco mus-
lar en todo el resto. Sobre esta base por ejem-
o, las reglas que gobiernan los pies, en la danza
ica al igual que en las demés formas de teatro
odificado, no podran prescindir de considerar su
lizacién en funcién del resto del cuerpo. Una
onsideracién tan esencial, y en el fondo tan sen-
la, podria parecer incluso obvia y, sin embargo,
Ja que distingue en la danza clésica a los grandes
naestros y a los grandes bailarines: los que solo
preocupan por la técnica, por las reglas que or-
las distintas partes del cuerpo y los movi-
tos, y aquellos que dominando la técnica son
paces de coordinar la accién del propio cuerpo
A.una sintesis personal, en su estilo propio.
(Arriba) La anatomia del pie de un bailarin clésico occidental en la
posicién de puntas. Existen, como se puede ver, distintas formas
de estar “en puntas” en relaci6n a la articulacién del pulgar. (Aba-
jo) Diagrama del movimiento de puntas extraido del manual de
danza clisica de Lincoln Kirstein. Acompaiado por oscilaciones de
los brazos, el cuerpo de la bailarina se mueve llevado por una serie
de desplazamientos casi impercepribles del pulgar. El movimiento
normal o cotidiano de una pierna que sigue a la otra es suspendido:
cl cuerpo parece fluctuar en escena.
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