Las actividades del sector agrario* extraen recursos de la naturaleza. En unos casos, de la
tierra, como la agricultura, la ganadería y la explotación forestal. En otros, del mar, como
la pesca.
En España, como en el resto de países desarrollados, las actividades económicas del sector
primario han ido perdiendo peso a favor de las de los otros sectores económicos. En el año
2005, estas actividades ocupaban al 5,25 de la población activa y aportaban el 3% de la
riqueza. No obstante, el 43% de la superficie española está ocupada por una rica diversidad
de paisajes agrarios.
En los últimos tiempos estamos asistiendo a una mayor diversificación en los usos del
suelo en el medio rural. El uso cinegético, la preservación de la naturaleza, el turismo
rural y también la aparición de segundas residencias en urbanizaciones en zonas rurales y
la creación de industrias para el desarrollo endógeno , hacen que el espacio rural, ahora
más que nunca, no sea exclusivamente un espacio agrario. Las consecuencias de estos
nuevos usos, por una parte, positivas, pues contribuyen a la recuperación de economías
rurales, hasta ahora muy dependientes de lo agrario y alterar criterios de valoración de la
tierra, que estaban solo en función de su calidad agraria. Pero, por otra, pueden tener
también efectos negativos, como la degradación de los espacios naturales, o la competencia
entre distintos usos por ciertos elementos (por ej, por el agua en las zonas donde coinciden
usos agrarios y turísticos). Para potenciar los efectos positivos y evitar los negativos, son
necesarios políticas de ordenación rural que armonicen los diversos usos.
El espacio agrario tiene unos elementos que son los componentes visibles de los paisajes
agrarios: las parcelas, los usos agrarios, el poblamiento y el hábitat rural. Todos ellos se
explican por la influencia conjunta de los factores físicos y humanos .
1. Las parcelas*: son las divisiones más elementales del espacio agrario se
encuentran bajo una sola linde. Así el espacio agrario queda organizado en parcelas,
agrupadas estas en explotaciones agraria. Las parcelas pueden ser de distintos
tipos: según su tamaño, grandes, medianas o pequeñas (latifundios* y minifundios*);
según su forma, irregulares, propias de una ocupación espontánea del espacio, o
regulares, típicas de ocupaciones organizadas o de concentraciones parcelarias*; y
según sus límites, abiertas (openfield*), carentes de cierre físico, o cerradas
(bocage*), rodeadas de setos, árboles o vallas. La explotación* es el conjunto de
parcelas trabajadas por el mismo empresario agrario, aunque no estén contiguas, e
independientemente de si son de su propiedad o no.
En España las parcelas tienden a disminuir en número y a aumentar en
superficie (concentración parcelaria*). En el año 2005, su dimensión
media era de 23 hectáreas, aunque existían grandes contrastes de
tamaño entre regiones.
12.1- Los condicionantes físicos de los espacios agrario españoles: clima, relieve y suelo.-
El espacio agrario (formado por las tierras de cultivo, los pastos y los bosques) del planeta
engloba una gran diversidad de paisajes agrarios. Estos proceden de la transformación del
medio natural por las actividades agrícolas, ganaderas y forestales. Son, por lo tanto,
paisajes humanizados, resultado de la combinación del medio físico y de las actuaciones
humanas.
Así, los paisajes agrarios están condicionados por unos factores físicos que explican las
aptitudes favorables o desfavorables de una zona para las actividades agrarias y por unos
factores humanos que son los responsables de los distintos usos del espacio agrario.
FACTORES FÍSICOS:
o El relieve.- Los relieves montañosos condicionan la actividad agraria de
varias formas:
1. La altitud modifica las temperaturas, que disminuyen 0,6º C cada
100 metros de ascenso, y las precipitaciones, que aumentan hasta
cierta altura.
2. La orientación de las laderas influye sobre las plantas cultivadas:
las solanas*, o vertientes orientadas al sol, son más cálidas que las
umbrías; y las vertientes de barlovento, u orientadas a los vientos
dominantes, son más húmedas que las de sotavento.
3. Las pendientes y desniveles provocan la erosión del suelo fértil,
condicionan las labores agrarias y dificultan la mecanización.
Por todo ello, los relieves llanos y los fondos de los valles son, en
general, las zonas más favorables para las actividades agrarias.
Hoy las actividades agrarias españolas están condicionadas fundamentalmente por la PAC
(Política Agraria Comunitaria).
Hoy los factores humanos que determinan los paisajes agrarios españoles son:
La población activa es escasa (5,3% en 2005) y se
encuentra envejecida, como consecuencia del éxodo rural.
La tecnología agraria se ha modernizado con el uso de
maquinaria, fertilizantes, semillas y razas ganaderas
seleccionadas.
El tamaño de la propiedad agraria presenta fuertes
contrastes entre grandes y pequeñas propiedades, siendo
escasas las de tamaño medio. Más del 75% son trabajadas
directamente por el propietario.
La producción agraria se especializa en la producción de un
producto en cada región; tiende a intensificarse gracias al
empleo de mejores técnicas, y se orienta a la venta de los
productos en el mercado.
5. Explotación de la tierra: usos del suelo estos pueden ser agrícolas, ganaderos y
forestales. La superficie agrícola utilizada (SAU = comprende las superficies
cultivadas o en barbecho, 3/4partes, y las tierras ocupadas por praderas y pastos,
¼ parte) en España asciende a casi 21 millones de hectáreas, lo que representa el
51% de la superficie nacional. Las zonas forestales representan el 32% y el 17%
restante se destina a otros usos.
La PAC es la Política Agraria Común de los países que forman parte de la Unión Europea. Los
fines para los que se ha creado son armonizar las políticas agrarias de los países
miembros y combatir los problemas agrarios.
Los problemas de las actividades agrarias española y europea son:
1. El despoblamiento de las áreas rurales. Este despoblamiento se debe a que, en
general, las actividades agrarias proporcionan menos ingresos y más inestables que
los de los otros dos sectores económicos, y a que el nivel de vida y el bienestar
suelen ser más bajos, debido a las carencias de infraestructuras y servicios. Para
solucionar este problema la Unión Europea ha impulsado unas políticas de
desarrollo rural que pretenden frenar el despoblamiento de las áreas agrarias más
atrasadas, con el fin de conservar paisajes agrarios tradicionales de gran valor
cultural y de evitar el deterioro medioambiental. Para ello adoptan medidas
dirigidas a mejorar el nivel de vida de la población rural, como la introducción de
nuevas actividades (industrias endógenas*, turismo rural) y la mejora de las
comunicaciones, servicios y equipamientos.
2. La existencia de excedentes de algunos productos como cereales, vino, leche o
carne de vacuno, debido a la intensificación de la producción-. Estos productos
deben venderse en el mercado internacional a precios bajos para poder competir
con los precios de otros países más baratos, lo que ocasiona importantes pérdidas
económicas. La PAC pretende establecer unos precios justos para agricultores y
consumidores, fijando unos topes máximos y mínimos para cada producto y
consiguiendo una agricultura competitiva, disminuyendo los excedentes de
producción.
3. Las actividades agrarias deterioran el medio ambiente por la intensificación de la
producción y por el empleo de productos químicos para el cultivo. La PAC pretende
logar una agricultura sostenible, capaz de mantener a la población en el espacio
rural y de preservar el medio ambiente.
4. Existen prácticas agrarias en el cultivo y en la ganadería que repercuten
negativamente en la salud de las personas y en la calidad de los alimentos. Para
ello la PAC destina fondos para impulsar la agricultura ecológica y el cumplimiento
de las normas medioambientales.