Primera Parte
por JORGE FERNDEZ BELDA
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Con frecuencia escucho comentar que si algo favorable tienen las grandes crisis
y los drsticos cambios, es que nos permiten mirarnos nuevamente a nosotros
mismos. A partir de all, tal vez darnos cuenta de que lo perdido, perdido est,
y con lo poco que nos queda disponible, volver a empezar.
Con el liderazgo en las organizaciones, propongo volver a empezar.
A lo largo de los ltimos aos mucho nos han hablado de desarrollo de ciertas
herramientas y habilidades orientadas a fortalecer y consolidar el desempeo
de los lderes: Palabras como situacional, coaching, empowerment, y
ms recientemente ontolgico, nos han saturado.
Tal vez a fuerza de repetirlas, sin aplicarlas o hacindolo parcialmente, es que
hoy no tiene mucho sentido continuar hablando de ellas, si es que antes no
definimos un claro sistema de valores y principios rectores para que la prctica
de estos conceptos sea congruente con dichos valores.
Quienes siguen mis artculos sabrn que no estoy en contra del desarrollo de
habilidades como las anteriormente descriptas, pero s sostengo que asumir
que con horas de capacitacin obtendr lderes, como quien produce vehculos
de una lnea de produccin, constituye una manera parcial y muchas veces
simplista de entender el tema.
que en este modelo yo soy por lo que hago (lo que hago me realiza como
persona), y hago por lo que soy (quien soy determina el valor humano de lo
que hago).
Sera muy utpico suponer que la misin del liderazgo debiera sustentarse en
la edificacin de puentes que intenten integrar el Ser y Hacer de la persona? O
dicho de otra forma, ser el liderazgo a todo nivel de la organizacin, la fuerza
motriz necesaria para desarrollar sistemas de valoracin que tiendan a dicha
integracin?