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Una visión del Mundo, M.V.M.

Melquizedek

Saludos hermanos y hermanas de la Tierra:

Este es un día especial. Hoy inicia una revolución silenciosa. La revolución del
espíritu. Hoy inicia la transformación de la humanidad. Hoy es el día en que
iniciamos nuestro despertar. Algo especial sucedió ayer, durante la ceremonia
de Wesak, Los que ahí estuvieron lo atestiguaron. El Cristo Cósmico habló para
todos, discípulos e invitados. A todos les dirigió unas palabras donde explicaba
que los tiempos habían llegado. Lo que tantas veces se había anunciado como
el nuevo mundo, lo que tantas veces se malinterpretó como una catástrofe
mundial o como la destrucción de la civilización, ayer se clarificó como el
principio del proceso de la exteriorización de la jerarquía.
El triángulo divino, ha hecho contacto con el triángulo humano. El descenso
progresivo del Reino de Dios a la Tierra ha tocado por fin el vértice de la
pirámide humana. El triángulo que desciende encabezado por el Logos
Planetario, toca al fin, al triángulo que asciende encabezado por los discípulos
y estudiantes avanzados de la humanidad. He llegado finalmente para
quedarme. Moro entre un grupo de discípulos del mundo. Estoy entre ustedes y
habré de trabajar a la par de todos por crear un mundo mejor donde la luz del
espíritu pueda brillar por encima de todas las vicisitudes humanas.
Un mundo donde la libertad y la igualdad de todos los seres humanos sea la
prioridad de todos. El primer llamado se lanzó y su objetivo era el
reconocimiento de todos ustedes. El encuentro del alma con el espíritu. El
reencuentro de todos los que hasta ahora habían venido caminando siguiendo
una luz interna pero que a veces sufrían de la oscuridad que impera en el
mundo actual.

Muchos preguntan: ¿qué sigue?

Hoy les contesto. Sigue que sigan a su corazón. Sigue que ahora conecten sus
mentes a sus corazones para que despierten a la luz interior desde donde yo
voy a estar guiándolos. No vengo a trabajar con ovejas. Vengo a trabajar con
los discípulos del mundo que están abiertos al llamado del espíritu. Mis
indicaciones estarán dándose de manera interna a cada uno de los que son
capaces de captarla. Por eso es menester que cada uno de ustedes medite
profundamente. Despierte a esa voz interior. En estos momentos se ha
desplegado un movimiento mundial coordinado por las diferentes jerarquías
planetarias. Si bien, Shamballa está coordinando este proceso, nos referimos
también a todas las organizaciones terrestres y no terrestres que se
encuentran trabajando en la Tierra y que estarán cada una desde su propio
plan desde su propio grupo realizando las labores coordinadamente. Todos sin
excepción han recibido el llamado. Todos deberán tomar una decisión.
El Plan Maestro se está revelando poco a poco. Que nadie busque el liderazgo
del movimiento. Esta revolución será interior. Cada quién recibirá instrucciones
desde su interno. Las labores que realicen los diferentes grupos del mundo
serán evidentemente coordinadas cuando confluyan en sus objetivos. Aquellos
que se aparten de manera evidente de los objetivos comunes estarán fuera del
plan. Más aquellos que de pronto coincidan en las causas que el Plan impulsa,
serán reconocidos como participantes de este movimiento. Por esta razón es
que el llamado era para el reconocimiento. Sepan quiénes de ustedes
contestaron, sepan quiénes de ustedes sintieron el llamado. Conózcanse entre
ustedes. Lo que sigue ahora es fortalecer el vínculo interior. El lazo que tienen
con el espíritu. Será dentro donde las instrucciones se darán. Afuera sólo
conocerán vagas indicaciones. Habrá una comunicación mundial cada mes que
complementará lo que internamente estemos indicando. Será una guía de luz,
dedicada a despertar y clarificar lo que debe ser clarificado. Algunas veces
sentirán que es para ustedes y otras, simplemente sentirán que será para
otros. Yo hablo al mundo y cada sociedad tiene diferentes necesidades.

Amor y compasión para algunos, firmeza y disciplina para otros.

Habrá un grupo de organizaciones trabajando para que el plan se dé. Hice el


llamado a todas. Pero no todas contestaron. La humildad no exige que el
enviado tenga que hablar en nuestro idioma ni se vista con mis ropas ni
provenga de un determinado planeta. La humildad es la que reconoce en la luz
la única identidad infalsificable. No pretendo convencer a nadie, vengo a
trabajar únicamente con los que sintieron el llamado. Habrá quienes me
reconocieron inmediatamente, y habrá otros que esperarán a saborear los
frutos para unirse. No importa, lo único que importa es que el Plan se dé
porque la hora es llegada.
No pido que se convenza a nadie, pero si el espíritu de un hermano siente el
llamado y la organización a la que pertenece no lo siente, será indicador de
que es el tiempo de buscar nuevos horizontes acordes a lo que el espíritu
reclama para sí. Hablaré de libertad siempre, porque ese ha sido el gran
pecado de la humanidad. Vengo a libertar a una sociedad que se ha
esclavizado en todas las formas posibles. Seré implacable cuando hable de
libertad así que hago un llamado a todos aquellos que se nos han unido para
que luchen por esa libertad que estaremos aprendiendo a vivir.
Hoy les dejo con un escrito donde explico mi visión del mundo. Este mundo que
hoy recibo y por el que trabajaré. No voy a polemizar con nadie porque no
obligo a nadie a que me siga. No entiendo a la polémica como una herramienta
de aprendizaje, la entiendo como una excusa para buscar seguir en la lucha y
en el conflicto. Mediten todas y cada una de mis palabras. Es ahí donde reside
la luz que busco promover. Búsquenme en su interior, todas sus dudas las
contesto dentro de ustedes, no afuera.
Mis mensajeros podrán opinar, explicar, comentar lo que ellos piensan sobre
estos comunicados, están en todo su derecho. Ellos son libres para hacer lo
que crean más conveniente. Sólo estén conscientes de que serán ellos los que
estén opinando. Esta será la forma de trabajar. No hay mejor lugar para la
instrucción que dentro de la cámara secreta y sagrada que cada uno de
ustedes tiene cerca de su corazón. Búsquenme ahí. No habrá dudas para aquél
que llegue. Dejen de buscar afuera.

Yo Soy Melquizedek.

UNA VISIÓN DEL MUNDO

Cuando el llamado proviene del espíritu. El alma y la personalidad callan.


Cuando la fuerza de los cielos habla reclamando su lugar en la Tierra, los
océanos se abren, las tierras tiemblan y el hombre se estremece porque sabe
que el reino de Dios se acerca. El mundo ha esperado por mucho tiempo a que
la rueda de los ciclos se moviera, los engranajes del gran reloj cósmico han
marcado la hora suprema para la llegada de la luz. Es el momento de que
hablemos de un mundo nuevo. Es el momento de abrirnos a lo que será la
concepción de la nueva sociedad. Ustedes respondieron al llamado. A muchos
se les llamó, a muchos se les convocó, pero sólo ustedes respondieron.

Esto es para ustedes.

1. La Libertad. La Tierra es nuestro hogar. Es el hogar de todos, tuyo y mío.


Nosotros debemos cuidarla y protegerla. La debemos proteger de los
inconscientes que la dañan y también de aquellos que lo hacen de manera
consciente. Pero la humanidad ha vivido pensando que son los dueños del
mundo. Que la Tierra nació para que ellos pudieran hacer lo que quisieran con
ella… y ese ha sido un gran error. La Tierra ha sido repartida, como si fuera el
botín de unos cuantos, han levantado muros para separar los pueblos, han
levantado fronteras artificiales para separar a los unos de los otros, como si
ellos fueran diferentes. Esto es falso. La historia de la Humanidad no es otra
que una continua lucha por hacer que unos se sometan a otros, primero
físicamente a través de la esclavitud, después a través de las guerras para
someter a pueblos completos a que rindan tributos a otros, luego con las ideas,
para que los demás piensen como los poderosos, al final con el comercio, para
que unos trabajen para otros. Siempre buscando el sometimiento de los unos
para con los otros. Es llegado el momento en que el hombre crezca lo
suficiente para entender que la libertad es el bien supremo que Dios ha
regalado a cada ser de esta creación. Cada uno tiene el don de elegir su
libertad y de vivirla como lo desee. Pero ese don debe aprender a reclamarlo
debe aprender a vivirlo. Un esclavo tiene que aprender a vivir en libertad pues
de lo contrario buscará eternamente un amo a quién servir y a quién
responsabilizar de sus desdichas. El ser humano se ha esclavizado de muchas
formas, políticamente, comercialmente, culturalmente, económicamente,
sentimentalmente, etc, etc, etc. El ser humano no ha aprendido a vivir en
libertad, aún aquellos que orgullosos pretenden exportar su visión de libertad
no hacen sino exportar sus propias limitaciones y miserias humanas. Vamos a
hablar de la libertad y por eso a ustedes que han contestado a este llamado les
digo ahora. La libertad habremos de descubrirla para que este mundo sea
desde ahora un mundo de hombres y mujeres libres. Libres en su corazón y
libres en su pensamiento.
Los seres humanos hemos construido el mundo que ahora heredamos, pero el
hombre y la mujer actual habremos de cambiarlo para bendición de las futuras
generaciones. Hablo con la responsabilidad de aquél que sabe. Hablo con la
conciencia del que ve el futuro con la claridad del presente.
El llamado fue a trabajar. Por eso hoy te convoco a trabajar por este mundo
que juntos habremos de construir.
2. Libertad de Pensamiento. Eso es lo que pretendo hacer contigo, darte la
libertad para que pienses como hombre y mujer libre no como el esclavo y
esclava que ha aprendido a pensar como otros han querido que piense. No.
Por eso no te voy a decir en qué debes pensar, te voy a decir cómo debes
hacerlo. No te voy a decir qué debes buscar, te voy a decir cómo debes
hacerlo. El ser humano ha sido desde el principio un receptor de ideas ajenas.
Las toma y las hace suyas y luego las defiende como si fueran creación propia.
Pero las ideas se difunden como los virus. Infectan a una mente y luego a otra
y a otra. Y la dependencia se expande como si fuera una ráfaga de viento.
Porque en un principio al hombre le dijeron que era pecador y para eso
necesitaba a un Dios que lo salvara de un infierno. Y el temor a algo que nadie
veía se extendió haciéndolo real y creando esclavos mentales de un amo a
quién tampoco nadie veía. Pero el amo no era intangible, el amo estaba en la
Tierra. Detrás de instituciones, detrás de grupos que manejaban el temor a su
conveniencia. Siempre era más sencillo manejar esclavos que manejar
hombres y mujeres libres.
Después hubo quienes hablaron de un mundo espiritual, y lo crearon completo,
con maestros, con ángeles, con santos, con premios y castigos, y lo llamaron la
nueva religión, el nuevo evangelio, lo llamaron, la nueva era y los descontentos
de las instituciones religiosas se cambiaron de institución. Dejaron la esclavitud
anterior para seguir a una nueva, más fresca, y ahí hablaron hasta el cansancio
de lo que no les gustaba de la anterior. Y se sintieron los nuevos salvadores.
Había que salvar al mundo de las religiones anquilosadas, de los restos
degenerados de una religión que ya no servía para guiar a un hombre y mujer
nuevos. Y de nuevo cayeron en un juego. El juego de los tuertos guiando a
otros ciegos.
Algunos voltearon a los cielos y vieron que esa era su casa. Se sintieron parte
de las estrellas y entonces surgieron comandantes, seres del espacio que
venían a evacuar la Tierra antes del gran cataclismo. Y nuevamente se explotó
el temor del hombre. Y hubo miles que prepararon maletas. Vendieron sus
pertenencias y compraron un boleto imaginario hacia un paraíso que no existía
sino en las mentes de aquellos que les hablaron.
Después quisieron terminar con el mundo y aún lo siguen haciendo. Siempre
habrá alguna profecía, siempre habrá alguna interpretación, siempre habrá
algún año un poco más allá que pueda explotar el temor de aquellos que
parecieran querer huir de ésta su casa antes de arreglar lo que debe ser
arreglado por el propio hombre que fue quién lo desarregló.
Somos responsables, no me refiero a ti en lo particular, me refiero a todos
nosotros como humanidad. Somos responsables de las guerras que han
manchado de karma a toda la familia humana, me refiero a las enfermedades
epidémicas que han surgido como parte de los ensayos químicos que la
civilización inconsciente ha hecho a lo largo de tantos años. Somos
responsables de haber construido fronteras separando a hombres y mujeres de
sus hermanos. Dándoles más derechos a unos que a otros. Somos responsables
de crear las religiones para buscar una paz interior cuando en realidad separan
a las personas en clases y muchas veces provocan guerras.
Nos hemos separado por las religiones, por los lenguajes, por los bienes que
tenemos, por las fronteras, por nuestra forma de pensar, nos hemos separado
de todas las formas posibles y no hemos aprendido aún la forma de convivir y
hacer de este mundo un verdadero hogar donde podamos vivir de manera
armónica como lo hace la naturaleza en cada rincón de jardín.
3. Libertad de Corazón. Y tal vez lo más triste de todo es que el hombre se ha
esclavizado en su corazón. Desde la más tierna infancia el ser humano busca la
seguridad en los tiernos brazos de su madre y la fuerza de carácter de su padre
y lo que obtiene son fórmulas infalibles para crear una dependencia
permanente de su corazón hacia el amor de otras personas. El hombre y la
mujer no terminan de crecer emocionalmente. Su educación no se los
promueve. Crecen para ser dependientes de otros. Se crece con la idea de
buscar a alguien que lo ame por obligación. Se inventa una ceremonia de
matrimonio donde se firma un papel y se promete amar obligatoriamente el
uno a la otra y viceversa. Como si al corazón se le pudiera obligar a amar.
Y luego, el ser busca desesperadamente en medio de su inseguridad, el amor
de alguien que lo salve de la soledad… porque nunca aprendió a vivir y
disfrutar de su soledad. Porque nunca aprendió a amarse a sí mismo para
después amar de manera completa a otro ser. Se concibe como una mitad de
ser humano en busca de un complemento… y pasa toda una vida buscando
completarse con otro ser incompleto. Esa es la tragedia.
El hombre y la mujer del futuro que veo y que vamos a construir es un ser
humano completo que se sabe completo y ama de manera completa, con ese
amor que no esclaviza, con ese amor que ama responsablemente, con ese
amor que une para construir familias completas, que educa a niños completos
y sanos emocionalmente, ese es el germen de la nueva semilla. Esa semilla
que aporta el saber que estamos completos desde que nacemos y que todos
los demás son miedos creados por la inconsciencia de la ignorancia.
Este es el momento en que habremos de empezar a construir el nuevo mundo,
la nueva sociedad. Con la luz fresca de un conocimiento que libera y que
permite pensar y sentir desde una plataforma libre del temor. Sólo los esclavos
del pensamiento buscan aprobación en los demás.
Sólo los esclavos del corazón buscan el amor que viene de fuera. Nosotros
estaremos creciendo para pensar lo que nos parezca más correcto y sentirnos
plenos y satisfechos con nosotros mismos, ya sea que estemos en familia o
solitarios. El hombre libre forma parte de una nuevo mundo al que ya
pertenecen muchos miles de escogidos. Esta es la invitación que te hago… Tú
decides.
4. Hablemos de la Ciencia. La ciencia del hombre ha venido creciendo y
desarrollándose en forma acelerada no dando tiempo a la humanidad a que
cuestione la moral que va implícita en su ciencia. El hombre ha venido
caminando acercándose a los misterios de la naturaleza pero se ha alejado del
que debiera ser el principal motivo de su investigación: el hombre mismo. La
ciencia humanista no existe, existe la ciencia capitalista, la ciencia bélica, la
ciencia del temor, la ciencia de la ambición. Esas son las ciencias que existen.
Lo que se investiga no se hace por la investigación en sí, se hace porque el
hombre teme ser atacado, se hace porque el hombre ambiciona tener más
dinero y poder, se hace porque “de no hacerlo alguien más lo hará y entonces
me someterá”. Vivimos días de inseguridad, el hombre le teme al hombre. El
hombre es esclavo de su temor y ese temor configura todo lo que hace.
Ha creado una ciencia que pretende patentar, es decir, pretende adueñarse de
lo que la naturaleza ha construido. De la misma forma como el hombre se
apropió de las tierras que la naturaleza generosamente le proporcionó y les
llamó naciones y les puso muros y cobró impuestos para poder vivir en ellas,
de la misma forma pretende ahora apropiarse del genoma humano, para
después venderlo a quienes pretendan tener hijos con atributos inventados en
laboratorios, manipulando genes y pretendiendo corregir a la naturaleza.
Una moral perdida en medio del temor. Temor a sufrir enfermedades que el
mismo hombre ha creado por apartarse de los lineamientos de su humana
naturaleza, por alterar los alimentos con que se nutre agregándole lo que sus
malos hábitos le causan que pierda. Poniéndole vitaminas a lo que ya tenía
pero que al procesarlo para envasarlo las pierde. Creando dietas para seres
humanos que perdieron la sana costumbre de comer para saciar el hambre y
no para dar gusto a su paladar. Una civilización que busca substituir a la
naturaleza pensando que puede crear en laboratorios lo que a la naturaleza le
llevó millones de años crear.
Y el ser humano se encierra a trabajar en oficinas, en espacios con aires
filtrados porque no conviene respirar el aire de las ciudades, lleno de polvos y
contaminantes, y regulando la temperatura del cuarto que a su cuerpo le
place, porque la ropa que lleva puesta impide a su cuerpo transpirar y eso
provocaría un mal gusto en la sociedad que ha construido. El nylon y el
poliéster, fabricados en grandes laboratorios no fueron hechos para el cuerpo
humano, por eso es necesario ir a los gimnasios y a los SPA, para darle al
hombre y a la mujer actual un sentimiento de salud, cuando el realidad lo único
que le dan es una dependencia a lo artificial y carente de la energía natural
que proporciona la salud y la vida energética.
Por esta razón el ser humano se aterroriza cuando oye el término
“calentamiento global” pensando que sus días de confort terminarán, tendrá
que apartarse de sus comodidades para no gastar tanto combustible fósil que
contamina al mundo.
Pero todo esto no es sino una consecuencia de una larga vida inconsciente,
bastaron unas cuantas generaciones disfrutando de una ciencia sin moral para
que la naturaleza reclamara al hombre su pretensión de querer ser Dios.
Es el momento de crear una nueva ciencia. Una ciencia humanista que
investigue al hombre. Que abra las posibilidades a un nuevo terreno, una
ciencia ética, que busque lo que es bueno en lo natural, que regrese al hombre
lo que le quitó, que lo devuelva a la naturaleza, que lo regrese a lo natural, que
elimine tanta electrónica y le dé más espacios, que quite su atención de lo
sexual y lo coloque en la mesura de lo elevado. El hombre y la mujer
equilibrados son aquellos que se ven a sí mismos como parte de una extensión
del mundo, aquellos que viven su libertad en medio de un mundo que busca la
trascendencia de sus actos y no la mera satisfacción de lo inmediato.
Necesitamos a un mundo que se mueva en torno a los valores que trascienden,
que cree para el mañana, que no piense en términos de una sola vida.
Que no investigue para modificar lo que la naturaleza ya provee al hombre,
sino que investigue cómo puede el hombre acercarse más a la naturaleza
humana.
Que busque las respuestas del por qué de las emociones humanas, que busque
los porqués de la vida, que hay atrás de los sentimientos místicos del ser
humano, que hay más allá de la muerte, que busque la manera de igualar los
derechos de los seres humanos, que deje de tomar como conejillos de indias a
los pueblos pobres y les conceda las mismas oportunidades de crecer y
desarrollarse que tienen los demás.
Una ciencia que busque explicar el milagro de la vida, pero no en términos de
genes y cromosomas, no. Eso la naturaleza ya lo respondió y lo viene haciendo
desde siempre. Que explique por qué los padres deben cuidar a los hijos,
porque un hijo quiere tanto a su madre. Porqué un padre puede dar la vida por
su hijo, porque una semilla crece hasta convertirse en un árbol y después da
más semillas para que nuevos árboles sigan creciendo. Porqué es así la vida,
porque todas las especies deben seguir viviendo. Quién impulsa todo esta vida
en movimiento.
Una ciencia que mire más allá de sus ojos. Que interprete a la luz de lo interno
lo que sus aparatos le indican.
Una ciencia que vaya a la raíz de los porqués. Que responda desde adentro y
no desde los cánones que los padres del método científico les impusieron.
Sólo así, podremos acercarnos a la verdadera motivación de la ciencia. Ese
impulso misterioso que surge desde que se es niño y nos mueve a descubrir
cómo funciona el mundo… pero para satisfacer al espíritu… no a un cuerpo que
quiere vivir más cómodo y más seguro.
5. La Religión. Muy dentro del hombre existe el impulso de buscar a Dios. Y
esto ha hecho que desde el principio de los tiempos, los seres humanos sean
presas de las instituciones religiosas. El ser humano como hijo de Dios recibió
las señales completas para regresar a él. Nació con un mapa inscrito en sí
mismo dentro de su propia esencia que le indica el camino de retorno…
Pero el hombre no ha aprendido a mirar hacia dentro. El hombre desde el
primer instante de su nacimiento abre sus ojos y su prioridad es sobrevivir
afuera, sus padres lo educan para que siga siendo igual de ciego y sordo que
ellos a su realidad interior, el hombre y la mujer aprenden a vivir en el mundo
exterior… y olvidan cómo deben vivir dentro.
Y después… deben buscar una religión que les recuerde lo que llevan inscrito
en sus cuerpos, en sus mentes, en sus corazones. Y los seres humanos llegan a
las religiones buscando esas respuestas y sólo encuentran advertencias y
promesas.
Advertencias de cómo no se debe vivir, mandamientos de lo que no se debe
hacer y miles de reglas que sólo le cortan las alas a su espíritu y lo llenan de
temores que no comprende.
Al principio el amor a Dios tal vez lo atraiga a la religión, después… es el temor
a Dios lo que lo mantiene dentro de ella. Como niños pequeños las religiones
educan a sus pueblos, inspirando temor y coartando el razonamiento de las
mentes que en busca de una libertad se someten a la esclavitud.
Pocas son las mentes que se atreven a cuestionar la divinidad de una
institución o las enseñanzas de un libro sagrado sin sentir dentro de ellas un
temor reverente acerca de lo que puede llegar a pasarles.
¿Esa es la libertad que buscaban en su religión?
Pero los hombres cambian y las religiones también. Surgen nuevas ideas,
nuevos profetas que de tiempo en tiempo elevan su voz para hacer la luz
donde la obscuridad ya es insoportable.
Y esas buenas nuevas llenan de esperanza los corazones, no es verdad que el
hombre deba luchar por una salvación. Los únicos que deberían buscar la
salvación serían las instituciones religiosas porque el tiempo es llegado para
que los seres humanos puedan ver nuevamente la luz.
¡Ya basta de oprimir a los corazones con el temor de una condena eterna o una
destrucción mundial! ¡Ya basta de atemorizar a los pobres de espíritu! El día de
la liberación se acerca.
Las religiones no han cumplido con su labor de acercar al hombre.
Cada una de ellas lucha por sobrevivir y al igual que un producto del
supermercado tiene que hacer propaganda como si conquistando al mayor
número de personas se tuviera una mayor validez en lo que predica.
La verdad del espíritu es clara y diáfana para el que la ve. No se trata de
polemizar lo que es verdad inobjetable. Cada quién sabe lo que percibe dentro
de él y esa será su verdad. Si está dispuesto a enriquecerla sometiéndola a
prueba, bienvenido el intercambio, si no lo está, tiene todo su derecho, esa es
una libertad que cada uno tiene de creer y sentir lo que su corazón le dicta.
Pero la sociedad no lo entiende así. Miles de pueblos ejercen presión sobre sus
habitantes para que cumplan con los ritos religiosos. Miles de padres lo hacen
con sus hijos, muchos gobiernos presionan a sus votantes para que cumplan
con determinada religión… Y esto ocurre en los países llamados
democráticos… ¿es esto lo que las religiones enseñan? No lo es… pero
lamentablemente, es lo que las religiones practican.
Por esta razón, las instituciones religiosas están condenadas a desaparecer. Los
profetas nunca desaparecerán pues son el producto de una humanidad que se
acerca a Dios y que va comprendiéndolo cada vez mejor, pero las instituciones
que quedan después de que el profeta se fue, son las que se degradan para
convertirse de difusoras de un conocimiento y una verdad sagrada en
constructores de ritos y dogmas que encadenan a las masas de creyentes.
La nueva religión será individual, como lo es la percepción de Dios, de la
misma forma como el arte lleva a un pintor a expresarse de una manera única
y total, de la misma forma como la música la hace el compositor siguiendo su
verdad interior, de la misma manera la religión será personal y única para cada
ser humano. Esperemos y trabajemos para que sea así.
6. Hablemos de los Gobiernos. El hombre ha creado una sociedad regida por
gobiernos, a veces elegidos por el pueblo y otras veces elegidos por las armas.
El hombre no ha alcanzado la estatura para gobernarse solo. No le es posible
dirigirse hacia un futuro armónico. Por esta razón el hombre debe tener un
gobierno que lo rija y le diga lo que tiene que hacer.
Y un gobierno se constituye por seres humanos igualmente incompletos, con
visiones particularmente cortas de lo que debe ser un pueblo y con
aspiraciones egoístas de intereses personales siempre puestos por encima de
los del pueblo.
Pero los hombres y las mujeres de un pueblo no pueden aspirar a más cuando
están desconectados de la luz que brilla en su interior.
El hombre que no sabe pensar en otros no puede aspirar a gobernarlos. El
hombre que no es capaz de sentir la necesidad de un pueblo no es capaz de
liderarlos.
Tanto los dictadores como los presidentes tienen metas personales, tienen
intereses personales, los medios que utilizan para llegar al poder serán
diferentes pero sus seres internos están igualmente enfermos de la necesidad
de poder.
Un dictador tal vez tenga una necesidad mayor de mantener su poder por
medio del temor y de todo un sistema de represión en el pueblo, pero un
presidente en un país democrático surge de un grupo de poder que por medio
de alianzas con otros grupos de poder, llega a conquistar el voto de un
pueblo… pero…
Estando en el gobierno tiene intereses que representar, tiene compromisos que
pagar, tiene promesas que cumplir, alianzas que debe respetar, y el pueblo…
El pueblo tiene que esperar a que todos estos pagarés sean satisfechos para
que finalmente sea el pueblo el que reciba los beneficios.
Por esta razón urge una reforma en los gobiernos de la sociedad. La llamada
democracia es una bandera ya gastada en medio de una clase política que se
ha apoderado de muchos países e impide su evolución.
No es posible que el mundo mire de manera impasible como un presidente le
hace la guerra a un país sólo para ganar votos y pagar ciertos intereses
económicos que lo llevaron a la presidencia en su propio país.
El mundo no anda bien cuando las Naciones Unidas son rehenes de los
gobiernos poderosos que subsidian sus programas de asistencia social. Pero en
la nueva sociedad, nada de esto puede permitirse. El nuevo hombre reclama
un gobierno que lo represente, que lo consulte, que sea el que ejerza la opinión
de las mayorías y que no lo compre con regalos de esos que reparte en las
campañas para luego olvidarse de sus necesidades.
El nuevo ser humano se regirá por su corazón, será consciente de sus
responsabilidades como ciudadano y entenderá que la madurez de un país
estriba en la forma como enfrenta su futuro.
Cuando un gobierno toma decisiones no pensando en la próxima elección, sino
pensando en las generaciones de niños que con esperanza piden a sus padres
un mundo mejor donde ellos puedan vivir. Nuestra revolución no es una
revolución violenta. Es una revolución de luces, es una revolución de ideas, es
una serie de cambios surgidos de la conciencia de un pueblo que despierta.
No será con promesas como se conquista a un pueblo que piensa.
No será con dinero como se compra el voto de una sociedad que sabe tomar
decisiones y está consciente de los problemas que debe resolver.
No será con campañas que maquillan la biografía de los candidatos como se
seleccionarán a los mejores hombres y mujeres para gobernar un pueblo que
sabe lo que quiere.
Por eso el ser humano debe despertar desde adentro de sí mismo. Debe
despertar al espíritu.
Debe apagar la televisión y prender su realidad interior. ¿Qué le falta para ser
feliz? ¿Qué le falta para educar con sabiduría a sus hijos? ¿Qué requiere para
tener satisfechas sus necesidades básicas? Preguntémonos: ¿No da la Tierra
suficiente alimento para toda la humanidad? ¿No proporciona la Tierra
suficiente riqueza para que toda la humanidad sea feliz? ¿no hay suficiente
espacio para que todos tengan un hogar digno de una familia? El problema no
es de escasez, el problema es de distribución.
Todo el problema del hombre es que creó una sociedad que permitió que la
riqueza se acumulara en unos cuantos. Y ahora el sistema permite que esos
cuantos poderosos se hagan más poderosos, y los pobres se hagan más
pobres. Los sistemas actuales que la sociedad ha practicado no lo llevan a la
igualdad de oportunidades, es necesario crear una nueva economía con
sentido humanista y social que busque verdaderamente el bienestar del ser
humano. Que explote los bosques, pero con sentido ecológico, que construya
ciudades, pero respetando los espacios que las personas necesitan, que cree
fuentes de empleo, pero no para agrandar las fortunas de unos cuantos sino
para que sea la sociedad la que se beneficie de ellas.
Tanto los empresarios como los dirigentes sindicales, tanto los líderes religiosos
como dirigentes de los gobiernos, todos ellos buscan con egoísmos enfermizos
la mayoría de las veces, mantener su posición a costa de los principios que
esgrimieron mientras trataban de llegar ahí.
Pero la nueva sociedad busca algo diferente. La nueva sociedad busca
despertar la conciencia de un pueblo que ha esperado pacientemente a que
madurara. La semilla ha crecido. La luz interior por fin empieza a vislumbrar un
nuevo futuro. El espíritu lanza una mirada al mundo donde vive y de manera
tranquila se apresta a tomar el azadón, para arar en los corazones y las mentes
los surcos donde las nuevas semillas crecerán. Ha llegado el momento de
iniciar la siembra.
No es una lucha violenta, no es ni siquiera una lucha, es simplemente un
cambio, radical, pero al fin un cambio.
¿Cómo se realiza una revolución total?
Sólo cuando el pueblo entero despierta y ve la luz que anteriormente no había
captado. Un pueblo en tinieblas no podría caminar. Pero un pueblo que percibe
en sus mentes una nueva realidad inicia un camino diferente y tarde o
temprano todas sus instituciones cambian y empiezan a reflejar esa nueva
sociedad que antes fue sólo un sueño.
El espíritu requiere de un nuevo mundo. Un mundo donde las ideas sean
luminosas, donde los problemas tengan solución, donde las voces de los más
débiles sean escuchadas tanto como las de los más fuertes. Donde no exista
un problema de distribución. Donde todos seamos parte de la solución y no
parte del problema. Donde los corazones se sumen al trabajo y las condiciones
sean dignas para todos. Donde el respeto a las ideas y la tolerancia a las
diferencias de opinión sean la norma que rija la convivencia social. Este es el
mundo que vamos a construir. Se preguntarán cómo. Yo les respondo… con la
luz del espíritu que está por despertar.
7. La Educación. No podríamos terminar esta visión del mundo sin tocar a la
educación. Es ahí donde reside la esperanza de los pueblos. Mi corazón se
estremece cuando veo la situación que priva en el mundo y donde los niños
son, muchas veces, las víctimas más inocentes de todo esta tragedia. Es una
tragedia lo que ocurre en países pobres donde son los niños los que trabajan
para mantener una familia donde el padre ha huido, ha enfermado o
simplemente ha muerto.
Niños sin infancia.
Es una tragedia cuando los niños son maltratados por sus propios padres que
los obligan a trabajar para subsanar lo que ellos no pueden proveer. Es una
tragedia cuando cambian el estudio por el trabajo. Pero también es una
tragedia cuando los niños reciben una educación para aprender a manejar un
fusil, o una pistola, cuando lo que reciben en la escuela es una enseñanza que
los enseñan a odiar a los enemigos de sus padres y de sus maestros. Cuando
siembran odios en sus corazones inocentes. Esa es la tragedia de los pueblos
gobernados por la violencia y las guerras.
Pueblos enteros sacrificando a sus niños para crear soldados que defiendan
una tierra, una religión, un modo de vida. Esto es una tragedia. El mundo sabe
esto y lo calla muchas veces.
El mundo sabe de lo que se vive en África y lo calla. De las miserias que
provocan la muerte de miles de niños sin tener siquiera oportunidad de ver
alguna vez un juguete, de conocer alguna vez una televisión.
De cierto les digo que hay tragedias que se escriben todos los días, mientras
en otra parte del mundo hay niños disfrutando de una función de cine.
Un mundo de contrastes. ¿Dónde está la solución a estos problemas? En la
infancia. En la educación de los niños. Ahí está la solución de los problemas
que la humanidad sufre. No oculten los problemas a sus hijos, no les pinten un
mundo que no existe, háganlos ver los contrastes y permítanles participar con
ideas en la solución de los problemas.
Un niño que crece sabiendo de los problemas que aquejan al mundo, tiene
tiempo para ir madurando soluciones que pueden estar listas para cuando
tenga la edad de ponerlas en práctica. La humanidad cuenta con ustedes para
resolver sus problemas. El mayor patrimonio de la sociedad reside en sus hijos.
Pero para esto requerimos una nueva forma de educar. Y para educar de una
manera diferente requerimos un nuevo tipo de maestros.
Unos maestros que puedan ver el potencial de lo que los niños pueden hacer.
Que no vean a los niños como indefensos o como seres que no saben hacer
nada y que los están instruyendo.
Que vean a los niños como las semillas de los grandes hombres y mujeres que
serán mañana. Que los eduquen teniendo en mente que quién está sentado
jugando ahora, puede ser el gran líder que resolverá el problema de escasez de
agua mañana.
Que vean a los líderes del futuro, que vean a los grandes científicos, a los
grandes gobernantes, a los líderes religiosos que guiarán pueblos hacia nuevos
horizontes que hoy no sospechamos.
La magia de las ideas se hace realidad cuando un maestro ve con amor a sus
alumnos y respeta al ser que está creciendo dentro.
La magia de la enseñanza se desencadena cuando un maestro ve a través de
la carita dulce de una niña a la gran señora que tal vez dirija universidades en
el futuro. Las escuelas son los templos donde se forja el espíritu de los niños.
Pero los maestros son los grandes escultores de sueños, son los grandes
escritores que enseñan a escribir futuros en las mentes de los niños. Por esta
razón, los maestros deben ser respetados y tener un lugar primordial en la
sociedad.
Por esta razón los niños son la esperanza de un futuro que la humanidad
espera y necesita. Aquél que con amor enseña, termina de formar lo que la
familia le entrega en sus hijos. Y si entendemos que la responsabilidad de
educar no reside exclusivamente en las escuelas, sino también en los hogares,
y cada padre entiende su función como formadores, entonces la sociedad
estará muy cerca de entender la trascendencia de la educación y estará
sembrando un futuro promisorio para todos.
La educación no termina cuando termina la escuela, la educación es una
disciplina tan importante como el deporte que fortalece al cuerpo, la educación
fortalece los valores, y son los valores los que nos soportan cuando la vida nos
regala los problemas. Esa es la función de la educación y esa es la esperanza
de la humanidad.
En la nueva educación los seres humanos promoverán los valores que
trascienden, entenderán que si bien, es importante luchar por construir un
patrimonio para la familia, también lo es construir un patrimonio para la
humanidad. La educación debe hacer énfasis en la trascendencia de las metas
que se buscan para la humanidad.
El niño debe sentirse corresponsable de lo que pasa en lugares lejanos debe
sentirse con la capacidad para resolver los problemas del mundo, el niño debe
sentirse parte de todo el mundo, para que realmente sus ideas puedan tener
ese alcance y cuando sea mayor no los vea como problemas ajenos. El mundo
se ha encogido. Los problemas ahora son de todos, la naturaleza hace fluir el
aire y el agua por todas las naciones del mundo y el aire que hoy se respira en
México ayer se respiró el Suramérica y tal vez mañana lo hará en Asia.
De igual forma, el agua que hoy cae en lluvia en China, tarde o temprano
estará de vuelta en América o en Australia. El mundo se une en muchos
sentidos y de la misma forma deben unirse las mentes de los niños por una
educación que los haga sentirse como una gran familia donde todos puedan
ayudarse mutuamente. Esa es la esperanza de la educación. Una educación
que forme a los seres que crearán la nueva humanidad.
Con esto terminamos esta visión parcial del mundo. En las futuras
comunicaciones hablaremos de cómo debe ser un camino hacia la luz.
Venerable Colegio de Ancianos de la Orden de Melquizedek.
Mayo de 2007

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