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LINAJES DE LOS PRIMEROS CRIADORES

DE
“TOROS JIJONES”

Candelas Naranjo González


Cecilio Naranjo González

Fuenlabrada, 2010
Publicado en: http://corredordeencierros.blogspot.com/

Textos: Candelas y Cecilio Naranjo González


Correo electrónico: cecilionaranjo@telefónica.net
Fuenlabrada, 2010

Contraportada: Anagrama de don José Jijón en la rejería del patio de la casa de los Jijón

Ilustraciones: Pablo Moreno Alcolado


Fotografías: Fernando Beneytez Peñuelas

Agradecemos a los autores la autorización para publicar sus obras en este artículo.
Agradecimiento que hacemos extensivo a Ana Rosa Maesa Govantes y a la familia
Peñuelas, de Villarrubia de los Ojos, por su buena predisposición para colaborar en
nuestro trabajo.
Índice

Introducción .................................................................. 3

1. APROXIMACIÓN A LA FECHA DE INICIO DE UNA ACTIVIDAD PRODUCTIVA


DE GANADO VACUNO EN VILLARRUBIA DE LOS OJOS ........................... 5

2. CONSOLIDACIÓN DE LA GANADERÍA DE LOS JIJONES ...........................10


3. GENEALOGÍA DE LAS DOS RAMAS DE LA FAMILIA JIJÓN .........................16

A. Los orígenes familiares


1. Los Jijón de Salcedo o Sánchez-Jijón .............................. 17
2. Los Jijón González .................................................... 19
B. La época clásica de los toros jijones
1. Los Jijón de Salcedo o Sánchez-Jijón .............................. 21
2. Los Jijón González
2a. Rama de Villarrubia............................................. 26
2b. Rama de Valdepeñas ............................................ 28

4. EL OCASO DE LOS TOROS JIJONES ............................................31

Don Bernabé del Águila Bolaños ............................................ 31


Doña Manuela de la Dehesa y Ángulo ...................................32
Los Díaz Hidalgo ..............................................................32
Doña Maria de la Paz de Silva .............................................34

5. CONCLUSIONES ..............................................................34

Documentación y bibliografía.............................................35
Linajes de los primeros criadores de “Toros Jijones”

Candelas Naranjo González


Cecilio Naranjo González

Introducción

Quien se interese por la historia de la casta Jijona y consulte las fuentes


bibliográficas se encontrará con datos contradictorios hasta en lo más básico:
la fundación de la vacada originaria, que unas fuentes atribuyen a Juan
Sánchez-Jijón y otras a distintos descendientes suyos. También hallará datos
inconexos, como las menciones a una serie de ganaderos de apellido Jijón
(Pedro, Blas o Elena), que los tratadistas se limitan a citar sin determinar, en
la mayoría de los casos, su grado de parentesco con el citado Juan Sánchez-
Jijón ni su presunta implicación en la fundación de la casta Jijona. Por último,
comprobará que la mayoría de los autores citan los datos sin indicar las
fuentes que han utilizado, con lo que impiden su cotejo y dificultan la labor a
nuevos investigadores interesados en el tema.

Ese combinado de noticias confusas, datos inconexos y rastros eliminados es el


que nosotros, como aficionados a los toros, nos encontrábamos al leer libros
de tauromaquia donde se incluye algún capítulo dedicado a la casta
fundacional Jijona. Por ello, nos planteamos la posibilidad de tratar de buscar
nuevas referencias que nos aportaran algo más de luz al tema y, como
aficionados a la genealogía, dejamos aparcados los estudios privados que
habitualmente nos ocupan y nos enfrascamos en la investigación de los
primeros criadores de Toros Jijones.

Comenzamos reuniendo la información que ofrecen autores como Luis Uriarte,


Filiberto Mira, Luis Villalobos, Antonio López Martínez, Rafael Cabrera Bonet,
Francisco López izquierdo o, como no, José María de Cossio. Así mismo,
buscamos información general en obras de diversas temáticas relacionadas
con campos históricos, económicos y sociales de Villarrubia de los Ojos y la
región de La Mancha escritas por autores como Carmelo Viñas y Ramón Paz,
Luis Díaz de la Guardia, Jerónimo López-Salazar o Trevor J. Dadson, quien nos
ha aportado información muy valiosa aún cuando su libro, Los moriscos de
Villarrubia de los Ojos, no tiene relación alguna con la temática taurina.

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Candelas y Cecilio Naranjo González

Finalmente, buscamos nuevos datos en diferentes archivos: Archivo Histórico


Nacional, Archivo Histórico Provincial de Ciudad Real, Archivo Histórico
Provincial de Zaragoza, Archivo General del Palacio Real de Madrid, Archivo
de la Real Chancillería de Granada, Archivo General de Simancas y Archivo
Diocesano de Ciudad Real.

Debemos lamentar la escasez de protocolos notariales de Villarrubia de los


Ojos anteriores a mediados del siglo XVIII, pues en el Archivo Histórico
Provincial de Ciudad Real sólo se conservan los de 1678 y 1679, y que las
partidas de bautismo, matrimonio y defunción de Villarrubia comiencen a
partir de 1586, 1587 y 1645, respectivamente. Esas dos circunstancias
dificultaron nuestra investigación, pero cruzando e interpretando las
referencias que hemos localizado, estamos en disposición de decir que la
historia de la fundación de la casta Jijona debería rectificarse, aunque sólo
sea de forma parcial. Conclusión que trataremos de explicar a lo largo de este
artículo.

Disponemos de otros datos sobre los orígenes de la familia Jijón y el


desarrollo de sus diversas ramas que nos pueden servir de base para un
estudio genealógico que se publicaría en foros especializados, pero esos datos
no parecen, en principio, relevantes en la fundación de la casta Jijona. Por
ello, no nos remontaremos en el tiempo para entrar a debatir con Villalobos
sobre el posible origen de la familia y el artículo arrancará en 1575, fecha de
la Relaciones histórico-geográfico-estadísticas de los pueblos de España
hechas por iniciativa de Felipe II, que nos servirán de punto de partida para
tratar de fijar el inicio de la actividad ganadera en Villarrubia de los Ojos.

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Linajes de los primeros criadores de “Toros Jijones”

1. APROXIMACIÓN A LA FECHA DE INICIO DE UNA ACTIVIDAD PRODUCTIVA


DE GANADO VACUNO EN VILLARRUBIA DE LOS OJOS.

Nadie ha aportado hasta ahora pruebas fehacientes que acrediten el origen de


la casta Jijona, por lo que sólo cabe calificar como de teorías lo recogido al
respecto por la bibliografía taurina.

La más repetida es que la casta jijona procede de la ganadería que en


Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real) fundó Juan Sánchez-Jijón hacia 1618
aprovechando las posibilidades que le ofrecía su cargo de intendente del rey
Felipe III en la vacada del Real Patrimonio.

Ese dato de la supuesta intendencia de Juan Sánchez-Jijón es tan significativo


que lo rastreamos para evaluar la verosimilitud de esta teoría mayoritaria.
Para ello, hicimos una consulta al Archivo General del Palacio Real de Madrid,
que es donde se conserva toda la documentación del Real Sitio de Aranjuez,
pidiendo que nos confirmara si habían ostentado los cargos de intendentes
Juan Sánchez-Jijón o su padre, Gonzalo Sánchez. La respuesta recibida fue:
“Consultada nuestra Sección de Expedientes Personales, no se ha localizado
ninguna persona que coincida con los datos aportados”.

Quisimos constatar en persona ese desmentido oficial y pudimos comprobar


que en el siglo XVII no existía el cargo de “intendente” en el Real Patrimonio
y que el oficio de “mayoral” de la Real Vacada, que era el que más se
acercaba a lo que estábamos buscando, fue ocupado sucesivamente entre
finales del siglo XVI y mediados del XVII por: Juan de Aragón, Diego Peinado,
Diego Peinado de la Higuera, Juan Martínez de la Higuera y Alonso Peinado.

Juan Sánchez-Jijón no aparece en el archivo.

Encontramos documentos relativos a un Juan Sánchez, que fue “Tenedor de


Materiales del Real Sitio” entre 1624 y 1634. Ya no sería, por tanto, ni
intendente ni mayoral de la vacada. Pero, en todo caso, creemos que no es el
Juan Sánchez-Jijón que buscamos. En primer lugar, porque al tratarse de un
nombre tan común aumentan las probabilidades de que sea otra persona; y,
sobre todo, porque Juan y José Jijón de Salcedo, nietos del célebre Juan
Sánchez-Jijón, solicitaron en 1730 copia de una carta de hidalguía otorgada a
un supuesto antepasado suyo por la Real Chancillería de Valladolid en 1534
(ARCHGR: Sección de hidalguías. 4636-3 y 14419-24, 31 y 32), detallando en
esa solicitud todos los títulos y cargos honoríficos ostentados por los miembros
de su familia y no hacen mención alguna a que su abuelo hubiese servido en la
Casa Real. Algo que, de ser cierto, sin duda hubieran incluido.

Por todo ello, salvo que aparezca una prueba fehaciente en contrario,
creemos que Juan Sánchez-Jijón no fue intendente de la vacada del Real

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Candelas y Cecilio Naranjo González

Patrimonio en tiempos de Felipe III ni ostentó ningún otro cargo en Palacio,


con lo que la tesis mayoritaria de la fundación de la ganadería que dio origen
a la casta Jijona pierde su verosimilitud. Y, por supuesto, negamos toda
credibilidad a otros artículos en los que se dice que la ganadería fue fundada
por Juan Sánchez-Jijón en 1598 dado que, en esa fecha, sólo contaba con
cinco años de edad.

Estos desmentidos obligan a partir en la investigación del dato indubitado de


que la supuesta vacada primigenia de la que surgió la casta Jijona estuvo
asentada en Villarrubia de los Ojos para tratar de hallar el inicio de una
actividad productiva de ganado vacuno en dicha localidad.

Fig. 1. Mapa de situación de Villarrubia de los Ojos

En las Relaciones Topográficas de Felipe II, fechadas en 1575, los vecinos de


Villarrubia de los Ojos declararon que una gran parte del término estaba
dedicada a pastos comunales con monte bajo y encinares, circunstancia que
favorecía una actividad ganadera relativamente importante que se centraba,
según consta en la respuesta al capítulo 42, en las especies de ovino, caprino
y porcino. Los vecinos responden al capítulo 26 que “también hay algunos
ganados vacunos”, pero eso no nos hace pensar en una ganadería ni específica
ni trascendente, sino más bien en unas pocas cabezas de ganado: “vacas y
bueyes de arada”, como se dice en la respuesta al capítulo 24.

Según detalla Jerónimo López-Salazar (López-Salazar: 1986, pág. 45), la


producción ganadera de Villarrrubia de los Ojos a finales del siglo XVI era:

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Linajes de los primeros criadores de “Toros Jijones”

Es decir, expresamente nos señala este autor la ausencia de actividad


productiva de ganado vacuno en Villarrubia a finales del siglo XVI.

Ese hecho se vuelve a confirmar a principios del XVII. En Villarrubia se


celebraba una feria de ganado anual el día de San Andrés, a la que acudían
tanto ganaderos de la comarca como trashumantes, y en la feria de 1603 sólo
se comercializó con puercos, caballos, mulas, yeguas y potros (AHPZ: Híjar. 4-
288-1. Citado por Dadson: 2007, pág. 209).

No será hasta 1645 cuando hallemos la primera noticia de una actividad


productiva trascendente de ganado vacuno en Villarrubia.

El duque de Híjar, señor de Villarrubia, estando inmerso en una disputa


judicial contra un pariente de Juan Jijón de Salcedo, amplía el cerco familiar
y ordena en 1645 que se instruya un proceso contra éste “sobre daños que sus
ganados vacuno, ovejuno y yeguas hacían en las heredades de los demás
vecinos” (AHPZ: Híjar. 4ª-288-1. Citado por Dadson: 2007. Pág 737).

Según declaran los testigos, Juan Jijón de Salcedo era propietario de: 300
cabezas de ganado vacuno, entre toros y vacas, 80 lechones, mucho ganado
lanar y una gran yeguada, que pastaban libremente en Villarrubia invadiendo
los sembrados (AHPZ: Híjar. 4-288-1).

Queremos dejar indicado que el nombre que aparece en el documento es


“Juan Jijón de Salcedo”. Aunque en la bibliografía taurina siempre se habla
del apellido “Sánchez Jijón”, y nosotros hasta aquí así lo veníamos utilizando,
el apellido usado normalmente por la familia en esta época era “Jijón de
Salcedo”. Por ello, a partir de ahora, al referirnos a este personaje
utilizaremos la fórmula “Juan Sánchez-Jijón de Salcedo” para evitar
confusiones y, de alguna forma, tratar de respetar el apellido familiar.

Es notorio, según este documento, que Juan Sánchez-Jijón de Salcedo en 1645


era criador de todo tipo de ganado: vacuno, ovejuno, yeguas y cerdos.
Entendemos, eso sí, que por aquellos años debía estar incrementando
notablemente el número de cabezas de ganado vacuno, y que pastaban
libremente por los prados comunales de Villarrubia, de ahí que surja una
primera denuncia por daños al resto de vecinos.

Aunque no aparece como denunciado, en este mismo documento se cita a otro


propietario de vacuno: Francisco Jijón. Años más tarde, en 1650, su hijo don
Pedro Jijón González es denunciado por haber vendido una partida de 25 ó 26
toros a un vecino de Tembleque (Toledo) sin haberlo declarado, tratando de
evitar el impuesto de las alcabalas (AHPZ: Híjar. 4-288-1).

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Candelas y Cecilio Naranjo González

Más trascendente para la historia de la casta Jijona es el informe que la


justicia de Villarrubia inicia en 1657 “sobre los daños que en dichas tierras
hacen los ganados de los Jijones”, en el que los vecinos manifiestan que:
“...tan gran multitud de ganado y reses vacunas, que pasaban de mil y
quinientas, que era ganado indómito y sumamente nocivo, además de cuatro
yeguadas y muchas muletadas y gran suma de ganado lanar, cabrío y de cerda
que cubrían los campos de esa villa, sin que tuviesen dehesas fuera de los
términos para ello, como los tenían los demás ganaderos de la comarca, ni
querer encerrar en corrales de noche las vacas, toros y becerros. Que era el
ganado más perjudicial que había...” (AHPZ: Híjar. 4-288-1. Citado por
Dadson: 2007, pág. 743).

Ya no se trata de un mero enfrentamiento personal con el duque Híjar, sino


de una auténtica denuncia de los vecinos que va dirigida contra cuatro
personas:

- Doña Quiteria de Cervantes, viuda de Juan Sánchez-Jijón de Salcedo.


- Juan Jijón de Salcedo, el hijo que continuó al frente de la ganadería.
- Doña María de Salcedo Jijón, hermana del ganadero fallecido.
- Don Pedro Jijón González, el hijo de Francisco Jijón.

Analizando estos documentos podemos obtener algunos datos que nos parecen
importantes a la hora de estudiar el origen de la casta Jijona.

Fig. 2. Fuente: elaboración propia a partir de la documentación utilizada en este artículo.

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Linajes de los primeros criadores de “Toros Jijones”

El hecho de que se incluya a doña María de Salcedo Jijón junto a la viuda e


hijo de Juan Sánchez-Jijón nos hace sospechar la posibilidad no
documentada de que la explotación ganadera pudieran haberla heredado de
su padre, Gonzalo Sánchez, en cuyo caso éste pasaría a ser el fundador
primigenio de la vacada.

Por otro lado, la inclusión en la denuncia de don Pedro Jijón González es el


primer indicio de que, en todo lo relacionado con el ganado, incluido el
vacuno, la rama familiar de Juan Sánchez-Jijón de Salcedo actuaba
conjuntamente con la de don Pedro Jijón González y que ambas conformaban
todo un grupo familiar conocido como los Jijones.

Las partidas sacramentales de Villarrubia no alcanzan a documentar la más


que posible relación de parentesco entre don Pedro Jijón González y Juan
Sánchez-Jijón de Salcedo, pero todos los indicios apuntan a que podrían ser
dos descendientes de un mismo tronco familiar, los Jijón González por vía
masculina y los Sánchez-Jijón de Salcedo por vía femenina. De hecho, los dos
aparecen citados entre los herederos de Juan González “el mayor” en 1637
(ARCHGR: 4636-3).

Ahora bien, más allá de la posible relación familiar entre Juan Sánchez-Jijón
de Salcedo y don Pedro Jijón González, la importancia de que estas dos ramas
familiares sean denunciadas conjuntamente en 1657 viene dada porque, como
iremos viendo, las dos seguirán apareciendo unidas en los negocios de ganado.
Lo que indica que, más que ante dos ganaderos individualizados, estamos ante
una gran explotación ganadera familiar. Algo que quedaría definitivamente
sellado con un doble matrimonio entre hijos e hijas de ambas líneas.

Además, ya podemos hablar de una actividad productiva de ganado vacuno


importante, en la que se aprecia un claro incremento del número de reses.
Hay que recordar en el proceso de 1645 se decía que Juan Sánchez-Jijón de
Salcedo poseía 300 cabezas y ahora entre sus herederos y don Pedro Jijón
González ha aumentado su número hasta las 1.500, por lo que, en conjunto,
la explotación familiar de vacuno se habría duplicado en doce años.

Tras esta denuncia, las dos ramas de los Jijones actuaron unidas en la defensa
de sus intereses, alcanzando un acuerdo con el Concejo consistente en
arrendar las cuatro quintas partes de los pastos comunales para pastoreo del
ganado de todo el grupo familiar. Cinco años más tarde, en 1662, don Pedro
Jijón González y sus parientes volvieron a actuar unidos al solicitar la
renovación del arrendamiento (AHPZ: Híjar. 1-120-82). Renovación que, por
cierto, fue denegada por el Concejo. Y es en ese desencuentro en la
negociación donde habría que encuadrar el pleito civil que la viuda de Juan
Sánchez-Jijón de Salcedo planteó en 1662 contra dos vecinos de Villarrubia
por haber matado a uno de sus toros (AHPZ: Híjar. 4-288-1).

Cerramos, pues, este capítulo con la siguiente conclusión: Francisco Jijón y,


posiblemente, Gonzalo Sánchez Crespo eran propietarios de ganado vacuno en
Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real) en la primera mitad del siglo XVII,
aunque fue a finales de ese periodo cuando sus hijos, don Pedro Jijón

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Candelas y Cecilio Naranjo González

González y Juan Sánchez-Jijón de Salcedo, impulsaron la creación de una gran


explotación familiar, que era conocida como la ganadería de los Jijones.

2. CONSOLIDACIÓN DE LA GANADERÍA DE LOS JIJONES.

Resulta imposible determinar la razón que llevó a los Jijones a incluir el


vacuno entre las distintas especies de ganado con las que ya vendrían
comerciando. Caben todas las posibilidades.

Fig. 3. Casa de los Jijones. Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real).

Hay constancia de que el Ayuntamiento de Madrid en 1628 ya comisionaba a


veedores para ir a los montes de Toledo a buscar toros para ser corridos en los
festejos de la villa (López Izquierdo: 1975), por lo que cabría pensar que los
Jijones quisieran criar toros para la lidia. No obstante, la prudencia nos obliga
a pensar que no debió ser esa su intención primordial sino la de ampliar su
explotación ganadera con vacuno para dedicarlo al abasto de carne y sólo de
forma ocasional, como era común en la época, destinar alguna res para la

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Linajes de los primeros criadores de “Toros Jijones”

lidia si es que así se lo demandaban. Pero, hasta este momento, los


documentos sólo permiten asegurar que los Jijones poseían ganado vacuno.

En la segunda mitad del siglo XVII, la política de casamientos llevada a cabo


por las dos ramas familiares surtió efecto:

Juan Jijón de Salcedo y Juana Jijón (hijos de Juan Sánchez-Jijón de Salcedo),


se habían casado respectivamente con Isabel Jijón y Pedro Jijón González
(hijos de don Pedro Jijón González). Los cabezas de familia de esos dos
matrimonios, Juan Jijón de Salcedo y Pedro Jijón González, siguieron llevando
conjuntamente el negocio ganadero que ellos heredaron, de forma que la
mayor parte del ganado de los Jijones continuó unido y bajo una misma línea
de gestión.

Sólo algunas puntas del ganado heredado no habrían formado parte de ese
gran acuerdo familiar. Así, por ejemplo, se tiene constancia de que doña
Quiteria Jijón y Cervantes (hija de Juan Sánchez-Jijón de Salcedo), otorgó
poder en 1678 para presentar una querella ante la Justicia Ordinaria de
Villarrubia por la muerte de uno de sus toros (AHPCR: Leg. 670–1678, fol.
396). Y, por otro lado, Cristóbal Jijón González (hijo de don Pedro Jijón
González) en 1679 otorgó poder para vender en Tembleque (Toledo) una
corrida de hasta 18 toros de muerte de su vacada, (AHPCR: Leg. 670-1679, fol.
336).

Es en el marco de toda esta nueva generación de ganaderos donde podemos


acreditar que vendían toros para la lidia y que lo hacían, además, en una
cantidad significativa. Es muy probable que ya vinieran haciéndolo desde años
atrás, pero la falta de documentos nos impide afirmarlo con rotundidad. Los
únicos protocolos notariales del siglo XVII que se conservan de Villarrubia son
de los años 1678 y 1679 y en ellos aparecen los siguientes contratos de ventas
de ganado:

− Escritura de reconocimiento de deuda firmada el 21 de agosto de


1678 por un vecino de Solera, jurisdicción de Cuenca, a favor de
doña María de Mora, de don Pedro Jijón González (viuda e hijo de
don Pedro Jijón González) y de don Juan Jijón de Salcedo, por
importe de 2.500 reales correspondientes a la venta de cuatro
novillos de sus vacadas: dos de don Juan Jijón, uno de doña María y
otro de don Pedro Jijón; es decir, dos de cada una de las ramas
familiares (AHPCR: Leg. 670-1678, fol. 213).

− Escritura de reconocimiento de deuda firmada el 14 de noviembre


de 1678 por don Juan Rodríguez Carretero a favor de don Juan Jijón
de Salcedo, por importe de 1.875 reales correspondientes a la venta
de tres novillos (AHPCR: Leg. 670–1678, fol. 341).

− Escritura de reconocimiento de deuda firmada el 16 de enero de


1679 por la “Justicia” de Lillo (Toledo) a favor de don Pedro Jijón y
don Juan Jijón, por importe de 2.550 reales correspondientes a la

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Candelas y Cecilio Naranjo González

venta de tres toros para correrlos y matarlos el día 20 de ese mes


(AHPCR: Leg. 670-1679, fol. 10).

− Escritura de reconocimiento de deuda firmada el 1 de agosto de


1679 por la cofradía de San José de Lillo (Toledo) a favor de don
Pedro Jijón y don Juan Jijón, por importe de 6.300 reales
correspondientes a la venta de ocho toros para correr el 11 de
septiembre (AHPCR: Leg. 670-1679, fol. 164).

− Escritura de reconocimiento de deuda firmada el 1 de octubre de


1679 por vecinos de Fuente El Fresno (Ciudad Real) a favor de don
Pedro Jijón y don Juan Jijón, por importe de 1.600 reales
correspondientes a la venta de dos toros de muerte y capeo para
San Miguel (AHPCR: Leg. 670-1679, fol. 206).

Es evidente que los cuñados Juan Jijón y Pedro Jijón actuaron como socios en
la práctica totalidad de los protocolos, lo que nos lleva a sostener que ambos
ejercían de titulares de una única ganadería de carácter familiar, aunque
cada uno de ellos fuera propietario de sus propias reses y las pudiera
diferenciar por cualquier tipo de distintivo. Por otro lado, se aprecia que sus
toros ya gozaban en 1679 de un prestigio que se extendía, al menos, por tres
provincias: Ciudad Real, Toledo y Cuenca. A este respecto hay que tener en
cuenta que los documentos reseñados sólo hacen referencia a ventas de reses
con precio aplazado, pero hay que presumir que en aquellos años ya debían
ser mucho más numerosas las ventas de toros que realizaban, pues en los
casos en los que se pagaba al contado y la venta quedaba cerrada no se
acostumbraba a protocolizar las ventas ante fedatario público.

Tenemos, además, noticias de otros ganaderos de vacuno que vendieron toros


para la lidia:

− Escritura de reconocimiento de deuda firmada el 18 de enero de


1678 por la justicia de Lillo a favor de don Juan de Bustillo, por
importe de 2.550 reales correspondientes a la venta de tres toros de
su vacada para correr y matar el 20 de ese mes (AHPCR: Leg. 670-
1678, fol. 9).

− Escritura de reconocimiento de deuda firmada el 9 de septiembre


de 1678 por los alcaldes y regidores de Villarrubia de los Ojos a
favor de don Pedro Jijón González, don Juan Jijón de Salcedo,
Carlos de Bustillo, Juan Sánchez Terrinches y Diego López Valle, por
importe de 700 reales a cada uno de ellos de la venta de cinco toros
de muerte para correr y matar ese mismo día en la Plaza Mayor de
Villarrubia con motivo de la festividad de la Natividad de Nuestra
Señora. (AHPCR: Leg. 670-1678, fol. 226).

Todo apunta a que la ganadería de los Jijones se había consolidado. Y la


mejor prueba la encontramos en este otro documento:

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Linajes de los primeros criadores de “Toros Jijones”

− Don Pedro Jijón González y don Juan Jijón de Salcedo firmaron un


poder el 15 de agosto de 1679 a favor de “... Pedro del Moral,
vecino de Caramanchel, para que representando nuestras propias
personas venda en la villa de Madrid y otras partes donde le
pareciere una corrida de treinta toros de los de nuestras vacadas
ajustando el precio de cada uno de ellos y el plazo de la paga...”
(AHPCR: Leg. 670-1679, fol. 356).

De los treinta toros que se citan en este protocolo del mes de agosto, veinte
debieron ser los que se corrieron el día 25 de septiembre de 1679 en la Plaza
Mayor de Madrid con motivo del voto anual de San Juan. Entre los pagos que
se realizaron a los Jijones por dicha corrida cabe destacar los 16.000 reales
que recibieron por los toros, a 800 por res (López Izquierdo: 1993, pág. 216).

Hay tratadistas que defienden que en el año 1618 ya había lidiado sus toros en
Madrid Juan Sánchez-Jijón; y otros mantienen que un supuesto Blas Jijón lo
hizo en 1654. Ambos datos, en principio, hay que rechazarlos. El primero
porque es muy probable que en 1618 los Jijones no hubieran empezado a criar
ganado vacuno. Y el segundo porque, como se explicará más detalladamente
en otro capítulo, no aparece ningún Blas Jijón hasta 1667 y, por tanto, es
imposible que nadie lidiara toros con ese nombre en 1654.

Nos parece mucho más fundada la opinión de Francisco López Izquierdo, pues
ha revisado todas las cuentas del Archivo de la Villa de Madrid referentes a las
corridas de toros de la época y sostiene que fue en ese festejo de 25 de
septiembre de 1679 cuando por primera vez aparece lidiando en Madrid un
ganadero de apellido Jijón, refiriéndose a don Juan y don Pedro Jijón (López
Izquierdo: 1975, pag. 84).

Ese dato y esa fecha vienen a coincidir en el tiempo con la escritura de


apoderamiento que los ganaderos otorgaron el 15 de agosto a favor de Pedro
del Moral, un vecino de Carabanchel, ganadero o quizás tratante de ganado,
que solía actuar por cuenta del Concejo de Madrid como veedor de toros para
la Villa y Corte (López Izquierdo: 1993, pág 216). Pero en este documento no
aparece como veedor, sino que es apoderado por los Jijones para ejercer de
intermediario. Esto nos indicaría que Juan Jijón y Pedro Jijón no debían ser
muy conocidos en la capital y que no tendrían otro tipo de contacto en la
Villa, lo que reforzaría la idea de que la fecha de presentación en Madrid de
estos toros no debió ser anterior a ese poder y sí la indicada por López
Izquierdo: el 25 de septiembre de 1679.

La falta de protocolos nos impide saber las ventas que los Jijones hicieron en
los años siguientes, pero se intuye que su intención era continuar con el
negocio, pues el 1 de octubre de 1679, cinco días después de su presentación
en Madrid, ambos otorgaron un poder a favor de Cristóbal Jijón González y de
Diego Cabrero Jijón, vecinos de Almodóvar del Campo, para que ajustasen con
Diego Muñoz de Molina el gozo del patio y tierra de Mochuelos y las lomas que
se agregasen y concertasen para que pasten en ellos sus ganados (AHPCR: Leg.
670 - 1679, fol. 367).

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Candelas y Cecilio Naranjo González

Cinco años después, en 1684, morirían Juan Jijón de Salcedo y Pedro Jijón
González. Casualmente, los dos en el mismo año. Como ganaderos habían
logrado una de las grandes metas de todo criador de toros bravos: lidiar en
Madrid. Y todo apunta a que la ganadería familiar estaba ya consolidada, pues
disponer de más de cincuenta toros para la lidia implica un alto número de
cabezas de ganado. Tras la muerte de ambos, sus herederos dividieron la
ganadería en tres partes al menos:

− La correspondiente a los hijos de don Juan Jijón de Salcedo, Juan y


José Jijón, que la siguieron gestionando juntos. De aquí procede la
que, con el tiempo, llegaría a ser la más célebre ganadería de casta
Jijona.

− La correspondiente a don Blas Jijón, hijo de don Pedro Jijón


González, que lidiaría en Madrid en 1690.

− La de don Cristóbal Jijón, hermano del anterior, que se trasladaría a


Valdepeñas, dando origen a otra línea clásica de este origen. Su
nieta, doña Elena Jijón, debutaría en Madrid en 1776.

Llegados a este punto, nos surge la siguiente pregunta: si los documentos


notariales nos indicaban que la ganadería de los Jijones estaba ya consolidada
en 1679 con los cuñados Juan Jijón de Salcedo y Pedro Jijón González, ¿se
puede dar también por fundada la casta Jijona?

Fig. 4. Óleo sobre papel - Autor: Pablo Moreno Alcolado.

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Linajes de los primeros criadores de “Toros Jijones”

La bibliografía taurina suele considerar fundadores de la casta Jijona a Juan


Sánchez-Jijón de Salcedo, por el mero hecho de ser el supuesto creador de la
vacada, o a sus nietos Juan y José Jijón, diciendo que fueron éstos los que
realmente seleccionaron la ganadería, la dedicaron a la cría específica de
toros de lidia y fijaron su prototipo racial, creando el toro de casta Jijona.

Respecto a la atribución más genérica de la fundación de la casta Jijona a


Juan Sánchez-Jijón de Salcedo por ser el creador de la vacada, ya hemos visto
en el capítulo anterior que dicho honor le corresponde tanto a él como a su
consuegro don Pedro Jijón González. Por lo que, si se utiliza ese criterio
genérico, la atribución debe otorgarse a esos dos ganaderos y no a uno sólo.

Ahora bien, quienes utilizan el criterio más específico de atribuir la fundación


de la casta Jijona a Juan y José Jijón, afirmando que fueron ellos quienes
crearon el prototipo racial, están incurriendo en un grave error, por cuanto
esa afirmación implica una importantísima contradicción con la historia de la
división del tronco Jijón original en sus diversas líneas ganaderas.

Así, por ejemplo, decir que el prototipo racial de la casta Jijona fue creado
por Juan y José Jijón implica tanto como negarle el componente de dicha
casta a las ganaderías que crearon Manuel Aleas y Gil Flores.

Fig. 5. Cuadro de los criadores de Toros Jijones donde se puede comprobar la división del
tronco original antes de la titularidad de los hermanos Juan y José Jijón.

15
Candelas y Cecilio Naranjo González

Que Manuel Aleas y Gil Flores adquirieron reses de casta Jijona para formar
sus ganaderías es algo que viene manteniendo la bibliografía taurina y que ha
sido ratificado por el profesor Javier Cañón con sus estudios sobre genética. Y
también se mantiene que dichas reses procedían de las de doña Elena Jijón,
vecina de Valdepeñas. Entonces, si hubieran sido Juan y José Jijón los que
hubieran fijado el prototipo racial, lógicamente, de sus reses deberían
proceder las de doña Elena.

Pues bien, doña Elena no era descendiente ni de Juan ni de José Jijón. Como
hemos indicado anteriormente, provenía de la otra línea familiar: era biznieta
de Pedro Jijón González. Así, si se mantiene que las reses de doña Elena eran
de casta Jijona, forzosamente hay que convenir que el prototipo racial de la
casta Jijona estaba ya fijado antes de que se dividiera la ganadería a la
muerte de los cuñados Pedro Jijón González y Juan Jijón de Salcedo.

Respecto al posible origen de las reses con las que se conformó la vacada
primigenia, unos tratadistas mantienen que procedían de la Real Vacada de
Aranjuez, otros defienden que eran del Valle de Alcudia y también hay
autores que aseguran que fueron escogidas entre las que se criaban por la
comarca de los Montes de Toledo. Sobre este punto, cualquier postura que se
adopte es una mera conjetura, pues no hay documentos para sostener ninguna
de las tres. El hecho de que desde Madrid se mandasen veedores a la comarca
de Los Montes de Toledo en 1628 nos está indicando que en la zona ya existían
vacadas. Por tanto, lo más lógico sería pensar que las reses fueron adquiridas
a ganaderos de la zona.

A modo de resumen de este capítulo, cabe concluir que la ganadería que a


mediados del siglo XVII crearon Juan Sánchez-Jijón de Salcedo y don Pedro
Jijón González fue heredada, sin apenas división, por sus hijos Juan Jijón de
Salcedo y Pedro Jijón González, quienes debutaron en Madrid el 25 de
septiembre de 1679. Estos dos ganaderos desarrollaron su labor hasta 1684,
dejando la ganadería consolidada y habiendo fijado ya en su ganado unas
singularidades propias por vía de selección que configuraron su
reconocimiento como reses de casta Jijona. A su muerte, la ganadería
quedaría dividida en tres lotes: el de Juan y José Jijón, el de Blas Jijón y el de
Cristóbal Jijón, que pasó a Valdepeñas.

3. GENEALOGÍA DE LAS DOS RAMAS DE LA FAMILIA JIJÓN

A. LOS ORÍGENES FAMILIARES

Para evitar la constante referencia a las fuentes, entiéndase que, mientras no


se indique lo contrario, todas las referencias a datos de Villarrubia de los Ojos
posteriores a 1586 proceden de los libros sacramentales, depositados en el
Archivo Diocesano de Ciudad Real, y los datos anteriores a esa fecha o que

16
Linajes de los primeros criadores de “Toros Jijones”

hacen referencia a otras localidades proceden de una Real Provisión de 1732,


que se conserva en la Real Chancillería de Granada (ARCHGR: 4.636-3).

1. Los Sánchez Crespo o Sánchez Jijón

Según la documentación presentada a la Real Chancillería de Granada, los


hermanos don Juan y don José Jijón serían descendientes de un lejano
antepasado llamado Juan Sánchez Jijón, natural de la villa de Arganza (en el
reino de León) y vecino de Villar del Olmo (en la tierra de Alcalá de Henares),
que obtuvo de la Real Chancillería de Valladolid una carta de hidalguía en
1534. Posteriormente, este Juan Sánchez Jijón pasó a residir a Barajas de
Melo (jurisdicción de Huete, en Cuenca), donde nacería Gonzalo Sánchez, que
fue quien terminaría avecindándose en Villarrubia de los Ojos.

Fig. 6. Escudo de los Jijón de Salcedo

Debemos advertir que hasta el siglo XIX no se normalizó el uso de los


apellidos, por lo que en estas épocas encontramos irregularidades en su
transmisión de padres a hijos e incluso en su utilización a lo largo de la vida
de cada individuo. En este caso, por ejemplo, los hermanos Jijón no aportaron

17
Candelas y Cecilio Naranjo González

a la Real Chancillería transcripciones literales de los documentos originales,


sino que fueron enumerando las partidas sacramentales y testamentos de las
primeras generaciones de la familia, utilizando reiteradamente el apellido
Sánchez-Jijón. Sin embargo, este dato no coincide con las partidas
sacramentales de Villarrubia de los Ojos, donde el apellido familiar es
Sánchez o Sánchez Crespo. Hemos encontrado otras discrepancias en los
documentos aportados, pero eso nos llevaría a una larga disertación que
omitimos porque en nada afectaría al origen de la ganadería que nos ocupa.

Fig. 7. Fuente: elaboración propia a partir de la documentación utilizada en este artículo.

I. Gonzalo Sánchez Crespo, o Sánchez Jijón (1540-1597). Fue bautizado en


Barajas de Melo el 10 de abril de 1540. Contrajo matrimonio en Villarrubia de
los Ojos el 15 de octubre de 1564 con Beatriz de Jijón, hija de Pedro Jijón.
Murió en Barajas de Melo el 20 de octubre de 1597, pero declara ser vecino de
Villarrubia en su testamento, otorgado el 29 de septiembre de ese mismo año
(ARCHGR: 4636-3). Entre sus hijos cita a:

II. Gonzalo Sánchez Crespo, o Sánchez Jijón (1566-1617). Fue bautizado en


Villarrubia el 8 de julio de 1566. Contrajo matrimonio con Elvira de Salcedo.
Murió en Villarrubia el 10 de diciembre de 1617. En el testamento que otorgó
ese mismo día (ARCHGR: 4636-3) declara que los bienes de su hijo, Juan
Sánchez-Jijón de Salcedo, estaban incluidos dentro del patrimonio familiar, lo

18
Linajes de los primeros criadores de “Toros Jijones”

que deberían tener en cuenta sus herederos a la hora de partir la herencia.


Como hemos visto, ésta será una constante en la familia. El patrimonio, y con
él la ganadería, sufrieron pocas particiones y se gestionó más como una
empresa familiar que como bienes privados de sus titulares.

Probablemente Gonzalo Sánchez ya era criador de vacuno, lo que explicaría


que en 1657 se incluya a su hija entre los denunciados por el Concejo.

Hijo de Gonzalo Sánchez fue:

III. Juan Sánchez-Jijón de Salcedo (1593-1647). Fue bautizado en Villarrubia


el 4 de abril de 1593. El 20 de mayo de 1622 contrae matrimonio en Camuñas
con doña Quiteria de Cervantes (AHN: Calatrava. Exp. 2369). Murió en
Villarrubia el 22 de mayo de 1647.

Tradicionalmente se le atribuye la fundación de la ganadería y los documentos


que hemos aportado confirman su condición de criador de ganado vacuno. En
esta actividad se le relaciona Francisco Jijón en 1645, lo que es indicio de una
asociación económica que se confirmará en la siguiente generación.

Don Juan Sánchez-Jijón de Salcedo, familiar del Santo Oficio, siguió para sus
hijos la política matrimonial que ya habían iniciado sus antepasados. Casó a
una de sus hijas con el que años después sería I Condes de las Cabezuelas, y
con el resto de sus hijos consolidó las relaciones con dos viejas familias de
Villarrubia: los Díaz Hidalgo y los Jijón. Con un doble matrimonio entre sus
hijos y los de don Pedro Jijón González refuerzan con un vinculo familiar la
unificación de la ganadería, que ellos ya habían empezado por intereses
comerciales.

2. Los Jijón González

Creemos que, en su origen, esta rama tuvo mayor relevancia social que la de
los Sánchez Crespo o Sánchez Jijón. Hay indicios que nos hacen pensar que
estamos ante descendientes de un mismo tronco familiar, los Sánchez Jijón
por vía femenina y los Jijón González por vía masculina, pero este extremo no
lo hemos podido documentar.

Diversas familias de apellido Jijón llevaban tiempo asentadas en algunos


pueblos de la provincia de Ciudad Real. Además de en Villarrubia, los
encontramos en Almodóvar del Campo, Argamasilla y Corral de Calatrava,
entre otros. En Villarrubia tenemos constancia de su presencia, al menos,
desde principios del siglo XVI, pero al primero que podemos relacionar
directamente con el linaje que nos ocupa es a Francisco Jijón “el menor”.

I. Francisco Jijón “el menor”. El 15 de abril de 1602 contrae matrimonio con


Isabel González. Nos consta que su suegro, Juan González “el menor”, era
criador de caballos y, como hemos visto, él tenía vacuno entre sus ganado.
Fruto de este matrimonio fue:

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Candelas y Cecilio Naranjo González

Fig. 8. Fuente: elaboración propia a partir de la documentación utilizada en este artículo.

II. Don Pedro Jijón González (1609-1667). Fue bautizado en Villarrubia el 29


de octubre de 1609. Contrajo matrimonio el 12 de abril de 1638 en Madridejos
con María Ortega, también denominada María de Mora en algunos documentos
(AHN: Calatrava. Exp. 2369).

Don Pedro debió ser un hombre relevante en la Villarrubia de la primera mitad


del siglo XVII. En los documentos siempre le dan el tratamiento de “don”. Fue
Alguacil Mayor del Santo Oficio de Toledo y alcalde de Villarrubia en varias
ocasiones. Fue él, y no los de otras ramas, quien dio nombre a la calle en la
que vivía: la calle de los Jijones (Dadson: 2007, pág. 1209). Al margen del
doble matrimonio de sus hijos con los de Juan Sánchez-Jijón de Salcedo,
vemos que su tercer hijo, don Cristóbal, termina avecindado en Almodóvar del
Campo, un enclave ganadero de primer orden debido a la importancia de sus
pastos.

---

La dos ramas familiares de los Jijón se debía dedicar a la ganadería desde


hacía varias generaciones, aunque su producción se centrarse en el ganado
porcino, lanar y caballar. Sin embargo, alguna circunstancia les llevó a
introducir el vacuno entre sus ganados en las primeras décadas del siglo XVII.
Posiblemente pensaron en las ventajas que su producción les podía reportar y
que no les sería difícil vender sus reses para el abasto de las carnicerías de las
ciudades, teniendo en cuenta sus cada vez más amplios vínculos familiares y
sociales y su poder económico. Lo cierto es que su producción de vacuno era

20
Linajes de los primeros criadores de “Toros Jijones”

más que considerable a mediados del siglo XVII y que su espectacular


incremento fue causa de enfrentamientos entre los Jijones y los agricultores
de la zona.

B. LA ÉPOCA CLÁSICA DE LOS TOROS JIJONES

Igual que en el capitulo anterior, advertimos que, mientras no se indique lo


contrario, todas las referencias a partidas sacramentales de Villarrubia y
Valdepeñas están sacadas de los libros de esas parroquias, depositados en el
Archivo Diocesano de Ciudad Real. El resto de los datos constan en el
expediente 2369 de la Orden de Calatrava, depositado en el Archivo Histórico
Nacional.

1. Los Jijón de Salcedo o Sánchez-Jijón.

A partir de este punto, la sucesión en la titularidad de la ganadería de los


Jijón de Salcedo es relativamente bien conocida. Con todo, creemos adecuado
seguir la línea hasta su extinción.

Fig. 9. Fuente: elaboración propia a partir de la documentación utilizada en este artículo.

21
Candelas y Cecilio Naranjo González

IV. Don Juan Jijón de Salcedo (1630-1684), hijo de Juan Sánchez-Jijón de


Salcedo y de doña Quiteria de Cervantes, con los que interrumpimos la rama
en el capítulo anterior. Fue bautizado en Villarrubia el 17 de julio de 1630.
Contrajo matrimonio el 22 de enero de 1657 con doña Isabel de Jijón
González, hija de don Pedro de Jijón González y de doña María de Ortega.
Muere en Villarrubia el 8 de noviembre de 1684.

Su actividad como ganadero de bravo, siempre en compañía de su cuñado don


Pedro de Jijón González, queda ampliamente documentada en los protocolos
de Villarrubia que hemos reseñado y en el hecho de que lidiara 20 toros en
Madrid el 25 de septiembre de 1679. Dejar constancia únicamente de que a
ellos dos adjudicamos la consolidación de la ganadería y la fundación de la
casta Jijona.

De su matrimonio quedaron varios hijos, pero solamente los varones


continuaron con la actividad ganadera:

V.a. Don Juan Jijón de Salcedo (1661-1743). Fue bautizado en Villarrubia el


1 de mayo de 1661. Murió sin sucesión el 15 de abril de 1743.

V.b. Don José Jijón de Salcedo (1679-1735). Bautizado en Villarrubia el 1 de


abril de 1679. Contrajo matrimonio en Consuegra en 1724 con doña Josefa
María de Torres Figueroa y Valdés, y las velaciones se celebraron en
Villarrubia el 4 de octubre de 1724. Murió 1 de junio de 1735.

Don Juan al ser el mayor de los dos hermanos, fue el que en un primer
momento tomó las riendas de la parte de la ganadería que heredaron de sus
padres.

El tardío matrimonio de don José, la soltería de don Juan y la diferencia de


edad entre los dos hermanos, debieron condicionar el hecho de que nunca
llegaran a partir sus bienes, incluida la ganadería. Don José declara en el
poder para testar otorgado a favor de su hermano el 28 de mayo de 1735 que,
salvo la dote de su esposa, el resto de los bienes de su hacienda “son
partibles” con su hermano.

Meses antes de morir don José lo habían hecho su esposa y varios de sus hijos,
posiblemente victimas de varias epidemias que se desataron en Villarrubia por
esa época. En los protocolos encontramos varios poderes para testar que se
van modificando según se suceden los acontecimientos familiares, sin duda
consecuencia del temor a la epidemia. En el último, el de 28 de mayo al que
antes hacíamos referencia, don José ordenó fundar un vínculo con el tercio de
sus bienes a favor de su hijo don José Antonio, imponiendo la obligación de
utilizar el apellido Sánchez Jijón y el escudo de armas a sus titulares. (AHPCR:
Leg. 671, fol. 138).

De su matrimonio habían quedado dos hijos menores, don José Antonio y don
Miguel, por lo que nombró como administradores de sus bienes a don Juan
Jijón de Salcedo, su hermano; don Hermenegildo Alfonso Díaz Hidalgo,

22
Linajes de los primeros criadores de “Toros Jijones”

emparentado con los menores tanto por línea paterna como materna; y a don
Dionisio de Torres y Figueroa, un tío de su esposa domiciliado en Tembleque.

Así, don Juan siguió dirigiendo la ganadería, como titular que era de la mitad
y administrador de la parte de sus sobrinos. Posiblemente fuese en esa
condición como aparece lidiando a su nombre el 22 de agosto de 1737 en
Madrid (Uriarte: 1970, pág. 155, citando una documentación de la
Archicofradía de la Sacramental de San Isidro, de la que no da referencia).

Don Juan murió sin sucesión en 1743 y, según consta en su partida de


defunción, incrementó el vínculo creado por su hermano a favor de don José
Antonio, creó otro a favor de don Miguel y confirmó como tutores de los
menores a don Hermenegildo Alfonso Díaz Hidalgo y don Dionisio de Torres y
Figueroa.

Villalobos publicó algunos datos de los inventarios procedentes de las


testamentarías fechados en 1736 y 1743 que, junto a los del Catastro de
Ensenada de 1753, nos permiten acercarnos a lo que pudo ser la realidad de la
ganadería.

Fuente: Villalobos: 1967, págs. 39 y 54; Respuestas Generales del Catastro de


Ensenada (AGS: CE- RG L469) y López Martínez: 2002, pág. 247.

Por el Catastro de Ensenada conocemos, además, la composición del


patrimonio familiar y comprobamos que su ganadería era tan variada como
había sido la de sus antepasados y que seguían manteniendo un importante
número de mulos, caballos, yeguas, ganado lanar fino, cabras, cerdos y
bueyes de labor (López Martínez: 2002, pág. 247).

Del matrimonio de don José y doña Josefa quedaron dos hijos:

VI.a. Don José Antonio Pantaleón Jijón (1725-1802). Bautizado en


Villarrubia el 27 de julio de 1725. Contrajo matrimonio con doña Leonor del
Águila Bolaños en Villarrubia el 4 de noviembre de 1798. Murió sin sucesión el
9 de junio de 1802. Caballero de la Orden de Calatrava desde el 17 de junio
de 1737 (AHN: Calatrava. Exp. 2369).

VI.b. Don Miguel Sebastián Jijón (1731-1791). Bautizado en Villarrubia el 27


de julio de 1725. Murió soltero y sin sucesión el 14 de diciembre de 1791.

23
Candelas y Cecilio Naranjo González

Con ellos, los toros jijones llegan a su cenit y, al mismo tiempo, sus
circunstancias familiares llevarían a la práctica desaparición de una ganadería
que la familia Jijón había manteniendo durante más de 150 años.

-----

Tras la muerte de su tío, en 1743, la administración de los bienes recayó en


los albaceas testamentarios, don Hermenegildo Alfonso Díaz Hidalgo y don
Dionisio de Torres y Figueroa, aunque fue don Hermenegildo el que se encargó
directamente de la ganadería. La empresa familiar debía ser boyante y, para
satisfacer las necesidades del ganado, tenían arrendados pastos en Calatrava
la Vieja (AGS: CE-RG-L469) y en el Valle de Alcudia (López Martínez: 2002,
pág. 247). Los tutores adquirieron, además, los derechos sobre los pastos de
la Encomienda de Carrión en 1749 (Villalobos: 1967, pág. 56). No todos debían
estar destinados al ganado bravo. En Calatrava la Vieja, por ejemplo, tenían
100 yeguas y 38 bueyes en 1753.

Don José Jijón, que debía ser de carácter difícil, tuvo fuertes diferencias con
don Hermenegildo, y éste decidió cesar en la administración de sus bienes.
Algo parecido debió ocurrir con don Dionisio que, a principios de 1750, solicita
de las autoridades el cese en sus funciones como administrador. Alegó que
don José estaba a punto de cumplir los 25 años, con lo que alcanzará la
mayoría de edad; que don Hermenegildo se negaba a seguir ocupándose de la
hacienda de los menores, como venía haciéndolo hasta entonces; y que él no
podía asumir esas funciones por residir fuera de Villarrubia. Las autoridades
declararon la mayoría de edad de don José y le nombraron tutor de su
hermano Miguel, debido a que no encontraron a nadie que quisiera hacerse
cargo de su tutela. A partir de ese año, don José pasa a ser el administrador
único de la ganadería (Villalobos: 1967, pág. 60).

Aunque hasta este momento los datos conocidos sobre la lidia de toros jijones
son escasos, la ganadería debía gozar de gran crédito. De hecho, para la
corrida que se iba a celebrar el 15 de julio de 1760, con motivo de la entrada
de Carlos III en Madrid, se mandó un mensajero solicitando a don José que
enviase 20 toros (López Izquierdo: 1993, pág. 300). Según Villalobos, fue
entonces cuando se trasladó a Madrid y, como muestra de la afición a los
pleitos que mantuvo a lo largo de toda su vida, tras la corrida inició uno
contra el Ayuntamiento de Madrid, reclamando que se le pagasen los toros al
mismo precio que se habían pagado los toros de Aranjuez, con los que
compartía cartel (López Izquierdo: 1993, pág. 302).

También habían comenzado las desavenencias con su hermano, y don José


permaneció en Madrid llevando una vida de dispendios mientras que don
Miguel, que ya era mayor de edad, seguía en Villarrubia haciéndose cargo de
la hacienda familiar. La ruptura definitiva vino por una corrida que don José
contrató en Madrid en 1762 sin consultar con su hermano. Éste, que
consideraba que había sido un mal año de pastos y que el ganado no estaba en
condiciones de lidiarse en Madrid, hizo volver al mayoral, a los vaqueros y al
ganado cuando ya estaban en Puerto Lápice. Don José inició un pleito contra
su hermano que mantuvo hasta su muerte. De las actuaciones de ese pleito se

24
Linajes de los primeros criadores de “Toros Jijones”

desprenden las quejas de don Miguel con respecto a su hermano, al que


declara haber enviado a Madrid más de 1.O00.000 de reales. Fue así como,
por decisión judicial, don Miguel pasó a ser administrador único de la
hacienda familiar en 1766 (Villalobos: 1967, págs. 65 y ss.).

Aunque la bibliografía taurina ha vinculado el nombre de don José Jijón al


momento de mayor auge de la ganadería, creemos que sería de ley reivindicar
el nombre de don Miguel Jijón y su labor al frente de la misma hasta su
fallecimiento en 1791.

Sería prolijo hacer una relación de las corridas en las que se lidiaron toros
jijones bajo su administración, pero baste decir que, al margen de su
presentación en Sevilla el 7 de junio de 1783 (Uriarte: 1970. Pág. 158),
solamente en Madrid se lidiaron:

La mejor muestra de su preocupación por la ganadería la encontramos en su


testamento, publicado íntegramente por Villalobos. En él nombra heredero
universal de sus bienes a su hermano. Pero, seguro de los problemas que iban
a surgir, ordena que a los mayorales y otros empleados de la casa se les debía
pagar su salario integro hasta su muerte, aunque dejaran de servir en ella.
Fue un claro intento de frenar los caprichos de su hermano y una forma de
obligarle a mantener al personal que venía ocupándose de la ganadería, dado
el alto coste económico que supondría su despido. Como era de esperar, don
José denunció el testamento y se iniciaron nuevos pleitos entre él y los
albaceas (Villalobos: 1967, págs. 191 y ss.).

En circunstancias aún sin aclarar, don José es detenido por orden real el 29
de septiembre de 1792 y puesto preso en el Sacro Convento de Calatrava la
Nueva. Posiblemente en el origen de esta decisión esté algún tipo de protesta
familiar. Recordemos que, aunque don José era soltero, tenía una parte de
sus bienes vinculados por los testamentos de su padre y su tío y que esos
bienes debían pasar íntegros a los descendientes de su tía doña Isabel Jijón de
Salcedo. Por otro lado, él mantenía relaciones muy estrechas con parte de su
familia materna y, por entonces, ya debía tener concertado su matrimonio
con un miembro de esa familia, doña Leonor del Águila y Bolaños, 49 años más
joven que él. Estando preso, el 9 de julio de 1794, redactó un testamento
cerrado, que no se legalizó hasta el 16 de septiembre. En él nombra heredera
universal de sus bienes a su futura esposa, doña Leonor del Águila. Dada la
edad de don José, que entonces contaba con 69 años, extraña que la boda se
demorara aún cuatro años y que no se celebrara hasta 1798.

25
Candelas y Cecilio Naranjo González

Los últimos toros que se anunciaron en los carteles a su nombre fueron los
lidiados en Aranjuez el 29 de mayo de 1802, con motivo de la celebración del
día de San Fernando, y el 31 de mayo de ese mismo año, en la quinta corrida
de la temporada de la Plaza de Madrid. Pocos días después, el 21 de junio de
1802, doña Leonor del Águila lidiaba a su nombre en Madrid, en la séptima
corrida de la temporada. (Diario de Madrid: 1802, págs. 594, 600, 684).

2. Los Jijón González

En la bibliografía taurina se incluyen noticias de otros ganaderos de apellido


Jijón a los que se ha relacionado vagamente con los miembros de la rama de
los Sánchez Jijón. Nos referimos a Pedro, Blas y Elena Jijón. A la vista de los
documentos que hemos podido consultar, podemos afirmar que estos
ganaderos eran descendientes de don Pedro Jijón González y de doña María
de Ortega. Esta rama no ha sido estudiada hasta ahora debido a que, por
diversos motivos, la mayoría de sus miembros abandonaron Villarrubia y
terminaron avecindándose en Daimiel, Valdepeñas y Almodóvar del Campo. No
alcanzaron la relevancia de los Sánchez Jijón, pero se les atribuye un papel
importante en la formación de otras ganaderías a las que tradicionalmente se
les considera de casta Jijona.

2.a Rama de Villarrubia.

A esta rama pertenecieron:

III. Don Pedro Jijón González (1639-1684). Hijo de don Pedro Jijón González
y de doña María de Ortega. Fue bautizado en Villarrubia el 19 de enero de
1639. Contrajo matrimonio el 1 de octubre de 1663 con doña Juana Jijón y
Cervantes, hija de don Juan Sánchez-Jijón de Salcedo y de doña Quiteria de
Cervantes. Murió el 28 de octubre de 1684.

Con el matrimonio de don Pedro y doña Juana, quedó sellada la asociación


económica que habían iniciado sus progenitores y que él continuó con su
cuñado, don Juan Jijón de Salcedo. Ya hemos hecho referencia a los contratos
donde constan ventas de reses para la lidia, al hecho de que lidiara en Madrid
en 1679 y a su protagonismo en la consolidación de la ganadería y la fijación
del prototipo racial de la casta Jijona. Siempre junto a su cuñado.

El año 1684 fue fatídico para los Jijón. El 28 de octubre de ese año moría don
Pedro Jijón y once días después lo haría su cuñado. Don Pedro murió
relativamente joven, siendo sus hijos menores de edad, lo que condicionó el
devenir de esta rama de la ganadería.

IV. Don Blas Antonio Jijón (1667-1722). Fue bautizado en Villarrubia el 3 de


octubre de 1667. Murió el 10 de marzo de 1722. Pocos días antes había
contraído matrimonio secreto con Ana María Fernández, una empleada de su
casa, con la que tenía un hijo natural que quedó legitimado por este
matrimonio.

26
Linajes de los primeros criadores de “Toros Jijones”

Fig. 10. Fuente: elaboración propia a partir de la documentación utilizada en este artículo.

No sabemos cuando se hizo público el matrimonio, pero en su partida de


defunción no se hace referencia a su condición de casado. Sus sobrinos y
albaceas testamentarios iniciaron un pleito para declarar nulo el matrimonio,
pero la sentencia no les fue favorable y dos años después, el 24 de octubre de
1724, el matrimonio se inscribía en los libros parroquiales (Villalobos: 1967,
pág. 202. La sentencia está inserta en el Libro 5º de Matrimonios de
Villarrubia, fol. 271v). Esta historia, que puede parecer anecdótica, tendrá
importantes repercusiones en el devenir de esta rama de los Jijón y en su
desaparición de Villarrubia para avecindarse definitivamente en otras
poblaciones manchegas.

Don Blas lidió sus toros en Madrid el 17 de agosto de 1690. En la


documentación de esa corrida consta que cobró: 4.840 reales por 10 toros y
un cabestro que le mataron en el encierro (López Izquierdo: 1993, pág. 246).

En su obra Los Toros, José María de Cossío dice que en 1654 lidió sus toros en
Madrid don Blas Jijón, de Villarrubia de los Ojos. Uriarte, a partir de este
dato, especula sobre un posible hermano de don Juan Sánchez-Jijón de
Salcedo, que pudiera haber sido tutor de sus hijos. Después de examinar
detenidamente los registros parroquiales de Villarrubia llegamos a la
conclusión de que se trataba de un dato erróneo. No existió ningún Blas Jijón
anterior al que nos ocupa que pudiera lidiar en 1654.

27
Candelas y Cecilio Naranjo González

La confirmación de que se trata de un error la encontramos en la obra de


López Izquierdo. José María de Cossío dice:

“Este mismo año [1654] encuentro el nombre de doña Jacinta María


Calvo y Manrique, viuda de don Antonio Maroto, y sobre todo, el de don
Blas Jijón, de Villarrubia de los Ojos del Guadiana, primera vez que este
apellido celebérrimo en los fastos ganaderiles aparece”. (Cossío: Tomo I,
Ed. 1992, pág. 244).

Según los documentos que transcribe López Izquierdo, el 26 de junio de 1679


lidiaba sus toros en Madrid doña Jacinta María Calvo y Manrique, viuda de don
Antonio Maroto, y el 25 de septiembre de ese mismo año lo hacían don Juan y
don Pedro Jijón, vecinos de Villarrubia de los Ojos (López Izquierdo: 1993,
pág. 213 y 216). La presencia en los carteles de ese año de doña Jacinta
María, nos confirma que la fecha no es 1654 sino 1679, y que no lidió don Blas
sino su padre y su tío.

V. Don Pedro Jijón de Salcedo (+ 1752). Hijo natural de don Blas Antonio
Jijón y de Ana María Fernández. No hemos logrado identificar su partida de
nacimiento, pero fue legitimado por el matrimonio de sus padres en 1722.

De su actividad ganadera hemos localizado este dato procedente de la plaza


de Valencia:

“La Iltre. Ciudad ha acordado la fiesta de toros en los días 6 y 7 de


Octubre.
Vienen 32 toros, 12 de Don Pedro Xigón de Villarrubia, 12 de D. Pedro
Stuart de Torada de Jarama, cuatro de la torada del Rei y cuatro de D.
Pedro Díaz de Benavente.”. (Hospital Provincial de Valencia: 1951, pág.
106).”

Aunque en el documento no consta el año, la presencia en el cartel de don


Pedro Stuart (1720-1791), hermano del duque de Veragua, puede ayudarnos a
situar la fecha en la década de los cuarenta.

Don Pedro Jijón murió soltero, de “accidente repentino”, el 5 de mayo de


1752. Y su madre el 28 de julio de 1759. Posiblemente las diferencias con
sobrinos de su marido justifiquen el hecho de que dejara como únicos
herederos a don José y don Miguel Jijón, los célebres ganaderos. Con ello, se
corta esta rama, que pasó a integrarse en la famosa ganadería de los
hermanos Jijón.

2.b. Rama de Valdepeñas

Todos los autores que se han ocupado de la historia de los toros jijones hacen
referencia a doña Elena Jijón, vecina de Valdepeñas, dando por supuesta su
relación familiar con la rama de los Sánchez Jijón, pero sin aportar ninguna
documentación.

28
Linajes de los primeros criadores de “Toros Jijones”

Hemos podido establecer ascendencia de la rama familiar de doña Elena y


encontrar la conexión, no con los Sánchez Jijón sino con los Jijón González de
Villarrubia.

Fig. 11. Fuente: elaboración propia a partir de la documentación utilizada en este artículo.

IV. Don Cristóbal Jijón González (1669-1700). Hijo de don Pedro Jijón
González y de doña Juana Jijón y Cervantes. Fue bautizado en Villarrubia el 4
de agosto de 1669. Contrajo matrimonio en Valdepeñas con doña María
Manuela Muñoz de la Fuente Calero y las velaciones se celebraron el 9 de
mayo de 1698 en Villarrubia. Fallece en Villarrubia dos años después, el 24 de
julio de 1700, dejando dos hijos menores.

Murió muy joven y apenas has dejado rastro en la documentación. Hay que
suponer que continuaría con la actividad ganadera de sus padres.

V. Don Juan Antonio Jijón Muñoz (1698-1769). Hijo de don Cristóbal Jijón
González y de María Manuela Muñoz de la Fuente. Nació en Villarrubia el 27
de diciembre de 1698 y fue bautizado el 8 de enero. Contrajo matrimonio en

29
Candelas y Cecilio Naranjo González

Valdepeñas hacia 1720 con doña Ana María Teresa Ortiz de la Mota. Murió en
Valdepeñas el 19 de septiembre de 1769.

No tenemos noticias de que lidiara, pero sí de que criaba vacuno. Según las
Respuestas Generales del Catastro de Ensenada (AGS: Ensenada. RG-L469), el
ganado vacuno que había en Valdepeñas era propiedad de don Juan Jijón y se
especifica que tenía:

- 100 vacas de vientre


- 80 novillas
- 50 machos de todas las edades

VI. Doña Elena Jijón y Mota (+ 1790). Hija de don Juan Antonio Jijón Muñoz
y de doña Ana María Teresa Ortiz de la Mota. No conocemos su fecha de
nacimiento, pero el 9 de septiembre de 1746 figura como madrina en el acta
de bautismo de uno de sus hermanos. Murió soltera y sin descendencia el 18
de diciembre de 1790.

La descripción de esta rama se justifica porque consideramos que ésta es la


doña Elena Jijón, vecina de Valdepeñas, que presentó sus toros en Madrid el 1
de julio de 1776 con divisa azul. Hasta donde hemos podido comprobar, esta
noticia, que se repite una y otra vez en la literatura taurina, procede del
catálogo de la exposición “El arte en la tauromaquia” publicado en 1918 por
José María Palacio y Abarzuza, en el que se confecciona un listado de las
ganaderías que lidiaron en Madrid a partir de los carteles de la colección de la
familia Ortiz Cañabate.

Uriarte, que tuvo que consultar las fuentes originales de Valdepeñas, al


referirse a la familia Jijón dice:

“Sé de un Manuel Jijón Salceda valdepeñero que usaba los apellidos de


su madre y paisana Juana y casó con una Muñoz, María Manuela,
valdepeñera a su vez; pero el tal Manuel murió en 1600...”. (Uriarte:
1970, pág. 187)

Sin duda, debió sufrir un error en sus notas, pues el marido de doña María
Manuela era don Cristóbal Jijón González y no murió en 1600 sino en 1700.

Siguiendo con la filiación de doña Elena, Uriarte dice:

“Hija del MANUEL JIJÓN que sonó como de Valdepeñas en los primeros
años del último tercio del siglo XVIII debió de ser ELENA JIJÓN, de
Valdepeñas igualmente, que el l de julio de 1776 se presentó como
ganadera en Madrid, con divisa azul. Y ella sería la esposa de BENITO
TORRUBIA, de Granátula, de quien ya se sabe con seguridad que era hijo
político del tal Manuel Jijón -¿de cuál otro podría serlo, por las fechas?-
y que de él procedía su vacada, cuya divisa azul celeste y rosa disfrutó
de sólido crédito...” (Uriarte: 1970, pág. 188).

30
Linajes de los primeros criadores de “Toros Jijones”

Como hemos indicado, doña Elena murió soltera y sin descendencia, por lo
que no pudo ser la esposa de Benito Torrubia. Este dato es importante porque
se afirma que de la ganadería de Benito Torrubia derivó gran parte del ganado
al que se le ha atribuido origen Jijón (Gil Flores, Manuel Aleas, José
Manzanilla, etc.).

Creemos que el señor Uriarte tuvo acceso a una amplia documentación que,
como es habitual en la literatura taurina, no citó en su libro. En sus
investigaciones debió encontrar alguna fuente que le permitió sostener que la
reses de Torrubia procedían de la ganadería de Doña Elena, pero lo que él
afirma, en medio de tanta duda, no pudo ser por vía de matrimonio, ya que
doña Elena murió soltera, sino por vía de compraventa.

4. EL OCASO DE LOS TOROS JIJONES

Como hemos visto, los linajes ganaderos de los Jijón se extinguieron en 1790
en Valdepeñas y en 1802 en Villarrubia. Quedaron descendientes de estas
familias pero lo fueron por vía femenina y utilizaron otros apellidos, sin que
tengamos noticia de que tuvieran ninguna relación con la lidia. Ya nos hemos
referido a la posible adquisición de la ganadería de doña Elena Jijón por parte
de Torrubia. Ahora nos ocuparemos de otros ganaderos relacionados con
Villarrubia a los que tradicionalmente se atribuye un origen Jijón para sus
ganados y que, de alguna forma, son el epílogo de esta importante ganadería.

Don Bernabé del Águila Bolaños (1759-1830)

Al morir don José Jijón, comenzó a lidiar su viuda, doña Leonor, conservando
la antigüedad de la ganadería. Apenas un año después contrae matrimonio con
su tío, don Bernabé del Águila y Bolaños, que se presentó en Madrid el 9 de
abril de 1804, haciendo constar en los carteles la procedencia Jijón y
conservando la antigüedad (Diario Madrid: 06/04/1804).

La ganadería siguió funcionando con regularidad. En 1808 renuevan el


contrato para el aprovechamiento de los pastos de la Encomienda de Carrión
por cinco años a 73.000 reales anuales (Diario Oficial de Avisos de Madrid:
4/08/1865), y su nombre aparece en los carteles, incluso durante la
dominación francesa (Asín Cormán: 2008. Pág. 163). Los problemas vendrían
algo más tarde. Don Bernabé era militar e hizo incursiones en el mundo de la
política, con una participación especialmente destacada en el Trienio Liberal
(1820-1823). Al término del periodo fue acusado de traición e injurias al Rey,
delito que se castigaba con la pérdida de la mitad de los bienes y del que fue
indultado a finales de 1824 (Díaz-Pintado: 1998). Posible consecuencia de
estos acontecimientos sea el hecho de que, a partir de 1823, sus toros
comienzan a aparecer en los carteles a nombre de don Manuel Gaviria (Diario

31
Candelas y Cecilio Naranjo González

de Madrid: 01/06/1823) y doña Manuela de la Dehesa (Diario de Madrid:


05/09/1824).

Doña Manuela de la Dehesa y Ángulo (+ 1851).

Estuvo casada con el comerciante madrileño Pedro Bringas. Este matrimonio


aparece citado en el testamento de don Miguel Jijón, con el que parece que
les unía una estrecha amistad pese a la diferencia de edad. El 13 de octubre
de 1822, ya viuda, doña Manuela presenta sus toros en Madrid (Diario de
Madrid: 12/10/1822). En los carteles de las corridas del 6 y 23 de septiembre
de 1824 se anuncia como “doña Manuela Angulo, de Villarrubia de los Ojos del
Guadiana, que antes pertenecieron a don Bernabé del Águila y Bolaños”
(Diario de Madrid: 5 y 22/09/1824). Su actividad continúa hasta 1840 y el 30
de junio de 1845 sus toros se anuncian a nombre de don Manuel de la Torre y
Rauri (Diario de avisos de Madrid: 29/06/1845).

Los Díaz Hidalgo

Las relaciones familiares entre los Sánchez Jijón y los Díaz Hidalgo fueron muy
estrechas a lo largo de los siglos XVI y XVII. En el XVIII, la familia Sánchez
Jijón quedó seriamente restringida, pero siguieron manteniendo lazos
familiares a través de sus esposas.

Sabemos que doña Quiteria, viuda de don Juan Díaz Hidalgo y hermana de
Juan Jijón de Salcedo, tenía ganado vacuno en 1678, pero creemos que eran
los restos de la herencia de sus padres y que sus descendientes debieron
desprenderse de ellos.

Los miembros de esta familia que tuvieron relación con cría de reses bravas
fueron:

I. Don Hermenegildo Alfonso Díaz Hidalgo (+ 1758). Nieto de doña Quiteria


Jijón, contrajo matrimonio con doña Luisa María de Torres y Figueroa, prima
hermana de la esposa de don José Jijón. Estuvo al frente de la ganadería de
los Sánchez Jijón desde 1743 hasta 1750 como administrador de los bienes de
José y Miguel. Tres años después de su ruptura con los hermanos Jijón se
realiza el Catastro de Ensenada y entre los bienes de don Hermenegildo
aparecen ganados de distintas clases pero ni una sola cabeza de vacuno.

Hijos de este matrimonio fueron:

II.a. Don Juan Díaz Hidalgo (+ 1819). Nació en Tembleque hacia 1735.
Contrajo matrimonio con doña Isabel del Águila Bolaños, hermana de doña
Leonor. Presentó sus toros en Madrid el 21 de abril de 1800 (Cossío: Tomo I,
Ed. 1992, pág. 315).

II.b. Don Hermenegildo Díaz Hidalgo (1746-1834). Hermano del anterior, fue
bautizado el 12 de marzo de 1746 en Villarrubia. Se presentó en Madrid el 3

32
Linajes de los primeros criadores de “Toros Jijones”

de junio de 1782 (Cossío: Tomo I, Ed. 1992, pág. 315), aunque ya desde 1780
se estaba ofreciendo a los Reales Hospitales, gestores de la plaza (Villalobos
Racionero: 2000. Pág. 24).

Fig. 12. Fuente: elaboración propia a partir de la documentación utilizada en este artículo.

El 5 de febrero de 1805 se publica la Real Pragmática prohibiendo la corridas


de toros y, apenas un mes después, los hermanos Díaz Hidalgo ponen en venta
sus ganaderías (Diario de Madrid. 05/03/1805 y 09/03/1805). Por estos
anuncios conocemos la composición de las vacadas:

33
Candelas y Cecilio Naranjo González

No sabemos si las ventas llegaron a realizarse, pero a partir de 1815 los dos
hermanos vuelven a aparecer en los carteles.

Don Juan muere en 1819 y en 1822 sus herederos venden la ganadería a la


sociedad “Arratia y Sobrinos” (Vázquez y Rodríguez: 1886, pag. 36). A partir
de 1830 don Hermenegildo vuelve a lidiar con regularidad. Posiblemente en
esos momentos la ganadería ya estaba en manos de su hijo don Fulgencio.

III. Don Fulgencio Díaz Hidalgo (n. 1789). Hijo de don Hermenegildo y de
doña Francisca de Losada y Plata. Fue bautizado en Villarrubia el 18 de enero
de 1789. Sucede a su padre en la ganadería y se presenta en Madrid el 4 de
septiembre de 1843 (Vázquez y Rodríguez: 1886, pag. 49). Las últimas noticias
que tenemos de su actividad ganadera son de la década de los cincuenta.

Doña Maria de la Paz de Silva.

Era nieta de don José Rafael de Silva Fernández de Híjar Portugal y Palafox,
XII duque de Híjar y señor de Villarrubia de los Ojos. Su padre, don Cayetano
de Silva y Fernández de Córdoba, utilizaba por esos años el título de Conde de
Salvatierra y, con el tiempo, llegaría a ser el XIII duque de Híjar y señor de
Villarrubia.

Presentó sus toros en Madrid el 29 de mayo de 1837 (Diario de Avisos de


Madrid: 29/05/1837). Alguna vez se ha asegurado que esta ganadería procede
de don Juan Díaz Hidalgo.

Murió siendo aún niña y la ganadería pasó a su madre, la marquesa de


Salvatierra, (Diario de Avisos de Madrid: 27/04/1845). Posteriormente la
adquirió el Marqués de la Conquista. En ese momento contaba con 374
cabezas de ganado, incluidos 88 toros de todas las edades, y el precio de
venta se fijó en 9.000 duros (La España: 10/12/1850).

5. CONCLUSIONES

Al comenzar este trabajo, nos propusimos documentar la genealogía de la


familia Jijón. Éramos conscientes de que sería muy difícil encontrar
documentos que pudieran resolver las incógnitas que existían sobre el origen
de la ganadería, temores que se confirmaron al comprobar la práctica
inexistencia de documentación notarial del siglo XVII. Con todo, creemos que
el esfuerzo no ha sido inútil:

- Sabemos que la introducción del vacuno en Villarrubia de los Ojos en la


primera mitad del siglo XVII no fue el resultado de una decisión personal, sino
la consecuencia de la ampliación del negocio de varias familias que ya venían
comerciado con otros tipos de ganado.

34
Linajes de los primeros criadores de “Toros Jijones”

- Hemos descubierto la figura de don Pedro Jijón González como impulsor


junto a su consuegro, el conocido Juan Sánchez-Jijón de Salcedo, de una
explotación de ganado vacuno en Villarrubia de los Ojos.

- Respecto al prototipo racial de los toros jijones, hemos acreditado que debía
estar fijado en la época en que los cuñados Pedro Jijón González y Juan Jijón
de Salcedo codirigían la ganadería familiar que habían heredado de sus
padres, dado que a su muerte se dividió en varias ramas y todas ellas fueron
consideradas de casta Jijona.

-Ha quedado documentada la hasta ahora desconocida genealogía de los Jijón


González y, por tanto, la relación que existe entre los distintos ganaderos de
apellido Jijón que la bibliografía taurina citaba sin saber ubicarlos.

-Y, sobre todo, esperamos que este trabajo sirva para abrir nuevas vías de
investigación. Quedan lagunas en la historia de los Toros Jijones que habrá
que resolver investigando en la documentación notarial del siglo XVIII.

DOCUMENTACIÓN Y BIBLIOGRAFÍA

Abreviaturas
ADCR: Archivo Diocesano de Ciudad Real.
AGS: Archivo General de Simancas.
AHN: Archivo Histórico Nacional.
AHPCR: Archivo Histórico Provincial de Ciudad Real.
AHPZ: Archivo Histórico Provincial de Zaragoza.
ARCHG: Archivo de la Real Chancillería de Granada.

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Publicado en: http://corredordeencierros.blogspot.com/

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