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El documento discute la importancia de la melodía en la música. Aunque la música se compone de varios elementos como la armonía y el ritmo, la melodía es como la "cara" de la música que encapsula su personalidad. Las grandes obras musicales son aquellas donde todos los elementos son de igual calidad, pero la melodía a menudo goza de una jerarquía superior aunque no puede compensar las debilidades de otros elementos. Compositores como Bach, Mozart, Beethoven, Chopin y Debussy son considerados grandes melodistas a pes
El documento discute la importancia de la melodía en la música. Aunque la música se compone de varios elementos como la armonía y el ritmo, la melodía es como la "cara" de la música que encapsula su personalidad. Las grandes obras musicales son aquellas donde todos los elementos son de igual calidad, pero la melodía a menudo goza de una jerarquía superior aunque no puede compensar las debilidades de otros elementos. Compositores como Bach, Mozart, Beethoven, Chopin y Debussy son considerados grandes melodistas a pes
El documento discute la importancia de la melodía en la música. Aunque la música se compone de varios elementos como la armonía y el ritmo, la melodía es como la "cara" de la música que encapsula su personalidad. Las grandes obras musicales son aquellas donde todos los elementos son de igual calidad, pero la melodía a menudo goza de una jerarquía superior aunque no puede compensar las debilidades de otros elementos. Compositores como Bach, Mozart, Beethoven, Chopin y Debussy son considerados grandes melodistas a pes
Hay en la msica muchas cosas que atraen nuestra atencin y que son la razn de nuestro gusto por ella. Como todas las artes, es un com puesto de elementos. Cada uno de stos es principal y peculiar, pero, de todas maneras, slo reunidos en su natural conjunto hacen lo que pro piamente llamamos msica. No hay quien no sepa cuales son esos elementos: meloda, armona, ritmo, y timbre (o color del sonido). A pesar de su peculiaridad, no podramos aislarlos totalmente: el ritmo existe sin armona y meloda, es decir sin msica, pero ya entonces no es tal. La armona podramos con siderarla independiente del ritmo, tal vez; pero no as la meloda, que incluye en s misma los factores de periodicidad y duracin, o sea rt micos. Puede por otra parte la meloda aparecer sin la armona, pero esto es ms aparente que real, pues la meloda siempre lleva consigo una armona tcita, que nuestro sentido musical percibe en una u otra forma. Esta unin intrnseca de los elementos que constituyen la msica nos indica, por una pane, que slo en forma terica podemos separarlos, y por otra, que tienen que ser todos de la misma imponancia. No podramos hablar de una jerarquizacin de los elementos cons titutivos de la msica. En trminos generales, podramos decir que la gran obra de ane es aquella en que, precisamente, todos los elementos son de igual altura y calidad. 65
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Sin embargo, la cosa tiene varios aspectos. A mi entender, hay un
factor que, en cierta forma, goza de jerarqua superior, aunque con esto entindase bien-- no quiero decir que pueda compensar la supuesta debilidad de los otros: me refiero a la meloda, o formacin de sonidos sucesivos. Pequea o grande, grande o pequesima, la meloda es como el rostro de la msica, en el que estuviera condensada toda su personalidad. La meloda es una verdad casustica; su belleza es particular a cada caso y nunca se podr explicar de qu exactamente proviene, ni se podr consecuentemente recetar la forma de obtenerla. Varios millones de pequeas y grandes melodas han sido compues tas en siglos, y qu pocas tienen la chispa esencial! No importa que sean de tres notas, o de 16 o 32 compases: la chispa slo salta cuando ha de saltar. Es un hecho que la aceptacin pblica se da intuitiva e inequvo camente a las obras de alta y profunda calidad meldica. Bach Juan Sebastin ha sido justamente llamado ei gran maestro de la polifona. Tal parece que su virtud principal fuera la de haber sido el gran maestro de aqulla. Pero, tan grandes polifonistas, propiamente dichos, como l, los hubo en gran nmero entre sus antecesores y sus contemporneos, y sin embargo, no alcanzaron su enorme popularidad. Para m, que el xito de Bach no se debe tanto a que sea un gran maestro de la polifona, sino de la meloda. O ms bien dicho, al hecho de que, siendo un gran polifonista, fue un gran melodista; y los otros fueron lo primero, pero no lo segundo. Adentrndose un poco en este punto, uno ve cmo todos los artificios de la polifona alcanzan en Bach resultados verdaderamente Tnusicales, que en los otros polifonistas no: porque cuan do Bach invierte un motivo para no citar sino uno de los ms simples artificios el motivo vale, no por ser inversin, sino con un valor de fisonoma propia. Esto es todo, Bach no escribi nada que tuviera sola mente un gran valor de oficio, sino slo aquello que lo tuviera de expre sin musical.
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CANTO Y MELODA
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Tampoco el fallo del pblico de casi dos centurias podra haberse
equivocado con Mozart, que no fue creador de nuevas formas, ni de nue vas estructuras armnicas, ni de inesperadas combinaciones rtmicas; que fue, slo, un inacabable inventor de melodas bellas. Y tambin es cier to que, si no hay mil razones para que la msica de Beethoven se levante tal vez como la ms admirada de la humanidad, por su forma, su enorme evolucin en la armona y en el ritmo y los colores orquestales (esto de colores, aunque se diga que Beethoven fue el genio del blanco y negro) es indudable que cuando el maestro concibi cualesquiera de las series simples de sonidos, sucesivos, que constituyen los temas de sus obras, estaba dndoles, as, a stas, el ms atrayente de sus atributos. s slo, una meloda^ el asombroso tema primero del Allegro de la Novena Sinfona. Qu decir de Chopin, el maestro del gusto meldico, que adems y sin embargo descubri los ms inesperados contenidos armnicos de sus increbles melodas? Porque la armona de Chopin que fue piedra angular de la msica del siglo XIX, y del xx, aunque este hecho no se haya estudiado todava debidamente parece toda ella haberse engendrado en ios fondos mel dicos de la creacin chopiniana. Debussy, en fin, en su maestra total, fue un melodista de enorme invencin, y nada, o mucho menos, muchsimo menos, hubiera signi ficado su obra, si los prodigios de su armona no hubieran corrido pare jas con los de su meloda. La meloda, ya se comprende, corresponde, como todo, a un talento especfico, y ha evolucionado en forma notable en el curso de los ltimos dos siglos. A veces tal evolucin ha trado consigo un cambio que ha hecho pensar que la meloda desaparece, como cuando en los ltimos aos del siglo pasado y los primeros de ste, la gente no encontraba melodas en Debussy. Las esencias meldicas pueden manifestarse de muchas maneras: lneas de 8 compases, o de 4 o de 16; o tan slo tres o cuatro notas.
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pueden contener ese misterioso poder expresivo, inexplicable; misterioso,
digo, slo por inexplicable. A ese misterio los hombres primitivos les atribuan un poder sobrehimiano, tal, que poda inur sobre los espritus invisibles, y sobre las fuerzas gobernadoras de la creacin. Y de ah el canto mgico, que no hace sino advertimos de la antigedad de la observacin del hombre res pecto a tan profundo poder expresivo de la meloda. Y de ah el nombre mismo de canto, por excelencia el medio de la expresin meldica: canto se llam, porque encantaba; porque los encantamientos por excelencia eran los que se realizaban por medio del canto. El canto es el medio natural de la meloda, y la forma natural de la meloda es el canto. (Hay, ya se ve, en la msica, melodas ins trumentales, pero los instrumentos no han sido otra cosa en su origen que una imitacin del canto). El canto, la meloda (no importa cmo se le acompae) no es dcil a la manipulacin; quiero decir: todos los grandes compositores han sido grandes manipuladores; componer, arreglar esto de este modo o del otro, compensar, contratar, conjugar elementos variados, eso es componer; lo que reclama una gran dosis de manipulacin consciente y lgica. Pero la meloda no admite eso; no parece admitirlo; no ad mite manipulacin; o viene de los fondos del inconsciente, o es totalmen te inexpresiva e inspida. Siempre pienso esto cuando recuerdo a los polifonistas anteriores a Vivaldi y a Bach, y a los grandes tericos fundadores de "escuelas", de hoy y de siempre. La "escuela", se estrella en la meloda. La meloda es irreductible.