Honorable Señor Presidente de la Junta Central Electoral, Dr. Julio Cesar Castaños;
Señores Ministros;
Invitados Especiales;
Señoras y Señores;
Pueblo Dominicano:
Todo esto, por supuesto, coloca al pueblo dominicano como artífice o actor fundamental
de nuestro sistema político democrático. Así lo consigna, de manera inequívoca, el
artículo 2 del nuevo texto, que dice así:
“La soberanía reside exclusivamente en el pueblo, de quien emanan todos los poderes, los
cuales ejerce por medio de sus representantes o en forma directa…”
La proclamación de esa nueva Carta Magna, la cual consigna las reglas del juego
democrático en nuestro país, sólo fue posible por la entusiasta, firme y decisiva
participación de todos ustedes, integrantes de ambas cámaras legislativas, representantes
de las distintas fuerzas políticas nacionales, que supieron anteponer el interés de la Patria
por encima de cualquier otra consideración de carácter particular.
En definitiva, la proclamación de esa nueva Ley Sustantiva del Estado, que dispone de
277 artículos, lo que pone de manifiesto, es la virtud de que dispone el pueblo
dominicano y las organizaciones políticas, cívicas y religiosas que le representan, de
actuar con responsabilidad, con capacidad de dialogo y de asumir compromisos con la
única e inquebrantable finalidad de garantizar la paz, la concordia y la convivencia
civilizada de la familia dominicana.
Juntos elaboramos y aprobamos la nueva Constitución. Ahora, con motivo del certamen
organizado para el próximo 16 de mayo, le corresponde, una vez más, al pueblo
dominicano decidir quienes serán sus legítimos representantes para continuar con esta
obra de consolidación de nuestras instituciones democráticas.
Entre los nuevos proyectos que deberán suscitar la atención de este Congreso Nacional,
se encuentran, entre otros, la Ley de Partidos Políticos, que aunque no fue objeto de un
acuerdo formal con la oposición cuando se suscribió el pacto en favor de la aprobación
de la Constitución, responde, sin embargo, a la necesidad de reglamentar el sistema de
partidos en el país.
Estoy convencido que con la aprobación, por parte de ustedes, señores legisladores, estas
disposiciones legales, en base al diálogo franco y abierto, la República Dominicana
continuará avanzando por el camino del fortalecimiento institucional de nuestro sistema
democrático, premisa fundamental para que pueda haber progreso y bienestar.
Diversas historias podrán ser contadas de los múltiples actos de apoyo y solidaridad
realizados tanto por instituciones del Gobierno como por organizaciones del sector
privado, pero la que probablemente más perdurará en el recuerdo, por su inmenso
sentido humanitario, será la de una madre dominicana lactando a una criatura haitiana.
Mirando hacia adelante, debo indicar que en la actualidad diversas instituciones del
Estado dominicano se encuentran trabajando de manera continua con funcionarios del
Gobierno de Haití en el diseño de planes e iniciativas para dar respuesta, en lo inmediato,
a los daños causados por el terremoto, así como también a la elaboración de un plan
integral, de mediano y largo plazo, de desarrollo económico, social y político del país.
Esos trabajos culminarán con la celebración aquí en Santo Domingo, durante el mes de
junio, de una Cumbre Mundial por el Futuro de Haití, como ya se ha informado a la
opinión pública, en la cual se procura establecer el compromiso de la comunidad
internacional en hacer de la hermana República de Haití, una nación digna de mejor
destino.
Con el respaldo inicial, espontáneo, que en su hora de dolor esa comunidad internacional
ha tenido para con nuestros vecinos más próximos, nos sentimos animados en pensar que
a escala mundial ya se tiene plena conciencia del imperativo moral que resulta de ir en
auxilio de la primera nación, formada por descendientes de africanos, que en base a la
sangre y al sacrificio de sus mejores hijos, se declaró libre del yugo de la esclavitud y del
dominio de cualquier potencia imperial.
Hace apenas un año, ante este mismo escenario, hacíamos referencia a la situación de
aguda crisis que se ha cernido sobre el sistema económico mundial desde mediados del
año 2007, la cual ha provocado la mayor paralización de la economía de los últimos 75
años, al tiempo que ha dejado un saldo de millones de personas sin hogares, sin empleos,
sin esperanza y lanzados a la miseria extrema.
La razón fundamental de esa crisis se debió a la adopción, desde la década de los ochenta,
de un modelo económico basado en la desregulación del sistema financiero, o lo que es lo
mismo, en la supuesta capacidad de los mercados para auto – regularse, lo que dio origen
a la modalidad del capitalismo especulativo de casino.
“En octubre del 2008 la economía de los Estados Unidos se encontraba en caída libre, en
condiciones de arrastrar consigo buena parte de la economía mundial. Había habido
caídas de la bolsa de valores, contracciones del crédito, crisis del sector inmobiliario y un
conjunto de ajustes previos. Pero desde la Gran Depresión nada de esto se había
presentado de manera simultánea; y nunca antes las nubes de la tormenta se habían
movido tan rápidamente a través de los océanos del Atlántico y del Pacífico, acumulando
tanta fuerza en su paso. Pero mientras todo parecía estarse desplomando al mismo
tiempo, había una fuente común: la irresponsable política de préstamo del sector
financiero, la cual alimentó la burbuja inmobiliaria que eventualmente explotó. Lo que se
estaba desencadenando eran las consecuencias predecibles y pronosticadas de la ruptura
de la burbuja.
Tales burbujas y sus consecuencias son tan antiguas como el capitalismo y el propio
sistema bancario. Era que en los Estados Unidos tales burbujas no habían tenido lugar
durante décadas después de la Gran Depresión debido a las regulaciones que el gobierno
había adoptado después de ese trauma. Una vez que se había establecido la
desregulación, sólo era cuestión de tiempo para que los horrores del pasado volvieran a
repetirse. Las llamadas innovaciones financieras sólo sirvieron para que las burbujas
fuesen más grandes antes de su estallido y más difícil la solución de los problemas
causados”.
Solamente Panamá y Uruguay lograron niveles de crecimiento por encima del 1%.
Sin embargo, la República Dominicana, junto a Bolivia, alcanzó la más alta tasa de
crecimiento en América Latina el año pasado, con un 3.5%.
A pesar de ser una tasa de crecimiento por debajo de los niveles históricos acostumbrados
en nuestro país, debemos sentirnos más que satisfechos de que en medio de las
turbulencias de la crisis financiera global, la República Dominicana terminase equiparada
el año pasado con el mayor índice de crecimiento económico de toda América Latina.
Por supuesto, el hecho de haber alcanzado, en términos relativos, tan significativo nivel
de crecimiento, en medio de la recesión global, no quiere decir que la República
Dominicana permaneciese inmune a los efectos de ese fenómeno devastador.
En nuestro caso, fuimos afectados por la disminución del comercio internacional, por las
limitaciones al financiamiento externo y por el flujo de capitales entre las naciones.
Los ingresos corrientes del Gobierno cayeron un 9% respecto al año 2008, lo que
representa una cifra por encima de 22 mil millones de pesos; y fue sólo a partir del mes
de octubre, es decir, durante el último trimestre, que empezamos a recibir recursos de los
organismos internacionales.
En ese contexto, en el que el sector privado también se encontraba resentido por la crisis,
y ante la necesidad de dinamizar la economía, el Gobierno se vio en la necesidad de
compensar la caída en ingresos corrientes y en recursos externos, mediante el
endeudamiento interno con la banca local y por medio de la emisión de bonos por parte
de la Secretaría de Estado de Hacienda.
Nuestro endeudamiento interno se realizó dentro de los topes aprobados por el Congreso
Nacional en el presupuesto correspondiente al 2009, y conforme al Acuerdo Stand By
firmado con el Fondo Monetario Internacional.
Como resultado de ese acuerdo, el país recibió por parte de los organismos multilaterales
de financiamiento, un monto de 1 mil 95 millones de dólares.
En lo que respecta a la deuda externa, ésta apenas representa el 18.2% del PIB. Eso está
por debajo de la casi generalidad de los países de América Latina y el Caribe, y conforme
al criterio del Fondo Monetario Internacional, casi a la mitad del nivel de endeudamiento
externo con relación al PIB que teníamos en el año 2003.
Todo esto sirve para poner de manifiesto la prudencia con que la actual gestión
gubernamental ha venido comprometiendo el crédito público internacional.
Desde la Gran Depresión de los años 30 y debido en gran parte a la influencia del
economista inglés John Maynard Keynes, el gasto público ha sido el principal
instrumento de estabilización económica durante los períodos de recesión.
Durante el año pasado, la economía dominicana cerró con un déficit del Gobierno Central
de alrededor de 3.5% del Producto Interno Bruto, lo que equivale a unos 55 mil millones
de pesos.
Eso, por otra parte, ocurrió en un contexto en que casi todos los países del mundo, tanto
los desarrollados como aquellos en vías de desarrollo, aumentaron de manera dramática
sus déficits fiscales a los fines de estimular sus economías a través de una expansión del
gasto público.
Algunos países, como los Estados Unidos e Inglaterra, presentan déficits fiscales
superiores al 10% del Producto Interno Bruto. España, por ejemplo, terminó el año
pasado con un déficit equivalente al 11.8%; Francia, un 8%; y Japón, un 7% del
Producto Interno Bruto.
Venezuela terminó el 2009 con un déficit fiscal de 7.6% del PIB; El Salvador, con 5.1%;
Chile y Costa Rica, con 4.1%; Honduras, con 3.9%; al tiempo que Colombia, Brasil,
Nicaragua y Guatemala, terminaron el 2009 con déficit fiscales entre 3.1 y 3.5% del PIB.
Esos son datos respecto de los cuales podemos sentirnos orgullosos, pues sirven para
indicar nuestro compromiso irrenunciable con la prudencia y la estabilidad en el manejo
de la economía nacional.
Ahora bien, es importante resaltar que el aumento del gasto público en un contexto de
disminución importante de los ingresos, debe realizarse con un sentido de sostenibilidad
de la deuda pública.
A pesar de los logros previamente indicados, no escapa a nuestra comprensión que para
la República Dominicana, tanto el 2008 como el 2009 fueron años particularmente
difíciles, de grandes precariedades, en razón, fundamentalmente, de poseer una economía
que resulta vulnerable a los factores externos.
Comprendiendo la amenaza que inclusive para la estabilidad política democrática del país
representaba la crisis financiera global, procedimos a convocar en el mes de enero del
año pasado a todos los sectores de la vida nacional a la realización de la Cumbre de la
Unidad Nacional Frente a la Crisis Económica Mundial.
Era nuestro criterio, expresado en múltiples oportunidades en aquel momento, que frente
a las amenazas y desafíos externos, los pueblos, en lugar de dividirse, lo que hacen es que
se unifican, pues sólo en la unidad de la nación, que debe ser monolítica e inalterable,
radica la clave del éxito.
Por lo tanto, si algún mérito tienen los logros y resultados obtenidos de la aplicación de
esa política económica, sólo se debe a una razón: al sentido de unidad nacional y a la
inteligencia colectiva del pueblo dominicano.
De esa cumbre nació la idea de que el Banco Central considerase para fines de cobertura
de encaje legal en moneda nacional, los nuevos préstamos otorgados por las entidades de
intermediación financiera a los sectores agropecuario, industria manufacturera local,
construcción y medianas, pequeñas y microempresas, hasta el monto de 7 mil 500
millones de pesos.
Quizás, por todo ello, sin incurrir en autocomplacencia, podamos asegurar que en medio
de la necesidad y hasta de la desesperación, ha surgido un modelo dominicano de gestión
de crisis, que desde nuestra modestia, siempre estaremos dispuestos a compartir, el cual,
a decir verdad, resulta muy simple, pues sólo se fundamenta en tres aspectos: el diálogo,
la concertación y la confianza infinita en el pueblo dominicano.
Es preciso indicar que dada la magnitud de la crisis financiera global, las proyecciones
del sector externo para el año 2009 incorporaban un impacto negativo sobre las
principales actividades generadoras de divisas de la economía dominicana.
Sin embargo, al cierre del 2009, se evidenció que los resultados obtenidos superaron
favorablemente los pronósticos de principios de año.
Es importante destacar que a pesar del entorno internacional desfavorable, nuestro país
continuó siendo uno de los destinos turísticos preferidos en la región, recibiendo en el
año prácticamente la misma cantidad de visitantes que en años anteriores, lo que permitió
que la reducción en los ingresos por turismo fuese apenas de 101 millones de dólares,
inferior a lo previsto a principios de año.
Igual ocurrió con las remesas, que tan sólo disminuyeron 180 millones de dólares, muy
por debajo de los cálculos iniciales.
Esa cifra, en medio de la más grave recesión global de los últimos tiempos, evidencia la
confianza que merece nuestro país ante la comunidad internacional, sobre todo porque se
realizó cuando para otros países del mundo esos flujos permanecieron cerrados.
Al cierre del 2009, el saldo global de la balanza de pagos fue positivo en 408 millones de
dólares, lo que muestra que al país ingresaron recursos suficientes para cubrir el déficit en
cuenta corriente, las obligaciones de deuda externa y lograr un aumento en los niveles de
reservas internacionales.
Con respecto a esto último, es preciso señalar que las reservas brutas internacionales del
Banco Central alcanzaron en el 2009, 3 mil 307 millones de dólares y la reservas
internacionales netas, 2 mil 852 millones de dólares.
Por otra parte, concientes de la alta incidencia que tiene el sector construcción para
dinamizar la economía dominicana y reducir las magnitudes del déficit habitacional que
confrontamos, someteremos en los próximos días a este honorable Congreso Nacional, el
Proyecto de Ley para el Desarrollo del Mercado Inmobiliario de la República
Dominicana, orientado a instaurar el marco legal que impulsará el desarrollo de un
mercado hipotecario moderno y eficiente.
Señores Legisladores:
Estamos concientes que los logros alcanzados en el ámbito económico, para que tengan
auténtico valor, deben producir un impacto en el bienestar de la población.
Esto último cobra sentido si recordamos que la crisis del 2009 nos impactó en momentos
en que ya estaban cediendo los efectos negativos de la fuerte subida de los precios
internacionales del petróleo y los alimentos que vivimos durante gran parte del 2008.
En razón del aumento de los precios internos, evidenciados en los primeros nueve meses
del 2008, el porcentaje de la población viviendo en condición general de pobreza
aumentó a 36.5%, según estimaciones realizadas conforme a la metodología del Banco
Mundial.
Ahora bien, a medida que los precios internos fueron disminuyendo, debido a la
significativa caída de los precios del petróleo y los alimentos, el poder adquisitivo de la
población fue recuperándose y para fines del 2009 el índice de pobreza había disminuido
hasta situarse en 33.5%.
Más aún, el desempleo, que ha sido una de las consecuencias más catastróficas de la
crisis económica mundial, hasta el punto que en países como Estados Unidos y España se
ha disparado a niveles inconcebibles, aquí, sin embargo, en la República Dominicana
hemos logrado contenerlo en niveles razonables.
Para el año 2004, luego de la crisis financiera nacional, el índice de desempleo era de
19.7%. Cuatro años después, esto es, en el 2008, se había reducido a 14.9%, que es dónde
se encuentra en la actualidad.
Esto último ha sido posible en razón de que si bien es cierto que al inicio de la crisis
económica mundial, se perdieron algunos empleos en empresas de zonas francas, en
Falcondo y en algunas áreas comerciales, la reactivación económica experimentada al
final del año pasado permitió un aumento de 58 mil 299 nuevos empleos, compensando
la pérdida anterior.
De igual forma, jugó un papel importante en la preservación del empleo en el país, la
aplicación de políticas activas por parte de la Secretaría de Estado de Trabajo, la cual, a
través de instrumentos como la Bolsa Electrónica de Empleo y el Observatorio del
Mercado Laboral Dominicano, ha podido incorporar nueva fuerza laboral a distintas
empresas.
En estos momentos, como resultado de los estudios realizados para conocer la situación
del mercado laboral en la provincia de Santiago de los Caballeros, se desarrolla un plan
piloto para incorporar, en una primera etapa, a más de 4 mil personas en un sistema de
empleos temporales.
Otro aspecto en el que logramos mitigar el impacto de la recesión global sobre nuestro
país tuvo que ver con el impulso alcanzado en el desarrollo del sector agropecuario, el
cual representa la garantía de la seguridad alimentaria en la República Dominicana.
A lo largo del 2009, dicho sector obtuvo una notable recuperación al registrar una tasa de
crecimiento de 12.6% del PIB, sirviendo de locomotora al resto de la economía.
Ese dinamismo fue producto de la adopción de un conjunto de programas por parte de las
autoridades agropecuarias. Entre dichas medidas hay que destacar el Programa Nacional
de Pignoración y el de Apoyo a los Ganaderos, así como mayor asistencia técnica a través
de la incorporación de nuevas áreas a la producción agrícola, preparación de tierras y
distribución gratuita de material de siembra a los pequeños y medianos productores de
ciclo corto.
Con satisfacción podemos afirmar que el país produce más del 90% de los alimentos de
origen agropecuario que consume; y como muestra basta mencionar al arroz, el cual, en
el 2009, estableció un nuevo record, al producir más de 12 millones de quintales.
Este incremento continuo de la producción de arroz ha permitido atender el aumento del
consumo interno de este rubro, que pasó de 850 mil quintales mensuales en el 2008 a 925
mil en el 2009.
Por otra parte, durante el año pasado el Gobierno entregó al país la Red Pública
Nacional de Farmacias del Pueblo, compuesta por 426 farmacias, con lo cual se
convierte en la red de prestación farmacéutica ambulatoria de mayor impacto social en
toda América Latina.
Para un mes completo de tratamiento, los dominicanos más vulnerables pueden recibir
medicamentos para la hipertensión, por ejemplo, por sólo siete pesos con cincuenta
centavos al mes.
Los pacientes que padecen de insuficiencia renal crónica han visto aliviada su situación
de salud gracias al aporte de los insumos necesarios para realizar la hemodiálisis. Por
esa razón, ya no se ven más los dramáticos casos de personas suplicando ayuda para
esos propósitos.
Por otro lado, cumpliendo con la decisión de lograr un verdadero sistema de protección
social de salud para toda la población dominicana, fueron incorporados 179 mil 582
nuevos afiliados al Régimen Subsidiado de la Seguridad Social.
Con esta cifra, se eleva a 1 millón 404 mil 225 el número de dominicanos pobres que se
benefician del sistema, el cual es financiado en toda su amplitud con fondos públicos.
Es esa la primera vez también que en toda la historia nacional se logra un ahorro de
esas magnitudes, todo lo cual está al servicio y a la disposición de los hombres y las
mujeres que con su sudor han contribuido a lo largo del tiempo a la creación de la
riqueza nacional.
Honorables Legisladores:
Tampoco es objeto de duda los logros obtenidos en relación a la disminución notable del
índice de repitencia escolar, de deserción y de sobreedad.
A los fines de avanzar en esa dirección, en los primeros días del próximo mes de marzo,
el Gobierno, a través del Ministerio de Educación, el de Educación Superior, Ciencia y
Tecnología y el Instituto de Formación Técnico Profesional (INFOTEP), suscribirá un
acuerdo con el Consejo Nacional de la Empresa Privada y otras organizaciones de la
sociedad civil, tomando como referencia los planes decenales de educación de esas
respectivas instituciones oficiales.
Procuramos que la educación tenga como eje central a los alumnos; y que, por
consiguiente, se genere un proceso de aprehensión del saber, no sobre la base del
ejercicio de la memoria, como tradicionalmente ha sido, sino cimentado en el desarrollo
de la capacidad analítica y conceptual.
Aspiramos a que pueda hacer uso de la abstracción, a que pueda cultivar una base de
conocimientos científicos, a que pueda descifrar complejas operaciones matemáticas, a
que desarrolle la capacidad para la solución de problemas, que aprenda nuevos idiomas,
que domine la tecnología y que no olvide la poesía.
Para lograr esto, debemos prestar especial atención a nuestros docentes, los cuales
continuarán recibiendo todo el apoyo gubernamental para mejorar sus condiciones de
vida, para acceder a las nuevas tecnologías, para intercambiar con sus colegas de otras
partes del mundo, así como para actualizarse permanentemente en las corrientes
pedagógicas de vanguardia y en sus áreas especializadas de saber.
Pero, a su vez, las personas, las familias y las comunidades podrán experimentar
progreso y bienestar, pues está comprobado que es fundamentalmente a través de la
educación como se puede alcanzar la inserción en el mercado laboral, el avance social y
la mejoría de las condiciones de vida.
En los inicios del Siglo XXI, el mundo asiste al surgimiento de la sociedad del
conocimiento, la cual ha sido posible por el desarrollo de una revolución científica y
tecnológica, que ha dado origen al Internet, al teléfono celular, a las computadoras de
bolsillo, a los blogs, a la videoconferencia y a las bases de datos.
El estado físico de este tramo carretero, la inestabilidad del terreno, el alto número de
accidentes fatales y la importancia del desarrollo económico del municipio de Constanza,
justifican mejorar las condiciones actuales de esa vía.
De igual forma, se dio inicio a la construcción del Corredor Duarte, con el propósito de
contribuir a agilizar la circulación vehicular en la ciudad de Santo Domingo en las
siguientes intersecciones: Autopista Duarte y Avenida Monumental, Autopista Duarte y
entrada de Manoguayabo; Av. John F. Kennedy y Av. Núñez de Cáceres; Av. John F.
Kennedy y Calle Dr. Defilló; Av. 27 de Febrero y Calle José Ortega y Gasset; y Av.
Charles de Gaulle y Autopista de San Isidro.
Con respecto a la Carretera San Cristóbal – Baní, los trabajos desarrollados consisten en
la construcción, rehabilitación y ampliación de 29 kilómetros de carretera que unen las
importantes provincias de San Cristóbal y Baní.
Con la construcción de esta obra damos satisfacción a los requerimientos de acceso del
flujo de tráfico de los usuarios que se desplazan a las diferentes comunidades de la región
Sur del país.
Por su parte, durante el año pasado, logró formalizarse el inicio del proyecto VIADOM,
el cual consiste en la rehabilitación de toda la superficie y capa de rodadura de la
Autopista Duarte; la construcción de la Avenida Circunvalación de Santiago, la cual
liberará todo el transito de la Autopista Duarte sin atravesar dicha ciudad; la ampliación a
cuatro carriles; rehabilitación y construcción de un nuevo Túnel Carretera Navarrete –
Puerto Plata; la rehabilitación de la carretera Santo Domingo – San Cristóbal por la 6 de
Noviembre y la rehabilitación de la carretera Santo Domingo – San Cristóbal por la
Carretera Sánchez.
En los próximos días estaremos inaugurando el nuevo puente sobre el Río Soco, el cual
llevará el nombre del Dr. Guido Gil, destacado abogado laboralista, historiador y activista
social, desaparecido de manera misteriosa por esos mismos lugares en momentos oscuros
de nuestra historia contemporánea.
A la fecha, hemos asfaltado más de 300 kilómetros; y es nuestra meta que para fines de
este año 2010 podamos contar con 2 mil kilómetros asfaltados, otra hazaña sin
precedentes en los anales de la historia nacional.
Para este año 2010 será iniciada la construcción de más de 18 mil viviendas, las cuales
serán financiadas a través de recursos propios consignados en el Presupuesto Nacional y
por medio de fondos provenientes de la Corporación Andina de Fomento (CAF), y el
Banco de Exportación de Colombia (BANCOLDEX).
En base a las acciones emprendidas, Fantino y Cevicos hoy tienen sus acueductos
terminados. Cotuí interconectó el suyo, y las redes de agua potable han llegado hasta los
barrios de San Pedro de Macorís, El Seibo, San Cristóbal, Hato Mayor y Sánchez
Ramírez, que eran sus principales reclamos.
Señores Legisladores:
Hay tres áreas en las que el Gobierno, conjuntamente con la sociedad, deberá trabajar de
manera sostenida e incansable hasta alcanzar sus metas de superación. Se trata de las
áreas relativas al sector eléctrico nacional; la adopción de políticas orientadas a garantizar
la transparencia en el manejo de los fondos públicos; y la violencia, el narcotráfico y el
crimen organizado.
No es así. En verdad, es mucho lo que se ha hecho, pero es tan persistente el mal que
requiere cada vez de mayores esfuerzos, de mayores iniciativas, de mayor creatividad, de
mayor imaginación y de mayores recursos para poder definitivamente doblegarlo y
dejarlo como una sombra del pasado.
Durante el 2009, la cantidad de circuitos eléctricos que reciben 24 horas alcanzó a 271 de
un total de 575. Eso quiere decir que en estos momentos el 47% de los usuarios disponen
de esa oportunidad.
De igual manera, las pérdidas se han reducido hasta el 28% y las cobranzas han
aumentado hasta el 92%. La contratación de clientes ha pasado de 1 millón 431 mil 562
en el 2008 a 1 millón 655 mil 438 en el 2009. La meta es de llegar a 2 millones de
clientes para fines de este año.
Con la finalidad de focalizar el subsidio de la factura eléctrica a favor de las familias más
pobres del país, se ha eliminado el Programa de Reducción de Apagones (PRA), el cual
tenía un alcance de carácter territorial, y se ha sustituido por el Programa Bonoluz, que se
ejecuta a través del Sistema Único de Beneficiario (SIUBEN), y se concentra, más bien,
en el estatus social de las familias.
Se contrataron 200 megavatios a gas natural, con la empresa AES Dominicana, de los
cuales 100 entraron al sistema en el pasado mes de diciembre, y los 100 restantes entrarán
en los próximos días.
Para proteger las líneas de la continuidad del hurto eléctrico, se invertirán 200 millones
de dólares para instalar contadores o medidores medidos electrónicamente a los clientes
con un consumo mayor de 400 kilovatios; y se aplicará un plan piloto de medidores
prepagados.
Finalmente, el Estado de Abu Dhabi y la firma Ferrostal han iniciado los estudios para la
instalación de una planta generadora de electricidad de 600 megavatios y una terminal de
gas natural en Pepillo Salcedo.
Se espera que esos trabajos sean concluidos en el primer semestre del 2012; y con eso
aspiramos a que la República Dominicana pueda disfrutar, como lo merece, de un
servicio eléctrico confiable y eficiente.
Esas son nuestras directrices y nuestra forma de proceder; y advierto que en la defensa de
los bienes del pueblo, no tengo amigos. Mi única responsabilidad es con el pueblo
dominicano que me ha confiado en varias ocasiones la conducción de los destinos
nacionales para que lo haga de manera digna, íntegra y honorable.
El que no pueda acompañarme en esta noble tarea, que no empañe con sus malas
acciones un proyecto de nación que no puede perder bajo ninguna circunstancia la
confianza y la credibilidad del pueblo dominicano.
Durante el próximo mes de marzo, en un nuevo encuentro que sostendremos con los
representantes del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Banco
Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Agenda Internacional del
Desarrollo de los Estados Unidos (USAID), daremos a conocer los alcances y los
alcances de este nuevo programa, que ha de contener un conjunto de iniciativas
innovadoras y efectivas.
Así daremos otro gran paso de avance en la construcción del anhelado Estado de
Derecho, eficiente y transparente, previsto en la nueva Carta Sustantiva, aprobada por
estas mismas cámaras legislativas.
El tercer elemento, como hemos indicado, que mayor preocupación suscita, en estos
momentos, en los distintos estratos de la sociedad dominicana, tiene que ver con el tráfico
ilícito de drogas, la violencia y el crimen organizado.
Pero al mismo tiempo, es un mercado con una capacidad de movilización de recursos por
encima de 500 mil millones de dólares al año, o lo que es lo mismo más de 12 veces el
Producto Interno Bruto de la República Dominicana.
Eso nos permite tener alguna idea de la magnitud de la fuerza criminal a la que nos
estamos enfrentando, la cual, sin duda alguna, es sumamente poderosa y hasta desafiante.
Ahora bien, dentro del contexto previamente indicado, nuestro país, al igual que los de
Centroamérica y México, han sido tradicionalmente considerados como zona de tránsito
de la droga.
Las zonas de destino son Puerto Rico, los Estados Unidos y Europa.
Desde la década de los 90, parte de la droga que transitaba por la República Dominicana
se quedó en el país como pago en naturaleza a las transacciones que se realizaban.
Esto último contribuyo a crear un mercado de consumo entre jóvenes, tanto de los barrios
marginales como de clase media alta, que antes no existía, y que en los últimos tiempos
se han convertido en la fuente fundamental de comisión de crímenes y de otros actos
delictivos vinculados al narcotráfico.
De esa manera es que han proliferado los llamados puntos de venta de droga o de
microtráfico, que es lo que genera la relación directa entre los distribuidores y los
consumidores locales.
En varios de los escándalos de gran trascendencia que se han presentado en los últimos
tiempos, se capta la presencia de altos oficiales de distintas instituciones de nuestros
cuerpos armados.
Hay que profundizar, pues, el proceso de depuración de los miembros de esas distintas
instituciones. De hecho, miles de integrantes de la DNCD, la Policía Nacional y las
Fuerzas Armadas, han sido separados ya de las filas y puestos en retiro en los últimos
años como parte de este proceso de profilaxis.
Ahora, sin embargo, hay que proceder con nuevos mecanismos de investigación y de
depuración. Hay que fortalecer los controles internos de nuestras instituciones. Hay que
ser muy selectivos en la escogencia del personal que labora en las áreas de narcóticos,
homicidio, inteligencia, lavado de activos y otras áreas sensibles, vinculadas a la
investigación del crimen.
Hay que continuar entrenando y equipando a nuestros agentes del orden y la seguridad.
Hay que establecer requisitos para ascensos en todos los grados, donde se incluyan cursos
en los distintos niveles, hasta el de Oficial General o Almirante; Coronel o Capitán de
Navío, evaluaciones por juntas de ascensos y límite máximo en la permanencia de los
grados.
Hay que limitar la cantidad máxima de plazas de Generales por cada institución y fijar los
retiros automáticos luego de pasar por las principales funciones de mando.
Hay que continuar integrando nuevas herramientas de trabajo y nuevas tecnologías, para
ser más eficaces en el combate al crimen.
En tan sólo dos meses de estar en el país, los dos aviones Súper Tucano, de una flota de
ocho que tendremos próximamente, ya han hecho disminuir, de manera notable, los
vuelos ilegales en el espacio aéreo dominicano.
Durante el transcurso de esta legislatura, estaré sometiendo ante estas mismas cámaras un
anteproyecto de Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas, otro de la Policía Nacional y otro
de Organización y Funcionamiento del Sistema de los Servicios de Inteligencia en el país.
No podemos negar que el tráfico ilícito de drogas constituye uno de los más grandes retos
con que se enfrenta la República Dominicana en esta primera década del Siglo XXI. Pero
estoy seguro que con voluntad política, cooperación internacional, profesionalización,
equipamiento, un plan estratégico adecuado y una integración de todos los sectores de la
vida nacional, lograremos aniquilarlo, fulminarlo y extinguirlo, como bien merece y
reclama la familia dominicana.
Podríamos tardar más o menos tiempo. Pero sólo habrá un final: detener a los criminales,
llevarlos ante la justicia y hacer que cumplan su condena.
Los dos últimos años, 2008 y 2009, como he dicho, han sido particularmente intensos,
complicados y difíciles.
Sea como fuere, lo cierto es que mientras nos encontremos en medio de esas diversas
crisis de carácter global, habrá mucha volatilidad, cambios bruscos, alteraciones e
incertidumbre.
No obstante, esa misma situación está creando las condiciones para la construcción de
nuevo futuro que implicará una revolución en cada una de las áreas abordadas.
Desde ya, estamos asistiendo a nuevas formas de generación de energía, nuevos sistemas
de transporte, nuevas maneras de protección del medio ambiente y de los ecosistemas,
nuevas medidas de regulación de los mercados para prevenir crisis financieras, nuevas
técnicas de producción de alimentos y nuevos mecanismos de cooperación internacional
para contener los estragos del crimen transnacional organizado.
En fin, de las cenizas de una civilización en crisis están emergiendo los cimientos de una
futura manera de convivencia humana, fundamentada en el desarrollo sostenible, la
preservación del planeta, la paz y la seguridad de los pueblos y la garantía de la seguridad
alimentaria.
Eso fue lo que el gran pensador austríaco, Joseph Schumpeter, quiso dejar dicho cuando
se refirió a que la humanidad siempre se encuentra en un proceso de destrucción creativa.
Tal vez, también, fue lo que quiso dejar expresado ese gran maestro francés de las
ciencias químicas, Antoine Lavoisier, cuando afirmó que en la naturaleza nada se crea ni
se destruye, sólo se transforma.
El gran reto que tenemos por delante los dominicanos es el de estar debidamente
preparados cuando esos cambios se produzcan. Si logramos contar con los recursos
humanos adecuados, un proyecto de país y una clara visión estratégica, estas calamidades
del momento podrán convertirse en las grandes oportunidades del mañana.
Esa es nuestra convicción. Por eso trabajamos en el día a día, a sabiendas que con ese
trabajo cotidiano estamos abonando el terreno de la gran transformación económica,
social, política, cultural y ambiental que tanto anhela el pueblo dominicano.
Eso fue, por ejemplo, lo que aconteció con nuestra participación en el concurso
internacional de Latin American Idol.
Durante varias semanas se fue creando una gran expectación, la cual fue incrementándose
tras el paso de los días. En los periódicos, en la radio, en la televisión, en Internet y en las
conversaciones de la gente de lo único que se hablaba era de una joven, hasta entonces
desconocida, que había logrado cautivar el interés y el corazón de todo el pueblo
dominicano.
Pero también fue el año en que por vez primera, después de 18 años, los Leones del
Escogido ganaron el Torneo Nacional de Béisbol.
Así es este pueblo. Un pueblo alegre, optimista, entusiasta; y esa es la condición que nos
da ánimo y nos impulsa siempre a enfrentar con éxito los graves problemas, las grandes
dificultades y los inmensos desafíos que suelen obstruir el avance de los pueblos hacia la
conquista de sus objetivos nacionales.
¡Muchas gracias!