VALORES
1
Por las otras personas.
Por la comunidad.
Por la naturaleza.
En la comunidad escolar
La participación
En la comunidad social
ACTITUDES
La autenticidad.
2
Los valores y las actitudes que acabamos de explicitar constituyen los
mínimos para garantizar una convivencia democrática de verdadero rostro
humano en la vida social y política. De tales valores podemos dar una
fundamentación racional, desde la dignidad de la persona, y podemos exigir su
respeto y promoción sean cualesquiera los otros valores que nos diferencien a
unos ciudadanos de otros, de tal manera que pueden ser considerados como
verdaderos valores sociomorales.
Se trata de planteamientos respetuosos que permiten una adaptación a
las creencias de las familias y a los diversos idearios de los centros educativos.
Desde esta perspectiva entendemos la educación para la convivencia como un
apoyo a la insustituible labor de los padres en la educación de ciudadanos
responsables, que sepan vivir en comunidad y sean capaces de situarse
críticamente ante los modelos de vida consumistas, individualistas y
excluyentes en los que hoy nos movemos.
En un contexto social, como el nuestro, en el que se generan mentes y
voluntades sumisas y pasivas, en el que los individuos corren el peligro de
convertirse en clientes y consumidores, resulta evidente la urgencia de
emprender una educación en valores y actitudes que genere, como pilar básico
de la convivencia, un tipo de ciudadano:
Con vocación a ser, más que a poseer; que actúe y sea reconocido
como sujeto.
Situado en un proceso de construcción personal y de concienciación
progresivo y permanente.
Crítico y reflexivo, que analice en profundidad la realidad en la que vive.
Situado en un proceso de liberación personal y estructural; que conozca,
acepte y supere sus propios condicionamientos, y que se comprometa en el
cambio y construcción de una sociedad más justa y más solidaria.
Para el cual la liberación de los demás sea el punto de referencia de la
suya propia.
Que sea sujeto y protagonista de la Historia en lugar de ser arrastrado
por ella.
Solidario, enraizado en su comunidad inmediata que da sentido a su
personalidad y a su esfuerzo, y comprometido en la construcción de relaciones
de igualdad y reciprocidad con los demás; y, dada nuestra interdependencia,
abierto al bien de la humanidad.
Comprometido en un estilo de vida por el que ha optado libre y
conscientemente a partir de las actitudes y valores que la historia humana va
descubriendo como creadores de persona y de comunidad.
Consciente de su poder de transformar la naturaleza, pero con una
actitud vital de respeto que impida su destrucción.